ESPECIAL
Renuncia de Benedicto XVI
Diócesis de Ciudad Guayana Año XII - Número 94 - enero y febrero 2013
Entrevista exclusiva... reportaje sobre su vida... cómo se hace un obispo...
Mons. Ángel Caraballo,
el primer obispo guayanés
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Alegría diocesana CARTA DEL OBISPO
Un nuevo hito en nuestra joven historia Con estas palabras del salmista expresamos la alegría que la Iglesia Diocesana vive en estos momentos. El año 1985 fuimos bendecidos con la presencia del primer Papa que visitaba a nuestra querida Venezuela. Somos una de las pocas diócesis con este privilegio. El Beato Juan Pablo II desde nuestra tierra dirigió un importante y hermoso mensaje al mundo obrero.
“Dios ha sido grande con nosotros y estamos alegres” (Ps. 125, 3)
Al pasar de los años, la Iglesia Diocesana -después de una profunda y seria reflexiónoptó por un Plan Diocesano de Evangelización que
durante estos años nos ha ayudado en nuestra misión evangelizadora. Esta ha sido otra bendición de Dios. Este año pasado, de nuevo, Dios nos bendijo con la noticia de que el Santo Padre había elegido como Obispo Titular de Dagno y Auxiliar de Maracaibo al Pbro. Ángel Francisco Caraballo Fermín, miembro de nuestro presbiterio. Esta es una nueva bendición de Dios que nos llena de alegría pero que nos llama a un compromiso: crecer en nuestra vida de fe y en nuestro compromiso misionero. Quisiera en esta oportunidad reflexionar sobre el significado del Episcopado en la Iglesia. Los obispos son los sucesores de los Apóstoles y, como ellos, están llamados a ser profetas, testigos y servido-
res de la Buena Noticia del Señor que es esperanza para un mundo cargado de fracasos ante las falsas promesas de felicidad que se le brindan, basadas en ideologías materialistas, inmanentistas y economicistas. Para esto el Obispo está llamado a ejercer “las tres funciones de enseñar, santificar y gobernar al Pueblo de Dios con los rasgos propios del Buen Pastor: caridad, conocimiento de la grey, solicitud por todos, misericordia para con los pobres, peregrinos e indigentes, ir en busca de las ovejas extraviadas y devolverlas al único redil.” (Juan Pablo II, Pastores Gregis, 7) Por lo mismo, el Obispo debe cuidar al pueblo a él encomendado con amor paternal a fin de conducirlo,
junto con los presbíteros, sus colaboradores en su ministerio episcopal, a la salvación. Esta es la misión que el Señor, a través de la Iglesia, ha encomendado a Mons. Ángel Caraballo Fermín, sacerdote de profunda espiritualidad, sólida formación y generosa entrega a la misión evangelizadora. Estamos con Mons. Ángel Caraballo y le rogamos al Señor lo acompañe en su misión episcopal. Lo extrañaremos en nuestro diario caminar en la diócesis pero, estamos alegres porque tenemos la seguridad de su capacidad y su generosidad en el ejercicio de su ministerio episcopal. Mons. Ángel cuente con nuestras oraciones y con el cariño de esta Iglesia que S.E. tanto quiere y en la que nació a la vida de la Fe.
>El Obispo responde: algunas cuestiones sobre el episcopado A raíz de la Consagración episcopal de Mons. Ángel Caraballo, varios hermanos se han acercado a preguntarme algunas cuestiones que ahora quiero responder en el Periódico Diocesano:
1.La apostolicidad de la Iglesia Nuestro Señor Jesucristo dotó a su Iglesia de una estructura apostólica o episcopal. Para ello eligió a doce varones (número que se amplía después de la Resurrección) a los que da el poder del Espíritu Santo para interpretar y anunciar la Palabra, perpetuar su presencia en los Sacramentos y convocar a la Iglesia en el Amor bajo su autoridad. Los apóstoles, cuando fundaban nuevas comunidades o veían cercano el tiempo de dejar este mundo, eligieron a sus sucesores para ponerles al frente de las Iglesias locales y les transmitieron el mismo poder recibido de Cristo a través de la imposición de las manos. Esto es lo que conocemos como
“Sucesión Apostólica”. Son datos evidentes en las Sagradas Escrituras y en la Tradición. Desde los primeros tiempos de nuestra fe, una prueba de autenticidad de cualquier comunidad era que al frente de la misma tuviese un legítimo sucesor de los apóstoles. También hoy sólo se reconoce como verdadera Iglesia a la que está basada, además de en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, en la Sucesión Apostólica. Ahora entendemos que ser Obispo no es ser un “jefe”, un “organizador” o un “presidente” sino, ante todo, un sucesor de los apóstoles que nos garantiza el vínculo real con el Señor Jesucristo y con nuestro acontecimiento fundante: la Pascua y su Anuncio en la Palabra.
2. Obispo Titular de Dagno
El Obispo se une a su Diócesis de manera análoga a como Cristo se desposa con su Iglesia (Ef 5, 25-
29). El signo de este desposorio es el anillo episcopal, que los fieles besan no por adular al Obispo sino para venerar este vínculo de la Iglesia local con su Pastor. Por eso, no puede haber Obispo en ejercicio que esté sin Diócesis ni puede haber Diócesis con más de un Obispo Titular o principal. Cuando el Papa, que es el único que puede nombrar Obispos porque es el Sucesor de Pedro y como tal Cabeza del Colegio Episcopal, elige a un Obispo como Auxiliar de otro (esto es lo ocurrido con Mons. Ángel Caraballo en la Diócesis de Maracaibo), le asigna también la titularidad de una Diócesis que realmente existe pero sin fieles y, por tanto, sin necesidad de que el Obispo resida en ella. Concretamente, Mons. Ángel Caraballo ha sido nombrado Obispo Titular de Dagno, que es una Diócesis situada en África, aunque su pastoreo lo realizará ayudando a Mons. Ubaldo Santana.
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>aplaudimos la claridad moral de nuestros obispos
1. A finales del año pasado vivimos dos procesos electorales que se desarrollaron en un ambiente de pacífica convivencia, pero los reclamos por la falta de condiciones de equidad en el desarrollo de la campaña plantean la necesidad de una revisión y absoluta imparcialidad del sistema electoral. 2. Observamos con preocupación que en el conjunto de leyes, denominadas del “Poder Popular”, se haga un énfasis en el carácter ideológico de las mismas,
y se introduzcan conceptos como “socialismo” y “estado comunal”, no contemplados en el texto constitucional. La organización político territorial no puede construirse sobre una ideología restrictiva, porque atentaría contra la concepción del Estado plural, no excluyente y democrático, consagrado por la Constitución (Cf. Art.2 y 6). 3. El estado de salud del Señor Presidente de la República ha generado inquietud en el conjunto de la población venezolana. Junto con todo el pueblo nos solidarizamos con el Presidente y su familia en este momento difícil de su enfermedad. Abogamos y elevamos nuestra oración al Altísimo por su salud física y espiritual. Es necesario que las autoridades informen con claridad y veracidad sobre el estado y
evolución de la salud del Presidente, pues es un tema de interés público dada la función que él ejerce. El dictamen de una junta médica conformada por reconocidos profesionales venezolanos despejará incertidumbres. 4. Así mismo, ante la situación constitucional que ha creado la condición de salud del Señor Presidente de la República, llamamos a todos los poderes públicos y a la ciudadanía en general a respetar escrupulosamente la normativa constitucional, pues del respeto del estado de derecho depende la estabilidad y la paz de la República; entendiendo que la voluntad soberana del pueblo se expresa y se ejerce en el marco de las normas de la Constitución Nacional.
Una interpretación acomodaticia de la Constitución para alcanzar un objetivo político es moralmente inaceptable. 5. Los venezolanos debemos reafirmar nuestra vocación democrática en este difícil momento. El diálogo franco, abierto y respetuoso, que tenga como objetivo el total apego a la Constitución y la defensa de la soberanía de Venezuela, debe continuar siendo el camino para alcanzar la superación de los múltiples obstáculos que afectan nuestra convivencia ciudada-
na y que nos pueden llevar a una crisis más profunda. 6. Rogamos al Señor derrame su bendición sobre nuestro país y nos conceda vivir en un ámbito de libertad, solidaridad, tolerancia, |fraternidad y paz. Invocamos la maternal proteccción de la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Coromoto. Invitamos a todos los creyentes a orar por nuestra patria. Caracas, 8 de Enero de 2.013
Los Arzobispos y Obispos
DE LO HUMANO Y LO DIVINO
Los Arzobispos y Obispos de Venezuela, reunidos en nuestra XCIX Asamblea Plenaria Ordinaria, enviamos a todos los hombres y mujeres de Venezuela un saludo de Año Nuevo y queremos compartir algunas reflexiones sobre el acontecer nacional
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El primer Sucesor de los Apóstoles salido de Guayana
GENTE DE HOY
Mons. Ángel F. Caraballo
El actual Sucesor de Pedro, Benedicto XVI, escogió a este presbítero de nuestra Diócesis para ser Obispo Titular de Dagno (África) y Auxiliar de Marabaibo. Les ofrecemos una entrevista exclusiva y un reportaje sobre su vida.
Inés Liconti, Jesús Sandoval y Jesús Velázquez
El padre Ángel Francisco Caraballo, o “Angito” como mejor le conocía su gente, nació el 30 de mayo de 1965, en Puerto Ordaz, Edo Bolívar. Es el quinto de 10 hermanos. Sus padres, Jesús María Caraballo y Otilia del Carmen de Caraballo, le dieron una sólida educación cristiana. Movido por el ejemplo del Papa Juan Pablo II, cuando visitó nuestra Ciudad, en el año 1985, decidió ser sacerdote; desde entonces su vida que se ha caracterizado por su profunda espiritualidad, humildad y entrega a Dios. Con ello ha marcado la vida de muchos feligreses de nuestra Diócesis. Iglesia Hoy ha tenido el privilegio de ser el primer Medio en hacerle una amplia entrevista.
1. Familia y primeros años de vida
“Los primeros años de mi
vida, según cuentan mis mentar la solidaridad entre padres, los viví en las Par- los hermanos, aprendimos celas de El Roble, exacta- a ahorrar hasta la última mente en san Félix, porque moneda, vivimos la pobreallí vivían mis padres. Al za extrema, que al mismo año de tiempo mi nacinos sirvió miento, para manMons. Ángel nos trastener las ladamos Caraballo está mar- relaciones al campo amiscado por una familia de A2 de la tad en la cristiana, numerosa familia. Ferrominera y obrera. Las difiOrinoco, cultades económicas - ¿Aparte que era que pasaron forta- de usted, para ese entonces alguien lecieron su unión el lugar más ha como familia. donde resentido sidenciaen la faban los milia la empleados de Venalum. inclinación a la vida religiosa?
Posición social de la familia Caraballo
“
Siempre fuimos una familia de clase media-baja. Mi padre, oriundo de Sucre, fue trabajador de Ferrominera Orinoco por 35 años como obrero de almacén de la empresa. Mi madre es de Margarita y siempre se dedicó a los quehaceres del hogar y a la educación y crianza de sus hijos. Pasamos por momentos difíciles en nuestras vidas, que nos sirvieron para fo-
“
No. Soy el primero, pero debo decir que mi bisabuelo fue un sacerdote español que vino a la isla de Margarita; allí desarrolló su ministerio unos cuantos años y luego pidió la dispensa del ministerio sacerdotal a la Santa Sede , la cual le fue concedida. Él se casó con mi bisabuela, entonces de alguna manera hay un vínculo en la familia: podríamos decir, que tuve un bisabuelo sacerdote.
>CÓMO SE ELIGE UN OBISPO 1.La lista 3.La decisión En la Nunciatura (o representación del Papa) de cada País existe una lista de presbíteros que son candidatos idóneos para este ministerio. Los Obispos diocesanos tienen la obligación de elaborarla y mantenerla actualizada. Además, cada Obispo diocesano puede dar a conocer particularmente a la Sede Apostólica nombres de presbíteros que considere dignos e idóneos para el oficio episcopal.
2.La consulta
Cada vez que se produzca una vacante en una diócesis, el Legado pontificio -Nuncio, Pronuncio o Delegado Apostólico- ha de proponer a la Santa Sede una terna de nombres, previa una investigación sobre la idoneidad de los candidatos y demás circunstancias que concurran en la diócesis: ha de preguntar al Arzobispo metropolitano, a los demás Obispos de la provincia eclesiástica, al presidente de la Conferencia Episcopal, y a algunos personajes relevantes de la diócesis cuya vacante se trata de cubrir: se prescribe la consulta de algunos miembros del Colegio de Consultores y del Cabildo de la Catedral, y si lo ve conveniente puede pedir la opinión de clérigos regulares y seculares así como de laicos “que desta-
Momento de la entrevista exclusiva para nuestro Periódico Diocesano
quen por su sabiduría”. En la terna de nombres pueden aparecer presbíteros y Obispos de otras diócesis, cuyo traslado se propone.
En la Santa Sede el organismo competente en las diócesis de rito latino, tanto para recibir las listas que han de elaborar los Obispos como para recibir la terna de nombres que propone el Legado pontificio es la Congregación para los Obispos como norma común, o la Congregación para la Evangelización de los Pueblos si la diócesis está confiada a este dicasterio. Una de estas dos Congregaciones, después de hacer su propia investigación, presenta al Sucesor de Pedro el candidato más idóneo. El Papa, previo discernimiento bajo la luz del Espíritu Santo, es el que elige al Obispo y ordena que se haga público.
4.Obispos auxiliares
El procedimiento anteriormente descrito se refiere al nombramiento de Obispos diocesanos y coadjutores. Para el nombramiento de Obispos auxiliares se establece un procedimiento más sencillo, según el canon 377 del Código de Derecho Canónico: Si no se ha provisto legítimamente de otro modo, el
Obispo diocesano que considere que debe darse un auxiliar a su diócesis propondrá a la Sede Apostólica una lista de al menos tres de los presbíteros que sean más idóneos para ese oficio. La propuesta la puede hacer a través del Legado pontificio. Como se puede observar, el procedimiento es sencillo.
5.No intervención de autoridades civiles
El Código de Derecho Canónico previene que no se concederán en adelante a las autoridades civiles ningún derecho en lo que se refiere al nombramiento de Obispos. Pero ciertamente se han de tener en cuenta los derechos reconocidos hasta el momento. Además, no se debe olvidar que en la prelación de fuentes del derecho de la Iglesia tienen preferencia los Concordatos y demás Acuerdos de derecho internacional suscritos por la Santa Sede sobre el Código de Derecho Canónico (cfr. canon 3). Esto aplica en Venezuela porque según el vigente Concordato entre el Estado venezolano y la Santa Sede, los Obispos venezolanos tienen que ser naturales de esta tierra; pero, un presbítero venezolano sí podría ser Obispo de la mayoría de las diócesis extranjeras.
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“Experimenté que las palabras del Beato Juan Pablo II: CRISTO TE NECESITA estaban especialmente dirigidas a mí”
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Sí. Sobre todo la influencia de mi madre, que es una mujer religiosa en el sentido amplio de la palabra. Ella se esforzó mucho por educar a sus hijos en la fe y recepción de los sacramentos; siempre las clases de catequesis y la formación religiosa eran muy importantes para ella. Después de mi ida al Seminario se comprometieron más con la Iglesia, ya que antes asistían a las actividades puntuales: la Sagrada Eucaristía, la celebración de los difuntos, los bautizos... Pero no estaban directamente comprometidos con la Iglesia.
2. Seminario y formación sacerdotal - ¿Dónde realizó sus estudios?
“
Estudié la Primaria en el Colegio Diego de Ordaz; la Secundaria en el Liceo Los Olivos; luego fui a Caracas a estudiar Economía en la Universidad Central de Venezuela. Cuando descubrí mi vocación sacerdotal, empecé los estudios de filosofía en el Seminario Divina Pastora en Barquisimeto; después de terminar la filosofía en dicho Seminario, Monseñor Núñez Viloria, que era el Obispo de
Guayana en aquel momento, me envía a terminar mis estudios teológicos a la Universidad de Navarra en España. Al regresar a Venezuela está recién nombrado Obispo de nuestra Diócesis Monseñor Ubaldo Santana y el siete de diciembre de 1991 me ordenan sacerdote. Antes había sido ordenado Diácono en España, en la Catedral de Pamplona. Mi primer destino fue la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, donde estuve desde el año 91 al 96; luego de cinco años allí me envían a estudiar Derecho Canónico en la Universidad Santa Cruz de Roma en Italia. Durante tres año en ese lugar me especialicé en Derecho Canónico,
sobre todo en Derecho matrimonial y familiar. A mi regreso me nombran párroco de la Virgen del Valle donde estuve durante diez años y actualmente me encuentro en la Parroquia S. Pedro y S. Pablo en la que he vivido muy feliz la misión que Dios me ha encomendado. - ¿Fue la visita de Juan Pablo II un acontecimiento importante para tomar el camino del sacerdocio?
“
Sí. Indudablemente fue ese el motivo que terminó de darme el empujón para entrar de una vez en el Seminario. Específicamente fueron dos frases las que marcaron esa decisión en mí: “Jesús te ne-
cesita” y “Cristo tiene necesidad de Ti”. Aunque había una multitud de jóvenes en ese momento, sentí que era a mí a quien se dirigían. El Papa estuvo por aquí en el año 1985, entre el 26 y 29 de enero, y yo participé activamente en la Misión Nacional que fueron tres meses de formación activa, donde se trataban tres temas fundamentales: el hombre, Dios y la Iglesia.
GENTE DE HOY
- ¿Fue clave la influencia de sus padres para el descubrimiento de su vocación?
En la Sta. Misa de ese mismo día en que el Beato Juan Pablo II estuvo aquí, fui elegido por mi párroco, el padre José Sánchez Platero, para comulgar de la mano del Papa. Ese mismo año, el 22 de septiembre de 1985, entre formalmente al seminario.
>SU ÁLBUM DE FOTOS
Una retrospectiva de sus tiempos de joven estudiante
Su Primera Comunión
Sus padres
Con el Beato Juan Pablo II, figura que ha marcado la vida y vocación de Mons. Ángel Caraballo.
Imágenes de su Ordenación Sacerdotal. En ellas se reconoce al P. Jose Gregorio Salazar y a Mons. Ubaldo Santana, entonces Obispo de nuestra Diócesis
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-¿Durante su juventud tuvo otro amor aparte de Cristo?
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GENTE DE HOY
Durante mi juventud, pertenecía a un grupo de universitarios católicos en la UCV, donde nos encontrábamos personas de varias menciones: Ciencias Sociales, Economía, Estudios Internacionales. Dentro de ese ambiente fue que tuve una relación de noviazgo; no fue una relación como tal sino que éramos simplemente novios. Cuando decidí que iba a ser sacerdote, lo primero que pensé fue en decírselo a ella porque sabía que debía ser sincero y ella, como era una muchacha caraqueña de profundas raíces católicas, me respondió que si era eso lo que realmente me hacía feliz y lo que Dios quería para mí, entonces ella también compartía esa alegría conmigo. Quince años después nos encontramos por casualidad en un aeropuerto, ella me reconoció pero yo no pude reconocerla a ella, me preguntó que si me sentía contento y yo le respondí que sí, ella dijo ¡qué bueno, porque yo siempre rezo por ti! Actualmente es una mujer felizmente casada con tres hijos y vive en el extranjero. - Amigos que recuerde de manera especial durante su vida sacerdotal
“Pues son varios amigos los que he tenido a lo largo
de mi vida. Uno de ellos, el padre José Sánchez de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, de origen español (de Málaga), fue para mí amigo, padre, confidente, confesor... en definitiva, él marcó mi vida. Cuando le comenté que quería entrar
al Seminario me pidió tres cosas, primero que rezara mucho, segundo que asistiera más a la santa Misa, y me confesara más seguidamente. Me recomendó leer un clásico de la Iglesia. Y tercero, que debía tener una labor con los más pobres y fue cuando empecé a trabajar en Cambalache en Puerto Libre, que se encuentra en Castillito, y luego en el Pediátrico de Guaiparo. Él me aseguró que era allí donde encontraría una confirmación de mi vocación, que de hecho fue así.
3. Ejercicio del ministerio sacerdotal
- Algún reto que haya marcado su vida durante el sacerdocio
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Sin duda alguna, que me haya tocado ser párroco en un lugar donde me conocen lo suficientemente bien, saben mis cualidades pero también conocen mis defectos como toda persona, esa parroquia es Fátima. Allí tuve muy presente aquella frase de Jesús: “nadie es profeta en su tierra”, pues la gente por la confianza que teníamos de mucho tiempo atrás, aún le costaba llamarme padre, porque popularmente me conocen como “Angito”. De ella me llevo un gran aprendizaje: el trabajo en comunidad, el aprecio y apoyo de los feligreses... digamos que en ese lugar se encuentran los pioneros de la Diócesis de Ciudad Guayana, la cual se funda en 1979, siendo nombrada Pro-Catedral por ser la más grande para entonces.
- ¿ Pensó en algún momento abandonar los estudios en el seminario o el ministerio sacerdotal?
>Once preguntas rápidas
“v e r dLa da
es que nunca me he planteado esa pregunta, siempre he tenido clara mi vocación. Sí se me han presentado momentos difíciles, sobre todo comenzar nuevos trabajos en las Parroquias donde he estado, o tratar de solucionar algunos problemas desde el punto de vista de la pastoral, organización de la parroquia entre otros, pero puedo decir hoy con orgullo y mucha humildad que de esas Parroquias he salido muy contento porque se han creado comunidades y cristianos muy bien preparados. - ¿cómo ha sido su trabajo con los jóvenes durante su labor pastoral?
“
Trabajar con los jóvenes se me ha hecho una tarea interesante y llevadera, muchas veces agotadora porque requieren de mucha paciencia, y le dedico mucho tiempo a la escucha de sus problemas y sus alegrías.
De los jóvenes con los que he trabajado han salido varios sacerdotes como son los padres Frank Márquez, Marcos Hidalgo y Gustavo Suarez; en aquel tiempo cuando yo era párroco ellos estaban en el Seminario y también pertenecían al grupo de jóvenes de la Parroquia. También han salido otros religiosos que se encuentran en Estados Unidos. De la Parroquia Virgen del Valle está el seminarista Placido que está a punto de terminar sus estudios. Y en México, con las Misioneras Brigadas se encuentra una joven de Castillito que recientemente hizo sus votos. También he tenido la dicha de presenciar varios matrimonios jóvenes y otros que aún siguen llevando un valiente trabajo en la Iglesia según su carisma.
1. UN LIBRO: “Ven y vamos” de Juan Pablo II 2. UNA PELICULA: “La pequeña casa de la pradera” 3. UN LUGAR: Los Pirineos en España. En Italia L´aprica. Me gustan los lugares fríos y donde se pueda estar en contacto con la naturaleza 4. UN RECUERDO DE SU INFANCIA: El nacimiento de mi último hermano 5. LA ÚLTIMA ALEGRÍA: Hace pocos días, una señora que pertenecía a una de las Parroquias donde yo estuve, extremadamente pobre y un poco enferma, hizo todo lo posible por venir a verme y entregarme un pequeño y rico chocolate. 6. LA MAYOR TRISTEZA: Conocer en los últimos años la muerte de amigos a causa de la violencia 7. UN REGALO: Un álbum de fotos que me hicieron unas familias muy pobres en Cambalache hace ya muchísimo tiempo con un mensaje y firmado por cada familia de ese pueblo. 8. EL MIEDO MÁS GRANDE: No corresponder al Amor de Dios 9. SU SUEÑO MÁS DESEADO: La fraternidad entre todos los hombres 10. EL MOMENTO MÁS ESPECIAL: ¡El día de mi ordenación sacerdotal! 11. QUE ME RECUERDEN POR: ¡ser quien soy!
>LOS SIGNOS EPISCOPALES EL BÁCULO:
o cayado, signo del pastor que es solícito con sus ovejas para guiarlas hacia buenos pastizales y defenderlas de los enemigos que las asechan (principalmente el pecado). LA MITRA: (sombrero en forma de punta, con dos tiras que salen por el costado, detrás, debajo), antiguo signo de dignidad entre los romanos, pero que en él representa su contacto experiencial con Dios (“que brille en ti el esplendor...” –de la fórmula de imposición de la Mitra-). Véase Éx. 34, 29-30.35 (el rostro de Moisés “irradiaba” al conversar con Dios) . Él Obispo es el primer Catequista o Evangelizador en su diócesis. EL SOLIDEO: (pequeño gorrito morado en el caso de los Obispos, rojo para los Cardenales y blanco para el Papa), por el cual sólo a Dios (“soli Deo”) da la gloria. Por eso, sólo se quita el Solideo delante de Dios (cuando comienza la Plegaria Eucarística en la Sta. Misa).
EL ANILLO: signo de su desposorio con la Iglesia particular (la diócesis) a la cual sirve (la comunidad de los bautizados). De allí que, tanto en la tradición oriental ortodoxa como en la occidental católica, debe ser célibe porque su esposa es la Iglesia, a la cual sirve amorosamente. Los fieles besan el anillo como símbolo de este compromiso y amor a la Iglesia local EL PECTORAL: (cruz sobre el pecho), signo de que Jesús debe estar en su interior y ser el dueño de su corazón para representarlo. EL PALIO ARZOBISPAL (sólo para los Arzobispos): Banda de lana blanca en forma de collarín, adornada con seis cruces de seda negra. La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. La forma circular que encierra los hombros es el temor del Señor. Se utiliza a modo de escapulario salpicada de cruces, que les envía el Papa como distintivo de su especial responsabilidad en la archidiócesis.
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07 la mejor disposición de compartir con el pueblo marabino sus alegrías, sus tristezas y servirle en lo que haga falta. - ¿Fue para usted una total sorpresa saber que Dios le estaba llamando a este nuevo ministerio?
Mons. Ángel Caraballo con los autores de este reportaje un nuevo trabajo de evangelización y ahora con un poco más de responsabilidad? - ¿Qué es lo que más le llama la atención de fe guaPara mí este año es comyanesa? pletamente nuevo, en todos los sentidos, porque comienConsidero que Ciudad za un nuevo año escolar, porGuayana se ha caracterizado que voy a recibir lo que se por la gran participación de llama en teología la plenitud los laicos en la misión evan- del sacerdocio, la ordenación gelizadora. Lo que me llevo episcopal y nuevo porque a Maracaibo es el compartir voy a aprender a ser Obispo. con las familias, el trabajo En el Seminario aprendemos en comunidad y la alegría de a ser sacerdotes, no Obisdisfrutar cada trabajo que se pos. No hay mejor manera hace para la construcción del de aprender que trabajando; Reino de Dios. Yo solo soy pero al mismo tiempo tengo animador de la actividad mi- mucha confianza en Dios. sionera y quiero delegar todo Cuando Él da un encargo o lo que pueda. una nueva tarea también da la fuerza y la sabiduría para lle- Ahora que le toca irse de var acabo ese encargo. Si la misión a otra tierra como Iglesia quiere que yo le sirva Maracaibo, ¿cómo cree us- en el Zulia, entonces ya Dios ted que se sentirá llevando pondrá los medios; yo tengo
4. La sorpresa del episcopado
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Por vez primera presencié dos sentimientos encontrados que incluso yo los tenía, por una parte agradecimiento porque el Papa se fijó en mí, y por otro lado nostalgia de saber que tienes que dejar la tierra en la cual serví por 21 años; es un poco doloroso pero al mismo tiempo, me llena de alegría porque si es
- ¿Cuáles son las bases de su espiritualidad?
“Dios, en su infinita bon- “La formación que recibí en dad, me ha los Seminarios donde estu-
permitido vivir durante dos semanas momentos de una gran experiencia espiritual. En efecto, entre los días 12 y 23 de septiembre pasado estuve en terapia intensiva bajo el cuidado de excelentes especialistas de la medicina, tanto en la Clínica Chilemex como en el Hospital Raúl Leoni de Guaiparo. Puedo resumir esta experiencia con la cita de (Rom. 8, 28): “Sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios, de aquellos que Él llamó según su eterno decreto y perseveran en su amor.”
“Dios me ama muchísimo. “Te tengo escrito en las palmas de mis manos para no olvidarme de ti”, como dide Isaías. Por eso permitió que sufriera.”
- ¿Cómo tomó su familia este nombramiento?
“
- ¿Cómo ha sido su experiencia durante la enfermedad por la que estuvo pasando recientemente?
mí por su apoyo espiritual y material, y a eso que estuvieron siempre presente con sus oraciones.
¿Qué aprendí de esta experiencia? Dios me ama muchísimo. “Te tengo escrito en las palmas de mis manos para no olvidarme de ti” Isaías. Por eso permitió que sufriera en mi propia carne lo que falta a la pasión de Cristo por su Cuerpo que es la Iglesia. Ahora he comprendido esta frase de S. Pablo. El sufrimiento tiene un valor salvífico. Siempre ofrezco mis pequeñas penitencias por la Diócesis, las vocaciones y la santificación de los sacerdotes. Agradezco a todos los que estuvieron pendientes de
G E N T E D E H OY
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Sí. Completamente. De hecho ya estaba conversando con algunos amigos sacerdotes la posibilidad de tomarme este año como un año sabático de estudios. Y muy de repente me llama el Nuncio diciéndome que quería hablar conmigo respecto a la Diócesis y a mi persona, lo primero que pensé fue: “¡Dios mío que habré hecho o que habrá pasado con la Diócesis!”. Y luego me da la noticia de que el Papa ha pensado en mí para que sea el nuevo Obispo auxiliar de Maracaibo. Y yo obedeciendo a nuestra Madre que es la Iglesia y confiando en las oraciones de mi familia y la gente que me quiere, acepté con alegría este nombramiento porque siempre he querido servir a la Iglesia como ella quiere ser servida.
lo que Dios quiere para mi entonces eso haré.
die. Aprendí que un sacerdote no se improvisa: ser sacerdote amerita mucho esfuerzo y constancia, comunidad, experiencias pastorales, oración personal, ese encuentro íntimo con el Señor, ese diálogo de amigo a amigo es esencial en cualquier sacerdote, la Eucaristía, la confesión, dirección espiritual, el amor a la Santísima Virgen y el estudio personal son pilares en los que fundamento mi espiritualidad. - ¿Ante la división que enfrentan los venezolanos por asuntos políticos, ¿cual cree usted que sean los medios más fiables para lograr la reconciliación?
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La mayoría de los venezolanos somos cristianos y creemos en el Padre Nuestro. Yo le digo a las personas que allí se resume toda nuestra fe, todo lo que nosotros podemos pedir. Cuando decimos “Padre Nuestro” estamos diciendo que hay un solo Padre, que todos somos sus hijos y que entre nosotros somos hermanos; entonces, si somos coherentes con esta oración, debemos tratarnos como hermanos, no puede haber división; pueden existir pensamientos distintos lo cual es lícito y moral pero lo que no puede existir es ese vernos como enemigos, como rivales. La fe nos dice que el diálogo nunca se debe romper, cualquier tendencia política debe buscar el bien común ya que ellos participan también de la sociedad y de ese mismo bien común.
“Para mí es muy gratificante saber que el hermano con que me crié, jugué y del cual también recibí algunos regaños, sea ahora Obispo. Lo que más me gusta de él es su fe, cómo celebra las Misas y la manera en le llega a cada uno de sus feligreses. Le vamos extrañar mucho pero igual le visitaremos.” Carlos Caraballo, hermano de Mons. Ángel
“El P. Ángel ha sido un sacerdote humilde, caritativo, trabajador y honesto. Un gran maestro y apoyo moral para las personas que hemos trabajado con él. Su actuación en las parroquias donde ha trabajado le ha hecho ganarse el aprecio y consideración de sus feligreses. Estamos muy orgullosos y contentos de su nuevo cargo; pero, no deja de entristecernos su partida, estará en nuestras oraciones.” Sra. Cruz, Parroquia Virgen del Valle
“Fui alumno del padre Ángel por mucho tiempo en el Seminario. Siempre nos llamaba la atención su vida de oración. Es un hombre con una profunda fe convencido y entregado completamente a Dios, siempre está muy pendiente de sus hermanos sacerdotes especialmente de los más jóvenes.” P. Frank Márquez, párroco de S. Francisco de Asís
“Le debemos mucho porque él siempre ha estado pendiente de nosotras, también fue nuestro confesor. Nosotras desde hace mucho ya le veíamos como obispo pero nos entristece que tenga que irse a otra tierra. De igual forma le tendremos muy presente en nuestras oraciones. Él es un hombre de profunda oración del cual hemos aprendido mucho, extrañaremos mucho sus clases de sacramento y los momentos de compartir.” Hermanas Brígidas Contemplativas.
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Especial renuncia BENEDICTO XVI
Las claves para entender la RENUNCIA
Pedro Juan Vilarich Una gran sorpresa y una mayor conmoción. La noticia de la renuncia de Benedicto XVI ha estallado como un rayo en cielo raso. Da que pensar que el inesperado y voluntario adios del Papa –un anciano de 85 años cuya reconocida autoridad mundial se asienta en no tener los poderes de los poderosos de la tierra- concentre la atención de todos los medios de comunicación y pase a ser la conversación principal de la cancillerías y de la calle. Basta observar los tonos de la voz del portavoz Lombardi para presumir que no la esperaban los círculos vaticanos más altos y próximos, si bien algún sector venía sugiriendo su posibilidad y hasta su oportunidad de forma muy sutil o, si se prefiere, “curial y vaticana”. No sería extraño que la conociera su hermano, que esta misma mañana ha confirmado saber el quebranto de fuerzas de Benedicto XVI, aunque es muy probable que la decisión, después de meditada ponderación íntima, la haya tomado el Papa a solas con súbita resolución. Forma parte de la personalidad de Benedicto XVI –claridad, profundidad, valentía- terminar una deliberación concienzuda y discretísima con una resolución rápida y audaz.
Especial renuncia BENEDICTO XVI
Las claves del texto de renuncia Benedicto XVI nunca ha escrito para la cortesía y la retórica; siempre escribe lo que ha pensado mucho y en profundidad y, en todo caso, manifestando con claridad sus convicciones. Y por eso el texto de renuncia le retrata.
La primera clave
es “haber examinado ante Dios reiteradamente su conciencia”. O sea: muchas veces, mucho tiempo, su conciencia personal ante Dios. No ante los hombres, ni por lo que pudiera venirle del ruido mundano y vaticano. Bravo.
Segunda
clave:
dados los achaques de la vejez y el vigor de cuerpo y espíritu que requiere la
navegación de la barca de Pedro en un mundo globalizado y tan complejo como el actual, Benedicto XVI confiesa que –pese a su disposición al sufrimiento-, debe reconocer su “incapacidad” para ejercer “bien” su ministerio y por ello anuncia su renuncia a fecha fija e inmediata: el 28 de febrero a las 20 horas. Puntualidad teutona, pero sobre todo humildad, desapego del poder, servicio al bien de la Iglesia, valentía y audacia. Chapeau.
Tercera clave:
¿Por qué, en su conciencia ante Dios, se ha convencido de que ahora para la Iglesia, mejor que un testimonio de sufrimiento, limitaciones y pérdida progresiva de la facultades hasta la muerte natural, es mayor bien y servicio la renuncia? Entre otros motivos que ignoramos, por íntimos e incomunicables, porque entiende que es ahora conviene un súbito conclave y un sucesor tan inmediato y tan nuevo como lleno de vigor. Para entenderlo le basta al lector suponer lo que Benedicto XVI ha supuesto, en conciencia con Dios: ¿que podría sucederle a la Iglesia si el sector de métodos más intrigantes, más ambiciosos, más contaminados y menos evangélicos dispusiera de un periodo de vejez incapacitada del Papa –sin fuerza para gobernar y para enterarse de lo que ocurre- para condicionar una sucesión y enmarañar un conclave que ahora, este sabio y audaz Papa les ha precipitado -esta es la gran sorpresa y conmoción- para el inmediato marzo, “ganándoles por la mano”. Si añadimos esta clave, la inesperada renuncia papal adquiere luz de inspiradísimo acto de gobierno y de abnegado acto de servicio. Cortar a tiempo y por lo sano. Sorprender al enemigo. Ambos actos postreros, pero grandes. Bravísimo.
Sede vacante
El canon 332,2 del vigente Derecho canónico permite la renuncia con tal que sea libre y manifestada en forma pública, la cual no necesita la aceptación de nadie para ser válida e irreversible. A partir de la 20 horas del próximo 28 de febrero, la sede de Pedro – la sede episcopal de Roma, el Primado de la Iglesia Universal y la jefatura del Estado del Vaticano-entrará en un interregno que se denomina sede vacante. De los asuntos meramente ordinarios de gobierno –con fuertes limitaciones- se encargará el Colegio cardenalicio, ya en forma de congregación particular, que presidirá el cardenal camarlengo –hoy Tarsicio Bertone- acompañado por tres cardenales asistentes, que por sorteo se renuevan cada tres días, ya en forma de congregación plenaria formada por todos los cardenales llegados a Roma y presidida por su decano. El Colegio cardenalicio realizará los preparativos del cónclave que deberá reunirse antes de los veinte días posteriores al inicio de la sede vacante. Serán electores los actuales cardenales con edad inferior a los ochenta años. Benedicto XVI no podrá participar en dicho conclave y se va a dedicar a la oración y a su viejo oficio de teólogo escritor. La historia le reconocerá la profundidad de su pensamiento y la grandeza de su abnegación.
> Sus palabras íntegras
anunciando su renuncia al ministerio petrino Queridísimos hermanos, Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice. Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero
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El legado del Pontificado de Benedicto XVI
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Un Pontificado en 40 frases
Primacía de Dios, fe, oración.
1. “Sin Dios el hombre no sabe adónde ir ni logra entender quién es”. 2. “El eclipse de Dios, la difusión de ideologías contrarias a la familia y la degradación de la ética sexual aparecen vinculados”. 3. “El daño mayor lo recibe [la Iglesia] de lo que contamina la fe”. 4. “La mayor obra de caridad es precisamente la evangelización”. 5. “Los padres conciliares no podían y no querían crear una fe ni una Iglesia nueva”. 6. “El Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica son los instrumentos esenciales que nos indican de modo auténtico lo que la Iglesia cree”. 7. “La vida sin oración no tiene sentido”. 8. “Estar juntos en silencio prolongado ante el Señor presente en el Sacramento es una de las experiencias más auténticas de nuestro ser Iglesia”.
Pecado.
9. “El verdadero enemigo que
hay que temer y combatir es el pecado”. 10. “No es el castigo lo que debe ser eliminado sino el pecado”. 11. “Ningún compromiso con el mal ni con la mentira falsifique nuestra vida”. 12. “La falsedad es la marca del diablo”. 13. “El rechazo generalizado de la castidad ha producido graves problemas sociales con inmenso costo humano y económico”. 14. “Pornografía y prostitución son crímenes contra la humanidad”. 15. [El purgatorio] “no es un fuego exterior, sino interior [que] el alma sufre por no haber respondido de forma perfecta; el amor mismo de Dios la purifica de las escorias de su pecado”.
Vocación, sacerdocio, episcopado.
16. “La vocación no es fruto de ningún proyecto humano o de una hábil estrategia organizativa [sino de] la primacía de la vida del espíritu”. 17. “El llamado a seguir a Jesús más de cerca pasa normalmente a través de la propuesta de un sacerdote”.
18. “Antes que sacerdotes cultos, elocuentes, puestos al día, se requieren sacerdotes santos y santificadores”. 19. “Cura no se es a tiempo parcial; se es siempre, con toda el alma, con todo nuestro corazón; no predica un cristianismo à la carte, según sus propios gustos, predicando un Evangelio según sus propias ideas preferidas, según sus propias ideas teológicas; no deja de anunciar toda, toda la voluntad de Dios, también la voluntad incómoda, también los temas que personalmente no me gustan tanto”. 20. [A los obispos] “De todos los deberes de vuestro ministerio, el más imperioso e importante es la responsabilidad de la celebración de la Eucaristía, y es competencia vuestra velar para que los fieles tengan la posibilidad de acceder a la Misa, sobre todo el domingo”. 21. [A los obispos] “Acojan los carismas con gratitud”. 22. [A los obispos] “No busquen la gloria mundana”.
Estatalismo, relativismo y laicismo.
23. “Un juicio inexorable es-
pera a los que están arriba”. 24. “El poder de Hitler llegó a poner en duda el futuro del cristianismo”. 25. “El patrimonio espiritual y moral de Occidente corre el riesgo de verse ahogado, pisoteado y perdido”. 26. “Jesús no buscó el consenso de los hombres sino dar testimonio de la verdad”. 27. “[Los derechos humanos tienen] una base objetiva y racional, común a todos los pueblos [y no se basan] en culturas particulares, decisiones legislativas o tribunales”. 28. “En algunos países europeos, la educación sexual y cívica amenaza la libertad religiosa”. 29. “La libertad religiosa está amenazada por una mentalidad antirreligiosa”.
Vida y familia.
30. “La despenalización del aborto es una traición a la democracia”. 31. “[La familia es] patrimonio principal de la humanidad”. 32. “En la lucha por la familia está en juego el hombre mismo”. 33. “Cuando nuestras familias deben afrontar el dolor,
miremos la cruz de Cristo: vencemos sobradamente gracias a Aquél que nos ha amado”.
Juventud.
34. “Entre vosotros están los santos del siglo XXI”. 35. “No os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo”. 36. “Seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia”.
Hispanoamérica.
37. “ha nacido una laicidad y un anticlericalismo fuerte y agresivo”. 38. “no faltan formas, a menudo sofisticadas de hostilidad contra la fe, [que reniegan] de la historia y los símbolos religiosos, identidad y cultura de la mayoría de los ciudadanos”. 39. “[Algunas] formas desviadas de religiosidad popular [en Hispanoamérica] crean más bien confusión”. 40. “[La evangelización de América fue] obra de insignes y abnegados misioneros, que lo proclamaron con audacia y sabiduría”.
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Una vida al servicio de Cristo y de la Iglesia
Fuente: Vaticano
Familia y juventud El cardenal Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado Santo), y fue bautizado ese mismo día. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles. Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo ha definido “mozartiano”, recibió su formación cristiana, humana y cultural. El período de su juventud no fue fácil. La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de aquellos tiempos en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio como los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la Santa Misa. Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, con una arraigada pertenencia a la Iglesia.
Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre: “La teología de la historia de san Buenaventura”. Tras ejercer como profesor de teología dogmática y fundamental en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising, prosiguió su actividad docente en Bona, de 1959 a 1963; en Muñiste, de 1963 a 1966; y en Tubinga, de 1966 a 1969. En este último año pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicerrector de la Universidad.
Teólogo del Vaticano II De 1962 a 1965 hizo notables aportaciones al Concilio Vaticano II como “experto”; asistió como teólogo consultor del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia. Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia Episcopal Alemana y de la Comisión Teológica Internacional. En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, fundó la revista de teología “Communio”.
Obispo El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28
de mayo recibió la Ordenación episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: “Colaborador. de la verdad” y él mismo lo explicó: “Por un lado, me parecía que expresaba la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. Aunque de diferentes modos, lo que estaba y seguía estando en juego era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí este lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad es acallado casi totalmente; pues se presenta como algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, si falta la verdad todo se desmorona”. Pablo VI lo creó cardenal, con el título presbiteral de “Nuestra Señora de la Consolación en el Tiburtino”, en el consistorio del 27 de junio del mismo año. En 1978, el Cardenal Ratzinger participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró su Enviado Especial al III Congreso mariológico internacional, que tuvo lugar en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre del mismo año, participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II. Fue Relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, de 1980, sobre el tema: “Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo”, y Presidente delegado de la VI Asamblea general ordina-
ria, de 1983, sobre “La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia”.
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la FE
Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la archidiócesis de Munich y Freising El 5 de abril de 1993, lo elevó al Orden de los Obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni. Fue Presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Papa el nuevo Catecismo. Juan Pablo II, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como Vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los Cardenales del Orden de los Obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como Decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia. En 1999 fue Enviado Especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, que tuvieron lugar el 3 de enero. Desde el 13 de noviembre de 2000 fue Académico honorario de la Academia Pontificia de las
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En los últimos meses de la segunda guerra mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos.
Ordenación sacerdotal De 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich, en Baviera. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951. Un año después, inició su actividad como profesor en la Escuela superior de Freising. En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia en san Agustín”. Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental
Retrospectiva del Papa Benedicto XVI cuando era profesor de teología
Ciencias. En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaria de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para la Educación Católica, para el Clero y para las Causas de los Santos; de los Consejos pontificios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y para la Cultura; del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; y de las Comisiones pontificias para América Latina, “Ecclesia Dei”, para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico y para la Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental. Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro: “Introducción al Cristianismo”, recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; “Palabra en la Iglesia” (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones dedicadas a la pastoral. Tuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia bávara sobre el tema “¿Por qué sigo aún en la Iglesia?”, en el que, con su habitual claridad, afirmó: “Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al margen de la Iglesia”. Sus publicaciones fueron abundantes a lo largo de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista “Informe sobre la fe” y, en 1996 “La sal de la tierra”. Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: “En la escuela de la verdad”, en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y de su obra. Ha recibido numerosos doctorados “honoris causa”: por el College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad católica de Eichstätt (Alemania) en 1985; por la Universidad católica de Lima (Perú), en 1986; por la Universidad católica de Lublin (Polonia), en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998; por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) (Roma), en 1999; por la Facultad de teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia), en 2000.
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La sucesión de pedro provincia hay una Arquidiócesis presidida por un Arzobispo o Metropolitano).
Jesús Velásquez
Qué se elige.
Lo primero que hay que decir es que se elige al Sucesor del Apóstol San Pedro, que fue el primer obispo de Roma. Como Pedro fue el Jefe de los Apóstoles, el Obispo de Roma sigue siendo el Jefe de los Sucesores de los Apóstoles, que son los Obispos. Y, por lo tanto, Jefe de la Iglesia Universal, Sumo Pontífice o Papa. Pero el ser Papa se deriva de ser Obispo de Roma, y no al revés. Por lo tanto, lo que eligen los Cardenales en el Cónclave (reunión de los mismos para elegir al Sumo Pontífice) es al Obispo de Roma. Al ser éste Sucesor del Apóstol Pedro, que era el Jefe de la Iglesia primitiva, continúa con el cargo petrino de Pastor Universal.
Roma es distinta de las demás diócesis.
Ninguna diócesis elige a su Obis-
Consecuencias de ser Obispo de Roma. El Obispo de Roma, como sucesor del Apóstol Pedro, se convierte en servidor de la Iglesia universal, PRINCIPIO Y FUNDAMENTO PERMANENTE Y VISIBLE DE LA UNIDAD de la misma dentro de su diversidad de razas y culturas. Su servicio y poder de intervención no depende de otro, y es supremo: No se puede apelar a nadie más allá de él. Este servicio es total y pleno, no mayor ni distinto de los demás obispos. E inmediato, es decir, sin necesidad de intermediarios. Es también “ordinario” (la palabra viene de orden), sin ninguna delegación de nadie. Y universal (se extiende a todas las comunidades de bautizados católicos y a cada uno de éstos en particular).
Pero no sólo esto: Al ser Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, queda constituido en Primado de Italia (toda nación o país tiene su “obispo primado” –el primero, el más significativo, para servir a la unidad de la Iglesia que allí peregrina). También pasa a ser Metropolitano o Arzobispo de la provincia eclesiástica romana (recordemos que varias diócesis se agrupan en “provincias” para trabajar mancomunadamente; al frente de la
Otra consecuencia del obispado romano es ser Jefe del Estado del Vaticano, lo que da a la Iglesia independencia de los poderes temporales, al ser el mismo Santo Padre Jefe de Estado de una Nación independiente. Pasa asimismo a ser Cabeza del Colegio Episcopal y Pastor Universal de los fieles.
Cómo se elige. Primero digamos que para la reunión del cónclave (cardenales que elegirán al Sucesor de Pedro como Obispo de Roma), según el Código de Derecho Canónico Nº 355, la sede romana debe estar vacante (por fallecimiento o renuncia del obispo romano) o “impedida” (el obispo romano cautivo o en estado alterado evidente de sus facultades mentales o con imposibilidad cierta de gobernar). Si esto se produce en medio de un Concilio, éste se interrumpe, se reúnen los Cardenales (no todos los Obispos de un Concilio son Cardenales) y, una vez elegido el nuevo Sumo Pontífice, éste decide si el Concilio se reanuda o queda definitivamente suspendido hasta nueva convocatoria. Digamos por último, antes de ir a la forma de la elección, que el Obispo de Roma puede renunciar, pero no ante una instancia superior (ni el Concilio está por encima de él, ya que éste es convocado, presidido y ratificado por él, y el mismo Colegio Episcopal se considera siempre con su Cabeza, el Papa, y nunca sin ella). Su renuncia este ante sí mismo o, de un modo más espiritual e “invisible”, ante sólo Dios.
de la Sucesión
Reunidos los Cardenales, sólo tienen voz y voto los menores de 80 años. Los mayores, si bien pueden asistir, sólo tienen voz. El número de Cardenales electores es de 120. No deja de tener su simbolismo éste número. Es 10 veces (totalidad) 12 (plenitud). Son la totalidad plena que se necesita para la elección, de toda raza, lengua y nación (recordemos que 12 eran las tribus del antiguo Pueblo de Dios, Israel, y 12 son los apóstoles sobre los cuales Jesús edifica voluntariamente su Iglesia). Aunque se puede modificar alrededor de éste número según los Cardenales nombrados menores de 80 años. Dirige las sesiones el Cardenal Camarlengo que, sin ser superior a los demás, sino el primero entre iguales, gobierna la Iglesia por esos momentos, teniendo precedencia sobre sus hermanos Cardenales. Votan 4 veces por día, a fin de poder lograr los 2/3 más uno para la elección. Luego de la 38º vota-
ción, la elección pasa a ser por mayoría simple, 1/2 más uno. Cuando no se ha logrado la mayoría, los papelitos con los votos de los cardenales se queman con una sustancia química que provoca humo negro (“fumata negra”), el cual sale por la chimenea vaticana indicando lo infructuoso de la votación, y avisando de la misma al pueblo romano que, expectante, espera divisar la humareda blanca (los papelitos de los cardenales que han logrado la mayoría quemados con una sustancia que produce la “fumata blanca”), para acudir jubilosos a la Plaza de San Pedro y participar del momento histórico de la presentación del elegido en el balcón de la misma. Si el elegido no llega a ser Obispo, lo ordena como tal el decano del Colegio Cardenalicio. Lo proclama ante los fieles con su nombre el Cardenal Protodiácono (“primer servidor”). Puede ser elegido cualquier varón bautizado.
Especial renuncia BE-
Desde el siglo IV hay claros indicios de que se tiene conciencia cierta de que Roma es la Maestra de las demás iglesias particulares (diócesis). Éstas llevan al Obispo de la Urbe a dirimir sus cuestiones y problemas, hasta hacerse célebre una sentencia, que en latín dice: “Roma locuta, causa finita”: Roma habló, la causa se acabó (o la cuestión se dirimió). Es clara la diferencia de la diócesis romana con las demás del mundo entero: Es la única que elige a su propio Obispo, por medio de los Cardenales de todo el mundo, que con su nombramiento quedan incorporados al clero de Roma.
po por mayoría de su clero, salvo la romana. Es más, el Obispo de Roma nombra a los demás obispos (es decir, nos provee de Pastores), y acepta las renuncias de los mismos. Pero no hay una instancia superior a Roma para que con ella se pueda hacer algo similar.
Se constituye en Patriarca de Occidente, al ser Roma el lugar donde se encuentran los restos del Apóstol Pedro y, por lo tanto, la sede más importante. Le sigue en importancia Constantinopla o Estambul, donde se encuentran los restos del hermano de Pedro, el Apóstol Andrés, Sede del Patriarca de Constantinopla. Luego siguen en importancia Jerusalén, Kiev, etc.
> La forma
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“El futuro es nuestro” Benedicto XVI
> Palabras de Benedicto XVI a los seminaristas de Roma la víspera de su renuncia “(...) tenemos motivos para no dejarnos impresionar – como ha dicho el papa Juan – por los profetas de desventuras que dicen: la Iglesia es un árbol surgido del grano de mostaza, crecido en dos milenios, ahora tiene el tiempo detrás suyo, ahora es el tiempo en el que muere. No. La
Iglesia se renueva siempre, renace siempre. El futuro es nuestro.
El Sucesor del Apóstol Pedro participa del ser “roca” de éste, cualidad que a su vez Pedro recibió de participar en el ser Roca de Jesús. En el Antiguo Testamento, Dios es la Roca de la salvación. Y el Mesías es la “piedra” que, rechazada por los constructores (el pueblo judío como tal), se convirtió en la “PIEDRA ANGULAR” (la más importante
donde se edifica la construcción de la Iglesia-Reino de Dios).
Naturalmente, hay un falso optimismo y un falso pesimismo. Un falso pesimismo que dice: el tiempo del cristianismo ha concluido. Pero en realidad no: ¡comienza de
nuevo! El falso optimismo era el del posterior al Concilio, cuando se cerraban los conventos, se cerraban los seminarios y se decía: no pasa nada, va todo bien… ¡No! No va todo bien. Hay también caídas graves y peligrosas, debemos reconocer con sano realismo que así no va, no
va allí donde se hacen cosas erróneas. Pero también debemos estar seguros, al mismo tiempo, que si aquí y allá la Iglesia muere a causa de los pecados de los hombres, a causa de su no creencia, al mismo tiempo nace de nuevo. El futuro es realmente de Dios: ésta es la gran certeza
de nuestra vida, el gran y verdadero optimismo que conocemos. La Iglesia es el árbol de Dios que vive eternamente y que lleva en sí la eternidad y la verdadera herencia: la vida eterna”.
Roca-Jesús-Pedro.
Iglesia Universal y Doctor en la fe para los fieles cristianos, NO SE EQUIVOCA en cuestiones que atañen a la fe (lo que se debe creer) y a la moral (cómo se debe actuar de acuerdo a esa fe que se profesa). Al ser declaradas, le debemos el asentimiento amoroso y humildemente obsequioso de nuestra voluntad.
del ministerio de Pedro y sus Sucesores se manifiesta cuando éste habla “ex cátedra” (desde su cátedra o sede de maestro de la fe) proponiendo a los fieles lo que se debe creer y cómo se debe actuar en consonancia con ello.
Especial renuncia BENEDICTO XVI
> Prerrogativas de la Sede Romana: INDESTRUCTIBILIDAD E INFALIBILIDAD Ahora bien, todo esto proviene de la famosa confesión de fe de Pedro en Cesarea de Filipo (Mt 16), cuando declaró a Jesús como el Mesías de Dios. Éste, a su vez, declaró a Pedro piedra, y las puertas del infierno, del mal, no van a prevalecer sobre la Iglesia edificada sobre la
Aquí aparece la característica romana de la “INDESTRUCTIBILIDAD” o “INDEFECTIBILIDAD” de la Iglesia presidida servicialmente por Pedro y sus Sucesores. Otra característica petrina es la INFALIBILIDAD. El Obispo de Roma, cuando habla como Pastor de la
Esta
INFALIBILIDAD
También tienen esta prerrogativa los Concilios, convocados y presidido por el Obispo de Roma.
POSIBLES CARDENALES CANDIDATOS. De arriba abajo y de izquierda a derecha: Claudio Hummes (Brasil), Oscar Andrés Rodrígues Maradiaga (Honduras), Jorge Mario Bergoglio (Argentina), Norberto Rivera Carrera (México), Joao Braz de Aviz (Brasil), Luis Antonio Tagle (Filipinas), Peter Turkson (Nigeria), Christop Schonborn (Austria), Peter Erdoe (Hungría), Ángelo Scola (Italia), Marc Ouellet (Canadá), Francis Arinze (Nigeria), John Onaivekan (Nigeria) y Timoty Dolan (EE.UU.)
> Benedicto XVI: El Sucesor 265 de Pedro
y el segundo en renunciar por motivos de salud
Benedicto XVI anuncia que deja el Trono de San Pedro, algo que sólo sucedió una vez por razones de salud o ancianidad: lo hizo en 1294 Celestino V, Pedro di Morone, un monje de origen campesino y 84 años que vio que no tenía fuerzas ni capacidades para controlar la envenenada corte papal y las políticas italianas de su convulsa época. Declaró que él era solo un anciano ignorante y volvió al monasterio renunciando al ministerio petrino. Las otras escasas renuncias tienen que ver con el conflicto llamado “el Cisma de Occidente”, cuando hubo hasta 3 Papas al mismo tiempo: uno en Aviñón, otro en Pisa y otro en Roma; en cierto momento, el Papa de Aviñón se encerró en Peñíscola: era el español Benedicto XIII, el Papa Luna, que nunca renunció incluso cuando le abandonaron los reyes de Castilla y Aragón y murió considerándose el único Papa verdadero. Pero sí renunciaron sus contendientes: el último de ellos (la última renuncia
papal de la historia) fue la de Gregorio XII en 1415. Renunciando todos, se abría paso a una elección única, acabando con el Cisma. Los primeros casos de Papas que renuncian tienen que ver con comportamientos poco edificantes en la agitada Edad Media. La primera abidcación de la que se tiene constancia es la de Benedicto IX (1033-44). Tuvo una conducta escandalosa y renunció voluntariamente, tras lo cual se metió de monje. Su inmediato sucesor hizo lo mismo. Gregorio VI (1044-46) dejó el cargo al ser acusado de simonía. La renuncia de un Papa en nuestra época está recogida en el actual Código de Derecho Canónico, promulgado por Juan Pablo II en 1983, en el capítulo “Del Romano Pontífice y del Colegio Episcopal” (Parte II, Sección I), canon 332, párrafo 2. Como se establece, el Sumo Pontífice renuncia a su oficio de forma “libre” y tras manifestarlo “formalmente”.
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El pr贸ximo consistorio
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Especial renuncia BENEDICTO XVI
las Catequesis del papa sobre la fe
1. Qué es la fe
Especial renuncia BENEDICTO XVI
Se trata del encuentro no con una idea o con un proyecto de vida, sino con una Persona viva que nos transforma en profundidad a nosotros mismos, revelándonos nuestra verdadera identidad de hijos de Dios. El encuentro con Cristo renueva nuestras relaciones humanas, orientándolas, de día en día, a mayor solidaridad y fraternidad, en la lógica del amor. Tener fe en el Señor no es un hecho que interesa sólo a nuestra inteligencia, el área del saber intelectual, sino que es un cambio que involucra la vida, la totalidad de nosotros mismos: sentimiento, corazón, inteligencia, voluntad, corporeidad, emociones, relaciones humanas. Con la fe cambia verdaderamente todo en nosotros y para nosotros, y se revela con claridad nuestro destino futuro, la verdad de nuestra vocación en la historia, el sentido de la vida, el gusto de ser peregrinos hacia la Patria celestial. Hoy, junto a tantos signos de bien, crece a nuestro alrededor también cierto desierto espiritual. A veces se tiene la sensación, por determinados sucesos de los que tenemos noticia todos los días, de que el mundo no se encamina hacia la construcción de una comunidad más fraterna y más pacífica; las ideas mismas de progreso y bienestar muestran igualmente sus sombras. A pesar de la grandeza de los descubrimientos de la ciencia y de los éxitos de la técnica, hoy el hombre no parece que sea verdaderamente más libre, más humano; persisten muchas formas de explotación, manipulación, violencia, vejación, injusticia... Cierto tipo de cultura, además, ha educado a moverse sólo en el horizonte de las cosas, de lo factible; a creer sólo en lo que se ve y se toca con las propias manos. Por otro lado crece también el número de cuantos se sienten desorientados y, buscando ir más allá de una visión sólo horizontal de la realidad, están disponibles para creer en cualquier cosa. En este contexto vuelven a emerger algunas preguntas fundamentales, que son mucho más concretas de lo que parecen a primera vista: ¿qué sentido tiene vivir? ¿Hay un futuro para el hombre, para nosotros y para las nuevas generaciones? ¿En qué dirección orientar las elecciones de nuestra libertad para un resultado bueno y feliz de la vida? ¿Qué nos espera tras el umbral de la muerte? De estas preguntas insuprimibles surge como el mundo de la planificación, del cálculo exacto y de la experimentación; en una palabra, el saber de la ciencia, por importante que sea para la vida del hombre, por sí sólo no basta. El pan material no es lo único que necesitamos; tenemos necesidad de amor, de significado y de esperanza, de un fundamento seguro, de un terreno sólido que nos ayude a vivir con un sentido auténtico también
en la crisis, las oscuridades, las dificultades y los problemas cotidianos. La fe nos dona precisamente esto: es un confiado entregarse a un «Tú» que es Dios, quien me da una certeza distinta, pero no menos sólida que la que me llega del cálculo exacto o de la ciencia. La fe no es un simple asentimiento intelectual del hombre a las verdades particulares sobre Dios; es un acto con el que me confío libremente a un Dios que es Padre y me ama; es adhesión a un «Tú» que me dona esperanza y confianza. Cierto, esta adhesión a Dios no carece de contenidos: con ella somos conscientes de que Dios mismo se ha mostrado a nosotros en Cristo; ha dado a ver su rostro y se ha hecho realmente cercano a cada uno de nosotros.
tructible que no sólo aspira a la eternidad, sino que la dona; es confiarme a Dios con la actitud del niño, quien sabe bien que todas sus dificultades, todos sus problemas están asegurados en el «tú» de la madre. Y esta posibilidad de salvación a través de la fe es un don que Dios ofrece a todos los hombres. Pienso que deberíamos meditar con mayor frecuencia —en nuestra vida cotidiana, caracterizada por problemas y situaciones a veces dramáticas— en el hecho de que creer cristianamente significa este abandonarme con confianza en el sentido profundo que me sostiene a mí y al mundo, ese sentido que nosotros no tenemos capacidad de darnos, sino sólo de recibir como don, y que es el fundamento sobre el que podemos vivir sin miedo.
crea será condenado» (Mc 16, 16), se pierde él mismo. Desearía invitaros a reflexionar sobre esto. La confianza en la acción del Espíritu Santo nos debe impulsar siempre a ir y predicar el Evangelio, al valiente testimonio de la fe; pero, además de la posibilidad de una respuesta positiva al don de la fe, existe también el riesgo del rechazo del Evangelio, de la no acogida del encuentro vital con Cristo. Ya san Agustín planteaba este problema en un comentario suyo a la parábola del sembrador: «Nosotros hablamos —decía—, echamos la semilla, esparcimos la semilla. Hay quienes desprecian, quienes reprochan, quienes ridiculizan. Si tememos a estos, ya no tenemos nada que sembrar y el día de la siega nos quedaremos sin cosecha. Por ello venga la semilla de la tierra buena» (Discursos sobre la disciplina cristiana, 13,14: PL 40, 677-678).
Es más, Dios ha revelado que su amor hacia el hombre, hacia cada Y esta certeza liberadora y tranuno de nosotros, es sin medida: quilizadora de la fe debemos en la Cruz, Jesús de Nazaret, el ser capaces de anunciarla con la Hijo de Dios hecho hombre, nos palabra y mostrarla con nuestra El rechazo, por lo tanto, no puede desalentarnos. Como cristiamuestra en el modo más lumi- vida de cristianos. noso hasta qué punto llega este Con todo, a nuestro alrededor nos somos testigos de este teamor, hasta el don de sí mismo, vemos cada día que muchos per- rreno fértil: nuestra fe, aún con hasta el sacrificio total. Con el manecen indiferentes o rechazan nuestras limitaciones, muestra misterio de la muerte y resurrec- acoger este anuncio. Al final del que existe la tierra buena, donción de Cristo, Dios desciende Evangelio de Marcos, hoy tene- de la semilla de la Palabra de hasta el fondo de nuestra huma- mos palabras duras del Resucita- Dios produce frutos abundantes nidad para volver a llevarla a Él, do, que dice: «El que crea y sea de justicia, de paz y de amor, de para elevarla a su alteza. La fe bautizado se salvará; el que no nueva humanidad, de salvación. Y toda la historia es creer en este de la Iglesia con amor de Dios todos los probleque no decae mas demuestra frente a la maltambién que exisdad del hombre, te la tierra buena, frente al mal y Nuestro tiempo requiere cristianos existe la semilla la muerte, sino buena, y da fruto. que es capaz que hayan sido aferrados por Cristo, de transformar que crezcan en la fe gracias a la Pero preguntémotoda forma de nos: ¿de dónde esclavitud, dofamiliaridad con la Sagrada Escritura obtiene el hombre nando la poy los sacramentos. Personas que sean esa apertura del sibilidad de la corazón y de la salvación. Tener casi un libro abierto que narra la mente para creer fe, entonces, experiencia de la vida nueva en el en el Dios que es encontrar a se ha hecho visieste «Tú», Dios, Espíritu, la presencia de ese Dios que ble en Jesucristo que me sostiene muerto y resuciy me concede nos sostiene en el camino y nos abre tado, para acoger la promesa de hacia la vida que jamás tendrá fin” su salvación, de un amor indes-
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forma que Él y su Evangelio sean la guía y la luz de la existencia? Respuesta: nosotros podemos creer en Dios porque Él se acerca a nosotros y nos toca, porque el Espíritu Santo, don del Resucitado, nos hace capaces de acoger al Dios viviente. Así pues la fe es ante todo un don sobrenatural, un don de Dios. El concilio Vaticano II afirma: «Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede “a todos gusto en aceptar y creer la verdad”» (Const. dogm. Dei Verbum, 5). En la base de nuestro camino de fe está el bautismo, el sacramento que nos dona el Espíritu Santo, convirtiéndonos en hijos de Dios en Cristo, y marca la entrada en la comunidad de fe, en la Iglesia: no se cree por uno mismo, sin el prevenir de la gracia del Espíritu; y no se cree solos, sino junto a los hermanos. Del bautismo en adelante cada creyente está llamado a revivir y hacer propia esta confesión de fe junto a los hermanos. La fe es don de Dios, pero es también acto profundamente libre y humano. El Catecismo de la Iglesia católica lo dice con claridad: «Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre» (n. 154). Es más, las implica y exalta en una apuesta de vida que es como un éxodo, salir de uno mismo, de las propias seguridades, de los propios esquemas mentales, para confiarse a la acción de Dios que nos indica su camino para conseguir la verdadera libertad, nuestra identidad humana, la alegría verdadera del corazón, la paz con todos. Creer es fiarse con toda libertad y con alegría del proyecto providencial de Dios sobre la historia, como hizo el patriarca Abrahán, como hizo María de Nazaret. Así pues la fe es un asentimiento con el que nuestra mente y nuestro corazón dicen su «sí» a Dios, confesando que Jesús es el Señor. Y este «sí» transforma la vida, le abre el camino hacia una plenitud de significado, la hace nueva, rica de alegría y de esperanza fiable. Queridos amigos: nuestro tiempo requiere cristianos que hayan sido aferrados por Cristo, que crezcan en la fe gracias a la familiaridad con la Sagrada Escritura y los sacramentos. Personas que sean casi un libro abierto que narra la experiencia de la vida nueva en el Espíritu, la presencia de ese Dios que nos sostiene en el camino y nos abre hacia la vida que jamás tendrá fin.
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2. LA FE DE LA IGLESIA ¿La fe tiene un carácter sólo personal, individual? ¿Interesa sólo a mi persona? ¿Vivo mi fe solo? Cierto: el acto de fe es un acto eminentemente personal que sucede en lo íntimo más profundo y que marca un cambio de dirección, una conversión personal: es mi existencia la que da un vuelco, la que recibe una orientación nueva. En la liturgia del bautismo, en el momento de las promesas, el celebrante pide la manifestación de la fe católica y formula tres preguntas: ¿Creéis en Dios Padre omnipotente? ¿Creéis en Jesucristo su único Hijo? ¿Creéis en el Espíritu Santo? Antiguamente estas preguntas se dirigían personalmente a quien iba a recibir el bautismo, antes de que se sumergiera tres veces en el agua. Y también hoy la respuesta es en singular: «Creo». Pero este creer mío no es el resultado de una reflexión solitaria propia, no es el producto de un pensamiento mío, sino que es fruto de una relación, de un diálogo, en el que hay un escuchar, un recibir y un responder; comunicar con Jesús es lo que me hace salir de mi «yo» encerrado en mí mismo para abrirme al amor de Dios Padre. Es como un renacimiento en el que me descubro unido no sólo a Jesús, sino también a cuantos han caminado y caminan por la misma senda; y este nuevo nacimiento, que empieza con el bautismo, continúa durante todo el recorrido de la existencia. No puedo construir mi fe personal en un diálogo privado con Jesús, porque la fe me es donada por Dios a través de una comunidad creyente que es la Iglesia y me introduce así, en la multitud de los creyentes, en una comunión que no es sólo sociológica, sino enraizada en el eterno amor de Dios que en Sí mismo es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; es Amor trinitario. Nuestra fe es verdaderamente personal sólo si es también comunitaria: puede ser mi fe sólo si se vive y se mueve en el «nosotros» de la Iglesia, sólo si es nuestra fe, la fe común de la única Iglesia.
Al principio de la aventura cristiana, cuando el Espíritu Santo desciende con poder sobre los
con Él, a la fe que salva. Los Apóstoles superan todo temor al proclamar lo que habían oído, visto y experimentado en persona con Jesús. Por el poder del Espíritu Santo comienzan a hablar lenguas nuevas anunciando abiertamente el misterio del que habían sido testigos. En los Hechos de los Apóstoles se nos refiere además el gran discurso que Pedro pronuncia precisamente el día de Pentecostés. Parte de un pasaje del profeta Joel (3, 1-5), refiriéndolo a Jesús y proclamando el núcleo central de la fe cristiana: Aquél que había beneficiado a todos, que había sido acreditado por Dios con prodigios y grandes signos, fue clavado en la cruz y muerto, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, constituyéndolo Señor y Cristo. Con Él hemos entrado en la salvación definitiva anunciada por los profetas, y quien invoque su nombre será salvo (cf. Hch 2, 17-24). Al oír estas palabras de Pedro, muchos se
sienten personalmente interpelados, se arrepienten de sus pecados y se bautizan recibiendo el don del Espíritu Santo (cf. Hch 2, 37-41). Así inicia el camino de la Iglesia, comunidad que lleva este anuncio en el tiempo y en el espacio, comunidad que es el Pueblo de Dios fundado sobre la nueva alianza gracias a la sangre
Pascual de la muerte y resurrección de Cristo, que nos libera de la prisión del pecado, nos da la libertad de hijos y nos introduce en la comunión con el Dios Trinitario. Al mismo tiempo estamos inmersos en la comunión con los demás hermanos y hermanas de fe, con todo el Cuerpo de Cristo, fuera de nuestro aisla-
miento. El concilio ecuménico Vaticano II lo recuerda: «Dios quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexión entre sí, sino hacer de ellos un pueblo para que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa» (Const. dogm. Lumen gentium, 9). Siguiendo con la liturgia del bautismo, observamos que, como conclusión de las promesas en las que expresamos la renuncia al mal y repetimos «creo» respecto a las verdades de fe, el celebrante declara: «Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesucristo Señor nuestro». La fe es una virtud teologal, donada por Dios, pero transmitida por la Iglesia a lo largo de la historia. El propio san Pablo, escribiendo a los Corintios, afirma que les ha comunicado el Evangelio que a su vez también él había recibido (cf. 1 Co 15,3).
“da,Laa relegar tendencia, hoy difundila fe a la esfera
de lo privado contradice por lo tanto su naturaleza misma. de Cristo y cuyos miembros no pertenecen a un grupo social o étnico particular, sino que son hombres y mujeres procedentes de toda nación y cultura. Es un pueblo «católico», que habla lenguas nuevas, universalmente abierto a acoger a todos, más allá de cualquier confín, abatiendo todas las barreras. Dice san Pablo: «No hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos» (Col 3, 11). La Iglesia, por lo tanto, desde el principio es el lugar de la fe, el lugar de la transmisión de la fe, el lugar donde, por el bautismo, se está inmerso en el Misterio
Existe una cadena ininterrum-
pida de vida de la Iglesia, de anuncio de la Palabra de Dios, de celebración de los sacramentos, que llega hasta nosotros y que llamamos Tradición. Ella nos da la garantía de que aquello en lo que creemos es el mensaje originario de Cristo, predicado por los Apóstoles. El núcleo del anuncio primordial es el acontecimiento de la muerte y resurrección del Señor, de donde surge todo el patrimonio de la fe. Dice el Concilio: «La predicación apostólica, expresada de un modo especial en los libros sagrados, se ha de conservar por transmisión continua hasta el fin del tiempo» (Const. dogm. Dei Verbum, 8). De tal forma, si la Sagrada Escritura contiene la Palabra de Dios, la Tradición de la Iglesia la conserva y la transmite fielmente a fin de que los hombres de toda época puedan acceder a sus inmensos recursos y enriquecerse con sus tesoros de gracia. Así, la Iglesia «con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las generaciones lo que es y lo que cree» (ibíd.). Finalmente desearía subrayar que es en la comunidad eclesial donde la fe personal crece y madura. Es interesante observar cómo en el Nuevo Testamento la palabra «santos» designa a los cristianos en su conjunto, y ciertamente no todos tenían las cualidades para ser declarados santos por la Iglesia. ¿Entonces qué se quería indicar con este término? El hecho de que quienes tenían y vivían la fe en Cristo resucitado estaban llamados a convertirse en un punto de referencia para todos los demás, poniéndoles así en contacto con la Persona y con el Mensaje de Jesús, que revela el rostro del Dios viviente. Y esto vale también para nosotros: un cristiano que se deja guiar y plasmar poco a poco por la fe de la Iglesia, a pesar de sus debilidades, límites y dificultades, se convierte en una especie de ventana abierta a la luz del Dios vivo que recibe esta luz y la transmite al mundo. El beato Juan Pablo II, en la encíclica Redemptoris missio, afirmaba que «la misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola!» (n. 2). La tendencia, hoy difundida, a relegar la fe a la esfera de lo privado contradice por lo tanto su naturaleza misma. Necesitamos la Iglesia para tener confirmación de nuestra fe y para experimentar los dones de Dios: su Palabra, los sacramentos, el apoyo de la gracia y el testimonio del amor. Así nuestro «yo» en el «nosotros» de la Iglesia podrá percibirse, a un tiempo, destinatario y protagonista de un acontecimiento que le supera: la experiencia de la comunión con Dios, que funda la comunión entre los hombres. En un mundo en el que el individualismo parece regular las relaciones entre las personas, haciéndolas cada vez más frágiles, la fe nos llama a ser Pueblo de Dios, a ser Iglesia, portadores del amor y de la comunión de Dios para todo el género humano (cf. Const. past. Gaudium et spes, 1)
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Los domingos, en la santa misa, recitando el «Credo», nos expresamos en primera persona, pero confesamos comunitariamente la única fe de la Iglesia. Ese «creo» pronunciado singularmente se une al de un inmenso coro en el tiempo y en el espacio, donde cada uno contribuye, por así decirlo, a una concorde polifonía en la fe. El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza de modo claro así: «“Creer” es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe. La Iglesia es la Madre de todos los creyentes. “Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre” [san Cipriano]» (n. 181). Por lo tanto la fe nace en la Iglesia, conduce a ella y vive en ella. Esto es importante recordarlo.
discípulos, el día de Pentecostés —como narran los Hechos de los Apóstoles(cf. 2, 1-13)—, la Iglesia naciente recibe la fuerza para llevar a cabo la misión que le ha confiado el Señor resucitado: difundir en todos los rincones de la tierra el Evangelio, la buena nueva del Reino de Dios, y conducir así a cada hombre al encuentro
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3. EL DESEO DE DIOS Y LOS CAMINOS QUE CONDUCEN AL CONOCIMIENTO DE ÉL Hay un aspecto fascinante de la experiencia humana y cristiana: el hombre lleva en sí un misterioso deseo de Dios. De modo muy significativo, el Catecismo de la Iglesia católica se abre precisamente con la siguiente consideración: «El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar».
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Tal afirmación, que también actualmente se puede compartir totalmente en muchos ambientes culturales, casi obvia, podría en cambio parecer una provocación en el ámbito de la cultura occidental secularizada. Muchos contemporáneos nuestros podrían objetar que no advierten en absoluto un deseo tal de Dios. Para amplios sectores de la sociedad Él ya no es el esperado, el deseado, sino más bien una realidad que deja indiferente, ante la cual no se debe siquiera hacer el esfuerzo de pronunciarse. En realidad lo que hemos definido como «deseo de Dios» no ha desaparecido del todo y se asoma también hoy, de muchas maneras, al corazón del hombre. El deseo humano tiende siempre a determinados bienes concretos, a menudo de ningún modo espirituales, y sin embargo se encuentra ante el interrogante sobre qué es de verdad «el» bien, y por lo tanto ante algo que es distinto de sí mismo, que el hombre no puede construir, pero que está llamado a reconocer. ¿Qué puede saciar verdaderamente el deseo del hombre? En mi primera encíclica Deus caritas est he procurado analizar cómo se lleva a cabo ese dinamismo en la experiencia del amor humano, experiencia que en nuestra época se percibe más fácilmente como momento de éxtasis, de salir de uno mismo; como lugar donde el hombre advierte que le traspasa un deseo que le supera. A través del amor, el hombre y la mujer experimentan de manera nueva, el uno gracias al otro, la grandeza y la belleza de la vida y de lo real. Si lo que experimento no es una simple ilusión, si de verdad quiero el bien del otro como camino también hacia mi bien, entonces debo estar dispuesto a des-centrarme, a ponerme a su servicio, hasta renunciar a mí mismo. La respuesta a la cuestión sobre el sentido de la experiencia del amor pasa por lo tanto a través de la purificación y la sanación de lo que quiero, requerida por el bien mismo que se quiere para el otro. Se debe ejercitar, entrenar, también corregir, para que ese bien verdaderamente se pueda querer. El éxtasis inicial se traduce así en peregrinación, «como camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí mismo hacia su liberación en la entrega de sí y, precisamente de este modo, hacia el reencuentro consigo mismo,
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con nuestras fuerzas, a no dejarnos desalentar por la fatiga o los obstáculos que vienen de nuestro pecado. Al respecto no debemos olvidar que el dinamismo del deseo está siempre abierto a la redención. También cuando este se adentra por caminos desviados, cuando sigue paraísos artificiales y parece perder la capacidad de anhelar el verdadero bien. Incluso en el abismo del pecado no se apaga en el hombre esa chispa que le permite reconocer el verdadero bien, saborear y emprender así la remontada, a la que Dios, con el don de su gracia, jamás priva de su ayuda. Por lo demás, todos necesitamos recorrer un camino de purificación y de sanación del deseo. Somos peregrinos hacia la patria celestial, hacia el bien pleno, eterno, que nada nos podrá ya arrancar. No se trata de sofocar Se podrían hacer consideraciones el deseo que existe en el corazón análogas también a propósito de del hombre, sino de liberarlo, para otras experiencias humanas, como que pueda alla amistad, la canzar su verexperiencia dadera altura. de lo bello, el Cuando en el amor por el deseo se abre conocimiento: la ventana hacada bien que cia Dios, esto experimenta el ya es señal de hombre tiende la presencia de al misterio que la fe en el alma, envuelve al fe que es una hombre mismo; gracia de Dios. cada deseo que San Agustín se asoma al cotambién afirrazón humano maba: «Con la se hace eco de espera, Dios un deseo funamplía nuesdamental que tro deseo; con jamás se sacia el deseo amplenamente. Inplía el alma, y dudablemente dilatándola la desde tal dehace más caseo profundo, paz». que esconde Quisiera aludir también algo a algunos caminos de enigmático, no se puede llegar directa- “Sintámonos hermanos de todos los hom- que se derivan tanto de la reflexión natumente a la fe. El hombre, en definitiva, co- bres, compañeros de viaje también de quie- ral como de la fuerza noce bien lo que no le nes no creen, de quién está a la búsqueda, misma de la fe. Los sacia, pero no puede de quien se deja interrogar con sinceridad resumiría muy sintéticamente en tres imaginar o definir qué le haría experimen- por el dinamismo del propio deseo de ver- palabras: el mundo, tar esa felicidad cuya dad y de bien. Oremos, en este Año de la fe, el hombre, la fe. nostalgia lleva en el corazón. No se puede para que Dios muestre su rostro a cuantos La primera: el conocer a Dios sólo le buscan con sincero corazón” mundo. San Agusa partir del deseo del tín, que en su vida hombre. Desde este largamente punto de vista el misterio perma- interior y producir anticuerpos la Verdad y buscó aferrado por la nece: el hombre es buscador del eficaces contra la banalización y Verdad, tiene fue bellísima y céAbsoluto, un buscador de pasos el aplanamiento hoy difundidos. lebre página una la que afirma: pequeños e inciertos. Y en cam- Igualmente los adultos necesitan «Interroga a la en belleza de la tierra, bio ya la experiencia del deseo, redescubrir estas alegrías, desear del mar, del aire amplio y difuso. del «corazón inquieto» —como realidades auténticas, purificán- Interroga a la belleza cielo..., lo llamaba san Agustín—, es muy dose de la mediocridad en la que interroga todas estas del significativa. Esta atestigua que el pueden verse envueltos. Entonces Todos te responderán: realidades. hombre es, en lo profundo, un ser será más fácil soltar o rechazar somos bellos! Su belleza¡Míranos: es como religioso, un «mendigo de Dios». cuanto, aun aparentemente atrac- un himno de alabanza. Estas criaPodemos decir con las palabras tivo, se revela en cambio insípido, turas tan bellas, si bien son mutade Pascal: «El hombre supera in- fuente de acostumbramiento y no bles, ¿quién la ha creado, sino la finitamente al hombre». Los ojos de libertad. Y ello dejará que surja Belleza Inmutable?» (Sermón241, reconocen los objetos cuando la ese deseo de Dios del que estamos 2: PL 38, 1134). Pienso que debeluz los ilumina. De aquí el deseo hablando. mos recuperar y hacer recuperar de conocer la luz misma, que hace hombre de hoy la capacidad brillar las cosas del mundo y con Un segundo aspecto, que lleva el al contemplar la creación, su beellas enciende el sentido de la be- mismo paso del precedente, es no de lleza, su estructura. El mundo no conformarse nunca con lo que se lleza. ha alcanzado. Precisamente las es un magma informe, sino que más lo conocemos, más Debemos por ello sostener que es alegrías más verdaderas son capa- cuanto en él sus maravilloposible también en nuestra época, ces de liberar en nosotros la sana descubrimos sos mecanismos, más vemos un aparentemente tan refractaria a la inquietud que lleva a ser más exi- designio, vemos que hay una intedimensión trascendente, abrir un gentes —querer un bien más alto, ligencia creadora. Albert camino hacia el auténtico sentido más profundo— y a percibir cada dijo que en las leyes de laEinstein religioso de la vida, que muestra vez con mayor claridad que nada leza «se revela una razón naturatan sucómo el don de la fe no es ab- finito puede colmar nuestro cora- perior que toda la racionalidad del surdo, no es irracional. Sería de zón. Aprenderemos así a tender, pensamiento y de los ordenamiengran utilidad, a tal fin, promover desarmados, hacia ese bien que no tos humanos es, en comparación, una especie de pedagogía del de- podemos construir o procurarnos un reflejo absolutamente insignimás aún, hacia el descubrimiento de Dios». A través de ese camino podrá profundizarse progresivamente, para el hombre, el conocimiento de ese amor que había experimentado inicialmente. Y se irá perfilando cada vez más también el misterio que este representa: ni siquiera la persona amada, de hecho, es capaz de saciar el deseo que alberga en el corazón humano; es más, cuanto más auténtico es el amor por el otro, más deja que se entreabra el interrogante sobre su origen y su destino, sobre la posibilidad que tiene de durar para siempre. Así que la experiencia humana del amor tiene en sí un dinamismo que remite más allá de uno mismo; es experiencia de un bien que lleva a salir de sí y a encontrase ante el misterio que envuelve toda la existencia.
seo, tanto para el camino de quien aún no cree como para quien ya ha recibido el don de la fe. Una pedagogía que comprende al menos dos aspectos. En primer lugar aprender o re-aprender el gusto de las alegrías auténticas de la vida. No todas las satisfacciones producen en nosotros el mismo efecto: algunas dejan un rastro positivo, son capaces de pacificar el alma, nos hacen más activos y generosos. Otras, en cambio, tras la luz inicial, parecen decepcionar las expectativas que habían suscitado y entonces dejan a su paso amargura, insatisfacción o una sensación de vacío. Educar desde la tierna edad a saborear las alegrías verdaderas, en todos los ámbito de la existencia —la familia, la amistad, la solidaridad con quien sufre, la renuncia al propio yo para servir al otro, el amor por el conocimiento, por el arte, por las bellezas de la naturaleza—, significa ejercitar el gusto
ficante». Un primer camino, por lo tanto, que conduce al descubrimiento de Dios es contemplar la creación con ojos atentos.
La segunda palabra: el hombre. San Agustín, luego,
tiene una célebre frase en la que dice: Dios es más íntimo a mí mismo de cuanto lo sea yo para mí mismo. A partir de ello formula la invitación: «No quieras salir fuera de ti; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad». Este es otro aspecto que nosotros corremos el riesgo de perder en el mundo ruidoso y disperso en el que vivimos: la capacidad de detenernos y mirar en profundidad en nosotros mismos y leer esa sed de infinito que llevamos dentro, que nos impulsa a ir más allá y remite a Alguien que la pueda colmar. El Catecismo de la Iglesia católica afirma: «Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios» (n. 33).
La tercera palabra: la fe. Sobre todo en la realidad de
nuestro tiempo, no debemos olvidar que un camino que conduce al conocimiento y al encuentro con Dios es el camino de la fe. Quien cree está unido a Dios, está abierto a su gracia, a la fuerza de la caridad. Así, su existencia se convierte en testimonio no de sí mismo, sino del Resucitado, y su fe no tiene temor de mostrarse en la vida cotidiana, está abierta al diálogo que expresa profunda amistad para el camino de todo hombre, y sabe dar lugar a luces de esperanza ante la necesidad de rescate, de felicidad, de futuro. La fe, en efecto, es encuentro con Dios que habla y actúa en la historia, y que convierte nuestra vida cotidiana, transformando en nosotros mentalidad, juicios de valor, opciones y acciones concretas. No es espejismo, fuga de la realidad, cómodo refugio, sentimentalismo, sino implicación de toda la vida y anuncio del Evangelio, Buena Noticia capaz de liberar a todo el hombre. Un cristiano, una comunidad que sean activos y fieles al proyecto de Dios que nos ha amado primero, constituyen un camino privilegiado para cuantos viven en la indiferencia o en la duda sobre su existencia y su acción. Esto, sin embargo, pide a cada uno hacer cada vez más transparente el propio testimonio de fe, purificando la propia vida para que sea conforme a Cristo. Hoy muchos tienen una concepción limitada de la fe cristiana, porque la identifican con un mero sistema de creencias y de valores, y no tanto con la verdad de un Dios que se ha revelado en la historia, deseoso de comunicarse con el hombre de tú a tú en una relación de amor con Él. En realidad, como fundamento de toda doctrina o valor está el acontecimiento del encuentro entre el hombre y Dios en Cristo Jesús. El Cristianismo, antes que una moral o una ética, es acontecimiento del amor, es acoger a la persona de Jesús. Por ello, el cristiano y las comunidades cristianas deben ante todo mirar y hacer mirar a Cristo, verdadero Camino que conduce a Dios.
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4. LA RAZONABILIDAD DE LA FE
En la catequesis de hoy quisiera detenerme en la razonabilidad de la fe en Dios. La tradición católica, desde el inicio, ha rechazado el llamado fideísmo, que es la voluntad de creer contra la razón. Credo quia absurdum(creo porque es absurdo) no es fórmula que interprete la fe católica. Dios, en efecto, no es absurdo, sino que es misterio. El misterio, a su vez, no es irracional, sino sobreabundancia de sentido, de significado, de verdad. Si, contemplando el misterio, la razón ve oscuridad, no es porque en el misterio no haya luz, sino más bien porque hay demasiada. Es como cuando los ojos del hombre se dirigen directamente al sol para mirarlo: sólo ven tinieblas; pero ¿quién diría que el sol no es luminoso, es más, la fuente de la
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su sentido, para recibir su mensaje auténtico, acercándose al umbral del misterio. San Agustín, junto a muchos otros autores cristianos, es testigo de una fe que se ejercita con la razón, que piensa e invita a pensar. En esta línea, san Anselmo dirá en su Proslogionque la fe católica es fides quaerens intellectum, donde buscar la inteligencia es acto interior al creer. Será sobre todo santo Tomás de Aquino — fuerte en esta tradición— quien se confronte con la razón de los filósofos, mostrando cuánta nueva y fecunda vitalidad racional deriva hacia el pensamiento humano desde la unión con los principios y de las verdades de la fe cristiana.
no queda anulada ni se envilece dando su asentimiento a los contenidos de la fe, que en todo caso se alcanzan mediante una opción libre y consciente» (n. 43). En el irresistible deseo de verdad, sólo una relación armónica entre fe y razón es el camino justo que conduce a Dios y al pleno cumplimiento de sí. Esta doctrina es fácilmente reconocible en todo el Nuevo Testamento. San Pablo, escribiendo a los cristianos de Corintio, sostiene, como hemos oído: «los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles» (1
so el prejuicio Co 1, 22-23). Y es de ciertos pensaque Dios salvó el Confiemos, pues, en que nuestro dores modernos mundo no con un empeño en la evangelización ayude a según los cuales acto de poder, sino devolver nueva centralidad al Evangelio mediante la humila razón humana estaría como de su Hijo en la vida de tantos hombres y mujeres llación bloqueada por los unigénito: según dogmas de la fe. los parámetros huEs verdad exacmanos, la insólita tamente lo contrario, como han modalidad actuada por Dios demostrado los grandes maes- La fe católica es, por lo tan- choca con las exigencias de la tros de la tradición católica. San to, razonable y nutre confianza sabiduría griega. Con todo, la Agustín, antes de su conver- también en la razón humana. El Cruz de Cristo tiene su razón, sión, busca con gran inquietud concilio Vaticano I, en la cons- que san Pablo llama ho lògos la verdad a través de todas las titución dogmática Dei Filius, tou staurou, «la palabra de la filosofías disponibles, hallán- afirmó que la razón es capaz de cruz» (1 Cor 1, 18). Aquí el térdolas todas insatisfactorias. Su conocer con certeza la existen- mino lògos indica tanto la palafatigosa búsqueda racional es cia de Dios a través de la vía de bra como la razón y, si alude a la para él una pedagogía signifi- la creación, mientras que sólo a palabra, es porque expresa vercativa para el encuentro con la la fe pertenece la posibilidad de balmente lo que la razón elaboVerdad de Cristo. Cuando dice: conocer «fácilmente, con ab- ra. Así que Pablo ve en la Cruz «comprende para creer y cree soluta certeza y sin error» (ds no un acontecimiento irracional, para comprender» (Discurso 3005) las verdades referidas a sino un hecho salvífico que po43, 9: PL 38, 258), es como si Dios, a la luz de la gracia. El see una razonabilidad propia relatara su propia experiencia de conocimiento de la fe, además, reconocible a la luz de la fe. Al vida. Intelecto y fe, ante la divi- no está contra la recta razón. mismo tiempo, él tiene mucha na Revelación, no son extraños El beato Juan Pablo II, en efec- confianza en la razón humana; o antagonistas, sino que ambos to, en la encíclica Fides et ratio hasta el punto de sorprenderse son condición para comprender sintetiza: «La razón del hombre por el hecho de que muchos, aun
viendo las obras realizadas por Dios, se obstinen en no creer en Él. Dice en la Carta a los Romanos: «Lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son perceptibles para la inteligencia a partir de la creación del mundo y a través de sus obras» (1, 20). Así, también san Pedro exhorta a los cristianos de la diáspora a glorificar «a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza» (1 P3, 15). En un clima de persecución y de fuerte exigencia de testimoniar la fe, a los creyentes se les pide que justifiquen con motivaciones fundadas su adhesión a la palabra del Evangelio, que den razón de nuestra esperanza. Sobre estas premisas acerca del nexo fecundo entre comprender y creer se funda también la relación virtuosa entre ciencia y fe. La investigación científica lleva al conocimiento de verdades siempre nuevas sobre el hombre y sobre el cosmos, como vemos. El verdadero bien de la humanidad, accesible en la fe, abre el horizonte en el que se debe mover su camino de descubrimiento. Por lo tanto hay que alentar, por ejemplo, las investigaciones puestas al servicio de la vida y orientada a vencer las enfermedades. Son importantes también las indagaciones dirigidas a descubrir los secretos de nuestro planeta y del universo, sabiendo que el hombre está en el vértice de la creación, no para explotarla insensatamente, sino para custodiarla y hacerla habitable. De tal forma la fe, vivida realmente, no entra en conflicto con la ciencia; más bien coopera con ella ofreciendo criterios de base para que promueva el bien de todos, pidiéndole que renuncie sólo a los intentos que —oponiéndose al proyecto originario de Dios— pueden producir efectos que se vuelvan contra el hombre mismo. También por esto es razonable creer: si la ciencia es una preciosa aliada de la fe para la comprensión del plan de Dios en el universo, la fe permite al progreso científico que se lleve a cabo siempre por el bien y la verdad del hombre, permaneciendo fiel a dicho plan. He aquí por qué es decisivo para el hombre abrirse a la fe y conocer a Dios y su proyecto de salvación en Jesucristo. En el Evangelio se inaugura un nuevo humanismo, una auténtica «gramática» del hombre y de toda la realidad. Afirma el Catecismo de la Iglesia católica:«La verdad de Dios es su sabiduría que rige todo el orden de la creación y del gobierno del mundo. Dios, único Creador del cielo y de la tierra (cf. Sal 115, 15), es el único que puede dar el conocimiento verdadero de todas las cosas creadas en su relación con Él» (n. 216).
Especial renuncia BENEDICTO XVI
Avanzamos en este Año de la fellevando en nuestro corazón la esperanza de redescubrir cuánta alegría hay en creer y de volver a encontrar el entusiasmo de comunicar a todos las verdades de la fe. Estas verdades no son un simple mensaje sobre Dios, una información particular sobre Él. Expresan el acontecimiento del encuentro de Dios con los hombres, encuentro salvífico y liberador que realiza las aspiraciones más profundas del hombre, sus anhelos de paz, de fraternidad, de amor. La fe lleva a descubrir que el encuentro con Dios valora, perfecciona y eleva cuanto hay de verdadero, de bueno y de bello en el hombre. Es así que, mientras Dios se revela y se deja conocer, el hombre llega a saber quién es Dios, y conociéndole se descubre a sí mismo, su proprio origen, su destino, la grandeza y la dignidad de la vida humana. La fe permite un saber auténtico sobre Dios que involucra toda la persona humana: es un «saber», esto es, un conocer que da sabor a la vida, un gusto nuevo de existir, un modo alegre de estar en el mundo. La fe se expresa en el don de sí por los demás, en la fraternidad que hace solidarios, capaces de amar, venciendo la soledad que entristece. Este conocimiento de Dios a través de la fe no es por ello sólo intelectual, sino vital. Es el conocimiento de Dios-Amor, gracias a su mismo amor. El amor de Dios además hace ver, abre los ojos, permite conocer toda la realidad, mas allá de las estrechas perspectivas del individualismo y del subjetivismo que desorientan las conciencias. El conocimiento de Dios es por ello experiencia de fe e implica, al mismo tiempo, un camino intelectual y moral: alcanzados en lo profundo por la presencia del Espíritu de Jesús en nosotros, superamos los horizontes de nuestros egoísmos y nos abrimos a los verdaderos valores de la existencia.
luz? La fe permite contemplar el «sol», a Dios, porque es acogida de su revelación en la historia y, por decirlo así, recibe verdaderamente toda la luminosidad del misterio de Dios, reconociendo el gran milagro: Dios se ha acercado al hombre, se ha ofrecido a su conocimiento, condescendiendo con el límite creatural de su razón (cf. Conc. Ec. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, 13). Al mismo tiempo, Dios, con su gracia, ilumina la razón, le abre horizontes nuevos, inconmensurables e infinitos. Por esto la fe constituye un estímulo a buscar siempre, a nunca detenerse y a no aquietarse jamás en el descubrimiento inexhausto de la verdad y de la realidad. Es fal-
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La receta anglicana no funciona:
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cuanto más “modernos” son, menos fieles tienen Justin Welby, hasta ahora obispo anglicano de Durham (llevaba sólo un año como obispo) será entronizado el 21 de marzo como arzobispo de Canterbury y, por lo tanto, la prensa lo presenta como “líder espiritual de casi 80 millones de anglicanos en el mundo”. Esos “80 millones” suenan bastante impresionantes. Pero hay que detallar más las cifras para ver que no se recoge bien la realidad eclesial anglicana. Y en cuanto al “liderazgo” del Primado, es casi meramente honorífico, aunque en Inglaterra sí tiene alguna atribución más.
Haciendo cuentas no hay 80 millones La Comunión Anglicana declara tener unos 80 millones de miembros, el 75% en el Tercer Mundo. Pero en ReligionEnLibertad hemos repasado los datos más recientes y exactos de cada país “anglo” occidental (a menudo los da cada iglesia nacional en su web; otras veces –menosson estudios estadísticos). Y los resultados son los siguientes: incluso si sumamos todos los anglicanos practicantes de Canadá, de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Irlanda y Reino Unido, no llegan ni a 2,6 millones de feligreses practicantes…
Países glos”:
“an-
-Canadá: 2 millones de anglicanos (642.000 practicantes) -EEUU: 1,9 millones de anglicanos (660.000 practicantes) -Nueva Zelanda: 550.000 anglicanos (40.000 practicantes; sí, cuarenta mil, no es error) -Australia: 3,7 millones de anglicanos (433.000 practicantes) -Reino Unido: 13,4 millones de anglicanos (800.000 prac-
ticantes) -Irlanda (toda la isla): 390.000 anglicanos (78.000 practicantes) Total en países “anglos”: casi 21 millones de miembros, de los que los practicantes son 2,6 millones (el 12,3%, 2.653.000) Otras regiones del mundo con más de 100.000 fieles anglicanos (suman 46 millones): Caribe: 780.000 miembros África del Sur: 2 millones Nigeria: 18 millones África Occidental: 1 millón Sudán: 5 millones Uganda: 8 millones Kenia: 2,5 millones Tanzania: 2 millones África Central: 600.000 India: 5 millones Pakistán: 800.000 Melanesia: 200.000 Filipinas: 100.000 La suma de los países “anglos” y de estas otras grandes comunidades anglicanas del Sur Global es de 67 millones. Hasta los 80 millones que circulan en la prensa faltan 13 millones (que
no están en las diminutas comunidades anglicanas de Sudamérica, Japón, Corea o Bangla Desh). Así, la cifra real (incluso con los problemas de contar cristianos en África o India) se acercaría a los 70 millones.
derados casi el “estándar religioso americano” y hoy prácticamente irrelevantes. Un informe del portal anglicano Virtue Online calcula que un tercio de sus parroquias cerrará en los próximo 5 años.
¿ N o r t e a m é r i c a El anglicanismo frente a Arabia? “progre”, fecha a fecha Otra forma de verlo es que hoy hay más católicos en la diócesis de Arabia (1,3 millones, inmigrantes indios, filipinos y arabehablantes) que anglicanos practicantes en la muy “angla” Norteamérica (si excluimos el Caribe).
Eran lo estándar, y hoy son irrelevantes El caso es que el anglicanismo en Occidente (es decir, en los países “anglos”) está de capa caída. Y aunque llevan décadas aceptando doctrinas liberales para hacerse más populares, eso sólo logra vaciar más sus iglesias. El caso paradigmático y que marca el camino es el de los anglicanos de EEUU, los episcopalianos, antiguamente consi-
Los episcopalianos han aprobado todo lo que los “progres” exigen y más. Lo repasamos: - En el siglo XVI, el anglicanismo aceptó el clero casado. - En 1930, aceptaron la anticoncepción. La causa: el clero casado. Daban mal ejemplo, tenían pocos hijos (asi lo explica un historiador luterano). - En 1976, los episcopalianos aprobaron el “sacerdocio” femenino. -En 1989, se ordenó la primera obispa episcopaliana. -En 1994, se prohibió toda terapia para dejar la homosexualidad. - En 2000, se aceptó como algo correcto el sexo fuera del matrimo-
nio. - En 2003 ordenaron como obispo a Gene Robinson, un señor divorciado de su esposa, con dos hijos, que vivía «maritalmente» con otro hombre (en 2011 dejó el cargo, aunque sigue siendo “lobbista” en el clero anglicano). Fue el primer obispo homosexual activo. - En 2006 el episcopalianismo admitía el matrimonio homosexual. - En 2010 presumía de ordenar en Los Ángeles a una obispa lesbiana activa. - El 1 de enero de 2011 un obispo episcopaliano casaba con boato mediático a dos sacerdotisas lesbianas episcopalianas, una de ellas la famosa militante abortista Katherine Ragsdale. Nada de eso ha atraído gente a esta iglesia. Han perdido un tercio de sus fieles en lo que va de siglo XXI: tenían 3,4 millones de fieles en 2001, y sólo 1,9 en 2012.
El dinero da el control Sin embargo, los episcopalianos aún tienen bastante dinero, y lo emplean para acallar o comprar a las provincias anglicanas del Tercer Mundo, que no soportan su teología anti-Bíblica y antilógica, pero necesitan los fondos para mantener escuelas, dispensarios y mil servicios de lo más básico en países pobrísimos. Así, la rama más fracasada del anglicanismo es la más poderosa.
El caso de Inglaterra Justin Delby, como nuevo arzobispo de Canterbury, tendrá algo más de margen para maniobrar en Inglaterra que en el resto del mundo, pero tampoco demasiado. Él ya se ha mostrado favorable a que haya mujeres obispo. Mujeres “sacerdote” las hay en Inglaterra desde 1994. Y desde entonces, la Iglesia de Inglaterra se ha feminizado a marchas forzadas.
>La lupa El sacerdocio femenino aleja a los fieles
En general, desde 1994, cuando se ordenaron las primeras sacerdotisas, la asistencia a la confesión anglicana ha bajado un 13% (a pesar de la inmigración de países anglicanos africanos o asiáticos). Solo un 3% del clero pertenece a alguna minoría étnica. Desde 1994, la población en Inglaterra creció en casi 5 millones de personas, y la mitad eran inmigrantes: pese a eso, la feligresía anglicana ha bajado. Desde hace 10 años, sólo el 24% de las bodas se celebran en el rito anglicano (y esta estabilidad la ven como una buena noticia; nótese que en España hay aún un 62% de bodas por la Iglesia católica). Una de cada cuatro escuelas privadas es anglicana, lo que teje una red de 4.600 centros con 1 millón de alumnos (las escuelas católicas inglesas, que son 2.000, menos de la mitad que las anglicanas, suman 725.000 alumnos). Las sacerdotisas son “progres” Lo que está claro es que el clero femenino inglés tiene doctrinas mucho menos conservadoras que el masculino. La mitad de ellas, por ejemplo, no cree en la Resurrección de Cristo.
IGLESIA UNIVERSAL
Tomado de “Religión en libertad”
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>La lupa IGLESIA UNIVERSAL
En qué cree el clero anglicano: Según un estudio presentado en 2002 llamado “Cost of Conscience” (por Christian Research), los resultados son muy claros: -Creo en el Espíritu Santo: 77% sacerdotes, 74% sacerdotisas. - Creo en Dios Padre: 83% sacerdotes, 74% sacerdotisas - Creo en la Trinidad: 78% sacerdotes, 70% sacerdotisas - Creo que Jesús murió para quitar el pecado del mundo: 76% sacerdotes, 65% sacerdotisas. - Creo que el cuerpo de Jesús resucitó de entre los muertos: 68% sacerdotes, 53% sacerdotisas - Creo que Jesús es el único camino para ser salvado: 53% sacerdotes, 39% sacerdotisas.
Más sacerdotisas que sacerdotes En 2010, último año con datos, fueron ordenadas por primera vez más sacerdotisas que sacerdotes: 290 mujeres frente a 273 hombres. Desde el año 2000, cada año se ordenan unos 500 nuevos clérigos, pero también es cierto que cada año se jubilan unos 300 y otros 200 ó 300 se retiran por diversas causas. Tener clero casado desde hace 5 siglos no basta para fidelizarlo. En total, el clero de la “Iglesia de Inglaterra” consta de unos 8.000 sacerdotes varones y 3.500 mujeres. [Por comparar: la Iglesia Católica en España cuenta con
unos 25.000 sacerdotes].
Solo 800.000 feligreses estables Se puede decir que en Inglaterra hay mucho pastor para pocas ovejas: aunque Inglaterra tiene 51 millones de habitantes, en un domingo dado sólo encontraremos unos 800.000 feligreses en las parroquias anglicanas del país. En las entrañables fiestas de Navidad podemos encontrar 3 millones de feligreses en sus 16.000 templos. [Comparación: la Iglesia Católica en España cuenta con 22.000 parroquias].
La mitad del clero no cobra Hay que recordar,
además, que de todos esos clérigos y clérigas anglicanos sólo el 55% trabajan “a tiempo completo” en la Iglesia, con sueldo eclesial (estipendio). El restante 45% tiene un trabajo civil, no cobra de la Iglesia de Inglaterra, y dedica solo un tiempo parcial a la parroquia, por ejemplo los fines de semana, ofreciendo sacramentos, predicando, etc...
Señoras (o señoritas) de 40 años La mayoría de las mujeres sacerdotisas tienen ese perfil: no cobran sueldo y se dedican a tiempo parcial. La mayoría de estas mujeres, según las últimas estadísticas, entran en la vida clerical con 40
años y de hecho casi el 80% de las sacerdotisas tiene más de 50 años (también el 72% de los sacerdotes anglicanos supera el medio siglo).
La alternativa anglocatólica Mientras tanto, se ha producido algo insólito e inimaginable hace poco. En apenas una década, 9 obispos anglicanos (2 de ellos episcopalianos, de EEUU) se han hecho católicos y en los dos últimos años más de cien clérigos anglicanos se han unido a la Iglesia Católica a través de los ordinariatos anglocatólicos creados por Benedicto XVI: uno en Norteamérica, otro en Gran Bretaña y otro en Australia. Muchos
de ellos ya son sacerdotes católicos o se preparan para serlo. Les han acompañado más de 2.000 laicos. Y vendrán más. El obispo católico australiano Peter Elliott, uno de los impulsores del ordinariato anglocatólico en Australia, explicó en Londres lo que pasará pronto. “Las obispas ya son una realidad en Australia. Cuando aparezcan en Inglaterra, como es inevitable, el impacto de la realidad de una política nueva tendrá sus efectos. Esa puede ser, de verdad, la segunda oleada”, escribió. Sería una oleada de anglicanos serios con la fe cristiana que busquen la unión con la Iglesia Católica.
ACTIVIDADES APOSTÓLICAS EN LA DIÓCESIS
APOSTOLADO DE LA STMA. SANGRE DE CRISTO
DIPLOMADO EN PASTORAL DE LA SALUD
Encuentro para conocer esta devoción 23 y 24 de febrero Lugar: Parroquia Virgen del Valle Teléfono de contacto: 0426 2951981
Viernes 1 y Sábado 2 de marzo Lugar: Parroquia Virgen del Valle Teléfonos de contacto: 0424 9372759 (Martina); 04166873836 (Ángela)
ESCUELA DE TEOLOGÍA
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Diócesis de Ciudad Guayana conmemoró a su Patrona
Fiestas de la Inmaculada Concepción Desde el catorce de octubre hasta el ocho de diciembre se realizaron actividades organizadas por nuestra Iglesia local para reencontrarse con la Madre de Jesús (Con información del Santuario Mariano de la Inmaculada Concepción)
1. Una fiesta en auge Los feligreses que laboran en la Diócesis de Ciudad Guayana celebraron la fiesta de la Inmaculada Concepción con el propósito de reiterar la importancia que cumple la Virgen en nuestra vida como cristianos. Cada año los guayaneses demuestran que ha crecido la devoción por su patrona. Los fieles dan a conocer su historia en las zonas más cercanas. Sin embargo, gran parte de la población consagra sus corazones a la Virgen del Valle – Patrona de Oriente- y desconocen que gracias a la Inmaculada Concepción, el 24 de noviembre de 1979, se creó la Diócesis de Ciudad Guayana por decreto de Juan Pablo II. Si bien es cierto que consolidar una determinada advocación mariana es un proceso que lleva mucho tiempo, como es el caso de la “Chinita”, en Maracaibo, o la “Vallita” en Oriente, la devoción por la madre Inmaculada Concepción está cultivándose poco a poco en toda la comunidad, ya que la fe enternece los corazones de todos los fieles que se encuentran en el camino de la reflexión y la búsqueda de la paz. El pasado 8 de diciembre fue el día de la Madre María Inmaculada Concepción y uno de los objetivos de esta celebración se enfoca, precisamente, en dar a conocer la
imagen de la Virgen comunidad, colegio, institución para que población comparta patrona.
en cada zona e toda la con su
Con el fin de renovar la fe cada año, el Rector del Santuario de La Inmaculada, P. Humberto Merchán, junto a la Diócesis organizan una serie de actividades emblemáticas para conmemorar a la patrona de Guayana. Hoy en día, María Inmaculada tiene un significativo valor en la vida de todos los cristianos y se ha mostrado como el constante sustento de la labor evangelizadora de la iglesia.
2.Conociendo la historia La Capilla de “La Inmaculada Concepción” se consolidó en la época colonizadora cuando un grupo de españoles llegaron a Venezuela y descubrieron el río Orinoco, lo que les facilitó el encuentro con la región Guayana. En el año 1678 llegan a la Isla de Trinidad cuatro misioneros capuchinos, ya que en ese lugar se fundarían cinco localidades misionales. Tomando en cuenta el éxito, el Gobernador de la isla, hace lo posible para que sean ellos quienes funden la Misión de Guayana. De acuerdo a las pretensiones del dirigente de la isla, en 1682 son enviados el P. Ángel de Mataró y Pablo de Blanes a investigar la región. Sin embargo, nada se pudo realizar en esa oportunidad y los misioneros se marcharon. El 10 de abril de 1714 fue enviada una nueva expedición de seis evangelizadores
capuchinos de la Provincia Catalana, quienes lograron registrar una Misión y trasladaron consigo la presencia de la Santísima Virgen María. Las enfermedades y la mala alimentación se encontraban latentes. De acuerdo a la situación que se evidenciaba, los capuchinos analizaron y concluyeron que la zona requería una infraestructura productiva que garantizara la calidad en los alimentos. La primera iglesia en el territorio guayanés estaba ubicada a la orilla del río Orinoco y Caroní. Por su lugar estratégico, el templo era visitado por muchos sacerdotes y misioneros. Debido a la inseguridad que la rodeaba, el Obispo Dr. Sixto Sosa propuso que mientras no hubiera párroco, los ornamentos se debían conservar en una casa de familia. Tomando en cuenta que la infraestructura del santuario no estaba en condiciones óptimas, se decidió construir un nuevo templo, ubicado actualmente frente a la Plaza Bolívar. La construcción fue realizada por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). En el marco de la celebración del I Aniversario de la visita de su Santidad, el Papa Juan Pablo II, Mons. Medarno Luzardo Romero, Primer Obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana, consagró el templo de “La Inmaculada Concepción” Son muchos los sacerdotes y feligreses que han pasado por esta parroquia trabajando por el fortalecimiento de la fe y uniendo los corazones en el reino de Dios.
Una multitud plenó el Santuario de La Inmaculada en la Sta. Misa presidida por nuestro Obispo y concelebrada por todo el presbiterio diocesano
IGLESIA EN GUAYANA
Por Daniela Santander
La Sta. Misa comenzó con una procesión por el centro de S. Félix. Cada vez más guayacitanos celebran a su Patrona
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CARIDADPOLÍTICA
El verdadero sentido de la limosna
IGLESIA EN GUAYANA
Tomado de la Revista “Id y Evangelizad”
Se extraña la revista Alfa y Omega de que en las redes sociales se haya criticado con fuerza el donativo de la Fundación de Amancio Ortega a Cáritas y se apunta a la propuesta de una cofradía sevillana de hacerle un monumento. No estaría de más que en ese y otros medios católicos se dieran una vuelta por las páginas del Concilio del que celebramos 50 años y leyeran que es tradición de la Iglesia desde sus orígenes tener muy claro que NO ES CARIDAD restituir a los pobres aquello que se les debe como JUSTICIA. Así lo dice claramente: Para que este ejercicio de la caridad sea verdaderamente extraordinario y aparezca como tal, es necesario (…) se satisfaga ante todo a las exigencias de la justicia, y no se brinde como ofrenda de caridad lo que ya se debe por título de justicia (AA 8) La caridad cristiana es compartir hasta lo necesario para vivir, como la viuda del evange-
lio, más aún como Cristo que pone el mandato de amar en seguirle a Él que lo pierde todo al dar la vida por los amigos. Por eso los padres de Iglesia insistían que los ricos tienen OBLIGACIÓN DE DEVOLVER A LOS POBRES lo superfluo, ya que se lo deben en justicia, pues ellos acaparan los bienes que el Creador desea sean para que cada persona tenga lo necesario para vivir. Esta es la aplicación del destino universal de los bienes, al que llamó Juan Pablo II la hipoteca social de la propiedad. Señores de Alfa y Omega: dar de lo superfluo no es caridad, sino empezar a devolver lo arrebatado a los pobres. Y Amancio Ortega es capaz de gastar 12 millones de euros en un caballo para su yerno. La prensa económica es consciente de ello, por eso ha dejado claro que los 20 millones entregados a Cáritas apenas suponen un 0,05% de su fortuna (la tercera del mundo), lo que para un español de a pie con 10.000 euros de patrimonio supondría una aportación de 5 euros.
Cuando predicaban estas cosas san Ambrosio, san Basilio, san Juan Crisóstomo… no callaban al recordar a los ricos que QUEDARSE LO SUPERFLUO Y VIVIR EN LUJOS ES ROBAR, es más es convertirse en cómplice de la muerte por hambre de los pobres, al quedarse para sí el sustento que les corresponde en justicia. Esto, en una economía como lo actual no es literatura piadosa, pues aquello que dijo san Ambrosio es más verdad: Uno no puede enriquecerse sin cometer mil fechorías, y el enriquecimiento del negocio textil de INDITEX esta relacionado con la esclavitud infantil, la explotación en los países empobrecidos, la complicidad con terribles dictaduras como la China y el fomento de consumismo materialista entre los jóvenes. No estaría de más que Alfa y Omega, como revista de Iglesia, cumpliera en este y otros temas la misión profética que le corresponde como deber y no gastase esfuerzos en dar incienso a los poderosos.
Por segundo año consecutivo “siembran” tantas cruces como asesinatos hubo en el año Fundación por la Dignidad Sagrada de la Persona Somos un grupo de mujeres a las que nos han asesinado algún ser querido. Unas hemos perdido a nuestro esposo, otras a algún hermano y la mayoría lloramos la pérdida de uno de nuestros hijos. Cuando la violencia nos arrebata lo que más queremos, el sentimiento más generalizado es la impotencia y la huida. Sentimos que el mundo se nos acaba y que ya no hay piso firme debajo de nuestros pies. Se pierde el apetito y, lo que es más grave, las ganas de vivir. Nos sentimos totalmente abandonadas por el Gobierno y por todas sus instituciones: Tribunales, Policías,... Abandonadas y burladas. Después de sufrir el desgarro de nuestra propia carne, tenemos que soportar que nos humillen en el
Las madres de la Dignidad C.I.C.P.C., en la Fiscalía, en el Palacio de la in-justicia,...
Meses, años de espera, expedientes que se pierden, casos que se archivan, asesinos que se pasean amenazantes delante de nuestras casas, y siempre las mismas respuestas: “tengan paciencia, estamos trabajando en ello”. Y lo más odioso de todo: “vuelva usted la próxima semana”. La mayoría de las madres ya han perdido toda esperanza en
que se haga justicia porque el sistema venezolano fomenta la impunidad más que nunca. Sólo 2 ó 3 de cada 100 asesinatos son resueltos y los culpables arrestados. Los otros 97 son toneladas de tierra que se echan sobre nosotras, las madres y esposas del dolor.
Algunas de nosotras no estamos dispuestas a que se nos siga matando dos veces: la primera cuando asesinaron a nuestros hijos y la segunda cuando el Estado se ríe de su memoria. Por eso nos hemos organizado y constituido la Fundación por la Dignidad Sagrada de la Persona. A través de ella encauzamos nuestro dolor y rabias infinitos. A través de ella denunciamos el sistema criminal que está detrás de los que apretaron el gatillo con-
tra nuestra propia sangre. A través de ella, la memoria y la Dignidad de nuestros seres amados no se perderá y, tarde o temprano, será reivindicada y convertida en semilla de una nueva sociedad que salga del tribalismo en el que nos metimos nosotros solos. En diciembre pasado, volvimos a clavar más de 500 cruces en un céntrico espacio de la Ciudad en recuerdo de los más de 500 asesinados en el 2012. Fueron más víctimas que en el 2011. El Gobierno miente cuando habla de una mejoría en el combate contra la violencia. En Venezuela no se está luchando contra la violencia. Al menos no el Gobierno. Pero nosotras sí vamos a dar la pelea. Te invitamos a que te unas a nosotras. Si quieres contactarnos, estos son nuestros teléfonos: 0414 8615927 0414 8863915
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“Gracias, Venezuela”
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Las Hermanas Maestras Católicas del Sagrado Corazón de Jesús (MCSC) tienen que dejar nuestra Diócesis y Venezuela porque el Gobierno no les concede la VISA. Muchas otras Congregaciones están en la misma situación. Este es su testimonio y despedida, que esperamos sea temporal y breve.
1. Los inicios Las Hermanas Maestras Católicas del Sagrado Corazón de Jesús (MCSC) hemos compartido y disfrutado casi diez años con esta bella gente de Venezuela en San Félix, en la Vicaría Santa María Reina del Orinoco, cuya Sede se encuentra en la UD 128, 25 de marzo. Nuestra llegada coincidió con la Visita Pastoral de Monseñor Mariano Parra Sandoval a la Parroquia Cristo Rey, en octubre de 2003. En compañía de él y del párroco en aquel tiempo J. Ignacio Angós, SJ, hicimos un primer recorrido contactando con algunos coordinadores de manzana del barrio. En los meses siguientes realizamos visitas a las familias con el objetivo de que a la vez que nos presentamos a la comunidad, fuésemos conociendo el lugar, las personas, sus costumbres y sus necesidades. Comenzamos a congregarnos como Iglesia Católica, en la “matica” (a la sombra de un pequeño árbol) al lado de Mercal. 2. Objetivo: la familia La Catequesis familiar fue la manera que encontramos de hacer un proceso integral para la preparación de los sacramentos de Iniciación Cristiana porque abarca a la familia y su objetivo es formar comunidad cristiana y establecer relaciones fraternas entre vecinos. Se formaron los primeros grupos. Comenzamos a trabajar en la evangelización de algunas devociones populares, y en la implementación de talleres de corte y costura en coordinación con
CECAL, catequesis de acuerdo a los itinerarios de la Diócesis y misiones en el barrio. En el año 2007, al retirarse de la Parroquia Cristo Rey la comunidad Jesuita, continuamos la labor pastoral bajo la forma de Vicaría Parroquial, por petición de Monseñor Mariano Parra Sandoval, integrando a los barrios de Inés Romero y Virgen del Valle en el trabajo que se venía realizando. Con ayuda de bienhechores y de la comunidad se logró la construcción del Templo vicarial, así como el espacio para una biblioteca comunitaria y anexos. Actualmente varios grupos apostólicos juveniles e infantiles, coordinados por laicos comprometidos hacen vida en la Vicaría, buscando desde el encuentro con Dios, a través del canto, el teatro, la catequesis, el trabajo cotidiano y la formación, transmitir valores humanos, culturales y evangélicos a la gente del barrio, para colaborar en la construcción de una comunidad más sana y fraterna. 3. El problema de las VISAS Este 26 de enero, en la Misa de gratitud, presidida por Monseñor Mariano Parra Sandoval, concelebrada por varios sacerdotes de la zona
somos parte. Gracias por sus esfuerzos, su lucha para que pudiéramos perm a n e c e r. Gracias a los sacerdotes que han sido apoyo y aliento en el caminar.
pastoral II y ante la presencia de varias comunidades religiosas y fieles laicos de otras parroquias y de la Vicaría, nuestra Superiora General, Hna. Luz Isela Valenzuela de la O, expresó: “Siete años aproximadamente estuvimos gozando sin problemas de la oportunidad de estar en este bello país. De dos años y medio a la fecha la dificultad apareció y ha permanecido, no sin esfuerzos de nuestra parte y de ustedes mismos por vencerla, mas no ha estado en nuestras manos lograrlo. Conforme han ido pasando los días y no tenemos respuesta en las VISAS, he experimentado la impotencia y le he preguntado a Dios ¿Qué pasa? ¿Por qué? ¿Si lo único que buscamos es hacer el bien, construir tu Reino por qué se cierran las puertas? ¿O acaso ya no nos necesita aquí? Gracias, Mons. Mariano por creer en nosotras, por velar, por confiar y poner en nuestras manos esta porción de pueblo de Dios del que ya
Gracias a cada miembro de esta Vicaría, a la gente amiga, bienhechora, por darnos la oportunidad de unir fuerzas para ser y construir Iglesia con ustedes. Gracias por dar vida nueva, oxígeno puro a nuestro Carisma congregacional que en esencia nos lanza a vivir como apóstoles de su Corazón entre los pobres. Gracias por permanecer en lucha por una sociedad más justa, más en paz, con más semillas de Reino dentro, más deseosa de dar a conocer el amor del Corazón de Jesús. Gracias por enseñarnos que la fuerza del Evangelio se renueva día a día y prende fuego con todo y nuestras limitaciones y omisiones. Gracias por acoger a cada Hermana que pasó por aquí y le permitieron hacer el bien, compartir su fe, su gozo de seguir al Señor. Cada una dio lo mejor, no las olviden en su oración. Y un GRACIAS con mayúsculas a cada uno, por abrir su corazón a Cristo Jesús, nuestro Camino, Verdad y Vida. Perdón, también perdón, si hubo actitudes o acciones de
nuestra parte, que los haya limitado en su fe y amor a Cristo, a su Iglesia. María, Nuestra Señora, Reina del Orinoco, los cobije con su ternura y los ayude a perseverar en la fe que da sentido, en la esperanza que impulsa y en el amor que humaniza. Si los responsables de otorgar las VISAS en este país, ahora sin motivo alguno, no nos abren las puertas para permanecer, podríamos estar resentidas y actuar así, pero no, nos vamos agradecidas porque ellos mismos un día nos las abrieron y nos las dejaron así por varios años, y gracias a ello los conocimos a ustedes y crecimos con ustedes construyendo Reino, gran regalo que no caducará. Nos retiramos contentas porque “la tierra ha dado su fruto, ustedes son el fruto de Dios. Y estamos seguras de que José de Jesús, siervo de Dios, nuestro muy querido Fundador, los bendice y seguirá intercediendo porque esta Vicaría arda más en el amor a Jesús, Corazón Misericordioso, y se proyecte en servicio solidario de unos para con otros como hermanos en la fe. Recuerden que nadie puede arrebatarles lo que Jesús ha sembrado en su interior, si ustedes no se lo permiten. Tienen la responsabilidad de cultivarlo para que siga dando fruto y cada vez más abundante. Por último, sólo les digo que conserven la alegría y no pierdan la paz. Jesús está con nosotros. Permitan que su Espíritu guíe sus pasos, consuele su corazón. “Manténganse firmes y conseguirán la vida”. Ah, y en México, en Perú, tienen unas hermanas que siempre los recordarán. En el Corazón de Jesús permaneceremos unidos. Rueguen por nosotras, que nosotras rogaremos por ustedes”.
IGLESIA EN GUAYANA
Hermanas Maestras Católicas del Sagrado Corazón
CONTRAPUNTO
? Vicaría de Derechos Humanos. Diócesis de Ciudad Guayana 1. Un caso que se repite El de las Hermanas Maestras Católicas del Sagrado Corazón de Jesús (MCSC), sobre el que informamos en la página anterior, no es un caso aislado: es similar al de otras muchas Congregaciones religiosas (masculinas y femeninas) a las que el Gobierno tampoco les está renovando o concediendo las VISAS necesarias para permitir su trabajo en Ciudad Guayana. En parecida situación se encuentran las Hermanas de la Vicaría del Sagrado Corazón, las de la Vicaría Inmaculada Concepción, las Brígidas que trabajan en la Parroquia Virgen del Valle, las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta, las Salvatorianas, los Operarios de la Parroquia S. Buenaventura, etc., etc...
Hay libertad religiosa en Venezuela? 2. ¿Qué les han hecho estos misioneros? Esto es lo que se pregunta la gente sencilla de los sectores más populares, que es donde trabajan todos estos religiosos. ¿Qué es lo que le molesta al Gobierno de estos hombres y mujeres que tienen a Cristo y a su Evangelio como única riqueza? Ellos son los que están trabajando en donde ni siquiera las instituciones gubernamentales se atreven a entrar por lo difícil de la situación o por el grado de violencia que existe. De hecho, han sido los propios Consejos Comunales y la Comunidad organizada los primeros que han levantado la voz para denunciar este atropello contra un derecho constitucional, ya que según nuestra Carta Magna cualquier extranjero tiene la potestad de pedir su residencia en nuestro País mientras no haya cometido ningún delito. ¿Cuál es el crimen de estos hermanos que solo llevan la
Misericordia de Dios a sus semejantes?
3. La lucha continúa Desde hace meses, se viene trabajando en varios frentes para conseguir las VISAS denegadas. No sólo los Consejos Comunales, como ya se ha dicho, sino también todas las Parroquias de Ciudad Guayana se han unido para recoger firmas que avalen la solicitud de los que están amenazados con la expulsión del País. Al frente está la Vicaría de Derechos Humanos de nuestra Diócesis. Los días 5 y 6 de febrero varios guayaneses se concentraron en el SAIME de Ciudad Guayana para hacer entrega del segundo lote de firmas recolectadas. Ya van varios miles. ¿Nos oirá el Gobierno? Nosotros no cesaremos en recoger firmas y en hacer cuantas acciones pacíficas hagan falta para que se oiga la voz de los que están siendo injustamente tratados.
4. Sí que es una política de Estado Siempre que hemos acudido a las distintas instancias responsables de las VISAS (SAIME, Ministerio de Interior, Oficina de Culto...) y cuando hemos hablado con distintos voceros del Gobierno, todos nos han repetido: “No es una política de Estado. Es un malentendido que se va a resolver pronto.” Al principio creímos esta versión, pero pasados ya varios meses y tras múltiples diligencias realizadas, estamos convencidos de que sí que se trata de un plan perfectamente organizado para debilitar la presencia de la Iglesia en la sociedad, sobre todo entre los más humildes. La larga mano cubana parece estar detrás de este programa de ataque contra la Iglesia Católica. La persecución religiosa puede ser cruenta, pero también puede realizarse con “guante blanco”, por ejemplo negando el derecho a la residencia
de los católicos extranjeros. Tampoco vale la excusa, que también se nos ha dado, de que el problema está en el Estado Bolívar porque es fronterizo y se vigila mucho la presencia de extranjeros, ya que conocemos el caso de varios misioneros de Estados no fronterizos a los que igualmente se les está impidiendo su derecho a vivir en nuestra Patria. 5. Otro derecho humano vulnerado A la larga lista de derechos humanos que están siendo violentados en nuestro País (el de la vida, el del trabajo bien remunerado, el de la libertad de conciencia, el de la información, el de los servicios públicos dignos...) hay que añadir otro: el de la libertad religiosa. Cuando un Gobierno niega a varios miembros de un determinado Credo la estancia en su suelo, eso tiene un nombre: PERSECUCIÓN.
¡¡¡Gracias, hermanas!!! Imágenes de la Sta. Misa en la que las H. Maestras Católicas se despidieron temporalmente de nuestra Diócesis
II JORNADAS DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA: el compromiso del laico en política HOMENAJE A GUILLERMO ROVIROSA Y J. GÓMEZ DEL CASTILLO ...Del 25 de febrero al 1 de marzo ...Parroquia Virgen del Valle ...7 p.m. a 8, 30 p.m. ...Organizan: MCC y CJS
>agenda diocesana - 19 febrero: CLEJO y Fundación Catedral - 20 febrero Reunión Asuntos Económicos - 24 febrero Comienza la Visita Pastoral de Mons. Mariano a la Parroquia Santísima Trinidad. -25 de febrero a 1 de marzo II semana de Doctrina Social de la
. Lunes 25 febrero Apertura por Mons. Mariano José y ponencia del Dr. Eugenio Rodríguez, máster en DSI . Martes 26 febrero Análisis del mundo actual por la Lic. Elimar Portuguez
Iglesia en Parroquia Virgen del Valle (todos los días a las 7 p.m.) - 2 de marzo Formación ministros extraordinarios de la Eucaristía -2 y 3 de marzo Curso Emaús sobre esclavitud infantil - 5 y 6 de marzo Reunión de agentes de pastoral y presbiterio.
. Miércoles 27 febrero “Promoción integral de los pobres según G. Rovirosa” por el Dr. Eugenio Rodríguez . Jueves 28 febrero Experiencias laicales de compromiso político . Viernes 1 de marzo: Festival juvenil y oración
- 9 marzo Escuela de teología Retiro bíblico cuaresmal Retiro espiritual de jóvenes - 12 de marzo EDAP - 15-17 de marzo Encuentro Conyugal de los EFV - 16 de marzo Escuela Diocesana para catequistas
- 22 marzo Via Crucis Diocesano en la Construcción de la Catedral - 23 marzo Misa Crismal en la Parroquia S. Buenaventura (por su 50 aniversario) - 24-31 marzo Semana Santa. El momento más importante es la Vigilia Pascual el día 30 de marzo.