EL FUTURO DE LAS RELACIONES ENTRE EL REINO UNIDO Y LA UNIÓN EUROPEA Por: Jorge García Alonso de Celada El mes pasado se celebró en Bruselas el Consejo Europeo durante los días 18-19 de febrero, el cual estaba destinado a debatir y finalmente aprobar las medidas que Reino Unido había venido reclamando a los estados europeos desde el 2010, amén de otra serie de propuestas como la situación de los refugiados que están llegando a Europa. Estas medidas vienen a ser de forma general la posibilidad de establecer un límite a la inmigración de los demás países europeos aduciendo el enorme coste en ayudas que les otorga el gobierno británico, que el parlamento británico tenga la opción de no implantar medidas que se decidan en el ámbito europeo si considera que no son beneficiosas para el país, y mejorar las relaciones económicas que mantienen los países que no van a ingresar en el euro con los miembros de la eurozona. Estas propuestas finalmente han sido aprobadas por los estados miembros, aunque suavizadas con respecto a las peticiones iniciales del gobierno británico encabezado por David Cameron. Las negociaciones respecto de estas medidas llevan produciéndose desde el año 2010, cuando David Cameron, líder del Partido Conservador, ganó las elecciones y se convirtió en Primer Ministro del Reino Unido. Sin embargo, obtuvo una victoria sin mayoría absoluta, lo cual le obligó a asociarse con el Partido Liberal en coalición de gobierno, lo que le restaba poder negociador a nivel europeo, tiempo durante el cual su objetivo fue ir poniendo el máximo número de trabas posibles a todas aquellas medidas que pudieran implicar un mayor grado de integración. Sin embargo, en las elecciones que tuvieron lugar en Mayo de 2015 el Partido Conservador obtuvo contra todo pronóstico una mayoría absoluta que le permite gobernar en solitario, por lo que ya puede llevar a cabo sus planes en Europa. Durante este año 2015 Cameron inicio una campaña a nivel nacional y europeo donde reclamaba toda esta batería de medidas a los socios europeos a cambio de que en el referéndum que debía convocarse en el Reino Unido sobre la permanencia o no del mismo en la Unión Europea este hiciera campaña a favor de permanecer dentro de la UE. Por este motivo, primero el Presidente del Consejo Europeo Donald Tusk mantuvo una serie de reuniones con el premier británico donde esbozaron las principales líneas del acuerdo que debía adoptarse en relación al mantenimiento de este dentro de la UE, y
finalmente se llegó a un acuerdo que debía ser aprobado definitivamente por unanimidad por los miembros del Consejo Europeo. Para ello se celebró el Consejo Europeo mencionado inicialmente, donde tras 48 horas de intensas negociaciones se definieron las nuevas añadiduras al estatus especial del Reino Unido en relación con la Unión Europea. Estas medidas son: una limitación a las prestaciones sociales que perciben los trabajadores extranjeros durante los primeros 7 años de trabajo, la posibilidad de que durante esos años los trabajadores puedan ser discriminados por su nacionalidad, un pseudoveto a la legislación europea que se considere que es dañina para el Reino Unido y que tendrá que emitir el Parlamento nacional y además deja claro que el Reino Unido no participa de la idea de la UE “una unión cada vez más estrecha”. Todo esto fue aprobado durante la celebración del Consejo Europeo, y a cambio nada más finalizar David Cameron se comprometió, y ya está cumpliendo, defender la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea ante el referéndum que tendrá lugar el 23 de Junio de este mismo año. Sin embargo, convencer a la población inglesa es una tarea que no le va a resultar nada fácil por varios motivos. En primer lugar, los partidos británicos que defienden con más ahínco que no deberían permanecer dentro del proyecto europeo no han quedado nada satisfechos con las medidas acordadas en Bruselas, que solo serán efectivas si en el referéndum gana el sí. Además, el Partido Conservador está pasando por una crisis interna que se ha manifestado muy clara en este tema, y es que no hay unidad con respecto a la permanencia del Reino Unido. Esto se ha manifestado en las recientes declaraciones del alcalde de Londres Boris Johnson, en la que pedía el voto en contra de permanecer en la UE. Esta declaración es importante, dado que el señor Johnson es el candidato a sustituir al premier británico al frente del Partido Conservador y es un actor de peso en el país. Así lo demuestran seis ministros del gobierno británico, que al igual que Johnson se han manifestado a favor de no permanecer en la UE. Hasta la fecha solo lo defenderán el Canciller del Exchequer George Osborne y la Ministra del Interior Theresa May. Todo esto nos deja la imagen de que será una batalla larga y dura en la cual los partidarios de la permanencia, entre ellos el Primer Ministro y la City londinense, tendrán que convencer a los indecisos para que voten a favor de mantenerse en la Unión Europea bajo estas nuevas condiciones más favorables a los británicos. En caso de ganar
el no, Reino Unido tendría un plazo de dos años para negociar la salida de este, pero es algo que no conviene a nadie, ya que ambos perderían mucho potencial económico por la ruptura, especialmente el Reino Unido, y sentaría un peligrosísimo precedente en el ámbito europeo, pues nos encontramos e uno de los omentos mas delicados de la historia de la Unión Europea, donde vivimos una constante crisis que podría llevar en cualquier momento a la caída del proyecto europeo.