BAL 2019 Bienal de Arquitectura Latinoamericana
ARQUITECTURA EN URUGUAY
BAL 2019 Bienal de Arquitectura Latinoamericana La Bienal de Arquitectura Latinoamericana —BAL— es una iniciativa del grupo de investigación AS20 de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, y pretende ser un cauce para presentar en España ejemplos recientes y destacados del ejercicio profesional de arquitectos jóvenes del otro lado del océano, generando un foro en el que se estrechen lazos, se acorten distancias y se establezca un firme y sólido contrapunto al universo anglosajón. La sexta Bienal de Arquitectura Latinoamericana se celebró en Pamplona entre los días 24 a 27 de septiembre de 2019 en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra y en el Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona, teniendo a Uruguay como país invitado para esta edición. La exposición con trabajos de los equipos seleccionados se acompaña de una muestra de obra reciente de bienalitas anteriores, y de la exposición monográfica “Pertinencias e impertinencias de la arquitectura uruguaya” acerca de la arquitectura de Uruguay en el siglo XX. organización
as20 (Arquitectura del siglo XX), Grupo de Investigación de la Universidad de Navarra. area Asociación para la reflexión estratégica sobre la arquitectura. patronato director
Juan Miguel Otxotorena José Manuel Pozo
secretario patronos
Ayuntamiento de Pamplona Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro. Delegación en Navarra Escuela de Arquitectura. Universidad de Navarra. Gobierno de Navarra Ministerio de Fomento secretaría y coordinación
Rubén Labiano
EXPOSICIÓN ‘PERTINENCIAS E IMPERTINENCIAS DE LA ARQUITECTURA URUGUAYA’ comisario
fotografía
Fernando Pérez Blanco
S.XX. La mayoría de las fotografías de las obras del siglo XX pertenecen al Servicio de Medios Audiovisuales (SMA) de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la Republica, Uruguay. Las fotos y materiales de la vivienda Dieste fueron Cedidas por Estudio Dieste. Los archivos gráficos de las obras del siglo XX fueron cedidos por el Centro Documental del Instituto de Historia de la Arquitectura, FADU, UdelaR. S.XXI. Las fotos y gráficos de las obras siglo XXI fueron cedidas por los autores de las obras. Las fotografías pertenecen a autores varios. Entre ellos: Marco Guipon, Elias Martinez, Leonadro Finoti, Javier A Rojas, Federico Cairoli e Ignacio Correa.
asesoramiento
Laura Cesio Carina Strata Moleri Alejandro Baptista Acerenza Marta Pelegrín Rodríguez diseño de contenidos
Fernando Pérez Blanco Juan Martín Minassian Álvaro Arrans Gallardo Mediomundo impresión de paneles
COLOR DIGITAL
Calle Fuente del Hierro, 31 31008 Pamplona, Navarra, España.
CATÁLOGO maquetación
Ana C. Lavilla impresión
GRÁFICAS CASTUERA Polígono Indutrial Torres de Elorz, Pamplona, Navarra, España distribución
LIBRERÍA FORMATOS Rúa Santiago Rey Fernández Latorre, 5, 15006 A Coruña, España. Tel. +34 981255210 depósito legal
NA 2277-2019 isbn
978-84-92409-91-4
T6 EDICIONES, S.L.
Pintor Paret, 6-1º A, 31008 Pamplona. España. Tel. +34 948 170345 T6ediciones@gmail.com
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Lan honek Nafarroako Gobernuaren dirulaguntza bat izan du, Kultura, Kirol eta Gazteria Departamentuak egiten duen Argitalpenetarako Laguntzen deialdiaren bidez emana. / Esta obra ha contado con una subvención del Gobierno de Navarra concedida a través de la convocatoria de Ayudas a la Edición del Departamento de Cultura, Deporte y Juventud.
UNA BRILLANTE NORMALIDAD 5
JOSÉ MANUEL POZO
PERTINENCIAS E IMPERTINENCIAS DE LA ARQUITECTURA URUGUAYA 9
FERNANDO PÉREZ BLANCO
ARQUITECTURA EN URUGUAY 20 21 22 23 24 25 26 28 30 32 33 34 35 36 37
s. XX Espacio público Sanitario Banco Enseñanza Enseñanza - Social Religioso Vivienda colectiva Vivienda cooperativa Vivienda individual s. XXI Espacio público Dotacional Edificación en el paisaje - Colegios Rehabilitaciones - Comercial Vivienda colectiva - Corporativo Vivienda unifamiliar
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PERTINENCIAS E IMPERTINENCIAS DE LA ARQUITECTURA URUGUAYA FERNANDO PÉREZ BLANCO Una lectura sobre la producción arquitectónica de un país de corta historia que sin testimonios de preexistencia o referencias previas a la colonia, ha hecho de la renovación y la generación de proyectos propios su fuente de identidad y producción patrimonial. ORÍGENES DESPLAZADOS Uruguay, como estado independiente desde 1825, se origina y desarrolla a partir de la autonomía y entidad que como ciudad y puerto, adquirió Montevideo dentro del Virreinato del Río de la Plata establecido en Buenos Aires. Debido al avance portugués hacia el Rio de Plata, en 1724 -casi dos siglos más tarde que la mayoría de las capitales latinoamericanas- el imperio español inicia el proceso fundacional de Montevideo donde primero se establece un fuerte militar y luego se afincan 37 familias españolas provenientes de la ciudad de Buenos Aires, dando así origen a lo que más tarde sería la capital de la Banda Oriental (del río Uruguay) y finalmente de la República Oriental del Uruguay. Es señalable por tanto que el país se gesta ya con una característica identitaria de alteridad o desplazamiento territorial: es aquello situado al otro lado del Río que le da su nombre. CIUDAD FUERTE A CIUDAD PUERTO Situada en una península junto a una bahía natural dominada por un cerro, si bien Montevideo fue concebida como ciudad fortaleza de vocación defensiva, rápidamente consolidó una estrecha relación con el puerto natural al que estaba vinculada, lo que unido a la declaración en 1776 de Apostadero Naval le permitió una actividad y desarrollo que potenció su crecimiento y consolidación como Ciudad Puerto con cierta autonomía de la ciudad de Buenos Aires. En pocos años Montevideo se densifica y se convierte en centro de referencia del territorio situado al este del río Uruguay, zona en disputa con el imperio portugués, cuyo rol y protagonismo político estratégico para la zona determina su configuración como país. La ciudad capital, entonces amurallada, presenta un tejido residencial con uso intensivo del suelo y vida introvertida conformado principalmente por viviendas profundas tipo patio alineadas a la calle. La arquitectura militar, civil y religiosa se resuelve con tipologías ortodoxas de corte predominantemente neoclásico, pero sin grandes ornamentaciones. Tal era la importancia estratégica de aquel enclave que la corona española envió expresamente al arquitecto Tomás Toribio -egresado de la Real Academia San Fernando- para a proyectar y controlar la construcción de los edificios emblemáticos de la ciudad. Tras el proceso de independencia, las murallas se ordenan derribar en 1829 por la primera Asamblea General Constituyente y la “Ciudad Nueva”, como se denomina al área de primera expansión urbana, se convierte en el espacio representativo y a la vez fuente de recurso del nuevo Estado que inicia un rápido proceso de crecimiento y consolidación no falto de conflictos1, que pronto evidenciaron los posteriores desequilibrios territoriales que aún caracterizan un país con más de la mitad de la población y la economía concentrada entorno a su capital. Las realizaciones arquitectónicas del periodo posterior a la independencia recurren también hasta entrado el siglo XX a lenguajes neoclásicos, eclécticos e historicistas. Dos características diferenciarían la arquitectura de la república respecto de la colonial: motivada por un sentimiento anti español, la arquitectura expresaría un mayor afrancesamiento; por un lado frente a la austeridad de las construcciones coloniales, las nuevas construcciones incorporan una mayor carga ornamental. Así mismo las nuevas edificaciones no se dedicarán a representar el poder político o religioso sino a construir los nuevos escenarios de lo público: plazas, teatros, y otras intervenciones civiles serían las realizaciones más significativas de este periodo. BAL 2019 Bienal de Arquitectura Latinoamericana
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Iniciada la segunda mitad del siglo XIX, y pasados los conflictos internos la ciudad de Montevideo creció exponencialmente2 absorbiendo gran cantidad de población inmigrante, mientras otras zonas del país comenzaban a organizarse a través de pequeñas ciudades y poblaciones de referencia. Es también al comienzo de esta segunda mitad de siglo cuando se consolida el tercer factor de alteridad del origen social y cultural de Uruguay. Al antes citado desplazamiento territorial y la no pertenencia ni arraigo al lugar de quienes protagonizan su crecimiento y desarrollo -característica común en los desarrollos coloniales-, se suma la sustitución total, al menos de forma oficial, de todo rastro y cultura previa a los procesos de colonización3. Por tanto, al antes citado origen territorial y desplazado de Uruguay se suma y consolida la imposición total de nuevos valores y referencias culturales. TRADICIONES MODERNAS Desde las décadas finales del s.XIX se inicia un proceso de modernización económica social y político que se extenderá hasta la tercera década del s.XX. En paralelo a la consolidación de un modelo económico basado en la ganadería de exportación, se inicia un fortalecimiento y protagonismo del estado que expande sus atribuciones económicas y sociales. Se establece de esta manera un Estado social y empresario singular. Liderado a partir de 1903 por ideas liberales y progresistas se impulsa un modelo de desarrollo urbano e industrial acompañado de nacionalizaciones y estatizaciones que hacen del estado un agente económico de primer orden. Así las reformas políticas, económicas y sociales dirigidas por el presidente José Batlle y Ordoñez cimentaron la matriz de bienestar que consolida la construcción de una sociedad moderna abierta al mundo y pautada por una legislación progresista y avanzada para la época4. Esta sensibilidad abierta y de progreso dará cabida al desarrollo y adopción de posiciones culturales modernas que pronto se verán reflejadas en la arquitectura que durante las décadas de 1920 a 1940 -primero de forma oficial y luego de forma anónima- conformará la imagen y estructura de la ciudad; especialmente de Montevideo. Es destacable la significativa presencia de arquitectura basada en preceptos de la Modernidad. Hospitales, centros de enseñanza, universidades, viviendas colectivas, oficinas, bancos y edificios oficiales se construyen con directa referencia estilística a la arquitectura moderna europea, pero a diferencia de la defensa atópica de los postulados teóricos de aquéllas, las realizaciones uruguayas se proyectan y se construyen desde un cuidado respeto a las condiciones de inserción en la trama urbana existente. La arquitectura renovadora, como la denominan Arana y Garabeli (1991)5, pronto sustituirá los eclecticismos decimonónicos o las tradiciones beauxartianas para conformar una ciudad en la que conviven y destacan arquitecturas con claras referencias al art déco, el expresionismo alemán y otras manifestaciones estilísticas y tipo-morfológicas de la modernidad europea. Geometrías y volúmenes contundentes, líneas depuradas tallan y dan textura a una ciudad que expresa el optimismo y desarrollo de la sociedad que representa. Edificios de viviendas como el Edificio Centenario (1929) o El Edificio Lapido (1929), insertados en las áreas centrales de la ciudad, anuncian de forma temprana la imagen de la ciudad que traerá el siglo XX. Infraestructuras como el Hospital de Clínicas (1929) y el centro médico al que pertenece, así como el Estadio Centenario (192930) consolidan en lenguaje moderno la ideología de un país y una ciudad de progreso que no duda en disponer 10
equilibradamente y de forma estratégica infraestructuras para la salud y la educación como las Facultades de Ingeniería (1936) y Arquitectura (1938) encargadas a su vez de territorializar urbanamente la idea de una educación democrática abierta que se entremezcla y forma parte natural de la ciudad continua. Los esfuerzos por democratizar la ciudad, se ven también reflejados en el espacio público, el arbolado de las calles, la consolidación de plazas, ampliación de parques y principalmente en la unión del borde costero sur, una obra de infraestructura germen de la conformación del espacio público más extenso y abierto que tiene la ciudad. La Rambla, como así se le llama, conforman más de 20 kilómetros continuos de frente de mar urbanizado. Espacio al que se vuelcan todos los montevideanos y en el que se representan. Pero no solo lo público e institucional fue formulado desde los preceptos modernos. Viviendas particulares como las proyectadas por Julio Vilamajó (1930), Mauricio Cravotto (1931), Leopoldo Artucio (1931) y otros, así como otras pequeñas promociones también adoptaron este lenguaje que rápidamente se integró y formó parte del tejido urbano a través de intervenciones que podríamos llamar anónimas. La arquitectura moderna y renovadora incidió así significativamente en la configuración de la ciudad para apropiarse de su territorio. Son cualidades territoriales, pero también un sustrato de agentes académicos e institucionales que incorporaban, interpretaban y proyectaban esta modernidad hacia un futuro que les será ya propio, pertinencia que diferencialmente detectó Le Corbusier en su breve visita al Rio de la Plata (1929) al encontrar una inesperada receptividad a sus postulados. MODERNIDAD APROPIADA La contención urbana que caracterizaba el periodo anterior cambia como consecuencia de la Ley de Propiedad Horizontal de 1946, que favoreció la especulación inmobiliaria y con ella la sustitución tipológica y destrucción de áreas significativas de la ciudad. En paralelo hubo entre los años 1950 y 1970 realizaciones públicas y privadas de gran calidad. Es en estas dos décadas posteriores a la segunda posguerra cuando las tradiciones modernas se consolidan y se reformulan o bien hacia formas más arraigadas, o bien hacia el estilo internacional de influencia norteamericana. Estas reformulaciones sobre preceptos de origen exógeno, pueden claramente identificarse o enmarcarse en la actitud y proceder con que C. Fernández Cox define como modernidad apropiada en sus tres posibles acepciones: como adecuada, como propia o producto de una apropiación6. Por un lado los caminos de autonomía creativa enseñados años antes por Julio Vilamajó7 en obras como su propia vivienda (1930), la Facultad de Ingeniería (1936), El Ventorillo de la Buena Vista y el Mesón de las Cañas en Villa Serrana (1946 y 1947), son retomados durante las décadas de 1950 y 1960 por arquitectos como Payssé Reyes en obras como el Banco de Previsión Social (1957), el Seminario Arquidiocesano (1951) y su propia vivienda (1954); o Rafael Lorente Escudero en el edificio para la Sede de AEBU (1964), el Edificio para empleados de ANCAP (1971); y consolidados por Eladio Dieste en las conocidas obra para la Iglesia de Atlántida (1958), Iglesia Durazno (1967) y otras obras de infraestructura e industria. Mientras este último, despliega los recursos formales, expresivos y estructurales del material y su técnica para arribar a formas singulares, los dos primeros parten de las formas heredadas de la modernidad y llegan a expresiones propias a partir de la materialidad y las técnicas disponibles. En paralelo, otra vertiente era explorada por arquitectos como Raúl Sichero, Luis García Pardo o Ildefonso Arostegui, que en realizaciones como Edificio el Pilar (G. Pardo, 1957), Edificio Panamericano (R. Sichero 1958) o la sede 19 de BAL 2019 Bienal de Arquitectura Latinoamericana
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Junio del Banco República (I. Arostegui 1957) proponen depurados volúmenes y estilizadas formas abstractas resueltas con delgadas pieles acristaladas, en perfecta sintonía con el estilo internacional. Es preciso destacar que son éstos los años en que se renueva el Plan de Estudio de la Facultad de Arquitectura (1952), se elabora el Plan Director de Montevideo (1956) basado en una revisión contemporánea del pensamiento del CIAM (atención a la especificidad de las condiciones urbanas, incorporación de planeamiento parcial y progresivo). En este periodo se da inicio a una de las tradiciones arquitectónicas más singulares del ámbito académico uruguayo: el Viaje de Estudios que desde 1918 premiaba al mejor estudiante de cada promoción con un viaje a Europa -oportunidad de contacto directo con las realizaciones, ideas y arquitectos-, a partir de la década de 1944 se extiende a toda la promoción financiándose a través del sorteo de una casa proyectada mediante concurso de ideas entre estudiantes. Esta nueva tradición aún se mantiene y no solo ha permitido financiar el viaje de miles de estudiantes a lo largo de la historia (en las últimas dos décadas cada año viajan más de doscientos estudiantes durante nueve meses por los cinco continentes) sino que ha servido de laboratorio de ideas así como de termómetro o radiografía para medir y datar la evolución del debate y pensamiento académico. La década de 1960 acaba con una acusada crisis y deterioro económico que deriva en una dictadura de 12 años (1973-1985), periodo de destrucción de valores culturales y físicos, de abandono de la ciudad y las infraestructuras públicas, de degradación de los espacios libres y de pérdidas de recursos humanos y educativos de gran calidad. Principalmente en Montevideo, la ciudad sufre serios deterioros de su paisaje urbano mediante sustituciones tipológicas descontroladas que da lugar a la extensa aparición de edificaciones en altura entre medianeras sin orden ni criterio y la demolición de varias obras arquitectónicas relevantes producto de la desafectación de Monumentos Históricos Nacionales. URBANIDAD RECUPERADA En este contexto de deterioro, no obstante, se abre camino otra de las singulares aportaciones reconocibles de la arquitectura uruguaya: en el marco de la Ley Nacional de Viviendas de 1968 el Capítulo X reglamenta las Cooperativas de Vivienda y da un marco legal a un sistema pionero y único que ha permitido la investigación, experimentación y transferencia a la sociedad que caracteriza la arquitectura residencial uruguaya. A partir de las experiencias llevadas adelante por el Centro Cooperativista del Uruguay desde 1966, se incluye la figura de las cooperativas de vivienda en régimen de uso, como solución que deriva en uno de los sistemas de acceso, gestión y construcción de viviendas más eficaces a la vez que socialmente equilibrados de Latinoamérica. Dio lugar a un verdadero laboratorio de nuevas tipologías urbanas, nuevas técnicas aplicadas, nuevos modos de ejercer la profesión y a numerosos ejemplos de arquitectura de calidad como lo manifiestan algunos de los conjuntos de la ciudad de Montevideo tales como COVIMT 1 (1971), Complejo Bulevar (197274), VICMAN (1971), UCOVI (1975-77) , CUTCSA 1 (1972-75) y CUTCSA 4 (1982) entre otros. Es de obligado reconocimiento hacer mención especial a la aportación de los arquitectos Mario Spallanzani (1935-2019) y Miguel Cecilio, entre otros, encargados de las primeras experiencias piloto y de muchos de los conjuntos de calidad dentro de la cooperativas de vivienda. Junto a las cooperativas de vivienda, existieron a partir de la década de los años 80 otras iniciativas para revertir el proceso de degradación urbana dejado por 12
la dictadura principalmente en Montevideo. Ejemplo de ello fue la creación de las Comisión Especial Permanente de la Ciudad Vieja (1982) que se amplió replicándose a otros barrios. Fueron iniciativas e instrumentos que buscaron recuperar la conciencia urbana, atender a la necesidad de un tratamiento particularizado de las distintas áreas de la ciudad, promover la rehabilitación, así como el control de la nueva arquitectura y devolver la atención al espacio y la arquitectura pública. La democracia recupera el diálogo y debate sobre la ciudad, así como la figura del concurso de proyectos para el tratamiento de las distintas áreas. En este debate y acción sobre la ciudad se involucra con gran protagonismo la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Estatal a quien en 1998 se le encarga el Plan de Ordenamiento Territorial de Montevideo. Recupera así la academia un papel como actor y agente en la reflexión, el debate y también la acción directa sobre la ciudad y el territorio. No es menor destacar que la academia haya dado continuidad a los viajes de estudiantes y con ello a los concursos para la construcción de las casas que lo financiarían. Se mantenía así un doble instrumento de formación académica y de apertura puesto año a año a disposición de las distintas promociones, que permitía por un lado experimentar a través de este desplazamiento, el conocimiento de la arquitectura en los territorios y culturas de origen, y por otro experimentar y materializar en la trama y contexto urbano local, las ideas pero también las técnicas mediante estas operas- prima dentro de una singular tradición y cultura arquitectónica que construye ciudad. El cambio del siglo XX al XXI trajo nuevos escenarios. Superada la crisis económica de los primeros años, el país inicia una senda de recuperación económica y social que se evidencia también en la producción arquitectónica. Se ensayan simultáneamente varias fórmulas con políticas dispares que a veces intentan sin lograrlo retomar el control o pautar las dinámicas de un mercado evidentemente ingobernable. En dicho contexto, la figura del concurso retoma vigor y de allí resultan numerosas realizaciones de interés por escala y trascendencia urbana y territorial. La arquitectura institucional procura nuevamente recuperar ciudad y construir territorio. En Montevideo, concursos como la sede de la CAF (Confederación Andina de Fomento) o el de Antel Arena, recalifican, consolidan y dinamizan las áreas en las que se insertan. El primero lo hace en una zona central situada entre la ciudad vieja y la nueva mediante un equipamiento corporativo y cultural que complementa intervenciones como la Rehabilitación del Teatro Solís (obra emblemática de la temprana República) y la ampliación de la casa de gobierno, también realizada por concurso reciente. El segundo a través de un gran equipamiento multiuso, deportivo y de eventos, devuelve ciudad a una zona alejada del centro, desarticulada y falta de referencias que le dieran carácter. Por otra parte varios concursos e intervenciones se suceden fuera de la capital en particular dos de ellos en zonas muy distantes de Montevideo: las nuevas sedes de las UTEC de Fray Bentos y Rivera, se convierten en hitos de referencia de una nueva política de descentralización universitaria y formativa. Así la otrora concentración casi exclusiva en la capital, ahora se ve complementada con intervenciones de interés y calado en todo el territorio nacional. Por su parte la vivienda social a través de una ley de incentivos promueve la intervención privada en la generación de nuevo stock priorizando las áreas centrales de las ciudades. Los resultados son diversos tanto en la calidad de la arquitectura como en la eficacia de la solución, e incluso en el cumplimiento del objetivo principal: el acceso real a dichas viviendas de los sectores sociales a los que estarían destinadas. Así mismo se vuelve a correr el mismo riesgo que el provocado por la ley de propiedad horizontal: la sustitución no planificada ni ordenada de tipologías edilicias y el consiguiente cambio e impacto no previsible en la trama urbana. Este ensayo está arrojando singularmente ejemplos de BAL 2019 Bienal de Arquitectura Latinoamericana
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interés con cuidada inserción, ejecución y conformación. En muchos de ellos se nota un aumento de la calidad constructiva y una atención por el diseño y las condiciones de inserción urbana. En paralelo, las cooperativas de viviendas siguen siendo una de las opciones de gestión y acceso real a la vivienda y si bien muchos de los ejemplos de ayuda mutua se siguen dando en zonas periféricas de las ciudades, se puede advertir cómo las cooperativas han profundizado en la tendencia a insertarse en la trama urbana consolidada. Ejemplo de ello son las Cooperativa Nueva Era y COVIVEMA esta última una de la primeras realizadas por autoconstrucción en altura. En relación a las viviendas individuales, el siglo XXI despliega también un abanico de soluciones y tipo de intervenciones que abarcan desde la intervención de edificaciones existentes, como la Casa Urbana del estudio FGM, a la vivienda de autor suburbana como Casa Fausta de los arquitectos Apolo y Frigerio; o a la vivienda de temporada inserta en el paisaje como Calera del Rey del estudio Gualano+Gualano, y la Casa Dos Piedras del estudio Atmósfera de arquitectura y afines. Las casas de Arquitectura Rifa transitan también este abanico de intervenciones. Casas suburbanas como La casa G’91 de Baptista y Umpierrez, viviendas en el paisaje como la casa G’96 de Mirabal y Bednarik, o viviendas urbanas como la Casa G’06 de Mascheroni, Martínez, de Souza, Varela, han sido fuente de exploración y propuesta de los concursos de estudiantes. Este breve recorrido por la tradición arquitectónica uruguaya y el contexto socio cultural que ha pautado su producción en los distintos momentos nos permite reconocer: • Un origen territorial desplazado y desarraigado de una ciudad y sociedad instituida ex-novo, representada por una arquitectura de importación directa tanto en lo estilístico como en lo simbólico. • El posterior desarrollo de una sociedad liberal que sienta las bases de una importante y trascendente tradición moderna de adopción y adaptación crítica a pautas exógenas de las que retoma sus carácter expresivo pero si asumir su dogma discursivo y teórico y transitar así hacia una modernidad apropiada, capaz de apropiar y apropiarse de las referencias y darles un mayor arraigo. • Para finalmente formular soluciones propias en lo formal pero también en lo académico y profesional. Y desde allí ser capaz de reinstituirse y re instrumentar la producción y el debate hacia los escenarios que el presente siglo plantea. Se resume así la construcción de una tradición basada en una cultura abierta que le permite la apropiación crítica y de ideas internacionales contemporáneas, y asienta así las bases para las búsquedas de soluciones singulares y particulares a circunstancias locales. Son ejemplos destacables de la singularidad y la tradición de la cultura arquitectónica uruguaya, la consolidación del viaje de estudios para todos los estudiantes como fuente de verificación y contraste en paralelo al debate y la construcción anual de las casas proyectadas por concursos de estudiantes, así como el reseñable marco de trabajo, gestión y construcción de cooperativas de vivienda y su aporte a la construcción social del hábitat. Desde este recorrido por el proceso de autoconstrucción identitaria, enunciamos el título de la presente exposición: PERTINENCIAS E IMPERTINENCIAS DE LA ARQUITECTURA URUGUAYA. Bajo el título Pertinencias e Impertinencias de la arquitectura uruguaya, proponemos recorrer parte de la producción arquitectónica uruguaya indagando en la construcción de una cultura arquitectónica desde la condición 14
de pertenencia o no a un contexto -lugar y tiempo-, desde la actitud frente a esta condición de pertenencia y cómo ello puede contribuir a generar una identidad en sí misma. Si partimos de un país cuya historia (escrita) se remonta a poco más de dos siglos, y que institucionalmente se funda a partir del desarraigo y expulsión de toda huella anterior: ¿Qué es lo pertinente, lo que pertenece, lo oportuno y apropiado? Resulta por una parte interesante, o al menos provocador, pensar que la cultura e identidad de esta históricamente joven sociedad esté basada en la impertinencia, en la no pertenencia y en cierto sentido la displicencia8. Se trata casi de una tradición de la que intenta muchas veces renegar y a la que responsabiliza de la ausencia de valores formales propios para la construcción de una identidad, sin reparar tal vez, que es justamente esa condición la que encierra el germen identitario. Surge así en muchos casos una producción arquitectónica que parece querer equilibrar el desprejuicio que esta impertinencia otorga a través de esfuerzos, gestos y acciones homologables y condescendientes con el buen hacer que dicta la madurez. Un buen hacer, cuidado y esmerado como así también define la Real Academia Española en una de sus acepciones ya en desuso desde el final del s.IX, al concepto de impertinencia9. Esta exposición recorre y mira dentro de la arquitectura y los escenarios que construyen la cotidianeidad de un país acostumbrado a mirar hacia fuera. Proponemos enmarcar esta mirada a partir de estas ideas sobre lo pertinente, que en distintas ocasiones han enfrentado a esta sociedad y su arquitectura ante la necesidad de adoptar, adaptar, innovar e inventarse. Tradición ésta -la de modernizarse crítica y moderadamente- que tal vez se haya convertido en su recurso patrimonial y desde la que sin mayores estridencias le ha permitido abordar y desarrollar de forma más o menos callada, escenarios sociales, políticos y culturales avanzados para los diferentes momentos históricos, que bien pueden despertar el interés de quien desde afuera con mirada atenta tiene oportunidad de observarlo. PRETEXTOS Y APUNTES La exposición incorpora por un lado y bajo el subtítulo “Pretextos” una selección de la producción realizada entre los años 20 y 90 del siglo XX. Ofrece así una mirada a través de un espejo que enmarca y pone en valor el legado arquitectónico consolidado a través de realizaciones de referencia para el entorno académico local y a su vez destacados ejemplos de una vasta producción que forma parte importante de los entornos construidos. En un segundo bloque, bajo el subtítulo “apuntes recientes” se presentan trabajos realizados en las últimas dos décadas. Una mirada cuya menor distancia temporal se ofrece como panorama y apuntes de un escenario en construcción. Apuntes que interesa revisar como posible evolución de los escenarios de relación y pertenencia citados, y para relacionar críticamente cómo las nuevas producciones se vinculan o desvinculan de la actitud que las precede y qué grado de pertinencia o impertinencia construyen. “NOSOTROS Y ELLOS, VOS Y YO”10 Como marco para facilitar la mirada transversal y sincrónica de esta selección de obras, se han dispuesto cuatro categorías que trascienden a la cronología de la producción arquitectónica y que se relacionan precisamente con el sentido de pertenencia y las escalas de apropiación y vinculación subjetiva que se establecen entre los sujetos (habitantes, usuarios y ciudadanos) y dichas obras. Se trata de otro modo de abordar el carácter privado, público o colectivo de la arquitectura desligándolo del tipo de promotor o del régimen de propiedad y tenencia. Esto nos permite a su vez trazar una suerte de BAL 2019 Bienal de Arquitectura Latinoamericana
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genealogía complementaria a la clasificación por tipologías, tamaños, o programas; una clasificación que sin abandonar el carácter objetual y físico de la arquitectura, atiende a los aspectos subjetivables de la misma; a la indisoluble relación entre sujeto y objeto que toda construcción establece: Todos: lo que generalmente llamamos espacio público, particularmente los que trascienden la identidad vecinal o de grupo social determinado, sería el espacio del “todos”. Son espacios o infraestructuras que identifican y dan carácter a un territorio, una ciudad o sector de ésta. Ejemplo de ello son la obra de Rambla Sur (1928-35), el Estadio Centenario (1930), la Plaza Fabini (1964), la Plaza 1º de Mayo (1992), el Memorial de los Desaparecidos (1998) o el Parque lineal Portuario (2006), el parque Líber Seregni (2009) y la Plaza Crotogini (2011). Ellos: aquellos lugares con los que mantenemos una relación de utilidad ya sea administrativa, laboral, comercial o de servicio, son los espacios del “ellos”. Espacios que pueden ser de propiedad y gestión pública o privada pero no nos pertenecen ni pertenecemos a ellos. Espacios proyectados desde y para la representatividad y utilidad asistencial, institucional, corporativa o comercial. En este grupo identificamos edificios institucionales como el Hospital de Clínicas (1930), la Sucursal 19 de junio del Banco de la República (1957), el Banco de Previsión Social (1957), la sede del Banco Santander en Montevideo (2015) o la nueva sede de la CAF (Confederación Andina de Fomento, 2018) y el Pabellón Antel Arena (2018). Nosotros: espacios y escenarios de formación, ocio y nec-ocio, como centros de enseñanza, clubes deportivos o espacios de trabajo y producción de pequeña y mediana escala. Son espacios del “nosotros” que construyen una identidad colectiva determinada, que nos identifican como parte de un grupo al que pertenecemos. En ellos cada individuo se proyecta colectivamente y teje relaciones que lo identifican. Ejemplos de esta singular apuesta por el espacio compartido y colectivo han sido y son la Facultad de Ingeniería 1936), la Facultad de Arquitectura (1940), la sede de AEBU (1964), la Iglesia de Atlántida (1958), las cooperativas de Vivienda COVIMT 1 (1971), Complejo Bulevar (1972-74), VICMAN (1971), o las sedes UTEC (Universidad Tecnológica) en Rivera (2018) y Fray Bentos (2014), los espacios de trabajo compartido Serratosa y Sinergia Design, las escuelas de tiempo completo en Bella Unión (2014) y Colonia Nicolich (2019) entre otros. Vos y Yo: vinculados estrechamente con la vivienda y el trabajo, “vos y yo” engloba los espacios que construyen y proyectan una identidad personal o de pequeño grupo. Son espacios que se apropian e identifican individualmente, de uso y escala individual, familiar o profesional (trabajo) donde se da el mayor sentido de pertenencia, apropiación e identificación personal. Ejemplos singulares que construyen la cultura arquitectónica del “vos y yo” son la casa estudio de Julio Vilamajó (1931), la de Mauricio Cravotto (1931), la vivienda Payssé (1954), la casa Fausta (2010-13), la casa Urbana (2014), la Vivienda Calera del Rey (2013) y de forma avanzada la tradición de las casas de Arquitectura Rifa. Exponer es una acción de presentar y de disponer, a la vez que una forma de leer, interpretar e indagar -en este caso-, acerca de cómo la condición de pertenencia y/o impertinencia han podido perfilar un modo de hacer arquitectura en nuestro país y de qué modo se manifiestan y trascienden. Sirva esta exposición para iniciar un dialogo abierto al respecto.
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NOTAS 1. Entre 1839 y 1851 tiene lugar La Guerra Grande, un conflicto bélico que no solo enfrenta a dos visiones políticas, económicas y culturales del naciente país representadas por los dos primeros presidentes de la Republica uno al frente de cada tropa, sino que genera durante dicho tiempo una organización e identificación territorial con dichos bandos. La burguesía liberal se identificará con la capital y el partido de gobierno de entonces (partido colorado) mientras que la oligarquía y el mundo rural lo hará con el llamado territorio interior (todo lo que no es capital) y el partido político opositor (partido blanco o nacional). No menos importante es reseñar que el conflicto se internacionaliza y abarca e involucra también al estado argentino y sus propios conflictos internos, al tiempo que manifiesta también los intereses y oportunidades de otros países como Brasil, Inglaterra Francia e Italia a punto que mientras el gobierno argentino apoya a los sitiadores, brasileños, ingleses y franceses daban su apoyo a los sitiados. 2. Entre 1852 y 1908 la población pasó de casi 40.000 habitantes a poco menos de 310.000, mientras que el número de inmuebles lo hizo de 6000 a 42000. 3. La población originaria eran tribus amerindias nómadas, y fueron oficialmente eliminadas cuando no acalladas tras haber participado, algunas de ellas en los procesos libertarios. La conocida como Matanza de Salsipuedes o la venta a Francia de los últimos cuatro Charrúas escenifican la actitud con que oficialmente se dio inicio al nuevo estado de la Banda Oriental del Uruguay. 4. Durante los dos gobiernos de Batlle y Ordoñez (1903-1907 y 1911-1915) se establecieron una serie de leyes y reformas que si por un lado pueden interpretarse como estratégicas para resolver asuntos coyunturales, se tradujeron en leyes avanzadas desde el punto de vista social: Ley de las 8 horas (atiende reclamaciones obreras al tiempo que soluciona parcialmente la escases de trabajo); el derecho a huelga (seguramente orientada más hacia las disputas con empresas extranjeras que hacia los derechos obreros), sufragio universal, separación iglesia y estado, universalización de la educación primaria y el impulso a la educación secundaria fueron los grandes triunfos del batllismo. 5. Arquitectura renovadora en Montevideo 1915-1940.Arana, Mariano; Garabelli, Lorenzo. Montevideo. Universidad de la República – Fundación de Cultura Universitaria. 1991. En este libro los autores desarrollan cómo las múltiples influencias europeas y estadounidenses que marcaron, las realizaciones de dicho período no se explican sólo por la proliferación de estímulos externos, sino que requiere la consideración de factores emergentes de la propia realidad local como la Creación de la Facultad de Arquitectura en 1915, entre otros factores culturales, hasta la propia visita de Le Corbusier en 1929, quien quedó sorprendido por la aceptación de su visita y el ambiente proclive a sus ideas. 6. Modernidad apropiada (Ponencia presentada en el IV Seminario de Arquitectura Latinoamericana. Tlaxcala, México 1989). 7. La arquitecta Liliana Carmona (IHA, FADU-UY, 2011) Define al arquitecto Julio Vilamajó (1894 – 1948), como figura relevante en la historia de la arquitectura uruguaya, formado según las pautas clásicas de L’ Ecole de Beuax Arts, en una época de transición hacia la arquitectura moderna, lo que explica el carácter ecléctico de varias de sus obras con referencias a la historia dentro de concepciones formales y espaciales novedosas. Incursionó en programas de variada complejidad, como los edificios para el Centro de Almaceneros Minoristas (1929); Banco de la República Oriental del Uruguay, Agencia General Flores (1929); Gimnasio Club Atlético Peñarol (1930); Garaje para la Asistencia Pública Nacional (1931); Emilio Fontana (1931); Juncal, con P. Carve (1936); Ventorrillo de la Buena Vista (1946) y Mesón de las Cañas (1947) entre otros. En su concepción humanista de la arquitectura, otorgó especial valor a los detalles artesanales, incorporando elementos escultóricos y cerámicos. Su obra se inscribió en las búsquedas de una arquitectura americanista y apropiada. Como urbanista, formuló planes y principios teóricos de impronta regionalista, atendiendo al lugar –clima, topografía, vegetación, panoramas- y al uso apropiado de los materiales, técnicas y formas de la tradición. Estas ideas fueron aplicadas en la urbanización de Villa Serrana (1946). Fue un destacado docente de la Facultad, en Taller de Proyectos de Arquitectura. 8. Ya sea por la imposición ex-novo y la erradicación violenta de las culturas anteriores, pasando por la emancipación del objetivo defensivo militar que le dio origen, o porque las realizaciones arquitectónicas de relevancia surgen de cierta subversión respecto de los postulados o circunstancias en las que se producen (arquitectura que toma de la modernidad sus aspectos expresivos para apartarse de su preceptos discursivos respecto de la ciudad, o formulaciones de formas de gestión social de la vivienda a contracorriente de la autoridad imperante) la producción arquitectónica más relevante ha manifestado siempre cierta impertinencia, cierta independencia de lo que debía ser. 9. RAE: impertinencia Der. del lat. impertinens, -entis ‘impertinente’. 1. f. Dicho o hecho fuera de propósito. 2. f. Importunidad molesta y enfadosa. 3. f. p. us. (poco usado) Susceptibilidad excesiva, nacida de un humor desazonado y displicente. 4. f. desus. (desusado, cuya última documentación es posterior a 1500, pero no a 1900.) Curiosidad, prolijidad, excesivo cuidado de algo. Esto está hecho con impertinencia. 10. Estrofa de la Canción “la Casa de al Lado”. Fernando Cabrera. Disco Fines, 1993 Ayuí Tacuabé A7E 116 CD.
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ARQUITECTURA EN URUGUAY
Pertinencias e impertinencias
de la arquitectura uruguaya
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Arquitectura Uruguaya s.XX ESPACIO PÚBLICO
Rambla Sur
Estadio Centenario
Desde las décadas finales del s.XIX se inicia un proceso de modernización económica social y político que se extenderá hasta la tercera década del s.XX. En paralelo a la consolidación de un modelo económico basado en la ganadería de exportación, se inicia un fortalecimiento y protagonismo del estado que expande sus atribuciones
Montevideo. 1923-1935
Equipo municipal
Montevideo. 1930
Juan Antonio Scasso José Hipólito Donato
económicas y sociales. Se establece de esta manera un Estado social y empresario singular. Liderado a partir de 1903 por ideas liberales y progresistas se impulsa un modelo de desarrollo urbano e industrial acompañado de nacionalizaciones y estatizaciones que hacen del estado un agente económico de primer orden. Así las refor-
mas políticas, económicas y sociales dirigidas por el presidente José Batlle y Ordoñez cimentaron la matriz de bienestar que consolida la construcción de una sociedad moderna abierta al mundo y pautada por una legislación progresista y avanzada para la época.
Esta sensibilidad abierta y de progreso dará cabida al desarrollo y adopción de posiciones culturales modernas que pronto se verán reflejadas en la arquitectura que durante las décadas de 1920 a 1940 -primero de forma oficial y luego de forma anónima- conformará la imagen y estructura de la ciudad; especialmente de Montevideo.
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defensa atópica de los postulados teóricos de aquéllas, las realizaciones uruguayas se proyectan y se construyen desde un cuidado respeto a las condiciones de inserción en la trama urbana existente.
La arquitectura renovadora, como la denominan Arana y Garabeli (1991), pronto sustituirá los eclecticismos decimonónicos o las tradiEs destacable la significaticiones beauxartianas para va presencia de arquitectura conformar una ciudad en basada en preceptos de la la que conviven y destacan arquitecturas con claras Modernidad. Hospitales, centros de enseñanza, univer- referencias al art déco, el sidades, viviendas colectivas, expresionismo alemán y otras manifestaciones estioficinas, bancos y edificios lísticas y tipo-morfológicas oficiales se construyen con directa referencia estilística a de la modernidad europea. la arquitectura moderna euGeometrías y volúmenes ropea, pero a diferencia de la contundentes, líneas depu-
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Arquitectura Uruguaya s.XX SANITARIO
Hospital del Clínicas
Montevideo. 1930
Instituto de higiene
Montevideo. 1933
Carlos Surraco
Carlos Surraco
radas tallan y dan textura a una ciudad que expresa el optimismo y desarrollo de la sociedad que representa. Edificios de viviendas como el Edificio Centenario (1929) o El Edificio Lapido (1929), insertados en las áreas centrales de la ciudad, anuncian de forma temprana la imagen de la ciudad que traerá el siglo XX. Infraestructuras como el Hospital de Clínicas (1929) y el centro médico al que pertenece, así como el Estadio Centenario (192930) consolidan en lenguaje moderno la ideología de un país y una ciudad de progreso que no duda en disponer equilibradamente y de forma estratégica infraestructuras para la salud y la educación
como las Facultades de Ingeniería (1936) y Arquitectura (1938) encargadas a su vez de territorializar urbanamente la idea de una educación democrática abierta que se entremezcla y forma parte natural de la ciudad continua.
Por un lado los caminos de autonomía creativa enseñados años antes por Julio Vilamajó en obras como su propia vivienda (1930), la Facultad de Ingeniería (1936), El Ventorillo de la Buena Vista y el Mesón de las Cañas en Villa Serrana (1946 y 1947), son retomados durante las décadas de 1950 y 1960 por arquitectos como Payssé Reyes en obras como el Banco de Previsión Social (1957), el Seminario Arquidiocesano (1951) y su propia vivienda (1954).
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Arquitectura Uruguaya s.XX BANCO
O Rafael Lorente Escudero en el edificio para la Sede de AEBU (1964), el Edificio para empleados de ANCAP (1971); y consolidados por Dieste en las conocidas obra
Banco de la República 19 de Junio
BPS (Banco de Previsión Social)
Montevideo. 1957
Ildefonso Aroztegui
Montevideo. 1957-1975
Mario Payseé Walter Chappe
para la Iglesia de Atlántida (1958), Iglesia Durazno (1967) y otras obras de infraestructura e industria. Mientras este último, despliega los recursos formales, expresivos y estructurales del material y su técnica para arribar a formas singulares, los dos primeros parten de las formas heredadas de la modernidad y llegan a expresiones propias a partir de la materialidad y las técnicas disponibles. En paralelo, otra vertiente era explorada por arquitectos como Raúl Sichero, Luis García Pardo o Ildefonso Arostegui, que en realizaciones como Edificio el Pilar (G. Pardo, 1957), Edificio Panamericano (R. Sichero 1958)
o la sede 19 de Junio del Banco República (I. Arostegui 1957) proponen depurados volúmenes y estilizadas formas abstractas resueltas con delgadas pieles acristaladas, en perfecta sintonía con el estilo internacional.
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Arquitectura Uruguaya s.XX ENSEÑANZA
Facultad de Ingeniería
Facultad de Arquitectura
Montevideo. 1936
Julio Vilamajó
Montevideo. 1938-1946
Román Fresnedo Siri
BAL
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Arquitectura Uruguaya s.XX ENSEÑANZA SOCIAL
Colegio La Mennais
Sede AEBU
Montevideo. 1958-1971
Justino Serralta Carlos Clémot Eladio Dieste
Montevideo. 1964
Rafael Lorente Escudero Rafael Lorente Mourelle J. J. Lussich
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Arquitectura Uruguaya s.XX RELIGIOSO
Urnario Municipal Cementerio Norte
Iglesia Atlรกntida
Montevideo. 1959-1962
Nelson Bayardo
Canelones. 1958
Eladio Dieste
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Arquitectura Uruguaya s.XX VIVIENDA COLECTIVA
Edificio Lapido
Edificio Centenario
Montevideo. 1929-1933
Juan A. Aubriot Ricardo Valabrega
Montevideo. 1930
Octavio De los Campos Milton Puente Hipรณlito Tournier
ideas y arquitectos-, a partir de la década de 1944 se extiende a toda la promoción financiándose a través del sorteo de una casa proyectada mediante concurso de ideas entre estudiantes. Esta nueva tradición aún se mantiene y no solo ha permitido financiar el viaje de miles de estudiantes a lo largo de la historia (en las últimas dos décadas cada año viajan más de doscientos estudiantes En este periodo se da inicio a durante nueve meses por los una de las tradiciones arqui- cinco continentes) sino que tectónicas más singulares del ha servido de laboratorio de ámbito académico uruguayo: ideas así como de termómeel Viaje de Estudios que des- tro o radiografía para medir y de 1918 premiaba al mejor datar la evolución del debate estudiante de cada promoy pensamiento académico. ción con un viaje a Europa -oportunidad de contacto La década de 1960 acaba con directo con las realizaciones, una acusada crisis y deterioro Es preciso destacar que son éstos los años en que se renueva el Plan de Estudio de la Facultad de Arquitectura (1952), se elabora el Plan Director de Montevideo (1956) basado en una revisión contemporánea del pensamiento del CIAM (atención a la especificidad de las condiciones urbanas, incorporación de planeamiento parcial y progresivo).
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Arquitectura Uruguaya s.XX VIVIENDA COLECTIVA
Edificio El Pilar
Edificio Panamericano
Montevideo. 1957
Luis García Pardo
Montevideo. 1958
Raúl Sichero
económico que deriva en una dictadura de 12 años (19731985), periodo de destrucción de valores culturales y físicos, de abandono de la ciudad y las infraestructuras públicas, de degradación de los espacios libres y de pérdidas de recursos humanos y educativos de gran calidad. Principalmente en Montevideo, la ciudad sufre serios deterioros de su paisaje urbano mediante sustituciones tipológicas descontroladas que da lugar a la aparición de edificaciones en altura entre medianeras sin orden ni criterio y la demolición de varias obras arquitectónicas relevantes producto de la desafectación de Monumentos Históricos Nacionales.
En este contexto de deterioro, no obstante, se abre camino otra de las singulares aportaciones reconocibles de la arquitectura uruguaya: en el marco de la Ley Nacional de Viviendas de 1968 el Capítulo X reglamenta las Cooperativas de Vivienda y da un marco legal a un sistema pionero y único que ha permitido la investigación, experimentación y transferencia a la sociedad que caracteriza la arquitectura residencial uruguaya.
so, gestión y construcción de viviendas más eficaces a la vez que socialmente equilibrados de Latinoamérica. Dio lugar a un verdadero laboratorio de nuevas tipologías urbanas, nuevas técnicas aplicadas, nuevos modos de ejercer la profesión y a numerosos ejemplos de arquitectura de calidad como lo manifiestan algunos de los conjuntos de la ciudad de Montevideo tales como COVIMT 1 (1971), Complejo Bulevar (1972-74), VICMAN (1971), A partir de las experiencias UCOVI (1975-77) , CUTCSA llevadas adelante por el Cen- 1 (1972-75) y CUTCSA 4 tro Cooperativista del Uruguay (1982) entre otros. desde 1966, se incluye la figura de las cooperativas de Es de obligado reconocimienvivienda en régimen de uso, to hacer mención especial a como solución que deriva en la aportación de los arquitecuno de los sistemas de acce- tos Mario Spallanzani (1935-
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Arquitectura Uruguaya s.XX VIVIENDA COOPERATIVA
Cooperativa Cutcsa 1
Complejo Bulevar
Montevideo. 1972-1975
Centro Cooperativista Uruguayo Nelson Inda Isidoro Singer Juan. C. Vanini
Montevideo. 1972-1974
Centro Cooperativista Uruguayo Ramiro Bascans Thomas Sprechmann Héctor Vigliecca Arturo Villaamil
2019) y Miguel Cecilio, entre otros, encargados de las primeras experiencias piloto y de muchos de los conjuntos de calidad dentro de la cooperativas de vivienda.
Junto a las cooperativas de vivienda, existieron a partir de la década de los años 80 otras iniciativas para revertir el proceso de degradación urbana dejado por la dictadura principalmente en Montevideo. Ejemplo de ello fue la creación de las Comisión Especial Permanente de la Ciudad Vieja (1982) que se amplió replicándose a otros barrios. Fueron iniciativas e instrumentos que buscaron recuperar la conciencia urbana, atender a la necesidad de un tratamiento particularizado de las distintas áreas de la ciudad, promover la rehabilitación, así como el control de la nueva arquitectura y devolver la atención al espacio y la arquitectura pública.
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Bienal de Arquitectura Latinoamericana 2019
Arquitectura Uruguaya s.XX VIVIENDA COOPERATIVA
Cooperativa Vicman
COVIMT 1
Montevideo. 1971
Alfredo Nebel Farini Eladio Dieste
Montevideo. 1971
Centro Cooperativista Uruguayo Mario Spallanzani Miguel Cecilio
La democracia recupera el diálogo y debate sobre la ciudad, así como la figura del concurso de proyectos para el tratamiento de las distintas áreas. En este debate y acción sobre la ciudad se involucra con gran protagonismo la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Estatal a quien en 1998 se le encarga el Plan de Ordenamiento Territorial de Montevideo. Recupera así la academia un papel como actor y agente en la reflexión, el debate y también la acción directa sobre la ciudad y el territorio. No es menor destacar que la academia haya dado continuidad a los viajes de
estudiantes y con ello a los concursos para la construcción de las casas que lo financiarían. Se mantenía así un doble instrumento de formación académica y de apertura puesto año a año a disposición de las distintas promociones, que permitía por un lado experimentar a través de este desplazamiento, el conocimiento de la arquitectura en los territorios y culturas de origen, y por otro experimentar y materializar en la trama y contexto urbano local, las ideas pero también las técnicas mediante estas operas- prima dentro de una singular tradición y cultura arquitectónica que construye ciudad.
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Bienal de Arquitectura Latinoamericana 2019
Arquitectura Uruguaya s.XX VIVIENDA INDIVIDUAL
Casa Vilamajรณ
Casa Cravotto
Montevideo. 1930
Julio Vilamajรณ
Montevideo. 1931
Mauricio Cravotto
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Bienal de Arquitectura Latinoamericana 2019
Arquitectura Uruguaya s.XX VIVIENDA INDIVIDUAL
Vivienda Payssé
Vivienda Dieste
Montevideo. 1954-1956
Mario Payssé
Montevideo. 1961
Eladio Dieste
El cambio del siglo XX al XXI trajo nuevos escenarios. Superada la crisis económica de los primeros años, el país inicia una senda de recuperación económica y social que se evidencia también en la producción arquitectónica. Se ensayan simultáneamente varias fórmulas con políticas dispares que a veces intentan sin lograrlo retomar el control o pautar las dinámicas de un mercado evidentemente ingobernable.
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Arquitectura Uruguaya s.XXI ESPACIO PÚBLICO
Plaza 1º de Mayo
Memorial Desaparecidos
Plaza Crotoggini
Montevideo. 1992
Francesco Comerci
Parque Liber Seregni
IMM. oficina técnica Carlos Lopez.
Parque Pelusse
Canelones. 2015-2019
Montevideo. 2009
Montevideo. 1998-2002
Kohen, Frontini, López de Haro, Sagradini, Dodera y Otero
Canelones. 2011
Nicolás Guerra y Fernando De Rossa
Daniela Urrutia y Constance Zumendi
En dicho contexto, la figura del concurso retoma vigor y de allí resultan numerosas realizaciones de interés por escala y trascendencia urbana y territorial. La arquitectura institucional procura nuevamente recuperar ciudad y construir territorio. En Montevideo, concursos como la sede de la CAF (Confederación Andina de Fomento) o el de Antel Arena, recalifican, consolidan y dinamizan las áreas en las que se insertan. El primero lo hace en una zona central situada entre la ciudad vieja y la nueva mediante un equipamiento corporativo y cultural que complementa intervenciones como la Rehabilitación del Teatro Solís (obra emblemáti-
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Arquitectura Uruguaya s.XXI DOTACIONAL
Oficinas Represa de Salto Grande
Thomás Sprechmann, Marcelo Danza y Jorge Tuset
Sede CAF Región Sur
LAPS. Carlos Labat, Pierino Porta y Nicolás Scioscia
Antel Arena
Salto. 2009-2013
ca de la temprana República) y la ampliación de la casa de gobierno, también realizada por concurso reciente. El segundo a través de un gran equipamiento multiuso, deportivo y de eventos, devuelve ciudad a una zona alejada del centro, desarticulada y falta de referencias que le dieran carácter. Por otra parte varios concursos e intervenciones se suceden fuera de la capital en particular dos de ellos en zonas muy distantes de Montevideo: las nuevas sedes de las UTEC de Fray Bentos y Rivera, se convierten en hitos de referencia de una nueva política de descentralización universitaria y formativa. Así la otrora concentración casi exclusiva
BIT
en la capital, ahora se ve complementada con intervenciones de interés y calado en todo el territorio nacional.
Colonia. 2011
Luis Zino, Guillermo Probst, Juan Pedro Giordano, Daniela Freiberg, Rafael Dodera y Diego Ferrando
Montevideo. 2018
Montevideo. 2018
Pablo Bacchetta, José Flores y Rodrigo Carámbula
UTEC Rivera
Rivera. 2018
adaa + F Arqs + UZ:AA
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Bienal de Arquitectura Latinoamericana 2019
Arquitectura Uruguaya s.XXI EDIFICACIÓN EN EL PAISAJE COLEGIOS
Bodegas Viña Eden
Montevideo. 2019
Fábrica de Paisaje
Finca José Ignacio Almazara y Bodega
Maldonado. 2015-2018
Escuela de Tiempo Completo N300
Canelones. 2016
Marcelo Daglio
MECAEP Mariana Cecilio Natalie Cordero
Paisaje Viñedo Sacromonte
Colegio Gadner
Escuela de Tiempo Completo 92
Maldonado. 2017-2018
MAPA
Flores. 2018
Alejandro Baptista Acerenza
Artigas. 2014-2015
Pedro Barran Casas
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Bienal de Arquitectura Latinoamericana 2019
Arquitectura Uruguaya s.XXI REHABILITACIONES COMERCIAL
Serratosa
Teatro Politeama
Matisse
Montevideo. 1897-2015
Graetz-Nuñez: Alberto Graetz Armando Núñez
Canelones. 1921-2012
Victor Lorieto Conrado Pintos Luis Santellán
Canelones. 2016
HMOZ (Paco Hernandez) Queirolo Cantera
Centro de Cooperación Española
ITR-UTEC Fray Bentos
Sinergia Design
Francesco Comerci
Río Negro. 2014
Virginia Ruiz Mirazo Alejandro Dibarboure Ingrid Grauert Inés Llorente
Montevideo. 2016-2017
RAMM Pedro Berger Raul Leymonie
Las casas de Arquitectura Rifa transitan también este abanico de intervenciones. Casas suburbanas como La casa G’91 de Baptista y Umpierrez, viviendas en el paisaje como En relación a las viviendas in- la casa G’96 de Mirabal y dividuales, el siglo XXI des- Bednarik, o viviendas urbanas pliega también un abanico de como la Casa G’06 de Massoluciones y tipo de interven- cheroni, Martínez, de Souza, ciones que abarcan desde la Varela, han sido fuente de En paralelo, las cooperativas intervención de edificaciones exploración y propuesta de de viviendas siguen siendo existentes, como la Casa los concursos de estudiantes. una de las opciones de ges- Urbana del estudio FGM, a la tión y acceso real a la vivien- vivienda de autor suburbana como Casa Fausta de los da y si bien muchos de los Así mismo se vuelve a correr ejemplos de ayuda mutua se arquitectos Apolo y Frigerio; o a la vivienda de temporada el mismo riesgo que el provo- siguen dando en zonas pecado por la ley de propiedad riféricas de las ciudades, se inserta en el paisaje como puede advertir cómo las coo- Calera del Rey del estudio horizontal: la sustitución no perativas han profundizado Gualano+Gualano, y la Casa planificada ni ordenada de tipologías edilicias y el consi- en la tendencia a insertarse Dos Piedras del estudio Atmósfera de arquitectura. guiente cambio e impacto no en la trama urbana consoPor su parte la vivienda social a través de una ley de incentivos promueve la intervención privada en la generación de nuevo stock priorizando las áreas centrales de las ciudades. Los resultados son diversos tanto en la calidad de la arquitectura como en la eficacia de la solución, e incluso en el cumplimiento del objetivo principal: el acceso real a dichas viviendas de los sectores sociales a los que estarían destinadas.
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Bienal de Arquitectura Latinoamericana 2019
Arquitectura Uruguaya s.XXI VIVIENDA COLECTIVA CORPORATIVO
Edificio Live
Cooperativa COVIVEMA
Cooperativa Nueva Era
Montevideo. 2011-2013
Leonardo Garcia Dovat Federico Gastambide Guillermo Romero
Montevideo. 2017
Centro Cooperativista Uruguayo L. Borelli T. Buroni R. Carneiro
Montevideo. 2010-2018
Gonzalo Guevara Rodolfo Schwedt
previsible en la trama urbana. Este ensayo está arrojando singularmente ejemplos de interés con cuidada inserción, ejecución y conformación. En muchos de ellos se nota un aumento de la calidad constructiva y una atención por el diseño y las condiciones de inserción urbana.
lidada. Ejemplo de ello son las Cooperativa Nueva Era y COVIVEMA esta última una de la primeras realizadas por autoconstrucción en altura.
Alister Golf
Montevideo. 2017
Edificio San Salvador
Montevideo. 2015
Oficinas Calle Isla de Flores
Estudio Cinco: Ivan Arcos
ST arquitectos William Dos Santos
Montevideo. 2018
Pedro Livni
Casa Rifa G`96
Maldonado. 2000-2001
Casa Fausta
Montevideo. 2010-2013
Federico Mirabal Marcelo Bednarik
BAL
Bienal de Arquitectura Latinoamericana 2019
Arquitectura Uruguaya s.XXI VIVIENDA UNIFAMILIAR
Casa Dos Piedras
Calera del Rey
Casa Plaza Montevideo. 2017
MASS
Los Pinos Colonia. 2004-2005
Rafael La Paz AtmĂłsfera de arquitectura y afines
Maldonado. 2013-2014
Marcelo Gualano MartĂn Gualano
Casa Urbana
Casa Rifa G`10
Montevideo. 2014
FGM Diego Ferrando Fernanda Goyos Daniel Martirena
Casa Rifa G`91
Juan Carlos Apolo Rosana Frigerio
Canelones. 2016
Emilio Garateguy Ignacio Trecca
Canelones. 1996-1997
Alejandro Baptista Javier Umpierrez