REGIONALISMO DE LAS CIUDADES GLOBALES Y EL DESAFÍO DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
Por: Denise Elizabeth Velázquez1
Conocidas como la cuna del comercio, la innovación y la cultura hace varios siglos atrás, la historia no les ha quitado esa prestancia, aún si hemos transitado la era westfaliana, en la cual los Estados tomaron protagonismo. Actualmente, según Naciones Unidas, el 50% de la población mundial vive en ciudades y se supone que la densidad demográfica incrementará en un 10% para el 2030, existiendo mayor presión en los países emergentes o en vías de desarrollo. La agenda internacional nos presenta serios desafíos respecto de la pobreza, la inclusión, la igualdad de género, la contaminación, entre otros temas, y el común denominador sigue siendo las ciudades, las cuales hoy son responsables de grandes innovaciones y desequilibrios, y es en esta conjunción en la que centraré el artículo, para así mostrar cómo el ámbito subnacional se empodera y comienza a actuar para lograr un desarrollo sostenible.2 En la era de la globalización los límites delineados por fronteras se han visto desdibujados por el avance ininterrumpido de los canales de comunicación. Es así que ha comenzado a darse una suerte de desfragmentación entre ciudades, dando origen a un nuevo tipo de regionalismo, que no surge entre Estados sino entre Ciudades, ya sea por cuestiones de cooperación o bien de optimización económica. Son ciudades que se
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Maestrando en Diplomacia y Política Exterior de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) y Licenciada en Administración de la Universidad de Buenos Aires (UBA). 2 En este artículo será entendido “Desarrollo Sostenible”, según la conceptualización utilizada en el artículo “Ciudad-Región Global: Una perspectiva de la gobernanza democrática territorial”- Saúl Pineda Hoyos, Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia (p.4), como “una habilidad construida por las instituciones regionales para avanzar en una estrategia que haga compatible - en la composición máxima posible- el crecimiento económico, la calidad de vida y la cohesión social”
globalizan y comienzan a operar en red. Intercambian bienes y servicios, información, tecnología, conocimiento y buscan internacionalizarse. Este nuevo regionalismo de ciudades constituye un escenario en el cual se intenta responder a las necesidades prioritarias al interior de su territorio, el cual ya no está dividido por fronteras, sino que es flexible y dinámico y responde a los flujos de información. Esta transformación también afecta la concepción de Metrópoli, en la cual existía una gran Urbe, receptora de los privilegios de la vida cosmopolita, y comienzan tomar protagonismo otro tipo de ciudades, llamadas intermedias. Como explica Pineda Hoyos se trata de un cambio de jerarquía hacia la estructura policéntrica, propia de la red de ciudades. Pero entender lo que está ocurriendo con esta simple conglomeración de ideas no es suficiente. En 1998, Allen Scott3 desarrolló el concepto de Ciudad-Región Global, entendido como la integración de territorios con proximidad geográfica y con objetivos de cooperación. Lo interesante de este concepto es que también contempla que estas nuevas estructuras regionales, interactúan con otras regiones a través de redes globales (Pineda Hoyos, p.5). La relevancia que toma este concepto se focaliza en la idea de que hacia dentro de los Estados, las ciudades se hacen cada vez más dinámicas y se conectan con otras regiones o ciudades alrededor del mundo. Retomando el concepto de Desarrollo Sostenible, éste se presenta como el verdadero gran desafío de las Ciudades en red, de las Ciudades Globales. Compatibilizar tres pilares que la práctica parece mostrar que no tienen un equilibro conjunto: Crecimiento económico, Calidad de vida y Cohesión social. ¿Por qué considero que se trata de un gran desafío? Porque puede observarse un crecimiento exponencial de la población urbana. La presión demográfica es demasiado alta, 3
Profesor de Geografía y Políticas públicas de la Universidad de California.
especialmente en regiones emergentes que aún no han desarrollado la infraestructura suficiente y eficiente para albergar a sus habitantes. Según cifras oficiales de Naciones Unidas “828 millones de personas viven en barrios marginales”. Una de las problemáticas transversales, características de las ciudades, es la distribución desigual del ingreso. Las brechas que se vislumbran en la economía y que desencadenan deficiencia de salario, de empleo y de vivienda condiciona el desarrollo estructural. Naciones Unidas alerta que las ciudades presentan problemas de congestión, falta de fondos para la prestación de servicios básicos, escasez de viviendas adecuadas y deterioro en la infraestructura.4 La dinámica de red entre ciudades se presenta como una oportunidad para subsanar estas falencias y potenciar el desarrollo económico desde la base de la cooperación sistémica, pudiéndola entender como un mecanismo de colaboración entre centros urbanos que deciden agruparse en una región aprovechando sus capacidades y características productivas, logísticas, tecnológicas, entre otras, para construir ventajas competitivas, que permitan fortalecer a la región urbana en su conjunto. De esta forma, ciudades con estándares superiores de calidad de vida, innovación, cohesión social, pueden actuar como un agente endógeno para absorber las necesidades de inversión y recursos, entre tanto otros nodos urbanos pueden nutrirse del agente fuerte y reactivar su engranaje social y productivo. En este aspecto, la cohesión social adquiere perspectivas globales de integración, a partir de las cuales la calidad de vida mejora en cuanto mayor cohesión se logra entre las distintas ciudades de la red. Es importante comprender que para que esto pueda articularse estratégicamente es necesaria la asociación público-privada. Fomentar la interacción de las industrias tradicionales con las nuevas tecnologías, la confirmación de clusters para reactivar la economía en su conjunto, son algunas de las 4
http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/
posibilidades que se presentan. Pero también lograr una fluida comunicación entre las municipalidades. La gobernanza regional de ciudades será la llave que encienda el motor de la re estructuración. Es importante definir quiénes y cómo asumirán los costos de gestión y desarrollo. Algunos autores plantean la necesidad de desarrollar y potenciar las cualidades económicas y productivas de la región, a partir de entender como a nivel interno las distintas ciudades se nutren y condicionan entre sí. Es una suerte de diagrama de mandos, a partir de los cuales se analiza cuáles son las potencialidades de cada ciudad para convertirlas en agentes eficientes en el proceso socio productivo. Hoy, las ciudades cumplen un rol primordial en la creación y conformación de nuevas realidades. Más que nunca deben acentuar su condición de centros de innovación y ser resilientes para potenciar un verdadero desarrollo sostenible, a partir del cual se logre una transformación estructural de la calidad de vida de todos sus habitantes.