¿Sabes que la recuperación después de la enfermedad mental severa es posible?
¿Sabes que es posible retomar el proceso vital y recobrar las capacidades, más allá de las consecuencias del trastorno como ciudadano de pleno derecho?
Para los millones de personas en el mundo que viven con una enfermedad mental, la recuperación significa esperanza y mayor control sobre su vida, a pesar de las dificultades de un diagnostico psiquiátrico.
Reconstruir la propia vida puede ser un desafío tanto como lo es tratar la propia enfermedad.
Tal
vez
sea
necesario
aprender nuevas habilidades y cambiar de estilo de vida.
La recuperación no es un tratamiento específico, sino un estilo de crecimiento personal donde el individuo con enfermedad mental es dueño de su proceso.
No significa necesariamente curarse, lograr una estabilidad o reducir los síntomas sin más, sino llevar unas condiciones de existencia dignas, con un sentido de valía personal, aportación y una satisfacción razonable con la propia vida. Es la persona en su totalidad quien dirige la ruta y quien finalmente asume la responsabilidad de elegir qué tipos de ayuda y apoyo necesita para recuperarse. La recuperación es recobrarse de la aparición de síntomas e integrar estas experiencias a un nuevo sentido de identidad
¿Qué se necesita para desarrollar la recuperación? Creer en uno mismo y desarrollar una identidad positiva.
Saber que la recuperación es posible.
Realizar actividades significativas.
Desarrollar actividades significativas con otros y con el entorno
Manejar activamente estrategias para mantenerse bien y minimizar recaídas
Disponer de apoyo social que no sabotee la autodeterminaciòn Ver y oír que la recuperación es posible.
Vivir y ocuparse en un entorno que sepa mirar más allá de la enfermedad
Recibir apoyo que refleje las necesidades cambiantes
Fases en el proceso de recuperación Rechazo, confusión, aislamiento
Convivir, conocer la enfermedad
Exploro recursos y dificultades. Asumo mayor control de mi vida
Busco oportunidades y metas valiosas
Resiliencia, doy significado a mi experiencia
¿Cómo me doy cuenta de mi recuperación?
Cuando he abandonado el rol de enfermo y me he convertido en algo más que un mero receptor de cuidados
Cuando me di cuenta que “tenía algo que dar” y que no sólo necesitaba ayuda.