“¿Otra vez tras el espejismo neoliberal? América del Sur, sus actores y tensiones” Sobre Aronskind, Ricardo1 Por: Luisa Fernanda Herrera2
La relación entre lo que el autor denomina el “norte global” y América Latina es pieza clave en el contexto neoliberal. Dicho vínculo sigue sin llegar a ser ni igualitario ni equitativo, ya que no hay un interés por parte de esos núcleos de poder globales del norte de llevar a cabo una verdadera estrategia “benévola”, global y hegemónica hacia el interior de la región latinoamericana, al modo de lo que fueron en su momento, un Plan Marshall, una Alianza para el Progreso o una Unión Europea. Por el contrario, lo que está erguido en el panorama actual es una propuesta que siempre pone y deja en desventaja a América Latina, que además, no tiene mucho margen de decisión. (Aronskind, 2015, págs. 24-25) No sólo los lineamientos del proyecto pensado por ese “norte global” para con América Latina, estrechan las posibilidades de crecimiento y desarrollo de los países de la región, sino también el pensamiento subordinado y dependiente de las elites de poder internas y locales, que solo entienden y ven posibles dichos desarrollo y crecimiento a través de una planificación comandada por el norte, en la que no hay frontera alguna, ni poder que regule
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Es Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires y Magíster en Relaciones Internacionales por FLACSO. Investigador-docente en la UNGS (IDH, Área de Política) Actualmente se encuentra cursando el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Es Coordinador del Programa PISCO (Programa de Seguimiento de la Crisis del Orden Mundial) del Instituto de Desarrollo Humano de la UNGS, 2009-2011. 2
Antropóloga y politóloga de la Universidad Icesi (Cali, Colombia). Actualmente, investigadora en la Consultoría Mente Inter-Nazionale (Buenos Aires, Argentina). Maestrando en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social-FLACSO-Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: luluberstein@gmail.com
(Estado), sino solo un gran mercado global. Las burguesías latinoamericanas tienen una visión corta o acotada, y no están pensando en el conjunto social entero que comprende una Nación, sino que tienen su ‘cabeza puesta’ en negocios particulares con productos específicos que son potencialmente competitivos, y en fracciones y sectores empresariales que ponen en los mercados del norte a través del comercio liberalizado, aun cuando sea inminente la destrucción masiva de muchos otros sectores productivos de cada país. (Aronskind, 2015, págs. 22-23) Falta entonces una efectiva inclusión de todas esas grandes mayorías.
Según el autor, en el mundo neoliberal, América Latina no está contándole al mundo global, una historia diferente, ni mucho menos novedosa; empresa en la que si se han embarcado países del Este Asiático como China, e India, también Rusia. Estos últimos países están hablando de una cooperación bilateral (de igual a igual) con el “norte global”, en los campos de infraestructura, tecnología, defensa, turismo, formas de financiamiento que son genuinas y procesos que tienen su desembocadura en el desarrollo óptimo. Estos países están brindándole al mundo globalizado y neoliberal, una propuesta. A la inversa y para desventaja de sí misma, América Latina solo está relatando de manera diferente todo el proceso de desposesión que lastimosamente ha tenido que vivir y que pareciera ser la “columna vertebral” de su Historia. (Aronskind, 2015, pág. 23) Latinoamérica sólo cuenta una historia que no deja de ser repetitiva, y ya convertida en eco para los países que gozan de hegemonía global.
Argentina no es un islote que se salve de este huracán neoliberal. Bajo el modelo neodesarrollista (2002-2015) existía la premisa de que la inversión y los altos niveles de empleabilidad eran efectos de cada vez, mayor y mayor consumo; en el transcurso de esos años se generaron alrededor de 4.000.000 de nuevos empleos. Satisfecha la necesidad de
dar empleo al gran conjunto de la población, surgieron, como era de esperarse, nuevas demandas sociales que pedían, por ejemplo, mejoras en el transporte público, y una clase agraria conservadora (que siempre existió), opuesta a un proceso de industrialización exacerbado. La subestimación de esas demandas sociales, aunado a la existencia de un círculo de poder muy cerrado de toma de decisiones,3 llevó y lleva siempre, inevitablemente, a una red de ‘corruptela’. Lo expuesto por Aronskind en su texto, en el nivel macro, tiene todo que ver con lo que se sucedió en Argentina, viéndola con lupa y como un caso en su particularidad a nivel micro: el país no tiene una propuesta neoliberal distinta, y siempre ha estado en una relación de desventaja y disparidad con el “norte global” hegemónico.
Bibliografía: Aronskind Ricardo. (2015). “¿Otra vez tras el espejismo neoliberal? América del Sur, sus actores y tensiones”, en García Delgado, Daniel y Ruiz del Ferrier, María Cristina (comps.) (2015), Estado y Desarrollo inclusivo en la multipolaridad. Desafíos y políticas públicas. Documento de Trabajo nº2. Área Estado y Políticas Públicas. FLACSO Argentina. Buenos Aires, FLACSO. Págs. 21-26.
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Estos actores, trasladándolos al texto de Aronskind, hacen las veces de aquellas elites latinoamericanas ‘entusiastas’, portadoras de una visión fragmentada, puntual, y particularista de las posibilidades económicas y comerciales que no tienen en cuenta el resto de la población. (Aronskind, 2015, pág. 22)