Revoluciones tecnológicas y crecimiento económico (1ra parte)

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REVOLUCIONES TECNOLÓGICAS Y CRECIMIENTO ECONÓMICO 1ra parte: “la paradoja de la productividad” Por: Jacob Mendoza1

Los acontecimientos relacionados con la volatilidad de los precios del petróleo en los últimos tres años2, reflejan en otros, la dependencia que mantiene el sistema económico actual del hidrocarburo fósil en cuestión. Si bien, en primera instancia dicho argumento no parece representar una crítica novedosa desde la perspectiva ambientalista, geopolítica o financiera, esta cobra relevancia desde el punto de vista tecno-económico (la cual, bien puede incluir a las tres anteriores).

Como he señalado en notas anteriores, la crisis de 2008 vino a demostrar que no existe una nueva onda larga ascendente para el capitalismo. Incluso, algunos autores cómo Jorge Beinstein (2009), declaran que este sistema de producción experimenta una etapa de senectud que representa sus últimos momentos en la historia de la humanidad. Recalca que los intentos por resolver la crisis y solventar una nueva era capitalista han sido fracasos continuos. La hegemonía del mercado financiero y sus fatídicas consecuencias, han demostrado que dicho mercado no se puede auto-regular, y mucho menos, se deja regular, por lo cual, una solución keynesiana no llegará porque “el Estado es impotente frente a la marea financiera” (Beinstein, 2009, p. 8).

En este sentido, se presenta una crisis capitalista diferente a las suscitadas en el pasado, en la que se conjuntan otro tipo de crisis como la energética, cuyo resultado es generar mayor especulación e inflación de los mercados (Beinstein, 2009). La tesis principal de Beinstein acerca del “era senil del capitalismo” queda abierta a próximos debates en este espacio. En este texto únicamente retomaremos su idea de la crisis energética para abordar el tema de las “revoluciones tecnológicas” y su impacto en el crecimiento económico, desde la perspectiva de las ondas largas del desarrollo. 1

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Mg. En Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México

Cfr. Seguimiento precio del petróleo SGM en: http://portalweb.sgm.gob.mx/economia/es/energeticos/precioshistoricos/695-seguimiento-precio-del-petroleo-mezcla-mexicana-mme-datos.html


Beinstein cuestiona aquellas hipótesis que asocian el tránsito entre ciclos Kondratiev3 con las grandes innovaciones tecnológicas que modifican los sistemas de producción. Siguiendo dicha lógica, cada fase ascendente del ciclo solía estar asociada a grandes innovaciones tecnológicas que modificaban la forma de reproducción del sistema. “Así sucedió durante la primera revolución industrial con la máquina de vapor y la expansión de la industria textil; a mediados del siglo XIX con el acero y el desarrollo de los ferrocarriles; a fines del siglo XIX con la electricidad, la química y los motores; y la electrónica, la petroquímica y los automóviles a mediados de los años 1940 en el debut del cuarto Kondratieff” (p. 4).

De acuerdo con el economista argentino, el desarrollo acelerado de la informática no ha cumplido hasta ahora, con ese papel restructurador, por el contrario, esta se fue a insertar en el área del parasitismo financiero. Dicha sentencia, complementa las tesis de otros autores como Robert J. Gordon (2016), cuyo argumento central es que la llamada “revolución digital” está sobrevalorada, ya que “no aporta, ni lejos, el valor añadido que aportaron las invenciones ocurridas durante el siglo dorado” (tomado de Euribor 2017, s/n). Y es que la última revolución tecnológica, dice, vino de la mano de la revolución energética, implicando con ello el desarrollo de la electricidad y el motor de combustión interna, así como el desarrollo de las comunicaciones.

Para comprobarlo, R. Gordon nos remite a los datos históricos de los países centrales, donde podemos observar que el crecimiento económico de las últimas décadas dista mucho del experimentado a mediados del siglo XX, cuando el motor de combustión interna, con su componente energético de petróleo, la electricidad y la industria farmacéutica revolucionaron el sistema de producción en masa, incrementando con ello la productividad, el PIB percápita y en general, el bienestar y calidad de vida de la población4.

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Los ciclos Kondratiev deben su nombre a Nikolai Dimitriev Kondratiev, economista ruso quien teorizó acerca del comportamiento de la economía por medio de oleadas cíclicas. Según dicha teoría existen fluctuaciones que se repiten en la vida económica cada cincuenta años (aproximadamente). De acuerdo con su investigación, la "regularidad" de estos ciclos incluye repetición en el tiempo, así como similitud y simultaneidad de diferentes series de datos a escala internacional. Su trabajo sirvió como base teórica del empresario innovador y de la destrucción creativa de Schumpeter. 4

Medido por indicadores simples como el incremento en la esperanza de vida de la población.


La tesis del economista estadounidense es comprobable en lo superficial. La posibilidad de un nuevo periodo de ascenso capitalista no se expresa únicamente en el desarrollo tecnológico, también implica una lucha entre capital y trabajo con grandes costos sociales. La expansión de las innovaciones a principios del siglo pasado requirió del quebrantamiento de la fuerza obrera, trayendo consigo el ascenso del fascismo que reconfiguró la geopolítica a través de una guerra.

A pesar de ello, Gordon posee una crítica acertada hacia los que el mismo nombra como los “tecnoptimistas”. Es decir, aquellos teóricos que hablan de una época de esplendor económico gracias a las innovaciones de la informática y productos digitales que de ella se derivan. Al igual que Beinstein, Gordon afirma que dichos inventos tecnológicos no han sido capaces de redefinir el crecimiento económico, ni mejorar de manera sustancial el nivel de vida de la población. Para ambos, los datos económicos son contundentes, no existen pruebas de tal transformación económica.

Si bien, el desarrollo de las telecomunicaciones por la innovación digital ha incrementado el número y velocidad de transacciones financieras, ello no ha impactado en la productividad ni el crecimiento económico, como lo hizo el motor de combustión interna y la electricidad en su momento. En este sentido, se presenta la “paradoja de la productividad” de Solow, donde “la era de los ordenadores se ve en todas partes excepto en las estadísticas de productividad” (Solow, 1987, s/n).

La dependencia del petróleo que actualmente mantiene el sistema económico demuestra que no existe una nueva revolución tecnológica. El desarrollo de la informática y sus innovaciones no han posibilitado el surgimiento de una nueva onda larga expansiva para el capitalismo. De hecho, a partir de la década de los 70s, cuando los precios del petróleo se incrementan, el sistema entra en una fase depresiva con periodos de crecimiento cada vez más cortos e inestables. Con la embestida neoliberal la tasa de ganancia logra restablecerse, pero no al mismo ritmo que presentaba la era dorada del capitalismo.

El reciente desarrollo de las fuerzas productivas, no se ha traducido en un aumento considerable de la producción material: la tasa de empleo crece a ritmos menores, y el nivel de vida de la población no ha mejorado. Por el contrario, la productividad se encuentra sustentada en el aumento continuo de la tasa de explotación, principalmente en los países emergentes expuestos a


la volatilidad de los capitales internacionales. Por ello, pensar que actualmente experimentamos una revolución tecnológica y una nueva onda larga expansiva es un argumento insostenible.

El petróleo, como el componente energético necesario para la industria, continúa ejerciendo un papel predominante para el sistema económico mundial. La volatilidad de sus precios afecta principalmente a aquellos países productores que exportan dicho recurso a los países industrializados. Ello demuestra que el motor de combustión interna, junto con la electricidad, continúan siendo la base de la última revolución tecnológica que comenzó hace más de un siglo.

Si bien, muchos economistas anuncian el final de un ciclo Kondratiev (4to o 5to ciclo dependiendo del autor) por la supuesta proximidad de un pico de producción petrolífero, no me parece que ello signifique, necesariamente, el surgimiento de una revolución tecnológica basada en la era digital para restablecer la tasa de ganancia e iniciar una nueva fase ascendente capitalista.

Referencias: 

Beinstein,Jorge (2009), Las crisis en la era senil del capitalismo. Esperando inútilmente al quinto Kondratieff, en: El viejo Topo, Nº. 253, Barcelona, febrero 2009

González Manuel (07 de febrero de 2017), El fracaso de la revolución tecnológica, Euribor: el blog sobre el Euribor y la economía, recuperado de: http://www.euribor.com.es/2017/02/07/fracaso-la-revolucion-tecnologica/

Gordon J. Robert (2016), The Rise and Fall of American Growth: The U.S. Standard of Living since the Civil War. Princeton, NJ: Princeton University Press, 2016.

Kondratiev Nikolai D. (1935), Los grandes ciclos de la vida económica, en: The Review of Economics Statistics, vol XVII nº 6, noviembre 1935.

R. M. Solow (1987), We´d better watch out”, en: New York Times, Book review, n° 36


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