EL ENFOQUE DE GÉNERO EN LOS ACUERDOS DE LA HABANA: BENEFICIOS Y RETOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ Por: Ana Ramirez Zuluaga1 Con sus inicios en la década de los 60’s, el conflicto armado colombiano ha sido el más longevo de la región. Factores como el abandono estatal en las zonas rurales, la falta de vías de acceso que conectaran el campo a la ciudad y de una distribución justa de la tierra a los campesinos que la trabajan, generaron una condición de pobreza extrema en la periferia del país, y llevaron a la creación de ‘Repúblicas Independientes’; rezagos de campesinos comunistas, que nunca entregaron sus armas tras la guerra bipartidista entre Liberales y Conservadores que se había llevado a cabo en los 50’s. Así entonces, y ante la falta de presencia estatal en las zonas rurales, las llamadas ‘Repúblicas Independientes’ decidieron tomar justicia por mano propia y cambiar sus herramientas de trabajo por fusiles, gestando los inicios de un conflcito que aún azota al país. Nacen así, en Marquetalia, Tolima las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, “FARC” (que después cambiarían su nombre a FARC-EP, Ejército del Pueblo).
Sería ingenuo pensar, el único problema que afecta a Colombia es la guerrrilla de las FARC. Factores como el narcotráfico, la corrupción, la posterior creación de grupos paramilitares y demás guerrillas (ELN, M19, EPL, Quintín Lame), la constante falta de presencia estatal en la periferia del país y la minería ilegal, entre otras, llevaron a que el conflicto se recrudeciera a través de los años. Pero en 2012, y tras diez intentos fallidos por lograr la paz, se firmó en Cuba el primer documento que dio origen al inicio de las negociaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Hoy, cuatro años después, las conversaciones han llegado a su fin, y por primera vez en décadas, se habla del enfoque de género en los acuerdos. Pero ¿Qué es el enfoque de género y cuales son sus aportes a la paz de Colombia?
Sobre los Acuerdos de Paz, hay que reconocer el esfuerzo por estudiar los impactos del conflicto de manera diferenciada; la guerra afecta a hombres y mujeres de forma distinta, y es importante entenderlo. Este avance permitiría, por vez primera, que se abra
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Profesional en Cs. Políticas con énfasis en Relaciones Internacionales.
la puerta al reconocimiento de las mujeres como actores políticos, que no solo participan en los asuntos privados, enfocados al hogar, sino como parte importante de la esfera pública. El enfoque de género se centra en las relaciones de poder que existen en la sociedad, y en la forma como se construyen los géneros dentro de la misma. En Colombia, por ejemplo, aún existe en gran parte de la población, la convicción sobre la existencia de dos únicos géneros: el masculino y el femenino, lo cual llevó a una construcción cultural que ha determinado, existe una única forma de ser hombre y una única forma de ser mujer. Este enfoque propone una mirada distinta e incluyente, pues versa sobre el principio de que no hay cosa tal como “una única forma de ser hombre o mujer”, y que, por el contrario, existen diferentes formas de serlo ¿Acaso es ilógico pensar que todo ser humano tiene dentro de sí un lado femenino y otro masculino, y que una mujer puede ser fuerte, o cabeza de hogar, y seguir siendo mujer, y un hombre puede ser sensible y dedicarse al hogar, y seguir siendo hombre? ¿En donde quedan entonces todos aquellos que se identifican como parte de la comunidad LGTBI?
Así es, aquello de que exista una única forma de ser, sentirse, o identificarse con un determinado género es más compleja de lo que parece (recordemos que se nace con un sexo: hombre o mujer, mientras que el género es la construcción cultural, afectada por el entorno en que vivimos, y que, muchas veces estereotipada, nos lleva a actuar de un modo u otro) y es esta, sumado a que por primera vez las mujeres y organizaciones LGTBI, hubieran sido convocadas a hacer parte de la discusión como actores políticos, la importancia del enfoque de género en los Acuerdos de Paz.
En la guerra, mientras a los hombres se les ataca su vida, por lo general a las mujeres se les ataca su integridad sexual o la de sus familias (DeJusticia, 2016). El entender esta diferencia permite que las soluciones planteadas sean pensadas a partir de los riesgos diferenciados que hombres y mujeres sufren, pues anteriormente las soluciones solo acogían la perspectiva masculina de la guerra. Este enfoque viene cobrando fuerza desde el 2008, con el Auto 092 de 2008, y posteriormente, con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448), y es un paso hacia la construcción de un país con más igualdad, tolerancia e inclusión; un paso más cerca de lograr una Colombia distinta.
Parte de los cambios que se introdujeron a la luz del enfoque de género, yacen en el punto de víctimas, ya que se anuncia la creación de un grupo especial para la investigación de la violencia sexual dentro de la Jrisdicción Especial para la Paz. Igualmente, en la Comisión de Verdad, será incluido un grupo de expertos que determinará cómo el conflicto afectó a las mujeres. En materia de tierras, se llegó a un acuerdo vital: permitir el acceso y formalización de la tierra a las mujeres, ya que la propiedad siempre había estado a nombre de sus maridos, y cuando estos eran dados de baja en la guerra, estas se quedaban sin un título o acceso a crédito para poder explotarla (Equipo de Paz del Gobierno, 2016).
En materia de Garantía de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, las medidas para la superación de la pobreza y estimulación de las economías locales respetarán el enfoque de género, y se reconoce la importancia de la formación profesional de las mujeres en áreas productivas -no tradicionales, y su inclusión a la vida laboral; se promocionará la participación de las mujeres y comunidades LGTBI en espacios públicos, de representación, toma de decisiones y resolución de conflictos, pues se reconoce que una sociedad en donde las mujeres y demás minorías participen de forma activa en los asuntos públicos, es una sociedad más democrática. Adicionalmente, la Mesa de Negociación reconoce que “las consecuencias de las infracciones al Derecho Internacional Humanitario y las violaciones a los Derechos Humanos son más graves cuando son cometidas contra mujeres y niñas, o contra la población LGBTI” (Equipo de Paz del Gobierno, 2016), y el que por primera vez este enfoque sea parte de los acuerdos, reivindica la idea sobre la importancia de estas negociaciones y de sus futuros efectos en la historia del país, y en el cómo concebimos y entendemos el papel de las mujeres en la guerra. Es clave entender que, ni la firma de los Acuerdos de la Habana, ni el que estos sean aprobados por Colombia dado que el “Si” gane en el Plebiscito, suponen que la guerra más longeva de la región terminará rápidamente; por el contrario, significa que se vienen nuevos y más complejos retos, que debemos impulsarnos a perdonar, a labrar una historia diferente para un país donde en la mayoría de sus zonas rurales solo se
conocen las armas, y donde el campo, las mujeres y las minorías merecen ser reivindicados. El enfoque de género es un paso importante hacia la construcción de una Colombia distinta, pero solo supone el inicio de muchos de los retos que la cosolidación de la paz traerá consigo.
Bibliografía: Equipo de Paz del Gobierno (2016). Maria Paulina Riveros habla sobre la inclusión del enfoque de género en los Acuerdos de Paz. Oficina del Alto Comisionado para la Paz (2016). ABC – Preguntas y respuestas sobre el enfoque de género en los acuerdos de paz. Verdad Abierta.com (2016). En la Habana, el enfoque de género se plasma en acuerdos.