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Las empresas turísticas en la era del triple impacto

Sistema B se presenta

Desde hace algunos años, el ecosistema empresarial comenzó a tener en cuenta otros atributos del negocio que van más allá de alcanzar la rentabilidad necesaria para la vida saludable de la empresa. Ente estos nuevos objetivos, impacto social y el cuidado del medioambiente son los fundamentales.

Es decir, el triple impacto incluye el ámbito económico, social y medioambiental. Este modelo, que cada vez suma más adeptos, ya no es potestad de las startups, como lo fue en su momento, sino que aquellas firmas con amplia trayectoria reconocen como necesario este tipo de implementaciones.

En este contexto, hay entidades y organizaciones que se presentan como un faro para quienes buscan iniciarse en este camino. Un ejemplo de ello es Sistema B, que es una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo desarollar “una nueva economía en la que el éxito y los beneficios financieros trabajen por construir un sistema más justo, equitativo y regenerativa para las personas y el planeta”.

Una visión más saludable del entramado turístico

En 2021, a nivel nacional solo seis empresas turísticas formaban parte de Sistema B, mientras que en América

Latina el número ascendía a 40. Hoy ya son 13 las Empresas B y el espectro se amplió a operadores, agencias, alojamientos y un concesionario de parques nacionales. Entre ellas, se encuentra Aero, el operador mayorista platense que desde 2021 tiene dicha certificación.

“Habíamos hecho un primer intento de certificación hace como 5 o 6 años. Habíamos llegado a la instancia final, pero nos faltaron algunas cosas. Después durante la pandemia volvimos a intentar y lo concluimos en diciembre de 2021. Fue una linda experiencia”, detalló Juan Azcona, Sustentabilidad y Recursos Humanos de Aero.

Al respecto, comentó que fue una iniciativa de Federico Carasale, director del operador mayorista. De esta manera, comentaron que él comenzó a interiorizarse y notó que Sistema B es bastante distinto de otras certificaciones en cuestiones de responsabilidad social empresaria y que no les terminaban de convencer: “Esto nos pareció bastante más integral y abarcativo”.

Es así que, comentó, se fueron sumando más miembros del equipo, aunque al principio no sabían bien de qué se trataba, pero después de 5 o 6 años en esta búsqueda, ya van entendiendo y comprendiendo por dónde va.

“Yo creo que puede gustar más o menos, verle más o menos valor, pero me parece que son iniciativas y acciones que no restan, que no caen mal, que no generan resistencia así que está bueno desde ese lugar”, indicó. Sin embargo, ponderó que a pesar de que el camino de la certificación es reciente siempre estuvo en el espíritu, pero hacían muchas acciones poco coordinadas, con poco registro de la información, con una comunicación interna deficiente, muchas veces ni siquiera comunicado hacia afuera, porque no estaban seguros de si era valioso o si aportaba. Sobre lo que los ayudó, señaló que el proceso, más que cambiar cuestiones de fondo, como formas de trabajar, de operar, de vincularse con los clientes o internamente, les aportó muchísimo en poder hacer enfoque en algunos temas de interés para Aero. “Nos permitió ser más asertivos en las acciones que poníamos en marcha en ese sentido, en documentar mejor los datos o la información que después esas acciones generaban. También en dar mejores reportes, para poder comunicar internamente o para afuera”, describió.

A su vez, remarcó que cree que esa fue la mejor oportunidad de mejora que detectaron y efectivamente después se terminó concretando: “Eso parecía un caos en un inicio, hoy la verdad que fluye todo bastante sistemáticamente. Y eso está bueno”.

El impacto que aún busca impacto en el sector

Un punto a tener en cuenta, es que recién el año pasado empezaron a estar más presentes de cara a los clientes con esta movida y la aceptación “fue buenísima”: “Es probable que a alguien estos temas no le importen o no le moleste ir a un hotel que tiene foco sustentable, por ejemplo. Posiblemente vaya igual. Ahora, de la otra manera, el pasajero al que realmente sí le interesan estas cuestiones, es probable que elija no ir a un hotel que no trabaje algo de estos parámetros. Entonces yo creo que se nota un cambio en ese sentido, a nivel no solo de los viajes, sino en el mundo en general”. Sobre qué consejos les daría a los colegas que buscan sumarse, comentó que siempre recomienda investigar, leer e involucrarse un poco: “A mí me parece que son implementaciones que están buenas, que traen un montón de beneficios, no sólo económicos a nivel negocio, sino, por ejemplo, como marca empleadora. Acá vienen chicos a dejar CV, de la carrera que sea, solo porque saben que somos Empresa B. No saben si tenemos búsqueda activa o no, pero la certificación los seduce. También pasa que se acercan ejecutivos de otras industrias para ver si podemos hacer algo en común, solo porque somos Empresa B”. Actualmente, hay más de 6800 empresas certificadas como B en todo el mundo, mientras que en Latinoamérica son 1000 y en Argentina 195, de las cuales solo el 7 % pertenecen al rubro turístico.

Las empresas turísticas que son Sistema B

- Esencia Patagonia, Bariloche

- Boomerang viajes, CABA

- Glove Travel, San Isidro

- Hostería las Balsas, Villa la Angostura

- Mater Sustentable, CABA

- Posada de las Águilas, Ezeiza

- Quatro Vientos, China

Muerta – Plottier

- Refugio de Glaciares, Chaltén, Santa Cruz

- Wilderness Patagonia, Bariloche

- AMAE Lounge, Rosario

- AERO, La Plata

- Volterra, La Rioja

- Goodwings, Certificación B de origen: Dinamarca

“Hoy el mundo va para ese lado. Quizás en 10 años cambia todo, pero me parece a mí que no dar el paso para ese lado es quedar un poquito relegado en algunas cuestiones. Desde ese lugar yo invito siempre a preguntar, a investigar y a indagar, después si no sirve o no interesa, no se descarta, pero la verdad es que no se pierde nada con investigar un poco. Para mí está bueno”, consideró.

Cómo es el proceso para ser Sistema b

La Certificación de Empresa B es otorgada por B Lab, el único ente a nivel global que la otorga. El primer paso consiste en completar la Evaluación de Impacto B. “Es una herramienta gratuita, la información entregada es confidencial y está diseñada como guía para ayudar a medir y gestionar el impacto de tu empresa, así como identificar oportunidades de mejora”, explicaron a Mensajero desde Sistema B. Asimismo, señalaron que para poder certificar como Empresa B es necesario alcanzar un puntaje mínimo de 80 y luego de empezar “un riguroso proceso de verificación y evaluación”. Finalmente, remarcaron: “La certificación B es un hito en el camino de transformación de una empresa, no un destino ni un indicador de perfección. Visibiliza la voluntad de la compañía de participar en el largo viaje de medir, administrar y mejorar su impacto. El modelo se basa en la creencia de que las empresas pueden cambiar su comportamiento y lo hacen”. Sobre la dificultad del proceso, Azcona comentó que todo fluyó y que sólo en la última instancia de la certificación, que es directamente con representantes en Estados Unidos, tuvieron una brecha cultural grande, sobre todo en algunas cuestiones del negocio. “A ellos les cuesta mucho entender, por ejemplo, los niveles de inflación que tenemos acá, entonces tuvimos que explicar bastante, pero además nos costó bastante poder hacerles entender que nuestro rol es de intermediarios. Es decir, podemos tener una gran facturación, pero eso no significa que sea nuestra ganancia, pero terminó saliendo todo bien”, concluyó.

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