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Conclusiones
tos de DH y estrategias específicas para enfrentar posibles delitos.
Ambos manuales contemplan la elaboración de proyectos preventivos y de intervención comunitaria al finalizar los cursos con la intención de extender la reflexión más allá del ámbito familiar y comunitario.
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Sería relevante incorporar herramientas de autoestima, empatía y socialización en todos los niveles (se pierde en secundaria y medio superior); así como ofrecer estrategias de actuación ante la violencia en todos los niveles (no existe en primaria, está presente en secundaria y media superior) Asimismo, sería valioso incorporar a la familia, indispensable abrir la reflexión hacia otros espacios porque ¿qué pasa cuando la familia es el agente principal de la violencia?
MEDIDA 5. Generar campañas interculturales, permanentes encaminadas a la prevención de la violencia de género a nivel estatal, municipal y comunitario, con el fin de dar a conocer los derechos de las niñas y mujeres, primordialmente, el derecho a una vida libre de violencia, y que permiten identificar sus tipos y modalidades (MP5).
La MP5 contempla un indicador estructural: Indicador 1. Documento aprobado de la Campaña Intercultural permanente a la prevención de la violencia de género a nivel estatal, municipal y comunitario. El Libro Blanco hace las siguientes referencias en torno a la Campaña Intercultural:
Generamos mensajes con el idioma tseltal y tostsil; sin embargo, nos encontramos trabajando con grupos focales con la finalidad de realizar la campaña intercultural desde el modo de vida de los pueblos originarios, ya que la estrategia no puede ser abordada desde la especificidad de la Alerta de Género, sino, que tiene que enfocarse desde la cosmovisión indígena del Lekil Kuxlejal (Buen vivir) (Libro blanco, octubre 2018:12).
El objetivo general de la estrategia es transformar los patrones socioculturales que producen y reproducen la violencia comunitaria desde la generación y la ampliación teórica y práctica de la cosmovisión tsotsil-tseltal del Lekil Kuxlejal (Vivir tranquilos, vivir en paz, etc.) y del Iche’l Ta Muk (Respeto Mutuo) con la plena participación de las mujeres y hombres de la comunidad.
Se cuenta con la campaña intercultural desde el modo de vida de los pueblos originarios, ya que la estrategia no puede ser abordada desde la especificidad de la Alerta de Género, sino que tiene que enfocarse desde la cosmovisión indígena del Lekil Kuxlejal (Buen vivir), vivir en armonía y respeto con todo ser vivo (Libro Blanco, octubre 2018:108).
Las evidencias de la medida solamente refieren a tres imágenes: dos imágenes con mensajes en tsotsil y una más con mensaje en tseltal. No hay algún documento que dé cuenta de un diseño de una campaña intercultural que incluya un marco conceptual que fundamente por qué “la estrategia no puede ser abordada desde la especificidad de la Alerta de Género, sino enfocarse desde la cosmovisión indígena del Lekil Kuxlejal (Buen vivir) y del Iche’I Ta Muk”. ¿Cuáles son las razones por las que no podrían compaginarse?; tampoco un diagnóstico preciso respecto a la violencia de género hacia mujeres en las comunidades indígenas, ni especificaciones a la metodología empleada, de los mecanismos de participación de los grupos focales y los procedimientos de validación; así como el calendario para su difusión y seguimiento de impactos. Por supuesto, tampoco hay alguna especificación en torno a las particularidades de niñas y adolescentes. En breve, lo que se encuentra en torno a la Campaña Intercultural son solo tres imágenes.
Conclusiones
1. Salvo el Protocolo de funcionamiento del módulo de atención inmediata para mujeres en situación de riesgo en San Cristóbal de Las Casas, las medidas analizadas distan de un reconocimiento efectivo de las niñasy adolescentes como titulares de derechos. La posición frente a ellas es de receptoras de bienes y servicios; incluso esquemas donde podrían generarse
mecanismos de participación, como en las escuelas, no se potencializan tales posibilidades.
Igualmente, preocupa que algunos productos —como ya se ha mencionado en el análisis— resultan alejados de las realidades de las NA, se formulan con base en estereotipos y, en el peor de los casos, son revictimizantes. 2. Las campañas de difusión al no considerar las particularidades de las NA terminan vulnerando su derecho a la información, impidiéndoles conocer las estrategias y mecanismos de protección con los que cuentan en el marco de la
Alerta y su invisibilización en las campañas deriva en vulneraciones en su protección de derechos. Es fundamental que las campañas de difusión se comiencen a entender como un medio para garantizar el derecho a la información, no como fines en sí mismas. En tanto responden al derecho a la información deben permitir a las NNA conocer sus derechos y los mecanismos de protección que pueden activar.
De poco sirve prevenir sino hay una articulación con mecanismos funcionales de protección. La ruta a la que se aspira es que las NA conozcan sus derechos, los defiendan, sepan qué hacer cuando alguien se los violenta y que esos mecanismos de protección efectivamente cumplan con sus objetivos. 3. Destaca la ausencia en el desarrollo de las medidas de Prevención vinculadas con los pueblos indígenas: la estrategia educativa y la campaña de difusión intercultural no se encuentran desarrolladas, lo que —de nueva cuenta— abre las brechas de desigualdad entre las NA indígenas con las no indígenas. El
Protocolo para prevenir la violencia escolar y de género, así como los Manuales son omisos al contexto indígena. 4. Sin duda, ante la exclusión del enfoque de derechos de las niñas y adolescentes en las medidas de la AVGM, es indispensable que el
SIPINNA establezca relaciones de vinculación con las instancias encargadas de implementarla y trabajar en conjunto para garantizar que las políticas públicas destinadas a atender la emergencia efectivamente reconozcan a las niñas y adolescentes como titulares de derechos. La alianza podría resultar beneficiosa para ambos mecanismos, el SIPINNA y la
Alerta, y permitiría ampliar las garantías del derecho a la vida libre de violencia de las NA. 5. Por otro lado, la AVGM tiene deudas importantes con la transparencia y rendición de cuentas. El Libro Blanco indica que en la formulación del Plan contaron con el acompañamiento de la Oficina del Alto Comisionado de
Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUCH) con el objetivo de incluir “indicadores internacionales con los que pueda ser evaluada cada acción del Programa”.
Efectivamente, la plataforma digital del Plan establece indicadores estructurales, de proceso y de resultados acordes con la metodología de la OACNUDH; sin embargo, solo se ofrece información sobre los indicadores estructurales, el resto permanecen desactualizados. 6. Incluso, la organización del Libro Blanco no retoma los indicadores y, ni siquiera, permite identificar los avances por medida. El Libro hace una exposición de actividades mensuales; pero, no hay ninguna referencia al cumplimiento de indicadores en los plazos establecidos o una reflexión en torno a los resultados, es exclusivamente un reporte de gestión. 7. Mientras este marco de omisiones existe, a las niñas y adolescentes —sobre todo a las niñas y adolescentes indígenas— las siguen violentando cotidianamente, los feminicidios en este sector continúan y lo mínimo que esperamos del Estado es que las acciones y recursos que inviertan sean acordes con sus obligaciones en la materia. Sin duda, se vuelve necesario acompañar ejercicios de auditoría social a la AVGM por parte de niñas y adolescentes —sobre todo indígenas— para poder visibilizarlas también como sujetos de exigencia a la garantía de sus derechos.
capítulo 4
¿Cómo integrar el enfoque de derechos humanos en la planificación institucional de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con NNA? La experiencia de Melel Xojobal
Recuperar el enfoque de derechos humanos como eje orientador del trabajo de las organizaciones sociales requiere colocar a las NNA como sujetos de derecho y, en función de ello, articular las áreas de trabajo en torno a las orientaciones que brindan los estándares de derechos humanos.
Los estándares también pueden operacionalizarse para guiar los Modelo de Atención y resultados de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con los derechos humanos de las NNA. Lograr articular indicadores con enfoque de derechos humanos fue una tarea a la que se volcó Melel Xojobal en colaboración con Enclave de Evaluación y Enfoque de Derechos Humanos.
En este capítulo se recuperan los resultados del diagnóstico que se realizó con las NNA que participan en los programas de las tres áreas educativas de Melel, A) Primera Infancia,1 B) Infancia Trabajadora,2 y C) Jóvenes,3 así como con sus padres y madres (MAPAS), sobre la situación de sus derechos humanos.
La exposición se realizará tomando como ejes articuladores los derechos de NNA que se han trabajado en los capítulos anteriores y forman parte del Modelo de Atención de Melel Xojobal. Cada bloque presentará las variables asociadas a cada componente del modelo, y la recuperación de las voces de NNA respecto a las capacidades que tienen para identificar sus derechos y cómo viven las limitaciones a los mismos. Dadas las edades de las NN del grupo de “Primera Infancia” (0 a 4 años), se recuperan las voces de las MAPAS para ahondar en las consideraciones respecto a la forma en cómo viven los límites de los derechos.
1 NN entre 0 y 4 años. 2 NNA entre 4 y 13 años. 3 Adolescentes y jóvenes entre 13 y 20 años.