Reconciliación social como política pública

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Editora Martha Lucía Gutiérrez Bonilla

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Autores Martha Lucía Gutiérrez Bonilla Donny Meertens July Fajardo Farfán Eliana Pinto Velásquez Luz María Londoño Fernández Patricia Ramírez Parra Luz Claribe Rincón Rodríguez Mónica Londoño Martínez Viviana Osorio Pérez Judith Erazo Amanda Carrera Olga Alicia Paz Guillermo Padilla Carlos Paredes

Editora

Martha Lucía Gutiérrez Bonilla

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Editores Eduardo Pastrana Buelvas Hubert Gehring Autores Mario Arroyave Quintero Ricardo Betancourt Vélez Dirceo Córdoba Guzmán Claudia Dangond Gibsone Jennifer Duarte García Daniel Flemes Angélica Guerra Barón Benjamín Herrera Chaves Marco Antonio Macana Ana Milena Molina Beltrán Edwin Murillo Amaris, S. J. Michael Radseck Ángel Sánchez Mendioroz Oscar Simmonds Pachón Mayden Solano Jiménez Ana María Trujillo Currea Andrés Mauricio Valdivieso Maik Zarandi

editores:

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PROBLEMAS Y DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS de la gobernanza global y regional

Eduardo Pastrana Buelvas Abogado de la Universidad Santiago de CaliColombia (usc). Doctor en Derecho de la Universidad de Leipzig-Alemania. Fue rector y director de investigaciones de la usc. Es profesor titular de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (pujb), en donde se desempeña actualmente como director del Departamento de Relaciones Internacionales y editor de la revista Papel Político de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Es director del Grupo de Investigación en Relaciones Internacionales, América Latina e Integración (griali). Es consultor de la Konrad-Adenauer-Stiftung de Colombia. Es Profesor Invitado del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Leipzig-Alemania. Es miembro de la International Studies Association y de la Latin American Studies Association. Ha sido profesor en las Universidades de Castilla la Mancha-España y usc. Ha publicado numerosos libros y artículos sobre temas de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales.

Eduardo Pastrana Buelvas

Problemas y desafíos contemporáneos de la gobernanza global y regional

La solución negociada del conflicto armado interno y la consecuente búsqueda de la paz han venido influyendo constantemente la agenda de política exterior colombiana (PEC). Las negociaciones entre el Gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comienzan en 2012 durante el primer período presidencial de Juan Manuel Santos (2010-2014) y han venido avanzando cualitativamente en el segundo (2014-2018). Ante la inminente firma de un acuerdo de paz —que recoja los cinco puntos de la agenda de negociación— entre el Gobierno y las FARC en el transcurso de 2016, la sociedad colombiana enfrentará una serie de desafíos internos y externos en una etapa de posacuerdo o posconflicto. En consecuencia, este libro de autoría colectiva plantea una serie de

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AUTORES: Andrés Mauricio Valdivieso Camilo Defelipe Villa Carolina Cepeda Carolina Pedroso Claudia Dangond Diana Fernández Diego Vera Eduardo Pastrana Buelvas Eduardo Velosa Edwin Murillo S.J. Everardo Víctor Jiménez S.J. Germán Prieto Henry Cancelado Hubert Gehring Luis Felipe Vega Louise Lowe Marco Antonio Macana Margarita Cuervo Marília Souza Mario Arroyave Quintero Martha LucÍa Márquez Miguel Gomis Paula González Peter Birle Rafael Castro Ricardo Betancourt Roberto García

también en las intersecciones entre los asuntos internos e internacionales que se deriven de la implementación del acuerdo suscrito.

ISBN 978-958-716-903-4

POLÍTICA EXTERIOR COLOMBIANA Escenarios y desafíos en el posconflicto

enfrentar tanto en el ámbito regional como en el global, así como

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Eduardo Pastrana Buelvas y Hubert Gehring, editores

Eduardo Pastrana Buelvas -editor-

Las experiencias de conflictos armados y procesos de reconciliación de Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia legan una serie de iniciativas, aciertos, desaciertos, falencias e intentos en pos de una reconstrucción social después de largos periodos de conflicto y violencia. Estos cuatro casos de estudio, analizados en perspectiva social de reconciliación, definen las bases fundamentales que deben acompañar el diseño para diseñar una política pública de reconciliación social que se constituya como eje transversal en este tipo de sociedades que han vivido largos periodos de enfrentamiento y, por ende, de fragmentación social.

Edwin Murillo Amaris

Los conflictos violentos en la historia del mundo evidencian tanto las enormes capacidades de destrucción del ser humano como los innumerables intentos de resolver estos impasses. ¿Por qué no han sido eficaces estos intentos de resolver los conflictos? ¿Qué ha faltado para que los grupos humanos aprendamos a vivir civilizadamente? Pues, cada vez que se propician dinámicas de diálogos y negociaciones entre partes enfrentadas, pareciera que las fórmulas empleadas no llegan a “saldar a fondo las causas” de los enfrentamientos. Es como una suma de “paños de agua tibia” ante hondas complejidades que caracterizan la vida en común.

Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia

Edwin Murillo Amaris

Doctor en gobierno y administración pública (Universidad Complutense de Madrid). Magíster en filosofía y en teología (Pontificia Universidad Javeriana). Especialista en resolución de conflictos (Pontificia Universidad Javeriana). Teólogo (Pontificia Universidad Javeriana). Profesional en relaciones internacionales (Universidad Jorge Tadeo Lozano). Docente e investigador en el área de construcción de paz (resolución de conflictos, justicia transicional y reconciliación social). Ha tenido experiencias en terreno en zonas de conflicto, como Tierralta (Córdoba), Barrancabermeja (Santander) y San Pablo (sur de Bolívar). Asimismo, ha trabajado el área de la gestión pública, buscando un “puente analítico” entre los componentes de construcción de lo público en perspectiva de construcción de paz. Ha escrito artículos en revistas académicas sobre conflicto, reconciliación, búsqueda de paz y políticas sociales, con énfasis en el posconflicto.

RECONCILIACIÓN SOCIAL COMO POLÍTICA PÚBLICA: Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia

S INDÍGENAS SINAS

La obra recoge una serie de trabajos realizados en la última década sobre los desafíos de la gobernanza regional y global. Dichas problemáticas desarrolladas a lo largo del texto se abordan desde una perspectiva interdisciplinaria, cuyos pilares fundamentales son las teorías de las relaciones internacionales, el análisis de política exterior y el derecho internacional. Adicionalmente, en la obra se lleva cabo un diálogo con disciplinas sociales como la ciencia política y la sociología, con cuyos conceptos y herramientas se interpretan los desafíos que enfrenta el derecho internacional público en un orden mundial en transición. Así mismo, se explican los retos de la Unión Europea de cara a su gobernanza interna y a la gestión de asuntos de la agenda global; la tensión entre los procesos globales y los procesos de regionalización; las luces y sombras de los procesos de regionalización en América Latina; la proyección de Colombia en el escenario regional y el global y, por último —pero no menos importante—, la proyección del liderazgo regional de Brasil y su búsqueda de un rol como jugador global.

PROBLEMAS Y DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS DE LA GOBERNANZA GLOBAL Y REGIONAL

s de esta colección:

Eduardo Pastrana Buelvas

Otros títulos de esta colección:

RECONCILIACIÓN SOCIAL COMO POLÍTICA PÚBLICA:

Editores Eduardo Pastrana Buelvas y Hubert Gehring

Política exterior colombiana. Escenarios y desafíos en el posconflicto Eduardo Pastrana Buelvas y Hubert Gehring -editores-

Edwin Murillo Amaris

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Foto de la portada: Juan Sebastián Perdomo

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Reconciliación social como política pública: Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia



Reconciliación social como política pública: Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia

Edwin Murillo Amaris


Reservados todos los derechos © Edwin Murillo Amaris Primera edición: Bogotá, D. C., abril de 2017 ISBN: 978-958-781-099-8 Número de ejemplares: 300 Impreso y hecho en Colombia Printed and made in Colombia Editorial Pontificia Universidad Javeriana Carrera 7.ª n° 37-25, oficina 13-01 Teléfono: 320 83 20, extensión 4752 www.javeriana.edu.co/editorial editorialpuj@javeriana.edu.co Bogotá, D. C.

Diagramación: Ángela Lucía Vargas. Montaje de portada: Ángela Lucía Vargas. Fotografía de la portada: Juan Sebastián Perdomo. Impresión: Javegraf Pontificia Universidad Javeriana | Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933 del Ministerio de Gobierno

Murillo Amaris, Edwin, autor Reconciliación social como política pública : Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia / Edwin Murillo Amaris, S. J. -- Primera edición. -- Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2017. 424 páginas : ilustraciones, mapas ; 24 cm Incluye referencias bibliográficas (páginas 409-422). ISBN : 978-958-781-099-8 1. POLÍTICA PÚBLICA. 2. RECONCILIACIÓN - ASPECTOS SOCIALES. 3. CIENCIAS POLÍTICAS. 4. PROCESOS DE PAZ. 5. RELACIONES INTERNACIONALES. 6. JUSTICIA SOCIAL. 7. PARTICIPACIÓN SOCIAL. 8. LUCHAS SOCIALES. I. Pontificia Universidad Javeriana. CDD 320.6 edición 21 Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S.J. inp.

05 / 04 / 2017

Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.


Contenido Agradecimientos............................................................................................ 9 Introducción................................................................................................ 13 Hacia un modelo ideal a través del método.................................... 17 Lo espacio-temporal..................................................................... 23 Generalidades hacia el marco teórico............................................ 24 Organización del libro.................................................................. 28 Fundamentos conceptuales de una realidad ........................................... de conflicto y violencia................................................................................ 31 Origen del planteamiento............................................................. 32 Acercamiento desde el institucionalismo....................................... 36 Hacia un modelo ideal de política pública de reconciliación social............................................................. 74 Reconciliación social desde la ética pública............................................. 81 ¿Por qué una ética para la reconciliación social?............................ 82 ¿Qué entendemos por reconciliación social?.................................. 87 Principios para un proceso de reconciliación social......................119 Instrumentos de la reconciliación social...................................... 128 Hacia el diseño de un “modelo ideal” de creencias en perspectiva de reconciliación social.................................... 148 Gestión de la reconciliación social: Sudáfrica, El Salvador y Nicaragua........................................................ 157 Sudáfrica.................................................................................... 163 Centroamérica: El Salvador y Nicaragua..................................... 185 7


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Instrumentos estructurales en Sudáfrica..................................... 199 Instrumentos estructurales en El Salvador y Nicaragua............... 208 Marco institucional: la justicia.................................................... 226 Marco institucional: creación y promoción de la institucionalidad............................................................ 244 Marco institucional: hacia la definición y aplicación de una política pública........................................ 249 Colombia: ¿hacia una política pública de reconciliación social?.......... 261 La procesualidad de un largo conflicto: temporalidad hacia la reconciliación social............................. 265 Presupuestos para los instrumentos estructurales en Colombia...................................................... 307 Aproximaciones a los efectos de un proceso, 2005-2010................ 330 Consideraciones finales hacia el modelo ideal........................................ 383 Consideraciones desde los casos de Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia........................................ 384 El modelo ideal hacia la política pública de reconciliación social........................................................... 392 Bibliografía................................................................................................ 409


Agradecimientos Nuestros abuelos nos enseñaron la virtud de la gratitud como una de las expresiones que manifiestan la grandeza del ser humano. Después de tener en nuestras manos este texto, que surge de una experiencia de vida, deben estar presentes las gracias a un enorme número de personas. Ante todo, gracias a mi familia, en cabeza de mis padres, y en ellos a todos los miembros de esos dos maravillosos grupos (los Murillo y los Amaris), que me permitieron ser y crecer en esta pasión por pensar las enormes posibilidades de nuestro país. Desde el seno familiar brotan las semillas de nuestras vocaciones, sueños, deseos y pasiones por gastarnos y desgastarnos en pos de aportar algo por los demás. Gratitud a la Compañía de Jesús que me animó, apoyó y promovió en las ideas y luces que se fueron gestando en mis pensamientos diarios frente a la realidad de un país que no ha podido ver la luz para la creación de espacios sociales de coexistencia y convivencia. Un poco más de veinte años en el seno de la Compañía fueron el abono necesario para que esas “semillas de ideas y pensamientos” se concretaran en un tiempo de estudios de doctorado que me brindaron la posibilidad y la oportunidad de tejer estas líneas en torno a la reconciliación social. Gratitud asimismo a la cantidad de comunidades de sectores populares, campesinos e indígenas con quienes compartí en los últimos veintitrés años de vida. Comunidades campesinas de El Guamo (Tolima); de la comuna Nororiental de Medellín (barrio Villa del Socorro) en los aciagos años 19951997; sectores de la parroquia del Sagrado Corazón de Barrancabermeja (Santander); comunidades campesinas e indígenas en Tierralta (Córdoba); comunidades campesinas del norte del Valle del Cauca (municipios de Toro y Restrepo); comunidades campesinas de San Pablo (sur de Bolívar), entre muchos otros grupos. Todas estas personas, modos de vida, luchas y esperanzas diarias reforzaron el surgimiento del sueño de pensar el ¿por qué no hemos sido capaces de compartir un mismo espacio sin matarnos? Con estos grupos de personas he conocido atributos que en este texto comparto desde

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un filósofo especial, Daniel Innerarity: la hospitalidad es innata a nuestra condición humana y nos hace cada día más personas. Gracias a todos ellos. Gracias también a los grupos de víctimas y a los excombatientes que me permitieron acceder a sus vidas, tiempos y espacios, irrumpiendo con preguntas sobre su sentir respecto al proceso que vivían en el marco de justicia y paz durante esos primeros cinco años de implementación. No es fácil abrir el espacio vital a un desconocido que viene a recoger información, mientras en cada pregunta se mezclan recuerdos difíciles. La ayuda y la colaboración de las dos instituciones públicas encargadas del proceso en ese tiempo fueron claves para avanzar: la Alta Consejería para la Reintegración (ACR) y la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR). A sus funcionarios agradezco la colaboración prestada. Gracias mil a mi tutor y acólito en esta tarea: Manuel Villoria Mendieta: el profesor y amigo que me escuchó durante los días en que orientó el módulo de ética pública en los estudios de doctorado, me expresó con sinceridad que poco conocía de muchos aspectos que le proponía, pero aceptó el reto de crecer académicamente juntos. Después de muchos trazos, largos textos y su claro análisis, llegando a desbaratarme en varias ocasiones desde las preguntas hasta capítulos y conclusiones, concretamos una reflexión que da a luz este conjunto de páginas. La gratitud no se agota, pero las líneas sí deben ser limitadas por aquello del espacio. En este sentido, la gratitud quiero dejarla abierta y extendida a cada persona con quien compartí estas ideas, quienes me transmitieron sus pareceres y me confrontaron en orden a mejorar el texto. A mis amigos y amigas que me animaron en los momentos de “desgaste cuando una tesis doctoral parece acabar con quien la trabaja”: Eduardo Pastrana, Mery Rodríguez, Martha Márquez, Benjamín Herrera, Miguel Gómis, Roberto García, Luis Alfonso Castellanos, S. J., Andrés Mauricio Valdivieso, Diego Dávila y, con mucha fuerza, Francisco de Roux, S. J. Muchos más se hicieron presentes en cada encuentro y me “estresaban” con su amigable y cariñosa pregunta: “¿Cómo va la tesis? ¿Ya casi?”. ¡Qué bueno cuando te estresan para que el fruto se disfrute! Estas experiencias y este resultado tienen su fundamento en Dios. Gracias a Él, la vida me permitió nacer y crecer en una familia con una gran sensibilidad social, aunque las diferencias ideológicas estén presentes. Me regaló la experiencia en la Compañía de Jesús. Me permitió leer internamente la vida de cada comunidad con la que compartí y desde donde me dejé cuestionar y confrontar. Me regaló amigos y amigas que siempre estuvieron y han estado


Agradecimientos

al lado, caminando en todo sentido conmigo y animándome en cada idea que me surgía y surge respecto a la realidad del país. En últimas, la gratitud brota desde esa experiencia espiritual que me ha permitido reconocerlo en cada persona y acontecimiento que manifiesta que la reconciliación social ha sido, es y seguirá siendo el enorme desafío de nuestra condición humana. Gracias a usted, lector, por dejar que el interés por la materia y el título lo lleven a tener en sus manos estas páginas, cuyo propósito es invitarlo a pensar con más ahínco que es posible coexistir y convivir transformando los conflictos en oportunidades, y no seguir con la lógica de pensar que son la posibilidad para acabarnos. La respuesta no es fácil de encontrar, pues atraviesa la condición humana, pero sí nos da luces para no dejarnos arrastrar por el pesimismo. Cada experiencia de ruptura social es una gran posibilidad para reconstruir. Simplemente, ¡gracias!

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Introducción Tú entendías que tu manera de interpretar los hechos era la correcta; en cambio, yo entendía que la correcta era la mía. Sófocles. Antígona. Porque ésa es la grandeza y la miseria de la decisión moral: que nadie puede asumirla a priori por mí, que soy yo quien ha de decidir personalmente, es decir, de una manera responsable de la que puedo dar razón. Adela Cortina. Ética aplicada y democracia radical: 187.

A lo largo del siglo veinte y lo transcurrido de este veintiuno, la humanidad ha sido testigo de un sinnúmero de conflictos en todo el mundo. Desde conflagraciones entre Estados hasta confrontaciones en algunos países, la violencia y la guerra han hecho aparición sin discriminación alguna. A su vez, la misma situación de inseguridad que estos hechos deparan ha estimulado la búsqueda de alternativas para que los conflictos no degeneren en violencia y, mucho menos, en guerra. La fallida Sociedad de Naciones después de la primera guerra mundial, los intentos infructuosos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el periodo de la segunda posguerra para que la destrucción no volviera a desestabilizar la convivencia humana, y la diversidad de salidas a la guerra en países como Sudáfrica, Ruanda, Irlanda, Yugoslavia, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Colombia, entre otros, son manifestación de ese brote de alternatividad más allá de la guerra y la destrucción. Sudáfrica legó a la historia conflictiva de los seres humanos un ejercicio de reconstrucción, reestructuración, reconciliación y convivencia. Partiendo de la desestabilidad social por el abuso indiscriminado de una raza blanca sobre la negra, los sudafricanos vivieron un proceso que sentó las bases de la reconciliación social como un espacio y un tiempo mediante el cual es posible la salida alternativa al conflicto. Por otro lado, en Centroamérica, en El Salvador y Nicaragua, las profundas diferencias sociales, junto a la manipu-

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lación del poder político por gobiernos dictatoriales, originaron una “grieta” que condujo a largos conflictos violentos con un alto número de pérdida de vidas humanas. En Sudamérica, Colombia vive una situación de violencia desde hace más de sesenta años, caracterizada en su última etapa por rasgos como una insurgencia guerrillera de tendencia “marxista” que afirma luchar por el acceso del pueblo al poder político y la reivindicación de los derechos de los sectores populares, mezclando esta búsqueda con el narcotráfico, lo que incluye involucrar sectores sociales en cualquiera de estas tendencias; a ello se añade la proliferación de cultivos ilícitos, junto al comercio de los mismos, la delincuencia fruto del mismo negocio y la fragmentación de la vida social en general. Los tres casos nos motivaron a plantearnos la pregunta que orientó esta investigación en los términos de ¿cómo hacer más justos y efectivos los procesos de reconciliación social en situaciones de conflicto1 y violencia?2 . El cúmulo de experiencias conflictivas en diferentes épocas y circunstancias, junto a los intentos fallidos de reconstrucción social, muestran las insuficiencias de la gestión política de estos procesos en sociedades que han vivido largos periodos de conflicto y que, inclusive hoy, mantienen esquemas de violencia. De ahí la importancia politológica de este tipo de asuntos. Tres motivaciones llevaron a la elección de Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia como casos de estudio, teniendo en cuenta sus diversas perspectivas, pero reconociendo los hondos procesos de fragmentación social fundados en dinámicas de conflicto y violencia por largos periodos de tiempo que han vivido cada uno de estos cuatro países. Esta es la primera circunstancia que nos motiva a elegirlos como casos de estudio. La segunda motivación radica en que en cada país la propuesta de reconciliación social como método alternativo tuvo aciertos y desaciertos destacables. Por ejemplo, Sudáfrica es conocida mundialmente como “modelo   Reconociendo que el conflicto es constitutivo de lo humano, se asume la condición conflictiva en perspectiva de los enfrentamientos que se producen en sociedades donde la injusticia impera: la inequidad fragmenta lo colectivo y la segregación coloca a los diversos grupos en continuo choque de intereses: necesidades y valores. 1

La pregunta se plantea en términos generales. Sin embargo, ser conscientes de las diferencias contextuales y procedimentales que cada realidad de conflicto y violencia presenta, demanda esta aclaración metodológica. Por ejemplo, los casos escogidos: Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia tienen diferencias sustanciales que no es posible desconocer. Los tres primeros plantearon los procesos de posconflicto después de acuerdos entre las partes enfrentadas y con cese de hostilidades. En Colombia, por el contrario, se mantiene un proceso conflictivo y violento. 2


Introducción

ejemplar de reconciliación social”, aun cuando no se puede desconocer que no ha sido el caso más exitoso del mundo, de lo que dan muestra las fallas en la implementación del proceso. No es posible desconocer que la conflictividad constitutiva de lo humano enfrenta serios y profundos obstáculos para lograr la estabilidad absoluta, sobre todo en sociedades con hondos problemas de injusticia social, inequidad y segregación. Sin embargo, el liderazgo de hombres como Nelson Mandela (1918-2013; presidente de 1994 a 1999) y Frederick de Klerk (1936-; presidente entre 1989 y 1994), junto al apoyo del arzobispo Desmond Tutu (1931-), y la implementación de mecanismos de cohesión como el nation building, el uso del deporte del rugby como actividad que unificó las dos razas enfrentadas, entre otros elementos que tendremos en cuenta, permitieron sentar las bases de lo que se podría considerar un camino hacia la reconciliación social. El Salvador y Nicaragua, por su parte, son casos en los que fue palpable la mezcla dinámica entre la búsqueda alternativa a la violencia, la presencia de la cooperación internacional para lograr acercamientos entre las partes enfrentadas y el inicio de procesos conducentes a la reconciliación social que estuvieron, no obstante, centrados en la firma de acuerdos de cese de hostilidades sin acceder a una verdadera reconstrucción. Ambos escenarios, pese al éxito conseguido, dejaron una sensación de impunidad y tergiversación en la búsqueda de la verdad. Colombia, por último, es un caso atípico en materia de búsqueda de reconciliación social. Un largo conflicto, mezclado con aspectos de insurgencia guerrillera de línea marxista o izquierda radical, junto al advenimiento de grupos de extrema derecha promovidos y apoyados por la clase social alta (grandes terratenientes, empresarios, hombres y mujeres de negocios del sector agrario y agropecuario, entre otros), miembros de las fuerzas militares y de policía, junto con líderes políticos en las regiones, y el negocio ilícito de drogas alucinógenas, presentan un panorama bastante complejo de lo que es un proceso sectorizado de búsqueda de la paz. Es decir, el caso colombiano ha puesto su énfasis en acuerdos de cese de hostilidades, creación de mecanismos de reinserción de excombatientes a la vida civil y a la participación política, sin tocar las bases estructurales que demanda un verdadero proceso de reconciliación social. Después de varios procesos de diálogo y acuerdos de paz con grupos insurgentes como los grupos guerrilleros M-19, Quintín Lame, Ejército Popular de Liberación (EPL), entre otros, liderados por los gobiernos desde el de Belisario Betancur (1982-1986), en el primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-

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2006) se sientan las bases iniciales de un proceso de diálogo, negociación y desmovilización de grupos de extrema derecha, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), o paramilitares, en el marco de la llamada ley de justicia y paz, ley 975 de 2005. Esta iniciativa ofreció garantías a los excombatientes que se acogieran a sus principios rectores, brindando también oportunidades a los guerrilleros que desearan ingresar a ella, creándose dos organizaciones del gobierno para atender el proceso: la Alta Consejería para la Reintegración (ACR) y la Comisión Nacional de Reconciliación (CNR), con el objetivo de apoyar el proceso con desmovilizados y víctimas, respectivamente. En este marco, esta investigación centra su atención en los cinco primeros años del proceso de justicia y paz colombiano (2005-2010), por cuanto es el que da una dinámica distinta a lo que se venía trabajando en Colombia en materia de alternatividad al conflicto y la violencia. Y porque estos primeros años del proceso dinamizado por la ley 975 de 2005 ofrecen ejemplos de aciertos y desaciertos frente a una perspectiva de reconciliación social que contribuyen mucho a plantear una política pública de reconciliación social. La tercera motivación para haber elegido estos cuatro casos de estudio es que las diferencias contextuales, circunstanciales, temporales y en términos de resultados, brindan oportunidades y posibilidades para, desde la construcción de lo público, señalar los elementos fundamentales que toda política pública que propenda a la reconstrucción social debe incorporar, aun cuando no puedan presuponerse problemas y soluciones comunes como comúnmente se hace en las otras áreas de gestión de lo público. La diversidad en los cuatro países permitirá construir ese marco de referencia sobre el cual se debe pensar una política en la materia. Teniendo en cuenta la pregunta de investigación y aclarando las motivaciones que condujeron a la elección de los casos de estudio, el libro plantea dos hipótesis: 1) un proceso de reconciliación social es justo cuando el elemento deliberativo es un espacio de imparcialidad en el que los intereses de todos los miembros sean tenidos en cuenta. Y es efectivo cuando los mecanismos institucionales que buscan la convivencia y la coexistencia después del conflicto se fundamentan en bases de institucionalidad guiada por la buena gobernanza y, en última instancia, por la ética pública; 2) todo proceso de reconciliación social debe contener instrumentos como la verdad, la reparación, la restitución, la memoria histórica, el contexto hacia el perdón, entre otros; procesos: tiempos y fases; y estructuras que deben respetarse para que el conjunto del proceso, guiado por la justicia y la ética, funcione.


Introducción

Hacia un modelo ideal a través del método La sensación de “fracaso” en los diversos intentos de construir marcos de referencia en la búsqueda de alternativas frente al conflicto y la violencia, con los consiguientes efectos de “réplica”, es el hecho concreto que nos lleva a confrontar la efectividad de las dinámicas de reconciliación social3. Desde esta perspectiva, buscamos proponer un modelo ideal de reconstrucción social en sociedades que han vivido la fragmentación general debido a acciones conflictivas y violentas, asumiendo los aciertos y desaciertos de los casos de Sudáfrica, Centroamérica (El Salvador y Nicaragua) y Colombia4. El modelo ideal debe dar lugar a la creación de una política pública de reconciliación social que abra las posibilidades de lo justo y lo efectivo en este tipo de iniciativas alternas a la conflictividad. Como se planteó en la hipótesis, la deliberación, la institucionalidad efectiva y la ética pública son los ejes fundamentales sobre los que pretendemos hallar el elemento faltante en este tipo de dinámicas. Por ende, buscamos acceder a cada caso para extraer las particularidades asumidas en los cuatro procesos y tejer una red de principios básicos que brinden la posibilidad de definir los elementos fundantes de una política   Como indicadores del llamado “fracaso” de las posibles salidas alternativas al conflicto y la violencia en El Salvador y Colombia se señalan: la réplica de los actos violentos por grupos de segunda y tercera generación de quienes protagonizaron inicialmente los brotes conflictivos. Tal es el caso de las llamadas Maras en el contexto salvadoreño. Estos grupos de “jóvenes” son los hijos o nietos de los centroamericanos que huyeron de la guerra en los años setenta y ochenta hacia Estados Unidos. En Los Ángeles formaron estos grupos delincuenciales que retornaron al final de los noventa e inicios de la década del 2000 a su país, sembrando nuevamente el contexto de violencia. En el caso colombiano: después de la desmovilización de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia en 2005 —motivada por la propuesta del gobierno del presidente Uribe y amparados en la ley 975, de justicia y paz— un considerable número de combatientes de estos grupos no se acogieron a la propuesta del gobierno y continuaron delinquiendo, siendo denominados Bacrim (bandas criminales). Incluso, algunos de estos grupos se constituyeron con el retorno de excombatientes desmovilizados, que con el correr del tiempo no confiaron en el proceso propuesto por el gobierno o, simplemente, consideraron que “la guerra” era su vida. Una mejor fundamentación al respecto, especialmente sobre el caso salvadoreño, se halla en el documental La vida loca del fotógrafo y cineasta hispano-francés Christian Poveda (2008). Para el caso colombiano, véase el documental online Cómo va la paz, un informe realizado por International Crisis Group sobre las Bacrim (2012). 3

Al hacer referencia a modelo ideal no proponemos una visión platónica ni utópica de la propuesta: hacemos referencia a lo que debería contener una política pública de alternativa al conflicto y la violencia. 4

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pública de reconciliación social, con miras a crear dinámicas de cooperación hacia la reconstrucción social, después de largos periodos de conflicto y violencia. Históricamente, los esfuerzos que la humanidad ha hecho para buscar salidas a las situaciones de conflicto pueden sintetizarse en tres dinámicas: 1) la resolución de conflictos como conjunto de mecanismos estratégicos conducentes al cese de hostilidades y a la concreción de acuerdos o pactos pacíficos; dentro de este conjunto de mecanismos se cuentan los diálogos de paz, la negociación, la mediación, el arbitraje, la composición amigable, entre otros; 2) la transición democrática como espectro de medidas gubernamentales, con apoyo de la comunidad internacional o sin ella, que brindan el espacio político para el paso de gobiernos dictatoriales o autoritarios a democráticos, como han sido, por ejemplo, los procesos en España, Chile, Liberia, etcétera. En este nivel, los instrumentos más utilizados en el ámbito interno son los diálogos y acuerdos partidistas con asunción de elecciones democráticas y, en algunos casos, con procesos constituyentes; internacionalmente, sin embargo, se ha optado por iniciativas como el peacekeeping y peacemaking, con un fuerte protagonismo de las Naciones Unidas; y 3) los procesos de reconciliación social como el espacio ético-político que algunas sociedades abren en su historia de conflicto y violencia para reconstruir la estructura social e institucional que posibilite la convivencia pacífica y el retorno a la democracia. La exposición y el análisis del modelo ideal avanzará de acuerdo con el método de estudio de caso, como herramienta que permite explorar y analizar abiertamente la búsqueda de salidas alternativas al conflicto y la violencia en cuatro países que han vivido largos periodos de uno y otra. De acuerdo con la historia de cada país, esta salida alternativa es la reconciliación social como un horizonte desde el cual se busca el restablecimiento de las relaciones sociales y la consolidación de sociedades de convivencia. Un caso es un objeto de estudio con unas fronteras más o menos claras que se analiza en una teoría o una parte de ella, bien sea por su valor intrínseco. Para su análisis se pueden utilizar materiales diferentes, desde entrevistas semiestructuradas hasta análisis de contenido de documentos varios, pasando por encuestas u observación participante. (Coller, 2005: 29)

Coller (2005) señala que el método del estudio de caso tiene unas tipologías que merece la pena tener en cuenta al momento de escoger esta manera


Introducción

de investigar5. Desde este conjunto de tipos en el modelo, las tipologías de estudio de casos que asumiremos son: 1) según lo que se estudia, la de objeto de estudio con fronteras más o menos claras desde la historia conflictiva de cada uno de los cuatro países escogidos y la centralidad en los procesos de salida a la violencia que emprendieron o aún se emprende en estos casos escogidos; 2) según el alcance del caso, la de caso genérico instrumental, porque mediante estos cuatro países buscamos ilustrar un conjunto de proposiciones que nos conduzcan a las bases de una política pública de reconciliación social; 3) según el tipo de acontecimiento, el tipo mixto, por cuanto recurrimos a acontecimientos pasados para explicar una urgente necesidad presente en materia de reconstrucción social por medio de la gestión de lo público, después de la violencia; 4) y, siguiendo el interés de la investigación, también tendremos en cuenta la tipología del número de casos, en lo referente al caso múltiple, pero centrándonos en la compilación de información desde las similitudes y diferencias de cada país escogido para concluir con el diseño de una reconciliation network que amplíe las bases de la política pública. Enmarcados en el método del estudio de casos, conviene aclarar que la manera de indagar por información en cada caso no es igual. Las dificultades de acceso a un trabajo de campo impidieron acceder a Sudáfrica, El Salvador y Nicaragua. El carácter cualitativo de la investigación nos conduce a hacer uso de la generalización analítica o inducción analítica en torno a la reconstrucción social —como método que, en el abordaje del problema de debate real, posibilita la búsqueda alternativa al conflicto y la violencia mediante la reconciliación social como política pública—. Esto se trabaja abordando cada caso y, desde allí, mostrando la propuesta, ayudados por la revisión de fuentes primarias y secundarias, teóricas y documentales, cuyo acceso se obtuvo por diversos medios: entrevistas, material bibliográfico, información en línea. Con estos recursos se recabó la información necesaria y elementos comunes en los casos de Sudáfrica, El Salvador y Nicaragua. De acuerdo con Coller: “los documentos forman parte de la estrategia de triangulación

Para este autor, el método de estudio de casos tiene las siguientes tipologías: según lo que se estudia: objeto y proceso; según el alcance del caso: específico y genérico (ejemplar e instrumental); según su naturaleza: ejemplar: polar (extremo): típico: único (contextual: irrepetible: pionero: excepcional: desviado-negativo: teóricamente decisivo); según el tipo de acontecimiento (histórico (diacrónico): contemporáneo (sincrónico): híbrido); según el uso del caso: exploratorio (descriptivo): analítico (con hipótesis: sin hipótesis); según el número de casos: único: múltiple (paralelos: disimilares) (Coller, 2005: 32). 5

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que se suele seguir en los estudios de caso para darle coherencia, fiabilidad y solidez a los datos” (Coller, 2005: 80). En el caso de Colombia, además del acceso a la información documental y al trabajo de campo, en la medida en que las posibilidades de seguridad personal lo han favorecido, nos pudimos apoyar en la dinámica del grupo de discusión, como herramienta de análisis cualitativo. Este instrumento de investigación: Se define por representar una situación discursiva grupal controlada por un investigador-moderador para los objetivos de una investigación. El control que ejerce el moderador tiene el propósito de articular lo que pasa dentro del grupo con lo que pasa fuera, es decir, en la investigación y la realidad social objeto de estudio. Su objetivo, por tanto, es doble por el interés que supone articular dos tareas concretas: a. Crear una situación grupal artificial donde los integrantes se manifiesten y hablen libremente, y de la manera más natural y espontánea. b. Mantener al grupo en una situación de trabajo e interés particular que se deriva del tema investigado y de los objetivos de la investigación. (Gutiérrez, 2008: 43)

La complejidad del acceso a víctimas, victimarios (desmovilizados, en términos de la ley de justicia y paz) y funcionarios gubernamentales o de entidades encargadas del proceso, se trabajó mediante esta dinámica investigativa. Entre 2005 y 2010 en Colombia se desataron diversas situaciones que favorecieron u obstaculizaron a la llamada ley de justicia y paz, incluyendo la persecución sistemática de excombatientes de alguno de los grupos y de víctimas, de manera que el acceso a la información no fue fácil. Asimismo, el hecho de ser un proceso “novedoso dentro de las circunstancias colombianas”, especialmente con la manera de gobernar del presidente Uribe Vélez6, y el hecho de lograr la desmovilización de los grupos de paramilitares antes que la de la guerrilla, que no era lo usual, convocó a numerosas organizaciones nacionales e internacionales, así como a investigadores de todas las áreas académicas, dando por resultado una enorme cantidad de solicitudes de “investigación social”, lo que generó cierta desazón entre todos los miembros de   Es importante resaltar que la principal línea política de sus gobiernos se llamó “seguridad democrática”, y consistía en colocar el ámbito de la seguridad y defensa por encima de cualquier otro aspecto nacional. A tal punto que el mayor rubro del presupuesto nacional se fue a este campo de acción. 6


Introducción

los grupos involucrados, tanto víctimas como excombatientes. La expresión popular más utilizada fue “nos tomaron como conejillos de indias”, que expresaba la insatisfacción y el descontento de recibir cantidades de personas preguntando por todos los aspectos relacionados con su situación y que, en últimas, “no les beneficiaban en nada”. En este contexto, la investigación debió enfrentar obstáculos y prevenciones por parte de las organizaciones gubernamentales encargadas y de los sujeto de estudio: víctimas y desmovilizados. Sin embargo, la herramienta del grupo de discusión contribuyó a la obtención de información en terreno, que se contrastó con la obtenida en documentos en cada caso, incluyendo a Colombia. Con el ánimo de complementar la búsqueda de información, evitando que los obstáculos señalados en el caso de Colombia dificultaran la comprobación de las hipótesis, se trabajó con la herramienta de las entrevistas cualitativas (Valles, 2009) con funcionarios de las entidades responsables del proceso y con miembros de grupos de desmovilizados que se encontraban en cárceles colombianas, y con víctimas en zonas en las que no fue posible aplicar grupo de discusión por cuestiones de seguridad. Las entrevistas cualitativas semiestructuradas sirvieron de apoyo al propósito de ahondar en elementos respecto al proceso mediante preguntas abiertas, concretas y específicas. Este instrumento también se utilizó con otro tipo de actores como docentes o especialistas en áreas académicas que podían ayudar en las conclusiones. Con estos instrumentos metodológicos, tras la construcción del modelo ideal propuesto, el marco general del método se basa en el llamado process tracing7. Esta manera de abordar los fenómenos sociales forma parte de los conocidos instrumentos del denominado “método de proceso de rastreo”, que se originó para “incorporar históricas narrativas dentro de teorías muy abstractas en las ciencias sociales” (Falleti, 2006: 1). Alexander George y Andrew Bennet (2005), citados por Falleti, señalaron que este método identifica los mecanismos causales que conectan causas y efectos. Según Falleti, estos dos exponentes de esta metodología de investigación en ciencias sociales definieron “mecanismos causales” como “en última instancia, no observable físico, social, o procesos psicológicos, a través del cual los agentes con capa  Process tracing (seguimiento de procesos), es una herramienta de análisis cualitativo definida como una herramienta de estudio sistemático de diagnóstico de pruebas seleccionadas y analizadas a la luz de la investigación de preguntas e hipótesis seleccionadas por el investigador. Puede contribuir a describir conjuntamente fenómenos políticos y sociales y a evaluar las reclamaciones causales (Collier, 2011: 823). 7

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cidades causales operan, pero solo en específicos contextos o condiciones, para la transferencia de energía, información, o importan a otras entidades” (Falleti, 2006: 1-2). En este sentido, estudiar los casos de Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia en un marco de construcción de un modelo ideal que conduzca a la urgente necesidad de una política pública de reconciliación social, como un mecanismo eficaz y justo para lo alternativo en sociedades que han vivido largos periodos de conflicto y violencia, posibilita el rastreo de causas y efectos de fondo que nos brinde la posibilidad de considerar causales no observables en este tipo de iniciativas de diálogos, negociaciones y firmas de acuerdos de paz, que no consideran lo físico, lo social o los procesos psicológicos como componentes que se deben tener en cuenta para evitar la repetición de actos de violencia o la mutación de lo conflictivo y lo violento en nuevas acciones que recrudezcan la fragmentación social, tal como se ha podido corroborar en los casos de El Salvador (las Maras), Sudáfrica (retorno de la violencia entre negros y blancos) y Colombia: procesos de paz anteriores que no han subsanado los ataques entre grupos al margen de la ley y población, junto al rearme de excombatientes o mezcla entre diferentes miembros de grupos violentos, por ejemplo, las Bacrim como fruto de los exparamilitares. En términos de David Collier: es “una herramienta de análisis para la descripción analítica y deducciones causales de piezas de diagnóstico de evidencias que frecuentemente son comprendidas secuencias temporales de fenómenos o eventos” (Collier, 2011: 824). De esta manera, continúa, como herramienta de causalidad, el eje sobre el cual se hace el análisis está en el trazado de acontecimientos y situaciones sobre el tiempo. Para esto, los acontecimientos y las situaciones se sitúan en determinado instante del tiempo. Así las cosas, el componente descriptivo del proceso de seguimiento comienza con la fijación de hechos en una serie de momentos específicos. Lo anterior para caracterizar un proceso que debe ser capaz de caracterizar los pasos clave en la procesualidad misma, lo que permite un buen análisis de cambio y proceso (Collier, 2011: 824). Siguiendo esta dinámica metodológica, el acceso teórico al institucionalismo histórico y al normativo permitirá avanzar en nuestra apuesta. Cada caso contiene una serie de dinámicas históricas que determinaron el conflicto y la violencia en sus contextos y circunstancias. Cada acontecimiento y situación en el tiempo permitió que tanto la violencia, como los procesos conducentes a lo alternativo con miras a acuerdos e ingreso a circunstancias hacia la reconciliación social, abrieran el análisis del proceso


Introducción

de cada caso particular pero, a su vez, en su conjunto mostrara dinámicas de análisis descriptivo de este tipo de situaciones. No son solo firmas de acuerdos de cese de hostilidades y apertura para el retorno de excombatientes a la vida social, sumado a medidas de reparación y restitución para las víctimas, sino que son causas que parten desde las fallas estructurales que originaron la situación, pasando por las motivaciones personales, y que colocan a la sociedad en una perspectiva de un proceso, constituido por procesos eventuales. De allí la mirada hacia una política pública de reconciliación social.

Lo espacio-temporal Las mismas razones que justifican la selección de los casos de estudio especifican el marco espacial de la investigación en las realidades de Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia, como referentes desde los cuales es posible asumir las similitudes y diferencias de procesos de salida alternativa a la violencia. Reiteramos, para evitar confusiones, que somos conscientes de las particularidades que informan cada uno de los países e, incluso, de la diversidad de los elementos que caracterizan sus conflictos: Sudáfrica afrontó procesos de segregación y enfrentamientos raciales, mientras que en El Salvador y Nicaragua confluyeron elementos de gobiernos dictatoriales, procesos de transición hacia la democracia, en una mezcla de factores socioeconómicos de desigualdad; y, por último, Colombia es un “rompecabezas” de factores sociales, económicos, políticos enmarcados dentro de la ilegalidad, con un trasfondo de discursos de reivindicación social desde la izquierda y el uso de las armas. Desde esta perspectiva, lo espacial da paso a lo temporal en la medida en que en Sudáfrica, El Salvador y Nicaragua los procesos de enfrentamiento y choque cesaron mediante acuerdos e inicios de lo que se podría llamar acercamientos a la “reconciliación social”. Por ello, el análisis se centrará en cómo se dieron esos procesos y las características esenciales de lo que se entendió y asumió como reconciliación social. Para el caso colombiano, como se señaló, se trabajará el periodo 2005-2010, por corresponder al marco dentro del cual se dio inicio al proceso de búsqueda de la paz en el marco jurídico de la llamada ley de justicia y paz, y el ascenso nuevamente del discurso de la búsqueda de la reconciliación, durante el primer gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2006). A partir de estos elementos iniciales, es posible fusionar los insumos que nos ofrecen los otros tres países con miras a la búsqueda de fundamentos para lo justo y efectivo de este tipo de procesos.

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Generalidades hacia el marco teórico Algunas sociedades han asumido los procesos de reconciliación social como un mecanismo de apertura a procesos de reconstrucción de la unidad política —no como homogeneización, sino de lo político como coexistencia de diferencias e, incluso, de antagonismos— después de fuertes experiencias conflictivas y violentas. Estas dinámicas han sido estudiadas teóricamente desde las mismas circunstancias contextuales en las que se han ubicado los procesos a lo largo y ancho del planeta. Por lo general, se examinan con perspectivas en estrecha relación con los mecanismos de resolución de conflictos, especialmente centrados en la problemática de la paz. La perspectiva asumida en este libro busca dar un giro conceptual a esta manera de abordar el problema y la urgente necesidad que se plantea en este tipo de grupos humanos. Busca tocar el fondo de la problemática en cuanto a los desaciertos que han conducido a la no efectividad de este tipo de iniciativas. Nuestra pregunta de investigación marca la pauta conceptual desde la que deseamos partir, y nuestras hipótesis nos permiten plantear una manera distinta de abordar este tipo de análisis. El planteamiento del problema se trabaja recurriendo al institucionalismo como marco teórico desde el que proponemos desarrollar una apuesta hacia la efectividad y justicia de estos procesos conducentes a la reconstrucción de sociedades fragmentadas por el conflicto y la violencia. Para esto, el concepto de institucionalidad se asume como el conjunto de reglas de juego, prácticas sociales, rutinas, entre otros elementos, que se establecen como redes dinámicas que influyen en la vida social y generan pautas, en estrecha relación con las creencias e ideas que configuran el comportamiento colectivo de los individuos. La misma realidad conflictiva de la condición humana, expresada en la exacerbación de lo conflictivo hasta hacer palpable la violencia, dificulta el abordaje de estas problemáticas y hace más compleja la búsqueda de salida a estos sucesos. La sensación de ineficacia, ineficiencia y desaciertos en este tipo de procesos pone en entredicho los elementos constitutivos que deberían impulsar y gestionar las iniciativas en esta materia. Por ello, recurrimos a lo institucional como pieza clave para concretar procesos más justos y eficaces en materia de reconciliación social, y facilitador de instrumentos de apoyo, tales como verdad, reparación, restitución, memoria histórica, etcétera. Las mismas circunstancias que dan paso a los largos conflictos y a las violencias explícitas originan fuertes vacíos en las instituciones que posibi-


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litan la gestión de lo público. En este sentido, la investigación considera que el cambio gradual de la institucionalidad es viable desde el diseño de marcos de actuación social fundados en la racionalidad del actuar humano. Pero, ¿para qué actuar racionalmente en una perspectiva de reconstrucción social? En este punto es valiosa la ayuda de Amartya Sen, para quien la racionalidad tiene unos usos que, en nuestra visión, son los que nos permitirán ahondar en la acción razonable de un ser humano. Para Sen, el primer uso que tiene la racionalidad es lo normativo, haciendo posible que pensemos y actuemos sabia y juiciosamente más que estúpida o impulsivamente. A lo anterior se suma el segundo uso de la racionalidad: “elección racional”. Sen señala que este uso tiene una dimensión “predictiva indirecta”, donde se puede percibir que el comportamiento de lo humano puede predecirse, pero podría ocultar el uso directo de la racionalidad (Sen, 2004: 42). Es decir, cabría preguntarnos qué requiere la racionalidad desde la perspectiva de la elección, qué puede hacer una persona en los roles económicos, políticos y legales. En nuestro caso, podría ser la búsqueda de lo que motiva el acceso a lo alternativo al conflicto y la violencia por medio de procesos de diálogo y negociación conducentes a la paz, después que los años han marcado la destrucción de la vida humana y la fragmentación social. Por ejemplo, a un excombatiente qué lo motiva a dejar las armas: ¿indulto o amnistía? ¿Garantías de retorno a la vida civil apoyadas en “capital semilla” para trabajo? ¿Acceso a la vivienda de interés social? Después de tantos años de estilo de vida violenta, ¿es real su “cambio actitudinal frente a lo social”?, entre otras muchas dimensiones que no se pueden desconocer en este tipo de procesos. También, por el lado de las víctimas, se podrían considerar muchos otros aspectos: ¿qué motiva a la víctima fundada en el dolor, la tristeza, la rabia? ¿La indemnización? ¿La reparación? ¿Qué tipo de reparación prioriza? ¿La restitución? ¿Cómo asume al excombatiente que la victimizó y se desmoviliza? ¿Acoge la reintegración del excombatiente? Finalmente, otro ejemplo que nos puede ayudar a abordar más esta dimensión desde Amartya Sen, son los aspectos de la sociedad en general: tantos años de fragmentación, ¿son fácilmente asimilables? ¿Cómo reaccionan todos los sectores sociales ante la desmovilización y reintegración de excombatientes? ¿Cómo gestionar la polarización en que se mantiene la sociedad frente a un proceso hacia la paz y lo que ello implica? ¿Quién asume los “costos” de un tipo de proceso como estos? En últimas, en una sociedad que busca lo alternativo al conflicto y la violencia, ¿qué se elige, desde dónde, por qué y para qué?

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Además, desde Sen hay un tercer uso que no puede desconocerse. Es el llamado uso extensivo de la racionalidad para comprender qué hacen los otros y por qué, y también qué conocen los otros, qué podemos aprender nosotros de lo que los otros conocen (Sen, 2004: 43). En términos de reconstrucción social, mediante una política pública de reconciliación social, sería la asunción de trabajar en la apertura de los pensamientos y actos conducentes a la consolidación de lo público, más allá de las perspectivas que se tengan en materia de ideología o cualquier otra diferencia que haya estado dentro del marco de las causas del conflicto. Es la coexistencia y convivencia en medio de diferencias y antagonismos, pero con lo público como esfera primordial. ¿Por qué el victimario actuó o actúa de una manera? ¿Por qué la víctima asume un rol de silencio temeroso, mezclado con dolor y rabia, para luego reclamar por sus derechos? ¿Por qué centra su atención en una reparación expresada en dinero, más allá de una reparación de su vida en todos los elementos? ¿Qué conoce la sociedad civil de los actos de los victimarios o del reclamo de las víctimas? ¿Qué lectura hace de la situación un gobierno o una fuerza militar? ¿Es un problema político o de defensa y seguridad? Son solo algunos de los cuestionamientos que surgen cuando nos acercamos al tercer uso de la racionalidad, con una perspectiva de actuar razonablemente. El cuarto uso de la racionalidad, según Sen, aparece en los esfuerzos de cooperación, competición o combate. No solo la usamos para comprender la perspectiva de los otros, sino que debemos contemplar también qué esperamos de los otros. Una persona puede actuar en estas dinámicas motivada por su propio interés más que por la simpatía, el sentido de compromiso o la gratitud. “La actual historia de la cooperación y el conflicto en el mundo tiene muchas enseñanzas que ofrecer que nos llevan más allá de la comprensión de fórmulas y reacciones” (Sen, 2004: 45). Finalmente, el quinto uso de la racionalidad nos ofrece el espacio y el tiempo en el que nuestra propuesta se afinca para consolidarse como una opción efectiva de reconstrucción social después de largos periodos de conflicto y violencia: Comprender y evaluar cómo pueden ser tomadas las decisiones públicas racionalmente. Igualmente, las figuras de la racionalidad en diversas opciones en la teoría de la elección pública, análisis costo-beneficio, evaluación institucional, evaluación de política pública y otras prácticas de la razón. (Sen, 2004: 45)


Introducción

En este sentido, dos modelos de institucionalismo permitirán que esta investigación logre los resultados esperados: 1) institucionalismo histórico; y, 2) institucionalismo normativo. La dimensión histórica nos permitirá la comprensión conjunta de los procesos y, desde allí, contemplar el diseño idóneo de las instituciones en perspectiva de reconstrucción social. A su vez, brindará elementos que nos permitan analizar la gradualidad de los cambios en este tipo de dinámica y su injerencia en la consolidación de lo público desde categorías de persistencia en el tiempo, ahondando en la no repetición de los hechos. Esto nos conducirá al hecho de que la salida a un momento crítico por medio de la guerra civil, cuando ha tenido defectos de diseño, no tiene por qué implicar un trayecto sin salida que solo mediante la réplica de la violencia daría lugar a nuevas instituciones. Es la realidad del cambio en las creencias. La historia influye, pero no determina. El institucionalismo normativo complementa nuestra búsqueda al permitirnos construir las bases hacia la eficacia de este tipo de procesos a partir de las creencias e ideas, hasta su cohesión en valores, que dinamizan los cambios graduales para superar las dinámicas del path dependence. De allí la racionalidad que se nos demanda para que las ideas se constituyan en columna que sostiene la efectividad de la política pública. De esta manera, los mecanismos institucionales podrán ser aceptados y permitir la cooperación social, superando así los dilemas de la acción colectiva por medio de liderazgos suficientes que generen incentivos. En este orden de ideas, buscamos acercarnos a los fundamentos conceptuales de la realidad de conflicto y violencia dentro de un marco de institucionalismo histórico, normativo y centrado en actores, por cuanto la experiencia que han vivido países como Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia conlleva una alta carga de configuración institucional desde que se ha fragmentado la realidad misma que pide ser reconstruida. A su vez, como se dijo en la primera hipótesis de trabajo, los mecanismos de institucionalidad guiada por la buena gobernanza y, en último término, por la ética pública, son los que brindan las posibilidades de lo justo y efectivo de una dinámica de reconciliación social. Las instituciones representan herencias de un fin o un propósito valorado, con sus correspondientes reglas y obligaciones morales. Constituyen una base socialmente ordenada para la vida humana. Esta fundamentación en un terreno normativo implica la vida de los individuos y los colectivos en una realidad social vivida. Vivir una cultura que da la espalda a las

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28 | Reconciliación social como política pública instituciones equivale a intentar vivir en un cuerpo físico sin esqueleto o a tener la esperanza de poder usar un idioma, pero no su gramática. Una cultura íntegramente dedicada a desconfiar de sus instituciones es un contrasentido. (Heclo, 2010: 70)

Organización del libro Para presentar el desarrollo y las conclusiones de la investigación el texto se divide en cuatro partes delimitadas y definidas por los elementos de: 1) marco teórico y definición de los conceptos fundamentales para abordar la temática (capítulos 1 y 2). Estos dos capítulos se desarrollan basados en los enfoques de los institucionalismos histórico y normativo, por cuanto la realidad de conflicto y violencia rompe la dinámica de lo común, lo colectivo, y desata procesos de individualismos y sectorizaciones que luchan por la defensa acérrima de sus intereses, más allá de la configuración de espacios de convivencia y coexistencia. Luego, en el segundo capítulo se trabajarán los conceptos de reconciliación social y ética pública como “columnas fundantes” de un “puente teórico” que nos brinde la posibilidad de afirmar que sí es posible configurar una política pública de reconciliación social en perspectiva de reconstrucción social, yendo más allá de las obsesivas búsquedas de la paz y contentándonos con firmas de acuerdos de cese de hostilidades, mientras en el tintero se dejan reformas estructurales que, mientras no se trabajen públicamente a fondo, terminan siendo las causas de la repetición de hechos violentos; 2) en el capítulo 3 se presentan los casos de Sudáfrica, El Salvador y Nicaragua dentro de un esquema definido con categorías de análisis cualitativo8; y, 3) en el 4 se expone el caso de Colombia, acompañado de la documentación básica que permitirá desarrollar las mismas categorías de análisis que asumimos con los tres primeros casos, junto al análisis de resultados del trabajo de campo realizado con los instrumentos de grupos

Para el interés de esta investigación es adecuado delimitar unas mínimas categorías de abordaje de los casos, evitando la dispersión en otro tipo de elementos que ampliarían excesivamente el abordaje del asunto. Estas son las categorías para tal fin: 1) procesualidad-tiempos; 2) instrumentos para la efectividad del proceso: verdad: reparación: restitución: memoria histórica: contexto hacia el perdón; 3) instrumentos de sentido o éticos; 4) marco institucional: justicia transicional (derechos y deberes); creación y promoción de la institucionalidad; y 5) definición y aplicación de una política pública. 8


Introducción

de discusión y entrevistas cualitativas semiestructuradas para apoyar la presentación del país y su realidad hacia la reconciliación social. Finalmente, presentamos la propuesta del reconciliation network que consideramos puede favorecer la dinámica de justicia y efectividad de procesos de reconciliación social por medio de una política pública que debe ser diseñada e implementada dentro de un marco de institucionalidad que facilite la persistencia y la no repetición de los hechos, con efectos de reformas estructurales sólidas.

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Editora Martha Lucía Gutiérrez Bonilla

alidad, justicia ia en Colombia la

Autores Martha Lucía Gutiérrez Bonilla Donny Meertens July Fajardo Farfán Eliana Pinto Velásquez Luz María Londoño Fernández Patricia Ramírez Parra Luz Claribe Rincón Rodríguez Mónica Londoño Martínez Viviana Osorio Pérez Judith Erazo Amanda Carrera Olga Alicia Paz Guillermo Padilla Carlos Paredes

Editora

Martha Lucía Gutiérrez Bonilla

ampesinas. Transicionalidad, a en Colombia y Guatemala

cía Gutiérrez Bonilla -editora-

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nza oberna y multinivel mo birregionalis

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Editores Eduardo Pastrana Buelvas Hubert Gehring Autores Mario Arroyave Quintero Ricardo Betancourt Vélez Dirceo Córdoba Guzmán Claudia Dangond Gibsone Jennifer Duarte García Daniel Flemes Angélica Guerra Barón Benjamín Herrera Chaves Marco Antonio Macana Ana Milena Molina Beltrán Edwin Murillo Amaris, S. J. Michael Radseck Ángel Sánchez Mendioroz Oscar Simmonds Pachón Mayden Solano Jiménez Ana María Trujillo Currea Andrés Mauricio Valdivieso Maik Zarandi

editores:

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PROBLEMAS Y DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS de la gobernanza global y regional

Eduardo Pastrana Buelvas Abogado de la Universidad Santiago de CaliColombia (usc). Doctor en Derecho de la Universidad de Leipzig-Alemania. Fue rector y director de investigaciones de la usc. Es profesor titular de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (pujb), en donde se desempeña actualmente como director del Departamento de Relaciones Internacionales y editor de la revista Papel Político de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Es director del Grupo de Investigación en Relaciones Internacionales, América Latina e Integración (griali). Es consultor de la Konrad-Adenauer-Stiftung de Colombia. Es Profesor Invitado del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Leipzig-Alemania. Es miembro de la International Studies Association y de la Latin American Studies Association. Ha sido profesor en las Universidades de Castilla la Mancha-España y usc. Ha publicado numerosos libros y artículos sobre temas de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales.

Eduardo Pastrana Buelvas

Problemas y desafíos contemporáneos de la gobernanza global y regional

La solución negociada del conflicto armado interno y la consecuente búsqueda de la paz han venido influyendo constantemente la agenda de política exterior colombiana (PEC). Las negociaciones entre el Gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comienzan en 2012 durante el primer período presidencial de Juan Manuel Santos (2010-2014) y han venido avanzando cualitativamente en el segundo (2014-2018). Ante la inminente firma de un acuerdo de paz —que recoja los cinco puntos de la agenda de negociación— entre el Gobierno y las FARC en el transcurso de 2016, la sociedad colombiana enfrentará una serie de desafíos internos y externos en una etapa de posacuerdo o posconflicto. En consecuencia, este libro de autoría colectiva plantea una serie de

al. La KAS trabaja

olombia cooperan-

e las instituciones del respeto a los

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AUTORES: Andrés Mauricio Valdivieso Camilo Defelipe Villa Carolina Cepeda Carolina Pedroso Claudia Dangond Diana Fernández Diego Vera Eduardo Pastrana Buelvas Eduardo Velosa Edwin Murillo S.J. Everardo Víctor Jiménez S.J. Germán Prieto Henry Cancelado Hubert Gehring Luis Felipe Vega Louise Lowe Marco Antonio Macana Margarita Cuervo Marília Souza Mario Arroyave Quintero Martha LucÍa Márquez Miguel Gomis Paula González Peter Birle Rafael Castro Ricardo Betancourt Roberto García

también en las intersecciones entre los asuntos internos e internacionales que se deriven de la implementación del acuerdo suscrito.

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POLÍTICA EXTERIOR COLOMBIANA Escenarios y desafíos en el posconflicto

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Eduardo Pastrana Buelvas y Hubert Gehring, editores

Eduardo Pastrana Buelvas -editor-

Las experiencias de conflictos armados y procesos de reconciliación de Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia legan una serie de iniciativas, aciertos, desaciertos, falencias e intentos en pos de una reconstrucción social después de largos periodos de conflicto y violencia. Estos cuatro casos de estudio, analizados en perspectiva social de reconciliación, definen las bases fundamentales que deben acompañar el diseño para diseñar una política pública de reconciliación social que se constituya como eje transversal en este tipo de sociedades que han vivido largos periodos de enfrentamiento y, por ende, de fragmentación social.

Edwin Murillo Amaris

Los conflictos violentos en la historia del mundo evidencian tanto las enormes capacidades de destrucción del ser humano como los innumerables intentos de resolver estos impasses. ¿Por qué no han sido eficaces estos intentos de resolver los conflictos? ¿Qué ha faltado para que los grupos humanos aprendamos a vivir civilizadamente? Pues, cada vez que se propician dinámicas de diálogos y negociaciones entre partes enfrentadas, pareciera que las fórmulas empleadas no llegan a “saldar a fondo las causas” de los enfrentamientos. Es como una suma de “paños de agua tibia” ante hondas complejidades que caracterizan la vida en común.

Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia

Edwin Murillo Amaris

Doctor en gobierno y administración pública (Universidad Complutense de Madrid). Magíster en filosofía y en teología (Pontificia Universidad Javeriana). Especialista en resolución de conflictos (Pontificia Universidad Javeriana). Teólogo (Pontificia Universidad Javeriana). Profesional en relaciones internacionales (Universidad Jorge Tadeo Lozano). Docente e investigador en el área de construcción de paz (resolución de conflictos, justicia transicional y reconciliación social). Ha tenido experiencias en terreno en zonas de conflicto, como Tierralta (Córdoba), Barrancabermeja (Santander) y San Pablo (sur de Bolívar). Asimismo, ha trabajado el área de la gestión pública, buscando un “puente analítico” entre los componentes de construcción de lo público en perspectiva de construcción de paz. Ha escrito artículos en revistas académicas sobre conflicto, reconciliación, búsqueda de paz y políticas sociales, con énfasis en el posconflicto.

RECONCILIACIÓN SOCIAL COMO POLÍTICA PÚBLICA: Sudáfrica, El Salvador, Nicaragua y Colombia

S INDÍGENAS SINAS

La obra recoge una serie de trabajos realizados en la última década sobre los desafíos de la gobernanza regional y global. Dichas problemáticas desarrolladas a lo largo del texto se abordan desde una perspectiva interdisciplinaria, cuyos pilares fundamentales son las teorías de las relaciones internacionales, el análisis de política exterior y el derecho internacional. Adicionalmente, en la obra se lleva cabo un diálogo con disciplinas sociales como la ciencia política y la sociología, con cuyos conceptos y herramientas se interpretan los desafíos que enfrenta el derecho internacional público en un orden mundial en transición. Así mismo, se explican los retos de la Unión Europea de cara a su gobernanza interna y a la gestión de asuntos de la agenda global; la tensión entre los procesos globales y los procesos de regionalización; las luces y sombras de los procesos de regionalización en América Latina; la proyección de Colombia en el escenario regional y el global y, por último —pero no menos importante—, la proyección del liderazgo regional de Brasil y su búsqueda de un rol como jugador global.

PROBLEMAS Y DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS DE LA GOBERNANZA GLOBAL Y REGIONAL

s de esta colección:

Eduardo Pastrana Buelvas

Otros títulos de esta colección:

RECONCILIACIÓN SOCIAL COMO POLÍTICA PÚBLICA:

Editores Eduardo Pastrana Buelvas y Hubert Gehring

Política exterior colombiana. Escenarios y desafíos en el posconflicto Eduardo Pastrana Buelvas y Hubert Gehring -editores-

Edwin Murillo Amaris

CARÁTULA FINAL MURILLO.indd 1

Foto de la portada: Juan Sebastián Perdomo

16/04/17 10:36 a.m.


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