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GUERRA DE SEXOS
A través de una cultura marcadamente masculina Por Claudia Behn
@claudia.behn.eschenburg
Desde nuestra cultura, marcadamente masculina se han institucionalizado por medio de la educación y la socialización normas y reglas a seguir en cuanto al género en lo referente a creencias, rasgos de personalidad, actitudes, valores, conductas, actividades y asignación de roles que diferencian a hombres y a mujeres. Estas diferencias influyen en nuestra forma de pensar, sentir y actuar e implican diferencias y jerarquías entre ambos sexos. De esta manera se ha creado a lo largo de las generaciones el término masculinidad y feminidad exigiendo que los hombres sean “masculinos” y que las mujeres sean “femeninas”, rechazando todo tipo de “mezcla”, es decir, se espera que los hombres sean marcadamente masculinos y por tanto nieguen y rechacen de sí todo tipo de rasgos femeninos, al igual que se espera que la mujer se eduque siendo mujercita femenina rechazando todo tipo de masculinidad en sí misma. Lo masculino significa el poder racional y económico, lo agresivo, dominante, fuerte, duro, poco sensible al sufrimiento, intelectual, viril, con sentimiento de superioridad, quien protege y procura, centrado en el trabajo, en ganar dinero y en obtener éxito, con un alto índice de negación y rechazo hacia lo femenino. Es el hombre quien sabe y resuelve todo y tiene la capacidad de “salvar” a la mujer.
Continúa…