LO QUE VIENE…. LAS SMART CITIES Por: Anabella Cingulani
Así
como
existen
autos
“Smart”,
electrodomésticos “Smart” y tecnología “Smart” también existen Ciudades “Smart”, “Smart Cities” o “Ciudades Inteligentes”. Es muy interesante ver como en un mismo concepto se engloban otros de la misma importancia ya que se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sustentabilidad. Esto implica que se adecúa a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y habitantes, tanto en lo económico, como en los aspectos culturales, naturales, sociales y ambientales. En la actualidad y de variadas formas, existen distintas ciudades que se han puesto a la vanguardia de la inteligencia sustentable. Pero para todas ellas, existe un concepto común que es el de la “preparación”. Ninguna ciudad, esté donde esté, puede transformarse en “sustentablemente inteligente” de la noche a la mañana. Es un gran proceso que necesita colaboración, interdisciplinariedad, esfuerzo y compromiso de los sectores público y privado para tal fin. Emprendedores, Universidades, ONG’s, todos unidos en pos de la innovación pero apuntando a un horizonte social. Eficiencia con innovación para elevar la calidad de vida de los ciudadanos. Esa es la premisa fundamental de todo este proceso. Algunas ciudades europeas están sustituyendo el alumbrado público por tecnología led y sensores de detección de personas que regulan la intensidad lumínica. Lo innovador del caso es que la inversión suele ser, en la mayoría de los casos, privada. Y la ganancia se produce desde el ahorro lumínico que se va generando. De esta forma, la empresa recupera la inversión. Estos son acuerdos bilaterales típicos entre Estado y empresas (o particulares)
que se realizan hoy en día. La única condición es que sea exitoso, para ser redituable y replicable en otras ciudades. La innovación en las ciudades es impulsada no sólo por los empresarios innovadores sino además por trabajadores cada vez más cualificados y por usuarios cada vez más conscientes de su consumo. Que los habitantes puedan saber cuál es su consumo doméstico de agua, cuándo el autobús llega a la parada, tener sus historias clínicas digitalizadas, medios de locomoción públicos híbridos, etc. Hacen que una ciudad de posicione mejor que otras en términos de calidad de vida; lo cual hace que obtenga mayor inversión e ingresos provenientes del turismo. Más allá de lo convencional en materia de sustentabilidad, ahora también asoman las comunicaciones como nexo fundamental en la consecución de resultados económicos positivos. El capital humano y el nivel de educación son parámetros excluyentes de una “Smart city” y de su futuro económico.
Ha quedado demostrado que las tasas de
crecimiento urbano más rápidas se han logrado en ciudades que disponen de un capital humano laboral con mayor nivel educativo.
Resulta muy enriquecedor el proyecto en la ciudad de Grenoble, en los Alpes Franceses, desde octubre de 2014, que une las innovaciones en materia de tránsito y a su vez avanza en lo referente a la reducción de la contaminación ambiental con la incorporación de autos eléctricos rentados a la empresa multinacional Toyota, al sistema de transporte. El programa se denomina "Citélib by Ha:mo" (Ha:mo es la abreviación en inglés
de
"movilidad
armoniosa").
Lo interesante de esta iniciativa es que implica una complementariedad con la infraestructura vehicular existente. Hay a disposición 70 vehículos ultracompactos eléctricos que realizan recorridos cortos que luego se combinan con el tren o el ómnibus. Que los vehículos particulares pasen a ser prescindibles, que se reduzca la congestión de tráfico y que se mejore la calidad del aire y el hacinamiento vehicular son los rectores fundamentales. Este caso ejemplificador es una de los tantos que existen en la actualidad y de la red de interconexión y complementariedad de esfuerzos que se vendrán en pos de hacer de las Ciudades, un mejor lugar para vivir.