Violencia de castas - Irene Cuesta

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EL CONFLICTO DE CASTAS EN INDIA. DE LOS MOVIMIENTOS ANTIRESERVISTAS URBANOS A LA GUERRA DE CASTAS RURAL Por: Irene Cuesta1 India se presenta ante el mundo como la mayor democracia existente, un eterno país emergente y una potencia económica y política, pero también se presenta como un país de amplios contrastes. Violencia política, de género, analfabetismo, pobreza y desigualdad económica y social, este último un punto muy llamativo dentro de una democracia pero que sin duda en India se ha llevado a estratificar dentro del sistema de castas. Las castas es una institución que en el continente Indio traspasa los límites de los Estados, las tribus, las lenguas, dialectos e incluso las religiones. Las castas engloban un conjunto de prácticas y normas que controlaban todos los aspectos de la sociedad del subcontinente y que hoy día sigue presente. Este sistema llegó al subcontinente aproximadamente en el 1000 a.c por la llegada de los pueblos arios, y desde entonces ha conseguido permeabilizar todos los ámbitos de la vida de la India. Establece no solo una jerarquía basada en el binomio pureza impureza sino también unos códigos de conducta y valores morales asociados a cada casta y que con su mitificación en algunos de los libros sagrados del hinduismo se ha asociado a conceptos como dharma y karma. El dharma, que en sanscrito quiere decir sostener, puede ser entendida como la ley moral que sostiene el universo y la cual tiene como su expresión terrena al sistema de castas, abarca la acción, la moral y los rituales que marcan la vida en el hinduismo. Sin embargo en su traducción al castellano se han igualado dos términos que da lugar a muchas confusiones, por un lado varna (clase), y jati (la casta). Se entiende que hay cuatro clases, cuatro varnas, que en sanscrito quiere decir color, brahmanes , kshatriyas, vaisyas y sudras,y fuera de estas clases, los intocables. Y por otro lado existen una serie de subdivisiones dentro de estos grupos, las castas, la jati, de estas hay miles, es la división por nacimiento y con un grupo concreto, en una localidad concreta, con una lengua, unas costumbres e incluso unos dioses propios y por supuesto una forma de vivir la religión y de orar distinta. Un sistema que controlaba todos los aspectos de la vida y ligado a esto, dos elementos para comprender su expansión y permanencia, por un lado el jajmani y por otro el panchayat. El jajmani era la estructura económica de las castas, cada jati, cada casta tenía asociadas unas tareas según su grado de pureza, así se creó una estructura de intercambios de bienes y servicios y de imposición de castas altas sobre las bajas. Un sistema interdependiente de trabajo en el que las castas altas eran servidas por las bajas 1

Lic y Mg. en relaciones internaciones.


y entorno a este sistema y para garantizar su correcto funcionamiento se encontraba el panchayat (el consejo de los cinco) que regulaba las funciones de cada casta y sancionaba a aquellos que infringían el orden establecido, el orden sagrado. El sistema de castas ha perdurado hasta nuestros días y si bien es cierto que la colonización británica introdujo unas leyes que trataban de igualar la condición social de los individuos (educación independientemente de la casta y la abolición del panchayat) además del la intrusión del capitalismo que acabó con el jajmani, lo cierto es que las cuestiones sociales de la casta aún perduran. Las razones son varias: endogamia (los miembros de las distintas castas se casan entre ellas o perderían su pureza al casarse con alguien de otra casta), jerarquía (cada uno asume su posición) y exclusión (si alterabas el orden estabas fuera del sistema de castas y por tanto fuera de la sociedad). Durante la creación del Estado de la India las castas fueron uno de los temas claves sobre todo cuando uno de los miembros que redactó la constitución de la India y que luego sería Ministro de Justicia, Ambedkar era un intocable que pudo estudiar y acuñó el término de los dalit (los parias) y lideró el movimiento de empoderamiento de los intocables y de la abolición de las castas, junto a esto hay que destacar el secularismo que Nehru dio al primer gobierno de la India. Las castas quedaron abolidas legalmente, pero sus costumbres permanecerían; para luchar contra una desigualdad y prácticas que llevaban más de 3000 años en el subcontinente se tomaron varias medidas que no estuvieron carentes de polémica. Una de estas medidas supone crear un cupo, unas “reservas” de puestos para las clases y tribus consideradas como las más desfavorecidas, algo que ellos llamarían clases catalogadas (ya que sólo se hizo un censo de clases y castas bajas). Con estas leyes el Estado reservo un 22’5% de los puestos públicos para estas clases, además de contar con una representación permanente dentro de las cámaras legislativas y un cupo para ellos dentro de universidades y escuelas. A este 22’5% hay que sumarle un 27% de puestos reservados para “otras clases desfavorecidas” que se aplicaron con la Comisión Mandal en 1990 (que incluía a otros colectivos que no entraron en la primera catalogización), de este modo entorno a un 50% de los puestos públicos están destinados miembros de clases y castas bajas. Este fenómeno ha llevado a un conflicto dentro de los círculos urbanos, estos donde el lenguaje ha sido secular, igualitario y modernizador se encuentran atrapados en una serie de contradicciones, que los atrae cada vez más al hinduismo más radical, y a reafirmar su identidad como castas altas; el miedo a quedar fuera de puestos y escuelas universitarias dio lugar a una serie de oleadas masivas de protestas teniendo como culmen una de 1990, cuando se anunció que se aplicaría la Comisión Mandal, y otra en 2006 cuando se puso en marcha.


El 7 de agosto de 1990 el gobierno anunció que aplicaría el 27% de cuota para las clases desfavorecidas recomendadas por la Comisión Mandal. Un 27% que se sumaba al 22’5% de las castas y las tribus desfavorecidas (ley que lleva en vigor desde los años 50), lo cual produjo un enfrentamiento entre jóvenes provenientes de castas altas o incluso de las intermedias que veían como un 50% de las plazas en instituciones se quedaban bloqueadas y no tenían en cuenta la meritocracia. Esta decisión supuso el comienzo de una larga serie de protestas por todo el norte de la India que se mantendrían durante 3 meses, con reacciones violentas por parte de la comunidad estudiantil, incluyendo ataques a la propiedad pública, el uso de las huelgas generales, la quema de vehículos, y el uso de la inmolación. Hasta 150 estudiantes decidieron inmolarse usando veneno o quemándose vivos, como forma de protestar contra esta decisión del gobierno. Sin embargo la Corte Suprema decidió aplazar la aplicación del informe Mandal acallando las protestas en octubre de 1990; hasta el 2006 cuando el Partido del Congreso volvió a prometer implementar esta medida de la Comisión Mandal. Estas nuevas oleadas comenzaron en abril de 2006 y duraron dos años, se continuaron diversas marchas, huelgas generales y huelgas de hambre bajo el lema: “Cree en la inteligencia, no debilites la excelencia”. Estas manifestaciones continuaron hasta 2008 cuando la Corte Suprema, aprobó y sustentó las reservas tras la litigación Ashoka Kumar Thekur contra Union of India. Así la constitución secular y sin castas reforzó aún más la conciencia de diferenciación “ellos-nosotros”, algo sin sentido, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de las clases atrasadas no viven en las zonas urbanas donde se realizarían la mayoría de estas reservas. Esta es la situación en la India urbana, la India más educada y más secularizada, la India que está más expuesta al proceso de occidentalización que trae la globalización. Sin embargo la situación en la India rural es bastante diferente, y es que la acción del gobierno no es tan eficaz y sigue existiendo una elite que domina la tierra. En el ámbito rural, este fenómeno ha ido un paso más allá, dando lugar a lo que se ha denominado guerra de castas, lucha de castas o incluso genocidio de castas. En las décadas de la post-independencia, un nuevo agrarismo hizo revitalizar las formas de solidaridad de casta, teniendo en cuenta que la gran mayoría de los trabajadores de las tierras son de casta baja y las tierras pertenecían a castas altas, se formó un tipo de violencia con grupos organizados de castas altas que asaltan a individuos u a otros grupos de castas bajas. Para comprender en su totalidad este fenómeno hay que ir al final de los años 60. Uno de los casos más sonoros en el comienzo del estallido de esta violencia fue en 1968, en Thanjavur (una de las zonas con mayor presencia comunista en India), cuando unos trabajadores de castas bajas presionaron por una subida salarial, los terratenientes trajeron trabajadores de fuera, lo cual provocó protestas por parte de las castas bajas,


esto último desató la ira de los terratenientes que comenzaron a atacar a los trabajadores y cuando estos corrieron a esconderse a un edificio, lo rociaron con queroseno y los quemaron. Murieron 20 mujeres, 19 niños y 5 hombres. Y aunque hasta 1970, esta tensión era propia de algunas regiones (sobre todo en la zona norte), más tarde alcanzó un nivel nacional debido a la insurgencia naxalita de corte maoísta. Estos ayudaron a agitar las confrontaciones entre trabajadores y dueños de la tierra; para calmar la situación, el gobierno cooperó con algunos dueños de tierras en el reclutamiento y entrenamiento de unidades anti-naxalitas, los senas. Los senas (cuyo nombre hace referencia a un guerrero hindú), se crearon para la coerción de los trabajadores, pero acabaron representándose a sí mismos como defensores de la comunidad de castas altas frente al enemigo naxalita de casta baja. Los dueños de la tierra usaron por tanto la ideología que se esconde tras la casta para hacer frente al movimiento naxalita y las aspiraciones de los pobres trabajadores de casta baja. Nombrando a los naxalitas como un movimiento de castas bajas en contra de los intereses de las demás castas. Se fundaron varias milicias según la base de la casta, Kuer Sena, Kunwar Sena, Bhoomi Sena, Lorik Sena, Brahmarshi Sena, Kisan Sangh, el frente de liberación Savarna o el Ranvir Sena. Estos fueron usados para luchar contra los naxalitas y para aterrorizar a los ciudadanos de casta baja que se sintiesen atraídos por esta corriente maoísta. La agresión perpetrada por parte de estos contra los naxalitas y los grupos que los apoyaban (dalits en su mayoría) se convirtió en una rutina en la vida de la India, y es uno de los mayores problema que afronta el país, no se trata para nada de un problema del pasado, no se debe olvidar que uno de los enfrentamientos más violentos fue en 2012, cuando el 12 de noviembre, una multitud de 1000 personas pertenecientes a castas superiores saqueó y prendió fuego a 268 casas de dalit en Dharmapuri. Y aunque muchos de estos grupos militares no puedan permitirse existir por mucho tiempo (debido a la limitación de recursos). El poderoso Ranvir Sena, fundado por la casta alta Bhumihars se ha mantenido activo durante décadas con el fin de parar a los dalit que quisiesen cambiar el statu quo y se convirtió en unos de los grupos terroristas más activos en la India. La violencia contra los dalit, contra los intocables, sigue estando a la orden del día en la India, el departamento de Justicia notificó en 2011 33.719 casos registrados de abusos contra dalit. Cifra que debería aumentarse debido a todos aquellos que no se atreven a denunciar debido a la presión de la propia sociedad. El departamento de Estado de Estados Unidos, en su informe sobre derechos humanos mundiales, concluye que los dalit son los ciudadanos más pobres, sin tienen tierras y la mayoría son analfabetos. Y aunque India trate de tener leyes igualitarias, lo cierto es que


en algunas regiones se les prohíbe usar los mismos pozos, ir a los mismos templos, las mismas calles así como grandes limitaciones al matrimonio mixto. En las zonas rurales, la segregación por casta, está a la orden del día, ya sea en transporte público, en las calles del pueblo por las que pueden caminar además de tener las peores condiciones laborales o un riesgo de ostracismo político. Se calcula que en India, hay 170 millones de dalit y miembros de tribus desfavorecidas, que siguen padeciendo la exclusión social, y muchos de estos bajo régimen de servidumbre; incluyendo el trabajo manual de letrinas, una actividad impura que está prohibida legalmente pero que es ampliamente practicada por mujeres dalit, y cuyo principal empleador es una empresa pública. La intocabilidad y los conflictos de castas son por tanto una de las cuestiones claves para el país que se proclama como la mayor democracia del mundo, tratar de eliminar las desigualdades sin crear más conflictos (como está ocurriendo con los movimientos antireservistas), se debe considerar una clave para seguir avanzando para la erradicación de la violencia tanto social como de género ya que la mayoría de los crímenes se comenten contra mujeres de castas bajas, y conseguir de esta manera reafirmarse como una de las potencias del momento.


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