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Una Historia de Amor

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Cupcake Lover

Cupcake Lover

Por José Rafael Rivero

Elías dejó aquella carta bajo la puerta y salió del edificio sin voltear atrás…

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Esa tarde había llovido y aún había charcos en la calle, con el sobretodo empapado, Elías entró en aquel café que habían inaugurado días antes, cercano al edificio donde vivía Laura.

Pidió un mocaccino y sacó del sobretodo aquel libro que leía y que lo traía distraído. Sacó también su vieja agenda y un lápiz con el que comenzó a escribir algunos versos, la lluvia siempre fue una excusa para escribir versos e historias, esta vez solo atinaba a juntar algunas palabras y le buscaba un sentido, emoción y confusión por la espera. Laura subió las escaleras, introdujo la llave en la puerta y al abrirla notó aquel sobre en el suelo, lo levantó y sin pensarlo más lo abrió mientras se servía un café y se sentaba en el sillón.

Había estado recibiendo sobres por meses y cada uno la impulsaba a esperar con ansias en próximo. Esta vez no sería diferente.

Tomó su primer sorbo y comenzó a leer: “Una vez más te pienso, debo irme de la ciudad por un tiempo indeterminado y no sé que hacer con esto tan grande que sigue creciendo dentro de mí, debo mirarte a los ojos para decirte que cada carta, cada letra, la he sentido como a nada, sé que he sido un soñador pero nunca te diría una mentira, ya no quiero ser solo letras, ojalá puedas entenderlo y acercarte a la dirección al final de la carta, te estaré esperando cada día hasta la próxima semana que debo partir.

Quiero que sepas que aunque no asistas no podré juzgarte, he sido un loco de atar al intentar acercarme de esta manera tan absurda, he sido por años un hombre tímido, tal vez por eso nunca logré llegar a una relación con alguien, pero desde que te ví aquella tarde en la exposición en el Museo, descubrí que podrías ser una hermosa historia, una oportunidad para intentar. Han pasado meses desde eso y después de tantas cartas, muero por compartir contigo momentos únicos, siento que muy dentro de ti se está gestando algo bonito y puro, mis anteriores cartas han sido sinceras. Espero asistas”.

Esa tarde no ocurrió nada, los días fueron pasando y cada tarde Elías llegaba al café libro en mano y se dejaba cautivar por la espera, sin lograr el encuentro soñado con Laura.

Esa última tarde antes de su fecha de partida se acercó como las otras veces al café, ese día las ventas habían estado muy bajas y los comensales habituales no se hicieron presentes a la hora del almuerzo, por lo que las sillas aún recogidas sobre las mesas daban la impresión que estaría solo una vez más.

Pero la salida del Sol por un rato, en medio de aquel invierno casi eterno, tenía que significar algo, la fortuna, el destino… algo… Una hermosa chica, delgada y de estatura media, cabellos largos y unos ojos achinados había entrado al café y atravesándolo llegó hasta la terraza. Estaba en pleno la pandemia y se vivía el día a día cubriertos con tapabocas, pero aún así al verla, el corazón de Elias saltó fuerte dentro y se paró de inmediato de la silla para recibirla.

Laura había preguntado al encargado si había alguien esperándola y él supuso que era Elías quien cada día pasaba allí sentado horas café en mano mirando en todas direcciones. Fue así como ella lo reconoció en medio de aquel bosque de sillas vacías. Elías tomó su mano, se miraron a los ojos sin saber que hacer o decir, se sentaron y sin pensarlo comenzaron a hablar sin parar, del cómo y el porqué, entre café y unos ponquecitos deliciosos, tomándose de la mano y tratando de entender… La noche se hizo lejana, la tarde cómplice jugaba a soltar unas gotas de lluvia, pero ellos no se distraían, solo querían adentrarse cada vez más uno en el otro. En ese encuentro, Elías entendió que irse podía ser un error,debía hacer algo al respecto.

Salieron del café tomados de la mano, Elías sonreía bajo su mascarilla, ella lo hacía con sus ojos, al salir, en plena calle, se quitaron las mascarillas para sellar aquel encuentro con un beso profundo, bajo una llovizna cómplice que los acompañó hasta la casa de Laura.

A los meses Laura quiso dejarle a Elías un presente para Enamorarlo Una Vez Más… ¿Quieres saber qué es? Ve a la Página 49.

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