Mundos bioinmersivos

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Mundos bioinmersivos



Mundos bioinmersivos La creatividad en evolución Iliana Hernández García


Reservados todos los derechos © Pontificia Universidad Javeriana © Iliana Hernández García Primera edición: diciembre de 2016 Bogotá, D. C. ISBN: 978-958-716-978-2 Número de ejemplares: 300 Impreso y hecho en Colombia Printed and made in Colombia Editorial Pontificia Universidad Javeriana Carrera 7.a n.° 37-25, oficina 1301 Edificio Lutaima Teléfono: 3208320 ext. 4752 www.javeriana.edu.co/editorial Bogotá, D. C.

Corrección de estilo: Paola Molano Diseño y diagramación: Marcela Godoy Impresión: Javegraf

Pontificia Universidad Javeriana | Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933 del Ministerio de Gobierno.

Hernández García, Iliana, 1967, autora Mundos bioinmersivos: la creatividad en evolución / Iliana Hernández García. -- Primera edición. -- Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2016. -- (Colección Estética Contemporánea). 134 páginas: ilustraciones; 24 cm Incluye referencias bibliográficas ISBN: 978-958-716-978-2 1. Vida artificial. 2. Biotecnología en el arte. 3. Bioarte. 4. Vida artificial - innovaciones tecnológicas. 5. Arte y ciencia. I. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Arquitectura y Diseño. Departamento de Estética. CDD 113.8 edición 21 Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J. inp

11 / 11 / 2016

Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.


Contenido

Introducción

11

La estética de lo imposible

17

Adaptación y emergencia en la teoría de la evolución

18

Ampliación de las capacidades cognitivas

21

La búsqueda de lo improbable

39

Una mirada a los semivivos

39

Vida aumentada en software húmedo y en software seco

42

Una ontología para la biomasa de los fragmentos de seres

45

La naturaleza política de los seres semivivos

50

Crítica a la individualidad en el concepto de cuerpo

52

Vida y no vida

56

Por una taxonomía abierta

60

Entre objeto, animal y humano

64

Crítica a la visión dualista de la materia y el espíritu

66

La creación como imposibilidad e impredecibilidad

71

La hipercreatividad humana y la vida artificial

76

Creatividad creciente

79

Tecnologías vivas y bioarte inmersivo

87


Mundos bioinmersivos

91

Habitabilidad en los mundos posibles

102

Mentes y mundos inmersivos

108

De la percepción a la inmersión habitable en la robótica

112

Superar el umbral de la imitación a través de la interacción

121

Conclusiones

La creatividad creciente como habitabilidad inmersiva Bibliografía

125 125 131


A mis padres, por su amor incondicional. A ellos mi gratitud



Introducción

Este libro es uno de los resultados de investigación del proyecto Creación e innovación como proceso evolutivo abierto en los mundos virtuales inmersivos, del grupo de investigación Estética, Nuevas Tecnologías y Habitabilidad, del Departamento de Estética de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana. Este continúa la línea de investigación acerca de los mundos en evolución, que inicié hace unos años con el libro Mundos virtuales habitados: espacios electrónicos interactivos. En él, me propuse una teoría sobre cómo la habitabilidad constituía el concepto principal para comprender y experimentar perceptivamente y de forma activa aquellos mundos virtuales que ofrecen características de espacio/tiempo inmersivo. Aquí me propongo ampliar dicha teoría, ahora al abarcar la intersección entre los mundos virtuales y la vida artificial. Considero que esta última ha abierto un campo singular para la inmersión y la percepción. Es decir, el lugar donde habitamos ya no está formado solamente de imágenes espaciotemporales, sino literalmente de vida. He argumentado en distintos artículos y libros que las imágenes se transformaron en algo vivo. Ellas se encuentran hoy en ese estado (vivas). Este camino se explora especialmente a través de la creación de seres artificiales en silicio y otros materiales. Allí, la experimentación es inmersiva, cuando estos seres conforman conjuntos como especies, interactúan entre ellos y entran en relación con nosotros. Así mismo, se da cuando presenciamos mundos inmersivos construidos con algoritmos genéticos y otras formas de modelación en simulación, en las que las imágenes han devenido organismos y despliegan un panorama en evolución. Este sistema es puesto en relación con nuestras propias acciones. No menos sorprendente es la interacción con seres semivivos, insertos en biorreactores que mantienen la vida en los laboratorios de biología sintética. Si bien parecen con vida parcial y fragmentada, porque se originan a partir de la fusión de células derivadas de otros, ostentan una autonomía y un estado intersticial tal que deben ser pensados como


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una otredad ontológica. Esa dimensión del pensar erige una experiencia de un mundo diverso aún desconocido. En este libro se investiga, además, la inmersión cuando el medio lo constituyen robots. En este caso, el diálogo a través del lenguaje nos induce a una conversación. Allí se genera la sensación de habitar un espacio/tiempo extraño, novedoso, inesperado y no lineal. Un entorno imposible de predecir y que se convierte en un mundo bioinmersivo, donde nos encontramos con una extraña familiaridad, muy paradójica, que desafía nuestras convicciones más profundas acerca de la identidad humana y la contención del mundo que conocemos. El libro está organizado en cuatro capítulos, en los cuales se presentan las formas de relación entre la evolución, la inmersión, la interacción y la percepción en los mundos posibles bioinmersivos, en los semivivos y en los robots. Esto con el objetivo de visualizar una teoría de la creatividad y la innovación, esperando que exhiba autonomía y crecimiento. En el primer capítulo, titulado “La estética de lo imposible”, se exploran conceptos centrales de la teoría de la evolución abierta y sin límite, en la que la adaptación y la emergencia operan de forma consecutiva y se corresponden en escalas de tiempo. Así, se hace énfasis en la emergencia como el lugar de la novedad. Después, se indaga por las distintas formas de ampliación de las capacidades cognitivas humanas, generadas por la tecnología y la ciencia, que llegan hasta el punto de una epistemología no humana. Esta última reta las formas de conocimiento habituales, para abrir el espectro de producción creativa más allá de lo humano. A continuación, se explora la simulación como la producción de modelos inmersivos capaces de ofrecer una poética de la habitabilidad operable por los distintos agentes participantes. Al final del capítulo, la teoría de la creatividad creciente queda expuesta en estrecha relación con la evolución abierta, en un lugar donde la primera se amplía, superando el umbral antropocéntrico. Especialmente, la teoría de la creatividad creciente adquiere características provenientes de la manera como la evolución genera novedades en las especies. No hay una visión teleológica o planeada y, en particular, no hay un lugar de contrastación o un espacio-tiempo delimitado que determine tal o cual emergencia de creación. En cambio, surge de un devenir, superando umbrales y ampliando posibilidades y límites. Allí es donde esta creatividad se hace creciente. El segundo capítulo, “La búsqueda de lo improbable”, se presenta como un camino para la construcción de una teoría de la creatividad ligada 12


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a la innovación, dado que la primera permite la ruptura de fronteras y la opción de pensar por fuera de nosotros mismos, para intentar alcanzar aquello que es desconocido o que parece improbable. Una de las acciones más difíciles del pensamiento consiste en acceder a un espacio informe, donde las cosas no han acaecido. El mundo no está determinado de antemano y no hay puntos de referencia para el contraste. Ese es el lugar por fuera de sí mismo. Y exactamente allí se explora lo improbable, para encontrar opciones susceptibles de alcanzar plausibilidad. Entonces, la biología sintética, la vida artificial y las nanobioinfocognotecnologías así como las lógicas no clásicas, la de la cuántica, del tiempo o de la paraconsistencia, constituyen la perspectiva. Sin embargo, es la lógica de la evolución abierta y sin límite aquella que se escoge para investigar este horizonte de posibilidades. Los semivivos, aquellos seres indefinidos, fragmentos de cuerpos o resultado de fusión celular, suspendidos en un cuerpo tecnocientífico, serán el centro de la reflexión. Su existencia producida a través de software húmedo contrasta y complementa el software seco, que he explorado en otros libros. Así, se busca indagar sobre las transformaciones epistemológicas y ontológicas que trae consigo la experimentación y de qué manera se produce la inmersión. Nuevos mundos posibles emergen en la interacción con dichos seres intermediarios, de manera análoga a la que surgió con aquellas especies de vida artificial hechas en silicio. La existencia múltiple de estos seres casi vivos, o con un grado de vida por explorar, genera la idea de un continuum más allá de los cuerpos. Una biomasa generada por fragmentos de seres dispersos en distintas geografías y provenientes de diversas épocas. Una colección heterogénea, viva, cambiante y que transgrede todas las formas conocidas de identidad, separación e individualidad. ¿Quién colecciona? La biomasa misma se presenta como una existencia autónoma que se superpone a la vida como la conocemos. Desafía nuestras creencias acerca de quiénes somos y de a quiénes consideramos seres. El concepto de cuerpo es nuevamente cuestionado y transmutado a otras escalas y posibilidades. Esta biomasa provocará una nueva ontología, en la cual la consideración sobre qué es el ser se ve transformada por la presencia de organismos semivivos. Así, se amplía la definición de vida y de existencia. De esta forma, se produce una crítica a la dimensión individual del cuerpo. Es decir, no solamente se procura su multiplicidad, que de alguna manera ya fue dada por las filosofías de la inmanencia, sino se trata de cuestionar la idea de integralidad, unicidad, contención e identificación del cuerpo. Más aún, de esta manera 13


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el cuerpo es extendido y no hace referencia al humano, sino a un cuerpo biomaquínico diseminado. Esta conceptualización se separa de la dicotomía originaria aún persistente entre vida y no vida, dado que asistimos a la comprensión de la vida en grados y no en oposiciones. La búsqueda por nuevas taxonomías que reflejen otras categorías y clasificaciones de lo vivo se hace necesaria. Este capítulo indagará en las razones para ello. Así, las diferencias radicales entre el objeto, el animal y el humano se deslizan hacia lugares híbridos en condiciones intersticiales. De esta manera, aparece una experiencia ambivalente entre uno y otro, un pivote constante, una imposibilidad de nombrarlos a partir del lenguaje y de las categorías previas. De la mano de Whitehead y Prigogine, el capítulo concluye proponiendo una crítica a la visión dualista entre la materia y el espíritu, para centrarse en el sentido de importancia, intrínseco a la materia y a la información e independiente de lo humano. De ahí, emerge además la invención no como búsqueda teleológica o de sentido, sino como proceso y devenir autónomo. En el capítulo tres, “La creación como imposibilidad e impredecibilidad”, se tratará el concepto de creación a partir de la vida artificial. La hipercreatividad será presentada como esa potencia en la materia, la energía y la información que en un proceso de evolución abierta y sin límite produce novedades. La evolución biológica es un ejemplo de hipercreatividad, pero lo es también la evolución cultural y artificial. Estas se encuentran conectadas entre sí, transcurriendo de forma paralela. Las tecnologías vivas constituyen uno de sus campos, pues hacen pensar la existencia de vida a partir de la no vida. Quizás esto sea la innovación más radical con que contamos hoy, pues demuestra cómo la vida es cuestión de grados, hasta el punto de poder generarla a partir de materiales sintéticos. Se trata de una protovida (Bedau et al., 2010) que no intenta repetir la vida en evolución como la conocíamos, sino generar otra categoría en la cual esta exista como tecnología autónoma. Si se quiere, esta tecnología viva evolucionará en otras direcciones y producirá emergencias y adaptaciones en diversos entornos que ya no serán solamente naturales sino artificiales. Los mundos bioinmersivos serían tecnologías vivas cuando producen entornos con sus propios paisajes de evolución y presentan transformaciones autónomas, sorpresivas y no lineales. Nuevos seres, organismos y especies artificiales surgen en ellos, agencian procesos que no pueden ser predeterminados de antemano y se comportan exhibiendo inestabilidades, puntos de no equilibrio y bifurcaciones. 14


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En el cuarto capítulo, “Mundos bioinmersivos”, se presentan las ideas de este libro a través de proyectos realizados por artistas, arquitectos, científicos e ingenieros en diversos países, en América Latina, Europa, Estados Unidos y Australia. La selección incluye solo aquellos casos en los que hay una potencia innovadora y creativa que transgrede las convenciones y categorías tanto de las artes como de la biología evolutiva o de la ingeniería. Se trata de mundos posibles creados para realizar una exploración de algo desconocido, impensado, quizás imposible. Los alcances de cada uno de ellos sugieren la ruptura de convenciones y la superación de los límites centrados en lo humano como garante de verdad. En estos mundos, se tratan los conceptos de habitabilidad e inmersión, de cómo estos paisajes pueden ser habitados desde la experiencia tanto a nivel sensible como inteligible, con la percepción y la mente. Pero no solo pueden ser habitados por nosotros, sino especialmente por seres maquínicos, semivivos y artificiales. Es decir, no se trata de que la habitabilidad familiarice la tecnología para lo humano, sino que es la posibilidad de interacción y de experiencia autónoma de los diversos agentes que intervienen en un proceso de evolución artificial. Literalmente, estamos proponiendo una habitabilidad no humana o no solo humana en lo virtual a través de la inmersión. De esta forma, pasamos de la percepción tradicional, aquella que había sido garante de verdad a través del aparato biológico humano, a la inmersión, en la cual se ha producido una ampliación. Si bien la inmersión proviene de la percepción, se emancipa de ella para anunciar un mundo otro. Es decir, la inmersión ya no es la experiencia espacio/temporal de un mundo conocido o construido, sino que explora y hace surgir un mundo nuevo. Este mundo no es solo una creación a voluntad de un programador o artista, sino que es una emergencia autónoma en evolución. Es un proceso en devenir, del cual no se conoce cuál será su rumbo, y es deseable que sea así. La habitabilidad inmersiva ha hecho que lo virtual gane autonomía frente a lo real. La evolución artificial ha obtenido independencia frente a la inmediatez y limitación de la experiencia humana. Esto sucede por la relación entre la habitabilidad y lo vivo en el paradigma de la biología sintética. Este vínculo se intensifica cuando la mente aparece como lugar de interacción entre el robot y el humano, a través de la construcción de diálogos en lenguaje natural. La pregunta por la existencia de una mente en ambos entornos proyecta una habitabilidad en un mundo compartido a partir de la sensación y las operaciones cognitivas que se producen en 15


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una conversación entre dos seres de distinta naturaleza. Así, pasamos de la percepción como lugar de encuentro entre el ser humano y los mundos que le rodean, sean virtuales o reales, a la inmersión como umbral en el cual se produce contacto en un mundo desconocido y entre seres maquínicos, semivivos, de distintas especies e incluso humanos. En la inmersión, el objetivo no es ya producir una familiarización de lo nuevo, con los puntos de referencia de lo humano en cuanto a su sensorium o valores, sino explorar los límites de lo imaginado y a partir de allí otorgar autonomía a estos sistemas complejos de vida, para que encuentren otros horizontes diferentes a los que hemos conquistado. La robótica permitirá, entonces, indagar por esa inmersión habitable, en la que el mundo posible está hecho de un diálogo, una interacción y no necesariamente de un conjunto de imágenes virtuales en coordinación espacio-temporal. Ellas existen, pero en una forma mental o quedan condensadas en la programación. Finalmente, en este capítulo se presenta cómo se produce una extrañeza en esta interacción, que es origen para transformar la intención de imitación entre el robot y el humano e intentar desvelar un mundo nuevo de alteridades, donde la contrastación con lo conocido no será el lugar de la plausibilidad. Al contrario, se trata de superar el umbral de la mimesis a través de la interacción. Las conclusiones finales del libro permitirán acceder a percepciones temporales y a cierres no definitivos de esta teoría abierta sobre la creatividad, surgida en estos mundos bioinmersivos.

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La estética de lo imposible

Presentamos un camino y una aproximación a la estética de lo imposible y lo improbable. Esta es la teoría inicial que debemos construir para comprender cómo se transforma la estética en relación con este conjunto de mundos posibles. En particular, en el cruce entre mundos virtuales inmersivos y vida artificial, el rompimiento de paradigmas es tan vasto que nos hace pensar necesariamente en la ampliación de los límites. Es por ello que muchas de las obras y de las investigaciones tienen que ver con aquello que de ahora en adelante puede ocurrir de forma insospechada, que no podemos predecir. El sentido y el propósito de la estética cambia para ocuparse de lo imposible, de aquello que es muy improbable, o que parecía serlo, y que de pronto emerge sin ser esperado y produce un cambio en la epistemología y la ontología hasta ahora establecidas. Es la emergencia de un mundo otro que no es planeada, generada o producida por un agente en particular, pero que ocurre posiblemente por un proceso de combinatoria de elementos diversos que van evolucionando en lo que llamamos vida. Se trata de derivas novedosas, pero no por ello subsidiarias de las condiciones previas del estado de cosas. Son eventos que ocurren y que marcan nuevos horizontes de tiempo, que invitan a pensar más allá de los límites de lo humano. La relación estrecha entre lo humano y la vida nos mantiene contenidos en un vínculo, que desarrolla un espacio de reflejo frente a otras relaciones indiscutibles, como las que se dan entre las otras especies y la vida o entre lo maquínico y la vida. En la observación de este vínculo, agenciamos un proceso de interacción e inmersión con otras posibilidades que va cambiando la forma como nos percibimos a nosotros mismos, al animal y a la máquina, si bien estamos dentro de ellos y ellos en nosotros. Cabe aclarar que la distinción entre el humano, el animal y la máquina ha sido esencialmente ideológica, no tanto objetiva. Por lo tanto, la ruptura de las fronteras y la permeabilidad entre ellos, a través de los mundos de inmersión, se hace cada vez más posible. Sin embargo, 17


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la apuesta para una estética de lo imposible no se agota en el devenir animal o en el de la máquina, en una suerte de hibridismo de doble vía, sino especialmente en el devenir de lo desconocido, de aquello impensado o que se advertía improbable. Dos enfoques conducen esta investigación: uno de ellos gira en torno a lo que sea la vida, en el sentido de lo que podemos imaginar a través de la interacción en mundos bioinmersivos; el otro, en torno a la teoría de la evolución, no solo la biológica, sino especialmente la artificial y tecnológica. Los mundos virtuales bioinmersivos se definen como aquellos en los cuales se produce una interacción perceptiva que supera incluso su alcance, para permitir habitar umbrales nuevos acerca de lo que la vida podría ser. Estos mundos son creados en el arte electrónico, en cruce con la biología sintética y la vida artificial, mediados por procesos de simulación. En ellos, se emplean modelos bioinspirados para comprender la vida y producir algo semejante a ella, pero que no repite sus condiciones precedentes. Se trata, entonces, de construir una teoría abierta acerca de cómo el proceso creativo en los mundos inmersivos puede arrojar luces sobre la vida como podría ser y cómo el horizonte que cubre y define esta emergencia es el de la estética de lo imposible. Este es su alcance.

Adaptación y emergencia en la teoría de la evolución En la evolución biológica, hay un espacio entre el azar y el determinismo. El azar, en la filosofía de la biología, no supone condiciones particulares o singulares, se trata de un campo por conocer. El determinismo se considera un dato quizás demasiado definido para presentar un campo novedoso para investigar. Cuenta con aspectos como constatación empírica y una teoría robusta, en biología, que puede explicar algunos aspectos de la evolución de la vida. Buscar una teoría que pueda explicar cómo la vida continúa es el propósito común a biólogos sintéticos y bioartistas electrónicos. Se trata de entender cómo la vida transita por caminos diversos de una manera no predeterminada, pero tampoco librada al azar, y de cómo puede desenvolverse en tal cantidad de especies diferentes. Estos son los cambios de la vida, pero al mismo tiempo coinciden con aquellos que la preservan. Podemos identificar muchas propiedades de la vida a lo largo del proceso de evolución. Por una parte, este semeja una sucesión en la cual la vida cambia y se 18


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desenvuelve en novedades, se recrea a sí misma, sin intenciones. Esto constituye la emergencia. Por otra parte, se encuentra la adaptación, en la cual, durante un periodo de tiempo, la vida se estabiliza, conserva sus formas en las especies y establece interacciones particulares con el ambiente. Hay una noción que explica lo que ocurre entre el azar y el determinismo y que sustenta la emergencia y la adaptación; este es el concepto de necesidad. Con los planteamientos de la filosofía de la biología, en particular aquellos de Philippe Huneman1, pensaríamos que la necesidad podría ser una explicación para una no intencional continuación de la vida, a saltos, que al mismo tiempo está relacionada con el determinismo, la impredecibilidad y la novedad. Es decir, la vida, no sabemos por qué, desarrolla un proceso no lineal y, sin embargo, se mantiene como conjunto evolutivo, en ocasiones determinado, cuando observamos procesos de adaptación en pequeña escala, y en la mayoría de las veces quizás indeterminado, especialmente en grandes escalas de tiempo o de espacio. Estos cambios abruptos son la evidencia de la evolución como proceso altamente creativo e impredecible. En este contexto de ideas, se da la ocasión para anclar una exploración conceptual acerca de dónde encontrar lo imposible y lo improbable en la vida tal como la conocemos en la teoría de la evolución y en la selección natural. De alguna manera, buscar lo imposible tiene que ver con lo imposible en la vida, pues esta es su máxima expresión en cuanto a superación de límites y evolución radical. Resulta de gran interés la idea de lo no comprensible de la vida y especialmente aquello que no es posible conocer de ella todavía. También lo es en ciencias como la física o la química, las matemáticas y especialmente en los rompecabezas y los casos de borde sobre lo que sea la vida. Estos pueden guiarnos hacia lo improbable. Los intereses serían diversos. Imaginaríamos formas de vida que no pueden ser vistas, acabadas, comprendidas, conocidas, percibidas, reveladas o incluso aceptadas. Todas ellas construirían la vida tal como podría ser.

1

Investigador y director de la línea en Filosofía de la Biología, con quien realicé mi posdoctorado senior en el Institut d’Histoire et Philosophie des Sciences et Techniques (ihpst) de la Universidad de la Sorbona París-I y del Centre Nationale de la Recherche Scientifique (cnrs) en París y durante la invitación recibida como investigadora senior en el programa Directeur d’Études Associés (dea) de la Maison des Sciences de l’Homme, también en París.

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En la teoría de la evolución, según Huneman (2008a), la necesidad está sustentada en la predecibilidad, especialmente en casos de sistemas determinísticos. Pero existen algunos casos de impredecibilidad en los que actúa la emergencia. Siendo esta de naturaleza robusta, permitirá la predecibilidad a escala local. Así, la impredecibilidad aparece en la contingencia y fluye a través de largas escalas de tiempo. El concepto de necesidad sirvió a la filosofía de la biología y a la biología misma para encontrar una bisagra entre el azar y el determinismo, como opciones de comprensión de la evolución. Que la vida busque caminos —puede ser que lo haga por necesidad— fue uno de los planteamientos más importantes, no necesariamente opuesto al de François Jacob (1981) en El juego de lo posible, que implica que la vida no tiene un propósito o un plan (no es determinista), simplemente se sirve de lo que tiene a la mano. Sea por necesidad o por abrir un camino indeterminado, coincidimos con las experiencias del bioarte inmersivo, en cuanto a que estas cambian y exploran lo imposible, sin exhibir forma alguna de teleología. Sin embargo, no excluimos aquellas investigaciones relacionadas con la teoría de la evolución abierta y sin límite, en la cual esta no habría terminado aún. Así, nuevas especies y formas de vida pueden seguir emergiendo y, quizás, serían sensiblemente más complejas que las precedentes, si no en su estructura individual, sí en su proceso evolutivo altamente creativo. Figura 1. Relación entre necesidad y novedad

Adaptación Necesidad Novedad Impredecibilidad Amplias escalas de tiempo Predecibilidad Tiempo local

Fuente: Elaboración propia 20


L a est é tica de l o imp o sible

Para nuestro propósito, aquellas largas escalas de tiempo serían el lugar para hallar lo improbable, de forma cercana a la emergencia y la contingencia; la adaptación se encontraría próxima a la biología evolutiva, es decir, a la evolución como creemos que es. Las novedades se expresan en relación con la contingencia; así, la evolución abierta y sin límite (Huneman, 2012a) podría mostrarse como lo improbable pero aconteciendo. La creación de lo imposible, la desviación, se ubicaría del lado de la contingencia, y la creación se aproximaría a la innovación. ¿Qué es la innovación en la evolución? Según Huneman, esta se produce cuando aparecen diferencias radicales cualitativas en morfología o comportamiento. Siguiendo a Müller (2002), Crafcraft (2000) argumenta que estos cambios generan patrones y un conjunto de adaptaciones que irradian incluso al ambiente. La emergencia computacional basada en algoritmos produce impredecibilidad, cuando se trata de un sistema imposible de comprimir o produce predecibilidad, si es un sistema que puede ser comprimido (Huneman, 2012b). En estas dos opciones, encontramos una posibilidad más cerca de la impredecibilidad en la evolución y de la computación basada en la vida.

Ampliación de las capacidades cognitivas Buscando la localización de lo improbable, que vamos a llamar lo imposible para radicalizarlo, y siguiendo las formas de vida no conocidas, creemos que este puede hallarse entre el azar y la necesidad. Si el azar no es orden, tal vez incluye la mayoría de las posibilidades. Por su parte, la necesidad se encuentra cercana a la vida tal como la conocemos, con sus regularidades. A partir de esto, una posibilidad se encuentra en la simulación computacional, en la que el conocimiento humano aparece en proceso de ampliación (Humphreys, 2004). Esta ampliación trata sobre la extrapolación, la conversión y la aumentación, según lo planteado por Humphreys. La extrapolación es expandir el rango de las habilidades humanas naturales, por ejemplo, la visión en el caso del telescopio. La extrapolación es también expandir el campo o dominio de todas nuestras habilidades actuales. Acerca de la conversión, Humphreys (2004, p. 5) dice que esta se relaciona con el fenómeno convertido a una forma accesible a través de otra modalidad sensorial: de la visión a la escucha, por ejemplo, o viceversa, en el caso de los dispositivos de sonido que tienen funcionalidades visuales. Esto nos da acceso a eventos del mundo a los que no tenemos posibilidad de asistir, porque no 21


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Se terminรณ de imprimir en diciembre de 2016, en los talleres de Javegraf, Bogotรก, D. C., Colombia. Compuesto con tipos Garamond e impreso en papel Bond beige de 70 gramos.


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