Brexit 2da parte - Jacob Mendoza

Page 1

EL BREXIT: RECIENTE EXPRESIÓN DE LA ONDA LARGA DEPRESIVA SEGUNDA PARTE Por: Jacob Mendoza1

En la nota anterior escribí respecto al Brexit, que se trataba de un nuevo intento de clase por salir de la fase depresiva de la última onda larga expansiva del capitalismo; un intento más por restablecer la caída tendencial de la tasa de ganancia en nuestros tiempos. También exprese que, históricamente cada uno de estos intentos implican necesariamente esfuerzos de la burguesía para quebrantar la fuerza organizativa de la clase obrera, las libertades democráticas y expandir el mercado mundial para abaratar el precio de la fuerza de trabajo.

En esta segunda parte, me dedico a explicar el apoyo que obtuvo el Brexit de una buena parte del sector obrero inglés, como parte de un proceso legitimador neoliberal, alimentado por un sentimiento nacionalista y xenófoba. Si bien, parece incongruente relacionar al nacionalismo con el neoliberalismo, veremos que en verdad se trata de un peligroso discurso propagandístico que nada tiene que ver con las intenciones económicas. Recordemos que el capital no puede sobrevivir a la restricción de las fronteras nacionales.

Reafirmando la tesis de las ondas largas desarrollada por Mandel, Husson menciona que el neoliberalismo corresponde a una fase recesiva del capitalismo, cuyo rasgo distintivo, sin embargo, es su capacidad para “reestablecer la tasa de beneficio a pesar del estancamiento de la tasa de acumulación y de las escasas mejoras de la productividad” (Husson, 2014, p. 1). Así mismo, considera que las condiciones para abrir paso a una nueva onda expansiva siguen ausentes bajo esta forma de reproducción, por lo que vivimos dice, un periodo de “regulación caótica”.

Si bien, durante esta fase depresiva se presentan periodos de crecimiento económico, es importante mencionar que estos se crean a partir de factores ajenos al incremento de la 1 Mg. En Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México

1


productividad. Por ello, la forma de reproducción neoliberal ha sido insuficiente para estimular el nacimiento de una nueva onda larga expansiva. El desarrollo de las fuerzas productivas, no se ha traducido en un aumento considerable de la producción material: la tasa de empleo crece a ritmos menores, y el nivel de vida de la población no se ha incrementado. La tasa de ganancia se logró restablecer, pero no al mismo ritmo que presentaba la era dorada del capitalismo. Esta no se sustenta en el incremento de la productividad, sino en un aumento continuo de la tasa de explotación, principalmente en los países emergentes expuestos a la volatilidad de los capitales internacionales. Por ello, pensar en una nueva onda larga por el simple hecho de recuperación de la tasa de ganancia es un argumento insostenible, la crisis de 2008 vino a corroborar la tesis de Mandel.

En la opinión de Husson, hacen falta hacen tres atributos fundamentales para poder hablar de una nueva onda larga expansiva: un orden económico mundial coherente, ámbitos de acumulación rentable suficientemente amplios y un modo de legitimación social.

Respecto al último punto, habría que decir que el capitalismo ha perdido legitimidad durante su fase neoliberal. Ello por no satisfacer las necesidades sociales más elementales, ni vincular la cuestión de la productividad del trabajo con la tasa de ganancia. No existe una legitimación sistémica entre las exigencias del capital y la estructura de la demanda social. Se presenta una “coherencia inestable” por el incumplimiento de los primeros dos atributos, la disminución de la parte salarial, las desigualdades sociales, la financiarización y el sobreendeudamiento.

En este marco de análisis, comprendemos que decisiones políticas como el Brexit, buscan seguir reproduciendo el modelo neoliberal, pero ahora desde una visión nacionalista y xenófoba que los legitime. Ello implica forzosamente una regresión social permanente, pues “la cuestión clave es, por tanto, la de la aceptabilidad social de esta degradación de las condiciones de existencia para la mayoría de la humanidad” (Husson, 2014, p. 23).

2


Hace tres décadas, el capitalismo busco su modelo de legitimación social en la “revolución antikeyensiana”2. Los principios monetaristas de reducción del gasto público y control de precios, sustituyeron las políticas de tradición keynesiana que se generaron en todos los países centrales, a partir del fin de la segunda guerra mundial. La razón de ello fue la recesión que, sin precedentes hasta ese momento, presentaba altos niveles de inflación. El viraje neoliberal se argumentó desde la idea de que la inflación era el problema económico predominante, ello posibilitó el convencimiento de que los principios monetaristas eran verdaderos.

El proceso de reorientación antiflacionista presentó tal resistencia social, que requirió del ascenso de gobiernos duros e inflexibles como el de Margaret Thatcher en Inglaterra, ello para imponer las necesidades capitalistas de ese momento: privatización, reducción del déficit, adelgazamiento del Estado y el desmantelamiento los sindicatos. Los resultados fueron eficientes para disminuir la inflación y recuperar el crecimiento económico, mas no eficaces para mantener o incrementar el nivel de empleo y bienestar que se tenían antes de la recesión. La caída de los salarios reales en favor de la estabilidad de precios, no fue un fracaso de los monetaristas, fue el resultado de los objetivos explícitos de sus políticas. Consecuencia de ello, ahora experimentamos un periodo de pérdida de legitimidad y una crisis de rentabilidad capitalista.

En un nuevo intento por restablecer el orden, Inglaterra entra una vez más en escena con la necesidad del Brexit, y el ascenso de Theresa May como primera ministra de Reino Unido. Si bien, el escenario es similar al de la década de los 80s cuando Margaret Thatcher toma el poder, el fundamento político-económico es totalmente diferente.

2 Rodríguez Vargas, José de Jesús. (2005), “La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial”, Tesis de Doctorado en economía, DEP-FE, UNAM, abril. Caps. I, II.

3


El discurso argumentativo del Brexit no estuvo fundado en un cambio del modelo económico como hace 30 años, cuando se buscaba sustituir la preponderancia keynesiana por la visión monetarista-neoliberal. Su legitimidad no pasó por la cuestión aduanera, ni mucho menos por un rechazo al libre mercado. Esta se manipuló desde el rechazo a los inmigrantes y la exaltación nacionalista. Por lo cual, la intención de legitimidad sigue siendo la misma que hace 30 años: el modelo neoliberal.

El hecho de que sus promotores hayan tenido el apoyo de sectores de la clase obrera, no modifica la naturaleza del asunto. De hecho, nos habla de la manipulación y la falsificación del pensamiento de los trabajadores, en favor de la elite inglesa. Ello nos demuestra que las crisis no generan mecánicamente conciencia anticapitalista. Como escribí en la nota anterior, una nueva derrota de la clase obrera se está gestando para salvaguardar la tasa de beneficio.

Antes de saberse primera ministra de Reino Unido, Theresa May lanzó un mensaje propagandístico dirigido a los obreros indignados que votaron a favor del leave: “Nos hace falta un gobierno que emprenda una auténtica reforma social, uno que haga que el país funcione para todos”.

Con ello, pareciera estar del lado de los trabajadores, sin embargo, su actual discurso es incongruente con sus sentencias antimigrantes y antilaboristas del pasado. May es más conocida por oponerse a la garantía de un salario mínimo porque, dijo: “significaría traspasar el lastre del Estado de bienestar a las empresas”. De igual forma, bajo distintos cargos públicos, hizo uso de otros slogans como: “Go home”, ello para referirse a los trabajadores inmigrantes en su país; o como el día que argumentó que “debe ser una prioridad permitir a las compañías británicas comerciar dentro del mercado único de bienes y servicios, pero también recuperar el control sobre la cantidad de personas que ingresan al país desde Europa".

4


En este sentido, Theresa May como miembro del partido conservador, buscará legitimar su visión nacionalista y antimigrante para los mismos fines económicos que Thatcher. Muestra de ello, es que ha nombrado a Boris Johnson, uno de los principales promotores del Brexit, como ministro de Relaciones Exteriores, y a David Davis, unos de los personajes más eurófobos del Reino Unido, como nuevo secretario de Estado para la Salida de Europa.

El triunfo del Leave, junto con la llegada de T. May al poder, se inscribe en el ascenso de una peligrosa ola nacionalista de derecha en todo el mundo: “en Austria, el Partido de la Libertad (FPÖ); en Alemania, Alternativa para Alemania (AfD); en Francia, el Frente Nacional; en Dinamarca, el Partido Popular; en Finlandia, los Verdaderos Fineses; en Suecia, los Demócratas de Suecia; en Holanda, el Partido por la Libertad (PVV); en Noruega, el Partido del Progreso; en Grecia, Amanecer Dorado. En Hungría la derecha nacionalista de la Unión Cívica. En Ucrania el neonazi Partido de la Libertad. El ascenso de Donald Trump en EEUU también puede considerarse parte de este fenómeno”3. Todos ellos con peligro de llegar, o haber llegado, al poder democráticamente como una respuesta equivoca de las masas trabajadoras al estancamiento económico, el desempleo, la desigualdad y la pobreza.

3 Cfr. Astarita Rolando (2016), “Brexit, una salida reaccionaria”, en https://rolandoastarita.wordpress.com

5


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.