El eco repetitivo y punzante de la guitarra de David Gilmour es una de las tantas marcas registradas de la banda que llevó la psicodelia a su máxima expresión, uniendo música e imagen dentro de un mismo
género. Fue así como símbolos muy fuertes como la pared de “The Wall” o los cerdos voladores de “Animals” se transformaron en íconos culturales de varias generaciones. Tanto Roger Waters como David Gilmour fueron las figuras que llevaron compositivamente adelante a Pink Floyd, junto con los valiosos aportes del tecladista Rick Wright y del baterista Nick Mason. Este segundo cancionero de la banda presenta 22 temas que van desde “P.U.L.S.E” a “The Wall”, desde “The Division Bell” a “Animals”, y desde “The Final Cut” a “Dark Side of The Moon”, entre otros.