"CULTIVO UNA ROSA BLANCA": LA VISITA DE OBAMA A CUBA Por: Florencia N. Alegre1 "Cultivo una rosa blanca, en junio como enero, para el amigo sincero, que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo; cultivo la rosa blanca." José Martí2. Después de que Calvin Coolidge visitara Cuba en 1928, con motivo de la Cumbre de la Conferencia Panamericana, 88 años habrían de transcurrir hasta que un Presidente de Estados Unidos volviera nuevamente a pisar el suelo de aquella isla ubicada a escasos 145 km. de su territorio, pero a un abismo ideológico de distancia. En aquella época, las relaciones entre ambos Estados estaban determinadas por la política estadounidense de intervención en los asuntos internos de aquellas naciones del Caribe y Centro América que consideraba como su “patio trasero” y área de exclusiva influencia. En esta Conferencia3, Cuba (atada política y económicamente a Estados Unidos a través de la Enmienda Platt) y otros Estados de la región exigieron a Estados Unidos un cambio en las directrices de su política exterior que implicara dejar que los pueblos latinoamericanos decidieran solos sus destinos: una consigna que habría de marcar históricamente las relaciones entre el “gigante del norte” y la pequeña isla caribeña. En 1959, la Revolución Cubana de Fidel Castro cambió abruptamente la naturaleza de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos: en plena época de Guerra Fría y en voraz competencia con el modelo comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), emerge en el propio continente americano, en el "patio trasero natural" de Estados Unidos, un régimen socialista que a viva voz confrontaba con su vecino y líder mundial del capitalismo occidental, plantando en la región la semilla del "peligro comunista". Luego de romper relaciones diplomáticas el 3 de enero de 1961, Estados Unidos buscó responder militarmente a este cambio de rumbo político al invadir la Bahía de los Cochinos para sofocar el régimen: la operación fracasó rotundamente al ser 1
Estudiante avanzada de la carrera de Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de Rosario: Florencia Alegre 2
Poema del célebre escritor cubano citado por Barack Obama al inicio de su discurso en La Havana - 22 de marzo de 2016. Disponible en: http://www.univision.com/noticias/obama-en-cuba/discurso-del-presidente-barack-obama-en-la-habana-cuba 3 KRISHNADEV CALAMUR, "The last time a US President visited Cuba", World Section, The Atlantic Magazine; February 18th 2016. http://www.theatlantic.com/international/archive/2016/02/cuba-obama-visit-colidge/463356/
completamente aplastada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias y logró incluso el objetivo menos deseado, el de elevar la aceptación de la Revolución al interior de la isla, al haber logrado expeler al imperialismo estadounidense de suelo cubano. Aceptado este fracaso, en 1962 Estados Unidos tomó la medida que hasta el día de hoy mantiene y que se endureció con motivo de la Crisis de los Misiles de ese año: el bloqueo económico y comercial a la isla de Cuba, hecho ley en 1992 con la Ley Torriceli y reforzado en 1996 con la Helms-Burton Act que eliminó las posibilidades para los ciudadanos estadounidenses de realizar negocios con la isla (ya estaban impedidos de viajar hacia Cuba desde 1963). Este embargo, condenado en 23 oportunidades por Naciones Unidas, fue en principio avalado multilateralmente en la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1964 y luego levantado en 1974, dejando a los Estados del continente americano en libertad de acción al respecto. De allí en más, los pueblos de América Latina y el Caribe alzaron la voz una y otra vez en ambos organismos internacionales, para exigir a los Estados Unidos que dé marcha atrás con esta medida económica que no sólo ejercía trabas en las relaciones comerciales de Cuba con el mundo, sino que subsumía al pueblo cubano a condiciones alarmantes de pobreza y subdesarrollo al no permitirles desenvolver su economía libremente, siendo éste un claro ejemplo de intervención en los asuntos internos del gobierno de Cuba. Estados Unidos mantuvo siempre férrea su intención de ahogar económicamente a su vecino y oponente ideológico, con la aspiración de que las posibles crisis económicas que genere el bloqueo económico, promuevan una contrarrevolución que haga caer al gobierno y permita no sólo el establecimiento de un régimen democrático que también respete los derechos cívicos y humanos de los cubanos, sino la vuelta de la influencia económica financiera capitalista del hegemón histórico del continente americano. Éste fue el objetivo que mantuvieron durante trece Administraciones, nueve Presidentes tanto demócratas como republicanos de Estados Unidos, y al que busca dar un giro Barack Obama a meses de terminar su segundo mandato, a partir del cambio en la política exterior hacia la isla que implica retomar relaciones diplomáticas con ella y lentamente normalizar las relaciones económicas. Cuba, por su parte, perpetuó una revolución comunista que demostró tener poca paciencia para con los detractores de la revolución al reprimir y detener a quienes
públicamente se opusieran al régimen castrista, cercenar la libertad de expresión, limitar el acceso de la isla a la información, y fundamentalmente, mantener un modelo económico socialista extremadamente dependiente de la ayuda externa de sus aliados ideológicos, la URSS primero y Venezuela después, para paliar las numerosísimas necesidades del pueblo y la economía cubana. De todos modos y contra todo pronóstico, a pesar de los numerosos intentos estadounidenses, la Revolución Cubana sigue en pie, aunque el acercamiento hacia Estados Unidos pueda ser visto por algunos como un signo de debilidad. Después de tantos años de que Estados Unidos no lograra el objetivo principal de derribar a Fidel Castro, y que Cuba ya no esté en condiciones de mantener esta enajenación al mundo a la que la sometió EEUU, tanto Barack Obama como Raúl Castro consideraron ser éste el momento oportuno para estrechar nuevamente lazos entre sus naciones, dando pasos pequeños pero certeros en pos de la normalización de relaciones tanto políticas y civiles, como económicas. El primero fue dado el 17 de diciembre de 2014 al anunciar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos Estados, oficializadas el 20 de julio de 2015. El segundo, el levantamiento cubano al impuesto del 10% al dólar, solamente a partir de que la banca internacional le autorice a utilizar esta divisa en sus operaciones comerciales, y la contraparte estadounidense de autorizar a ciertas personas y autoridades financieras a utilizar dólares en ciertas transacciones. Otro paso determinante es la permisión de visitas individuales estadounidenses a Cuba con el objetivo de fomentar el contacto entre ambos pueblos, aunque como destino turístico todavía sigue vedado. Por último, fue celebrado con un vuelo inaugural el restablecimiento del correo postal directo entre ambos Estados4. La pregunta que el mundo se hace entonces, es unívoca: ¿por qué ahora? Por el lado cubano, Raúl Castro se enfrenta con dos grandes desafíos por estos momentos: el primero, es que el tiempo le pisa los talones tanto a su hermano Fidel y a él, como a los colaboradores directos y originarios de la Revolución, haciéndole
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17/03/2016 Télam - “En las vísperas de la visita de Obama, Cuba anunció que eliminará el impuesto al dólar”. Disponible en: http://www.telam.com.ar/notas/201603/139980-obama-estados-unidos-cubaimpuesto-dolar.html
necesario tomar medidas para dejar en el mediano plazo a Cuba en manos de una nueva generación de líderes, sin que esto signifique el fin de la revolución; el segundo, es que la reducción de los precios del petróleo han impactado profundamente en un modelo económico que ya hace varios años muestra señales irrefutables de agotamiento (aceptado esto también por los hermanos Castro), y la consecuente ineludible necesidad de que lleguen inversiones y negocios a una isla cada vez más estancada en lo económico y comercial. Por el lado estadounidense, Barack Obama también tiene sus retos: terminar su segunda Administración con un hito que le brinde la mejor imagen posible a su persona y a su país, tanto a nivel internacional como en la arena doméstica. Tanto en lo políticoestratégico como en lo económico, luego de importantes fracasos en la lucha contra el terrorismo transnacional ahora representado en ISIS, de una recuperación económica post crisis 2008 que todavía necesita mayores esfuerzos de reconstrucción, de no contar con la mayoría partidaria oficialista en su Congreso, de serias marchas y contramarchas a nivel de apoyo doméstico y fundamentalmente de las cada vez mayores implicaciones y presiones de los lobbys cubano-estadounidense, latino y hasta judío, en la necesidad de una reformulación de la política migratoria, el visto bueno de la comunidad internacional a reestablecer relaciones con Cuba le da la oportunidad a Obama de dejar su mandato con un suceso que prepare el terreno pro demócrata para que pueda sucederlo Hillary Clinton, y de mejorar su propia imagen personal a partir de la búsqueda de recomponer relaciones fraternas entre Estados Unidos y su histórico vecino, con el que tantos años estuvo enemistado. Ochenta y ocho años después del último Presidente en ejercicio que visitó oficialmente la isla, cincuenta y seis de la Revolución Cubana, cincuenta y cuatro del embargo económico-comercial que estranguló y sigue estrangulando la economía de la isla, y a ocho meses de la oficialización de la recomposición de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, la visita del Presidente estadounidense no pasó desapercibida a los ojos del mundo. En su histórico discurso5 del pasado martes 22 de marzo, se dirigió
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Op. Cit. Discurso de Barack Obama en la Havana 22 marzo 2016. Disponible en: http://www.univision.com/noticias/obama-en-cuba/discurso-del-presidente-barack-obama-en-lahabana-cuba
especialmente al pueblo cubano, resaltando los lazos de hermandad que unen a las naciones cubana y estadounidense, a las dificultades que atraviesan los migrantes y expulsados de la isla que viven en Estados Unidos, y principalmente, remarcando el derecho del pueblo cubano a hacerse oír pacíficamente y a elegir democráticamente su gobierno, siendo la tanto la democracia como los derechos humanos los valores que enarbola Estados Unidos como impulso para este cambio de política (reconociendo aquí su diferencia ideológica con los hermanos Castro y su régimen). La única autocrítica que salió del Presidente demócrata para con la política de su país hacia la isla fue la de reconocer que tantos años de bloqueo económico e intentos de aislamiento del Estado cubano no dieron fruto para que caiga el régimen castrista, y por lo tanto, apeló a su Congreso para que acelere los mecanismos de desactivación del bloqueo, derogando las leyes que lo perpetúan, y permitiendo entonces a los norteamericanos entablar normales relaciones económicas con sus pares cubanos. Obama también insistió en la capacidad inventiva y laboral del pueblo cubano, de los cuentapropistas y los jóvenes, a los que instó a tomar las riendas del cambio generacional: "(...) yo me dirijo a los jóvenes de Cuba quienes alzarán y construirán algo nuevo. El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano"6, dejando entrever con estas apelaciones que normalizar relaciones con Cuba de ninguna manera significa para Estados Unidos dejar de promover la caída del régimen comunista de los hermanos Castro: más bien significa intentarlo con otros métodos, siendo éstos la exportación del modelo cultural y estadounidense hacia la isla, que irá rebasando a medida que lleguen inversiones, negocios y civiles cubano-estadounidenses a desenvolver sus actividades en suelo isleño. Raúl Castro, no obstante, aprovechó la llegada de Obama para recordar al gigante del Norte que tantos años de bloqueo económico-diplomático no pudieron con la revolución cubana, y que las concesiones que está dispuesta a realizar el régimen serán siempre luego de que Estados Unidos cumpla con los requisitos que el castrismo exigió: el levantamiento total del bloqueo, la devolución de la base naval de Guantánamo y el
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Op. Cit. Discurso de Barack Obama en la Havana 22 marzo 2016. Disponible en: http://www.univision.com/noticias/obama-en-cuba/discurso-del-presidente-barack-obama-en-lahabana-cuba
reconocimiento de Estados Unidos del derecho de autodeterminación del pueblo cubano de su propio modelo social y económico7. Además, reivindicó las gestiones llevadas adelante por su gobierno para pacificar Colombia y no reconoció las amplias violaciones a los derechos humanos de los cubanos, excusándose en que ningún Estado del mundo las observa plenamente. De esta manera, aún cuando reconoce las necesidades económicas imperativas en la isla que llevaron a reconsiderar su relación con Estados Unidos, Castro todavía se aferra fuertemente a la oposición ideológicapolítica que sigue marcando las relaciones entre estos países, demostrando que el camino hacia la perdurable normalización de relaciones va a estar marcado por amplias diferencias aunque el objetivo sea común. Queda entonces por ver con qué celeridad el Congreso estadounidense se dispondrá a intentar el levantamiento del bloqueo (siendo que muchos legisladores republicanos se oponen rotundamente a ello), cómo marcará a estas incipientes relaciones la salida de Obama de la Presidencia y la llegada de una nueva Administración, qué medidas tomará el régimen cubano para encauzar dentro de su modelo la ola de capitales y personas que quieren hacer tierra en la isla, y cómo responderán las sociedades civiles de ambos pueblos a este proceso tan complejo como lento. Mientras tanto, el hito ya tomó lugar. Un Presidente estadounidense volvió a Cuba, pero a una Cuba todavía en la Revolución de Fidel Castro, aunque mal les pese a los estadounidenses.
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VALLE Emir, "Raúl Castro en su laberinto", Deutsche Welle, 21 de Marzo de 2016. Disponible en: http://dw.com/p/1IHG0