UNA ODISEA SIN REFUGIO Por: Luisa Fernanda Herrera García1 La idea con ésta nota no se enfoca en tomar una posición política ni de derecha, ni tampoco de izquierda; lo que busca entonces es dar importancia total y absoluta al sentido mismo de la humanidad, de la diversidad política, social, religiosa, cultural, y de la responsabilidad social, política y ciudadana que nos compete y nos convoca a todos como miembros de una sociedad, cualquiera que esta sea y en cualquier sitio que se desarrolle. Y ¿Qué coyuntura es más propicia para hablar de humanidad que la de la crisis de los refugiados en Europa?2 Lo que se ha visto, se ha percibido y se prevé en un futuro no muy lejano dentro de la Unión Europea, ha sido la toma de fuerza y forma en un solo cuerpo institucional de una política xenofóbica e islamofobica que no solo ha sido y es característica de los partidos de extrema derecha de los distintos países europeos, sino que también ha permeado la política de izquierda. Lo anterior se puede ver reflejado muy claramente en el discurso político de algunos mandatarios que sin expresarlo abiertamente han permitido a los ojos y oídos de los mass media ver y escuchar a los más de 800.000 refugiados en Europa, de origen musulmán en su mayoría, como una “plaga”. De países como Siria, Afganistán, Irán, y Libia, llegan primero a las costas de Italia y Grecia, quienes logran sobrevivir después de muchas hazañas, arriesgando su vida, cruzando el Mediterráneo, decenas, sino cientos de miles de refugiados provenientes de aquellos países del norte de África y el Oriente Medio; se ha dicho y comentado entre distintos habitantes y ciudadanos europeos que es esta la peor crisis migratoria que ha sucedido desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Médicos, estudiantes, periodistas, entre muchos otros llegan a las puertas de la Gran Europa, huyendo de la guerra y la miseria que se ha desatado en sus países de origen a
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Antropóloga y Politóloga Algunas de las fuentes audiovisuales usadas durante el desarrollo de este escrito fueron: https://www.youtube.com/watch?v=9kp-aPFOkug https://www.youtube.com/watch?v=Y00V0Nc0R5M 2
partir de una política exterior irresponsable que durante los primeros años del siglo XXI comenzó con la intervención militar de Estados Unidos en Irak y su posterior guerra. Una guerra y miseria de las que es posible y plausible culpar a los Estados Unidos y en la que los países que conforman la Unión Europea han sido la parte y el todo. La ruta de los refugiados tras lograr llegar a las costas italianas y griegas, se orienta hacia los países que conforman la península de los Balcanes, siendo Macedonia, Serbia y Hungría el camino para poder encontrar la realización de sus sueños y el cumplimiento de sus metas en países ricos, poderosos y solidos como Alemania, Francia, Reino Unido, y Bélgica ya que sus países de origen se han convertido de un tiempo para acá en un campo minado y de guerra, totales. A Serbia han llegado más de 2.000 personas refugiadas y ha sido este un país que ha manejado una perspectiva especial frente a esta problemática humanitaria y social ya que viene de un contexto histórico reciente similar de guerra que vivió durante los años 90 del siglo pasado; cosa que no sucede con Hungría, que, por el contrario, ha implementado un control fronterizo como existió en la Guerra Fría, a través de la construcción de un muro y la colocación de mallas por doquier, además de los controles, intimidaciones, asesinatos, y amedrentamientos llevados a cabo por la policía. Pero más allá de los controles fronterizos, el flujo migratorio, y las políticas xenofóbicas que se ponen sobre la mesa al descubierto, lo que más debe importar, preocupar y pesar de la situación y coyuntura de los refugiados en Europa es la crisis humanitaria que viven todas y cada una de estas personas, abandonadas a su suerte, sin un solo plato de comida durante días enteros, mucho menos sin techo, ni refugio, sin contar con ningún tipo de servicio público, y viviendo en las calles y parques; es esa crisis humanitaria el problema más urgente que debe encarar y enfrentar la Unión Europea, y es ese problema al que menos quiere y ha prestado atención y reparo ya que los intereses económicos de los países Europeos se han desembolsado y materializado en el hecho de sellar, frenar, cerrar, limitar, y detener la entrada de esa “plaga” de refugiados, antes que proteger, ayudar, y solidarizarse con aquellos, supliendo sus necesidades básicas y más humanas como lo son la comida, un techo que los salvaguarde de las bajísimas temperaturas del oriente de Europa y la prestación de los servicios públicos elementales como el agua potable.
En la zona fronteriza que separa Serbia de Hungría se han erigido y levantado mallas y muros por doquier bordeando la frontera entre ambos países y convirtiendo en toda una osadía el paso de los refugiados, en su camino hacia el siguiente destino: Hungría. No solo es Hungría sino también Bélgica y otros países de la Unión Europea quienes han implementado un control fronterizo abierto, directo y sin ningún otro tipo de denominación. Esa situación lleva a pensar en dos elementos importantes: el primero, es el cuestionamiento y la puesta en duda del tratado de Schengen ya que a través de la coyuntura de los refugiados en Europa se puede visibilizar claramente como el paso y el flujo de personas de un país a otro dentro de la Unión Europea se inhabilita y se falsea, lo que lleva a pensar ¿Quiénes son entonces los sujetos e individuos aptos para poder transitar libremente entre las fronteras? ¿Cuáles son las condiciones para hacerlo? Y viendo la coyuntura de los refugiados como una situación especial y particular ¿no es la misma crisis humanitaria que se ha desencadenado una razón más que suficiente para permitir su paso y su libre circulación? Hoy por hoy, uno de los continentes más ricos del planeta, Europa, tiene todas las posibilidades para resolver los problemas sociales más agudos y sin embargo, se encuentra Europa, al mismo tiempo, en un momento en el que la desigualdad entre ricos y pobres es mayor, real e instantáneamente simbólica. El segundo, es la existencia de países díscolos como Serbia que callada y simbólicamente se ha mostrado diverso (por no decir divergente) frente a los principios políticos tanto de la Unión Europea como de la OTAN, diversidad que se ha visto acentuada aún más con la situación de los refugiados. Y es que la política de la Unión Europea deja un solo embudo de paso para estas gentes que toma la forma de la península de los Balcanes; y es que tanto se debe cumplir a cabalidad el principio que reza de que el asilo es un derecho de todos y cada uno de los seres humanos, así como tanto se deben cumplir y respetar los DD.HH en las zonas de frontera. Huir de la guerra y la miseria es un derecho incuestionable, así, como vivir sana y tranquilamente en los países de origen es algo que pertenece al individuo desde el momento en el que nace; pero ha sido la geopolítica del caos que se ha tomado hasta las entrañas, países como Irak y Afganistán, la que ha dejado más de 7 millones de refugiados en África
y ha puesto sobre la mesa el fracaso rotundo de los alcances y parámetros de las políticas internacionales y globales frente a la existencia de los refugiados no solo en Europa (la bandera mayor de esa política internacional) sino en el mundo. La presencia de los refugiados en Europa es una realidad que ya nadie puede negar y es una realidad tan cierta como la cambiante situación política Europea. Los refugiados, y es algo muy triste de afirmar, se han convertido en una “plaga” con la que nadie quiere lidiar y si algún país lo hace, lo hace a “regañadientes”, como “quien no quiere la cosa”. No solo hay un temor generalizado entre los europeos sino que también es indeseado el éxodo de los refugiados hacia países como el Reino Unido. Inglaterra cubierto por el telón del Brexit, ya desde hacía tiempo, no solo ya no quería la moneda de la comunidad europea, no solo se mantuvo lejos de la comunidad europea misma, sino que también no ha querido, ni quiere, ni querrá la inmigración transfronteriza (un elemento característico del hecho de pertenecer a la Unión Europea), ni muchísimo menos, un éxodo de más de 2.000 refugiados que se encuentran hacinados en el campamento de Calais en la zona fronteriza entre Francia y Reino Unido y que en caso tal de que se afirme y se confirme la salida de Inglaterra del bloque comunitario con la aprobación del Brexit, tendrán que lidiar con nuevas restricciones fuera del suelo francés, siendo su objetivo primordial, pedir asilo en el Reino Unido. El Brexit es un arma de doble filo que en caso tal de aprobarse, deja en el “limbo” la situación futura y cercana de los refugiados, ya que con el sí, la amenaza del gobierno francés frente al fin de la permanencia de los refugiados en Calais es inminente. En medio de las posibilidades (que no existen para los refugiados aún en el tiempo presente), se podría pensar que tras la aprobación del Brexit, el Reino Unido cierre de igual manera sus fronteras y por el contrario, se le dé un sí a la violación de los DD.HH. La pregunta del millón es que se firme o no el Brexit ¿Cuáles son realmente las posibilidades con las que cuentan los refugiados? Se podría afirmar que el mejor de los escenarios es la no aprobación del Brexit por parte de los ingleses pero ¿Acaso son menores las agresiones sufridas por los refugiados en los campamentos instalados en Calais? Como se sucedió en
febrero de este año durante un violento desalojo llevado a cabo por la policía francesa. Aquí, al parecer solo queda escoger entre las vagas opciones, la “menos peor”.