PLATAFORMA CONTINENTAL ARGENTINA RENOVADA Por: Esteban Covelli1 Hace ya cien años el Almirante Storni de la Armada Argentina publicó un libro titulado “Los intereses argentinos en el Mar”. Esta obra, condicionada a la idiosincrasia de la década del ochenta buscó explicar por qué los argentinos debían mirar hacia el océano y no encerrarse en las limitaciones del continente. Su intención era, explícitamente, la germinación de los ideales marítimos en el pueblo argentino. El 28 de marzo del 2016 la República Argentina obtuvo un triunfo en la arena internacional digna del orgullo del citado autor: Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), órgano técnico creado por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), con sede en Naciones Unidas (Nueva York) aprobó por consenso los límites propuestos por el Estado argentino hacía ya siete años. Este triunfo tiene una enorme importancia geopolítica, ya que pone bajo jurisdicción argentina la potencialidad de administrar, proteger y explotar bajo sus leyes recursos minerales, vegetales y animales que antes se encontraban bajo el régimen de Alta Mar. Para tener un acabado entendimiento sobre lo que implica este reconocimiento se deben considerar varios factores: la definición de lo que es la Plataforma Continental (PC) según el Derecho del Mar, las implicancias políticas que tiene hacia dentro del país y las reacciones en el resto del mundo. Los nuevos límites bajo jurisdicción argentina deben ser entendidos directamente como una expansión territorial: la soberanía argentina no se expandió hacia nuevos espacios observables a simple vista, sino que el Estado adquirió derechos y responsabilidades sobre su plataforma continental. Ahora bien, esto plantea grandes interrogantes, como ¿qué es la Plataforma Continental? ¿Qué implican esos derechos y responsabilidades? La PC es una figura del Derecho Internacional Público (contemporáneo) creada en el Convenio de Ginebra de 1958 y a partir de la Convención Internacional del Derecho del Mar de 1982, también conocida como Convención de Montego Bay, de la cual Argentina es miembro. Los derechos de soberanía otorgados por esta figura justamente se limitan a la exploración y explotación de los recursos naturales comprendidos en el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas adyacentes a su mar territorial. Esto no abarca la superficie del mar ni sus aguas. Por ende, hay que comprender que los derechos circulación y pesca se encuentran liberados para toda nación del mundo, esto es debido a que la condición jurídica de las aguas suprayacentes de la Plataforma Continental no es afectada por los derechos del Estado ribereño. En otras palabras, la importancia geopolítica de la posesión de grandes extensiones de plataforma continental no es el dominio de estas, sino el acceso exclusivo a las reservas de recursos naturales y posibilidades de investigación científica sobre dichos lechos. En el 1
Estudiante avanzado de la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Rosario.-
caso particular argentino, no sólo es conocido el potencial de hallar reservas de hidrocarburos, sino también por la biodiversidad que habita en dicho suelo, importante por ejemplo para industrias como la farmacéutica, y vetas de diferente tipos de minerales.
Un punto a destacar es que la PC se mide desde la línea de base (costa) hasta trescientas cincuenta millas náuticas hacia mar adentro, o cien millas náuticas contadas desde la isóbata (o profundidad) de dos mil quinientos metros abarcando todas las figuras jurisdiccionales de menor escala (Mar territorial, zona contigua y zona económica exclusiva). Particularmente, la configuración geográfica argentina se destaca en que la pendiente en la que se sumerge su plataforma es muy leve comparado a la mayoría de los países. Esto genera que posea una de las PC más grandes del mundo y, en esta inmensidad, surge la necesidad del enorme trabajo de medir las profundidades en diferentes puntos del mar para poder delimitar lo más precisamente posible los alcances jurisdiccionales del Estado. El Estado argentino, junto a muchos países latinoamericanos, como Chile, y otros países en desarrollo, tuvo un rol importante en lo que refiere a la creación de esta figura. Justamente, el General Juan Domingo Perón, planteó, en paralelo a la declaración del presidente norteamericano Truman, que los recursos naturales del suelo y del subsuelo de la plataforma continental en la alta mar más allá de la zona contigua pertenecen al Estado ribereño y están bajo su jurisdicción y control. La determinación sobre cuál debía ser su extensión fue también una coincidencia entre los Estados como la Argentina y aquellos como Chile. Es decir, Estados cuya plataforma continental tiene una pendiente poco pronunciada, brindándole grandes extensiones; en contraste a aquellos cuya pendiente es muy pronunciada, por lo que la plataforma es muy pequeña.
Justamente, luego de años de trabajo, en el 2009, la Comisión Nacional del Límite Exterior de la PC presentó ante la comisión de las Naciones Unidas el último estudio sobre la isóbata de 2.500 metros para su evaluación y aprobación. Luego de unas jornadas de debate, la mencionada comisión procedió a aprobar la generalidad de los límites propuestos por la delegación argentina junto a otras propuestas de terceros países para con sus propias PC. Partiendo ahora por las implicancias políticas hacia dentro de la la República Argentina sobre esta novedad, se pueden apreciar dos fenómenos: el momento en que salió y su origen. En lo que respecta al tiempo y forma, fue una fortuna para el gobierno Mauricio Macri conseguir una buena noticia debido a que su popularidad estaba bajando profundamente debido a las medidas poco populares de austeridad y aumento de tarifas que se estaban llevando a cabo. Algunos críticos del gobierno llegaron a mencionar que la nueva PC fue impulsado para lograr una distraer a la población de lo que estaba ocurriendo hacia el interior. Pero esto es erróneo, ya que la Comisión de las Naciones Unidas se reunió de forma independiente, y enfocada a revisar varias propuestas de distintas partes del mundo, siendo la presentación de la delegación la única intervención argentina Si bien este impulso positivo hacia su gestión les dio un corto respiro, lamentablemente iba a menguar ante la aparición de los escándalos de los “Panamá Papers”. Por otro lado, la presentación de los nuevos límites propuestos ante la CLPC fue realizado el 21 de abril de 2009. Recién en agosto del 2012 se formó la Subcomisión para el estudio particular del caso argentino. Finalmente el marzo del 2016 se llegó al fallo de la Comisión en favor de la Argentina. Es decir, que el proceso dentro de la ONU duró unos 7 años, siendo representado y defendido por el gobierno anterior. Más aún, los estudios llevados a cabo sobre la configuración del lecho marino se remontan a unos 20 años atrás, lo que significa que, en realidad, no debe ser considerado exclusivamente un triunfo del gobierno macrista, sino que fue el fruto de una política de Estado constante en la defensa de los intereses argentinos en el mar. Esto último fue reconocido por diferentes funcionarios, como el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, agradeció a todos los involucrados, “especialmente al gobierno anterior” Si bien, como se ha mencionado previamente, se aprobó la mayor parte de los puntos propuestos, el organismo internacional se reservó el derecho de brindar decisiones en aquellas zonas que aún permanecen en disputa. Es decir, la comisión decidió optó por darse incapaz de examinar y calificar las partes de la presentación que eran objeto de la controversia y las partes que estaban relacionadas con la plataforma continental accesoria a la Antártida y zonas de Malvinas (donde los reclamos de soberanía se encuentran congelados). Pero esto no evitó que se plantee el debate sobre la superposición de las islas Malvinas sobre la PC argentina. Tanto el gobierno británico, como el gobierno colonial de las islas y la prensa manifestaron su desaprobación y preocupación sobre el decreto de las naciones unidas. El Primer Ministro David Cameron, por ejemplo, ha desestimado las alegaciones de la Argentina a las aguas que rodean las Islas Malvinas como una "especulación “, comprometiéndose a defender los “derechos de los isleños”. En ésta línea, no rechazan la noción de los nuevos límites, alegando que se debe encuadrar dentro de la discusión de la soberanía.
Pero estos reclamos no son nada novedosos, ya que el hecho de que las islas Malvinas se encuentran sobre la PC argentina es uno de los fundamentos constantes en los alegatos argentinos en toda oportunidad. Por otro lado, si se mantiene el status quo actual, y en beneficio para los británicos, las islas no quedan específicamente rodeadas por “aguas argentinas”. Como se ha dicho previamente, el concepto de PC comprende exclusivamente el lecho y subsuelo marítimo, por lo que las aguas suprayacentes no le corresponde per se a un Estado en particular. Es decir, que la circulación desde y hacia las islas hacia el este se encuentra todavía liberado. En síntesis, la resolución de la Comisión de las Naciones Unidas brindó a la Argentina derechos sobre un extenso territorio, expandiendo su PC un 33%, la cual rodea las islas Malvinas. Pero esto no significa que sea soberana sobre las aguas que la rodean, ni tenga estos mismos derechos en el lecho sobre la cual están asentadas las islas, ya que la misma declaración de la ONU se reconoce incapaz de decidir sobre estas superficies al existir todavía un conflicto de intereses entre dos Estados aún sin resolver, como también agregó que los reclamos sobre los territorios antárticos se encuentran supeditados a los límites impuestos por el tratado antártico.