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Qué mal cuando no la ves E
from m676
l avance tecnológico hoy es noticia, como si fuese que hablamos de algo nuevo o con lo que recién se está experimentando. El metaverso, la inteligencia artificial o las formas de comercialización virtuales llevan décadas, o más, de funcionamiento, solo que el último tiempo tuvieron una renovación. Pero, en muchos países y rubros, es como que se estuvieran descubriendo ahora. Turismo no es la excepción a esta afirmación.
Por momentos, en el ámbito tecnológico, parece que el sector jugara de atrás en una cancha rápida en la que la pelota va más veloz que lo que puede correr cualquiera del equipo.
Lo que pasó con Turismo Felgueres, o al menos lo que se sabe hasta ahora, es una clara muestra de eso. Las señales estaban, pero no estaban las herramientas para poder detectar situaciones sospechosas.
Sin embargo, no se sabe si es un problema de falta de modernización digital o de voluntad del capital humano, o de las dos. Hoy la salida fácil es decir que el pasajero se tendría que haber dado cuenta de que estaba pagando una tarifa muy económica o que tendría que conocer que no se pueden sacar aéreos para más de 330 días. Es verdad, el cliente tiene que estar informado, pero también está la otra cuestión: si se le pide que confíe en las agencias de viajes y que compren a través de empresas registradas, el mensaje hace agua cuando suceden estas cuestiones.
Se perdió credibilidad, porque muchos damnificados ya se quedaron sin ganas de confiar.
Ante este escenario, el tirarle la pelota al cliente y decirle que tenía que conocer cada artículo de la ley, cuando los que realmente los saben, porque es su deber (como la Aviabue o la Dirección de Agencias del Ministerio de Turismo y Deportes) notaron irregularidades, pero no dijeron nada es, mínimamente, lamentable. Ahora resulta que los dirigentes sabían que Turismo Felgueres no era “transparente” pero no dijeron nada. Lo mismo con los funcionarios que ahora explican que la empresa “había trabajado bien hasta hace unos pocos meses que se empezaron a detectar situaciones de no cumplimiento”, pero no pudieron prevenir el desenlace, ni alertar a los pasajeros. Ahora todos acompañan, pero el daño está hecho.
Seguimos aceptando que alguien se fugue y nadie lo busque. No puede ser que en 2023 no podamos dar confianza porque, aun con legajo en regla, Turismo Felgueres dejó un tendal de pasajeros sin viaje; porque, aun presentando el seguro de caución, dejó un halo de desconfianza sobre las agencias de viajes; y porque, aun conociendo todo esto, también sabemos que puede ocurrir otra vez.
Entonces ahí volvemos al principio, en la era de la Inteligencia Artificial y de la tecnología cruzando nuestras vidas, seguimos como en la década del 70, cuando se estableció la Ley de Agentes de Viajes.