José Luis Sáez, S.J
Presencia de los Jesuitas en el quehacer de Cuba
El mapa que aparece en la contraportada se debe al jesuita palermitano P. José Javier Alagna (Giuseppe Xaverio Alagna), aunque a veces se le llama Francesco Xaverio (1707-1787), que en compañía del napolitano P. José María Mónaco (17041774), ambos del Colegio San José, salieron de La Habana el 22 de junio de 1743, recorrieron los cayos de la Florida hasta Key West o Cayo de los Huesos, y hasta dos leguas al sudeste de Boca de Ratones. El mapa, fechado alrededor del 26 de julio de ese mismo año fue remitido por el gobernador de La Habana, y se conserva en el Archivo General de Indias (Mapas y Planos, México 147), y una copia moderna se conserva en The Library of Congress (Washington, D.C.), aunque durante mucho tiempo permaneció sin identificar el autor. Además de profesor del colegio, Francesco Xaverio Alagna fue también catequista de los esclavos negros de las haciendas (1744-1755), y prefecto de la congregación mariana del colegio (1749.1767). Falleció en el colegio de La Habana el 25 de junio de 1767, antes de que se promulgara la expulsión de la Compañía de Jesús.
Dos etapas y casi cuatro siglos de historia
JesuitasEnCubaCubierta-cambio.indd 1
José Luis Sáez, S.J
José Luis Sáez Ramo, S.J. Nació en Valencia (España), el 21 de septiembre de 1937, y llegó a Santo Domingo en 1954. Terminado el bachillerato en 1956, ingresó en la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad de Santo Domingo. En 1958 ingresó en la Compañía de Jesús, siendo ordenado sacerdote el 9 de junio de 1970 en la Catedral de Santo Domingo. Desde 1979 es profesor de la Escuela de Comunicación Social de la UASD, y ha publicado siete obras en ese campo. En el área histórica ha publicado unos 25 trabajos, entre los que se cuentan Los Jesuitas en la República Dominicana I-II (1988-1990), La Iglesia y el negro esclavo en Santo Domingo (1994), Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño (2007), Breve historia del Colegio de Belén (Miami, 2002), La sumisión bien pagada: La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo I-II (2008), y Episcopologio de la Arquidiócesis de Santo Domingo (2011). Es miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia desde 1999, y actualmente vocal de la junta directiva, y desde 2003 es director del archivo histórico de la arquidiócesis de Santo Domingo.
Grabado de la fachada de la actual Catedral de La Habana, antigua iglesia del Colegio San José, clasificada como estilo barroco cubano, cuya construcción, quizás sobre planos de un constructor jesuita, comenzó en 1744 y estaba avanzada en 1755, pero no completa. Una inscripción en la pared del templo en la calle San Ignacio se refiere al hecho: “El Iltmo. Señor Don Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, digno obispo de Cuba consagró esta iglesia de la santa casa lauretana de María Santísima el 8 de septiembre de 1755”. A raíz de la expulsión de los jesuitas en 1767, y cuando se decidía el destino de sus bienes (27 noviembre 1772), se decide también por primera vez dedicar aquel templo a Catedral Metropolitana, una vez que la llamada Parroquial Mayor de la ciudad se encontraba en muy mal estado. Por disposición de Carlos III (9 diciembre 1777), se autoriza el proyecto, y las obras de reconstrucción, por decirlo así, comenzaron al año siguiente. Consagró la nueva Catedral el obispo Felipe José de Trespalacios Verdeja el 22 de junio de 1790.
3/15/16 7:49 AM
Sin tĂtulo-1 1
15/03/2016 08:59:45 a.m.
Sin tĂtulo-1 2
15/03/2016 08:59:45 a.m.
Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba Dos etapas y casi cuatro siglos de historia
Sin tĂtulo-1 3
15/03/2016 08:59:46 a.m.
Sin tĂtulo-1 4
15/03/2016 08:59:46 a.m.
José Luis Sáez, S.J.
Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba Dos etapas y casi cuatro siglos de historia
Tomo I 1569 - 1961
Sin título-1 5
15/03/2016 08:59:46 a.m.
Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba. Dos etapas y casi cuatro siglos de historia. Tomo 1. 1569-1961
Cubierta Grabado de la fachada actual Catedral de La Habana, antigua iglesia del Colegio San José
Reservados todos los derechos © José Luis Sáez, S. J. © Pontificia Universidad Javeriana Primera edición: marzo de 2016 ISBN: 978-958-716-906-5 Número de ejemplares: 200 Impreso en Colombia Printed in Colombia Hecho en República Dominicana Made in República Dominicana
Impresión: Javegraf
Diseño y arte final: Noly Navarro
Sáez, José Luis, S.J., 1937-, autor Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba : dos etapas y casi cuatro siglos de historia / José Luis Sáez, S.J. -- Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2016. 1 volumen (322 páginas) ; 24 cm Incluye referencias bibliográficas. ISBN : 978-958-716-906-5 Volumen 1. 1569- 1961. 1. JESUITAS – HISTORIA - CUBA. 2. JESUITAS EN CUBA. 3. CUBA -HISTORIA ECLESIÁSTICA. I. Pontificia Universidad Javeriana. CDD
271.5307291 edición 21
Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S.J. inp.
Febrero 17 / 2016
Prohibida la reproducción total o parcial de este material.
Sin título-1 6
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Contenido
Introducción 9 Siglas y abreviaturas
13
De la expedición a la fundación (1566-1688) Capítulo I: De la expedición a la fundación (1566-1688)
17
19 22 25
1. La primera escuela jesuita en La Habana: un proyecto efímero (1569) 2. Otros intentos frustrados de abrir un colegio 3. La etapa definitiva: bajo los obispos Compostela y Valdés
Capítulo II: El Colegio San José y el humanismo jesuítico
31
31 36 37 39 40 41 43 44 46
1. El Colegio San José de La Habana (1722-1767) 2. Profesores y alumnos del Colegio de San José 3. Los elementos y grados de la educación humanística 4. La vida de piedad: congregaciones y apostolado jesuítico 5. Obras y autores de la escuela jesuítica cubana 6. Un elemento renovador: Francisco Javier Alegre (1755-1763) 7. Dos sucesos marginales de importancia 8. Balance de cuarenta y cinco años de presencia jesuita en San José (1722-1767) 9. El colegio incoado de Puerto Príncipe (1750-1767)
Capítulo III: Se cierra una etapa (1767)
51
59 62
1. Junta Superior de temporalidades de los jesuitas 2. Un destino incierto en el exilio
Segunda etapa de la Compañía de Jesús en Cuba (1854-1961)
Sin título-1 7
Capítulo I: Una nueva etapa de estancia de los Jesuitas en Cuba
67
70 74 78
1. Las dudas y la espera de una Real Cédula (1852-1854) 2. Del Real Colegio de La Habana al Colegio de Belén (1854-1924) 3. Un plan intempestivo: más colegios en Santiago y Puerto Príncipe (1855-1856)
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Capítulo II: Crecimiento y diversificación en el trabajo educativo
83
84 87 88 92 94
1. El primer reglamento interno del Colegio de Belén (1872) 2. Un templo común para el colegio y la residencia 3. La proyección externa de la labor científica: el observatorio (1857-1961) 4. Una nueva casa jesuita en Sancti Spiritus (1859-1861) 5. Nuevo nombre y nueva ubicación: Nuestra Señora de Monserrat (Cienfuegos, 1879-1940) 6. Apertura de las Escuelas Populares del Niño de Belén (1905-1920) 7. Una casa de misioneros y una escuela en Sagua la Grande (1907-1957) 8. El templo y residencia de Dolores dan vida al colegio de Santiago de Cuba (1911-1961)
97 99 104
Capítulo III: El colegio y la residencia de La Habana en busca de expansión (1923-1924).
107
110 112 114
1. El colegio deja su primera sede y se reubica en Marianao (1925) 2. Tres innovaciones populares de importancia 3. A la sombra de la nueva residencia: la Agrupación Católica Universitaria (1931-1961)
Capítulo IV: Nuevos compromisos dentro y fuera de la Compañía
123
124 126
1. Una nueva residencia y parroquia en Camagüey (1932-1955) 2. Las dos sedes del Noviciado de las Antillas: Cienfuegos-El Calvario (1941-1961) 3. Al servicio de la formación del clero cubano: Seminario Menor de Santiago de Cuba (1953) 4. La residencia social del Vedado: Villa San José (1956-1961) 5. Un epílogo no tan inesperado (17 abril- 17 septiembre 1961) 6. Un acto final que se convertiría en entreacto
131 135 139 142
Apéndices
Índice de documentos 153 Selección de documentos (1576-1961) 161 Marco histórico de los jesuitas en Cuba 281 Autoridades jesuitas romanas, regionales y locales (1569-1961) 317 Elenco de los jesuitas que trabajaron en cuba 325 durante la primera etapa (1575-1767) Vocaciones cubanas dentro y fuera de la isla 349 Vocaciones cubanas durante la segunda etapa (siglos xix y xx) 359 Elenco de los jesuitas que trabajaron en cuba durante 383 la segunda etapa (1854-1961)
Sin título-1 8
Bibliografía
443
Índice onomástico, geográfico y temático
449
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Introducción
La presencia de la Compañía de Jesús en el Caribe no ha tenido una historia única en el tiempo. En algunas islas, al menos las de habla castellana, los jesuitas tuvieron una aparición temprana en el siglo XVI, mientras en otras no se maduró una presencia más firme hasta entrado el siglo XVII. Por otra parte, al depender su personal de provincias o regiones distintas, --Santo Domingo de la Provincia del Nuevo Reino de Granada o Colombia, y Cuba de la Provincia de Nueva España o México--, esto sería determinante en las modalidades de su presencia, crecimiento, disponibilidad de personal y obras asumidas. Un camino bien distinto seguiría Puerto Rico, que a pesar de algunos intentos o simples viajes en 1568, no contaría con una comunidad jesuita estable hasta que en 1858 se hicieran cargo del Seminario San Ildefonso.1 Para colmo, en la isla que comparten Santo Domingo y Haití (el antiguo Saint-Domingue) desde el siglo XVII, las dos mitades siguieron un ritmo también diverso en cuanto a la presencia de la Compañía de Jesús. Mientras la parte oriental, como ya hemos dicho, se nutrió de personal de la Provincia de Nueva Granada, los jesuitas que trabajaron en la parte occidental desde 1704 hasta su expulsión en 1763, provenían de las 1. Véase al respecto la obra del P. Antonio López de Santa Anna, S.J. Los Jesuitas en Puerto Rico de 1858 a 1886. Contribución a la Historia General de la educación en Puerto Rico (Santander: Artes gráficas Hermanos Bedía, 1958).
Sin título-1 9
15/03/2016 08:59:47 a.m.
provincias de France, Aquitaine, Lyon, Toulouse y Champagne, las cinco que formaban entonces la Asistencia de Francia o Galliae.2 En el caso que nos ocupa, el trabajo y la presencia jesuita estuvieron directamente unidos a la misión de La Florida, una aventura más del indomable afán de conquista de los casi aventureros castellanos, por muchas cruces que encabezaran su ceremonial de toma de posesión. El adelantado de La Florida, Pedro Menéndez de Avilés, hizo que los jesuitas, enviados pos el General P. Everard Mercurian, abrieran en 1568 una residencia atípica (“Missio de La Habana in Insula Cubae”), y pronto una escuela para la educación de los indígenas de aquella misión en tierras españolas, y sobre todo como un punto de enlace entre Europa y la incipiente misión de Norteamérica. Así lo había previsto el todopoderoso Real Consejo de Indias, aunque luego se cambiarían los términos de esa ecuación misional, y aquella primera casa de La Habana sería punto de unión entre Europa y la Nueva España. Gracias al trabajo pionero del P. Félix Zubillaga, S.J., desde 1941 disponemos de la documentación esencial sobre la misión española de la Florida, punto inevitable de estudio para la comprensión cabal de ese momento en que se confunden la conquista o colonización y la verdadera misión.3 Cuando se trató de hacer historia de esa presencia un tanto inestable de la Compañía en el Caribe hispánico, el resultado fue siempre historias parciales, más o menos extensas, como sucede con las obras del P. Antonio Valle Llano, S.J. sobre la etapa colonial de Santo Domingo (1950), y la breve recopilación inicial del P. Ignacio María Egaña, S.J., a propósito del quincuagésimo aniversario de la apertura del Real Colegio de Belén (1904). Con 2. Cfr. Kawas Francois, S.J. Sources Documentaires de L´Histoire des Jésuites en Haïti aux XVIII et XX siècles (Port-au-Prince: Centre de Reflexion et de Recherches Interdisciplinaires, 2003); Alfred Hamy, S.J.(ed.), Documents pour servir a L´Histore des Domiciles de la Compagnie de Jésus dans le monde entier de 1540 1773 (Paris: Alphonse Picard, 1892), 13-16. 3. Félix Zubillaga, S.J., La Florida. La misión jesuítica (1566-1576) y la colonización española (Roma, 1941). A esta obra se unió cinco años después el fono documental del mismo autor Monumenta Antiquae Floridae (15661572). MHSI, vol. 69 (Roma, 1946)
10
Sin título-1 10
José Luis Sáez, S.J.
15/03/2016 08:59:47 a.m.
una breve recopilación anónima de las obras de la entonces Viceprovincia de Cuba (1918-1943), se completaba la bibliografía, aunque no faltaron en publicaciones cubanas de la Compañía pequeñas historias de esta o aquella obra, a veces desvinculada de las demás, del contexto eclesial y del mismo entorno geográfico y político. Habría que esperar la aparición en 1991 de la obra de Pedro M. Pruna Goodgal, interesado mucho más en el aspecto económico de la labor jesuita, para que tuviésemos información más concreta y bien organizada, incluyendo algunos planos, al menos sobre la primera estancia de los jesuitas en Cuba (16561767), sin duda la menos conocida, aunque aún se conserven en buen estado monumentos y restos de su primera estancia de apenas cuarenta y cinco años. Quizás por esa razón, y por haber participado en el Segundo Encuentro Nacional de Historia (El Cobre, 11-14 junio 1998), precisamente con un trabajo sobre el Colegio San José y el Humanismo Jesuítico, accedí a emprender este intento de historia de la presencia de la Compañía en Cuba. Mucho mejor conocimiento de esa presencia me dio el estudio previo, la investigación y elaboración de una Breve historia del Colegio de Belén.1854-1961 (2002). Y, aunque ésta de ahora era una empresa de mayor tamaño y ciertamente por encima de mis fuerzas, escogí el título que encabeza estas páginas (el quehacer de Cuba), ante todo porque quería que mis notas históricas, --no pretenden ser mucho más que simples notas--, tuviesen siempre como marco obligado de referencia la sociedad cubana a la que se aventuraron a servir esos antepasados tan lejanos ya de nosotros. No deja de ser revelador que, después de la expulsión de la Compañía en 1767, seguida seis años después por la supresión canónica (1773), una vez restaurada en toda Europa y América en 1816, cuando el gobierno de Isabel II de Borbón reemprende, por decirlo así, la labor de la Orden en Cuba, la organización será muy diversa a la anterior, y las tres Antillas se unirán en 1918 en una Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba
Sin título-1 11
11
15/03/2016 08:59:47 a.m.
misma viceprovincia dependiente, en 1952 en una viceprovincia independiente (1952-1968), y desde esa última fecha, pero ya sin Puerto Rico en su jurisdicción, como Provincia de las Antillas. El acompañamiento de suficiente documentación histórica, en gran parte inédita y procedente del Archivo Romano de la Compañía de Jesús, algunos apéndices documentales, como la lista de las vocaciones jesuitas de la primera etapa, son algunos de los recursos que permitirán encuadrar o ubicar mejor el texto, y facilitar al lector algo más cercano a la realidad de lo que debió ser la labor de la Compañía de Jesús en Cuba desde el siglo XVI, y posteriormente desde mediados del siglo XIX. Por último, la segunda parte de este primer volumen se extiende hasta las primeras dificultades surgidas sobre todo a partir de 1960, para dar así una visión más completa de la misma historia, quizás aún reciente para muchos, y del marco histórico que obligatoriamente rodearía la presencia jesuita en un quehacer que se hacía cada vez más cercano y emparejado con la Iglesia y la misma sociedad. Como es obvio, al abarcar otras obras en otros puntos geográficos de la isla, no he tratado con la amplitud quizás esperada todas las facetas del Colegio de Belén desde mediados del siglo XIX. En enero de 2002 apareció el primer volumen de una Breve Historia del Colegio de Belén. 1854-1961, de mi autoría, y esa es la única razón de evitar en este volumen repetir lo explicado allí con mayor amplitud.
José Luis Sáez, S.J.
12
Sin título-1 12
José Luis Sáez, S.J.
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Siglas y abreviaturas
ACU Agrupación Católica Universitaria AVA Archivo de la Viceprovincia de las Antillas (Habana, Cuba) AHSI Archivo Histórico de la Compañía de Jesús (Roma) AHPA Archivo Histórico de la Provincia de las Antillas (S.D.) AMDG Ad Maiorem Dei Gloriam (A mayor gloria de Dios) APA Archivo de la Provincia de las Antillas (S.D.) ARSI Archivum Romanum Societatis Iesu (Roma) c. copia Can. Canónigo Card. Cardenal cfr. confer, confronta Castell. Castellana (Provincia) CIAS Centro de Información y Acción Social C.M.F. Cordis Mariae Filii (Claretianos) col. columna C.SS.R. Congregatio Santíssimi Redemptoris (Redentoristas) ed. editor Episc. Episcoporum (De los obispos o prelados). Epist. Gen. Epistolae Generalium (Cartas de los Generales) est. estante exp. expediente f. folio fdo. Firmado Hisp. Hispania o España (ARSI, Roma)
Sin título-1 13
15/03/2016 08:59:47 a.m.
ibid. Ibídem JOC Juventud Obrera Católica lat. latín leg. legajo Licdo. Licenciado loc.cit. locus citatum o lugar citado Mex. México MM Monumenta Mexicana (Documentos de México, Roma) M.R. Muy Reverendo M.SS.CC. Misioneros de los Sagrados Corazones NN. Ad Nostris o Nostrorum (a los nuestros o de los nuestros). o. original O.F.M. Ordinis Fratrum Minorum (Franciscanos) O.F.M.Cap. Ordinis Fratrum Minorum Capuccinorum (también O.M.C.) O.P. Ordinis Praedicatorum (Dominicos) op. cit. opus citatum (obra citada) O.S.A Ordinis Sancti Augustini (Agustinos) PP. Papa Pbro. Presbítero repr. reproducido Sch.P. Scholarum Piarum (Escolapios) S.D.B. Società di Don Bosco (Salesianos) S.E. Su Excelencia (también Su Eminencia) S.E.R. Su Excelencia Reverendísima S.I. Señoría Ilustrísima S.J. Societatis Jesu (Jesuitas) S.P.V. Santa Pastoral Visita S.S. Su Señoría (o Su Santidad) S.S.I. Su Señoría Ilustrísima trad. traducción V.E. Vuestra Excelencia V.E.R. Vuestra Excelencia Reverendísima V.P. Vuestra Paternidad v. vide 14
Sin título-1 14
José Luis Sáez, S.J.
15/03/2016 08:59:47 a.m.
De la expedición a la fundación (1566-1688)
La Habana 1567.
Sin título-1 15
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Sin tĂtulo-1 16
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Capítulo I
De la expedición a la fundación (1566-1688) Lo que podríamos llamar prehistoria de la Compañía de Jesús en Cuba estuvo ligada a las expediciones de conquista de la Florida de Pedro Menéndez de Avilés, a nombre de Felipe II, en el verano de 1566, y los tanteos para establecerse en Santo Domingo a finales de ese mismo año, aunque nada se materializaría entonces. San Francisco de Borja, tercer general de la Compañía de Jesús (15651572), había designado una misión de tres miembros, encabezada por el P. Pedro Martínez (Superior), y compuesta por el P. Juan Rogel, y el H. Francisco Villarreal.4 La expedición, que había zarpado de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el 28 de junio de 1566, haría una suerte de escala técnica en las Canarias, La Habana y San Juan. El 9 de agosto, uno de los navíos de la escuadra se desvió hacia La Florida, a donde llegó el día 28 del mismo mes, buscando el puerto español de Santa Elena (cerca del actual Charleston, South Carolina). Después de varias peripecias, el 6 de octubre llegaban a la actual isla de Fort George, donde unos indígenas les tendieron una emboscada, y además de asesinar a varios marineros, apalearon hasta la muerte al P. Martínez, que permanecía en el bote mientras los demás salían a pescar.5
4. El P. Martínez, hasta entonces rector del colegio de Monterrey (Orense), había nacido en Cella (Teruel), el 15 de octubre de 1533, había ingresado en Valencia en 1553, era sacerdote desde el 9 de abril de 1558, hizo sus últimos votos en Sanlúcar (Cádiz), poco antes de partir de España (31 mayo 1566). 5. Cfr. F. Zubillaga S.J., Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús III (Roma, 2001), 2524, cols. 1-2.
Sin título-1 17
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Separados de la embarcación del P. Martínez, sus compañeros de misión llegaron a la Bahía de Manzanillo, al Noroeste de la Española, el 24 de octubre de aquel año, y poco después les llegaba la noticia de la trágica muerte de su superior y compañero. Por esa razón decidieron aplazar sus planes de evangelizar la Florida española, y durante las cinco semanas que permanecieron en Montecristi (24 octubre-28 noviembre 1566), además de predicar y administrar los sacramentos en la ciudad y los campos vecinos, establecieron allí la Cofradía del Santo Nombre de Dios contra los juramentos. Ambos sufrieron también los rigores del trópico (“unas calenturas que nos pusieron en algún aprieto” y “una especie de modorra o frenesía”), ocasión que aprovechó el P. Rogel para ejercer su antiguo oficio de médico. Por fin, el 10 de diciembre de 1566 entraban en La Habana. Probablemente a base de sus propios recuerdos de 1758, el historiador mejicano Francisco Javier Alegre nos describe con precisión la ciudad de San Cristóbal de la Habana, su clima y topografía, su situación geográfica, su estrategia y su protección militar. Y refiriéndose a aquella pareja de jesuitas agrega: “En la Habana, dividido entre dos sujetos un inmenso trabajo, el Padre Juan Rogel predicaba algunos días, y todos sin interrupción los daba al confesonario. El H. Francisco Villarreal que, aunque coadjutor, tenía suficientes luces de filosofía y teología, que había cursado antes de entrar en la religión, hacía cada día fervorosas exhortaciones, y explicaba al pueblo la doctrina cristiana. Después de algunos días de este ejercicio, publicaron el jubileo. Fue extraordinaria la conmoción de toda la ciudad, dándose prisa todos por ser los primeros en lograr el riquísimo tesoro de la Iglesia santa, que tan francamente se les abría. Quien viere lo que una de estas ocasiones suelen trabajar nuestros operarios, aun cuando son muchos, y por más ordinaria, no tan general, la conmoción, se podrá haber cargo del trabajo de dos hombres solos, en medio de un gentío numeroso, y en aquellos piadosos movimientos que 18
Sin título-1 18
José Luis Sáez, S.J.
15/03/2016 08:59:47 a.m.
suele causar la voz de la verdad, anunciada con fervor, y sostenida de un modo de vivir austero y verdaderamente apostólico”.6 Allí permanecerían los jesuitas citados hasta el 28 de febrero del año siguiente, cuando intentarían de nuevo misionar Caalus y Tequesta, pero fue Rogel el que exploraría al año siguiente Santa Elena y Guale, en la costa oriental de la actual Georgia. Después de una o dos intentonas más, los jesuitas abandonarían por entonces el proyecto de La Florida, y su estancia en La Habana, aunque contaban ya con seis sujetos en 1568 no lograron consolidar una obra que tuviese asegurado el futuro en la isla. Los que habían llegado como refuerzos para la misión de La Florida eran los PP. Juan Bautista de Segura, Gonzalo de Álamo y Antonio Sedeño, y los HH. Juan Carrera, Pedro Linares y Domingo Agustín o Váez, que al principio se dedicarían a los ministerios propios de la orden. Hay que reconocer, sin embargo, que los que trabajaron de manera constante en La Habana fueron el P. Antonio Sedeño (1536-1595), el H. Villarreal y el misionero popular guatemalteco Juan de Cáceres (1611-1683), aunque los dos primeros son los únicos que listan los catálogos de 1575 a 1577 como asignados oficialmente a aquella misión.
1. La primera escuela jesuita de La Habana: un proyecto efímero (1569)
Un año después de instalar aquella residencia, y con el patrocinio del gobernador Menéndez de Avilés, logran abrir temporalmente una escuela pública en pequeña escala, con tres o cuatro alumnos de la ciudad. Según aclara el P. Ignacio Mª Egaña en su obra, apoyándose en los historiadores Francisco J. Alegre y Francesco Sacchini, el local donde se instaló aquella primera escuela en 1569 fue el hospital militar de San Felipe y Santiago, fundado por el mismo Menéndez de Avilés, que luego se convertiría en Hospital de San Juan de Dios, usando además su capilla anexa, 6. F. J. Alegre, Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús de Nueva España I (Roma, 1956), 55.
Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba
Sin título-1 19
19
15/03/2016 08:59:47 a.m.
abierta al culto con el nombre de San Juan de Dios unos años después.7 Aunque de modo provisional, la primera residencia propiamente dicha de la Compañía en La Habana fue, por tanto, la que hubiera sido casa curial de la citada capilla de San Juan. El siguiente proyecto de abrir un seminario, del que se haría cargo el H. Juan Carrera, con unas cuantas vocaciones traídas de la Florida, y al parecer hijos de caciques, parece que no dejó rastro en los papeles. Es posible que habaneros y floridanos asistiesen a la misma escuela elemental ya citada. Además del P. Alegre, ha dejado constancia del hecho no sin cierto tono de fantasía, el ya citado historiador italiano Sacchini, que nos dice cómo los tres alumnos de aquel seminario eran “de vivo ingenio y dotados de una amable sinceridad, acompañados de una suavidad y señorío que hacía sentir muy bien, aun en medio de su bárbara educación, la nobleza de su origen”. 8 Una nueva intentona en tierras de La Florida, tuvo el mismo resultado, cerrando el caso aparentemente la orden de 1576 del cuarto general jesuita Everardo Mercuriano o Everard Mercurian (1573-1580).9 Una vez que la ciudad no sufría de escasez de clero y no había suficiente campo de acción para aquellos jesuitas,--el problema de la manutención agravaba la situación--, obligó al P. General a ordenar al P. Sedeño, que hacía las veces de superior de aquella “residencia”,10 que abandonase la misión a la Provincia de Nueva España, creada por San Francisco de Borja en 1571, a pesar de que el Dr. Juan de Ovando, Presidente del Consejo de Indias, intentaba mantenerlos en la isla, una vez garantizados su sustento y trabajo. Según una carta del P. Mercurian al P. Antonio Sedeño (20 febrero 1578), era preferible que los jesuitas de México 7. Cfr. I. M. Egaña, Album Conmerativo del Quincuagésimo Aniversario de la fundación en La Habana del Colegio de Belén de la Compañía de Jesús (Habana: Avisador Comercial, 1904), 12-13. 8. F. Sacchini, Historiae Societatis Iesu pars tertia, sive Borgia (Romae, 1649); cit. I. Egaña, op. cit., 15-16. 9. Cfr. Ramiro Sánchez Guerra, Historia de Cuba II (Habana, 1925), 151-154. Sobre el estado de los jesuitas en La Habana, véase la descripción del mismo P. General al Visitador Juan de la Plaza (Roma, 1º Noviembre 1573)”, Mmex. I, doc. 31, pp. 83-84. 10. Además de Sedeño, estaban entonces en La Habana Juan Rogel, y los HH. Francisco de Villarreal, Juan de la Carrera y Pedro Ruiz de Salvatierra, que aparentemente se habían incorporado en 1575. Cfr. ARSI. Castellana Epist. Gener. (1573-1576), f. 33; A. Astrain, op.cit. III, 133.
20
Sin título-1 20
José Luis Sáez, S.J.
15/03/2016 08:59:47 a.m.
abrieran una misión en Santo Domingo, donde se prometían ya bienes fundacionales y “en donde se esperaba encontrar mayor proyección que en Cuba”.11 Unos meses después, y ya con el nuevo régimen bajo el patrocinio de la Provincia de Nueva España, el mismo Mercurian respondía a un informe del P. Antonio Sedeño (22 marzo 1576), aprobando su retorno a La Habana “por lo que importa aquél puesto”, y esperando que el Rey garantizaría los medios de sustentación de ocho o diez jesuitas, opta por acudir al Virrey de México como forma “más suave y más eficaz para hacer algo en tales negocios, que en primera instancia se ha de acudir al Virrey como a lugarteniente en aquellas partes”. Aclarando alguna duda de procedimiento o simple ritual, el General añadía: “En lo que toca al acompañar el Santísimo Sacramento el día de Corpus Christi, no hay duda, sino que lo han de hacer lo nuestros sin sobrepelliz, porque allí no han de ir como en procesión, como lo hacen aún en España, ni sólo los nuestros, sino también otros que son religiosos y otros clérigos seglares”.12 En aquel momento, los catálogos e informes enviados de La Habana a Ciudad de México, y de ahí a Roma, describen aquello como simple “Missio de la Havana in Insula Cubae”, limitándose a enumerar al P. Antonio Sedeño y al H. Francisco de Villarreal.13 A principios de 1577, sin embargo, aquella incipiente comunidad, dedicada mucho más a las excursiones a La Florida, se denominaba simplemente “Havanense Hospitium”, una vez que se convirtió en un refugio temporal de misioneros ambulantes, cuyo centro de operaciones no estaba precisamente allí. La primera carta anua que se conserva (1º enero 1577) refiere que la principal ocupación de los jesuitas, tanto sacerdotes como coadjutores, era la atención a los aborígenes de la cercana Florida, así como a la minoritaria pobla11. Cfr. “Carta de E. Mercurian a A. Sedeño (Roma, 20 febrero 1578)”, Mmex. I, doc. 120, 353. 12. “Carta de E. Mercurian a A. Sedeño en México (Roma, 22 marzo 1576)”, ARSI. Mex. 1, Epist. Gener. (1574-1599), ff. 7v-8; MM I, 184-185. 13. Cfr. ARSI. Cat. Brevis Prov. Mexican., confectus 1º Augusti anni 1658. Mexic. , f. 285.
Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba
Sin título-1 21
21
15/03/2016 08:59:47 a.m.
ción española. Aparte de referirse brevemente a la trágica muerte de Martínez y algunos misioneros más, aclaraba que vivían de la cuota, que a modo de limosna, les daba el Presidente y los jueces de la Real Audiencia de la cercana isla de Santo Domingo. Y acababa diciendo, como si se tratase de un motto: “Por tanto, si en ésto consiste lo más que nuestra Compañía puede hacer en el Señor, así se hará”.14
2. Otros intentos frustrados de abrir el colegio
Nuevos planes frustrados de fundación de un colegio serían los del P. Diego de Avellaneda (1593), a pesar de que el General insistía en que no fuera excesivo el número de jesuitas, y que era preciso no derramarse con muchas fundaciones, sino que “en esas partes haya pocas y buenas, de las cuales salgan los sujetos a ayudar a los indios, y no que ocupemos los pocos que hay en tener poblados los colegios”.15 Otras visitas e intentos ocurrirían durante el siglo XVII. A mediados de 1656, con motivo de la muerte del padre del habanero P. Eugenio de Losa Romero, y los pleitos entre hermanos por disputarse la herencia, además del citado sacerdote, se envió al P. Andrés de Rada. A causa del tiempo que debieron emplear en resolver el problema, --a favor de la Provincia de Nueva España y para la esperada fundación, quedarían allí los 23,500 pesos a los que en 1656 Losa había renunciado a favor de la Compañía, además de una casa enfrente de la Iglesia Parroquial--, determinaron “aprovechar el tiempo ejercitando los ministerios propios de la Compañía con grande utilidad en toda aquella república”. Al mismo tiempo, aunque no se especifica de quién se trata, en otro puerto de la isla había desde hacía unos meses “un jesuita náufrago que tenía a la gente encantada: enseñaba catecismo a los niños, predicaba, visitaba hospital y cárcel, y rezaba el rosario
14. Cfr. “Litterae Annuae Provinciae Novae Hispaniae (Mexico, 1º enero 1577)”, ARSI, Mexic. 14, ff. 1616v; MM I, 266-268. 15. Cfr. “Carta de E. Mercurian a Diego López de Messa, Procurador en México (Roma, 27 septiembre 1593)”, ARSI. ibid., f. 119v.
22
Sin título-1 22
José Luis Sáez, S.J.
15/03/2016 08:59:47 a.m.
Este primer volumen de
Presencia de los jesuitas en el quehacer de Cuba. Dos etapas y casi cuatro siglos de historia Tomo I 1569 - 1961 acabĂł de imprimirse en los talleres de Javegraf 25 de marzo de 2016
Sin tĂtulo-1 468
15/03/2016 09:00:08 a.m.