22 de Abril de 2018
Periódico de Evangelización Integral No. 893 - Año XVIII
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Diócesis de San Juan de los Lagos, Jal. Colaboración: $8.ºº
“Te he llamado por tu nombre, tú eres mío” (Is 43,1)
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21 DE ABRIL Sr. Pbro. Gonzalo Oliva Hernández 21 DE ABRIL Sr. Pbro. José Elías Pérez Martínez 21 DE ABRIL Sr. Pbro. J. de Jesús Rocha Ramos 21 DE ABRIL Sr. Pbro. Luis Enrique Sotelo Barrera 22 DE ABRIL Sr. Pbro. Salvador Reyes Macías 23 DE ABRIL Sr. Pbro. José Jorge Martínez Aguilera 24 DE ABRIL Sr. Pbro. Rubén Ibarra Barba 25 DE ABRIL Sr. Pbro. Raúl Hernández Hernández
Colaboradores: Padre Jaime Enrique Gutiérrez Gutiérrez
Claudia Rojas Silva Héctor Javier Álvarez Romero
Dios nos pide poco y nos da mucho. Nos pide un corazón abierto para acogerle a Él y a los hermanos más débiles. Quien cuida a los niños está del lado de Dios y vence la cultura del descarte. ¡Liberemos a los niños de todas las formas de explotación! Mientras rezo incesantemente por la paz, e invito a todas las personas de buena voluntad a continuar haciendo lo mismo, hago un llamamiento de nuevo a todos los responsables políticos para que prevalezcan la justicia y la paz. La Iglesia es joven porque el Evangelio es como una linfa vital que la regenera continuamente. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo nuestro testimonio en las ocupaciones de cada día. #GaudeteetExsultate La santidad a la que el Señor te llama crece mediante pequeños gestos buenos en la vida cotidiana. #GaudeteetExsultate
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“LOS MINISTROS DE CULTO... LO QUE PUEDEN HACER Y LO QUE NO DEBEN HACER EN ESTAS ELECCIONES” Que la paz de Dios esté en ustedes. Queridos hermanos, con este saludo de Cristo resucitado a sus apóstoles, les saludo. Estamos ya prácticamente a la mitad del tiempo pascual, y las celebraciones que nos ayudan a gozarnos porque Jesucristo, nuestro Rey, está vivo; nos impulsan a unirnos más a Él y a seguir el estilo de vida que propone. Este domingo IV de Pascua, tenemos en la Iglesia el domingo del Buen Pastor, es una de las primeras celebraciones que hacemos como Iglesia en que reconocemos llenos de fe y alegría que Él nos ha cuidado, ha dado su vida por nosotros y nos conduce por caminos de vida, es hermoso rezar el Salmo 23 (22) donde expresamos: “El Señor es mi Pastor nada me falta”(versículos 1-2). Somos invitados de manera eficaz a tener paz en nuestra vida y a seguir sus propuestas de forma de vivir. Así mismo, en toda la Iglesia iniciamos la semana de oración por las vocaciones sacerdotales; oremos intensamente por los jóvenes llamados: los de los grupos juveniles, los que están ya en el seminario, los diáconos, los sacerdotes y Obispos. Jesucristo, Buen Pastor, sigue llamando a muchos. Así mismo, les recuerdo de las Ordenaciones Sacerdotales que viviremos en la diócesis este domingo del Buen Pastor. Quiero invitar a todos a la Misa en la casa pastoral Juan Pablo II a las 11:00 horas, donde doce hermanos nuestros recibirán el orden del Presbiterado. ¡Bendito sea el Señor y gracias a los jóvenes valientes que se entregan como Cristo a Dios y su pueblo la Iglesia! Nos unimos como Iglesia con la Arquidiócesis de Guadalajara este sábado en la ordenación de los tres nuevos Obispos, elegidos por Jesucristo, el Buen Pastor, como sucesores de los apóstoles. ¡Felicidades! Como Iglesia que somos, oremos intensamente por las vocaciones sacerdotales. Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.
Para un católico, aunque nuestro Reino no sea de este mundo, lo cierto es que vivimos en este mundo con una misión que cumplir. Y lejos de mostrarnos ajenos a los asuntos temporales, sabemos que todo lo referido al hombre, también es nuestro asunto. Los sacerdotes, llamados Ministros de Culto, según la ley, gozan, como todos los mexicanos, de los derechos a la libertad religiosa y a la libertad de expresión, tal y como lo establece y limita nuestra Constitución Mexicana. Por eso, acatan lo que puede y lo que no debe hacer un sacerdote católico, en nuestras próximas elecciones. LO QUE PUEDE... 1.- Puede hablar y publicar todo lo que motive a la participación ciudadana en las elecciones. 2.- Igualmente puede hablar y publicar todo lo que lleve a ejercer el voto de manera libre, secreta, informada y responsable. 3.- También puede insistir en que todos tienen el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de conciencia, en toda circunstancia. 4.- Por el derecho a la libertad religiosa, también tiene el derecho a proponer los valores cristianos sobre temas, como la vida, la familia, el matrimonio, incluso la doctrina social de la Iglesia, etcétera. 5.- Como Ministros de Culto pueden atender, de forma personal y privada, a los candidatos que así lo soliciten. LO QUE NO DEBE... 1.- No debe apoyar públicamente a ningún candidato o partido político, ni directa ni indirectamente, en el templo o fuera de él. 2.- No debe, públicamente criticar o atacar a ningún candidato o partido político que esté contendiendo a los diversos cargos de elección. 3.- No debe distribuir ni permitir propaganda electoral de cualquier clase en el templo y en los anexos parroquiales. 4.- No debe permitir los espacios del templo y anexos parroquiales para realizar ahí cualquier reunión de propaganda electoral. 5.- No debe opinar públicamente a favor o en contra de ningún candidato. 6.- Debe evitar participar en eventos públicos de candidatos y partidos políticos, en el período electoral. Y aunque estas disposiciones no las prohibiera la Constitución, los sacerdotes, como centro de unidad de nuestra comunidad, voluntariamente reconocerán a todos los candidatos y a los militantes de todos los partidos, como nuestros hermanos, siempre dispuestos a anunciarles el Evangelio, cumpliendo el deseo de Dios que quiere que todos los hombres se salven.
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EL BAUTISMO: FUNDAMENTO DE LA VIDA CRISTIANA CATEQUESIS DEL PAPA www. aica.org
“El bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana. Es el primero de los sacramentos, y la puerta que le permite a Cristo establecer su residencia en nuestra persona y a nosotros sumergirnos en su misterio”, dijo el papa Francisco durante la Audiencia General, el miércoles 11 de abril, inaugurando un nuevo ciclo de catequesis dedicado al Bautismo. “Los cincuenta días del tiempo pascual son propicios para reflexionar sobre la vida cristiana, que, por su misma naturaleza, es la vida que proviene de Cristo mismo”, explicó el pontífice y señaló que “somos cristianos en la medida en que permitimos que Jesucristo viva en nosotros”. El Santo Padre indicó que para revivir esta conciencia lo mejor es “comenzar desde el principio, desde el sacramento que encendió la vida cristiana en nosotros”. El verbo griego “bautizar” significa “sumergir”, explicó el Papa y añadió: “El baño con agua es un ritual común a varias creencias para expresar la transición de una condición a otra, un signo de purificación para un nuevo comienzo. Pero para nosotros, los cristianos, es el alma que se sumerge en Cristo para el perdón del pecado y brillar con la luz divina. En virtud del Espíritu Santo, el bautismo nos sumerge en la muerte y resurrección del Señor, para dar a luz al hombre nuevo, recreado en Jesús. El bautismo es un renacimiento”. “Recibido solo una vez, el lavado bautismal ilumina toda nuestra
vida, guiando nuestros pasos hacia la Jerusalén del Cielo. Hay un antes y un después del bautismo”, aseguró y dio, una vez más, una tarea importante para todos los cristianos: recordar la fecha del propio bautismo. “Al sumergirnos en Cristo, el Bautismo también nos hace miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia, y partícipes de su misión en el mundo”, indicó el Papa a continuación, los bautizados no estamos aislados: somos miembros del Cuerpo de Cristo, señaló.
Espíritu Santo, y el Espíritu Santo hará crecer en ese niño como hijo de Dios las virtudes cristianas que luego florecen. Siempre debemos dar esta oportunidad a todos, a todos los niños, de tener el Espíritu Santo dentro de ellos que los guiará a lo largo de sus vidas. ¡No te olvides de bautizar a los niños!”, exhortó el Pontífice. El Papa también dijo que “ninguno merece el Bautismo, que es siempre don gratuito para todos, adultos y recién nacidos. Pero como sucede con una semilla
Francisco recordó las últimas palabras del Señor resucitado a los apóstoles: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. A través del agua bautismal, aquellos que creen en Cristo están inmersos en la vida misma de la Trinidad”. Al respecto explicó el Santo Padre que no se trata de cualquier agua del Bautismo, sino agua invocada por el Espíritu que “da vida”. Por lo tanto, al bautismo también se lo llama “regeneración”: creemos que Dios nos salvó “por su misericordia, con una agua que regenera y renueva en el Espíritu”. “El bautismo permite a Cristo vivir en nosotros y a nosotros vivir unidos a él, para colaborar en la Iglesia, cada uno según su condición, a la transformación del mundo. Recibido solo una vez, el agua bautismal ilumina toda nuestra vida, guiando nuestros pasos hacia la Jerusalén del Cielo. Hay un antes y un después del bautismo”. El Sacramento supone un camino de fe que llamamos catecumenado, evidente cuando es un adulto el que pide el Bautismo. Pero también los niños, desde la antigüedad, son bautizados en la fe de los padres”. En este punto Francisco dijo que algunos padres piensan ¿para qué bautizar a un niño que no comprende?, esperemos a que crezca, que entienda y que él mismo pida el Bautismo, pero el Papa señaló que “esto significa que no tiene fe en el Espíritu Santo, porque cuando bautizamos a un niño en ese niño entra el
llena de vida, este don echa raíces y da fruto en un terreno alimentado por la fe”. En este sentido, “las promesas bautismales que cada año renovamos en la Vigilia Pascual deben ser reavivadas cada día para que el Bautismo ‘cristifique’ en quien lo ha recibido, haciéndolo de verdad otro Cristo”.+
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LA VOCACIÓN SACERDOTAL UN GRAN MISTERIO José de Jesús Hernández Torres
La vocación sacerdotal es un gran misterio, es un don que supera infinitamente al hombre. La vocación es el misterio de la elección divina: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca” (Jn 15, 16). El hombre es tomado de entre los hombres. El Señor lo llama, no por ser el mejor, no por sus bastas cualidades y talentos, no por ser más digno que el resto de los hombres, sino porque es el Señor quien lo elige, en su realidad de creatura finita, para servirle al servicio de su pueblo como administrador de sus misterios. La vocación sacerdotal es el misterio de un “maravilloso intercambio” entre Dios y el hombre. Este ofrece a Cristo su humanidad para que Él pueda servirse de ella como instrumento de salvación, casi haciendo de este hombre otro sí mismo. Aunque las palabras humanas no son capaces de abarcar la magnitud del misterio que el sacerdocio tiene en sí mismo, podemos reflexionar sobre dos preguntas, entrelazadas una con la otra, que nos ayudaran esbozar algunos de los rasgos propios del sacerdote. La primera, ¿qué significa ser sacerdote? Según San Pablo, significa ante todo ser administrador de los misterios de Dios: “Servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los administradores es que sean fieles’’ (1 Co 4, 1-2). El administrador no es el dueño, sino aquel a quien el dueño confía sus bienes para que los gestione con justicia y responsabilidad. Precisamente por eso el sacerdote recibe de Cristo los bienes de la salvación para distribuirlos debidamente entre las personas a las cuales es enviado. Se trata de los bienes de la fe. El sacerdote, por tanto, es el hombre de la palabra de Dios, el hombre del sacramento, el hombre del “misterio de la fe’’. La segunda pregunta a responder, ¿quién es el sacerdote? San Juan Pablo II en su libro “Don y Misterio” responde esta pregunta detallando algunos rasgos que a continuación se desarrollan:
Ministro de la misericordia
La vocación sacerdotal un “maravilloso intercambio” entre Dios y el hombre.
¡El sacerdote es testigo e instrumento de la misericordia divina! En el confesionario cada sacerdote se convierte en testigo de los grandes prodigios que la misericordia divina obra en el alma que acepta la gracia de la conversión.
Un hombre en contacto con Dios Como administrador de los bienes, el sacerdote está en permanente y especial contacto con la santidad de Dios. La majestad de Dios es la majestad de la santidad. En el sacerdocio el hombre es como elevado a la esfera de esta santidad, de algún modo llega a las alturas en las que una vez fue introducido el profeta Isaías.
Llamado a la santidad En contacto continuo con la santidad de Dios, el sacerdote debe llegar a ser él mismo santo. Su mismo ministerio lo compromete a una opción de vida inspirada en el radicalismo evangélico. Esto explica que de un modo especial deba vivir el espíritu de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia De aquí surge la particular necesidad de la oración en su vida: la oración brota de la santidad de Dios y al mismo tiempo es la respuesta a esta santidad.
El sacerdote debe ser ante todo hombre de oración, convencido de que el tiempo dedicado al encuentro íntimo con Dios es siempre el mejor empleado, porque además de ayudarle a él, ayuda a su trabajo apostólico.
Hombre de la Palabra Para ser guía auténtico de la comunidad, verdadero administrador de los misterios de Dios, el sacerdote está llamado a ser hombre de la palabra de Dios, generoso e incansable evangelizador. Los hombres de hoy esperan del sacerdote antes que la palabra “anunciada” la palabra “vivida”. El presbítero debe “vivir de la Palabra’’. Pero al mismo tiempo, se ha de esforzar por estar también intelectualmente preparado para conocerla a fondo y anunciarla eficazmente.
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“Dios me ha mirado con misericordia al elegirme”
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PBRO. ALEJANDRO GUTIÉRREZ PEDROZA
oy Alejandro Gutiérrez Pedroza, pertenezco a la comunidad parroquial de Santa María de Guadalupe de Arandas, Jalisco; hijo de María Elena Pedroza Hernández y Raúl Gutiérrez Reyes; soy el menor de doce hijos. Quiero compartirles lo que Dios ha hecho conmigo en este tiempo que me ha permitido servir como diácono al Pueblo de Dios, pero de una manera especial a los seminaristas del Seminario Menor, Preparatoria en Lagos de Moreno, Jalisco. Servir como diácono ha sido una oportunidad privilegiada que Dios me ha dado para estar con su pueblo, tanto en el Seminario Mayor, aún como compañero formando, compartiendo preocupaciones, alegrías, logros con otros seminaristas que están en el mismo camino; servirles a ellos, en el lugar donde yo también fui formado inicialmente, ha sido una experiencia muy gratificante. Por otro lado, en Catedral Basílica de San Juan de los Lagos, pude experimentar que la bendición de un ministro ordenado, es un tesoro maravilloso para las personas que llevan cargando en su vida experiencias tan difíciles que solo Dios puede alivianar, y lo hace de una manera muy especial a través de sus ministros ordenados, algo de lo que le estoy eternamente agradecido. Y de una manera especial, quiero hacerles partícipes de lo que ha sido para mí el poder servir a los adolescentes que, desde muy temprana edad sienten el llamado de Dios a la vida sacerdotal. Durante este tiempo me he dado cuenta que el ser ministro ordenado lleva consigo sus responsabilidades muy específicas, y sus exigencias con uno mismo y con los demás. Esta experiencia es, sin duda, un regalo de Dios, en el que me ha demostrado todo lo que Él puede hacer a través de nosotros. Sin embargo, les comparto que, el trabajo de la formación de jóvenes que quieren responder a un llamado que Dios les hace, no es nada sencillo, ya que requiere un acompañamiento muy profundo, en el que se le ayuda al muchacho a caminar por las sendas que Dios les quiere proponer, y esto supone: testimonio, discernimiento constante y, sobre todo, oración por ellos, para que, al final del día, ellos escuchen más claramente lo que Dios les pide en ese momento concreto de su vida. A pesar de que es un poco difícil este ministerio, trae consigo experiencias muy gratificantes, ya que los muchachos, con su alegría, han sido capaces de transmitirme sus ganas de responder a Dios, y al contagiarme de sus energías, he recordado continuamente mi primer amor, el día en que yo también me sentí llamado por Dios. Verlos con ese entusiasmo me da fuerzas para continuar mi camino, sobre todo, en los momentos en que este ministerio se vuelve un poco difícil. Que Dios los bendiga siempre y que María, nuestra madre querida, los proteja siempre.
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PBRO. JUAN RAMÓN ROMO ROMO
oy Juan Ramón Romo Romo, originario de la parroquia el Cuerpo y la Sangre de Cristo de Jalostotitlán; mi padre es Dimás Romo Romo y mi madre Antonia Guadalupe Romo Lozano, que de Dios goza; ocupo el tercer lugar de cinco hijos. En este, ya casi un año y cinco meses de experiencia diaconal, he comprobado una moción que tenía, qué realmente a lo que fui llamado es a estar con Él, esto resume verdaderamente mi experiencia diaconal, y así lo dice el evangelista san Marcos: “Subió al monte y llamó a los que Él quiso; y vinieron donde Él. Instituyó doce, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar con poder para expulsar a los demonios” (3,13-15). Y es que realmente fui llamado al servicio de una comunidad, pero más allá de esto, me llama a estar con Él, y esto es algo que he tenido que estar cuidado a diario, ya que es muy fácil como ministro de Cristo, perder este pilar fundamental de toda vocación. En una ocasión, un amigo que se iba a ordenar diácono, me preguntó: ¿Qué consejo le darías a alguien que se va a ordenar diácono? Y le contesté: te lo voy sintetizar así <<lo ideal, no es lo real>>; con esto le dije que ser diácono es algo inexplicable, que conlleva muchas alegrías, gozos, te da plenitud y mucha satisfacción; pero también trae consigo muchas cruces, tristezas, pruebas, sufrimientos; tal cual lo promete el Evangelio. De la misma manera que Jesús le habla al profeta Isaías, así nos habla a cada uno de nosotros. Y esto que promete la Sagrada Escritura, verdaderamente se cumple en nosotros. Es indefinible e invaluable, el gozo que se siente el poder abrir las puertas de la Iglesia a un niño, y decirle: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Es inimaginable la alegría que se siente en preparar una homilía, y luego predicar lo que Dios quiere decirnos a sus fieles, hablar en nombre de Él. Por otro lado, aunque al principio me resistí, ahora, puedo contar la alegría que siento, la satisfacción y el gozo del poder haber visto más de cerca, la inquietud del inicio del llamado de muchos niños, adolescentes y jóvenes que intentan responder al llamado que Dios les está haciendo, poder ver los inicios de mi vocación en ellos, y al mismo tiempo animarlos a que vale la pena responder. Gracias a Dios, a mi Obispo por su cercanía, gracias a mi familia por estar conmigo, a mis once hermanos diáconos, al equipo de Pastoral Vocacional con el que vivido una experiencia de verdadera comunidad, gracias a tantos sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos, con los que tuve la oportunidad de compartir la vocación; gracias a los SEMFAS y ASFAS por su amistad y confianza, a tantas comunidades parroquiales que nos recibieron, les bendigo en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Todo por ti Dios mío, todo por tu amor.
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“El don del Sacerdocio, un don que no alcanza a pagarse ni con la misma vida terrena” PBRO. ERNESTO PADILLA ÍÑIGUEZ
PBRO. JOSÉ DE JESÚS HERNÁNDEZ
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Mis padres son José Padilla Martínez y María Guadalupe Iñiguez Loza, ocupo el tercer lugar de cinco hermanos.
Tengo casi año y medio que me ordené diácono, no tengo palabras para agradecer a Dios el don del ministerio; pero ha sido una experiencia de amor de Dios y de un tiempo de gracia. He tenido la oportunidad de compartir este ministerio, primero en el Seminario Mayor de San Juan de los Lagos mientras terminaba mi formación inicial, es ese espacio aprendí en medio de mis hermanos seminarista a ser diácono de la Iglesia, y aunque seguía en el Seminario, sabía que el Señor me seguía pidiendo mucho. Fue un cambio interesante, desde la experiencia de dar la bendición hasta poder bautizar en las parroquias a las que podía asistir.
i nombre es Ernesto Padilla Íñiguez, soy originario de Tierras Coloradas, municipio de Acatic, de la parroquia de Nuestra Señora del Refugio.
Quiero contarles un poco mi experiencia del ministerio diaconal en la cuasiparroquia de Nuestra Señora de los Dolores, en la comunidad de Los Dolores, Jalisco. Inicié mi servicio pastoral el 12 de agosto de 2017, y ha sido una experiencia muy gratificante poder compartir mi fe con las familias de esta comunidad, saludarlos y en algunos casos visitarlos en su hogar. Vibrar con ellos por su fervor y cariño a nuestra Madre del cielo, la santísima virgen de los Dolores, y su gran esfuerzo por construir un precioso templo para la Reina del pueblo. Su amor a Jesús Eucaristía desde pequeños, Tarsicios e Inesitas y su constancia en la participación en la Santa Misa a diario. He disfrutado mucho participar en las reuniones, retiros, paseos y encuentros con los adolescentes y jóvenes, quienes manifiestan una fe profunda en Jesús y su deseo de vivir una amistad auténtica con Él. He compartido con la comunidad los tiempos fuertes de evangelización: las fiestas patronales en septiembre y noviembre en el decenario en honor a Nuestra Señora de Los Dolores; Adviento-Navidad, participando de las posadas con los adultos mayores, niños de la catequesis y en los barrios. Además de compartir con los matrimonios y adultos mayores los ejercicios cuaresmales y servir la Pascua de niños y jóvenes. He renovado mi vocación al llevar un acompañamiento con los seminaristas de la comunidad y seguir disfrutando del llamado. Agradezco mucho a Dios Trino y Uno, a mi madre, la Virgen de los Dolores, al padre José Guadalupe Gómez, y a toda la comunidad de Los Dolores, por recibirme y hacerme sentir parte de su pueblo y de su familia. Me sigo encomendando a su oración y les pido me sigan ayudando en mi proceso formativo al compartir con ustedes las primicias ministeriales como sacerdote.
oy originario de La Leonera, Jesús María Jalisco. Soy el mayor de una familia de ocho hermanos. Mis papás son Martín Hernández Aguirre y Ana Rosa Camarena Zúñiga.
He experimentado el don de la paternidad espiritual al dar un consejo a aquellos que me lo han pedido, al poder bautizar hasta el día de hoy a 97 niños, el poder casar a aquellos que han querido comprometerse delante de Dios; no se puede expresar la gratitud que siento con las palabras, pero sé que este don no es mío, no soy digno de él, pero lo amo. En estos últimos meses he prestado mi servicio pastoral en el Seminario Mayor, sección Curso Introductorio, en el rancho Ojo de Agua en Arandas, Jalisco. He compartido esta experiencia con los padres Emmanuel Angulo Melgoza y Marco Antonio de Jesús Becerra Pérez, además con el grupo de seminaristas Gaudium InDictum, los trabajadores y maestros que apoyan esta casa de formación. Esta ha sido una experiencia muy interesante de renovación vocacional, el espacio es muy agradable y bello para rejuvenecer este llamado, y la chispa que tienen los jóvenes en esa etapa de formación hace que cada día sea nuevo y aventurado. He descubierto que los retos de la formación son muy grandes, que no se trata de formar a otro yo, sino, de acompañar a jóvenes llamados por el mismo Dios para poder alentarlos en su configuración con Cristo, Buen Pastor. Ahora me preparo para recibir este don del Sacerdocio, se vuelve este, un tiempo de gracia y bendición. No solo para mí sino para la Iglesia, un don que no alcanza a pagarse ni con la misma vida terrena, por lo que en la eternidad se sigue siendo sacerdote, ahí está el don del sacerdote para siempre que Dios ha prometido. Sé que el Señor sigue llamando a muchos a seguirlo por este camino. Me encomiendo a sus oraciones y les pido que como pueblo de Dios nos enseñen a sacerdotes entregados, nos ayuden en nuestra santificación y nos den el ánimo necesario para responder con generosidad.
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PBRO. OMAR GUTIÉRREZ GUTIÉRREZ
oy Omar Gutiérrez Gutiérrez, hijo de Aurelio Gutiérrez y Micaela Gutiérrez, en mi familia somos seis hermanos, ocupando yo el tercer lugar de ellos. Mi experiencia de servicio diaconal en la comunidad de Capilla de Guadalupe fue muy grata. No miento que cuando a mí me dijeron que iba prestar mi servicio diaconal en Capilla de Guadalupe, pero allí hay varios sacerdotes, ¿qué haré yo allí? Y qué sorpresa me llevé, ya que es una parroquia muy activa, y en realidad no me la acababa con el campo de acción que hay allí. Una comunidad con una realidad muy concreta y especial por la convivencia con los siete sacerdotes que estuvieron durante mi estancia, tanto por su edad, experiencia y recorrido sacerdotal, el señor cura Juan Carlos, padre Job, padre Espiridión, padre Manuel, padre Miguelito, padre Nacho y padre Rubén; y todos los padres con los que se convive en Capilla, que son miembros de otros presbiterios o de comunidades religiosas que son originarios de esa comunidad. Tanto la relación con las tres congregaciones religiosas que se encuentran en esa comunidad, una pluralidad de grupos pastorales que eran desconocidos para mí, porque no se encuentran en otras comunidades, todo esto hace de esta experiencia muy enriquecedora. El insertarse a la realidad pastoral de una comunidad es algo que requiere mucha paciencia y esfuerzo, el aplicar la teoría aprendida del seminario a la realidad concreta de una comunidad es complicado y más en una comunidad tan activa pastoralmente como lo es Capilla. Gracias a Dios por esta experiencia, por tantas dones personales que puso en mi camino vocacional, por la convivencia con tantas personas que quieren tanto al seminario y a la figura del sacerdote.
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PBRO. JUAN PABLO TORRES MARES
i nombre es Juan Pablo Torres Mares soy originario de Arandas Jalisco; nací el 11 de marzo de 1990, soy hijo de Víctor Manuel Torres García y María Galdina Mares Valle, ocupo el tercer lugar de una familia de cinco hermanos: Claudia, Víctor, Karen y Diego. Queridos lectores, gracias por seguir siendo parte de esta aventura maravillosa de la vocación, en esta ocasión quiero compartirles mi experiencia diaconal. Por gracia de Dios fui enviado al Instituto Francisco Orozco y Jiménez en Lagos de Moreno, debo admitir que al principio me costó trabajo aceptar mi nueva encomienda por los retos que esto implicaba, pero poco a poco mi percepción fue cambiando y con el paso del tiempo fui descubriendo que Dios tenía un gran plan para mí. Yo había sido alumno de esta institución, cuando esta era solo para seminaristas, y regresar ahora como diácono me trajo muchos bellos recuerdos de una etapa hermosa de mi vida. Sin duda, lo más grato de estar en este lugar han sido las personas con las que me he encontrado, el equipo de trabajo, los maestros, los alumnos y sus familias, me han dejado ver claro que Dios me acompañaba durante mi estancia ahí. Conocí muchos chavos inquietos, pero muy dóciles a su vez, encontré una riqueza porque de ellos aprendí muchísimas cosas, me rejuvenecí con su alegría, y a su vez traté de encaminarlos al encuentro de el Maestro que no nos abandona jamás y que nos invita a seguirlo para que muchos más puedan encontrarse con Él. Encontré grandes amigos que apoyan, estiman y quieren al sacerdote, y los que algún día seremos. Me gustaría también que estas letras sean un homenaje a ellos que calladamente sirven a la educación de las nuevas generaciones y con su aporte inyectan de valores cristianos a la juventud, en fin, son tantas cosas que se podrían contar que me limitaré a decir: Gracias.
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PBRO. JOSÉ GUADALUPE VELÁZQUEZ
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i nombre es José Guadalupe Velázquez Hernández; nací el 12 de julio de 1990. Soy hijo del señor José Velázquez Villagrana y la señora Gloria María Hernández Plascencia; y ocupo el séptimo lugar en una familia integrada por ocho hermanos: Juan Carlos, Elisa, Alejandro, Ricardo, Gabriela, Héctor (+) y Miguel Ángel. “Los planes de Dios no siempre son los mismos que los de los hombres”. Soy de Santiaguito de Velázquez y, si estás leyendo estas líneas, lo más probable es que en este momento Dios ya me haya convertido en un sacerdote para siempre. Pero antes de llegar a tal momento, he vivido la experiencia inolvidable de ser un diácono, un servidor que quiere parecerse más a los rasgos de Cristo. Es esta experiencia la que ahora quiero compartir contigo. Si algo he comprobado en mi vida, desde mi familia, en mi comunidad y en mi formación en el Seminario; es que Dios siempre me sorprende. Me lleva con personas, a lugares, a experiencias que jamás pensé, pero ello es solo la evidencia de que Él es el dueño de la historia que, poco a poco se va convirtiendo en una historia de salvación. Porque Dios así lo quiso, en mis últimos años de Seminario me habían tocado algunos apostolados no precisamente en parroquias y, aunque disfruté mucho, aprendí, trabajé, maduré y me enamoré de lo que hacía; siempre tuve el deseo de vivir un contacto más directo en una pastoral más personalizada. Cuando terminó la etapa de mi formación inicial en el Seminario y, antes de que nuestro señor Obispo me encomendara a una comunidad para servirla como diácono, continuaba la inquietud de sumergirme en el mundo de la pastoral de una parroquia, en grupos, movimientos, conocer familias y personas concretas; es ahí donde recibo el encargo de Dios, por confianza de mi Obispo, a ejercer mi diaconado como acompañante en el Seminario Menor Sección Preparatoria en Atotonilco el Alto, Jalisco. Es ahí donde digo que Dios no solo cumple con mis expectativas, sino que las supera. El haber estado en el seminario ahora como acompañante, en una comunidad de 56 seminaristas con rostros concretos, con sus historias sagradas de vida, con sus luchas, pero con sus muchas ilusiones; y un muy buen equipo de tres sacerdotes y dos seminaristas de etapa intermedia. Además de poder ejercer como profesor en Instituto Francisco Orozco y Jiménez (IFOJ) conociendo y compartiendo la vida con otros profesores y alumnos que, sin ser seminaristas, también anhelan ser buenos humanos y cristianos. Todo ello lo puedo sintetizar en que ha sido un reto, una oportunidad, mi lugar ideal para esa etapa, un verdadero regalo de Dios. Ahí pude reavivar mi primer amor al sentir la inocente inquietud por ser sacerdote, pues yo también ingresé en esa etapa hace ya 14 años; pude darme espacio para la oración, la reflexión, el estudio, la vivencia en comunidad y madurar algunos aspectos personales que requerían una especial atención. Le agradezco primeramente a Él por enviarme ahí, al Obispo por confiar en mí, al equipo formador por enseñarme y ayudarme a ser acompañante pero también por hacerme sentir acompañado; a los seminaristas por abrirme sus vidas, su historia sagrada y, en algunos momentos, su conciencia y su vida espiritual; a los alumnos del IFOJ Atotonilco por contagiarme su alegría y retarme a ofrecer ideas y vivencias de más calidad; a los trabajadores y demás maestros por hacerme sentir parte de sus luchas por buscar una mejor sociedad e Iglesia. Dios me ha dado mucho, ahora ayúdenme y enséñenme en Iglesia a saber corresponder como Él lo merece siendo un buen sacerdote. Pidan por mí.
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PBRO. ALDO RAÚL GUTIÉRREZ
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i nombre es Aldo Raúl Gutiérrez Gutiérrez. Soy originario de San Ignacio Cerro Gordo, Jalisco, mi ministerio diaconal lo desempeñé en el Santuario de Santo Toribio Romo, en la comunidad Santa Ana de Guadalupe, Jalisco, del 12 de agosto de 2017 al 01 de abril de 2018. Cuando se me dijo dónde estaría, muchas cosas llegaron a mi mente, una de las cuales fue que si bien había ido muchas veces a ese Santuario, no conocía a nadie, salvo algunas personas por nombre o de vista. Estar en esta comunidad ha sido una experiencia muy enriquecedora para mí. Una de las cosas significativas fue que si bien Santa Ana es una comunidad en la cual durante el día hay una afluencia considerable de peregrinos, por la tarde es una comunidad muy tranquila, cuyos atardeceres hacen que inevitablemente entiendas aquella frase de “en la Mesita está el cielo” y que también te invitan a agradecer a Dios por su creación en un ambiente de recogimiento. Es fácil percibir que esta es una comunidad muy particular, pues en ella confluyen muchas realidades, muchas. Pues además de contar con el testimonio de un mártir de Cristo, cuenta con el valioso testimonio de sus habitantes, personas que en medio del trabajo, de la enfermedad, a pesar de los retos que se van presentando y sin importar la edad, muestran el amor que han experimentado por parte de Dios, esto a través de la gran devoción al Santísimo Sacramento, a Nuestra Señora, a Santo Toribio. No puede pasar inadvertido el testimonio de las personas que visitan el Santuario viniendo de distintos lugares tanto del país como del extranjero con la intención de presentar al Señor por intercesión de Santo Toribio Romo, sus anhelos, preocupaciones, alegrías. Escuchar lo que aflige sus corazones, qué conflictos les rodean, pero también, qué es aquello que les fortalece y alienta. Estar en Santa Ana es vivir en un constante “compartir” y “fortalecer” el don la fe. Estos últimos meses que he pasado en Santa Ana han sido un tiempo de gracia, no solo por estar en un lugar tan especial sino también por las circunstancias que he vivido pues tanto para mí como para varias personas que aprecio tanto para familiares como amigos, ha sido un tiempo de decisiones, de iniciar proyectos, enfrentar retos nuevos, asumir algunas realidades nuevas, dejar algunas atrás, en fin, de grandes cambios, pero con la certeza de que Dios está en medio de nosotros acompañándonos, hablándonos y sobre todo amándonos. Es por eso que al echar una mirada atrás reconozco como Dios ha pasado por mi vida, de manera especial en tantas personas con las cuales pude compartir experiencias, algunas alegres otras no tanto, pero que son sin duda un regalo de Dios, porque a través de ellas el Señor va susurrando muchas cosas, algunas que se escuchan y comprenden con más claridad, otras que se tienen que seguir repasando en el corazón. Agradezco a Dios por haber estado allí, por haber podido conocer y convivir con personas que con su testimonio, jovialidad y manera de seguir a Jesús, el Señor, me invitan a seguir respondiendo al Señor a mí también. Gracias a las personas y a los sacerdotes que forman parte de la comunidad de Santa Ana de Guadalupe, gracias por tantos gestos de aprecio y por su confianza, que el Señor nos siga renovando a todos en la fe, la esperanza y la caridad.
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“Agradezco a Dios su
infinita misericordia, y me encomiendo a sus oraciones”
PBRO. OSCAR GÓMEZ MARTÍN
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i nombre es Oscar Gómez Martín, originario de Tepatitlán de Morelos, Jalisco, de la parroquia La Santa Cruz. Soy el segundo de siete hijos de Martín Gómez Martínez y Elena Martín García. Les saludo con gran alegría y gratitud, al poder compartir por este medio mi experiencia de servicio ministerial en la parroquia de Santa Rita de Casia, en Santa Rita, municipio de Ayotlán Jalisco. Esta gran aventura comienza el 12 de agosto del año 2017, luego de haber sido enviado, por medio de nuestro señor obispo Jorge Alberto Cavazos Arizpe, a esta comunidad, que he llamado: comunidad de comunidades. Esto porque la parroquia la forman distintas localidades, a saber: Santa Rita, La Isla, La Nopalera, El Quinto, La Raya, La Providencia, San Miguel, Acahuales, El Volantín, Once Pueblos, El Capulín, El Fraile, San Lorenzo, y El Cicuicho; todas ellas con una gran diversidad formando juntas una sola comunidad parroquial, donde agradezco haber vivido las siguientes experiencias:
• La fraternidad pastoral. Durante este tiempo tuve la dicha de haber compartido el ministerio con el señor cura Miguel Ángel Pérez Lozano, el presbítero Francisco Javier Padilla de Anda, y los seminaristas de Etapa Intermedia, Diego Armando Díaz Rodríguez y Cruz Gerardo González Martínez; agradezco el don de su persona en esta labor pastoral. • Enviados de dos en dos. El señor cura tuvo a bien que acompañáramos, los seminaristas y yo, dos de las comunidades más grandes de la parroquia: La Isla y La Nopalera; compartiendo con ellos la fe y la vida, descubriendo juntos lo que significa ser Iglesia. • La riqueza de la piedad popular. Somos una diócesis mariana, y aquí se logra palpar el fervor de muchos corazones que buscan el cuidado de nuestra Santísima Madre, en sus distintas advocaciones: Nuestra Señora de la Soledad, Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, y Nuestra Señora de la Salud de los Enfermos; que
entre peregrinaciones, novenarios y fiestas celebran la fe. • La memoria del señor cura José Sánchez (1924-1993). En su biografía escriben al inicio: “Fue un sacerdote humilde y ejemplar (…) hasta su muerte”; estuvo en Santa Rita los últimos dieciséis años de su vida, de 1977 a 1993, donde pidió ser sepultado. Es impresionante ver cómo sigue vivo el recuerdo de este gran sacerdote en toda la comunidad parroquial; murió en fama de santidad. ¡Dios los bendiga!
PBRO. LEONARDO DE JESÚS JIMÉNEZ
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oy Leonardo de Jesús Jiménez Ruvalcaba, originario de la comunidad Loma de San Pedro, Los Dolores, Jalisco. Mis padres son Leonardo Jiménez Carranza y Lucia Ruvalcaba Camacho, ocupo el treceavo lugar de una familia de quince hijos. El ministerio diaconal lo presté en San Sebastián del Álamo, Jalisco, desde el 13 de agosto de 2017 hasta el 1 de abril del presente año. Es bueno dar gracias por todas las bendiciones recibidas a lo largo de este año, las pruebas me han hecho más fuerte y las bendiciones que me han brindado felicidad, así que, cómo no agradecer a Dios por todos lo que me ha dado. Sin duda mi experiencia diaconal en esta comunidad ha sido muy enriquecedora, tanto en mi madurez humana como en la espiritual. El compartir la vida y el ministerio con niños, adolescentes, jóvenes, adultos, matrimonios y enfermos; ha sido un aprender a desarrollarme como persona y como servidor de Cristo Buen Pastor, siendo consciente de que recibo más de lo que doy. He recibido cariño, amor, oración, confianza, consejos de todos cuantos me he rodeado y tristemente puedo decir que, en ocasiones, no he sabido aprovechar estas dichas, porque como dice WT Purkiser: “No es solamente lo que decimos sobre las bendiciones, sino cómo los usamos”; es la verdadera medida de nuestra acción de gracias, y creo que me ha faltado demostrarlas con la vida. El compartir este ministerio con mis hermanos diáconos y sacerdotes y, en concreto con el presbítero Juan Tavares, el señor cura de esta comunidad, me ha enseñado que, en la vida no se vive solo, que el compartir nuestra existencia con los hermanos (problemas, dificultades, alegrías, fragilidades, proyectos, la experiencia con Dios) es la riqueza más hermosa de un caminar hacia el mismo objetivo que tenemos. Finalmente, puedo decir que lo que me ha sostenido de pie, con entusiasmo y alegría, es mantenerme en la oración constante, ya que sin ella se han visto tropiezos y retrocesos en la vida. Seguir el llamado que Dios me ha hecho es el firme esfuerzo al servicio en los demás con una actitud alegre, encontrándome con Dios en mis hermanos, pero partiendo siempre del diálogo con Dios. Esto ha sido en breves palabras mi experiencia diaconal con Dios y con todos aquellos que me he encontrado en el camino. Pido a Dios que me lo que necesito para serle fiel en lo que viene y pido su oración por un servidor. Dios los bendiga.
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PBRO. JOSÉ ALBERTO ROMO GALLO
PBRO. RAFAEL VILLA BOLAÑOS
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i nombre es Rafael Villa Bolaños, originario de la pequeña comunidad de Milpillas municipio de Atotonilco el Alto, Jalisco. Nací el 13 de noviembre de 1990 en Atotonilco el Alto, Jalisco. Mis padres son el señor Rafael Villa Hernández y la señora Elvira Bolaños Hernández; ocupo el tercer lugar de una familia de cuatro hijos: Vianca Lidia, Enrique, yo y José Daniel. Una frase que he tenido en cuenta en mi vida vocacional es la siguiente: “No me eligieron ustedes a mí; fui yo quien los elegí a ustedes. Y los he destinado para que vayan y den fruto abundante y duradero. Así, el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre” (Jn. 15, 16). No he sido yo quien ha escogido a Dios, es Él mismo quien me ha llamado a servirle y a dar frutos abundantes, siendo consciente que la obra que voy a realizar en el ministerio no será en nombre mío, sino en nombre del mismo Dios.
Pido a cada uno de ustedes sigan orando por todos sus seminaristas, diáconos, sacerdotes y obispos, para que seamos verdaderos rostros de Cristo aquí en la tierra, y cada día respondamos con más generosidad al llamado que Dios nos hace. Que Nuestra Madre de San Juan y los Santos Mártires intercedan por nosotros para cumplir con fidelidad dicha misión.
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i nombre es José Alberto Romo Gallo, originario de Jalostotitlán, Jalisco. Nací el 9 de diciembre de 1981; pertenezco a la comunidad parroquial del Cuerpo y la Sangre de Cristo; soy hijo de José Alberto Romo Lozano y Gregoria Gallo González, ocupo el segundo lugar de una familia de doce hermanos, ellos son: Erika, Lorena, Yesenia, Gustavo, Jesús, Juan Pablo, Dayane, Daniel, Toribio, Hugo y Karina. En cuanto a mi experiencia personal como diácono tengo que decir que me ha ayudado a tener un concepto más amplio en lo que se refiere al servicio, ya que no he sido elegido para ser servido, sino para servir; en este ministerio me he sentido muy contento, aunque en ocasiones no todo se presente fácil, esto me hace poner un poquito más de esfuerzo y dedicación. Todo el ministerio diaconal ha marcado mi vida, pero de forma especial, el poder compartir las homilías dentro de la Eucaristía tanto en el seminario como en mi comunidad de origen. El administrar el sacramento del Bautismo, me ha ayudado a tomar conciencia de lo que en realidad se recibe por medio del sacramento, el compartir y vivir momentos de encuentro con Cristo por medio de horas santas y cómo no decirlo, las convivencias han formado parte de mi vivencia dentro de este periodo del diaconado y creo que han favorecido para desempeñar con más calidad y mayor entrega el servicio que se me ha encomendado. Mi experiencia al compartir con adolescentes dentro de un seminario ha sido todo un reto, he vivido momentos difíciles, pero también momentos alegres y gratos; he encontrado en este ambiente sinceridad, inocencia y entusiasmo. También me da gusto el ir viendo el crecimiento de estos muchachos. La vivencia con mis hermanos del equipo formador ha sido de confianza y apertura, hemos hecho una buena amistad y esto ha fortalecido el ministerio. Me ha gustado mucho el estar compartiendo la fe con alumnos, maestros, religiosas y personal del colegio Niños Héroes en Tepatitlán, en donde se está en continua comunicación y relación con el Seminario para poder dar una mejor formación a los seminaristas. Dentro de este servicio no se puede omitir la relación de los padres de familia con el Seminario, donde en ocasiones tuve la oportunidad de estar compartiendo con ellos por medio de convivencias, celebraciones Eucarísticas, posadas, temas de reflexión, etcétera. Considero que el ministerio del diaconado no es comodidad sino esfuerzo y sacrificio, es un servicio movido por el amor a Dios para con los hombres, en el cual me ha ayudado a trascender y a ver mi vida como una historia de salvación. Me encomiendo a sus oraciones y deseo que la fuerza del Espíritu Santo habite siempre en cada uno de ustedes.
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Por: Claudia Rojas Silva
MARÍA SANTÍSIMA: MATER NOSTRA (II PARTE) quiere decir qué, si bien, el fiel busca a María incesantemente, en ocasiones deja de lado su virtud por seguir modas y rituales donde interpelan a María, pero desde el paganismo. Es así como se conformó recientemente la organización a la que Pedro representa en la zona metropolitana de Guadalajara y que sigue llevando hasta los últimos rincones del estado de Jalisco, para promover la devoción a Santa María de Guadalupe y el respeto fundamental no solo por la imagen sino por su veneración.
“Es un gran peligro para la fe vivir sin Madre”, explicó el papa Francisco, quien ha sido observado ofreciendo un ramo de flores y rezando ante la imagen de la Salus Populi Romani; y así como el ejemplo vivo y ferviente que nos ofrece el Papa, existen otros testimonios de algunos santos de la Iglesia que nos invitan a ver en María a nuestra madre celestial. En México, cada 12 de diciembre los fieles se desbordan ante la imagen de Santa María de Guadalupe, empero, también está la contraparte: los ataques contundentes y repetitivos a la virgen del Tepeyac aún cuando es un símbolo del país y para la población que la venera. Pero vayamos por partes. ¿Cuáles son las características que distinguen a un verdadero guadalupano? Por supuesto al hablar de María Santísima no hablamos de idolatría, sino de verdadera certeza al saber que la gran madre de Dios participó en el plan de salvación y por ello, como cristianos, guardamos un especial cariño ante su respuesta positiva al mandato divino; es decir, el sí a la santidad y la obediencia. Pero ¿cómo percibimos actualmente los fieles esta manifestación ardorosa de amor y entrega? De acuerdo a Pedro Durán Villavicencio, embajador de la organización de laicos, México Guadalupano, esa respuesta a María no siempre deja bien parado al feligrés mexicano, y aclara, esta respuesta se debe precisamente a desinformación, ya sea malintencionada o no; esto
“Todo nace de esta obra blasfema del Sincretismo; sin embargo, nos hemos dado cuenta que hay mucha desinformación, hay falta de educación religiosa en el tema del guadalupanismo para no tener que ver a la virgen de Guadalupe en ritos satánicos, esotéricos, para saber cuándo una caricatura está hecha con delicadeza y con respeto o cuando está siendo hecha para un fin comercial; las obras de arte, cuando son hechas con el tema del respeto, de la dignidad que se merece la virgen de Guadalupe y muchos otros temas más. Por ejemplo, nos hemos dado cuenta de que hay gente que se dicen guadalupanos, y que tiene mucho corazón guadalupano, pero no conocen realmente la historia de la aparición de la virgen; hay otros que dicen que es una pintura que trajeron los españoles”, explicó. Durante el último semestre del año 2017, fieles del estado de Jalisco comenzaron a
buscar alternativas con: marchas, estands de información, manifestaciones pacíficas, concientización en redes, oración, entre otras actividades, para encontrar una solución precisa por la ubicación de la obra Sincretismo, ubicada en la ciudad de Guadalajara y que, precisamente, alude a la virgen de Guadalupe desde una perspectiva
satánica, es por ello que actualmente esta organización ha decidido salir de la ciudad para buscar la concientización de los fieles y con ello el respeto que merece la Virgen de Guadalupe en cada uno de los rincones de México. “Estamos buscando guadalupanos de corazón que simplemente al ver esta escultura se sienten ofendidos, eso es una constante; toda gente no necesita explicaciones profundas, simplemente la ven y se sienten ofendidos porque estamos hablando de la madre de Dios; de ellos queremos valernos para hacer diferentes actividades, unirnos en oración en todo el estado (Jalisco) y seguir con actividades de carácter más didáctico para que las nuevas generaciones conozcan el milagro guadalupano, conozcan todos los beneficios de ser guadalupanos, el respeto que se le debe de tener de admiración a la Virgen de Guadalupe, es principalmente el objetivo”, expresó. El Mensajero Diocesano te invita a conocer la tercera y última entrega de este especial a María Santísima en la siguiente edición, donde conoceremos el testimonio de la feligresía.
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SANTORAL
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UN PENSAMIENTO PARA TIEMPOS DE GUERRA La guerra que tanto llora y deplora el papa Francisco ha estallado en Siria. Y para el bélico Trump que la declara y la actúa, pareciera que es motivo de orgullo. Pero... ¡No! ¿Cómo puede serlo, si toda guerra causa siempre muerte y destrucción? ¿No hemos aprendido los humanos que con la guerra nadie progresa? El saldo de una guerra siempre será: un ejército de muertos, una ciudad arrasada y vuelta un gigantesco escombro; un pueblo fantasma, enflaquecido de hambre sin comida, enfermo de todo; sin domicilio ni arraigo en ningún lugar; un caminar errático con ojos de soledad.
SAN MARCOS EVANGELISTA
ACI
Era primo de san Bernabé y acompañó a este y a san Pablo en el primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Pero al llegar a regiones donde había muchos guerrilleros y atracadores, donde según palabras de san Pablo: “había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad” (2 Cor.), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros y se volvió otra vez a su patria. En el segundo viaje Bernabé quiso llevar consigo otra vez a su primo Marcos, pero san Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje. Esto hizo que los dos apóstoles se separaran y se fueran cada uno por su lado a misionar. Después volverá a ser otra vez muy amigo de san Pablo. San Marcos llegó a ser el secretario y hombre de confianza de san Pedro. Como le escuchaba siempre sus sermones que no eran sino el recordar los hechos y las palabras de Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien. Y dicen que a pedido de los cristianos de Roma escribió lo que acerca de Jesucristo había oído predicar al apóstol. Esto es lo que se llama “Evangelio según san Marcos”. El Evangelio de san Marcos es como una repetición de lo que el apóstol Pedro predicaba. Es el más corto de los cuatro Evangelios. El de san Lucas tiene 1,140 frases. El de Mateo 1,068. El de san Juan 879 y el de san Marcos solamente tiene 746 frases. Son 16 capítulos llenos de narraciones muy vivas, gráficas, salpicadas de detalles interesantes. Se propone no dejar de narrar a lo que contribuya a hacer más llamativa la narración. Allí parece estar hablando un testigo ocular que se ha fijado en todo y lo repite con agrado. Es el reflejo de lo que san Pedro presenció y que se le ha quedado grabado en su memoria. Se fija más en los hechos de Jesús que en sus discursos. Sus narraciones son agradables por lo frescas y espontáneas. Parece un reportero gráfico narrando lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon. Presenta atractivos cuadros: gestos, miradas, sentimientos de Jesús.
¿Quién gana una guerra cuando no hay vencedor al final, final? ¿Qué grandeza puede tener un soldado, adiestrado para matar a su hermano con la fiereza de un animal? ¿Quién justifica al que declara la guerra, si su fin es destruir y matar? ¿Entonces debe ser el hombre enemigo de otro hombre y debe ser obligado a morir o a matar? Hoy, que esto ocurre, pienso que Caín, el hombre, no se ha cansado de matar a Abel, su hermano. Pero, ¿hasta cuándo aceptaremos que la guerra es el odio institucionalizado, y este odio nunca nos llevará a la paz? Solo los poderosos han pensado que: si quieres la paz... prepara la guerra. Pero, la guerra nunca dejará de ser una maldad general. ¿Tan torpe será aún nuestra mente que no puede más que razonar la guerra? Después de lo que pasó en la Primera y Segunda Guerra Mundial, ¿queremos una tercera nuclear? Rara especie son los humanos que consideran como su mayor enemigo al mismo hombre, y para él, busca la forma más perfecta de exterminar a la humanidad. ¿Habrá un Dios que, verdaderamente lo sea, y sea un dios de la guerra? El máximo don de Jesús, hasta tres veces, como Dios, lo insistió y lo prometió: <<La paz sea siempre con ustedes>>.
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UNA FIESTA DE FE PARA LA IGLESIA CATÓLICA EN OAXACA A unos cuantos días de vivir el acontecimiento pascual de la Toma de Posesión de monseñor Pedro Vázquez Villalobos como Obispo número 38 y VIII Arzobispo de Antequera Oaxaca, considero oportuno recordar y acentuar algunos puntos al respecto: Todos los eventos del 25 de Abril estarán marcados de signos, expresiones y actitudes de fe, de oración, obediencia, fidelidad, compromiso, de comunión y alegría; es el camino de la fe. Hoy lo recorre y encabeza monseñor Pedro al implorar la protección de la Santísima Virgen en la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad sobre su ministerio apostólico; ora, escucha, profesa la fe y expresa su compromiso de fidelidad en la Iglesia Catedral para culminar con la acción de gracias en el auditorio. En este camino lo acompañaremos expresando la comunión de la Iglesia unos cincuenta Obispos mexicanos, sacerdotes de varias diócesis y varios miles de fieles laicos. Como llamada de Dios y signo de alegría, pido a todos unirse y resaltar el repique de campanas de todos los templos de la Vicaría Urbana a las 10:00 horas, al entrar monseñor Pedro a la Iglesia Catedral y, a las 12:00 horas, el repique en todos los templos de la Arquidiócesis al iniciar la solemne Concelebración Eucarística en el Auditorio. Es importante asegurar la participación de delegaciones de fieles de todas las parroquias de la Arquidiócesis, de las comunidades de religiosos y religiosas, de los movimientos y colegios católicos. Para ser testigos cercanos de esta fiesta de fe y llevar a las comunidades
la vivencia de lo que hemos visto y oído, será conveniente que los participantes de cada parroquia se distribuyan para asegurar su presencia en los diferentes lugares del recorrido; esto ayudará a recoger la vivencia y el sentido de este acontecimiento histórico del inicio del ministerio apostólico de monseñor Pedro Vázquez. Los fieles laicos pueden participar en los diferentes eventos tanto en la visita a la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad, en la Iglesia Catedral y en el auditorio, según su posibilidad y opción, pero todos demos prioridad a la Concelebración en el auditorio. Procuremos participar de manera activa, consciente y fructuosa para escuchar lo que el Señor nos dice y nos pide en este acontecimiento en lo personal y como Iglesia. Reafirmamos que no habrá boletos para ningún evento. Después de la celebración Eucarística cerraremos la fiesta con varios números de la Guelaguetza con la participación de diferentes regiones; allí mismo en el auditorio se ofrecerá un refrigerio para todos. Quienes no podrán participar físicamente de este acontecimiento, hagan todo lo posible por vivirlo espiritualmente y seguirlo por los medios de comunicación a su alcance; demos esta oportunidad sobre todo a los enfermos, ancianos y a los niños. Que la Virgen Santísima nos guíe y acompañe en esta experiencia pascual para que, fortalecidos y llenos de esperanza como los primeros discípulos, impulsemos una nueva etapa de crecimiento y madurez en la fe. + José Luis Chávez Botello Administrador Apostólico de Antequera Oaxaca
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DOMINGO DEL BUEN PASTOR PRIMERA LECTURA Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 8-12 En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: Este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL R. LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES ES AHORA LA PIEDRA ANGULAR. ALELUYA. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R. SEGUNDA LECTURA De la primera carta del Apóstol San Juan 3, 1-2 Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no solo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él. Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando Él se manifieste, vamos a ser semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
EVANGELIO Del santo Evangelio según san Juan.
10, 11-18 En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo soy el buen pastor. El Buen Pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor. El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre». Palabra del Señor. R. Gloria a Ti, Señor Jesús REFLEXIÓN El Evangelio de hoy nos trae la imagen del Buen Pastor. Es Jesús mismo que se presenta de este modo a sus discípulos. La comparación del buen pastor era ya conocida en el Antiguo Testamento y fue muy querida por los Profetas y el pueblo, ya que resultaba muy propia al ambiente pastoril en que vivían muchos de ellos. El pueblo elegido es llamado el rebaño, y Dios es su pastor. Los reyes y los sacerdotes también recibían el nombre de pastores. El profeta Jeremías dirige una dura amenaza a estos pastores que dejan que se pierdan las ovejas, y promete en nombre de Dios nuevos pastores que de verdad apacienten las ovejas, de modo que nunca más sean angustiadas ni afligidas. Ezequiel reprocha a los pastores sus delitos y pereza, su egoísmo y el olvido de sus deberes: Dios les quitará el rebaño y Él mismo cuidará de sus ovejas. Más aún: suscitará un Pastor único, descendiente de David, que las apacentará y estarán seguras. Jesús también repetidas veces había hecho comparaciones de pastores y ovejas. Pero en este pasaje propone con claridad y amplitud la parábola del Buen Pastor. Y el Buen Pastor es aquel que cuida de sus ovejas, que busca a la extraviada, que cura a la herida y carga sobre sus hombros a la extenuada. Después de la solemne afirmación de que Él es el Buen Pastor, afirma Jesús que «el buen pastor de su vida por las ovejas». Habla aquí el Señor
de su Pasión, y muestra que iba a ocurrir para salvación del mundo, y que la sufriría voluntaria y libremente. Jesús dio su vida por los suyos, por amor a los suyos, en obediencia a la misión encomendada por el Padre, para que se forme un solo rebaño. Los primeros cristianos tuvieron una especial predilección en representar a Jesucristo bajo la figura del pastor que lleva en sus hombros a la oveja, a la que ha ido a buscar lejos del redil. En los restos de las catacumbas romanas se han encontrado decenas de imágenes con estas figuras. Es la imagen más popular y simpática y una de las más antiguas del primitivo arte cristiano. Y a la imagen del Buen Pastor, que conforme a la traducción del griego debería decirse el pastor bueno, bravo, honrado, hermoso, perfecto en todos sus aspectos, Jesús contrapone la imagen del pastor mercenario que ve venir al lobo y huye. El falso pastor solo piensa en él. No tiene interés alguno por sus ovejas. Es incapaz de arriesgar su vida ante el peligro. Las ovejas «no cuentan con él». Si en la historia de Israel aparecen algunos buenos pastores, abundan los malos, los descuidados, los que manipulan al pueblo y utilizan al rebaño de Israel para su propio provecho. En contraste con ellos, y con los maestros de la ley, Jesús se declara el Buen Pastor, el pastor modelo. Jesús entregó su vida por cada uno de nosotros. Pedro nos lo dice con estas palabras: «¡es un hermano por quién Cristo ha muerto!». Todos nosotros, cada uno de nosotros, somos alguien para Jesús. Somos importantes para Él. El Buen Pastor, nos lo dice Jesús, conoce a cada una de sus ovejas. Las llama a cada una por su nombre. El Señor se contrapone Él mismo a los pastores asalariados, a los que no les importan las ovejas. No solo lleva a sus ovejas a pastos abundantes, sino que les da su propia vida. Así como hay profundas relaciones de amor entre Él y el Padre, las hay también entre Él y sus ovejas. Él cumple la misión salvadora que el Padre le ha confiado, y conforme a su voluntad, da su vida por sus ovejas. Y lo va a hacer libremente. Además, Él, el Buen Pastor, tiene otras ovejas en otros corrales, y las va a llamar para hacer con todas ellas un solo rebaño. Cuando Jesús dice esto, se produce una fuerte división entre los judíos: unos los rechazan y otros lo escuchan. Esta página, nos debe llevar a una honda reflexión, porque nosotros también, tenemos responsabilidad pastoral. Somos pastores al mismo tiempo que ovejas.
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