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Yamandú Rey 04-12-1925 | 16-02-2020 Un caballero 100% pastor

Yamandú Rey 04-12-1925 | 16-02-2020

Un caballero 100% pastor

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Rev. emérita Mary Estefan S.

Varias veces pudimos ir juntos al Museo del Carnaval porque a él le encantaba escuchar a las murgas con sus cuplés, salpicones y retiradas. Así, en ese mes que él tanto disfrutaba, en febrero, época de Carnaval en nuestro país, el pastor Rey hizo “su retirada” de este mundo.

Se nos adelantó en el viaje, pero dejó un legado colmado de cariño, comprensión, solidaridad, respeto, entrega y compromiso, esparcido por todos los lugares en los que estuvo. Un legado que se percibe en los testimonios de la gente que lo conoció, lo quiso, o fue pastoreada por él, y que maravillan el alma al ser oídos.

Su vida fue como una planta de lavanda: siempre aromática, siempre fresca, siempre útil.

Con el perfil superbajo que tenía nadie me creería si digo que se podría escribir un libro con sus historias y vivencias. Un grande entre los grandes de la Iglesia, humilde, sabio y repleto de buen humor para enfrentar cualquier situación.

Por donde anduvo dejó huella, con su pensamiento siempre alineado a su actuar, y su forma de hacer las cosas a la manera de Jesús.

Ministraba donde lo enviaran las autoridades, pero prefería trabajar con los sectores más desfavorecidos porque se sentía verdaderamente identidicado con esa labor. Le gustaba predicar, hacer estudios bíblicos y sobre todo, visitar a las personas para charlar, conocerlas y acompañarlas.

Tuvo un largo ministerio en nuestra Iglesia Metodista, fue pastor en varias iglesias del interior y de Montevideo. Fue presidente de la Iglesia por 3 períodos consecutivos, desde 1988 hasta 1994.

Siempre recordaba con mucho amor su pasaje por las iglesias de Sarandí Grande, Durazno, Trinidad, “San Pablo” y, sobre todo, “Casa de la Amistad” en el Cerro, donde llevó a cabo un ministerio de varios años que dio muchísimos frutos.

Resuena en mí su trabajo con los cañeros de Artigas en las marchas a la capital, brindando alojamiento, alimento y atención pastoral a quienes llegaban agotados de la caminata y de la lucha por sus derechos. También su trabajo junto al Padre Martín de la Iglesia Católica, aportando al bien de la comunidad cerrense, y tantos otros...

En fin, un trabajo pastoral enorme e incansable, en silencio y sin pausa, siempre tomado de la mano de su Maestro y Señor.

Tuvo una compañera de vida, su esposa Carmen Neves, con quien procreó 4 hijos: Eduardo, Alicia, Jorge y Fernando, quienes los llenaron de besos y mimos con nietos y bisnietos.

Y él les dejó a todos ellos su mejor testamento: su testimonio del AMOR de Dios derramado en su vida dedicada a amar y servir como aprendió de su Señor y Salvador.

Buen viaje querido Pastor y amigo, no me cabe la menor duda que arriba ya había un lugar hermoso preparado para ti siervo fiel y perseverante en la causa del Reino y su justicia.

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