El malabarista de semaforo

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El malabarista de Semáforo

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Textos, reflexiones, canciones y poemas Compilados por Menzo Menjunjes

Fascículo A LA GORRA . Colaboración consciente y solidaria *********************************************************************


Editorial Soy Menzo Menjunjes, un payaso y artista de calle nómade que siempre tuvo la necesidad de escribir sobre sus experiencias de viajes. A lo largo de estos 10 años de andar por el mundo y conocer infinidad de colegas he llegado a la conclusión de que son muchas las cosas que los artistas de calle tienen para aportar y compartir a la sociedad. Este fascículo es un extracto de Ruedo Tras Ruedo, un libro que estoy terminando y que compila textos de más de 30 artistas callejeros de diversas vertientes (semaforistas, músicos, payasos callejeros, teatreros cirqueros, etc.). Un libro que sin pretender demasiado habla de la búsqueda de la libertad, de la autogestión, de la pasión, de las elecciones de vida, del fracaso, la perseverancia, del arte como herramienta de transformación, de la migración, de las fronteras, de la magia del viajero, de la escuela de la calle, del circo de la vida, de los sueños, de la alegría y la tristeza, del encuentro y de la soledad... y de todas esas cosas que suceden en el viaje. En un mundo en el que reina la incomunicación, el arte callejero es una práctica necesaria y porque no decirlo: imprescindible. La algarabía de un ruedo callejero es la vida misma. Un aplauso espontáneo en el transporte público es romper el cerco de la indiferencia. La risa como canal de comunicación universal no tiene fronteras. Más info, contacto, dudas, sugerencias, pedidos y contrataciones: www.facebook.com/menjunjes / menzocambalache circocambalache@gmail.com Menjunjes edición especial para distribuir en el FESTI SHECA en la FLIA, FERIA DEL LIBRO AUTOGESTIVA E INDEPENDIENTE CORRALON DE FLORESTA, 11 Y 12 DE ABRIL, BUENOS AIRES 2015.

Colaborando con este fanzine ayudas a la edición autogestiva del libro Ruedo Tras Ruedo, compilación de textos escritos por artistas de calle


Un posible origen del malabarista de semáforo y su evolución en el tiempo El origen de los malabares en el semáforo es un misterio que todavía nadie ha podido develar a ciencia cierta. Muchos a los que he entrevistado en estos años , afirman que surgió en México DF y posteriormente un viajero Argentino trajo la idea para el Sur a mediados de los 90, época en que quienes hacían circo callejero se limitaban a hacerlo solo en parques o plazas. Claro que, como toda novedad fue un boom, y ya a fines de los 90 era en Buenos Aires cada vez más común encontrarse con un malabarista cuando la luz se ponía en rojo. Funcionaba tan bien que muchos se pagaron su pasaje a Europa trabajando una semana en el faro. A principios del 2000 ya existía una nueva tribu urbana de malabaristas que en su gran mayoría nunca había actuado en plazas y/o varietés, y que a diferencia de sus antecesores comenzaron su carrera como artista en el mismo semáforo. Para muchos artistas de la generación de la cual me siento parte no solo fue el primer escenario, sino un medio alternativo y autogestivo de subsistencia en una época donde la crisis del modelo neoliberal condenaba a la juventud al trabajo esclavo y precario. Luego se expandió rápidamente a Chile, Uruguay, Brasil. Se puede afirmar que se volvió un medio para que muchos podamos andar libremente y realizar el iniciático viaje por Latinoamérica. Significó la posibilidad de transformar esa obligación llamada trabajo, en un juego. A finales de la primera década del siglo 21 el artista de semáforo ya se había expandido por todo el continente llegando incluso a muchas grandes ciudades europeas y a los sitios más insospechados del mundo. El semáforo, fue y sigue siendo un espacio de ensayo, de encuentro...un trampolín que fue moldeando una forma de encarar la vida. La puerta de entrada al maravilloso mundo del arte y por sobre toda las cosas el que generó esa conciencia de que es posible vivir de lo que uno quiere. Con el tiempo muchos necesitaron buscar nuevos escenarios, poéticas o lenguajes. Y terminaron haciendo ruedos en las plazas y adoptando el viaje como una forma de vida. Pero que sin lugar a dudas los que vivimos años de hacer semáforo aprendimos de la perseverancia de salir una y otra vez cuando la luz se pone roja, a perseguir un fin y concretarlo, a intentar superarnos diariamente, y por sobre todas las cosas a llevar una vida sin patrones, con nuestros propios horarios y elecciones.


La Canción del Malabarista Empezás primero tirando un palito. Fracasás y mil veces te agachás. Así de a poquito vas viendo el progreso y a la gravedad con gracia dominás Tres simples palitos en el aire Te motivas y seguís adelante Porque no darse por vencido Parece ser el leimotivo Demostrando virtudes con aire altivo En donde los semáforos son testigos Andando en bicicleta para no gastar Mochilas que se mueren por descansar Hay muchos que viajaron al exterior Llevando sus secretos en un cajón Guardaron el tesoro moneda a moneda Y hoy en una plaza sus sueños vuelan Un viejo malabarista Un día me dió una pista En este juego siempre hay algo nuevo No hay limitación solo tu imaginación una vez que empezás ya no hay vuelta atrás No podés parar de malabarear.


Si algo sabe un malabarista de semáforo es que hacer la moneda requiere de constancia y esfuerzo. Repetir cientos de veces la misma rutina. Es en el fondo una lucha sin tregua contra la flaqueza de la voluntad propia. No hay jefes. No hay horarios. Cada uno es dueño de decidir hasta que punto quiere esforzarse en salir una y otra vez. El estrujador es aquel que se exprime a si mismo hasta quedar sin fuerzas, hasta que el cansancio le demuele la voluntad. El estrujador sabe que el camino que eligió es sacrificado pero que la recompensa es inmediata y gratificante. Hacer la moneda es como exprimir un trapo de piso a fondo, cuando parece que ya no hay más nada, siempre algo todavía sale. Facu Molina además de ser un gran poeta del lunfardo cirquero es músico, viajero y excelente malabarista. El estrujador al terminar su jornada, mientras cuenta sus monedas en alguna esquina tararea esta canción...


Estrujador Estrujador(roedor de asfalto), sonrisa al vidrio va queriéndose planchar en el farol: el tricolor!!! un despelote en el aire se armó sale un comando de José C. Paz con ramo de flores y pomada pa´l cristal, una mentita en el cruce peatonal y una moneda en algún gorro va a kerer bailar Estrujador roedor de asfalto estrujador saluda al tricolor una cometa pa´ abrochar algún botón, ke en la fosa gasta todo el cargador esperando el milagro evita salvador ultra violeta mete maña pa´l sillón llegan los pibes de ningún lugar con plastibase y querubín para manchar van compitiendo ¿quién será el nuevo crack? si no hay papeles les pinta el neandertal estrujador roedor de asfalto estrujador saluda al tricolor ESTRUJADOR, TE CREES LA MUERTE SIEMPRE JUGANDO CON LA GRAVEDAD TE EMBRUJO TU MALDICION: ABOMINABlLE LEY MARGINAL !!!! LA MALDICION DE LA CALLE!!! ESTRUJADOR SIN PATRONAL EN EL ANSES NO FIGURAS NI EN ESTA VIDA NI EN LA SIGUIENTE NUNCA TENDRAS OBRA SOCIAL Facu Molina- Tiburòn Martillo Malabarista- músico- Buenos Aires


Apuntes de una antropóloga bogotana Marian*

En muchos de los países latinoamericanos, la vida en el semáforo es una condensación de la vida de la ciudad, representa el “Microcosmos de la miseria en las ciudades”. En cada semáforo están diferentes personajes que conforman la gama de miseria y pobreza: los vendedores, el gamín, los niños, las mujeres, los desempleados, los mutilados. Todos han elegido este escenario para mostrarse al mundo, para sobrevivir, para transmitir sus mensajes, para poder ser reconocidos por los que conforman el lado opuesto de su marginalidad. Para los mismos artistas callejeros, el semáforo condensa diferentes significados: El semáforo como espacio de resistencia, como símbolo del arte, como rito de iniciación, pero también, es un escenario que aparece como un recurso inmediato a las necesidades económicas no solo de los artistas callejeros, aquellos que han elegido el arte como un estilo de vida, sino de aquellas personas, que dedicados a la economía de subsistencia, han acogido estas expresiones como una posibilidad más del rebusque: ”El semáforo nosotros lo utilizamos como un cajero automático” Chino Wilson. *www.mundaniando-marian.blogspot.com.ar

Semáforo Limpiavidrios montados en parabrisas Payasos que intenta sacar una sonrisa vendedores de los más variados hacen del semáforo un mercado

Sobrevivir es un arte en una esquina latina Buscavidas de un minuto en la jungla de cemento

Agua fresca, diario del día payasos, botanas, ¿qué necesita? Sobrevivir es un arte en una esquina latina Menzo


A Fabio Thiola, si así se escribe el nombre no lo conozco. No tengo idea si es malabarista, si es bloguero o cronista. Tampoco le pregunté si quería formar parte de esta compilación. No se si estuve bien o mal. La cuestión es que llegué a él hurgando en la página de facebook de Rio e Rúa, un colectivo de artistas callejero que se formó en Rio de Janeiro el año pasado. Para todos los que pasamos horas de nuestra vida frente a un semáforo su poema Viver de Rua es como una radiografía del malabarista callejero y para todos los automovilistas que han visto desde su coche unas clavas volando entre el caos del tráfico tal vez resulte revelador leer estas líneas.. Fabio, estoy seguro de que este libro viajará de la mano de un malabarista de semáforo y algún día llegara a ti.

Viver da rua Levantarse a horario nunca es fácil porque nadie te va a avisar. El compromiso personal es fácil de engatusar Pocas monedas de ayer hacen el desayuno… Saber alimentarse con poco no es para cualquiera El sol, la pereza, el mal humor. Es hora de agarrar los malabares y salir al mundo. Solo Amor. Semáforo Rojo. Bolas en aire con mucha chispa, sin dudarlo Se van todos sin nada dejar la mirada gachas en el celular. Pero cuando aparece la risa o alguien dice me alegraste el día me anima, me da fuerza, me llena de alegría… Al final, tengo unos pesos que da para ayudar a mí o cualquier otro que este en mi lugar

Malabarista de calle, actor de plaza viajante cósmico rumbo al infinito se preguntaran porque lo hago yo respondo porque soy finito y sé que mañana puedo estar muerto Prefiero mil veces estar aquí que trabajar en un laburo del orto donde la vida personal no vale nada con un jefe choto Dónde engañan a la gente Y roen el hueso Puedo estar sucio, sin dinero pero siempre estoy dispuesto hago de mi cuerpo un ejemplo que es posible vivir con gusto poca guita, qué importa lo que vale es la sonrisa del rostro Fabio Thiola / traducción libre al portugués por Menzo


¿El primer malabarista de Semáforo Argentino? La historia es larga, incluye varios viajes de Argentina a Belize y al revés. Yo estudie joyería y viaje un montón desde el 89. Fui a Guyana francesa, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, todo Centroamérica y me quedé en Belize. Primero fui aventurero después me volví malabarista. Una vuelta, allá por el 95, 96 nos bajamos del avión en México Df y cuando salimos del aeropuerto en el primer semáforo, veo tres chicos que se suben uno encima de otro y un cuarto chiquito se sube arriba de todo y se pone la máscara de Salinas y empiezan a saltar. Quedé impresionado. La gente les tiraba las monedas en el paso de cebra. Así conocí la manera de ganar plata en un semáforo. En ese tiempo también ví chicos haciendo malabares, acrobacias, fuego y faquirismo. Primero hice semáforo en Colombia, pero fue decepcionante. Dos años después y por necesidad lo puse en práctica cuando volví a Buenos Aires, Argentina en el 98. Se me prendió la lámpara con el 1x1 dólar peso. De artesano no me iba bien .Probé de vender los palos malabares que jugaba hacía años, desde el 91 ponele y con eso algo zafaba. Pero un día con lluvia que nos la habíamos pasado caminando Corrientes de arriba a abajo mi mujer, el nene en el carrito, el parche y yo no había vendido nada. Estábamos en el obelisco tarde una noche como a las 11 con un frío de cagarse y se me ocurrió pedirle la gorra a un brasilero que vendía mates. Me la prestó y me paré en el semáforo. Malabareé, me pase del tiempo y nadie me dió nada. La segunda ves me medí más y me dieron. En una hora hice la plata para pagar el cuarto y al fin comimos mi mujer él bebe y yo. De ahí en más me dedique a jugar los devil sticks en semáforos porteños. Desarrollé técnica vestuario y organicé los trucos. Hacía más de 100 dólares al día. Mi parada era en Palermo por donde están los travestis. Llegué a hacer realmente mucha plata. En la segunda Convención Argentina de Malabares ya se habló del tema y los compañeros de Argentina y otros países empezaron también con este movimiento. Cada semáforo incluye una emoción. Yo llegué a un Satori. Haciendo semáforos nunca fuí tan felíz ni me sentí tan satisfecho. Hoy hay mejores que yo pero la historia más linda fue cuando un loco de Rosario me reconoció y me dijo que gracias a mi el podía darle de comer a su familia. Casi lloro. Me siento muy satisfecho y muy contento de haber encontrado una manera honesta de categorizar al viajero. El semáforo en si tiene un secreto más allá de lo que hagas y la dificultad es la sensación que produces. El semáforo es un formato de guerrilla del arte. Hoy vivo en una isla en el Caribe de Belize. Soy artesano y joyero.

Omar Barreto


El aplauso es para Uds. (extracto) La conexión real* ...Ellos recorren las calles, Si lo sienten expresan al sol, Al son del viento, Bajo La Luna y No Hay Quien... Los Detenga. Presos De Sus Obras y Entre Puentes Que Hacen Esa Conexión... Pasión, Mil Argumentos, Sentimiento y Fe... Representan... (Urbanse) La función es diaria no hay temporada Ni temporal que haga que frene su actuación trajo la ilusión a esta calle apagada bajo este sol te regalo una sonrisa y NO! pagaste nada. No diste un aplauso y eso le causo un rechazo inmenso aprendió a superar con el triste pasar del tiempo ponete en su lugar, gánate el pan de esa manera su sueldo son moneda, la alcancía su visera lo que ansía no está afuera y lo que hacía ya no importa hoy el día se comporta superando pruebas espera en la vereda, poder salir a escena ganar su cena puro esfuerzo no busca dar pena de mirada tiene un catálogo en realidad el tiene lo que siempre se imaginó la esquina su escenario y el mismo lo inauguró su público peatones LAS LUCES LA DA UN SEMAFORO!... * Colectivo de hip hop


El semáforo En muchos lugares fue mi sustento, mi refugio, mi única rutina, mi espacio de libertad, mi metro de locura, un despilfarro de ideas, mi lugar de ensayo, mi primer escenario, mi cajero automático, mi salvación,

hasta que se convirtió en mi suplicio, mi tortura, mi karma, mi ruina, mi estancamiento. El semáforo para muchos fue la puerta de entrada al mundo del circo callejero itinerante el destino final era la plaza


Somos cirqueros, trashumantes, payasos, saltimbanquis, malabaristas, trovadores, viajeros y soñadores. Somos comunicadores y sabemos de lo que somos capaces. Intervenir las calles es parte de nuestra esencia. Estamos en todos lados. Somos impredecibles, indomables. Llevamos el espíritu del guerrero en nuestros corazones. Somos itinerantes y callejeros. Vamos y venimos. El mundo es nuestro hogar. No conocemos fronteras. La pasión nos mueve. Ni el cansancio ni la lluvia nos detiene. Actuar en semáforos, parques y peatonales nos mantiene vivos. Aunque los cierren y nos prohíban sabemos las calles son nuestro espacio de acción. Somos herederos de la forma más antigua de hacer teatro. Sabemos esfumarnos como ninjas y volver a aparecer. Vivimos la vida intensamente como un gran viaje. A tomar las calles! ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

ESCRIBEN EN ESTE NÚMERO Facundo Molina- malabarista- músicoBs As Tiburonmartillo.bandcamp.com La conexión real- banda de hip hop- BsAs Menzo- payaso de calle- escritorBsAs- www.menzo.tk Marian - Antropóloga- Bogotáwww.mundaniando-marian.blogspot.com.ar Fabio Thitola Brasil Omar barreto Artesano- joyero- malabarista- Belize Dibujos: Agustin Soler(tapa) Manuel Gomez Garcia (malabarista en el monociclo) Corrección y diagramación: Cata Catársis


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