MÁS ALLÁ DE LOS ACUERDOS DE PAZ EN LA HABANA Por: Juanita Peñuela Cadavid “Que tus decisiones sean un reflejo de tus Esperanzas, no de tus miedos” Nelson Mandela
En abril de 1961 se organizó la primera Conferencia Guerrillera del grupo que más adelante sería conocido como Fuerzas Armadas Revolucionarias – Ejército del Pueblo (Farc – Ep), guerrilla colombiana que el pasado lunes 26 de septiembre firmó la paz con el gobierno de ese país. Su lucha armada se extendió por algo más de 60 años, como respuesta a un sistema político cerrado, dominado por los dos partidos tradicionales de Colombia: el Partido Liberal y el Partido Conservador. Tras múltiples intentos de negociación por parte de distintos gobiernos colombianos, fue en La Habana (Cuba) donde finalmente fue posible lograr un acuerdo de paz que, se esperaba, constituyera el principio del fin al conflicto armado con la guerrilla de las Farc – Ep. El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera fue refrendado este 2 de octubre por los ciudadanos colombianos, quienes finalmente se decidieron por no probar los acuerdos de paz de La Habana1 . El mecanismo de refrendación elegido por el Gobierno fue el plebiscito, una figura de participación ciudadana que busca consultar a la ciudadanía sobre un tema de especial importancia para el gobierno. Sin embargo, dicho mecanismo – junto a las campañas que distintos partidos políticos y grupos sociales han adelantado por el “si” y por el “no” – agudizó la profunda división social que históricamente ha vivido Colombia y que, paradójicamente, volvió a surgir alrededor del tema de la paz. Uno de los mayores peligros para el posconflicto en cualquier conflicto del mundo es la politización de los acuerdos de paz, pues el componente democrático – si bien es necesario – no es suficiente. En Colombia, dicha politización gira alrededor de dos figuras políticas importantes: el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, y el presidente Juan Manuel Santos. Ambos desplegaron su maquinaria electoral en todo el territorio nacional para impulsar el “no” y el “si”, respectivamente. Sin embargo, es necesario que 1
El “No” ganó con el 50,23% y el “Si” obtuvo 49,76% de los votos.
la paz trascienda del componente político, dando paso a una diplomacia desde lo civil, es decir, a una ciudadanía involucrada en el proceso de negociación, refrendación, implementación, construcción y consolidación de la paz. En ese sentido, ¿qué rol debería ejercer el ciudadano colombiano después del resultado del plebiscito, en el que no fue aprobado el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera? La diplomacia multisectorial (o multi – track diplomacy) es un concepto diseñado para entender el rol de todos los sectores de la sociedad en la construcción de paz. Su importancia radica en entender cada sector como la parte de un todo y, en ese sentido, a la sociedad como un entramado de relaciones vivas. Así, los gobiernos locales, los profesionales en resolución de conflictos, los empresarios, los medios de comunicación, el ciudadano de a pie, los educadores, activistas, grupos religiosos, fundaciones y el gobierno son actores importantes sin los cuales no es posible construir paz. En Colombia, sin embargo, no ha sido posible la inclusión de todos los sectores debido al sectarismo político mencionado con anterioridad. Por ello, resulta relevante resaltar algunos casos en los cuales fue la sociedad civil la que impulsó iniciativas locales de paz que permiten pensar más allá de la formalidad contenida en el Acuerdo Final e impulsan a la ciudadanía a ejercer su deber democrático de participar las decisiones socio – políticas de la sociedad en la que viven. Experiencias de construcción de paz local En 1980 murió Josip Broz Tito, el Jefe del Estado de Yugoslavia. Su muerte constituyó el detonante de un conflicto latente desencadenando el surgimiento de nuevos líderes nacionalistas que buscaron la independencia de sus territorios. Ante una coyuntura independentista por parte de los estados yugoslavos, Serbia decide quitarles la autonomía a Kosovo y Vojvodina, agudizando las tensiones entre los demás estados. A ello se sumó la independencia de Croacia y Eslovenia en 1991, y de Bosnia y Herzegovina un año después. Éste fue el evento detonador para que el liderazgo nacionalista del presidente serbio, Slobodan Milosevic, iniciara su ofensiva militar en territorio Bosnio con el objetivo de crear una “gran Serbia”, para lo cual sería necesario exterminar a todo aquel que perteneciera a un grupo étnico diferente. Como
consecuencia, el gobierno de Milosevic fue artífice del genocidio musulmán en Bosnia y Herzegovina, fracturando aún más a una sociedad étnicamente diversa. En 1995 se firmaron los Acuerdos de Dayton, permitiendo establecer nuevas fronteras nacionales y acabando con las confrontaciones violentas. Sin embargo, las disputas étnico – religiosas continuaron expresándose en los barrios y refugios de Bosnia y Herzegovina. Por lo anterior, el gran reto tras el final de la guerra ha consistido en la unificación de la sociedad en torno a relaciones que no enfaticen en sus diferencias, sino en sus puntos en común. Así, surgió el proyecto “Open Fun Football School Project”, fundado por el ex jugador de fútbol Anders Levinses con el apoyo de Cross Culture Project Association. Este proyecto inició en Bosnia en 1998 con el objetivo de facilitar la cooperación interétnica de musulmanes, serbios, bosnios y croatas que viven en Bosnia. Al principio, el proyecto creció lentamente debido a barreras las barreras étnico – culturales. Así, por ejemplo, había niños que se vestían de manera distinta por ser musulmanes y ellos generaba dificultades para que los demás se integraran con ellos. Sin embargo, el proyecto introdujo el fútbol como elemento unificador, constituyéndose en torno a la idea de la comunicación y la transformación de las relaciones. Hoy, el proyecto cuenta con voluntarios y con la participación de niños y niñas de diversos grupos étnicos y religiosos, constituyéndose como una iniciativa de construcción local de paz exitosa. Otra experiencia de construcción local se encuentra en Colombia, en el municipio de Marquetalia ubicado en el departamento de Caldas. Este departamento está ubicado en una región conocida como El Eje Cafetero. Sin embargo, durante la década de 1990 el país se vio ante una crisis cafetera que afectó a los caficultores tradicionales, agudizando la pobreza en la región y la expansión de las guerrillas y grupos paramilitares. Lo anterior dio pie al crecimiento sostenido de cultivos ilícitos, reemplazando los cultivos de café en Marquetalia y trayendo consigo mayor inseguridad y una crisis social evidenciada en la población joven del municipio. Así “en 2003 se gestó un acuerdo entre el Gobierno municipal y los cultivadores de coca del municipio, el ‘Pacto ciudadano por la recuperación de Marquetalia: Marquetalia Campo 100% legal’” (Peralta y Lázaro, 2010).
Marquetalia 100% surgió como una iniciativa ciudadana para recuperar los cultivos de café y la seguridad social del municipio. La erradicación de los cultivos de coca fue efectuada manualmente, por parte de los campesinos del municipio y contó con el apoyo de la Alcaldía municipal. Fueron los agricultores los que tomaron la iniciativa de transformar las relaciones sociales a través de la cooperación. Gracias a ello, fue posible cambiar los cultivos de coca por cultivos de aguacate, cacao, plátano, caña panelera y cafés especiales. El pacto ciudadano por la recuperación de Marquetalia constituye un ejemplo exitoso de construcción de paz local, en la cual la diplomacia multiactor funcionó y permitió la reconstrucción de una comunidad cafetera afectada por la presencia de actores ilegales del conflicto armado colombiano. Conclusiones Bosnia y Herzegovina, y Marquetalia (Caldas) son tan solo dos ejemplos de los múltiples que existen en el mundo sobre iniciativas ciudadanas para la construcción de una paz estable y duradera. Ambas iniciativas deben servir de ejemplo para la ciudadanía colombiana que se encuentra ante la incertidumbre de un posconflicto, la politización social y el inicio de campañas presidenciales el próximo año. Si el ciudadano colombiano verdaderamente quiere ver un país en paz, debe comprender cuál es su rol en este proceso y no limitarse a delegar todas las responsabilidades a las élites políticas de su país. La democracia implica, entre otras, el deber de participar más allá de las urnas y de los periodos electorales. Por ello, resulta imperativo tener una visión más allá de los Acuerdos de Paz de La Habana y comprender, así como lo hicieron en Bosnia y Herzegovina y en Marquetalia (Caldas), que la paz requiere más que una iniciativa política. La ecuación está incompleta si no hay iniciativa ciudadana.
BIBLIOGRAFIA: Peralta, C & Lázaro JL (2010) Marquetalia 100% legal. Una experiencia satisfactoria de erradicación manual de cultivos ilícitos. En: Gamboa, C (2010) “El tránsito hacia la paz: de las herramientas nacionales a las locales. Estrategias de la transición en cinco países y en tres ciudades colombianas” GTZ. Bogotá, Colombia. Sennet, R (2003) El Respeto.
Schweitzer, K & Kristajánsson, T(2014). Cross Cultures Project Association’s Good Governance Strategies in Bosnia & Herzegovina. Healing a country torn apart by ethnic massacres with football, Copenhagen Business School. Master Thesis. Udsholt, L & Nicolajsen, B (2011) CCPA’s Open Fun Football Schools Programme. Evaluation Study. Copenhagen, Denmark Bush. R.A & Folger J.P (2006) “La Promesa de Medicación”. Capítulo 4 Cambiar a la gente, no sólo las situaciones. Una visión transformadora del conflicto y de la medicación Pp. 129 – 149. Granica Ed, Buenos Aires McDonald, J & Diamond, L (2003) Multi - Track Diplomacy