LONDRES, BAJO AMENAZA Por: Sofía Páez1 Eran cerca de las 22:00 del pasado 3 de Junio cuando la central de policía recibe una llamada de alerta. Una furgoneta fuera de control a más de 80 km/h se abalanzaba zigzagueante sobre un grupo de transeúntes. En cuestión de segundos, reinó el caos sobre el Río Támesis, en el concurrido London Bridge. Muchedumbres desconcertadas, estruendos, gritos de auxilio: Londres volvía a ser blanco para el terror. El tiempo se congeló por 8 eternos minutos; aquel impacto sería apenas el epicentro de una seguidilla de ataques perpetuados contra civiles, dentro de los cuales se encontraba Holly Jones, periodista de la BBC, quien atestigua cómo el vehículo arremetía con violencia, atropellando a su paso a varias personas y dejando tras sí una gran hilera de sangre. La furgoneta toma Borough High Street, causando otras 20 víctimas, y termina colapsando fuertemente frente a las puertas del pub “Barow Boy & Baker”. Las alarmas y sirenas no tardan en hacerse escuchar. Inmediatamente del auto bajan tres hombres con armas blancas, que parecían estar cubiertos de chalecos explosivos. Se lanzan en medio de la desesperación de los peatones, llevando a la carga cuchillos y machetes. A la entrada del pub, asesinan cruelmente a un sujeto y avanzan velozmente más allá de la estación de London Bridge. Muchos civiles quisieron frenar de alguna forma el inevitable avance de estos sujetos armados, interponiéndose en su camino u arrojándoles objetos, sin embargo, pese a su destacable valentía, siguieron rumbo ocasionando más víctimas. "Mucha gente arriesgó sus vida para intentar ayudar a otras o para ayudar a los heridos", declaró la comisaria-jefe de Scotland Yard. Los tres hombres camuflados en el tumulto se dirigían a Borough Market, aún con el área siendo evacuada por la policía. Logran ingresar al centro comercial e irrumpen en el local nocturno “Black & Blue” de Rochester Walk, un conocido pasaje. Testigos aseguraron al periódico británico “The Guardian” haber visto en primera persona una verdadera masacre. "Uno de ellos tenía un cuchillo
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Lic. Periodismo y Comunicación en la UNLP (Universidad Nacional de La Plata). Actualmente cursando primer año de la carrera.- Lic. Relaciones Internacionales en la UNLa (Universidad Nacional de Lanús).
enorme y dio vueltas alrededor del restaurante con la intención de romperlo todo y apuñalar a cualquiera" declaró Jamie, un sobreviviente del episodio. Las primeras ambulancias comenzaron a brindar socorro en cualquier lugar donde se las requería. Estacionaban en las aceras, abarrotadas de gente herida y en grave estado de shock. Mientras tanto, la policía desplegaba un operativo de búsqueda de los agresores. Más de cincuenta efectivos armados intentan acorralarlos a la salida del histórico mercado. Se oye una cantidad de disparos “sin precedentes” provenientes de la policía hasta que los tres prófugos resultan muertos, según informó el jefe de la unidad antiterrorista, Mark Rowley. Afortunadamente se confirmó que los chalecos bomba eran falsos antes de la resolución del operativo policial. Los utilizaban como “pantalla” para obtener mayor margen de maniobra y generar más impacto. La tragedia no terminaría aún. “RUN, HIDE, TELL” este alerta ciudadano se oía repetitivamente por todo el sur de Londres, en medio del caos generalizado. Una cadena de incidentes en las cercanías de la ciudad se relacionó con el hecho, no obstante, las sospechas acaban disipándose a lo largo del día. A la 1:23 de la madrugada, se producen cuatro explosiones controladas en la zona de London Bridge, como parte de una maniobra policial. Luego de unas horas se confirma el fallecimiento de ocho personas víctimas del atentado y otras 48 en estado crítico o con heridas de consideración. La población de Inglaterra, horrorizada y envuelta una vez más en actos de terrorismo, se abraza a la colaboración ciudadana; se organizaron donativos de sangre y han salido a la luz diversos testimonios de “héroes anónimos” que socorrieron, contuvieron e incluso se enfrentaron a estos tres individuos autores del horror y de la pérdida de tantos inocentes. La población entera se ha movilizado frente a esta tragedia, algunos artísticamente, interviniendo el puente de Londres con mensajes de paz escritos en tarjetas “post.it”. Resultaron detenidos 12 sospechosos, que luego de que se realizaran las correspondientes investigaciones fueron liberados -hace apenas unas horas- de la custodia y sin ningún tipo de cargos. El ataque, ocurrido dos semanas después de Manchester, dos meses de Westminster y a sólo cuatro días de las elecciones legislativas, fue reivindicado por el grupo yihadista del Estado Islámico a través de su agencia de información “Amaq”. Advirtieron que este atentado fue con motivo de venganza. Según figuraba en un montaje fotográfico, distribuido por la propia agencia, en el que se podía observar la siguiente frase: "Venganza. No hay compromisos en la seguridad de los musulmanes".
Frente a la ola de atentados terroristas vividos en el mundo, debemos destacar el accionar colectivo; la cooperación frente a estos terribles desastres es lo único que puede salvarnos. Es evidente que la finalidad de los ataques es provocar el pánico, crear un estado de desestabilización. Sólo cuando, presos del pánico no podremos accionar, será el momento en el que el terrorismo ganará. Londres, como tantas otras ciudades que son atacadas día a día con la pérdida de numerosas vidas, se enfrentan a este flagelo desde hace tiempo. Por este motivo, es necesario investigar, analizar las cuestiones que originan la expresión del extremismo, así como las acciones que se realicen para disminuir los ataques. El modus operandi de los ataques terroristas parece ser cada vez más amplio, la particularidad de este atentado se centra en la utilización de nuevos medios de uso corriente que pasan desapercibidos entre la población, como la irrupción con vehículos “coche bomba”. El atentado que ocurrió en el estadio Manchester Arena, justo cuando había acabado un multitudinario concierto de Ariana Grande, no está exento de un nuevo análisis. El público de la cantante era mayoritariamente juvenil, por lo que el impacto que generó la tragedia fue mayor ante la muerte de niños en un concierto. Las víctimas, el lugar y la manera en que se cometió el terrible atentado, todo fue insospechado. Se debe continuar con las investigaciones sobre dichos ataques para que esto no vuelva a ocurrir. En Londres, si bien el alerta continúa, otros hechos como el de Barking se mantienen aislados, sin pruebas de una conexión directa con el atentado en London Bridge, por lo que se decidió no elevar la alerta terrorista a nivel crítico y preservar la calma.