BREXIT: TAMBALEO DE LA UNIÓN EUROPEA Por: Roberto Viesca1 La Unión Europea se encuentra en quiebre histórico e incluso existencial. Todo el ideal europeo soberanista e integracionista se marchita a causa de sus propias crisis (institucional, cultural, identitaria, económica, política y social) aunado con la sorpresiva salida de la segunda economía del bloque europeo: el Reino Unido (RU). El llamado Brexit (Bre= Gran Bretaña, Exit=salida) ha sido un gran fracaso para el modelo integracionista europeo. Los británicos han decidido salir de la Unión Europea (UE) como condición necesaria para sustentar su política aislacionista, soberana e “independiente” con un letargo nostálgico de mentalidad imperial decimonónico. El margen de votación por el Brexit contra el Bremain (Bre= Gran Bretaña, remain=quedarse) fue muy estrecho. El 51.9% de los votantes (17,410,742 votos) decidió salir de lo que consideran un estorbo para la política británica en cuestión de soberanía, control antimigración y mejoras en la economía. Mientras que, el 48.1% de los votantes en su mayoría jóvenes (16,141,241) votó por la causa del bloque europeo.2 Es interesante observar la repartición de votos dentro de las 4 naciones que conforman el Reino Unido. Por un lado, los que votaron por el Brexit, fueron Inglaterra con el 53.4% y Gales con 52.5%; por el otro lado, los que votaron por el Bremain, fueron Escocia con 62% e Irlanda del Norte con 55.8%. Lo que probablemente sucederá, no es sólo la salida del RU de la UE, sino su probable desintegración por cuestiones separatistas por parte de Escocia e Irlanda del Norte.
Causas del Brexit
Antes de pasar al tema de la “cuestión identitaria británica”, es importante aclarar el contexto del Brexit. ¿Cómo se llegó a éste momento? En 2013, el ahora ex Primer Ministro David Cameron, prometió a los electores establecer un referéndum sobre la posibilidad de 1
Lic. en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ex Asesor en materia internacional de la Vicepresidencia del Senado de México y actualmente Secretario Técnico en LACFUCAUNESCO. 2 BBC http://www.bbc.com/news/politics/eu_referendum/results (24 de junio de 2016)
quedarse o salir de la UE por cuestiones partidistas. En 2015 para su segundo mandato, hizo alianzas con el partido Liberal-Democrático, situación que no agradó a sus compañeros del Partido Conservador permitiendo una leve división aprovechada por el Partido Independentista del Reino Unido (UKIP) y su líder, Nigel Farage. Para mantener el poder político, Cameron decidió realizar el referéndum para demostrar su poder político y de convencimiento que el sistema europeo no correspondía a las “amenazas migratorias y económicas” como el UKIP pensaba. Fatal error de Cameron. La constante campaña antimigrante y económica, colocó al Brexit en los primeros escenarios para la salida del RU del bloque europeo. Desde la crisis económica del 2008 y la llegada en escalada de migrantes del este europeo (como polacos) y no europeos (sirios, hindúes, paquistaníes, nigerianos, gaboneses, togoleses, etc.) propiciaron una tendencia xenófoba y animigrante no sólo en la población, sino también en las altas esferas de la política británica. Tanto el UKIP como la sociedad conservadora culpan a Bruselas, capital de la UE, de convertirse en brazo y bastión político de la élite desconectada de los intereses públicos; además, los partidarios de la izquierda demandan el análisis de nuevas formas de la economía libre de mercado y la resistencia a la destrucción del muy débil Estado de Bienestar. El Brexit ha cundido por aquellos partidos y enclaves de la sociedad con tendencia soberanista y “euroescéptica” de la derecha europea como el Frente Nacional en Francia, el UKIP en Gran Bretaña, el Partido de la Libertad en Austria; el Partido Alternativa para Alemania, los Verdaderos Finlandeses, los Demócratas de Suecia, la Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas en Italia, (que acaba de ganar las alcaldías de Roma y Turín), Jobbik en Hungría, Amanecer Dorado en Grecia, entre tantos otros. Por otro lado, la población británica que decidió separarse de los mandatos de Bruselas es aquella que sobrepasa la edad de los 50 años. Según una encuesta realizada por el portal ‘Yougov’, tres de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años preferían quedarse dentro de la UE. El 56% de los que cuentan con entre 25 y 49 años se han decantado también por la opción europeísta. De forma contraria, el 56% de los mayores de 50 y menores de 65 y el 61% de los mayores de 65 años han preferido marcharse.
Ni siquiera los términos económicos lograron frenar al Brexit. Desde el principio, economistas, académicos, banqueros e instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtieron que la salida del bloque europeo significaría recortes al gasto público, crecimiento del desempleo, encarecimiento de las exportaciones, realización de nuevos tratados económicos y políticos, la caída estrepitosa de la Libra Esterlina, la subida de impuestos y una severa recesión. Hasta el día de hoy, el RU es la segunda economía de la UE después de Alemania. Sin RU, la población de la UE se reduciría en un 13%, así como un 17% en la economía, siendo que la isla contribuye a Bruselas con 2.6 millones de euros anuales de la economía total, y contribuye al presupuesto 18.7 mil millones de euros, es decir, es un gran golpe y pérdida para ambos bandos.3 Tanto fue así, que al día siguiente de las elecciones del referéndum, la Libra cayó 10%, la más estrepitosa desde 1985.
¿Posible desintegración del Reino Unido? Ante éste panorama, es importante aclarar la diferencia entre Reino Unido y Gran Bretaña para facilitar al lector lo que sucede en cuestión identitario y por la causa de las votaciones en Escocia e Irlanda del Norte. La Gran Bretaña es la Isla mayor que forma parte de las Islas Británicas (la isla de Gran Bretaña e Irlanda). El Reino Unido está formado por cuatro 3
BBC http://www.bbc.com/mundo/media-36623899 (24 de junio de 2016)
naciones: Inglaterra, Escocia y Gales (que forman parte de la Gran Bretaña) e Irlanda del Norte o Ulster (que conforma ¾ partes de la isla de Irlanda)4. Todas estas naciones han sucumbido al poder militar e imperial ingles desde hace 700 años cuando Inglaterra anexionó a Gales en el siglo XIII, a Escocia en 1707 y en 1922 tras la independencia de Irlanda, la región del Ulster (o Irlanda del Norte) decidió permanecer del lado monárquico inglés. Sin embargo, las rencillas en contra del imperialismo inglés se hacen notar por las cuestiones lingüísticas, históricas y culturales de los galeses, escoceses e irlandeses que tienen un origen celta, diferente al del caso inglés, que tienen un origen anglosajón y nórdico (noruego-danés por las incursiones vikingas en la Edad Media). De éste modo, el Brexit significa una posible desintegración del Reino Unido a causa de los votos favorecidos por salir del bloque europeo en Inglaterra y Gales, no así en Escocia e Irlanda del Norte. El siguiente mapa muestra la votación por color. En amarillo la votación favoreció por quedarse en la UE (Bremain) y en azul por la salida (Brexit), es decir, tanto Escocia como Irlanda del Norte decidieron quedarse en la UE.
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El gentilicio correcto que define a la población del Reino Unido es la de británicos, ya sea que se hable de un inglés, escocés, galés o norteirlandés en su conjunto.
Fuente: BBC En 2014 se realizó un referéndum en Escocia por la separación del Reino Unido (mal vista por el ex Primer Ministro David Cameron y la Unión Eropea) que perdió el Partido Nacional Escocés con su entonces líder Alex Salmond. Ahora, el Brexit parce afianzar aún más la decisión de separarse del Reino Unido y pedir la entrada a la UE. La Primer Ministra escocesa, Nicola Surgeon, ha declarado que su gobierno buscará medidas extraordinarias para una negociación con Londres para no presionar al referéndum independentista e influir en un Reino Unido dominado por la política inglesa. De igual manera, los nacionalistas de Irlanda del Norte buscarán apoyo por medio del partido Sinn Feinn para coordinar la unión de las dos Irlandas por primera vez en 95 años. El argumento define la acción política y económica de renovar los controles aduaneros y de seguridad. Sin embargo, el Primer Ministro irlandés, Enda Kenny enfoca sus intereses al daño económico que pudiera surgir de la separación británica con la UE más que una posible unión con el Ulster. Si bien es cierto que es raudo considerar en el corto plazo la desintegración del Reino Unido, existe la posibilidad en un largo plazo. Las identidades están sumamente marcadas y el recelo hacia lo “inglés” marcan una desproporción en los intereses dentro del Reino Unido; el poder es y seguirá siendo inglés. Escocia se siente engañada y minimizada al considerar al RU un arma poderosa para la permanencia en Europa, es cuestión de tiempo la desintegración.
Conclusión Es difícil advertir de momento la secuencia del Brexit pero el enfrentamiento más peligroso es la reiterada amenaza de la fragmentación de todo lo que significa el ideal de la UE y del surgimiento de la derechización europea de los partidos políticos tanto antimigrantes como euroescépticos que marcan el paso hacia victorias contundentes en países que detentan poder en el bloque. El Brexit es sólo uno de los encuentros desafortunados de la UE, donde se profundiza su crisis ideológica, identitaria, cultural, política, social y económica. La UE vuelve a fracasar en su intento de establecerse como bloque posmoderno, el cual alberga un crisol de culturas
y lenguas, de historias y formas de pensar, de aglutinar naciones herederas del socialismo real al mismo tiempo de las que pregonan el capitalismo rampante. La UE ha demostrado que es sólo un grupo burocrático privilegiado olvidando su origen teórico-filosófico y la causa pragmática por la que fue formada. Es un bloque de todavía 28 países que obedece sólo a un poder económico y político; que dispone de tecnócratas para favorecer el libre mercado y las instituciones bancarias y no al grueso de los intereses de los ciudadanos europeos. Todo esto marca la crisis estructural y sistémica del bloque europeo. El Brexit también será parte de una secuencia poco lógica al cuestionar la democracia como una forma de gobierno en la que la ciudadanía realmente debe votar o no. Esto marca una tendencia dialéctica en sí misma. Por un lado se dirá que la democracia no debe entregarse a la irresponsabilidad y brutalidad de los electores que no vislumbran los efectos positivos o negativos de cualquier elección y que su decisión, más allá de ser razonada es sólo visceral y sentimental (caso de la población británica mayor de 50 años que sólo vió por sus intereses y no por los de la juventud británica que pasaran el resto de sus días mirando de lejos a la UE, a menos que se invoque el art. 49 del Tratado de Lisboa), pero por el otro lado, aún no existe otra forma eficaz de resolver el problema de la soberanía, la política y todo aquello que tenga que ver con el poder: el poder de hacer y decidir. La democracia si es peligrosa, tendrá que evolucionar junto con la “civilización política occidental” en palabras de Donald Tusk, Presidente de la UE.