RMC
Número 129
RMC
ene / mar 2012
Fundador-Editor: Miguel Ángel Sánchez de Armas Director: Omar Raúl Martínez Editor: Raúl López Parra Coordinación editorial: Jorge Tirzo Consejo Editorial: Gerardo Arreola, Francisco de Jesús Aceves, Alma Rosa Alva de la Selva, Guillermina Baena, José Luis Becerra, Virgilio Caballero, José Carreño Carlón, José Luis Esquivel, Javier Esteinou, Fátima Fernández Christlieb, Ricardo G. Ocampo, Carmen Gómez Mont, Perla Gómez Gallardo, Javier González Rubio, Miguel Ángel Granados Chapa, Fernando Gutiérrez, José Luis Gutiérrez Espíndola, Octavio Islas, Felipe López Veneroni, Fernando Mejía Barquera, Humberto Musacchio, Raymundo Riva Palacio, Miguel Ángel Sánchez de Armas, Enrique Sánchez Ruíz, Luis Javier Solana, Beatriz Solís Leree, Gabriel Sosa Plata, Florence Toussaint, Ernesto Villanueva Consejo Editorial Internacional: Rafael Roncagliolo (Perú), José Marques de Melo (Brasil), Miguel de Moragas (España), Joaquín Sánchez (Colombia), Marcelino Bisbal (Venezuela), José Manuel de Pablos (España), Sergio Caletti (Argentina), Armand Mattelart (Bélgica), Benjamín Fernández Bogado (Paraguay), Mariano Cebrián (España), Manuel Martín Serrano (España) Gerente Administrativa: Esperanza Narváez Producción: Clara Narváez, Anay Romero, Israel Navarrete, Andrés Camacho Buendía Ilustraciones y Fotografía: Del Ángel, Antonio Soto, Cuartoscuro, Sari Dennise Diseño de Portada: Iván Alberto Cabrera
S u m a r i o
Año XXIV
Granados Chapa: autor, pensador, intelectual público
1 2 Raúl Trejo Delarbre
Sus últimos textos sobre medios
1 6 Fátima Fernández Christlieb
Analista y crítico pionero de los medios
1 8 Alma Rosa Alva de la Selva
Granados Chapa y la historia de la prensa
2 0 Florence Toussaint
El periodismo, según Millennium
2 2 Sarelly Martínez Mendoza Aprendizaje invisible
2 5 María Elena Meneses
El oficio de investigar
2 7 Vicente Castellanos
2 9 La investigación anárquicamente rutinaria 3 2 Investigar para saber de primera mano 3 7 La investigación afortunada y venturosa
Presidente Honorario: Miguel Ángel Sánchez de Armas Presidente: Omar Raúl Martínez Vicepresidenta: Esperanza Narváez Perafán Fondo Editorial: Clara Narváez, Abigail Cervantes Proyectos Especiales: Roberto Barrios Gaxiola, Pilar Ramírez, Alfonso Yáñez, Fabiola Narváez Unidad de Libertad de Expresión: Karina Coronado, Verónica Trinidad Martínez, Raúl Velázquez Asesores de Producción: Antonio Moreno, Adela Ávila, Hormisdas Cobos (=) Auxiliar de la Dirección: Jorge Jaramillo La Revista Mexicana de Comunicación es el órgano oficial de la Fundación Manuel Buendía, AC. La revista y la Fundación están integradas como observadoras al Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC), a la Red Mexicana de Protección a Periodistas y Medios de Comunicación y a la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC). Ambas son miembros de la Red Iberoamericana de Revistas de Comunicación y Cultura, de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC) y del Instituto Internacional de Comunicaciones (IIC), y representadas en la Asociación Internacional de Investigadores de Comunicación de Masas. Revista Mexicana de Comunicación es una publicación bimestral editada por ECO Información SC. ISSN 0187-8190. Certificado de licitud de título 3390, de contenido 3221 y de reserva de uso de título 72-89. Editor responsable: Omar Raúl Martínez Sánchez. Dirección: Guaymas 8-408, col. Roma, 06700, Del. Cuauhtémoc, México, DF. Tel. 52 08 42 61. Impreso en los Talleres de Reproscán, SA de CV, Antonio Maura núm. 190, col. Moderna, 03510, Del. Benito Juárez, México, DF. Tel. 55 90 99 32. Distribución: En locales cerrados de toda la República CITEM, Taxqueña 1798, México DF, Permiso de SEPOMEX como publicación periódica núm. 048-0689; características 229541 409. No se responde por originales no solicitados. Los artículos firmados no reflejan necesariamente la línea editorial de la revista. Se prohibe la reproducción del contenido salvo citas para reseña .
Convergencia y circulación de información
4 2 Claudia Benassini Félix
Columnas Libreta de apuntes
6 Periodista académico / Omar Raúl Martínez Biblioteca
8 Audiencias, ética, periodismo... / Jorge Tirzo Tecnología y sociedad
9 Indignación sin fronteras / Carmen Gómez Mont europeo 10 Mirador 40 años de facultades de comunicación en España / Mariano Cebrián
Libreta Libreta de de Apuntes Apuntes Omar Raúl Martínez
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on Miguel Ángel Granados Chapa fue quizás el primer columnista forjado desde la academia que empezó a incrustar, de manera regular, el análisis y crítica a los medios masivos de comunicación. Baste recordar, primero, el ensayo titulado “Una aproximación a la prensa mexicana”, publicado en julio de 1972, en la edición 69 de la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales. Ahí, tras ofrecer una somera descripción de los medios impresos, hace un cuestionamiento del régimen legal en la materia. Desde entonces advirtió que se requerían más estudios de campo, análisis y reflexión. Desde sus primeros aportes como articulista y columnista en Excelsior, El Universal, la revista Siempre, y luego con su “Plaza Pública” en Cine Mundial, Unomásuno, La Jornada, El Financiero y Reforma, tuvo como tema recurrente el análisis de los medios en relación con la política y la sociedad. Así, no le resultaron ajenas vertientes tales como el derecho a la información, la democratización de los medios, la necesidad de contrarrestar el monopolio mediático y la libertad de expresión. Para dichas acometidas privilegió la perspectiva jurídica que, desde luego, por haber estudiado derecho, dominaba como pocos. De todo esto queda constancia, como bien refiere Raúl Trejo Delarbre, en tres libros referentes para quienes nos interesa el estudio en torno a los medios: Excelsior y otros temas de comunicación y Examen de la comunicación en México, publicados ambos por Ediciones El Caballito en 1980 y 1981, respectivamente; así como Comunicación y política, editado por la Fundación Manuel Buendía y Océano en 1986. En suma: como se consigna en las siguientes páginas, Granados Chapa significó un puente entre la vida académica y el ámbito periodístico, pero ante todo fue un precursor del análisis político sobre los medios de comunicación en México, que en los años sesenta y setenta brillaba por su ausencia. Capitalizó para ello su acendrada vocación periodística, sus conocimientos jurídicos, su pasión por la historia y su permanente estudio científico de la comunicación masiva. No fue gratuito que, por ese motivo, desde entonces apoyara a investi-
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Miguel Ángel Granados Chapa
Periodista académico Insustituible sin duda será la figura de Miguel Ángel Granados Chapa en el entorno periodístico mexicano. Como magistralmente lo exponen en el presente número de RMC cuatro distinguidos académicos, más allá de analista político, el autor de "Plaza Pública" conjugó las dotes de historiador, maestro, intelectual, así como estudioso y protagonista de los medios de comunicación mexicanos. gadoras como Fátima Fernández Christlieb, Alma Rosa Alva de la Selva y Florence Toussaint, entre otras y otros, quienes constituyeron la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación y de la cual Granados fue miembro activo en los ochenta.
Humildad y esperanza
Dueño de un temperamento ecuánime pero implacable en sus asertos, don Miguel Ángel
Solidario y generoso.
REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN/ enero-marzo 2012
Foto: Jorge Tirzo / FMB.
no estuvo exento de manifestaciones excesivas e incluso injustas hacia algunos profesionales del ámbito periodístico como lo han referido Raúl Trejo Delarbre y Fernando Mejía Barquera. Yo mismo, y particularmente la Fundación Manuel Buendía que presido desde el año 2000, fuimos objeto de duras expresiones suyas. En tres ocasiones –agosto de 1999, agosto de 2001 y julio de 2003–, en su “Plaza Pública” aparecieron sendas críticas que descalificaban y cuestionaban acremente a esta Fundación. El 16 de agosto de 1999 señaló que, con la anuencia del entonces presidente de la FMB, la Revista Mexicana de Comunicación se había prestado a reproducir las palabras de un “boquiflojo” con “la intención de agraviar a Scherer”, en el “número de abril a junio, bajo los siguientes encabezados: ‘Con el albazo de marzo, Proceso ve quebrantado su patrimonio moral. Don Julio Scherer traicionó su palabra: Carlos Marín’”. Pocos días después, en las mismas páginas de Reforma, respondí que el referido texto de ninguna manera tenía la pretensión de “agraviar a Scherer” sino “mostrar una versión (puesto que los nuevos directivos han preferido evitar declaraciones) sobre los conflictos dentro de esa revista” habida cuenta que se trataba de un tema de interés público. Tan lejos estamos de “agraviar” la imagen de don Julio Scherer –añadí en la misma carta– que hace casi tres años (noviembre de 1996), la RMC le dedicó un número especial
(el 46) donde se rescató su pensamiento y se valoró su importante aportación al periodismo mexicano. Además de subrayar que la responsabilidad editorial de la revista concernía única y exclusivamente al actual director desde 1992 (es decir; a mi persona), destaqué el compromiso de la Fundación Manuel Buendía con las libertades informativas pese a los cambios en su cuerpo directivo: Por todo lo anterior, consideramos imprecisa e injusta la expresión de don Miguel Ángel Granados Chapa que hace referencia a “una fundación que en sus orígenes pugnó por el respeto al trabajo informativo”. En el presente, esa Fundación –aun con magros recursos y gracias a la entrega de un voluntarioso grupo de jóvenes– sigue y seguirá rindiendo frutos en memoria de don Manuel Buendía a través de su Fondo Editorial, sus unidades de trabajo y la Revista Mexicana de Comunicación. En el segundo envío que data del 17 de agosto de 2001, ante un cuestionamiento similar, ya como presidente de la Fundación refrendé: Los nuevos directivos de la FMB tenemos la firme voluntad de continuar con la cosecha de numerosos frutos en los campos de la comunicación social. Con orgullo podemos decir que la Fundación Manuel Buendía es tierra fértil y por ello la defendemos con pasión y trabajo. Don Miguel Ángel Granados Chapa todavía es miembro fundador de la FMB e integrante del Consejo Editorial de RMC. Por tanto, lo invitamos a participar activamente con el fin de fortalecer los rumbos de ambas entidades. En julio de 2003 don Miguel Ángel tecleó palabras sumamente incisivas pues, al referirse al otrora vicepresidente de la FMB entre 1993 y 1998, escribió que éste había sido “parte del grupo que se apoderó de ella para fines personales”. En lo particular, sinceramente, quedé muy dolido porque las palabras provenían de un periodista que admiraba y que seguí admirando. Respondí en los siguientes términos: Ignoro los motivos reales de don Miguel Ángel Granados para lanzar sus dardos contra la FMB. Quizás subyace alguna otra razón, porque ¿acaso es refutable el que dicha entidad haya editado más de 80 libros sobre comunicación, que siga publicando la Revista Mexicana de Comunicación cuyo 15 aniversario está por cumplir, o que en su sitio web ofrezca innumerables contenidos para beneficio de estudiantes, investigadores y periodistas, o que procure capacitar a los jóvenes en vías de incorporarse al ámbito profesional? […] ¿Se puede decir que alguien se “apodera” de una entidad cuando al verse ésta a punto de sucumbir ante la falta de apoyo de sus fundadores, un reducido grupo de jóvenes optamos por entregarle nuestra
Columnista, maestro, intelectual, historiador...
energía, tiempo, alma y vida? ¿Cree que le arrebatamos a otros grupos la posibilidad de seguir construyendo la FMB, cuando en no pocas ocasiones hemos tenido que alternar otros empleos para mantenerla en pie? Si por “fines personales” el columnista quiere hacer referencia al nuevo rumbo profesional tomado por algunos ex miembros directivos tras su paso por la FMB, consideramos respetable su decisión pues entendemos que no están obligados a atar su vida a un proyecto como el nuestro. […] Ahora, si por “fines personales” busca hacer entender algún ingreso turbio o ilícito por parte de quienes encabezamos la Fundación Buendía, sería conveniente que expusiera la información respectiva. No hallará absolutamente nada porque estamos limpios. Al final de la última carta le reiteré la convocatoria a participar como fundador que era de la Fundación Manuel Buendía. Cuatro años más tarde, en plena explanada del Zócalo, durante una movilización contra la Ley Televisa efectuada a mediados de 2007, me acerqué a él para darle un ejemplar de la Revista Mexicana de Comunicación que dedicaba su edición más reciente a dicho tema. Para mi extrañeza me saludó muy cálidamente y con suma parquedad me dijo: “Tenemos que platicar. Quiero ofrecerle disculpas. Por favor llámeme para que nos veamos”. Estas palabras bastaron y de verdad valoré más aún su condición ética. La humildad no es un valor muy popular entre el gremio periodístico, pero constaté que sí lo era para gente de la talla del maestro Miguel Ángel. Desde entonces, hay que decirlo, apoyó y participó invariablemente en las actividades convocadas por la Fundación Manuel Buendía, y siempre con el acompañamiento de un querido amigo mutuo: Virgilio Caballero. Incluso prologó y presentó
Foto: Sari Dennise.
un libro de mi autoría en febrero del año pasado (Semillas de periodismo. Ética, información y democracia), y todavía se dio tiempo, el pasado 30 de mayo, para develar una frase de Manuel Buendía en la plaza en honor de Francisco Zarco, acto organizado por la FMB. En otras palabras: además de ser un gran profesional de la tecla y el análisis periodístico, don Miguel Ángel Granados Chapa fue un hombre solidario y generoso. Por ello no sobra un homenaje desde las páginas de RMC. Homenajearlo es reconocer y reivindicar la postura de una prensa cuestionadora, pese a las pretensiones controladoras del poder político y económico. Homenajear a don Miguel Ángel es dignificar el oficio del libre pensador que tanta falta hace a las páginas de nuestros medios y que necesitamos estimular desde la universidad. Brindarle un reconocimiento es ofrecer alicientes a los jóvenes que aspiran a cambiar el entorno. Porque él mismo mantuvo esos afanes de luchar contra el desaliento y el conformismo que apaga el ánimo frente al avasallamiento de los poderosos. No nos deslicemos a la desgracia –decía con firmeza–, menos aún caigamos de súbito en el abismo. Cada quien desde su sitio, sin perder sus convicciones, pero sin convertirlas en dogma que impidan el diálogo, impidamos que la sociedad se disuelva. La pluma, la vida y el pensamiento de Miguel Ángel Granados Chapa nos ayudan a mirar y entender la realidad con la pretensión de reconstruirnos como país y reconstruir la esperanza con ese espíritu que haga que renazca la vida, tal y como esculpió en su última RMC “Plaza Pública”. Profesor e investigador de la UAM Cuajimalpa. Director de la RMC y presidente de la Fundación Manuel Buendía, A.C.
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Biblioteca Biblioteca
Varios Autores
Poynter Institute
Jorge Tirzo
Villanueva Ernesto
Martínez Omar Raúl Entendiendo a los nuevos públicos o sólo los medios han cambiado. La ciudadanía que los consume y produce también se ha vuelto cada vez más activa. Las protestas ante la salida de Carmen Aristegui a inicios de 2011 dieron prueba del poder que tienen actualmente las audiencias gracias, en parte, a las herramientas digitales. Fruto de dicho suceso fue el Encuentro Nacional por la Diversidad y la Calidad en los Medios de Comunicación convocado por la AMEDI en abril de 2011. Éste libro recopila las ponencias y conclusiones presentadas en dicho encuentro. Todas dan prueba de que –como asegura Aleida Calleja en el prólogo– “la comunicación es de quien la trabaja”.
N Comprender la autorregulación os últimos años han surgido figuras autorregulatorias en medios como Canal 22, Once TV, MVS, IMER y Radio Educación. Tras su experiencias como defensor de la audiencia en esta última radiodifusora, Ernesto Villanueva analiza tanto los principios teóricos como los marcos operativos de dichos proyectos. A manera de preguntas y respuestas, La defensoría de la audiencia hace una crítica (y autocrítica) necesaria sobre un tema que –como el mismo autor acepta– “ha sido más comentada que analizada”. Se trata de un primer acercamiento con bases empíricas al estudio de la autorregulación y al establecimiento de procesos más efectivos.
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Villanueva, Ernesto, La defensoría de la audiencia, UNAM, México, 2011, 208 p.p.
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Humanizar el periodismo os cambios tecnológicos y el vértigo de la rutina diaria suelen mantener bajo presión a los medios informativos. En un contexto donde se deben publicar actualizaciones las 24 horas del día, el periodismo corre el riesgo de volverse una profesión automatizada y carente de crítica. Repensar el periodismo es un libro pensado para que los estudiantes de comunicación y periodismo tomen en cuenta las principales consideraciones éticas y democráticas de nuestra profesión. Modelos teóricoprácticos como el de los “Seis sombreros para pensar el periodismo”, permiten tener una herramienta tanto de análisis como de investigación al momento de abordar un reportaje. Útil para los estudiantes y docentes de áreas afines a la publicación en medios.
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Martínez, Omar Raúl, Repensar el periodismo. Aristas del reportaje y otras reflexiones, UAM Cuajimalpa, México, 2011, 151 p.p.
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Trejo, Raúl y Vega Aimée (Coordinadores), Diversidad y calidad para los medios de comunicación. Diagnósticos y propuestas. Una agenda ciudadana , AMEDI, México, 2011, 393 p.p.
Ética en el periodismo digital unque siempre debemos mantener el espíritu de experimentación e innovación, ha quedado atrás el tiempo en que no había ningún tipo de regulación en Internet. El creciente número de usuarios y la importancia a nivel informativo de la Web nos obliga a elaborar un periodismo serio con parámetros éticos de alta calidad. Guillermo Franco, autor de Cómo escribir para la Web, tradujo y adaptó este conjunto de normas propuestas por el Instituto Poynter. A manera de preguntas y respuestas se analizan las nuevas interrogantes éticas del periodismo. Por ejemplo: ¿Cómo decidir cuándo bloquear a un usuario de un sitio web? ¿Cómo filtrar los comentarios negativos? ¿Cómo ser imparcial al enlazar a otros sitios? Imprescindible obra para redactores y editores cuyo trabajo diario está basado en las dinámicas de la web.
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Poynter Institute, Conjunto de guías éticas para hacer periodismo en la web, Centro Knight para el Periodismo en las América, Texas, 2011, 51 p.p. Disponible únicamente como descarga gratuita en: http:// knightcenter.utexas.edu/es/ebook/ conjunto-de-guias-eticas-para-hacerperiodismo-en-la-web-es
Tecnología
y sociedad
Carmen Gómez Mont
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l 2011 habrá sido sin duda el año de la sociedad civil, de los que se manifestaron en las calles, en los foros, en los parlamentos y a través de la Internet. El rostro del año de la revista Time da fe de ello. Y no es que las redes sociales por Internet logren todo lo que se proponen por el simple hecho de existir, sino que constituyen un eslabón fundamental de la acción social nunca antes experimentado. En el mundo y con las tecnologías todo se ve, todo se sabe en cuestión de segundos; unos y otros constantemente nos vemos y esto es lo realmente nuevo. Se trata de un movimiento ciudadano de alcance mundial. Los integrantes son en gran parte jóvenes que se manifiestan de manera sistemática contra el sistema capitalista y las lacras que derivan de él. De entre todos los movimientos llama la atención el realizado en los países árabes; otro capítulo que no puede pasar inadvertido es tanto la llegada de los indignados a las calles de Wall Street en Nueva York, corazón del mismo sistema capitalista, como de las manifestaciones de miles de rusos en Moscú contra el gobierno de Vladimir Putin a fines de 2012. En estos movimientos hay dos grandes constantes: la represión por parte de la policía en las plazas donde se manifiestan y, por otro lado, la creación de sistemas de información y comunicación a través de las redes sociales en Internet. Los actores son desconocidos: nombres comunes y corrientes. Sin ellos nunca hubiera existido una Primavera árabe, ni las concentraciones en Puerta del Sol en Madrid, ni los más de 200 mil manifestantes que hoy se
dan cita en Moscú. A pesar de ser un movimiento mundial y que replicó en los cinco continentes, se encontraron algunos rasgos comunes: jóvenes de 20 a 30 años, algunos con estudios, grandes conocedores de las tecnologías digitales y decepcionados por un mundo en plena ruptura económica y social que paulatinamente va quedando fuera de control. En el 2011, la generación Facebook pasó de lo virtual a lo real, de la indignación al compromiso, de día en la calle y de noche en las pantallas de acuerdo con lo que dice Yann Plougastel en Le Monde (23/12/2011). Todo comenzó debido a la publicación Indígenese de Stéphan Hessel, un berlinés de 94 años cuyo libro no costaba más allá de 60 pesos: un manifiesto de 32 páginas que fue publicado en octubre de 2010. Esta obra fue el detonador del despertar de las consciencias de los movimientos sociales juveniles en todo el mundo. Hessel proclama la indignación activa, el diálogo y el compromiso. Él, más que nadie, lucha por los que no tienen raíces, los inmigrantes, los que están sin recursos; por aquellos que han combatido la injusticia, la opresión y buscan un mundo justo. Dentro de dicha revuelta mundial éstos son algunos de los líderes caídos en el 2011: Hosni Mubarak (Egipto), Benali (Túnez), L.Gbagbo (Costa de Marfil), D. Strauss-Khan (FMI), Osama Bin Laden (Al Qaeda) y Silvio Berlusconi. Las redes sociales buscan crear sistemas de información y comunicación alternos a los oficiales y en los que ya nadie cree, mucho menos los jóvenes. Por esa razón su principal campo de acción parte de las herramientas que
La generación Facebook sale a las calles
Indignación sin fronteras
Las tecnologías digitales han resultado ser elocuentes para la organización de la resistencia civil. Los casos más significativos están en los países árabes donde los medios se vuelen vectores importantes para canalizar el poder de la gente. Hasta ahora, los resultados han sido fructíferos pues han llegado a derrocar a dictadores que parecían imbatibles.
ofrece la Internet. Estos ciudadanos quieren informarse por sí mismos, opinar e idear nuevas formas de compromiso. Los expertos, los más calificados, los hombres de gobierno, tampoco representan un punto de credibilidad para estos jóvenes actores. La fuerza de los acontecimientos destaca por ella misma y por las repercusiones que pueda tener dentro de la Red. Ya no se trata, como señala Patrice Flichy (Le sacre de l´amateur, 2010), de mostrar un desacuerdo o una denuncia, sino de dar un sentido diferente a la información a través de los blogs y de You Tube. Se trata de redes sociales reticulares, horizontales y sin jerarquía. Existen y se conforman de acuerdo con la persecución de un ideal o una meta; una vez alcanzado el resultado, se pueden desintegrar. Esta batalla aporta dos nuevos factores a la vida política: los hombres del poder deberán conside-
rar las demandas de los ciudadanos no sólo en tiempos electorales sino a lo largo de toda su gestión y, los periodistas se ven obligados a dar seguimiento a los temas y eventos que van siendo creados por ellos, ya sea de las redes a las calles o a la inversa. A ese nuevo tipo de democracia Patrice Flichy la llama democracia reticular. A pesar del poder de las redes para la acción social, no hay que perder de vista que la organización social y un proceso de madurez en ella son fundamento para lograr cambios notables dentro de una sociedad, dentro de un país y dentro del mundo entero. Todo ello tiene que ver más con visiones entretejidas que con tecnologías: su fuerza deriva cuando unas y otras convergen. RMC
Investigadora. Correo electrónico: cegomo_8@hotmail.com
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Mirador Mirador europeo europeo Mariano Cebrián Herreros
Cuarenta años de facultades de comunicación en España Periodo rico en experiencias con debilidades comunes al conjunto de la Universidad y específicas del campo comunicativo, junto a otras fortalezas como el poder de convocatoria de alumnos, incremento y consolidación de un profesorado permanente, multiplicación de la investigación, congresos, asociaciones, centros de investigación y publicaciones de libros y de revistas.
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n enero de 1972 se iniciaron las clases en las primeras Facultades de Comunicación en España. Era la época del franquismo que había promulgado anteriormente una Ley de Educación en la que se contemplaba el trasvase de las antiguas Escuelas de Periodismo, de Cine, de Radio y Televisión y de Publicidad, muy controladas por el régimen dictatorial, al ámbito universitario. Las Escuelas llevaban funcionando bastantes años para formar a los profesionales de los medios de comunicación sin orientación apenas hacia la investigación. Los nuevos centros nacieron con el nombre de Facultades de Ciencias de la Información, aunque con el tiempo la mayoría han cambiado su denominación por Facultades de Comunicación. Al ubicarse en el sistema universitario español de aquel momento, las Facultades de Comunicación rápidamente se situaron en el contexto generalizado de protestas contra el franquismo hasta la llegada de la democracia. Fueron años de arranque, de preparación en que los profesores llegaban de las antiguas escuelas y de otras Facultades. Al no existir la titulación adecuada, los primeros profesores tuvieron que efectuar sus tesis doctorales en otras Facultades, aunque en gran parte sobre cuestiones referidas ya al campo de los medios de comunicación.
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Transcurrida la primera década de su funcionamiento y ya en plena democracia, en 1983 se promulgó la Ley de Reforma Universitaria (LRU) en la que se introdujeron unos cambios estructurales que concernieron también a las Facultades de Comunicación en la organización de la docencia y de la investigación y que supuso un crecimiento acelerado de las mismas hasta nuestros días tanto en el número de entidades especializadas en comunicación (casi 50 universidades) como en el de titulaciones de Grado y Postgrado (cerca de 200 títulos diferentes). En la Ley sobresalen algunas innovaciones de enorme repercusión posterior: creación de Departamentos, organización de áreas de conocimiento, modificación en la selección de profesores y establecimiento de sistemas de evaluación docente e investigadora. La creación de Departamentos obligó a que las diversas Cátedras que habían funcionado con autonomía tuvieran que congregarse en una organización unitaria y a que todos los profesores se reubicaran en una de ellas para docencia e investigación. La responsabilidad de éstas pasaba de los decanatos a los departamentos y así continúa en la actualidad. También ha tenido una gran transcendencia la creación de áreas de conocimiento. Inicialmente (febrero de 1984) se aprobaron tres
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específicas: una que acumulaba las disciplinas relacionadas con la Teoría de la Comunicación, Teoría General de la Información y Teoría de la Publicidad; otra centrada en Periodismo y la tercera dedicada a la Comunicación Audiovisual. Por diversas discrepancias y recursos personales, Teoría de la Comunicación se integró en el área de Sociología, Teoría General de la Información en Periodismo y Teoría de la Publicidad al quedar en solitario se vinculó, también por circunstancias personales, a Comunicación Audiovisual. El resultado fue la implantación de dos áreas de conocimiento específicas: “Comunicación Audiovisual y Publicidad” y “Periodismo” (octubre de 1984). La reubicación de todas las asignaturas en las dos áreas ha obligado a que la actividad de cada profesor tenga que estar sometida inexorablemente a una de ellas con la consecuente transcendencia de los enfoques de la docencia e investigación, la selección de nuevos profesores o el ascenso de categoría de los profesores fijos. La creación de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI) introdujo unos controles rigurosos de niveles de calidad de la investigación por tramos de seis en seis años, o sexenios, lo cual generó la producción de una elevada cantidad de investigación de los profesores para lograr un reconocimiento científico y académico imprescindible para el acceso a algunas categorías superiores, además de lograr una mejora económica. Es un sistema de sometimiento voluntario a la evaluación que sigue con plena vigencia y cada vez con mayor rigurosidad por exigencias del resto de áreas del campo de las ciencias sociales en el que está integrada la comunicación. Ante el costoso y endogámico sistema de oposiciones para ser profesor funcionario, se estableció posteriormente un nuevo sistema de selección y ascenso de categoría de los profesores mediante el impulso de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) y, en algunas comunidades, de las Agencias territoriales. El funcionamiento de estas agencias ha condicionado enormemente los procesos de docencia, investigación y publicaciones. Se ha desatado la furia por la asistencia y presentación de comunicaciones en congresos y por las publicaciones en las revistas de comunicación con el fin de superar las evaluaciones lo cual ha sido, por una parte, beneficioso para promover mayor cantidad de investigaciones y, por otra parte, un deterioro de la calidad hasta límites calificados como “anequitis” por la obsesión de cumplir los requisitos formales y de alcanzar la puntuación necesaria aunque a costa de grandes variaciones y reiteraciones del mismo tema y escasez de aportaciones originales. Esto ha llevado también a un número excesivo de revistas (más de 30) que a su vez apenas han elevado la calidad de los artículos al incurrir en gran parte de los casos en unas valoraciones escasamente exigentes y sin funcionamiento real de sus Consejos Editoriales. El sistema de la ANECA, en general, ha incurrido en unos formalismos muy arriesgados. Los evaluadores fundamentan sus deci-
Cuatro décadas de instrucción.
siones en criterios de cumplimiento formales de determinados requisitos para la baremación, pero sin examinar la calidad real de la producción investigadora enunciada. Desde los inicios de la primera década del presente siglo ha ido implantándose, según las directrices de la Unión Europea, el Espacio Europeo de Educación Superior conocido como Plan Bolonia, lo cual ha provocado otro revulsivo en los enfoques de la docencia y de la investigación. El plan crea los Grados en sustitución de las Licenciaturas, que deben efectuarse en tres o cuatro años, seguidos por los Posgrados como títulos oficiales de las Universidades. También ha modificado la concepción de los créditos que ya no se refieren al número de horas de cada materia sino al número de horas que tiene que dedicar cada alumno por crédito. El cambio ha propiciado la división de asignaturas en seis créditos, lo cual ha supuesto una fragmentación de conocimientos con la pérdida de las interrelaciones y jerarquización lógica de saberes, la interdisciplinariedad y contextos globales. Apenas queda tiempo suficiente para abordar unos esquemas de los conocimientos mínimos para comprender el alcance de cada materia. Aunque en algunos casos sean obligatorios, la organización, exigencia y esfuerzo son exactamente los mismos que el de cualquier asignatura optativa. La multiplicación de asignaturas diferentes por cada cuatrimestre apenas deja márgenes para que la parte de transmisión de conocimiento presencial sea entre 12 y 15 sesiones de un par de horas por cada materia. No obstante, se insiste en otros aspectos de interés como el fomento de la reflexión y crítica del alumno, la capacidad analítica de textos y de productos audiovisuales o multimedia, la elaboración de trabajos en grupo e incluso la preparación de proyectos individuales como aplicaciones prácticas para su realización. Todo ello se une a
Foto: A. Israel Navarrete FMB.
un número imprescindible de créditos prácticos efectuados en relación con empresas o en los departamentos universitarios y un trabajo de fin de Master en el que se pongan en funcionamiento práctico los conocimientos obtenidos. Mayores dificultades se han creado en relación con la investigación. Al finalizar los Masters profesionales, no vinculados de manera específica a la investigación, los alumnos que deseen efectuar su tesis doctoral deben matricularla directamente sin haber pasado por el aprendizaje de metodologías y técnicas de investigación, ni haber delimitado su campo de trabajo. Se ha perdido el período de maduración investigadora que se requería con anterioridad en el doctorado. La democracia ha traído una amplia proliferación de Facultades de Comunicación públicas promovidas por los gobiernos autonómicos y, en algunos casos, según las orientaciones del partido gobernante, así como privadas muy enfocadas al negocio de la enseñanza sin apenas investigación y gran improvisación y eventualidad de profesores, salvo algunas excepciones, procedentes en parte del sector profesional. La investigación universitaria se ha sustentado y sigue haciéndolo sobre cuatro bases: la investigación departamental mediante las tesis doctorales, propuestas de proyectos para su financiación en concurrencias competitivas, contrataciones directas de las Universidades con otras entidades y colaboraciones con empresas de investigación y marketing aplicado a campos profesionales. La que ha adquirido mayor relevancia es la investigación financiada por la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), de ámbito estatal y muy competitiva dentro del Plan de I+D+i del Gobierno Central con una temática muy diversa y compleja entre la cual sobresale la del segui-
miento de las repercusiones de la innovación técnica en los procesos y modelos de comunicación. Junto a ésta ha proliferado una ingente cantidad de proyectos financiados por el correspondiente organismo de cada Comunidad Autónoma, lo cual ha provocado unas investigaciones muy centradas en los entornos territoriales propios. También existen las investigaciones financiadas por la Unión Europea, pero son excepcionales los proyectos sobre comunicación. Asimismo se desarrollan algunas investigaciones con profesores de América Latina, aunque muy escasas y centradas en aspectos de cooperación y desarrollo patrocinadas por la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo. Son 40 años ricos en experiencias con debilidades comunes al conjunto de la Universidad y específicas del campo comunicativo, junto a otras fortalezas como el poder de convocatoria de alumnos, incremento y consolidación de un profesorado permanente, multiplicación de la investigación, congresos, asociaciones, centros de investigación y publicaciones de libros y de revistas. Son sombras y luces que acompañan los desarrollos tan acelerados y complejos de la coRMC municación técnica actual. Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. Correo electrónico: marceb@ccinf.ucm.es
SINTONICE el 1060 de AM y escuche
EL FIN JUSTIFICA A LOS MEDIOS Señales de comunicación al aire Se transmite todos los martes a las 21:30 horas en Radio Educación Los reportajes, las entrevistas y los comentarios más puntuales en materia de medios de comunicación en México Participe y reciba gratuitamente libros y revistas
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El periodismo para él era medio y fin, causa y gozo
Granados Chapa: autor, pensador, intelectual público Periodista antes que nada, Miguel Ángel Granados Chapa también fue historiador, analista y protagonista de los medios de comunicación. A su paso por la academia dejó libros y ensayos que resultarían esenciales para entender a los medios en México. Más tarde, desde la tribuna periodística, se apoyó en el conocimiento generado en las universidades y fue puente constante entre la vida académica y la opinión pública. Sus aportaciones al entendimiento de la historia y la actualidad mexicanas desbordan el campo de la comunicación, aunque el de los medios haya sido uno de los temas que no sólo le apasionaban y en el que cultivó notoria especialización, sino del cual fue además actor destacado y promotor de transformaciones. Raúl Trejo Delarbre
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ranados Chapa escribió tres libros sobre asuntos relacionados con los medios: Excélsior y otros temas de comunicación (El Caballito, 1980), Examen de la comunicación en México (El Caballito, 1981) y Comunicación y política (Océano, 1986). En el primero de ellos, como se indica desde el título, documenta la postura de quienes encabezados por Julio Scherer abandonaron Excélsior en 1976. Examen de la comunicación en México reúne ensayos sobre el periodismo de nuestro país y otros más acerca de Radio Educación, emisora de la que había sido director. En Comunicación y política aparece una veintena de textos sobre los grandes temas que, en relación con los medios, Granados Chapa examinaría y convertiría en causas sociales a la vez que personales: la lid por el derecho a la información, la crítica a las políticas comunicacionales en el Estado, la pertinencia de respaldar con medidas específicas a la prensa no mercantil, el cuestionamiento a los con-
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sorcios mediáticos y muy especialmente a Televisa y la defensa de los medios públicos. Esos serían los temas que, develados o explicados en sus columnas, harían de Granados Chapa un autor frecuentemente citado por quienes desde el campo académico se ocuparían de estudiar a los medios. Cuando falleció, en octubre de 2011, se dijo que dejaba sin terminar un libro sobre el asesinato del periodista Manuel Buendía y la tesis sobre Jesús Reyes Heroles con la que tenía la ilusión de doctorarse en Historia en la Universidad Iberoamericana.
Inquietudes vastas, abundantes textos
Desde mediados de los años ochenta, los libros de Miguel Ángel Granados Chapa estarán dedicados a temas directamente relacionados con la actualidad política o a personajes ligados a la historia de su natal Hidalgo. En 1968 había aparecido Vicente García Torres. Monitor de la República, un breve libro editado por la SEP del que hemos encontrado una referencia
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acerca de una reedición a cargo del Gobierno del Estado de Hidalgo en 1987. Mucho más tarde, en 1982, apareció el primero de varios libros sobre asuntos de coyuntura política: La banca nuestra de cada día (Océano) sobre la entonces recientísima nacionalización dispuesta por el presidente López Portillo. Ese mismo año aparece La reforma política (UAM Azcapotzalco) en donde glosa las medidas impulsadas años atrás por ese presidente y el paradójico Jesús Reyes Heroles. En los siguientes años Granados Chapa publica Alfonso Cravioto, un liberal hidalguense (Océano, 1984) y Votar ¿para qué? Manual de elecciones. (Océano 1985). Aunque las alusiones a la prensa son constantes, tanto en las biografías políticas de los hidalguenses Cravioto (creador a comienzos del siglo XX de la revista Savia moderna) y García Torres (editor de El Monitor Republicano, uno de los periódicos más relevantes en la segunda mitad del XIX) como en las explicaciones acerca de las nuevas reglas para la transición política en México, el
de los medios era desplazado por otros asuntos en las preocupaciones de este autor. En 1992 aparece ¡Nava sí, Zapata no! La hora de San Luis Potosí: crónica de una lucha que triunfó (Grijalbo) y en 1996 los libros El siglo de Fidel Velázquez (Pangea) y ¡Escuche, Carlos Salinas! Una respuesta al villano favorito (Océano). Su labor como cronista de las sesiones en la Cámara de Diputados, que desempeñaba de manera adicional a su columna política, le permite a Granados Chapa publicar los libros Vivir en San Lázaro. Cien días de una Legislatura (México, Océano, 1998) y Tiempo de ruptura: la fracción elbiazul. Crónica parlamentaria 2003 (Planeta, 2004). En 1999 había publicado Constancia hidalguense (Grijalbo) y en 2000, Fox & Co. Biografía no autorizada (Grijalbo). Además de sus libros como autor único, Granados Chapa escribió capítulos para libros colectivos. Entre ellos, se encuentran “El Estado y los medios de comunicación”, en Jorge Alonso, coordinador, El Estado mexicano (CIESAS y Nueva Imagen, 1982) y “El Crucero de Manuel Buendía” en el libro colectivo Los días de Manuel Buendía (Océano y Fundación Manuel Buendía, 1984) en donde, a diferencia de su estilo habitual, emplea la primera persona para narrar su relación intensa con el periodista que sería asesinado en mayo de 1984. Sobre temas distintos a los específicamente mediáticos, Granados Chapa fue autor del capítulo “Elecciones de gobernadores” y coautor con Elke Koppen y el coordinador del libro del capítulo “Las elecciones de 1982” en Las elecciones en México, evolución y perspectivas coordinado por Pablo González Casanova (Siglo XXI, 1985). Algunos de los textos que Granados Chapa reunió más tarde en sus libros aparecieron inicialmente en revistas de corte académico. Fueron especialmente relevantes “Aproximación a la prensa mexicana” en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales número 69, julio-septiembre de 1972; “La televisión de Estado, en busca del tiempo perdido” en Nueva Política número 3, julio-septiembre 1976 y “1970-1976, un sexenio de comunicación” en Connotaciones número 1, noviembre de 1981.
boración de sus propios libros. Las exigencias impuestas por muy variadas ocupaciones (como es sabido, además de escribir su columna diaria, conducía el espacio matutino que tenía en Radio UNAM y formaba parte de diversas agrupaciones) y muy seguramente la insistencia de los colegas y editores que le solicitaban algunas cuartillas para darle relevancia a sus libros, hicieron de Granados Chapa autor de numerosas presentaciones que escribía con generosidad. He podido localizar los siguientes libros prologados por Granados Chapa, pero esta relación posiblemente se encuentre incompleta: • Francisco José Paoli, Estado y sociedad en México, 1917-1984 (1985). • Francisco Martínez de la Vega, Personajes (1986). • Marco Antonio Cruz, coordinador, Fotografía de prensa en México. 40 reporteros gráficos (1992). • Guadalupe Loaeza, Obsesiones (1994). • Cuauhtémoc Cárdenas, Palabras de Cárdenas (1999). • Alfredo Rivera Flores, La Sosa Nostra. Porrismo y gobierno coludidos en Hidalgo (2004). • Gloria López Morales, Matasari: tribulaciones de la cultura en el sexenio de Fox (2006). • Jenaro Villamil y Julio Scherer Ibarra, La guerra sucia de 2006. Los medios y los jueces. (2007). • Jacinto Rodríguez Munguía, La otra guerra secreta. Los archivos prohibidos de la prensa y el poder (2007). • José Reveles, Las historias más negras de narco, impunidad y corrupción en México (2009).
• Omar Raúl Martínez, Semillas de periodismo. Ética, información y democracia (2010). • Tomás Tenorio Galindo, Un asesinato político. El homicidio del diputado Armando Chavarría y la nueva guerra sucia en Guerrero (2010). • Ana Lilia Pérez, Camisas azules, manos negras (2010). • Carmen Aristegui, Marcial Maciel, historia de un criminal (2010). • Helio Flores, 50 años de cartones, crítica y humor (2011). A diferencia de no pocos prólogos que resuelven tales compromisos con unos cuantos elogios y lugares comunes, los que escribía Granados Chapa eran textos que le anticipaban al lector el contenido del libro que tenía en sus manos. Algunos de esos textos exceden las dimensiones y el estilo de los prólogos ordinarios. El que escribió para la compilación de textos del periodista Francisco Martínez de la Vega publicada al año siguiente de su muerte en 1985, es una detallada semblanza profesional y política. El que abre el libro de fotógrafos mexicanos compilado por Marco Antonio Cruz, es un hermoso ensayo sobre las contribuciones de esos trabajadores de la prensa. El que escribió para el libro de su coterráneo Alfredo Rivera Flores acerca de las tropelías del cacique enquistado en la Universidad de Hidalgo fue, si bien breve, un prólogo tan comprometido y claro que Granados Chapa tuvo que compartir la denuncia judicial presentada, debido a las afirmaciones en dicha obra, por ese desprestigiado político.
Prologuista frecuente y generoso
Miguel Ángel Granados Chapa fue más prolífico en los últimos años como escritor de prólogos para los libros de otros periodistas y amigos suyos que en la ela-
Pionero del análisis crítico de la prensa.
Foto: Enrique Ordoñez / Cuartoscuro.
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Tema de tesis y conversador en libros
Granados Chapa es tema de varios libros de entrevistas y de diversas obras acerca del periodismo mexicano. En 2010 aparecieron Granados Chapa. Un periodista en contexto, resultado de conversaciones con Humberto Musacchio (Temas de hoy), así como Por la izquierda. Medio siglo de historias en el periodismo mexicano contadas por Granados Chapa, de Silvia Cherem S. (Khalida Ediciones). En 2011 apareció en los Cuadernos de El Financiero Los periodistas no deben ser socios de los políticos, con textos y entrevistas que rescataron los periodistas Víctor Roura y José David Cano. La trayectoria de ese periodista es glosada por algunos de sus amigos y alumnos más destacados en Miguel Ángel Granados Chapa: maestro y periodista coordinado por Rosalba Cruz Soto (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, 2008). Además, el oficio de Granados Chapa lo hizo no solamente paradigma entre los columnistas mexicanos sino, por ello, tema de estudio entre quienes se asoman a ese género periodístico. El autor de “Plaza Pública” es uno de los cuatro columnistas (los otros eran José Luis Mejías, Manuel Buendía y Francisco Cárdenas Cruz) que analiza Petra María Secanella en su libro El periodismo político en México (Mitre, Barcelona, 1983). Tiempo más tarde, Granados Chapa es uno de los periodistas cuyo trabajo estudia Rosa María Valles Ruiz tanto en su tesis de maestría (La legitimación social de la opinión periodística, UNAM, 1997) como en su
tesis doctoral La columna política en México. Una propuesta de análisis ante las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2000 (Instituto Electoral del Distrito Federal, 2004). Tan solo en la UNAM, hay por lo menos tres tesis de licenciatura enfiladas hacia el trabajo de ese periodista: Salvador Gabarro Correa, Comunicacion politica, políticas publicas y control de los medios de comunicacion en México. El caso Granados Chapa (FCPyS, 1995); Joel Aguirre Antonio, Sin censura… Miguel Ángel Granados Chapa. Crónica biográfica (ENEP Aragón, 2000) y Silvia Yolanda Bautista Escudero, Miguel Ángel Granados Chapa: Un hombre de palabras en la plaza pública (FCPyS, 2009).
Recibido con afecto en universidades
Autor y participante en libros numerosos, las reflexiones de Granados Chapa fueron fundamentalmente conocidas gracias a la perseverancia de sus columnas periodísticas. Tanto en sus textos extensos como en los que sabía destinados a ser tan efímeros como el resto del periodismo, mantenía un ejemplar y notorio rigor. Hombre de posiciones tan claras que a menudo resultaban tajantes, Granados Chapa afianzaba sus juicios en hechos y datos que sólo en pocas ocasiones eran refutables. Hacía una cotidiana labor de investigación sin las pausas y la evaluación de largo plazo que suelen ser privilegios del trabajo en el cubículo académico, sino en el día a día y bajo el vértigo que hace fascinante al periodismo.
Historiador, analísta y protagonista.
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Foto: Sari Dennise.
Por eso, y por las credenciales académicas que supo cultivar y mantener, Granados Chapa era tratado con familiaridad por profesores e investigadores universitarios. Sabían que en muchos sentidos era uno de los suyos, formado en la Universidad pública y ligado permanentemente a ella desde las épocas en las que daba clases en Ciencias Políticas y en la ENEP Acatlán, hasta los años postreros cuando hacía su “Plaza Pública” para Radio UNAM. Por eso a Granados Chapa se le recibía con tanto afecto cuando acudía a las universidades a dictar conferencias o, más recientemente, cuando se le hicieron homenajes en distintas instituciones académicas. Granados Chapa fue miembro de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación y durante varios años formó parte de su consejo consultivo. Dirigió la revista Connotaciones, publicada por la AMIC entre 1981 y 1983. Participó en comités editoriales de revistas destinadas a publicar trabajos académicos, como Comunicación y Sociedad de la Universidad de Guadalajara. Su presencia era tenida como indispensable en la mayor parte de las iniciativas editoriales y de los eventos académicos destinados al examen de los medios de comunicación. Sin estar formalmente adscrito de tiempo completo a alguna institución académica, era considerado parte del gremio por muchos investigadores en estos asuntos.
Autor frecuentemente citado
Granados Chapa fue, por encima de todo, periodista. Pero sus capacidades lo llevaron a estar presente en otros espacios de elaboración y discusión en campos como el estudio de los medios. Desde el periodismo, estaba atento a la producción académica y cada vez que pudo propició la incorporación de profesores e investigadores a las páginas de las publicaciones en las que tuvo responsabilidades editoriales. Fue él quien impulsó la participación en Excélsior, en la primera mitad de los años setenta, de académicos que hasta entonces habían estado alejados del periodismo, como subraya una investigación reciente de Gabriela Carrasco López. (Intelectuales académicos y medios de comunicación. El caso de la UNAM en Excélsior. VI Jornadas Profesionales Sobre Formación del Profesorado. Mar del Plata, 2011).1 Constantemente interesado en las capacidades de los medios de comunicación para apuntalar la democracia Granados Chapa, como hemos señalado, se ocupó de esos temas en libros y ensayos hasta
la década de los años ochenta. lectuales que invaden sus terriLuego fue el columnista diario torios. Por su parte, los intemás sistemáticamente preocupalectuales académicos se suelen do por asuntos como la reforma irritar por el aura de publicilegal para los medios de comunidad y fama que genera la labor periodística.2 cación y los abusos de las corporaciones mediáticas. Granados Chapa estaba más El fundamental estudio de Raúl allá del rutinario cuan autocomFuentes Navarro, La Investigaplaciente periodismo convencioción de Comunicación en Méxinal y se había ganado el derecho co. Sistematización documental a tener plataformas mediáticas de (1956-1986) (Ediciones de Comulas que carecen muchos intelecnicación, 1988) encontró que dutuales. Era un periodista que llerante esos años iniciales en la ingaba a las redacciones cargado dagación sobre los medios en de libros en los que se sumergía nuestro país, Granados Chapa pua la menor oportunidad, de la blicó sobre dichos temas 12 tramisma manera que podía discubajos de corte académico. La intir en cualquier espacio acadévestigación de Fuentes rastreó mico con ideas propias y con la autores y características de 877 ventaja de ser un expositor clatextos, entre libros y artículos acaro y ordenado (atributo que no démicos. Por número de contribues frecuente entre los profesociones, las de Granados Chapa res e investigadores). Con tales lo hacían uno de los seis autores capacidades, Granados Chapa más prolíficos en ese campo (desfue profesor de muchas generapués de Javier Esteinou, Fátima ciones de comunicadores y, Fernández, Raúl Fuentes, Daniel también, de comunicólogos: enPrieto y con la misma cantidad señó, en la cátedra y los textos, de textos que Enrique Sánchez en el espacio periodístico y con Ruiz). su propio ejemplo, tanto a quieSin embargo, en las siguientes nes hacen la comunicación como evaluaciones del doctor Fuentes Promotor de transformaciones. a quienes la estudian. Navarro, Granados Chapa ya no En la reflexión y la investigaFoto: Moisés Pablo / Cuartoscuro. aparece como autor de textos de ción acerca de los medios, Grainvestigación en este campo (La Investinados Chapa fue autor pionero en tegación de la Comunicación en México. Contribuyó a establecer mas como el análisis crítico de la Sistematización documental 1986–1994, agenda prensa. Además fue centinela siempre Universidad de Guadalajara e ITESO, 1996, He subrayado que Miguel Ángel Gra- atento a los cambios, por lo general y La investigación académica sobre co- nados Chapa fue, ante todo y sobre todo, contrarios al interés de la sociedad, en municación en México. Sistematización periodista. Así se definía. En ese oficio las políticas estatales así como en la documental. 1995–2001, ITESO, 2003). persistió durante medio siglo, allí se en- expansión de los consorcios privados Lo suyo era el periodismo, aunque siem- contraba a gusto como explicó en una en- que acaparan recursos comunicacionales pre se haya interesado en el trabajo aca- trevista con Angélica Palacios de la Re- en nuestro país. Gracias a esa mirada enterada y alerta, contribuyó como pocos démico sobre tales asuntos. vista Mexicana de Comunicación: Granados Chapa ha sido referencia Me gusta muchísimo ser periodista. a establecer la agenda en la discusión e frecuente para los investigadores de la Con el periodismo, decía, se gana la po- indagación acerca de la comunicación comunicación. En su clásico trabajo Co- sibilidad de contribuir a la ampliación mexicana. Miguel Ángel fue un intelectual púmunicación social, poder y democracia de los espacios públicos. en México (Universidad de Guadalajara, Para Miguel Ángel, el periodismo blico que eligió al periodismo para pen1987) Pablo Arredondo Ramírez y Enri- era medio y fin, causa y gozo a la vez. sar en voz alta, de manera creativa y que Sánchez Ruiz hacen 14 menciones a Pero se trataba de un periodista culto, crítica, con elegancia y contundencia. ese autor. La alemana Karin Bohmann, hecho al modo áspero y presuroso de Por eso –entre otras cosas– lo admiraRMC en Medios de comunicación y sistemas las redacciones pero también al talante mos tanto. informativos en México (Conaculta y más flexible y sosegado –aunque nunAlianza Editorial, 1989) menciona textos ca exento de codicias– que hay en las y hechos de Granados Chapa también universidades. A menudo estuvo en el Fuentes en 14 ocasiones. Fátima Fernández filo entre esos dos ámbitos. Roger 1) Ponencia disponible en: http://alturl.com/ Christlieb, en su también fundamental Bartra, en el blog que escribe para Le- uka6p). 2) http://www.letrasli bres.com/blogs/la-jaulaLos medios de comunicación masiva en tras Libres, ha explicado esa singular abierta, noviembre 24 de 2011. México (Juan Pablos, 1982) se refiere a personalidad: él en cuatro ocasiones (Granados ChaEn Granados Chapa encarnaron dos pa había dirigido su tesis de licenciatu- tradiciones: la del periodista analítira). Esta contabilidad no ha sido tarea co y la del intelectual público… Los nuestra sino del buscador de palabras periodistas tradicionales siempre se Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. en Google Books. han sentido incómodos ante los inteenero-marzo 2012 /REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN
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Granados Chapa y su cercanía con la academia
Sus últimos textos sobre medios Recientemente perdimos, antes de tiempo, a uno de los mexicanos que más y mejor le han seguido la pista al devenir de los medios informativos en los últimos cincuenta años: Miguel Ángel Granados. Hasta el final. Resultan sorprendentes dos de sus últimos textos más de carácter académico que periodístico. Ambos fueron escritos en el último año de su vida. Fátima Fernández Christlieb
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os leo y los releo y me duele su ausencia. Podía una no verlo o no hablar con él por semanas o meses, pero era evidente que ahí estaba y que el rencuentro sería tan cálido y cercano como durante tantas décadas. Lo conocí siendo estudiante de comunicación: me dirigió la tesis de licenciatura, fue mi sinodal en esos duros exámenes de oposición que la universidad exigía en los años setenta y ochenta para avanzar en la carrera académica, y fue mi maestro cada vez que mis preguntas o dudas quedaban resueltas. Hoy nos queda su obra y su espíritu. En materia de comunicación, la colección de sus textos es descomunal: abarca por lo menos 40 años. Los que escribió en los años setenta fueron compilados en un libro que llevó por título Examen de la Comunicación en México1, en el que toca temas tan variados como los medios públicos, los comics, el derecho a la información, McLuhan o una amplia y detallada bibliografía mexicana de periodismo. Los correspondientes a los años ochenta y noventa, así como los escritos en la primera década del presente siglo, se encuentran en publicaciones muy diversas y ha-
bría que compilarlos. Por lo pronto, presento unos breves comentarios a los que creo son sus últimos textos no periodísticos publicados en 2011. El primero es un sorprendente ensayo dedicado a Francisco Zarco y que fue escrito para una antología sobre el gran periodista del siglo XIX, misma que publicará la Fundación para las Letras Mexicanas en coedición con la UNAM y el FCE2. ¿Por qué resulta sorprendente? Primero porque sus dotes de historiador quedan plenamente evidenciadas. Su paso por el doctorado en historia fortaleció su atención a las fuentes, su cuidado por el detalle, su análisis preciso. Además, el texto sorprende porque, sin decirlo, Granados va encontrando paralelismos entre su propia vida y la de Zarco. Transcribe fragmentos en los que parece verse reflejado: A mí se me ha hecho ese ataque y debo decir que nunca he prescindido de mi independencia y que soy tan independiente aquí como en el periódico del que soy redactor en jefe.3 En otro momento dice: Zarco, que no era sólo un opinante, un articulista, sino lo que hoy podríamos considerar un reportero político, un
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columnista del ramo, siguió paso a paso el proceso de dimisión.4 Más adelante Granados se retrata a sí mismo citando a Zarco: Nos proponemos dar cuenta en nuestro periódico de todo cuanto pase en el Congreso, refiriendo simplemente la verdad y emitiendo al propio tiempo nuestro parecer en todas las cuestiones de que se ocupen los legisladores.5 El interés de Granados por hacer crónica parlamentaria data de décadas atrás. Iba a la Cámara de Diputados cada vez que la ocasión era propicia y sus ocupaciones se lo permitían. En esta tarea Zarco era un referente indudable. A principios de los años setenta, Carlos Fuentes afirmó que Julio Scherer era “el Zarco del siglo XX”.6 Si uno sigue con detenimiento el escrito de Granados sobre Zarco y si uno observa con cuidado la actuación política de éste, resulta claro que quien resulta más cercano al liberal del XIX es Granados, más que Scherer. No únicamente en lo que toca a la convicción de ambos sobre el trabajo parlamentario o el ejercicio del poder, sino en cuanto a la equidad de miras sobre el país. Granados se despide de sus lectores con esperanza de que renazca la vida y
que el espíritu impulse a la múGranados es crítico de este sica y otras artes y ciencias que acuerdo. Sobre él afirma: Despide un cierto olor a diri“permitan a nuestro país escapar de la pudrición que no es destigismo, contrario a la naturaleza no inexorable. Sé que es un dede mandamientos éticos […]. Proponer la homogeneidad de los seo pueril, ingenuo, pero en él mensajes atenta contra la pluracreo, pues he visto que esa mulidad y diversidad que caracteritación se concrete”.7 Sin la cercanía de la muerte, Zarco expresa zan a una sociedad abierta. El riesgo se acrecienta porque el dedeseos semejantes sobre el país: cálogo incluye la creación de un […] necesitamos seguir en todo órgano ciudadano de observael verdadero espíritu de la democión que lleve a cabo reportes pecracia […] debemos reformar riódicos sobre el apego de los todo aquello que le sea contramedios a los criterios editoriales rio, que debemos procurar adedel acuerdo. Un observatorio así lantar y siempre adelantar, a fin puede erigirse en mecanismo de que la libertad y la igualdad inquisitorial.11 no sean sólo meras palabras es8 critas en las constituciones. En este tema, como en muchos Otro texto postrero de Granados, otros sobre los que Miguel Ánescrito también en 2011, es el que gel Granados se pronunció a lo aparece con el título “Medios de largo de su vida, tengo la persocomunicación: responsabilidad nal percepción, discutida con él social frente a la nación”9, preen numerosas ocasiones, de que su apoyo o su rechazo a detersentado en una conferencia magistral en la Universidad Autóminada medida dependían de dónde procediera. Con ciertos noma de Nuevo León. En los funcionarios públicos o institupárrafos iniciales se percibe, enciones dijeran lo que dijeran o tre líneas, la conciencia de su enfermedad terminal y se comporta hicieran lo que hicieran, él estaba en total desacuerdo y con de manera especialmente geneotras personalidades de la polírosa con los regiomontanos a Cálido y cercano. Foto: Saúl López / Cuartoscuro. quien debe algo, sean conocitica solía emitir su coincidencia más por afecto o simpatía que por la naturamientos, como en el caso de Alfonso Reyes o sea amistad como ocurre con denuncia. Granados lamenta que casi leza de la declaración o el hecho. Aunla cálida mención a Horacio Guajardo ninguno de los medios cumplió con los que también, y abundan los ejemplos, “el mayor de mis amigos” como lo lla- compromisos de evitar apología del de- hubo casos en que la crítica y el apoyo lito, de respetar la dignidad de las víc- se alternaban. ma Miguel Ángel.10 Sobre esta cuestión tengo presente una Una vez terminada esta introducción, timas, de evitar la información que ponga el autor entra al tema de la responsabili- en riesgo la seguridad de familiares de fuerte y respetuosa discusión con él resdad de los medios de cara a las necesida- las víctimas, de establecer criterios que pecto a Gastón García Cantú. Cuando éste des del país. Comienza por hacer referen- definan los casos en que se publique in- murió, Miguel Ángel fue implacable en cia a los fallidos intentos por actualizar la formación sin atribuirla a reporteros para su columna, nunca le perdonó que hubiera regresado a escribir al periódico legislación de medios para mencionar que proteger su seguridad. El otro acuerdo mencionado por Gra- Excélsior, cuando había sido uno de los en vez de leyes han brotado esfuerzos desiguales de autorregulación concreta- nados Chapa es el suscrito el 24 de mar- que salió con Scherer en julio de 1976. A dos en3 algunos códigos de ética y en zo de 2011 cuyo objetivo fue poner espe- mí tampoco me parecía muy atinada la dedefensorías de lectores, radioescuchas y cial atención en la cobertura informativa cisión, no me gustó, pero García Cantú televidentes. Sin embargo, afirma Gra- de la violencia, tomando postura en con- había sido mi maestro, mi coordinador en nados, en estos últimos casos no es po- tra de ésta. Explícitamente el documento el Centro de Estudios Políticos de la sible realizar una medición entre los con- alerta a los medios sobre la posibilidad FCPyS de la UNAM y como tal se había tenidos de los medios y los valores de convertirse en voceros involuntarios sentado a leer y corregir, página por pádefendidos en los documentos que pre- de la delincuencia organizada, les solicita gina, mi tesis de Licenciatura para publitenden actuar en favor de las audiencias. dimensionar adecuadamente la informa- carla. Además recordaba yo las largas y Ante la violencia que ha acompañado ción, a poner atención en el momento de fascinantes conversaciones sobre histoal crimen organizado y su combate, Gra- atribuir responsabilidades sobre hechos ria de México en la casa del maestro y nados transcribe los puntos principales de violencia, así como a no prejuzgar cul- siempre le estuve agradecida. Podía aprede dos acuerdos firmados sobre el tema. pables, a cuidar a las víctimas y a los me- ciar los claroscuros de su conducta y me Uno, el Acuerdo Nacional por la Seguri- nores de edad, a alentar la denuncia ciu- era imposible descalificarlo de golpe, dad, la Justicia y la Legalidad firmado el dadana. Igualmente el acuerdo invita a como lo había hecho Granados. Éste era, 22 de agosto de 2008, a través del cual cada medio a buscar medidas para prote- con distintos actores y sobre diferentes los medios convocados por el gobierno ger a sus periodistas, a solidarizarse ante temas, un punto polémico. Como si el tese comprometieron a incrementar conte- cualquier amenaza contra reporteros y lón de fondo fueran los amigos versus nidos que fomenten la cultura de la lega- medios y a no interferir en el combate a los enemigos o un asunto de buenos y malos cuando mi convicción era, y sigue lidad, así como la de la seguridad y la la delincuencia. enero-marzo 2012 /REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN
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siendo, que todos somos al mismo tiempo luz y oscuridad, bien y mal, ceguera y lucidez, caos y orden: complejidad humana, pues. Extraño esas conversaciones en las que cada quien argumentaba con vehemencia pero no permitíamos que se filtrara el enojo. Al término de este segundo ensayo, escrito por Miguel Ángel entre abril y mayo del 2011, sorprende que se adentre en un tema de coyuntura: Internet y las redes sociales. Advierte, eso sí, su poca experiencia en el asunto: Confieso que en referencia a este fenómeno padezco más perplejidades que poseo respuestas, porque ni siquiera se me aparece como bien definida su naturaleza.12 Hecha la aclaración se pregunta si los usuarios de las redes sociales tienen responsabilidad ante la nación. No responde con contundencia, apenas se adentra en el problema: “El gran milagro puede ser también la gran maldición”. Y con ello cierra éste, uno de los últimos ensayos de su vida. Miguel Ángel Granados Chapa estuvo cerca de la academia mientras ésta estu-
vo cerca de la realidad. En la medida en que los sistemas de evaluación de las universidades exigían crecientemente verter los resultados de investigación en revistas arbitradas e indizadas, la distancia entre el referente empírico que él representaba y las teorizaciones de los profesores fue aumentando. Granados no era un teórico. Era un abogado, un licenciado en periodismo y un casi doctor en historia que reflexionaba sobre el acontecer nacional y lo hacía con los datos duros que el país le proporcionaba a través de su ejercicio periodístico. Fue siempre, sin embargo, muy escuchado por los académicos. Estaba al día y desbordaba entusiasmo cuando era invitado a conferencias y mesas redondas. Su descomunal memoria le permitía ir hilvanando historias de hechos por él presenciados o recordados, con ellas sorprendía a los estudiantes que apenas se asomaban a los temas del presente. Ciertamente perdimos, antes de tiempo, a uno de los mexicanos que más y mejor le han seguido la pista al devenir de los medios informativos en los últimos cinRMC cuenta años.
Maestro que marcó a generaciones
Analista y crítico pionero de los medios A lo largo de su camino profesional, tanto en su faceta como docente, al tiempo que desde la trinchera periodística, las aportaciones de Miguel Angel Granados Chapa al trabajo académico y de investigación fueron múltiples y por demás significativas. Alma Rosa Alva de la Selva
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n tiempos y momentos en los que pocos reparaban en el creciente ascenso en la escala del poder de los industriales de los medios electró-
nicos, el entonces profesor hacía notar a sus alumnos la importancia de ese proceso y sus variadas expresiones. Entre éstas, una concentró la atención del también abogado: el régimen legal
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Notas
1) Publicado por Ediciones El Caballito, colección Fragua Mexicana. Primera Edición julio 1980, México D.F. 2) Como homenaje a Miguel Ángel Granados la UNAM adelanta la publicación de su texto en el número 93 de la Revista de la Universidad de México, correspondiente a noviembre 2011. 3) Pág. 8 Revista de la Universidad de México, núm. 93, nov. 2011. 4) Pág. 9 ídem 5) Págs. 11 y 12, ídem. 6) Tiempo Mexicano, Joaquín Mortiz, 1971, pág. 181, primera edición. 7) Periódico Reforma, 14 octubre 2011, pág. 13. 8) Pág. 6, revista de la Universidad de México, Núm. 93. 9) Publicado en el libro Cambiar México con participación social, coordinado por Esthela Gutiérrez y coeditado por Siglo XXI, UANL y la LXI legislatura del Senado de la república, México D.F. 2011. 10) Ídem, pág. 316. 11) Ídem. Pág. 322. 12) Ídem. Pág. 323.
Profesora e investigadora de la FCPyS de la UNAM.
de la radio y la televisión del país, asunto que concentró muchos de sus esfuerzos docentes y que además se convirtió en uno de los temas centrales a lo largo de la trayectoria en los medios del autor de “Plaza Pública”. El texto que quizás muestre de manera más fehaciente la preocupación de Granados Chapa de que no se perdiera de vista la conexión entre tales problemáticas, lo sea un trabajo fundacional sobre el tema que seguramente muchos recordarán: “La Televisión de Estado. En Busca del Tiempo Perdido”, donde documentó, a propósito de su análisis sobre la situación de la TV no lucrativa, el episodio en el cual surgió el llamado tiempo fiscal, la oposición y las consiguientes presiones de los industriales para cubrir ese impuesto. Con argumentos contundentes y un análisis a fondo, el periodista hizo notar la satisfacción de los concesionarios no sólo con el acuerdo que se tomó desde las cúpulas para resolver el diferendo de los tiempos del Estado, sino también la abierta complacencia de los industriales con las modificaciones que consiguieron para contar con una legislación favorable a sus intereses. Un tema que arranca incluso tiempo atrás de la Ley Federal de Radio y Televisión de 1960, para llegar a los momentos de la llamada Ley Televisa….
Publicado en 1972, medio de gran arraien medio de una etago en la sociedad pa de confrontación mexicana pero escaentre el régimen de samente estudiado. Luis Echeverría y los En 1978, en una meempresarios de los morable conferencia medios, ese ensayo en la Facultad de reveló pasajes práctiCiencias Políticas y camente inéditos soSociales de la UNAM, bre los orígenes de la el maestro lanzó al televisión en México, aire una serie de afirque en buena medida maciones que detonacontribuyeron a expliron en muchos un carse por qué la TV vivo interés por esdel país pudo asumir tudiar el desarrollo el modelo que le perdel medio hertziano, mitió convertirse en que en esos años un consorcio domisuperaba con creces nante, al mismo tiemla penetración televipo que enclave de posiva: der. En las primeras La radio sigue sienlíneas de tal ensayo do hoy probablemenmemorable, Granados te la gran desconociChapa señalaba: da de los medios de Cuando se estacomunicación. Las Foto: Pedro Valtierra / Cuartoscuro. bleció en México la Aportaciones múltiples desde los años setenta. solas cifras de hogatelevisión, al meres con radio y hodiar este siglo, el gares con televisión Estado decidió entregarla a la gestión nocer y analizar a fondo la estructura, fun- bastarían para darnos una señal del de los intereses privados. Advertido cionamiento y desarrollo de los medios grado de preocupación que la radio tardíamente de la enorme fuerza de mexicanos, especialmente los electrónicos, debiera merecernos […] Y sin embarmodelación social representada por ese prioridad que luego aplicaría al campo de go, sabemos bien poco de la radio. medio de difusión colectiva, en la últi- las telecomunicaciones. Eran tiempos en los que la radio coFueron muchos los textos en los cua- mercial, el segmento predominante en ma década ha comenzado una búsqueda del tiempo perdido para tratar de les el maestro revisó aspectos de lo que el dial, había convertido al medio en una lograr una participación mayor en el llamó “el fenómeno periodístico mexica- “radio disquera”, una caja transmisora hacer televisivo, además del papel de no”, mismo que puntualizaba, era un ám- de música para enormes audiencias. A regulador que desde siempre se atri- bito virtualmente virgen para la investi- pesar de ello, su presencia era un tanto gación, pues “casi no existen trabajos de inadvertida ante el creciente impacto sobuyó. Así pues, el destacado periodista campo que aporten materia prima para el cial de la “pantalla chica”. Pocos, muy hidalguense fue, al lado de unos cuantos estudio conjunto y la reflexión”, y se in- pocos reparaban en la relevancia social estudiosos y analistas más, pionero en el quietaba ante la constatación de la difi- de ese medio que hoy como ayer se abordaje de un tema que se convertiría cultad de saber, “con certidumbre siquie- cuela en los resquicios cotidianos y en una vertiente de trascendencia para la ra, el número de diarios que se publican que ha sido por largos años mucho más investigación en comunicación en el país, en México”. Un punto importante de su que un mero acompañante. Y uno de como de numerosas tesis y ensayos so- análisis de la prensa radicó en identificar ellos, justamente era el maestro Miguel que ésta “refleja muy fielmente la estruc- Angel… bre el tema. tura social, económica y política en que Así pues, tanto en su faceta de acase halla inserta”. Ámbito virgen démico como en su trabajo en los meHabida cuenta que a pesar de ser in- dios, las aportaciones de tan destacado El derecho a la información fue también otro de los tópicos con los que se suficiente, el conocimiento sobre la his- profesional vienen a ser un importante comprometió, sobre todo en su paso toria y desenvolvimiento de la TV del legado, al tiempo que un trascendente por la docencia, cuando reflejó a través país estaba siendo registrada por algu- compromiso para el trabajo de investide varios trabajos un claro interés por nos estudiosos, Granados Chapa insistió gación, muchos de cuyos itinerarios acla investigación. En un ensayo publica- reiteradamente, ya sea en sus trabajos tuales él proyectó. Hay maestros y pedo en 1980, Granados Chapa revisaba periodísticos o incluso en alguno de riodistas que marcan generaciones. la trayectoria, naturaleza y contenido de sus libros (por ejemplo, Examen de la Miguel Angel Granados Chapa es uno RMC dicho campo, así como propuestas bá- Comunicación en México), en la nece- de ellos. sicas para reglamentarlo. Ello, en mo- sidad de ahondar en ello, ante el vacío mentos en los que el tema despuntaba de “un gran proyecto” para la TV en México y en particular, de la televisión apenas…. No concluyen ahí los aportes del otro- del Estado. Pero, sobre todo en su etapa como prora profesor universitario para el quehacer académico. Habrá que anotar también el fesor universitario, Granados subrayó Profesora e investigadora de la FCPyS énfasis puesto en la importancia de co- la urgencia de mirar hacia la radio, un de la UNAM. enero-marzo 2012 /REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN
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Un maestro que estimuló vocaciones
Granados Chapa
y la historia de la prensa El estudio del periodismo en México cuenta ya con un acervo proveniente de disciplinas diversas: la historia, la comunicación, la sociología, la economía política... La bibliografía es extensa y continúa ampliándose. Buena parte de ese desarrollo se debió al envión dado por Miguel Ángel Granados Chapa. Florence Toussaint
M
iguel Ángel Granados Chapa siempre quiso convertirse en periodista y logró serlo cabalmente. De niño le gustaba el olor de la tinta, revisaba los periódicos a su alcance en su natal Pachuca, trabajó en una imprenta limpiando la maquinaria cuando apenas tenía 13 años. Ya en la Universidad comenzó a escribir en publicaciones periódicas. Su vida profesional la dedicó al periodismo, alternando éste con la docencia, la pesquisa histórica, los programas de radio; fue timonel de revistas, periódicos y emisoras. El trato con la pluma, las noticias, los acontecimientos cotidianos, lo público, formaron su mundo. Tal ejercicio consumió gran parte de sus horas, disciplina férrea sólo entendida a la luz de una pasión indeclinable. ¿Cuándo se despertaron en él las ganas de escribir biografías de periodistas del siglo XIX y así de indagar en épocas idas? Parece probable que su amor al terruño se combinara con el encargo de escribir sobre Vicente García Torres1, director de El Monitor Republicano, en el centenario de su nacimiento. También resulta probable que su amor al periodismo lo llevara a escudriñar el trabajo de colegas predecesores o contemporáneos2, a impulsar el desarrollo de una historia de la prensa en México sistemática, documentada, científica. Quizá su paso por el aula de la gran pionera en estos estudios, María del Carmen Ruíz Castañeda, lo alentara a ir del presente al pasado buscando pistas para explicar los fenó-
menos actuales. En fin, más allá de los motivos, Granados Chapa se fue aficionando a la historia e impulsó a sus alumnos a indagar, ampliando los horizontes de esta disciplina. Uno de los grandes proyectos que inició fue el de constituir un grupo, con jóvenes egresados de la carrera de periodismo, con objeto de seguir la pista al desarrollo de la prensa desde la perspectiva moderna para escribir varios libros acerca de la historia de los medios en México. Un trabajo de largo aliento que debía abordarse a partir de las primeras hojas volantes del siglo XVII y llegar hasta los tiempos que corrían, es decir: hasta los años ochenta. Invitó a veinte compañeros a que formáramos cinco equipos para abordar cuatro siglos de historia de la prensa y el desarrollo de la radio y la televisión en el siglo XX. Una oficina, buenos sueldos y sostén para hacerse de materiales dieron el primer impulso. Lamentablemente, la partida presupuestaria que venía del gobierno cesó con algún cambio de funcionario y solamente avanzamos, cada equipo en su tema, en desbrozar el camino. Sin embargo este lanzamiento inicial dio frutos más adelante en investigaciones, tesis e incluso en vocaciones.3 Granados Chapa nos dejó desarrollar la metodología. Fue un ejercicio enriquecedor pues aunque al principio nos sentimos un poco desorientados, pronto encontramos rumbo. Entonces el maestro nos corregía brindando todo su conocimiento de las fuentes y el manejo de las mismas. Nos enseñó la importancia de la
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historia pues el pasado ilumina, explica, favorece la interpretación del presente. Los ancestros sirven de modelo a seguir o rechazar, sin antecedentes acreditados quedan lagunas para conocer a profundidad lo actual. No propuso un texto, un manual, un libro. El trabajo iba haciéndose sobre la marcha. Eso sí: exigía datos, sustento, pruebas de lo que escribíamos. Y especialmente rigor lógico, argumentativo. No aceptaba obviedades ni tautologías, era dable ejercitar la imaginación siempre y cuando ésta se apoyara en datos de la realidad. La guía para las indagatorias dio lugar a una especial manera de interpretar los hechos. “La objetividad en el periodismo no existe”, afirmaba. Nosotros rebatíamos con ánimo de avivar la polémica. Entonces señalaba las razones por las cuales dicha objetividad para él era una construcción del investigador que se situaba en un punto de vista, el cual era resultado de sus antecedentes intelectuales, formación académica y práctica. Sin embargo esa parcialidad podía ser falsa o verdadera; en el primer caso sustentada en datos, cifras, relato de acontecimientos sucedidos; en el segundo fabricada con la sola intención de afirmar la propia mirada de las cosas, de adoctrinar o de ejercer el dominio. En la verdadera tendrían que ser expuestos de manera clara las convicciones del autor, en la segunda éstas serían escamoteadas o bien tergiversadas, escondidas bajo un barniz racional. Hoy el estudio del periodismo en México cuenta ya con un acervo de investigaciones, metodologías provenientes de disciplinas diversas: la historia, la comunicación, la sociología, la economía política, de un cuerpo académico sólido cuyos miembros ejercen en distintas universidades públicas y privadas del país. La bibliografía es extensa y continúa ampliándose. Buena parte de ese desarrollo se debió al envión dado por Miguel Ángel Granados Chapa, a sus enseñanzas ofrecidas con la palabra en el aula y con su ejercicio diario de periodista. RMC
Notas
1) Vicente García Torres. Monitor de la República, México, SEP, 1968. 2) Alfonso Cravioto: un liberal hidalguense, México, Océano-Gobierno del Estado de Hidalgo, 1984; Francisco Martínez de la Vega, Terra Nova, Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud, México 1986. 3) Gran parte de sus enseñanzas se encuentra recogido por sus ex-alumnos en el libro coordinado por Rosalba Cruz Soto, Yolanda Zamora Casillas y Juan Romeo Rojas Rojas, titulado Miguel Angel Granados Chapa, maestro y periodista, FCPYS-UNAM, México, 2008. ISBN 978-607-2-00276-0
Profesora e investigadora de la FCPyS de la UNAM.
Una obra que ilustra el espíritu del reportero de investigación
El periodismo, según Millennium Del sueco Karl Stieg Larsson, el gran desconocido hasta antes de su muerte, hoy se sabe mucho: que escribió a velocidad frenética la trilogía Millennium, que fumaba tres cajetillas diarias, que tomaba 20 tazas de café, que se alimentaba de comida chatarra, que dormía tres horas y que murió a los 50 años sin haber disfrutado, pero sí intuido, el éxito de sus novelas. En Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con un cerillo y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corriente de aire, si bien el personaje principal es Lisbeth Salander, una mujer flacucha de 42 kilos, habilidosa hacker y prodigio en las matemáticas, el personaje secundario es un periodista. Por eso es imposible comprender la trilogía Millennium, enmarcada dentro del género negro, sin la actividad periodística, sus valores, prácticas, protagonistas, intereses, grandezas y flaquezas. Sarelly Martínez Mendoza
E
l alter ego de Larsson es Carl Mikael Blomkvist, un periodista intachable, “don perfecto”, le dicen, que desbarata imperios fundados en la mentira y en la estafa, a partir de su tesón e intuición informativa. Tanto Mikael como Lisbeth surgen de los personajes más conocidos de la novelista Astrid Lingren. Mikael toma su nombre del famoso detective Kalle Blonkvist y Lisbeth, de Pipi Calzaslargas. De hecho Larsson reveló que, platicando con sus amigos, se hizo la pregunta de cómo sería Pipi Calzaslargas si se hubiese hecho adulta. Su respuesta fue esta: una joven raquítica, autista, alejada del mundo, incapaz de mantener relaciones sociales pero muy inteligente.
En palabras de Larsson: Blomkvist es una fulana estereotipada. En cambio, Salander es un macho: agresiva, antisocial, valiente y decidida. Blomkvist deseaba ser periodista criminal pero se dedica al periodismo político y económico, es freelance y socio de la revista Millenium, el único medio en donde le tienen paciencia suficiente, porque es uno de sus principales accionistas. Después de un fracaso, por supuestas imputaciones falsas que comete como si fuera “un periodista suicida” (I, 33), al haber confiado demasiado en una fuente, recibe la encomienda de escribir la biografía de Henrik Vanger pero, sobre todo, de saber el paradero de Harriet, una joven desaparecida hace más de dos décadas.
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Pero esa tarea, que prometía ser placentera y bien pagada, se convierte en una búsqueda desesperada de un asesino múltiple. Blomkvist no pertenece a ningún partido político porque prefiere “conservar su credibilidad periodística” (III, 76). Se abstiene incluso de votar. —¿No tienes ningún defecto? —No leo ficción, nunca voy al cine y no veo más que las noticias de la tele. Y tú, ¿por qué te hiciste periodista? —Porque existen instituciones como la Säpo en las que no hay transparencia ni control parlamentario y es preciso denunciarlas de vez en cuando. Mikael sonrió. —Si te digo la verdad, no lo sé muy bien. Pero en realidad la respuesta es la misma que la tuya: creo en una de-
mocracia constitucional a la que hay que defender de vez en cuando (III, 131). Mikael Blomkvist es, pese a ese desliz, un reputado periodista de investigación, obsesionado con su trabajo, dedicado a desvelar fraudes económicos, por lo cual se ha hecho de varios scoops informativos. Sus relaciones amorosas se bifurcan entre una mujer casada, la habilidosa hacker y amantes ocasionales. Es, en boca de uno de sus enemigos, un detective, pero él no tiene tapujos en aceptar que no es un periodista objetivo, sino “un personaje que influye en el desarrollo de los acontecimientos” (III, 66). El mismo Larsson intentó practicar lo que predica su personaje. En La voz y la furia, un libro que reúne sus mejores reportajes, deja en claro que aborrece la injusticia, que es un declarado feminista y que el periodismo debe desentrañar las oscuras relaciones de los grupos en el poder. Él asumió esa tarea al investigar a la extrema derecha en su país. La tesis del buen periodismo la plantea a lo largo de la trilogía, sobre todo en el primer y en el tercer volumen. Para ello, hace que Blomkvist escriba un libro titulado La or- Desentrañar enigmas den del Temple, el cual lleva un subtítulo aclarativo: “Deberes para perio- llo del dinero, sin excavar jamás en las distas de economía que no han aprendi- transacciones y oscuros nexos de las empresas. do bien su lección”. Eso era impensable que sucediera en la En el libro, Blomkvist apunta con sus críticas a los periodistas especializados política –decía– porque ahí los reporteros necesariamente buscaban opiniones en economía: Durante los últimos veinte años, los divergentes y datos guardados celosaperiodistas de economía suecos se ha- mente, pero el periodismo económico bían convertido en un grupo de incom- –por cortesía, comodidad o por intereses petentes lacayos que, henchidos por su aviesos de los informadores– perdía su propia vanidad, carecían del menor atis- batalla con los mafiosos que abundaban bo de capacidad crítica. A esta última por todos lados. Mikael Blomkvist opinaba que el coconclusión había llegado a raíz de la gran cantidad de periodistas de econo- metido del periodista económico era vimía que, una y otra vez, sin el más mínimo gilar de cerca y desenmascarar a los reparo, se contentaban con reproducir tiburones financieros que provocaban las declaraciones realizadas por los em- crisis de intereses y que especulaban con presarios y los especuladores bursátiles, los pequeños ahorros de la gente en incluso cuando los datos eran manifiesta- chanchullos sin sentido de empresas puntocom. Tenía la convicción de que mente engañosos y erróneos (I, 33). El reino del periodismo económico está la verdadera misión del periodista conregido, según Blomkvist, por periodistas sistía en controlar a los empresarios con ingenuos, dóciles y sin deseos de cues- el mismo empeño inmisericorde con el tionar la realidad. Por eso, a menudo sen- que los reporteros políticos vigilaban tía vergüenza al ser llamado reportero el más mínimo paso en falso de miniseconómico, “ya que, entonces, corría el tros y diputados (I, 22). No comprendía que los periodistas ecoriesgo de ser metido en el mismo saco que las personas a las que ni siquiera nómicos, en lugar de tratar a los empresarios como ciudadanos comunes, se consideraba periodistas” (I, 33). En ese periodismo se rendía homenaje doblegaran con ellos y les tendieron ala los hombres más exitosos en el mundi- fombras como si fueran estrellas de rock.
Se necesitaba, en ese escenario de intereses tan perversos periodistas capaces de investigar y pensar de manera crítica, pero también una persona íntegra “¡y no te estoy haciendo la pelota! Un buen periodista debe poseer esas características” (I, 28).
Los otros periodistas
Dentro de los periodistas buenos, en un escenario donde abundan los malos, está una conductora de televisión, quien por su congruencia con la verdad periodística y su defensa de Blomkvist, se gana todas las exclusivas de los casos en los que trabaja el periodista. También destaca Dag Svensson, un curtido free lance, que aborda cuestiones oscuras y peligrosas. Cuando aborda la trata de blancas es asesinado. Es un periodista sagaz, inteligente, capaz de encontrar a responsables delictivos y de centrarse en lo más importante de la historia. Erika Berger, otro personaje importante, más que periodista: (Es gestora y) buena administradora que sabía tratar a los colaboradores con cariño y confianza, pero que al mismo tiempo no evitaba la confrontación y que, si resultaba necesario, podía tener mano dura. Sobre todo mostraba una extrema sensibilidad y mantenía la cabeza fría a la hora de tomar decisiones sobre el contenido de los próximos números de la revista. A menudo las opiniones de ambos diferían, lo cual ocasionaba bastantes discusiones, pero también había una confianza inquebrantable entre los dos, y juntos formaban un equipo invencible. Él hacía el trabajo duro buscando la historia; ella la empaquetaba y la promocionaba (I, 23). En Erika se concentra a la jefa de redacción que todo buen periodista desearía tener: organizada, desenfadada, comprensiva, discreta e informada. La revista Millennium le había otorgado un estatus dentro del periodismo que se le antojaba casi inmerecido: Ella no escribía las noticias. No era lo suyo. Se consideraba una mediocre periodista de prensa escrita. En cambio, como periodista radiofónica o televisiva resultaba buena y, sobre todo, era una brillante redactora jefe (I, 68).
Fuentes protegidas
En Millennium, el periodismo no tiene sentido si no se respeta a la fuente, no obstante las presiones que puedan recibirse para denunciarla.
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Mikael pasa tres meses en la cárcel por revelar datos que llevarían a la identificación de su fuente. Y aunque hubo colegas que aprovecharon para tirarle piedras, no faltó quien lo empezara a comparar con esos periodistas norteamericanos capaces de desbaratar gobiernos pero sin revelar a su garganta profunda “y le pusieron la etiqueta de héroe con unas palabras tan halagüeñas que le producían sonrojo” (I, 171). Pero no sólo los buenos periodistas son reacios a revelar el nombre de su fuente, también los malos intentan practicar este principio: recibí los datos, dicen, “en calidad de periodista; me la dio una fuente que no voy a revelar” (III, 202), pero sus fines son aviesos.
The bad guys
Si no se necesitara transparentar las acciones del poder; si no se requiriera llevar luz a los lugares en donde se toman decisiones que afecta a miles de personas, el periodismo sería innecesario. Incluso, en las más avanzadas democracias, como la sueca, hay personajes siniestros, mafiosos y gángsteres capaces de estafar a la gente. Corredores de bolsa, inversionistas y abogados con uniformes de Armani son los que Blomkvist retrata como una banda de atracadores de bancos y narcotraficantes. Wennerström es uno de the bad guys a quien persigue por estafar al erario. Finge que ha gastado millones para generar empleos en zonas devastada por la guerra de los Balcanes y así cobrar apoyos estatales. La ganancia es redonda y de ahí construye su imperio con apariencia empresarial pero con impulsos criminales. Lo más resbaladizo de la trilogía es cómo lograr que Blomkvist, pese a que su fuente principal es una experimentada hacker capaz de meterse en todas las computadoras del mundo, “de hurgar la vida privada de la gente”, no violente los valores éticos. Su defensa es que no lo hace él, sino otra persona. Se le pondría argumentar, sin embargo, que él sabe quién lo hace y cómo. Dice que los periodistas tienen una comisión ética que controla los aspectos morales: Cuando escribo un texto sobre un hijo de puta del mundo de la banca, no incluyo, por ejemplo, su vida sexual. No menciono que una estafadora de cheques es lesbiana o que le pone hacerlo con su perro (I, 133). Su debilidad no está desde luego en cómo escribe, sino cómo consigue la información.
Periodismo, una profesión íntegra
En la novela, Larsson propone que el periodismo debe ser una profesión íntegra y que exige todo el esfuerzo, la capacidad y la inteligencia de sus practicantes. Un periodista es, desde el sentir y vivir de Blomkvist, alguien que escribe bien y “tiene buen ojo para los detalles” (III, 76). En otra parte señala que la misión del periodista consiste en cuestionarlo y examinarlo todo con sentido crítico, “no en repetir lo primero que alguien te diga, por muy bien situado que esté en la administración del Estado”. Y se permite dar un consejo a un joven periodista: “Que no se te olvide nunca. Escribes muy bien, pero ese talento no tendrá ningún valor si olvidas tu misión” (III, 77). Blomkvist tiene claro que hay “un montón de periodistas profesionales que saben cómo hacer su trabajo”, pero el problema, “es que hay otros que no les dejan hacerlo” (III, 136). Para el álter ego de Larsson, el periodismo de investigación debe ser capaz de desentrañar misterios y de poner en duda “todas las viejas conclusiones” (I, 38). Eso es lo que hace, al desentrañar viejos enigmas. A Karl Stieg Larsson le explotó el corazón en las oficinas de su revista Expo, después de haber subido caminando los siete pisos por un desperfecto del elevador. Dejó inconcluso un cuarto libro, que en realidad era el quinto, en donde Salander y Blomkvist se visten de nuevo de héroes pero en escala planetaria. Se dice que en ese libro, aún no publicado, hay incluso escenas de las muertas de Juárez en una trama mafiosa que se extiende por Suecia, Francia y que aterriza en nuestro país. Lástima que no pudo concluirlo, pero sin duda la forma en que concebía el periodismo está retratada en RMC la trilogía Millennium.
Referencias
Todas la referencias proceden de la trilogía Millennium. Larsson, Stieg (2009). Los hombres que no amaban a las mujeres (Vol. I), La chica que soñaba con un cerillo y un bidón de gasolina (Vol. II) y La reina en el palacio de las corriente de aire (Vol. III). España: Ediciones Destino.
Profesor e investigador de la Universidad Autonoma de Chiapas.
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Todo empieza cuando nos desconectamos
Aprendizaje invisible ¿Para qué educamos los educadores? Se trata de una pregunta necesaria en un mundo global. La generación, transmisión y apropiación del conocimiento ha dejado su tradicional verticalidad para dar paso a un ecosistema de adquisición del saber horizontal, posibilitado por las formidables redes digitales. María Elena Meneses
L
a escuela ya no es lo que solía ser en el modelo industrial. Tampoco lo son los docentes y mucho menos los alumnos –en su mayoría nativos digitales–, que constituyen el capital humano indispensable de la Sociedad del Conocimiento, paradigma social cuya base material son las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). En una época de cambios acelerados que afectan a todos los ámbitos de la vida social, es fácil que la tecnología corra más rápido que el conocimiento sobre sus efectos. Cristóbal Cobo y John Moravec, dos reconocidos expertos en Educación y Tecnología, se atreven a hacer una pausa que obliga a matizar todo exceso de entusiasmo –la mayoría de las veces falto de rigor científico– acerca de la incorporación de dispositivos tecnológicos en la educación. Además, analizan sus supuestos efectos positivos, sobre los cuales no hay consenso y, en cambio, abundan un conjunto de estudios dispersos con hallazgos poco claros y a veces contradictorios, que obligan a repensar el indisociable vínculo entre la educación y la tecnología.
¿Qué es aprendizaje invisible? Lo sabrá cabalmente hasta que lea el libro, pero le adelanto que no se trata de una apología, como tantas existentes, sobre las bondades de las redes digitales en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es todo lo contrario: es un llamado a hacer un alto y reformular lo hecho en estas tres últimas décadas de preeminencia tecnológica en el ámbito educativo, para lograr un nuevo y transformador estadio en el que los mercados laborales se transforman radicalmente. Ante todo esto, las universidades no son capaces de reaccionar con la celeridad que una realidad frenética e impredecible requiere. A decir de los autores, Aprendizaje invisible es un llamado a construir de manera colaborativa un paradigma de educación inclusivo, sobre la base irrefutable de que la Internet es potencialmente educativo y que al instaurarse en las prácticas culturales de las nuevas generaciones favorece aprendizajes invisibles, que la educación formal es incapaz de detectar y mucho menos capaz de evaluar. La paradoja del aprendizaje invisible es que si bien lo favorecen las TICs, su máximo valor y significado tiene lugar en la
desconexión. Ni en la escuela ni de la mano de un maestro, sino en el proceso de apropiación que supone la reinvención y mezcla de contenidos con base en los imaginarios y talentos que cada internauta lleva consigo. Este cúmulo de aprendizajes invisibles –que la Unión Europea ha clasificado bajo la categoría de e-competencies (competencias digitales)– se refiere básicamente a las habilidades estratégicas, tales como el pensamiento crítico, el trabajo colaborativo, la resolución de problemas y la gestión de la complejidad, las habilidades que un individuo debe tener para la vida y el trabajo en la Sociedad del conocimiento. Estas competencias le permiten al individuo contemporáneo forjarse un cúmulo de habilidades, algunas de ellas adquiridas de manera colaborativa, que se transforman en conocimiento y, a largo plazo, en una mejora de la experiencia humana. De esa forma, en tiempos de la Internet, el aprendizaje puede ocurrir en cualquier momento, lugar o edad. De ahí, la necesidad de pensar en un modelo de aprendizaje continuo, como el que sugieren los autores, en una especie de uni-
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versidad expandida, peer to peer a la inteligencia colectiva o en la que todos seamos cocrowdsourcing mediante la que aprendices y co-educadores. se puede responder, al menos Sin ser un manifiesto por la con menor falibilidad, a las proeducación, este protoparadigma blemáticas y dilemas que nos –en fase Beta, dicen los autoplantea un mundo complejo en res– es un exhorto a elaborar el cual, como alguna vez dijo esquemas educativos más adapMario Benedetti, “cuando creíatables, permeables e inclusivos mos que teníamos todas las resque nos den la posibilidad de puestas, cambiaron todas las reconocer conocimientos adpreguntas”. quiridos y que usualmente paEstimular y reconocer las hasan desapercibidos. bilidades que favorecen las ¿Cuál es el riesgo de seguir TICs como entornos de apreneducando como hasta ahora? Si dizaje y experimentación contibien las TICs estimulan la adquinua es el desafío del siglo. Qué sición de aprendizajes invisibles, bueno que en la era del conono los podemos evaluar en la cimiento abierto tengamos diseducación formal memorizante y ponibles libros como éste, el se corre el riesgo de no detectar cual no debe pasar inadvertido talentos, de frenar la innovación o de manera invisible para edu–sobre todo en economías emercadores, estudiantes, miembros gentes– y más que nada de prode la sociedad civil organizada, asiduos internautas y funciofundizar la brecha entre los profesionistas con conocimiennarios del sector educativo. tos que caducan cada vez más Si usted es un maestro que rápido y los mercados laborales aún usa el programa prehistórico Power Point y sanciona a sus en continua y creciente transformación. alumnos cuando sacan en plena Probablemente –y luego de clase su teléfono móvil, tiene que leer a Cobo y Moravec– tene- La escuela ya no es como antes. Foto: www.ciberciudadanias.blogspot.com leerlo. En la actualidad resulta un imperativo repensar lo que sumos que considerar que no estamos formando a los abogados, ingenie- nos o si son un mero culto a la medicede en el salón de clases y, en ros, administradores o periodistas del ción de resultados para inducir la in- una de esas, quizá se atreva a coadyuvar siglo XXI, o que quizá los mercados es- corporación de modelos económicos y desde donde pueda hacerlo, a dar una tán requiriendo perfiles y nuevas opcio- culturales, que responden a esquemas necesaria sacudida a la educación tradines formativas, cuyos rasgos no conoce- superados por la misma dinámica socio- cional independientemente del país doncultural. mos ni nos hemos atrevido a esbozar. de viva y del contexto particular en el que Propuestas de aprendizaje incluyente, se desenvuelva. ¿Cómo explicar que entre 1995 y 2006 la matrícula universitaria en los países de como lo son por ahora las experiencias En la actualidad ya no se puede edula OCDE creció el 100%, cuando en la ac- Edupunk y Edupop, dicen los autores, car igual que en la era pre Internet. Más tualidad los jóvenes de algunos países combinan entornos, comunidades y que pensar en una sociedad hipercomiembros experimentan altas tasas de contextos sin restricciones espaciales ni nectada hasta los dientes, debemos desempleo? Probablemente encontremos temporales, aprovechando la ubicuidad considerar una nueva educación para algunas claves en este provocador libro. y accesibilidad de las tecnologías mó- los nuevos tiempos, la cual es delineaLos autores aluden a un riesgoso quie- viles. da con rigurosidad por los autores en Para el Aprendizaje invisible no hay un ejercicio cuidadoso de prospectiva bre entre lo que se enseña en la universiedad, si no cómo entenderíamos que Lim analítica y crítica. dad y lo que se requiere afuera. Walt Disney, Woody Allen, Henry Ding Wen haya inventado con sólo nueTomémosle la palabra a Cobo y MoFord, Bill Gates, Steve Jobs y Mark Zuc- ve años la exitosa App Doodle Kids. ravec y atrevámonos a hacer visibles y Aprendizaje invisible –libro de acceso reconocer los nuevos aprendizajes que kerberg no necesitaron un título universitario para demostrar su talento, pero abierto es parte de la Colección Trans- se están generando y que querámoslo sin éste difícilmente entendemos el media Siglo XXI de la Universidad de Bar- o no, ya están moviendo al mundo. mundo contemporáneo. Para estas men- celona– reúne la erudición y el talento No son las TICs el elemento central en tes innovadoras, los esquemas rígidos creativo de Cobo, actual investigador del el debate educativo: es el aprendizaje inde la educación formal –basada en mó- Oxford Internet Institute y de Moravec, formal que generan y que nos está padulos temporales, acumulativos y en investigador de la Universidad de sando en la cara de manera invisible. R M C Minnesota. métodos de evaluación generalizantes. Los autores proporcionan un muy actual estado del arte basado, de acuerdo Inteligencia colectiva Aquí el lector se preguntará si las prue- con ellos, en mil minutos de conversaProfesora e investigadora del Tecnológico de bas ENLACE y PISA miden en realidad, el ciones, que forman parte de un proyecto Monterrey. auténtico aprovechamiento de los alum- abierto en continuum. Para ello, se apela Correo electrónico: marmenes@itesm.mx
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Voces y perspectivas desde las Ciencias de la Comunicación
El oficio de
investigador Investigar en ciencias de la comunicación es una actividad intelectual que comparte métodos de trabajo con el resto de la indagación científica y, en particular, con la proveniente de las ciencias sociales y las humanidades. Se trata de una forma de generar conocimiento en los marcos de instituciones, normas, presupuestos y tradiciones de estudios, que se aceptan con el fin de proponer explicaciones y evidencias sobre cierta realidad. Vicente Castellanos Cerda
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a ciencia se valora por sus resultados y en nuestros tiempos los hallazgos, en sus versiones más acabadas y profesionales, toman forma de un artículo de investigación o un libro que suelen estar dedicados a los propios pares en primer lugar y, luego, a aquellos estudiantes que deben aprender a pensar su entorno con cierta autonomía y lucidez en el marco de teorías sociales y comunicativas. En más de medio siglo, las ciencias de la comunicación han dado cuenta de fenómenos de interacción humana y transmisión de información en coordenadas históricas determinadas por ciertos contextos culturales. Este gran tema ha sido tratado de múltiples maneras, pero se ha seguido más o menos un mismo patrón al momento de trabajar con aquello que hemos nombrado como problema de investigación: lecturaproblematización-escritura-trabajo de campo o reflexión analítica-resultado (artículo o libro).
Precisamente este proceso de trabajo, dada las presiones institucionales por “mostrar resultados”, se ha invisibilizado a pesar de ser el motor de la indagación científica. El trabajo invisible se queda en el escritorio, en los apuntes del procesador de textos, en el bloc de notas de campo o en el registro icónico que una persona, interesada en dar a conocer con rigor y respaldo teórico, utiliza como auxiliar de la memoria y del pensamiento científico para hablar de cierto fenómeno de interacción comunicativa. En tal trayecto invisible, la investigación se construye con cierto orden, mucha creatividad y un sinfín de manías personales a tal grado que es importante preguntarse cómo un proceso tan personal pueda dar resultados precisos y generar consensos en comunidades de estudiosos. Como se trata de un trabajo cuyo sustento radica en la lectura y la escritura, recuerda al oficio del escritor; tal vez pase igual con el gremio de los periodistas: las angustias producidas por una idea que
no termina de completarse, un dato que niega un presupuesto teórico, e incluso, una narrativa que a veces no es tan clara como para facilitar la comprensión de aquello de lo que se quiere hablar. ¿Por qué investiga usted? Tal pregunta suele responderse regularmente igual, a la vez que siempre diferente, tal y como lo han hecho los escritores en su búsqueda inacabada de aprender, explicar y reflexionar, pues sólo se puede entender el mundo si se le investiga y escribe. Si bien los resultados de la indagación científica se comunican en círculos profesionales muy rigurosos, lo cierto es que el trabajo invisible de la investigación tiene mucho de oficio, de labor artesanal, la cual se perfecciona con el uso y el tiempo. “Ese investigador tiene oficio” es una frase que esclarece intereses personales, pasiones y sentimientos, así como formas de trabajo individual que los investigadores y las investigadoras de las ciencias de la comunicación han construido como método propio de trabajo.
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Vicente Castellanos: entrevistas que ilustran el quehacer investigativo.
En el oficio lo que cuenta es la experiencia, no sólo la acumulada, aunque también es valiosísima la novel por espontánea, porque sólo mediante el recorrido accidentado de un camino –digamos heurístico–, es posible alcanzar explicaciones menos ingenuas de la realidad, o bien, más relevantes para conocer un poco más de la sociedad en la que vivimos. En el trayecto, algunas mujeres y algunos hombres que en nuestro país se dedican a la investigación científica de la comunicación, tomaron decisiones, tuvieron muchos aciertos y no menos yerros, pero sin duda, los recorridos han sido productivos y satisfactorios porque se ha aprendido algo más de aquello que en un primer momento era tan sólo una inquietud o una idea vaga. Al final del camino, el poder expresar una tesis de modo preciso y contundente es consecuencia de “echar a andar” el oficio de la investigación. ¿Ese camino se puede enseñar? Tal vez sólo señalar, pues la experiencia de todo recorrido es forzosamente particular. Sin embargo, existen puntos comunes en los que conviene detenerse y reflexionar para conocer las decisiones que llevaron a una persona a hacerse de un estilo de investigación a partir de los temas y las perspectivas teóricas que ha elegido. La bibliografía para aprender a investigar ha dado como resultado una extensa lista de métodos, metodologías, teorías y conceptos, que explican y dan cierto tratamiento experto a los estudios de la co-
Foto: Facebook.
municación en nuestro país. Esta literatura centra su interés en el conocimiento y práctica del método científico, así como en la aplicación de un sinnúmero de instrumentos de búsqueda y tratamiento de la información. Se cumple, básicamente, con una finalidad pedagógica de enseñar a investigar mediante la apropiación de contenidos y no forzosamente a partir de la propia experiencia de indagación. Sugerencias sobre cómo redactar reportes de investigación, plantear un protocolo y desarrollar un trabajo de campo, constituyen tópicos comunes en estas publicaciones. Al mismo tiempo, se han formulado un número considerable de estrategias de aprendizaje que han permitido al estudiante generar esquemas de pensamiento y estructuras argumentativas apegadas al rigor científico y al compromiso social.
Comprender para cambiar
Así se ha aprendido que el estudioso de las ciencias de la comunicación es una persona con una particular perspectiva de los fenómenos sociales derivada de la relación tripartita entre a) un modo de pensar: el científico; b) una preocupación: la sociedad; y c) una perspectiva teórica: la de las ciencias de la comunicación. No obstante, hacen faltan documentos que den cuenta del proceso de la investigación encarnado en mujeres y hombres que siguen diferentes estrategias para generar conocimientos. No sólo estrategias
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teóricas o metodológicas, sino sobre todo aquellas relacionadas con las obsesiones, preocupaciones y acciones cotidianas que derivan en un estilo de investigar. Difundir los diversos estilos de investigación que a la larga hacen oficio, es el objetivo que ha ganado mi interés para desarrollar una serie de entrevistas a investigadoras e investigadores de la comunicación a lo largo del país, tres de las cuales se presentan como adelanto editorial en las siguientes páginas de la RMC. He buscado comprender la investigación desde su oficio del día a día para dar cuenta de los tinos, obstáculos y paranoias que se producen a lo largo de un particular recorrido heurístico. Pero, ¿por qué un grupo de personas, aun reducido en nuestro campo de estudio, se dedica a la investigación científica? Las motivaciones superan por mucho eso que ambiguamente hemos llamado vocación. Se investiga, así lo han expresado en las entrevistas, por inconformidad, sea con el entorno inmediato, sea con las explicaciones que se dan de la realidad. Problemas, situaciones y fenómenos de comunicación inquietan a estas personas inconformes y por eso se meten de lleno en su análisis y comprensión. Comprender para cambiar, parece ser una especie de principio que calma un poco el espíritu rebelde de la investigación, pero tal es el malestar que se adopta como un estilo vida caracterizado por la duda y el cuestionamiento permanentes. Preguntarse acerca de la interacción comunicativa y dudar con conocimiento de causa, constituye el primer paso del trabajo de investigación para, en un segundo momento, dudar nuevamente, incluso de nuestras propias explicaciones. A la frase: “Y si los cosas no fueran así”, se puede agregar otra para caracterizar la constante inquietud y rebeldía del oficio del investigador: “Y si las explicaciones sobre tal o cual fenómeno no fueran así”. Esta permanente puesta en duda es uno de los ejes sobre los cuales las personas entrevistadas comentan acerca de su experiencia en un oficio que siempre tiene anclajes al inicio pero nunca llegadas definitivas. Otros puntos en común de las entrevistas son temáticos. Resulta conveniente detenerse en varios de ellos y en el modo en que cada una de estas personas ha tejido su experiencia según decisiones y manías personales. Se parte de la idea de que el talento para la investigación está relacionado con los motivos para dedicarse a esta actividad profesio-
nal que por fortuna tiene como principal desafío el de aprender a pensar. También interesa conocer de este trayecto las condiciones psicológicas y ambientales para iniciar, desarrollar y concluir una investigación, en las que se destaca dos puntos nodales: el momento en que una idea recurrente se convierte en un problema de investigación, y cómo a lo largo de ese proceso interviene el pensamiento creativo en la construcción de ideas propias y novedosas. Se trata de conocer el paso que da una persona ilustrada para convertirse en una persona ilustre, o más simple, saber cómo una investigadora o investigador posee ya un pensamiento maduro y autónomo. Se resaltan las manías de cada entrevistado o entrevistada pues son los comportamientos propios del oficio y del estilo personal, y ahí no hay manual de investigación que dé cuenta de ellos, sólo se pueden conocer a pregunta expresa. Para dar cuenta del cierre de la investigación, se ha decidido acentuar la utilidad y repercusión social del nuevo saber en cuestión. Es importante entender para qué o para quién se genera conocimiento en México y en el mundo. Por eso, se les ha preguntado acerca de sus particularidades en los temas y tratamientos elegidos, pues hay quienes han incidido en el escenario de la política o de los medios, otros en el campo propiamente científico y de formación de nuevos investigadores, así como los interesados en indagar la amplia y difusa articulación entre cultura y sociedad. La última petición que se les ha hecho en las entrevistas, ha sido que definan su estilo de investigar como corolario que condense una especie de metacrítica autorreflexiva sobre el recorrido de un oficio individual en su procedimiento y muy institucionalizado en sus resultados. Asi, pues, en el presente número de RMC se han incluido sólo tres de casi una veintena de entrevistas que próximamente estarán disponibles en una publicación más amplia. Mientras tanto, se comparten tres experiencias como testimonio de este noble oficio encarnado en mujeres y hombres que con gran responsabilidad se dedican a pensar, explicar y proponer, en los marcos estrictos de generación de conocimiento, ideas novedosas acerca de nuestro tiempo. RMC Profesor e investigador del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa.
Entrevista con Raúl Fuentes Navarro
La investigación anárquicamente rutinaria Para el doctor Raúl Fuentes Navarro, lo más importante es el desarrollo de la capacidad metodológica, la capacidad de relacionar conceptos con datos y los datos con referentes, con hechos: “Ese es el arte de la investigación y en comunicación me parece fundamentalmente importante con una dimensión adicional que no suelen tener otras disciplinas. Justo eso es una práctica de comunicación: la comunicación es metacomunicación o viceversa”.
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¿Por qué hacemos las cosas que hacemos? ¿Por qué investigas? —Porque estoy en el campo, sería la respuesta sintética. La decisión fundamental, crítica, fue cuando tenía 18 años (estoy hablando de 1970). En el haberme inscrito como estudiante de una cosa que se llamaba Ciencias de la Comunicación es donde está el origen. Desde hace casi tres décadas se ha acumulado una experiencia profesional y personal muy rica, pero todo viene de allí. Es el afán cultivado durante mucho tiempo al que ahora puedo ponerle nombre y explicación. Antes no. Un campo abierto de aventura intelectual. Cuando fui estudiante y luego egresado nunca estuvo presente la idea de ser investigador, ni siquiera académico: la fui descubriendo poco a poco y muy fortuitamente. Y ya reconvertido en el plano académico, hace 30 años, llegó un momento en que la tensión entre si además de profesor, podía ser un investigador o no, se fue haciendo una cuestión crucial. En 1980 fui a la primera reunión nacional de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación en la UAM Xochimilco. Yo iba con la conciencia de que no era un investigador y que era un intruso en un campo al que yo no pertenecía, pero que me interesaba conocer. Con toda necesidad pregun-
té si además de participar y de la ponencia y de esto y de lo otro podría inscribirme en la AMIC y se rieron. Poco después entendí por qué se reían de ese ingenuo provinciano que hacía ese tipo de preguntas. A partir de entonces empecé a trabajar de una manera muy poco satisfactoria, demasiado fácil, demasiado gratis. Alcancé a tener una respuesta más sólida, más satisfactoria en 1996. Transcurrieron 16 años para ingresar al Sistema Nacional de Investigadores. Fue cuando me dije: sí, soy un investigador no porque me lo imagine sino porque lo afirma el SNI. No te doy los porqué si no te doy los hitos a lo largo de muchos años: asumí que ser investigador era una parte de mi vida profesional en 1996. Se trató de una aventura intelectual porque tomé la decisión de estudiar Ciencias de la Comunicación sin tener ningún referente y tras convencer a mi madre y a mi familia de que eso era algo menos loco de lo que parecía. Por eso es que lo atractivo era decir: no hay una definición establecida, hay que hacerla y puede resultar. A lo mejor, la formula de la anécdota precisa es más clara. Yo vine y primero pregunté: “¿Qué es eso de Ciencias de la Comunicación?” Más tarde, el súper yo me obligó a hacer la pregunta crucial: “Oiga, disculpe –‘que ya te dije que no
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me hables de usted´–, perdón, una última pregunta, ¿si estudio esto me voy a morir de hambre?” Esa era la preocupación de mi madre. La respuesta fue genial porque me dijo: “Probablemente sí. Ahora déjame devolverte la pregunta: ¿de qué depende si te mueres de hambre o no? ¿Dependerá de qué carrera estudies? ¿Tú crees que de eso depende el que vayas a morirte de hambre o no?” “¡Ah!, pues no, ¿verdad? ¿Dónde firmo?”, respondí. En ese sentido hay que crear el mundo en el que parece que hay promesas. —¿Cuál es tu método de trabajo, las condiciones psicológicas y ambientales que necesitas para investigar? ¿Eres muy metódico? ¿Necesitas una hora del día para ponerte a escribir? ¿Precisas de una situación particular para hacer investigación? —Tengo una combinación aparentemente contradictoria entre ser muy rutinario –si no sigo mis rutinas cotidianas no puedo funcionar– y ser muy anárquico, en el sentido de que no puedo programar cuándo voy a hacer qué. Creo que las dos cosas me ayudan a hacer cualquier cosa en la vida. Una buena parte de la vida es el trabajo profesional que nunca he sujetado a horarios, a calendarios o a esas cuestiones, aunque sí a rutinas. Generalmente mastico mucho los asuntos (las preguntas) durante el mayor tiempo posible sin hacer nada más que tenerlos presentes y
Raúl Fuente Navarro Profesor e investigador en el Departamento de Estudios Socioculturales del ITESO y en el Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara. Coordinador del Doctorado en Estudios Cientifico-Sociales del ITESO. Licenciado y maestro en Comunicación por el ITESO y doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Guadalajara. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias. Autor de varios libros y publicaciones académicas sobre el campo académico de la comunicación en México, la enseñanza y la investigación de la comunicación en América Latina. Otros de sus campos de conocimiento son Estudios socioculturales y postdisciplinarización; Información, comunicación y difusión académicas vía Internet; y Difusión científica y cultural: modelos metodológicos y estrategias de comunicación.
tratar de encontrarle asociaciones con lo que sea. En ese proceso de masticar las ocurrencias o las preguntas o lo que sea, hay momentos en que se te ocurre una manera de formularlo, y entonces, sólo entonces, puedo empezar a trabajar con eso en el papel o en el teclado para empezar a darle forma. Ahí es donde comienza el oficio. Es muy azaroso porque no puedo responder a una demanda inmediatamente: necesito rumiarlo, masticarlo, pensarlo... Cuando hay fecha para entregar un texto, para preparar un curso, para cualquier cosa, dos terceras partes del tiempo del plazo que tengo, los dedico a masticar, a rumiar, y me confío en el oficio para –una vez pasada esa etapa– realizarlo con cierta rapidez. O sea, puedo resolver o escribir un texto en un día o en día y medio enterito.
Pensar en triadas
—¿Haces notas mientras estás en ese proceso? —No, todo es mental. Yo nunca he acostumbrado tomar notas. A veces tomo notas cuando es una cuestión más bien política, que debo fijar muy bien ciertos términos para usar en cierto tipo de procesamiento. Generalmente leo de diversas maneras y muchas cosas al mismo tiempo. No me concentro en leer un libro a fondo, metódicamente hasta terminarlo y luego empezar otro; ese es el sentido anárquico que aprendí o cultivé desde estudiante de la carrera porque ésta era enormemente estimulante; era una carrera de todo y para cumplir mi compromiso empecé a trabajar medio tiempo desde el primer semestre; tenía mis cuatro horas en la mañana dedicadas a trabajar y una buena parte del tiempo de todos los días dedicado a platicar, a vagar, a especular, a esa parte de la experiencia universitaria que es totalmente extracurricular. Entonces no me quedaba tiempo para hacer las tareas de lectura, de escritura, que era bastante intenso y las hacia como podía; aprendí a hacer eso y a no preocuparme cuando faltaban quince minutos para entregar las tareas. Desde entonces empecé a aprender –no a improvisar– a optimizar los recursos de oficio para poder cumplir. Años después eso me sirvió mucho para hacer mi tesis de licenciatura, de maestría y de doctorado en casa con la familia, sin encerrarme. Generalmente se necesita concentración y te encierras y aíslas durante un tiempo. Yo soy esa combinación entre lo rutinario y lo anárquico. En ese sentido, realmente trabajo en ese proceso 24 horas al día. —¿Tienes alguna manía muy particular y que te haya dado resultados en una investigación?
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—Muchas, muchas manías. Una positiva es estar permanentemente asociando lo que oigo, lo que dicen, lo que me piden con otras cosas. Estar haciendo asociaciones es una manía propia. La inmensa mayoría de las veces no van para ningún lado, pero es una manía positiva porque cuando sí conecta con algo pertinente, te sitúa en un plano de claridad o de seguridad en: qué sigue, cómo tomar una decisión. La investigación como oficio consiste en tomar decisiones bastante difíciles de definir, como cuáles son las opciones convenientes. En tal sentido esa manía me sirve mucho. Otra también positiva es pensar todo en triadas: organizarlo todo en divisiones de tres. Esto me divierte mucho. Creo que es positiva porque te aleja un poco del maniqueísmo. Tengo algunos alumnos que me conocen lo suficiente como para decir: sí pero no ¿verdad? Así como dirías tú: sí pero no. Exactamente, sí pero no: esa es otra manía largamente cultivada y que por lo menos tiene la virtud de que permite otro tipo de acercamiento con la gente para que se burlen de ti y eso ya es mucho. Es una gran bendición para un profesor que sus alumnos se atrevan a burlarse sanamente de él. —¿De qué manera entiendes la creatividad en la investigación? Porque los manuales suelen hablar muy poco de este tema. —La creatividad y el manual son antípodas. El sentido de fondo que tiene para un sujeto trabajar en una pregunta es donde sí hay creatividad. Tengo muchísimos ejemplos de soluciones creativas a problemas irresolubles en todos los niveles, en una situación de bajo nivel de estructuración institucional del campo y de desbordamiento de los recursos intelectuales para abarcar o nombrar los objetos que tenemos la obligación de conocer, además de las carencias materiales e institucionales, etcétera. En esa situación, las respuestas creativas son absolutamente necesarias y se hacen indispensables para sobrevivir en este campo. Un ejemplo es cómo resolver un asunto teóricamente obscuro en un texto de los que leemos usando no los recursos obvios (preguntarle al profesor o hacer una consulta en Internet a ver qué se ha dicho sobre cualquier cosa), sino yendo más allá de eso que acaba de ser más o menos extraordinario. He visto muchos pero muchos casos de que esa desviación, de que ese pensamiento divergente es precisamente lo que te permite regresar al punto por donde ibas: esa me parece que es una buena definición de creatividad porque implica establecer unos vínculos, unos links que no estaban, que los probaste y te dieron un resultado y que ya quedaron por lo
menos para ti establecidos no separar la operación, la más en el camino de ser un práctica de su modelo. Nos método. hace muchísima falta capaEntre mis maestros o mis cidad de analizar y de intercontemporáneos o mis alumpretar datos empíricos; pronos, veo desarrollo y chispaducimos muy pocos datos zos permanentes. Esa es una empíricos; creo que por ahí de las cosas más alentadoras tenemos una carencia histórique hay en este campo, más ca, estructural, enorme que que las realizaciones, los rehay que ir trabajando: en dóncursos que desarrollan los sude están los datos y qué relajetos para seguir trabajando, ción tienen esos datos con para seguir avanzando aunlos hechos, con cualquier que no sea por las vías ortocosa que quieras llamar realidoxas. Esa manera heterodoxa dad; tenemos que trabajar en de trabajar no siempre da rela construcción de datos y sultados óptimos, pero muy en la interpretación de la refrecuentemente sí. lación de esos datos que le —¿Cómo logras hacer preden cierta coherencia; eso guntas pertinentes, relevanes la investigación y está tan tes, interesantes que conduzflojamente estructurada, hay can a una investigación? tan pocos modelos para ha—Es un proceso muy larcerlo y tan pocas evidencias go: tiene que ver con ese de que sirva para lo que de“masticar” que te refería. Yo bería de servir, que entonces me quedo especialmente insate refuerza la necesidad de setisfecho con la manera de forguirlo haciendo al tiempo que mular una pregunta que ya te buscas haya más; es decir, la mete a trabajar, pero que no práctica de la investigación y acaba de tener la precisión o la docencia son inseparables. la agudeza necesaria y, por lo —¿Cómo definirías o destanto, después hay que volcribirías tu estilo de invesver a ella. Para poder terminar tigar? de trabajar la respuesta, hay La creatividad y el manual son antípodas: Raúl Fuentes Navarro. —Tengo varios estilos porque regresar a la formulación que en mi historia –digamos– de la pregunta, pero lo que ha habido la necesidad de traqueda en ésta es el sentido de la respues- cursiva, pero nada más. A mí me ha ser- bajar en distintos niveles de abstracción. ta, no tanto la formulación precisa. Hay vido mucho el implacable desprecio –va- Me interesa muchísimo el trabajo episteque regresar porque no puedes quedarte mos a ponerlo así– de gente como Enri- mológico y el trabajo más abstracto. Tenen el nivel más vago del sentido tan abier- que Sánchez Ruiz con quien he trabajado go un estilo que no sé cómo definirlo pero to; es decir, sí, el código académico te muy cercanamente. He aprendido por él sí un tipo de acercamiento a ese campo exige el mayor grado de precisión en el en Standford y muy bien cultivado y de- que no corresponde con mi formación ni manejo del lenguaje y en el procedimien- cir: bueno, ese discurso suena bien o no con mi experiencia porque yo nunca he to expuesto, pero es preciso regresar y suena bien o lo que sea, pero a ver: evi- estudiado filosofía, no he estudiado mano hay método cierto para cultivar las pre- dencias, contenido empírico; la cercanía temáticas. Nunca he estudiado ni tengo guntas, no puede haberlo. y discutir con él me fue contagiando de una formación para el discurso abstracSiempre parte de una pregunta. ¿Y cómo esa necesidad de privilegiar la operación to, pero me interesa, me gusta. Necesito se hace eso?, es mi primera pregunta. No, empírica sobre la operación teórica. Creo moverme a veces en ese plano y en vano hay manera. Por eso, desde hace mu- que esa acaba siendo una revisión muy rios otros hasta llegar en el otro extremo cho, para la filosofía de las ciencias lo sabia, aunque no sea sabiduría tal cual a hacer mucho trabajo de documentación: que podemos analizar es el contexto de pero muy aguda, muy práctica. es un trabajo de infraestructura, no de la justificación, el contexto del descubriLo más importante es el desarrollo de investigación; es un trabajo de infraesmiento, qué es lo que generan las pre- la capacidad metodológica, la capacidad tructura para la investigación y para el guntas. Es imposible de analizar. de relacionar conceptos con datos y los aprendizaje, para la docencia. datos con referentes, con hechos: ese es En mi práctica profesional me identifiCapacidad el arte de la investigación y en comuni- co más como docente que como invesmetodológica cación me parece fundamentalmente im- tigador en el sentido estereotipado de —¿Cómo concibes el trabajo de cam- portante con una dimensión adicional alguien que se dedica exclusivamente a po? Quizás aquí hay un proceso que pue- que no suelen tener otras disciplinas. Jus- la generación de conocimiento. Por eso de ser muy estimulante... to eso es una práctica de comunicación: tengo distintos niveles de trabajo, por—Nos acostumbramos y aprendimos a la comunicación es metacomunicación o que dependen en buena medida de lo que discutir sobre la investigación sin hacer- viceversa, y aprende uno doble si descu- vas adoleciendo: en el trabajo cotidiala. Afortunadamente en los últimos años bre esa manera de abordar las cuestiones no, con los estudiantes, pero también hemos ido un poco superando esa situa- y no puedes flagrantemente abstraer sin en el contacto permanente y constante ción. La investigación es cada vez más pagar las consecuencias. Cuando uno en- con lo que hay en otras instituciones y una práctica que tiene sus reglas, que re- seña, cuando uno escucha, cuando uno en otros países con los colegas. RMC quiere del desarrollo del oficio y no un propone, cuando uno escribe y tiene pre(Vicente Castellanos). discurso separado de una práctica dis- sente eso, está el impulso para intentar enero-marzo 2012 /REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN
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Entrevista con Fátima Fernandez Christlieb
Investigar
para saber de primera mano “Los métodos casan mucho con las personalidades, con los temperamentos, con las propias historias”, asegura la doctora Fátima Fernandez Christlieb y añade: “Yo no sigo recetas ni en mi vida, ni en la investigación, y he visto gente que dice: es que así es porque de esa manera lo dijo fulanito y no te vayas a salir de su esquema. Si yo hubiera seguido una receta, sería una maquinita mal fabricada. El método lo entendí como un camino para desentrañar una realidad, y hay muchos caminos, unos más afines a mi modo de ser y otros menos afines en mi forma de vida que es bastante dispersa”.
—
Vicente Castellanos: ¿Por qué investigar? —Yo sentí el gusanito de la investigación desde la licenciatura. Creo que tengo una de las características que a mi juicio debe tener todo investigador o tiene por definición, que es la curiosidad, ganas de saber más sobre algo. Yo me recuerdo tomando muchas materias, particularmente dos: Legislación de los medios y Televisión, donde yo estaba inquieta por el tema. Hay que aclarar que eran épocas en que estaba la discusión sobre los tiempos fiscales en los medios. El profesor de la materia era abogado de Televisa, hablaba de eso y razones personales que a veces se entreveran en la vida de los investigadores. Un hermano de mi madre acababa de ser presidente del Partido Acción Nacional. Ese dirigente, Adolfo Christlieb Ibarrola, me dijo un día: “Oye, ¿tú que piensas de esas medidas que están ahorita por aprobarse?” Yo sabía. Llegué a la escuela, pregunté y me di cuenta de que era un tema áspero, entonces dije: “¡Yo tengo que saber más!”. En el momento que le entré a ese tema, que se convirtió en mi tesis de Licenciatura, sentí vértigo, sentí ganas de saber más. El primer planteamiento que hice, fue: ¿qué está pasando aquí? ¿Qué dicen otros actores políticos de lo que
está ocurriendo? Entonces me fui a investigar sobre los periódicos. El punto es: ¿Por qué investigar? Porque investigar para mí era saber de primera mano algo. Esto también se cruza con historias personales: yo tenía un papá y una mamá muy distintos, opinaban diferente sobre tantas cosas, eran tan diferentes que eso me obligó a preguntarme ¿y yo qué pienso? Y creo que aprendí a pensar por mí misma muy tempranamente. En el momento que entré a la carrera, ésta era una licenciatura muy nueva, era la época en que ya había acabado la etapa de los comunicadores filósofos. Mi generación era muy ávida de saber y el campo estaba virgen. Los pocos investigadores de la comunicación eran los recién salidos, por ejemplo Raúl Cremoux. En la misma década que salí de la escuela fundamos la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, o sea, ya sabíamos que había que investigar y sabíamos que había que juntar al gremio para poder incidir en la realidad, que era otra cosa que me viene también un poco de familia. Yo me formé mucho a la luz de ese espíritu de contribución con los más desposeídos, un poco “cristianón”, medio mesiánico del que me despojé apenas entré a la UNAM. Yo venía de escuela par-
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ticular, la Iberoamericana, saqué un poco de experiencia en el estudio y saqué el título y saqué el marido; pero cuando acabé dije: “Bueno, ¿y la realidad nacional dónde está?” Me di cuenta de que en cinco años de carrera, yo no había aprendido casi nada del país. Me vine a la UNAM a estudiar sociología como segunda carrera, y aquí era la época del marxismo recalcitrante, de los comités de lucha; el 68 no estaba muy lejos y el 71 me tocó apenas puse un pie aquí. Entonces vi muertos y ¡ah caray!, pensé, la cosa está más seria de lo que uno piensa. Quería entender esa realidad que me estaba circundando, y no veía otra forma de ganarme la vida que ésa. Nótese que eran épocas en que todos los comunicólogos de las universidades que tenían la carrera, salían con trabajo, porque no había gente que manejara los medios con más profesionalismo. Otra cosa interesante: yo no tuve ni un sólo profesor comunicólogo porque no existían. Eran abogados o periodistas de oficio. Uno de ellos por ejemplo, el de Novedades, Héctor Dávalos, me dijo: “oiga véngase pa‘ca, váyase usted a reportear”. “No, yo cómo voy a reportear –le dije–, yo quiero saber más de todo esto”. Y fue así como caí en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
UNAM donde había centros de investi-
gación recién formados. Empecé a trabajar aquí teniendo otras ofertas de trabajo, o sea, me quedaba claro que la vida es muy compleja. —¿Qué tan de acuerdo estarías en creer que la investigación está vinculada con aquello que nos afecta emocionalmente? —Creo que en mi caso está estrechamente vinculada: no tengo ninguna duda. Pienso también que hay temperamentos, caracteres y biografías. A mí me gustó mucho cuando entré a la UNAM: todas esas posturas del investigador, el que el académico tiene que involucrarse con el cambio social, había que dar la vida por la investigación. Hace mucho fui presidenta de la AMIC, cuando no había cumplido 30 años, y conocí a los españoles, todos los discípulos de Miguel de Moragas y uno de ellos, Emilio Prado, me dijo: “Léete este libro que acabo de hacer”. Se llamaba Cómo fabricar noticias o una cosa así, y tenía una frase que se me quedó muy grabada, que decía: “La objetividad no existe porque sería ausencia de mediación”. Entonces uno está mediando entre la realidad y el trabajo académico.
El sello personal
Desposeerme, desvincularme es casi imposible. Hay gente que lo intenta y dice hacerlo, pero finalmente en la elección del propio método ya hay una involucración personal. Tiene uno que cuidarse, evidentemente, y yo batallo mucho con que mis deseos, mis percepciones, mi ángulo de visión, mi interpretación de los hechos no sea la que predomine en la descripción de la realidad, pero es muy difícil desvincularse de lo que uno es; seríamos objetivos si el objeto de estudio fuera otro; no habría remedio si estuviéramos midiendo partículas atómicas en un acelerador en el instituto de física; así es el método y por eso son tan distintas las áreas. Nosotros nos carcajeamos de eso que inventó el SNI (Sistema Nacional de Investigadores) sobre “cuánta gente te ha citado”, pero ellos no, porque si te citan es que aportaste al conocimiento de ese dato duro casi no objetable. Finalmente es mucho más fácil tener consensos sobre lo que es el dato duro y por dónde va la investigación. Cuando veo procesos como el que vivimos todos en el Canal del Congreso a partir de enero de 2006, o lo que pasó en el Senado de la República con la Ley Televisa, por ejemplo, es muy difícil separar la parte racional de lo que emocionalmente puedes tú describir o puedes desen-
trañar: hay siempre una zona en que no es desvinculable el asunto. La personalidad, la materia prima, en síntesis, la historia personal, la biografía de cada quien, va dándole un estilo al investigador. —En ese sentido, ¿cuándo una idea recurrente se convierte en tema de investigación y cómo lo problematizas? —Te voy a decir cuál es la idea recurrente. La idea recurrente es en mi caso (cómo uno va, cómo construye uno, es algo que en la historia de las ideas está muy documentado): ¿Cómo construye uno su forma de percibir el mundo? ¿Cómo construye uno sus categorías y sus conceptos? ¿Cómo se acerca uno a ciertos autores y descarta otros? ¿Cómo privilegia uno ciertas cosas en su vida y descarta otras? En la vida se van pasando cosas; por ejemplo, soy la mayor de 10 hermanos: eso me marcó; y tener un papá y una mamá distintos a mí siempre me generó curiosidad: ¿por qué pienso cómo pienso? Y hace tiempo que me inquieta todo esto. Tengo dos currículos paralelos: uno muy identificable, muy claro, porque es el que está aquí en la UNAM, de que he dado clases y escrito libros, o sea, sobre el doctorado, la maestría y todo eso. Pero tengo otro currículo de muchas cosas que a mí me interesan, y desde hace como 10 años le dedico mucho tiempo, mucha energía y mucha lana. Ahorita ya tengo una
Fátima Fernández Christlieb Profesora titular de tiempo completo adscrita a la carrera de Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Obtuvo el grado de Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Información por la Universidad Iberoamericana, después obtuvo los grados de maestría y doctorado en Sociología por la UNAM. MIembro del Sistema Nacional de Investigadores. Entre sus libros publicados se encuentran: Los medios de difusión masiva en México, La Radio Mexicana: centro y regiones, Avatares del Teléfono en México y La Responsabilidad de los Medios de Comunicación. La doctora Fátima Fernández Christlieb fue fundadora y primera presidenta de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación y es miembro a titulo personal del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.
formación bastante consistente en lo que los psicólogos llamarían métodos psicoterapéuticos –unos oficiales, otros alternativos–, que responden al hecho de que a mí me ha costado mucho entenderme y entender mi vida. Yo tomé decisiones fuertes, fuertes, sobre la maternidad, sobre el matrimonio, sobre formas de vida cotidiana que me costaron mucho, o sea: sufrí, no la pasé bien y cuando acababa de tomar la decisión yo decía: bueno, qué pasó, por qué lo hice; y a estas alturas de mi vida, tengo muy claro qué pasó, de dónde vino, cómo fue, pero me he allegado de muchos métodos. ¿Cuándo un tema recurrente se vuelve tema de investigación? Yo me he dado cuenta de que, con el correr de los años en la Facultad, he ido entreverando estas cosas que me inquietan, siempre respetando los contenidos de la materia. Aplico la teoría de la comunicación a cuestiones muy concretas. Mi tema: “¿cómo estamos hechos, por qué pensamos lo que pensamos?”, se va entreverando con el tema de investigación. El caso es que paulatinamente, sin que uno decida la fecha concreta, el tema ya te atacó, ya se volvió ese interés recurrente y con el que sueñas, ya se volvió materia para dar en las clases y se volvió un tema de investigación. —Ahora, cuando ya estás con el tema de investigación, tienes que empezar a leer, a informarte, a recopilar información, a escribir. ¿Cómo lo haces? ¿Tienes una disciplina estricta? ¿Haces fichas? Platica sobre tu método de trabajo hasta la conclusión de una investigación que en nuestra área queda muy claro, generalmente se ve concretizada en un artículo, en un libro, en una investigación de campo, pero que al final tiene un reporte escrito. —En la tesis del Doctorado, por ejemplo, había temas de toda la vida: los medios y la responsabilidad de los medios. Yo soy como muy aterrizada, no puedo hacer cosas teóricas, teóricas teóricas, porque esa es la pura masturbación intelectual y eso, pues, está padre de vez en cuando pero... como la vida cotidiana me gusta, entonces los temas ya andan por ahí flotando. Ahora, los autores son importantes porque en una investigación ni modo que empieces de cero. No me digas que no hay nadie que haya escrito sobre eso. Los autores que yo he elegido dicen mucho. (Mientras arreglaba mi biblioteca, el otro día me percaté de cuántos autores tengo su obra casi completa y de qué otros autores no tengo nada, o tengo un libro que me dejó un profesor u otro que tuve que leer porque algún colega me lo
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regaló o lo que sea, pero que no son mis favoritos). ¿Qué autores son mis predilectos? Aquellos que son buscadores en el terreno de la vida: esos me encantan, me seducen, me ganan y estoy con ellos. Los que trabajan con todo su cuerpo, la panza y las vísceras y se involucran con el corazón que es una víscera y lo amalgaman con la cabeza y que se cuidan mucho de ser serios en su conceptualización: esos me encantan. En el caso de la tesis de Doctorado me encontré un autor alemán, Norbert Elias. Él es un tipo cuyos papás son asesinados en Auswitch y se queda 10 años varado sin poder hacer nada; empieza siendo boxeador y después psicoterapeuta, ¡órale!, y después de eso vuelve a la obra sociológica; es un tipo fijado en algo, él quiere desentrañar el holocausto: por qué sus padres mueren así en una Alemania que él concebía como un país desarrollado culturalmente, cómo puede pasar eso; entonces arma toda una visión del hombre y la sociedad. Bueno, ese tipo de autores me gustan. Aunque también de repente los dejo porque luego uno ya no les encuentra más, ya no dan más o se vuelven muy técnicos en ciertas cosas. Si la gente no está viva y en búsqueda constante a mí no me gusta; los muy sistemáticos y muy racionales y multicitados, tampoco. A veces yo he visto que algunos se ponen de moda y entonces todos en una generación los leyeron por eso; ahora me doy cuenta de cómo la gente se va formando de determinada manera y cómo los autores en una comunidad, en un sector del campo, son los bien vistos por una generación también.
Mirada ecléctica
Yo no tengo tanto ese problema porque como venía de un funcionalismo en la Ibero y entré a la época del marxismo grueso en la UNAM, entonces me sentía realmente ignorante y leí muchísimo, pero afortunadamente le entré a Marx por las obras históricas: la lucha de clases, la guerra civil... Entonces me cayó bien y luego había cosas de las que no entendía nada y las fui dejando. Cuando veía yo las tesis de mis colegas hechas sobre medios de comunicación y las puntas de la hegemonía, dije: “¿qué es eso y cómo se aterriza en este México?” Y como no lograba el aterrizaje, los dejaba. No tengo ese problema de casarme con una corriente: yo soy bastante ecléctica en ese sentido. Sin embargo, dando por hecho que desconozco muchas cosas, mientras más lee uno y se da cuenta de cómo las comunidades se van formando bajo ciertos autores, hay que saber por lo menos
Obra referencial.
quién es; si tú no sabes quién es Thompson o quién es Bourdieu, estás fuera. Pero no quiere decir que haya que casarse con ellos: todo mundo habla de ellos, pero sí hay que saber por dónde. Los métodos casan mucho con las personalidades, con los temperamentos, con las propias historias. Yo no sigo recetas ni en mi vida, ni en la investigación, y he visto gente que dice: es que así es porque de esa manera lo dijo fulanito y no te vayas a salir de su esquema. Si yo hubiera seguido una receta, sería una maquinita mal fabricada. El método lo entendí como un camino para desentrañar una realidad, y hay muchos caminos, unos más afines a mi modo de ser y otros menos afines en mi forma de vida que es bastante dispersa, yo diría. Si me siento atraída por muchos temas, los métodos han sido de manera parecida. No soporto una rigidez que deje fuera cosas que yo considero centrales. Mi trabajo ha sido como un ir agarrando de donde me siento cómoda, tanto de autor como de método y de forma de redacción. Yo no soy gente de muchos libros: soy gente de un libro cada diez años. Me cuesta mucho concluir las cosas, porque ¡se me antojan tantas! Recuerdo, y nunca se me va a olvidar, un profesor de metodología durante el primer año de la carrera. Acabábamos de entrar y dijo: “Van a escribir en una escaletita o un modelito y van a poner qué hacen de lunes a viernes, sábado y domingo, y si alguno tiene algunas cosas que no le caben en el modelo, pues lo apuntan”.
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Todos acabaron, lo entregaron y yo lloraba. No podía salir, porque no podía meter todo y así es mi vida: no puedo meter todo lo que yo quisiera. Batallo mucho cada día para poder compaginar las distintas cosas que debo con las que no debo y me encantan. Hay gente que no tiene ese problema. Yo he visto: son muy sistemáticos, muy ordenados, entregan a tiempo y cinco días antes ya entregaron el texto; yo lo hago cinco minutos antes. —Ya que tocaste los autores y los métodos, me parece importante hacer la siguiente pregunta: ¿Cómo pasas de ser una mujer ilustrada, a ser una mujer ilustre, o cómo se pasa de ser erudito a ser sabio? —Aquí depende qué entiendas por sabio. —En qué momento dejo de pensar por ellos, por los autores... —Yo creo que la mayoría o un porcentaje muy alto no hacen esa separación. De hecho yo tengo que inhibir algo. Uno de mis hermanos me dice: oye suprime por favor la primera persona del singular, pues la usas mucho para muchas cosas que no deberías. Entonces digo: sí es cierto, porque hay lugares donde no entra. Creo que en general mi generación fue educada para inhibir la primera persona del singular; en cambio se usa un “nosotros” que yo no sé usar. Considero que muy tempranamente, por las mismas circunstancias, aprendí a pensar en ciertas cosas por mí misma. A mí me sirvió mucho cambiar de universidad y de carrera. Yo soy alguien que se mueve en muchos ambientes distintos, los cuales me enriquecen mucho. He aprendido a verme, a tomar distancia, a observar dónde coincido, dónde hay una diferencia total, y me doy cuenta de que distintos ámbitos me han alimentado como distintos aspectos de mi ser. Yo no me considero erudita para nada. —Pero se espera que un investigador sea erudito. Hay ciertos niveles de erudición que uno tiene que demostrar incluso en sus publicaciones. Si no la tienes estás fuera de la jugada, y a veces esa erudición es suficiente para ser considerado un investigador, y quizás eso sea insuficiente. —Yo también pienso que es insuficiente. Por ejemplo, cuando hice la tesis de Doctorado escribí un capítulo especial para los cinco doctores que me iban a examinar y estaba cuajado de erudiciones. O sea era como para decirles: no crean que no me van a dar chance de entrar al gremio de los doctores. Y cuando terminó el examen profesional tiré a la basura ese capítulo e hice una introducción para la gente. Yo me ubico en este segundo terreno.
—Pero ¿por qué lo haces, qué es lo que hay en esa escritura y qué no hay en la otra? —Hay momentos en la vida académica de un investigador en que debe presentarse como un erudito: ahí están de prueba los exámenes profesionales, donde a veces el único que sale revolcado es el chavo dictaminado porque estamos frente a los colegas y familiares diciendo: yo sé más que tú; es ese el juego y a mí esos juegos me chocan. Cada día estoy más tranquila en la academia, pese a que no estoy en el Sistema Nacional de Investigadores ni tengo nivel último del Programa de Primas al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo de la UNAM porque vives para reportar, vives para circunscribirte a..., y vives para jugar reglas del juego que a mí no me gustan. Yo no sé cuándo voy a dejar la academia, tengo un papá de 92 años que apenas el año pasado sacamos de ella; era decano de la Facultad de Arquitectura, y tengo una mamá que es bióloga, que tiene 82 años y está activísima; el “coco” les sigue funcionando porque dan clases. Digo, pues yo no puedo dejar esto.
Manías y creatividad
un rotulador y tengo por ejemplo: “Calderón. Primer año de gobierno. Radio y televisión”. Otra manía que es más bien forma de trabajo o de organización del material, es que tengo una gran mesa y atrás tengo otra y la silla es giratoria; cuando voy a empezar a trabajar por ejemplo, el IFAI, me pregunto qué es la transparencia, de dónde viene la ley, la parte legal, la conceptual, los autores que me parece que son buenos y que hay que leer, mis notas personales, todo eso lo ordeno en filas, y es muy útil; lo malo es cuando se empalman tres cosas. ¡Ah! Por ejemplo a la muchacha le digo: “No, los papeles yo los ordeno, los libros usted, esos allá, nada más no me los desacomode, están acomodados perfectamente”; pero el otro día llega una muchacha y me dice: “Ay, ya se los dejé rebien, señora, por colores”. Me reí, me agarró en una etapa de madurez, pero la hubiera “matado”. Después, ¿qué cuenta más? La verdad, la verdad, creo que no lo que dice el autor, sino lo que digo yo. Uso la intuición: es un elemento al que recurro. Aquí hay un texto que acabo de hacer sobre la Ley Televisa; me fui hasta los años treinta; Fernando Mejía Barquera, que hizo un trabajo de hormiga en el Archivo General de la Nación, sacó todo lo que Mújica le propuso a Cárdenas; yo lo leo y con la intuición deduzco que el Tigre Azcárraga conoció esto, pero no tengo manera de probarlo, nadie me lo va a decir: no obstante, sí tengo aquí que en 1930 él tenía la cadena de la W y en el 39 habla de la Q, y esto que tengo, lo hace Mújica
Yo gozo a los alumnos cuando están recién llegados porque pueden leer y estudiar. En la academia hay reglas del juego. Afortunadamente a unos les va muy bien y a otros no nos va tan bien, pero todo mundo trata de cumplirlas porque es la forma de seguir viviendo de esto. —¿Tienes alguna manía personal y que te haya dado buenos resultados en la investigación? —Tengo varias. En mi biblioteca los libros de repente se empiezan a inflar, porque todo lo que tiene que ver con el tema lo recorto y lo pego ahí. Recorto mucho periódico: es una manía. El otro día me dijo Oscar, mi esposo: “Oye, ¿no será una adicción?” Pues a lo mejor sí porque desde que entré a la carrera, empecé a recortar periódicos. Recortarlos y archivarlos en libros me ha dado buenos resultados. Otra manía y que no me gusta es juntar documentos. Junto muchos. Mira: hace 22 años que está aquel paquete sin abrir. ¿Entonces para qué coleccioné tanto documento? Hay que tener todos los documentos que se pueda en el momento de redactar algo, ya después a volar; pero tengo muchos “por si acaso”. Es una manía: juntar y juntar cosas. Papeles por si acaso, y no me gusta. Son manías que vienen de la personalidad; hasta compré unas cajas de Soy multidisciplinaria y poco ortodoxa: Fátima Foto: Vicente Castellanos. plástico grueso, les puse nombre con Fernández Christlieb.
en el 36 y había ciertos antecedentes de vinculación con el poder y esto fue muy público. ¡Claro que lo conoció! Pero el historiador diría: ¿dónde está la prueba documental? No la tengo, pero si uno ve y observa en la vida cotidiana cómo se dan ciertas cosas, entonces puede regresar para atrás y afirmar. Un historiador ortodoxo me diría: falta la evidencia empírica. Pues a mí para hacer esa afirmación no me hace falta y yo la lanzo. Hay gente que por su propia formación, ese elemento no entra en la investigación, porque le enseñaron que mientras no estén los pelos de la burra en la mano, pues no puedes hacer la afirmación. Yo sí la hago, pero no estoy inventando nada, me estoy basando en un contexto histórico y estoy amalgamándolo con lo que me consta en la vida cotidiana. —Vamos a hablar sobre la creatividad del investigador, porque me parece que es uno de los temas olvidados. La investigación es rigurosa, científica, apegada al método, pero nunca hablamos de la creatividad. ¿Cuál sería para ti el vínculo entre creatividad e investigación? —Primero: me parece que las ciencias sociales durante muchos años pelearon por parecerse a las ciencias naturales y tenemos muchas pruebas a nuestro alrededor. Yo me formé en la UNAM con muchos autores sobre el método científico. ¿Y qué era eso?: el traslado de ciertos métodos que funcionaban en la física, la química y la biología a las ciencias sociales, desconociendo que el objeto de estudio es otro y que el sujeto que está haciendo la investigación también tiene una vida. Paulatinamente y a cuentagotas hay autores que van hablando de eso. Creo que de las cosas por las que no subsiste la creatividad, es que el trabajo es muy individual. Si se llegara a poner en práctica, lo que ahorita son buenos deseos en las universidades, el trabajo colectivo e interdisciplinario, aunado al tema de la creatividad, eso redituaría positivamente en las ciencias sociales. Colectivamente estamos de acuerdo en que es un ingrediente que ayuda, pues en el mundo en el cual nos movemos hay muchísima creatividad. En ciencias sociales es más complejo el asunto porque no es nada más una buena idea: es ver que esto se da en la realidad. Si conjuntamos tipos de trabajo donde veamos que la creatividad de un personaje puede ser sostenida por la racionalidad de otro elemento del grupo al cual pertenece y hacemos real trabajo de equipo, podemos llegar a algo
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muy interesante a partir de la realidad. La creatividad sería tener la habilidad de descubrir procesos que se dan en la propia realidad. No es un invento quimérico, tiene sustento en la realidad; es decir, sería incorporar este respeto por la realidad y saber distinguir que estos elementos están presentes también y deberían estar en la investigación. —Me gustaría hablar de cómo se cierra una investigación. Uno hace una investigación pensando en que algo aporta y generalmente ofrece un nuevo conocimiento. ¿Estás de acuerdo? —Hablando por mi experiencia, yo ahora vengo de discutir un texto que empecé a trabajar a los 20 años de edad. Ese tema no puedo darlo por cerrado porque corresponde a una realidad cambiante. Hay quien dice: “hasta aquí llegué”, y a ratos me dan ganas de hacerlo también, pero reconozco que hay que ver qué elementos nuevos se le agregan; me da cierta curiosidad saber qué puede seguir pasando con el tema.
Amor por los alumnos
—¿Y después de la investigación qué sigue? —Si tú elegiste un tema complejo y vivo, no se acaba nunca. Si elegiste la descripción de una silla, ya no hay nada qué decir. Si uno escoge una realidad compleja, no puede dejar de interesarte el tema. Si escogiste algo sumamente acotado que quedó fuera de la realidad social, pues sí se te acabó. No es mi caso; estoy viendo la misma realidad de hace 10 o 20 años desde otro ángulo; entonces no se agota. Yo no sé quién pueda decir: ya acabé con esa investigación. Sería un trabajo padrísimo: a ver cuánta gente ha cambiado de investigación y cuánta gente sigue ordeñando la misma vaca. Ahora, con qué ángulos. —Sí, porque el tema de la creatividad tendría que ver con la circularidad… —Si es circular y se cierra el círculo, es espiral y va para arriba, pues nunca se va a terminar. Yo le seguí la pista cuando era estudiante de comunicación al primer Tigre Azcárraga; me acuerdo que no existía más que uno. Esa realidad elegida hace muchos años, y que además se va sucediendo por generaciones, me hace plantear hipótesis distintas. Cuando regreso a releer, lo veo distinto y digo “¡Ay güey! ¿Por qué no vi esto? Y estaba subrayado y no lo pude ver ¡Ah!” Porque yo no era la misma y creo estar mucho más cerca de una mirada más compleja.
Las biografías definen temas. Foto: Vicente Castellanos.
En la medida en que me he acercado a ciertas preguntas: ¿quién soy y a dónde voy?, ¿qué huecos traía yo y por qué no pude llevar la vida como era?, ¿por qué no me relajaba? ¡Ah! Todo eso me ha ayudado a mí para ver de otra forma el mismo objeto de estudio. Además, otra cosa que también voy sintiendo es que no tengo escala; bueno, uno a los 20 años la tiene; yo decía: quiero hacer la maestría, quiero hacer el doctorado, quiero hacer un libro. Y cuando ya hiciste la maestría, el doctorado, el libro… dices: ¿y ahora qué sigue? Yo no quiero escalar puestos: ya no voy por eso. Hubo un momento en que, siendo directora general en Secretaría de Gobernación y mi jefe aspiraba gobernar el Estado de México, se me planteó la Subsecretaría. En el momento dices: Claro, y el escalafón sigue. Pero si tú no quieres eso, no. Entonces dije No, y era para siempre ese No. ¿Qué quiero? Incrementar mi conciencia, mi diversión, mi capacidad para desentrañar la complejidad de la vida, el amor —en los temas no metemos el amor—. Yo siento que ahorita tengo mucho más amor por mis alumnos, que el que tenía hace 20 años. Pero a estos chavos de hoy, los miro con mucha claridad, porque los valores me han trastocado y, por ende, se trastoca mi jerarquía en la docencia y en la investigación: es un asunto de seres humanos, pues. —Aquí hago una pregunta particular. Hay una frase dentro de los estatutos de la AMIC que casi casi te la puedo atri-
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buir, que es la “incidencia social”. Tú siempre has tenido un vínculo entre estas posibilidades que ofrece la política de incidir socialmente y la academia. ¿Cómo ha sido este paso, cómo lo has sentido, cómo lo has sufrido? Decías que tienes una apuesta política también para que aquello que se estaba investigando incida socialmente. —Desde hace mucho sentía tener mucha atracción hacia la vida académica como vida de tiempo completo. Simultáneamente sentía el vértigo por la política y por el periodismo. En ninguna de las tres áreas soy de tiempo completo. Tengo formalmente tiempo completo en la universidad, pero no soy de tiempo completo: he andado en varios asuntos. Siempre he cumplido con la Universidad, pero le he entregado mucha energía –sin ser periodista de tiempo completo– al periodismo. En cuanto a la política, crecí yendo a mítines y con una muy fuerte capacitación política prematura, por parte de mi madre; fui politizada muy rápido y esa veta también me acompaña. Ahora, ¿qué he tenido que hacer? Pues “campechanear” un poco. Y creo, hasta donde me conozco, que ya no voy a incursionar en la política, y lo del periodismo no se me da mucho aunque muy de vez en cuando escribo cositas y ya. Creo que mi vida está agarrando respeto a lo que yo soy: mucho más armonía, mucho más balance, mucho más sentido del humor que antes. En el pasado había que hacer la tarea y sacar 10. Hoy ya no me interesa sacar 10. Disfruto más la vida y ya. —¿Qué tipo de investigadora eres? —No produzco mucho, cuido lo que produzco, prefiero no entregar el artículo o retirarlo si me doy cuenta que chafeó; pero cuando doy una opinión, la pienso dos veces antes de soltarla. Me exijo mucho a mí misma. Creo que tiendo hacia lo interdisciplinario más que al trabajo puro del campo. Me doy cuenta de que me gusta mucho la parte histórica de los asuntos y la parte que tiene de ciencia política; a veces incursiono en el ámbito sociológico. O sea: más bien soy como multidisciplinaria y poco ortodoxa; me cuestan mucho las reglas; por ejemplo, cómo hay que citar a los autores: ¿el método Thompson u otro? Eso me pone de mal humor porque tanta rigidez me cuesta, me cuesta... Pues ya. Ah bueno, empiezo muchas cosas que no acabo, muchas. Tengo un mueblecito con cajoneras llenas de texRMC tos como si tuviera yo tres vidas. (Vicente Castellanos)
Entrevista con Enrique Sánchez Ruiz
La investigación afortunada y venturosa
Entre autocrítico y propositivo, el doctor Enrique Sánchez Ruiz sostiene: “Hemos habido quienes sostuvimos que había que solidificar lo académico para solidificar a la vez o subsecuentemente lo político. ¿De dónde vamos a tener la solvencia política si nuestra base es académica? Pues de la academia, del rigor, de los datos... La historia de la AMIC refleja mucho la parte que a mi me enorgullece de la historia de la investigación de la comunicación en México”.
—
En principio, ¿cuáles son tus motivos personales y profesionales por los cuales investigas? —Primero, habría necesidad de mirar en retrospectiva: lo que hace años me motivó a investigar no es necesariamente lo mismo que me motiva ahora a hacerlo. Ya evolucioné. Mi afán por ser investigador se origina en ciertos ejemplos. Imagino que muchos de quienes estudiamos con jesuitas, llegamos a conocer algún jesuita bien fregón, que sabía un chorro sobre literatura, semiótica, filosofía... Esa fue una primera imagen muy fuerte en mi trayecto en la licenciatura de Ciencias de la Comunicación: algunos jesuitas bien fregones. Por ejemplo, uno de ellos de literatura me introdujo al pensamiento crítico leyendo El laberinto de la soledad y Posdata. Así empecé a reflexionar sobre la realidad mexicana. Pero no nada más eso, también El gesticulador de Rodolfo Usigli, etcétera. Por esa vía empieza uno a pensar críticamente sobre la realidad. Luego, cuando estudiaba en el ITESO llegó un alemán muy fregón, un sabelotodo, a introducir un marco entre semiótico y cibernético como los grandes adelantos teóricos en los años setenta y fue otra figura que me impresionó mucho. Pero curiosamente, dentro de la escuela, lo calificaron como positivista y algunos de los jesuitas y no jesuitas empezaron a
meter cosas para contrarrestar su positivismo. De esa suerte, de pasadita, entré también al pensamiento marxista. Todo eso me despertó miles de inquietudes, pero la verdad es que los ejemplos, el caso del señor sabelotodo, ése que uno admira, en mi caso fue muy fuerte, muy pesado. —¿Cuál era el motivo de la admiración? —En prácticamente todos los casos –porque ojo: no digo que admiraba a uno solo sino a mucha gente– por el reto intelectual. Los jesuitas sabían de historia, de cuestiones humanísticas y filosóficas, podían contextuar las cosas de las que hablaban. Varios de ellos hicieron mella en mí. Y luego llegó un alemán que también era así, y yo pensaba: como quisiera parecerme a ése también. Era gente que sabía mucho: la mayoría sabía comunicar todo eso que sabían, que es lo que a mi todavía me falta. Entonces cuando termino la carrera, ya tenía decidido mi trayecto posterior: yo iba a ser investigador. —¿Y en qué momento dijiste ¡ya estoy haciendo investigación!? —Algunas de mis primeras chambas fueron dando clasmes. Por cierto, de esos accidentes biográficos, de repente mi familia, que vivía en la Ciudad de México, se confabuló –literalmente se confabuló– y de repente, mientras estaba trabajando
como jefe de comunicación, intentaron meterme en Televisa. Yo creo que como pensaban que era un “pobre profe”, me metieron a la XEX de reportero. En aquel tiempo, la XEX transmitía sólo noticias, y un primo me dice: ve a Río de la Loza número XYZ, atrasito de Chapultepec. Tuve una entrevista, presenté un proyecto y muy pronto ya trabajaba en Televisa de ejecutivo medio. Finalmente, me salí con la mía: supe que en Torreón buscaban director en una escuelita de comunicación. Mandé mi solicitud en printafom y me dieron la chamba. Toda la familia ofendida: “¡Eres un idiota Enrique! Pero es que yo ya tenía decidida mi vida. La cuestión es que siempre que preparaba mis clases –di clases primero en la Universidad Autónoma de Morelos, después en Torreón, luego regresé a Guadalajara en lo que es la UNIVA hoy día y en el ITESO–, según yo, investigaba. Recuerdo mucho que cuando entré al CONEICC, en una ocasión en el grupo de investigación con Rubén Jara para quien el concepto de investigar era hacer investigación empírica –porque esa era su formación y esa es su forma de ver la investigación–, sostuve que los profes que preparábamos nuestras clases hacíamos investigación y salí perdiendo. Me fui al posgrado, estudié una maestría y, como estábamos administrando la abundancia en los años de López Porti-
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llo, ligué de inmediato mi doctorado en la Universidad de Stanford. Cuando hacía la tesis me di cuenta de que sí era una investigación, en el sentido más integral, más completo y más complejo. Tenia que estar ligando teoría más o menos abstracta con resultados de investigaciones preexistentes, algunas hasta con implicaciones teóricas, con preguntas propias y con el proceso de producción de información para resolverlas. Por tanto, diría que mi carrera propiamente de investigador comenzaría ahí, con la investigación para la tesis. Terminando el doctorado tuve mucha suerte. Presenté mi examen y al día siguiente ya estaba tomando el avión para venir a buscar chamba en México. Me había dado dos semanas para estar en Guadalajara y una en la Ciudad de México. Tuve la suerte de que en el momento en que llegué a Guadalajara se estaba formando el Colegio de Jalisco y me dicen: presenta un proyecto; lo presento y me lo aceptan los miembros del naciente Colegio. Además, recibo apoyo económico de la SEP y me quedo en Guadalajara en una institución que nacía como centro de investigación y sin clases en ese momento. Yo terminé la carrera en 1976 y te estoy hablando del 84. Los años previos habían sido la preparación intelectual que me lleva a formarme para, desde 1984, comenzar una carrera en la investigación.
Condición inherente
Digo que fui muy afortunado porque la mayor parte de nuestros colegas aquí, en México, empezaron a hacer investigación al mismo tiempo que daban clases. Y todavía más afortunado porque en ese mismo tiempo, en la Universidad de Guadalajara, había la inquietud por hacer algo en el campo de la comunicación. Entonces Pablo Arredondo y yo presentamos un diagnóstico con un proyecto. El diagnóstico era que ya había demasiadas carreras de comunicación en el país y en particular en la región, ¡imagínate ahora! Eso tenía implicaciones con el mercado de trabajo. Nosotros demostrábamos que la inmensa mayoría de las universidades mexicanas no estaban haciendo investigación y sí estaban produciendo en exceso licenciados en Ciencias de la Comunicación que eran sabelotodos, pero especialistas en nada. Por ello propusimos la formación de un centro de investigación y suertudotes de nosotros: ¡lo aceptan! Los primeros años de lo que en aquel entonces se llamó el CEIC, Centro de Estudios de la Información y la Comunicación, fueron de pura investigación, sin clases.
Enrique E. Sánchez Ruiz Profesor e Investigador del Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, que él mismo fundó en 1986, y coordinador del Doctorado en Ciencias Sociales de la misma Casa de Estudios. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el ITESO. Maestría en Comunicación y Desarrollo por la Universidad Stanford. Doctorado Educación y Desarrollo por la Universidad Stanford. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Fue presidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (1987-1989), de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (1992-1995), y de la Asociación Iberoamericana de Comunicación (2007-2009). Autor de numerosas publicaciones, entre libros, coautorías, artículos especializados y de divulgación, e informes de investigación. Sus contribuciones académicas al campo de estudios de los medios de difusión y las industrias culturales comprenden bases y bancos de información, investigación empírica, análisis históricos, propuestas teórico-metodológicas y reflexiones epistemológicas. Algunos de sus escritos se han traducido al inglés, al portugués y al francés.
A nivel anecdótico puedes darte cuenta de que, por una parte, yo me preparé, pero por otra, han sido las circunstancias y la casualidad. Se van propiciando las cosas y siento que tuve la oportunidad –que no tuvieron muchos de nuestros colegas– de desarrollarme una naciente carrera de investigación muy bien protegida, sólidamente fundada, en lugares que a eso se dedicaban, con infraestructura y apoyos. Por ejemplo, fui de los primero que llegaron al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), en 1984. Mientras que hoy el número de expediente va en alrededor del 88,900, el mío es el 44. Afortunadamente como no tenía muchas distracciones ni preparar clases y esas cosas, al principio comenzamos a producir y aparecieron nuestros primeros libritos. Luego nos ligamos con una maestría en Sociología de la propia universidad, propusimos nuestra maestría y nos fuimos vinculando con otros programas de posgrado: el Doctorado en Educación y el de Ciencias Sociales. En los dos parti-
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cipé desde su formación y en esos años era el único en la universidad con doctorado y miembro del SNI en el área de comunicación. Lo que solíamos hacer, entonces, era abrir un área de comunicación en los doctorados y usualmente yo la atendía. A través de esos programas fueron saliendo personas que ahora se comienzan a consolidar. Comencé a ver además lo que yo estaba produciendo y lo que producíamos en el CEIC: más masa crítica, de tal manera que ahora ya le entramos hasta a la licenciatura. Mi comienzo como investigador fue muy venturoso. —¿Cuáles son las condiciones físicas y psicológicas ideales en que debes estar para poder generar investigación? En todas sus etapas, ya sea en el ejercicio empírico, en el momento de la escritura o en el análisis de la información. —Los investigadores de la Universidad de Guadalajara y los miembros del SNI tenemos una red de correos. La semana pasada fallecieron dos de ellos por ataques al corazón y hemos estado diciendo cómo nos afectan el estrés y las condiciones terribles en las que trabajamos... ¿Pero sabes qué? Me he dado cuenta de que, por lo menos en mi caso, sin el estrés, sin la presión y sin los vencimientos de plazo, yo creo que no sería nada: no haría nada. Pienso que esa es una condición inherente al trabajo del investigador. Curiosamente, la gente común y corriente –nosotros no somos tan normales– identifica a los investigadores con la figura del filósofo griego: vistiendo su ropón, reflexionando con toda calma en su torre de marfil, leyendo con diligencia. Así nos visualizan, por ejemplo, mis compañeros de la licenciatura. Ellos piensan que yo me la paso chévere, que no tengo las presiones que ellos tienen con los negocios, y ¡cómo no, cabrón! La condición ideal sería esa: la de tener la calma del mundo y estar así, reflexionando y leyendo, interactuando con los estudiantes. La cuestión es que no podemos prescindir del estrés, pero sí creo que hay estrés del bueno y estrés del malo. Por ejemplo, en mi caso, el estrés del malo fue el que se generó al ceder a las tentaciones que siempre tenemos desde las universidades de aceptar cargos de funcionario. A mí no me funcionó: se me tronaron las tripas, se me subió la azúcar, se me subió la presión. Considero que hay personas a las que les beneficia, les gusta: es como lo de la adrenalina. La gente que compite en carreras, en cosas así, se vuelven hasta adictos; bueno, también aquí, pero de esta adre-
nalina, la de la grilla. A mí no me funcio- diferentes dimensiones y que obviamen- hasta la biblioteca de Stanford para resna. Creo que la que nos funciona a los te cada una implica casi casi un proyecto ponderla, pues ya tenía la información. académicos, a los que sí tenemos la vo- diferente. Hay veces que si te encuen- Eso también pasa en mi cubículo en el cación de veras de académico, es la adre- tras un estudiante de posgrado interesa- departamento o en mi casa: uno ya tiene nalina de “urge entregar la ponencia”. do en hacer la tesis sobre ese tema, lo toda la información. La nueva manía es la de navegar y naOtra cuestión: se supondría que noso- agarras y lo orientas sobre una de las ditros controlamos mucho nuestra vida en mensiones que tienes detenidas, y ello vegar y navegar en el ciberespacio y bael sentido de que nos generamos nues- resulta maravilloso pero no siempre su- jar y bajar y bajar información. Ya me “agencié”, por ejemplo, dos discos dutras propias preguntas y nuestros pro- cede. pios problemas de investigación. Mi exMi manía complementaria es que des- ros externos, uno de los cuales ya se está periencia ha sido que en relativamente de los años de formación –yo también llenando de puros archivos en PDF. El pocas ocasiones he podido escoger de como otra gente– recorto y marco perió- problema es que eso atosiga mucho, por manera libre mis proyectos de investi- dicos. Hoy día ya me doy el lujo de tener ejemplo a los pobrecitos de los estudiangación: siempre hay alguna sugerencia, dos asistentes (una pagada por el SNI y tes que uno asesora cuando llegan y te cierta petición. De repente recibes una otra por la universidad) que hacen diaria- dicen: “es que no encuentro nada profe”. invitación a presentar una ponencia so- mente los recortes en torno a temas co- De repente le das un disco o un CD con bre cierto tema y dices: “¡ay güey!, eso yunturales. el montón de archivos o la memoria USB llena de información, con capítulos, con está interesante”. Recuerdo que la primera invitación para publicar sobre el Manías digitales libros enteros. TLC fue a raíz de un texto que me puMe acuerdo que cuando estaba en el Toda la información sobre intercamblicó Raúl Trejo Delarbre en los años doctorado tenía un cubículo compartido bios cinematográficos que he trabajado noventa cuando él coordinaba el suple- en el sótano, donde me traía de las bi- en los últimos años con respecto a Esmento político de El Nacional. Como bliotecas, especialmente de la de posgrado tados Unidos y Canadá –producción, yo había hecho algo al respecto, Raúl en Stanford, un montón de materiales, y política, distribución, debates en ambos dice: “oye, pásame algo”. Me puse a casi todos los estudiantes mexicanos ya países– tanto en el ámbito académico escribir y eso fue el inicio de una línea de sabían que si era de México y no lo en- como periodístico, no tuve que ir a Esinvestigación que todavía mantengo. contraban, Enrique lo tenía. La cuestión tados Unidos o a Canadá para obtener—¿Tienes alguna manía para investi- es tener la información. Ha de parecer que la. Curiosamente una vez fui a Montreal, gar y que te dé buenos resultados? uno está apilando. Puede surgir la ima- Canadá. Supe que enfrente del centro —La manía principal que tengo –y creo gen de… en gringo se dice greedy, como de convenciones estaba Statistics Canaque no da muy buenos resultados– es la tacaño que está apilando, pero no es eso, dá, el equivalente del INEGI (Instituto de comenzar cosas y detenerlas. Tengo no es ser ávaro. Sí me gusta acumular Nacional de Estadística, Geografía e Inla manía de hacer varias cosas al mismo informaciones pero porque sirven. Cuan- formática), entré y pregunté por un matetiempo y eso está mal. Ahorita tengo en do estaba haciendo mi tesis, de repente rial que necesitaba y me dicen: “No, no mi disco duro como tres o cuatro libros emergía una pregunta y no tenía que ir lo tenemos pero lo puede bajar por inconclusos. Internet”. O sea, no tuve que haPor otro lado, frecuentemente ber ido hasta allá para conseguir tengo –para complacer a las buroese material que ya había localicracias– que hacer un proyecto zado previamente. Como no tenía nuevo. Son proyectos que usualen aquel momento mi Lap Top, mente sí me interesan pero que cotuve que esperarme a regresar a mienzo, detengo y después con alGuadalajara para cibernéticamente gún otro pretexto los sigo a los dos regresar a Canadá y tener dicho o tres años; por ejemplo, ahora esmaterial. Entonces, la manía es natoy operando un proyecto que havegar y navegar y navegar, y buebía detenido hace como tres años, no, se encuentra uno maravillas pero del que ya tenía avances. informativas. Todo tiene relación entre sí, pero —En el proceso de investigación esa es una manía muy mala. El prohay ciertos requerimientos impuesblema es que con mucha frecuentos precisamente por la academia. cia –de repente con eso de la Uno de ellos es que cuando uno puntitis, de los tortibonos acadéinvestiga tiene que saber todo. micos–, cuando tengo que presenUno necesita demostrar niveles de tar los informes al SNI y a otras erudición bastante altos, y en mupartes, resulta que tengo un monchas ocasiones, ese trabajo que se hace tan profundo y que lleva tantón de cosas inconclusas. La parte positiva es que usualto tiempo no deja paso al siguienmente siento que de los problemas te que sí es, me parece, el trabajo más importante, que yo le llamo el de investigación en los cuales me de la sabiduría: el pensar por uno meto, tengo abiertos sus niveles de complejidad y usualmente los almismo. Y si esto es así, ¿cómo logras dar el paso de la erudición a canzo a visualizar porque en difela sabiduría en la investigación? rentes proyectos le entras a dife—La verdad a lo mejor te voy a rentes dimensiones. Eso te permite Foto: Vicente Castellanos. sonar como positivista. El tiempo tener claro que un problema tiene La conclusión de saberes, clave. enero-marzo 2012 /REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN
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en el que me preparé fueron casi diez años: era más bien dar clases, leer mucho, aprender mucho. Ese sería una buena parte del periodo primero que tú dices. Lo que yo critico es que muchos chavillos muy jóvenes ya quieren brincarse las trancas e ir al pensamiento autónomo antes de conocer lo que hay. Creo que se requiere un balance en el que primero aprendan. Resulta que a los chavos les pones una lectura de 1980 pa´ atrás y la desprecian diciendo: “no manches es muy viejo eso”. A priori sí, pero uno sabe que mucha de esa sabiduría que nos llega como erudición, mucho de la nueva erudición es un puro reinventar la rueda. De repente yo los pongo a leer el artículo de 1976 de Eliseo Verón sobre la semantización de la violencia política. A mí en lo personal me gusta mucho el concepto de semantización que replanteado de otra forma es el otorgamiento de visibilidad a algo o a alguien a través de, en este caso, la prensa, y los chavos hasta se asombran de que alguien hubiera pensado algo como eso en la prehistoria. También pienso que es muy difícil estar al día de todo lo que se produce. Uno se tiene que basar sabiendo que mucho de lo que se produce es reinvención de la rueda, en la erudición previa, en la que ya tiene acumulada. El caso de un chavo que tiene diez años investigando es diferente al mío porque ya tengo veintitantos años de investigador, lo cual me propicia el pensar con las categorías anteriores y el dialogar. Otra cosa que he criticado de nuestro campo –y de las ciencias sociales en general– son las modas. El problema es que adoptamos nuevas modas y tiramos a la basura lo que estaba antes: no incorporamos. Más tarde resulta que de pronto alguien pierde vigencia y luego la recupera y los chavos, los jóvenes, ni cuenta se dan de ese proceso. Entonces yo creo que sí tiene que haber un diálogo complejo entre lo que se sabe, lo que se sabía y lo que se está sabiendo… Yo escribí un librito donde hablo de síntesis creativas y más o menos en eso consiste la síntesis creativa. Me peleo con quienes piensan, como la mayoría de nuestros colegas, en términos de distinción: o esto o lo otro. Pienso que la conjunción es la clave, pero la conjunción no es nada más poner juntas las cosas sino saber acomodarlas. Hay una teoría de orden más grande que puede ser complementada por una teoría de orden más intermedio en términos de abstracción. Con mucha frecuencia esas teorías son de origen diferente; por ejemplo, yo quería en mis tiempos explicar lo del Derecho a la Información
que era parte de la Reforma Política de 1977 de Jesús Reyes Heroles y López Portillo. Explicar eso desde la teoría de la hegemonía, pero ¿cómo ligar las categorías abstractas de Gramsci de la hegemonía con lo que ocurrió en la Cámara de Diputados hasta más o menos 1980? Me encontré una teoría de unos gringos positivistas que hablaba de reformas preventivas, ¿y sabes qué? Esto fue una reforma preventiva con un contenido simbólico muy grande. El gobierno dejó hablar y hablar, expresarse y expresarse, hasta incorporó muchos aspectos del discurso de quienes iban a la Cámara de Diputados a quejarse de Televisa. ¿No nos suena algo como que nos acaba de pasar? Estoy hablando de 1977 a 1980 más o menos, y entonces pude ligar esa teoría. Si yo fuera como muchos de mis amigos, más cerradón a incorporar teorías que no tuvieran, en este caso se suponía que era yo marxista y no tenía el permiso de mis colegas marxistas de incorporar las teorías, a mí se me ocurrió incorporarla y me funcionó. Bueno, para mí eso es una síntesis creativa.
Orgullo de la tradición
—¿Por qué le llamas creativa? —Creativa porque la creatividad en eso consiste: en poner juntas cosas que ya existían en cualquier campo. Nosotros insistimos mucho en separar las cosas. En las ciencias sociales latinoamericanas y mexicanas insistimos mucho en separar, en oponer y en pintar la raya. Yo hace mucho tiempo descubrí que eso no es conducente al avance de la comprensión, del entendimiento de la realidad, que la
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misma realidad es suficientemente compleja y contradictoria como para que diferentes pensamientos tengan su lugarcito y que puedan ser acomodables. Como en este caso te digo: una teoría más crítica pero más amplia y una teoría menos crítica pero más concreta, te ayudan a explicar un proceso completo. —Me puse a pensar ese diálogo de “La Teoría” con mayúscula y de "las teorías" y me parece que es importante porque el problema de "Las Teorías" es que lo único que hacemos a veces es corroborarlas, buscar en la investigación la información y los datos, las argumentaciones que estén de acuerdo con la teoría y no de acuerdo con la realidad. —Claro. En lo personal yo todavía sigo considerándome marxista, pero desde un pinche marxismo sui generis, bien desdibujado. Más que de la teoría, parto de postulados, axiomas o cosas así, de una especie de estado de ánimo marxista, es decir un out look. Hace muchos años descubrí que yo traía tanto el discurso marxista que mi asesor de la maestría, Everett Rogers, me dijo: “A ver, tú vas a hacer la tesis haciendo la comparación de las escuelas”. Y metiéndome a ver cómo se caracterizaban unos a otros y a tratar de entender en qué se basaba uno y el otro, le entré a metodologías como la de Lakatos para tratar de entenderlas en forma más integra. La cuestión es que empecé a darme cuenta de cómo se caricaturizaban mutuamente, y cómo del otro lado había una gran variedad de marxismos y una gran variedad de positivismos o de empirismos. Entonces de allí llegué a la conclusión de que ni el uno ni el otro tenían la verdad absoluta, de que uno y el otro se caricaturizaban en los extremos de una manera muy estúpida, que uno y otro en algunos aspectos tenían la razón y no se leían y no se pelaban. Encontré un artículo en la revista Social Studies –que era de la escuela de Frankfurt, la del exilio en Estados Unidos, la escuela crítica– de 1941, en donde Paul Lazarsfeld proponía precisamente estos dos grandes enfoques, no a la investigación de la comunicación sino a la investigación social, proponía la confluencia; y luego, de repente te encuentras un artículo en el que Paul Lazarsfeld y Robert Merton –también en los años cuarenta– hablaban de una manera muy crítica del estado de cosas, de la industria cultural norteamericana y de cómo el predominio del interés económico rebajaba el gusto de las mayorías, etcétera. Entonces dices: “¿No que esos eran funcionalistas?” Pues fíjate que no. Y resulta que en el otro extremo tienes a una bola de supuestos progresistas
una chava que está haciendo su teque en realidad siempre fueron sis de doctorado, como tomó uno una bola de autoritarios o que de mis escritos de los reportes de por lo menos eso parecían, por la esa investigación, me acaba de claforma como proponían y como insificar como positivista. Yo llego tentaban proponer sus ideas tancon eso aquí y entro como positito en la academia como en el ámbivista y resulta que aquí ya estaba to más amplío de la política. entrando el culturalismo. Por tanto —¿Qué es lo que hemos hecho era doble el rechazo, porque los bien o mal en la relación intelecculturalistas ya traían otro rollo; entual-poder? tonces yo le entro también a otro —La verdad es que yo me enaspecto que a mí más me interesaorgullezco de mi tradición. Sé que ba, la economía política y empiezo podemos tener alguna diferencia a hacer análisis de la industria culteórica o personal, pero es digna tural, que todavía no tenía mucha de resaltar la manera en como inicabida. ciaron los investigadores de la En ese sentido, como que no encomunicación en México. Estoy contraba mi lugar, y casi siempre me hablando de los pioneros como va pasando eso mismo, como que Fátima Fernández, algunos de parece que soy emisario del pasaellos incluso medio retirados de lo do, pero resulta que a la mera hora académico –por ejemplo Granados se acepta mi producción y lo que Chapa que era uno de los invesaporto un poquito. Unos me clasifitigadores de la comunicación–, el can de una forma, otros me clasifipropio Javier Esteinou que si can de otra. También otros colegas bien cambió su enfoque, siempre me clasifican como cuantitativo, por ha permanecido en el bando críuna pinche... bueno, en realidad tico, y siempre ha estado en el han sido como tres encuestas las bando de las propuestas, de las La adrenalina sirve al investigador. Enrique Sánchez Ruiz. Foto: Vicente Castellanos que he hecho en mi vida. Que me críticas con propuestas. De hedigan cuantitativo es terrible cuancho, la historia de AMIC , por ejemplo, ha sido más o menos una his- tos de vista. Ha servido para sustentar do la mayor parte de mis investigaciones puntos de vista casi casi apologéticos de son cualitativas. Uso mucho investigatoria de ese tipo. Hemos habido quienes sostuvimos que los medios. Tanta pinche mediación que ción documental para las cuestiones de había que solidificar lo académico para los medios resultaron hermanitas de la ca- corte estructural que hago: análisis de essolidificar a la vez o subsecuentemente ridad, hasta mediaciones o hasta apropia- tructura política, de instituciones, etcételo político. ¿De dónde vamos a tener la ciones que revertieran el poder y Televi- ra; incluso hago entrevistas cualitativas. Me siento poco etiquetable. Unos me solvencia política si nuestra base es aca- sa feliz: “nosotros le damos lo que etiquetan de una forma, otros de otra. démica? Pues de la academia, del rigor, quieran”. Eso de que si eres cuantitativo o cualitade los datos. Esa historia de la AMIC retivo, pues no: ni lo uno ni lo otro. Y que fleja mucho la parte que a mi me enorgu- Poco etiquetadable Yo creo que en ese punto sí hemos te- si eres positivista o crítico, pues si, más llece de la historia de la investigación de la comunicación en México: que siempre nido un papel histórico y que parte del bien soy crítico; pero ¿sabes qué? Yo hemos estado en diálogo, que siempre he- asunto es que no olvidemos el sustento también de los positivistas he aprendimos estado en la critica; vamos, también académico, el sustrato científico. Muchos do mucho. Cuando estuve en el posgrado en la propuesta, y a veces un poco más de nosotros también somos o hemos sido llegó un momento en que tuve que tomar con el acento en lo político; en ocasio- periodistas. El periodismo es una activi- todos los cursos que pude de estadística nes un poquito más en lo académico pero dad defendible, respetable, y lo que quie- y de metodologías de las que se ofrecían ese sería una especie de legado que me ras, pero diferente de la del investigador. allá y me di cuenta de que pendejos no gustaría que recogieran mucho los cha- La investigación periodística es otra cosa, estaban, de que había cosas que sí servos nuevos, los que están estudiando es diferente; pueden llegar a confluir, a vían y mucho. ¿Sabes cómo? Bien usasus posgrados, los que están pensan- tener puntos en común, pero es diferente das. El problema de nosotros es que las do en iniciar una carrera en comunica- hacer periodismo de los medios a hacer usamos mal y por eso las negamos. Yo me siento más bien abierto, por eso digo ción, entre otras cosas. Porque durante investigación científica. —¿Cómo definirías tu estilo de inves- lo de ecléctico. Hay muchas veces que los dos últimos decenios, especialmente decirse ecléctico tiene connotaciones nelos noventa, tuvimos mucho la tentación tigar? ¿Cómo lo describirías? —A veces me concibo como ecléctico. gativas; bueno, si te puedes inventar un de dejar el paso crítico. Parte del problema es que incluso se autodenominaban Cuando llegué de Estados Unidos traía término que tenga que ver con la síntesis críticos los apologéticos, y lo que hacían todavía muy fuerte lo del marxismo. Como creativa, o conjuntivo… El problema es era producir argumentos para fortalecer tenía que desarrollar un proyecto para que hay una tendencia muy acendrada la postura de las grandes empresas y de entrar a trabajar, me saqué de la manga en nuestra alma latinoamericana a ser las grandes trasnacionales. Ojo: no es hacer una encuesta sobre la influencia de maniqueos, y por eso mismo suelo no que el culturalismo no sirva de nada. Al la tele en niños escolarizados de Guada- ser tan popular como otros colegas míos contrario, creo que sirve de mucho, que lajara. La gente en Guadalajara y más am- que llegan y pintan su raya y dicen “yo RMC sirvió mucho, hasta que se volvió exclu- pliamente en México, me empezó a ver de aquí pa' allá”. (Vicente Castellanos) yente de otros aspectos, de otros pun- así como un pinche positivista. Todavía enero-marzo 2012 /REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN
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Grupos mediáticos y escenario global
Convergencia tecnológica
en la circulación de información A partir de la década de los ochenta, la propiedad de los medios de comunicación se ha modificado hasta llegar al escenario actual: el de los grandes grupos mediáticos –numéricamente muy pocos– que acaparan la propiedad de los medios y de sus actividades relacionadas. En este creciente proceso ha jugado un papel muy importante la convergencia tecnológica, que complementa y apoya los intereses de estos grupos. El presente trabajo se ubica en tal contexto: su propósito es presentar brevemente las implicaciones de la convergencia tecnológica en la circulación de la información. Y, más que eso, pretende contribuir a la discusión sobre el tema y abrir un espacio para la reflexión sobre el rumbo de la información y de los profesionales de los medios. Claudia Benassini Félix
H
ace quince años, a propósito de la expansión de la televisión, el sociólogo Manuel Castells destacó la formación de megagrupos y alianzas estratégicas que ya entonces buscaban cuotas de un mercado en completa transformación. En ese momento señaló, entre otras cosas: [...] En el periodo 1980-1985, las tres principales cadenas de televisión han ido cambiando de propietario, dos de ellas dos veces; la fusión de Disney y ABC en 1995, (año) crucial en la integración de la televisión en el negocio emergente de los multimedia. El principal canal francés, TF1, fue privatizado. Berlusconi se allegó el control de todos los canales de televisión italianos y los organizó en tres cadenas privadas. En España floreció también con la televisión privada, con el desarrollo de tres cadenas, incluida Antena3, e hizo avances significativos en Alemania y el Reino Unido, siempre bajo el control de poderosos grupos financieros, nacionales,
e internacionales. La televisión rusa se diversificó e incluyó canales privados independientes. La televisión latinoamericana experimentó un proceso de concentración en torno a unos cuantos actores. El Pacífico asiático se convirtió en un terreno disputado por los nuevos innovadores, como el canal Star de Murdoch y por los veteranos como la nueva y global BBC, que competía con la CNN. En Japón, la NHK gubernamental se unieron en la competencia cadenas privadas como Fuji TV, NTV, TBS, TV Asahi, TV Tokio y las emisiones por cable y directas por satélite.1 La referencia, larga y necesaria, da cuenta de un fenómeno cuyas implicaciones económicas y socioculturales se abordaron durante la década de los noventa desde diversas perspectivas: los cambios constantes en la geografía de las comunicaciones. Es probable que al menos una parte de las alianzas señaladas por Castells –y por diversos autores tales como Miguel (1997), Frattini y Colías (1997) y Mattelart (1998)– se hayan mo-
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dificado debido al menos a dos factores. Primero, la consolidación de la Internet y las comunicaciones digitales; segundo, y en consecuencia, las cuantiosas inversiones en el campo de las comunicaciones cuyo capital era ya de procedencia multinacional. Más recientemente, Castells aborda y actualiza el tema, afirmando que durante las dos últimas décadas se ha producido una transformación fundamental en este ámbito: • La comercialización generalizada de los medios de comunicación en casi todo el mundo. • La globalización y concentración de las empresas de comunicación de masas mediante conglomerados y redes. • La segmentación, personalización y diversificación de los mercados de medios de comunicación con especial hincapié en la identificación cultural de las audiencias. • La formación de grupos empresariales multimedia que abarcan todas las formas de comunicación y, por supuesto, Internet.
• Y una mayor convergencia empresa- películas, televisión, música popular, rial entre operadores de telecomunicaciones, fabricantes de ordenadores, proveedores de Internet y empresas propietarias de los medios de comunicación.2 En suma: la convergencia es una de las características que Castells atribuye a las transformaciones del sector de las comunicaciones. En ese sentido, coincide con Henry Jenkins en el papel de los grupos mediáticos en la convergencia de las comunicaciones: Las nuevas tecnologías mediáticas han hecho posible que el mismo contenido fluya por canales muy diferentes y asuma formas muy diversas en el punto de recepción. […] Al mismo tiempo, los nuevos patrones de propiedad mediática transversal que comenzaron a mediados de la década de 1980, durante lo que hoy podemos considerar la primera fase de un proceso más largo de concentración mediática, hacían más deseable para las empresas la distribución de contenidos a través de esos diversos canales, más que en una sola plataforma mediática. La digitalización estableció las condiciones para la convergencia; los conglomerados corporativos la convierten en un imperativo. Como puede obsevarse, ambos autores concuerdan en la relevancia de la convergencia en la distribución de contenidos mediáticos.
Constante reconfiguración
Castells y Jenkins coinciden en que uno de los primeros estudiosos del tema en emplear el término convergencia fue Ithiel de Sola Pool en su libro Tecnología sin fronteras (1988). Asa Briggs y Peter Burke coinciden con este señalamiento y añaden que “desde la última década de los noventa se ha aplicado sobre todo al desarrollo de la tecnología digital, la integración de texto, números imágenes y sonido”. Henry Jenkns presenta las características de la convergencia tecnlógica, entre las que cabe destacar las siguientes: • Gracias a la proliferación de canales y a la portabilidad de las nuevas tecnologías informáticas y de telecomunicaciones, estamos entrando en una era en la que los medios serán omnipresentes. • Esta convergencia tecnológica se ve alimentada por el cambio operado en los patrones de la propiedad de los medios. Mientras que el viejo Hollywood se centraba en el cine, los nuevos conglomerados mediáticos tienen participaciones mayoritarias en toda la industria del entretenimiento. La Warner Bros. produce
juegos de ordenador, sitios web, juguetes, visitas a parques de atracciones, libros, periódicos, revistas y cómics. • La convergencia exige a las empresas mediáticas que reconsideren los viejos supuestos acerca de lo que significa el consumo de los medios, supuestos que configuran tanto las decisiones de programación como de mercadotecnia. Si los viejos consumidores se suponían pasivos, los nuevos consumidores son activos. Si los viejos consumidores eran predecibles y permanecían donde les decías que se quedasen, los nuevos consumidores son migratorios y muestran una lealtad hacia las cadenas, las redes y los medios. Si los viejos consumidores eran individuos aislados, los nuevos consumidores están más conectados socialmente. Si el trabajo de los consumidores mediáticos fue antaño silencioso e invisible, los nuevos consumidores son hoy ruidosos y públicos. Esta apretada síntesis de las características de la convergencia tecnológica y las nuevas relaciones que establece con el usuario permiten abordar su relación con la circulación de la información. En el contexto de la constante reconfiguración de los grupos mediáticos y de su papel en el desarrollo de la convergencia, hemos seleccionado de un texto de Manuel Castells –publicado en 2009– cuatro implicaciones en la difusión de la información: 1) Aunque el periódico siga siendo un medio de comunicación de masas, su plataforma de difusión cambia. Todavía no hay un modelo de negocio claro para el periodismo en línea, no obstante Internet
Imbricación multimediática.
y las tecnologías digitales han transformado el proceso de trabajo de periódicos y mediante comunicación de masas en toda regla. Los periódicos se han convertido en organizaciones conectadas en red internamente que se conectan globalmente a redes de comunicación en Internet. 2) Además, los elementos en línea de los periódicos han inducido la conexión y sinergias con otras organizaciones de noticias y medios de comunicación. Las redacciones de periódicos, televisiones y radios se han transformado con la digitalización de las noticias y el incesante procesamiento global-local. Así pues, las comunicaciones de masas en el sentido tradicional ahora también es una comunicación basada en Internet tanto en su producción como en su transmisión. 3) La combinación de noticias en línea con el blogging interactivo y el correo electrónico, así como los contenidos RSS de otros documentos de la red, han transformado los periódicos en un elemento de una forma de comunicación diferente: la autocomunicación de masas. Esta forma de comunicación ha surgido con el desarrollo de las llamadas Web 2.0 y Web 3.0, o el grupo de tecnologías, dispositivos y aplicaciones que sustentan la proliferación de espacios sociales en Internet gracias a la mayor capacidad de la banda ancha, el revolucionario software de código abierto y la mejor calidad de los gráficos y el interfaz, incluyendo la interacción de avatares en espacios virtuales tridimensionales. 4) Las cadenas nacionales e internacionales como Al Jazeera, CNN, NTV de Kenia, France 24, TV3 de Cataluña y mu-
Foto: Francisco Rodríguez / Cuartoscuro.
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chos otros medios mantienen su propio canal de YouTube para conseguir nuevas audiencias y conectar a gente interesada en su diáspora. Además, en julio de 2007, YouTube lanzó 18 sitios específicos para otros tantos países y un sitio diseñado sólo para usuarios de teléfono móvil. Esto convirtió a YouTube en el mayor medio de comunicación de masas del mundo. Estas cuatro características dan cuenta de las nuevas tendencias en la difusión de la información: La lectura del periódico en línea, que ha modificado los hábitos del usuario y de la actividad periodística. Sus portales se ven forzados a actualizar constantemente su información: aproximadamente cada media hora o antes, si sucede algo importante. Para ello, los periódicos están interconectados localmente –a través de reporteros, corresponsales y agencias nacionales– y de manera global, recurriendo nuevamente a los corresponsales y a las agencias internacionales. No obstante, cabe destacar que la ubicación de reporteros en puntos clave local y globalmente hablando está sujeta a los presupuestos e intereses de cada periódico. En consecuencia, las agencias siguen cumpliendo3 un papel muy importante en la difusion y actualización de la infornación: Notimex, AFP, AP, EFE y en menor medida Reuters y DPA. Estas prácticas se han hecho extensivas a la radio y la televisión, cuyos portales también son actualizados constantemente. Por otra parte, Castells introduce en su argumentación las implicaciones de Internet 2.0 y 3.0 en la difusión de la información. Es creciente el número de reporteros que cuentan con su blog que cumple funciones tanto de archivo periodístico como de generación constante de información que eventualmente puede alimentar a los medios de comunicación. 4 Adicionalmente periódicos, radiodifusoras y televisoras han introducido blogs en sus portales administrados por sus colaboradores a través de los que se abren espacios de discusión y participación con los usuarios. Por último, al hacer referencia a las redes sociales, Castells resalta a YouTube como espacio empleado por televisoras para buscar nuevas audiencias. En tal sentido, cabe añadir a los periódicos que en sus portales ofrecen televisión cuyos contenidos también son subidos a YouTube. El escenario se completa con el papel de las redes sociales en la difusión de información. Resulta creciente el número de colaboradores en medios que abren una cuenta de Twitter mediante la cual están en contacto con sus seguidores.
Convergencia y construcción de sentido
Los escenarios arriba resumidos se vinculan con el papel de los medios de comunicación –tradicionales y nuevos– en la circulación de productos simbólicos y con la construcción de la realidad. En el contexto que nos ocupa, la información ha modificado la función que le dio origen, de tal suerte que, por lo menos desde los inicios del siglo XXI, se visualiza como un negocio en busca de audiencias crecientes y, desde luego, de las correspondientes ganancias por su circulación hacia distintos puntos del globo. Localmente, la información también se ha modificado: primero por vía de la televisión, lo cual ha propiciado la evolución del concepto a través de sus géneros5 y, quizá más importante, por la imbricación entre los grupos mediáticos locales con el capital internacional. Esta circulación de la información no sería posible sin la convergencia tecnológica arriba descrita. De hecho, Castells y Jenkins coinciden también al afirmar que cada usuario puede construir su propio sistema de comunicación apoyado en la televisión, la Internet, las redes sociales y diversas aplicaciones que le permiten estar en contacto con los medios. De cualquier manera, un seguimiento de la información que circula a través de periódicos –impresos y digitales–, radio, televisión e Internet a nivel local y global, da cuenta de la enorme semejanza en los contenidos y enfoques desde los que se administra la información, que se va restringiendo a unos cuantos grupos que detentan la posibilidad de construir el intercambio simbólico y la construcción del sentido. De acuerdo con Adela Cortina: [...] En los últimos tiempos, la empresa informativa adopta cada vez más la forma “multimedia”. Lo cual tiene grandes ventajas, entre otras, el aumento en la eficiencia, la posibilidad de una acción sinérgica, la racionalización del producto, la rentabilidad, la unificación de la gestión y la diversificación del riesgo. Pero también tiene grandes inconvenientes, como pueden ser la mercantilización de la información, la concentración del poder en el nivel nacional e internacional, la entrada de especuladores, el aumento de la influencia de los poderes fácticos. A mayor abundamiento, el pluralismo de los medios se erosiona, hasta quedar reducido a “poliarquías”, cada vez más próximas a los monopolios. La concentración del poder en unos pocos medios socava a las bases del pluralismo ideológico en detrimento de la democracia auténtica
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[…] Con lo cual, los ciudadanos obtienen aquella información de la que decíamos que les capacita para ser más libres, de unos determinados grupos y a escala internacional, de un restringido grupo de países con capacidad multimediática que cuentan la vida de los demás países según sus intereses. En otras palabras: vía la convergencia tecnológica asistimos a un concierto informativo orquestado por los grupos mediáticos que ponen en circulación los contenidos informativos y, con ello, la circulación simbólica y la producción de sentido. En tal contexto, los grandes consorcios mediáticos que administran el negocio de la información han abierto la puerta al profesional de los medios, o media worker, como una figura emergente y en amplio desarrollo. Los vemos en la televisión, a menudo diariamente, o en programas semanales. Los escuchamos a través de diversas frecuencias raediofónicas. Leemos sus columnas en periódicos y revistas. Es decir, participan en diversos espacios en medios impresos y audiovisuales en ámbitos como la política, los negocios, los deportes, los espectáculos, etcétera. El hecho es relativamente nuevo en México. Recordemos que, desde hace varios años, a través de agencias informativas nacionales, los columnistas pueden colocar sus colaboraciones en diversos periódicos del país, factor que les confiere cierta relevancia pues incrementa el número de lectores. Esta perspectiva se amplía con la nueva composición de las empresas periodísticas que cuentan con diarios en diversas ciudades del país. En suma: a los espacios radiofónicos y/o televisivos, los profesionales de los medios añaden su presencia en diarios locales, mediante las modalidades arriba citadas que también están presentes en Internet. Una primera consecuencia es la repetición constante: debido a la relevancia del acontecimiento por abordar, y el ritmo de trabajo cotidiano, es prácticamente imposible que la colaboración para cada medio sea al menos novedosa. Más bien, la rutina tiende a optimizar los espacios a partir de un acontecimiento. Este fenómeno se acentúa con la proliferación de los blogs elaborados por estos profesionales de los medios, insertados o no en los portales de los medios, así como a través de las redes sociales. Más que contribuir a la apertura informativa, esos espacios parecen contribuir a la repetición arriba destacada. En ese contexto, los profesionales de los medios, que se cuentan por docenas, se ubican en diversos espacios de información y de comentarios en medios tradicionales, nue-
vos, blogs y redes sociales. Podrá argumentarse que esta práctica profesional abarca a diversos sectores de la audiencia; dicho de otro modo: se apuesta a que cada figura sea captada por la audiencia a través de prensa, radio y televisión. Sí y no puesto que, como señala Fernando Mejía Barquera6, el propósito de las empresas mediáticas es captar a las figuras conocidas de manera que atraigan a la radio y a la televisión. O bien, que estos medios conduzcan a más lectores de estos columnistas. En ese sentido Adela Cortina apunta: Sin embargo, también los medios deben convertirse en plataforma para que los ciudadanos puedan expresar su opinión. Sentirse ciudadanos en una sociedad exige, entre otras cosas, saberse reconocido en ella, y mal pueden sentirse como ciudadanos aquéllos que jamás tienen la posibilidad de dar a conocer públicamente su juicio razonada ni de expresar qué es lo que en verdad les importa. Este espacio de participación ciudadana en la circulación de la información está presente en los blogs, cuya principal característica es el incremento de prosumidores que, a través de sus espacios, abordan los acontecimientos de manera diferente.7 Asimismo, debiera estar presente en el intercambio de opiniones entre ciudadanos y profesionales de los medios. Una segunda consecuencia, producto en parte de la repetición, concierne a la pluralidad de los medios. Debido a los perfiles tanto de cada profesional de los medios como de las estaciones radiofónicas y televisivas en donde son ubicados –disponibles también a través de Internet–, las opiniones se verán sensiblemente reducidas a un número de colaboradores cuya eficiencia ha sido previamente probada en uno o más espacio.8 En consecuencia, el menú de opiniones sobre un determinado acontecimiento –político, económico, deportivo– tiende a ser más concordante que disonante. Al respecto, para Victoria Camps: La información, si es objetiva y veraz, debe dar cuenta del pluralismo político y social. Pero es evidente que no lo hace, o lo hace muy insatisfactoriamente. No lo hace, sobre todo, en la era de la globalización, donde la concentración de los medios de comunicación parece sometida a una dinámica imparable de sumisión a los centros de mayor poder y de homogeneización cultural e ideológica. Esperar que el pluralismo sea el resultado de los intereses corporativos y dominantes, gracias a la existencia de esa supuesta “mano invisible”
Segmentación, personalización y diversificación de mercados.
tan acariciada por el pensamiento liberal, es una ilusión sin fundamento. Esta segunda consecuencia está relacionada con la libertad de expresión y de información. De nueva cuenta Victoria Camps: También a este propósito se constata que los intereses políticos y económicos constriñen la libertad de expresión y de información que debería hacerse manifiesta a través de los medios de comunicación. Lejos de garantizar las libertades apartándose de los medios, el poder político busca la complicidad de quienes pueden ayudarle a satisfacer sus objetivos y sus ansias de poder. Los medios, por su parte, no saben o no pueden sustraerse a la seducción de los demás poderes existentes. Es obvio que dicho panorama no hace sino poner en cuestión el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la información tan pomposamente declarado como derecho fundamental. En resumidas cuentas: el discurso de los medios aparece como un todo congruente. Sus profesionales se han encargado de legitimarlo. Para Ignacio Ramonet9, este proceder ha modificado la veracidad de la información: De ahora en más, un hecho es verdadero no porque corresponda a criterios objetivos, rigurosos y verificados con una fuente fidedigna, sino simplemente porque otros medios repiten las mismas afirmaciones y las “confirman”. (…) Los medios (y los periodistas) se repiten, se imitan, se copian, se responden y se entremezclan al punto de no constituir más que un solo sistema informativo en el cual es cada vez más arduo distinguir las especificidades de cada medio en particular.
Foto: Isaac Esquivel / Cuartoscuro.
En ese sentido, el argumento de Ramonet se extiende a las redes sociales, que tienden a diseminar la información, esté o no corroborada. Pero así como hay excepciones en el manejo de la información a través de blogs también lo hay en redes sociales. En más de una ocasión, a través de su punto de vista, los twitteros han contribuido a ampliar la óptica de un acontecimiento, aunque también existe el riesgo de la diseminación del rumor.10 Se trata de un asunto del que dan cuenta los medios de comunicación al cuestionar la actuación de las redes sociales y proponer medidas que atentan contra la libertad de expresión a través de las redes. 11 Por lo que se refiere a la participación de los profesionales de los medios en las redes sociales, prevalecen al menos tres tendencias. Primera, la comunicación cuasi unilateral: poca respuesta a los seguidores. Segunda, el diálogo y el intercambio de información –si así puede llamarse– sobre todo con algunos seguidores. La tecera tendencia permea las dos primeras con intensidad intensa: la intolerancia a la crítica y el silencio ante las preguntas que puedan resultar incómodas. Dicho de otra manera: los profesionales de los medios alternan con la ciudadanía de diversas maneras, aunque, en caso de diálogo, está presente la misma posición sostenida a través de medios electrónicos y digitales.
Epílogo provisional
Hasta aquí la presentación de las implicaciones de la difusión de la información en el marco de la convergencia tecnológica. En este sentido, no pode-
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6) “Conducen en TV y radio", Reformos perder de vista su imbricación ma, 21 de agosto de 2004. con los grupos multimediáticos. 7) Por ejemplo, Antonio Martínez con En este sentido, Manuel Castells “Crítica Pura” (http://criticapura.com/) afirma: y Cecilia Velasco Martínez con “Marvin” (http://marvin.com.mx/), entre Puesto que los medios son premuchos otros casos, todavía insuficiendominantemente un negocio, las tes para lograr un cambio cualitativo mismas tendencias generales que en el manejo de la información. han transformado el mundo em8) A partir de 2005 hemos dado seguipresarial –es decir, globalizamiento a los profesionales de los medios. La tendencia es que, los mismos ción, digitalización, creación de suelen pasar de un periódico a otro y redes y desregulación– han altede una a otra estaciones de radio o carado radicalmente las operacionales de televisión. nes mediáticas. Estas tendencias 9) El artículo se publicó en el año 2000. Las "comillas" son del autor. han eliminado prácticamente los 10) Recordemos el caso de los twitteros límites de la expansión mediátiveracruzanos, abordado por los medios ca permitiendo la consolidación entre el 25 de agosto y el 29 de sepdel control oligopolístico de tiembre. Recordemos también que reciunas cuantas empresas sobre buebieron el apoyo de una parte de los medios de comunicación por considena parte del núcleo de la red glorar que el haberlos detenido era un atenbal de medios de comunicación. tado contra la libertad de expresión. Esta posición se suma a las ci11) Recordemos también que los gotadas previamente a propósito de biernos de los estados de Veracruz y Tabasco han planteado la posibilidad la circulación de la información en de legislar sobre la participación de la el marco de la convergencia tecciudadanía en las redes sociales. Una nológica y la circulación de la inlegislación que se traduce más en las formación. Y quizá explicaría, en penas a las que se harían acreedores los parte, la actuación de los profeciudadanos que violen la legislación. También cabe tener presente que en sionales de los medios, sobre la ambos casos los congresos locales no Canales diversos. Foto: Abraham Navarrete / RMC. que Pierre Bourdieu añade: dicho la última palabra. El campo periodístico hace recaer sobre los diferentes campos tativa pero indicadora de cierto rechazo de producción cultural un conjunto de frente a estas posiciones. Fuentes RMC efectos que van ligados, en su forma y BRIGGS, Asa y Peter BURKE (2002) De Gutenberg a Internet: una historia social de los eficacia, a su estructura propia, es demedios de comunicación, Madrid. Edit. Taurus. cir, a la distribución de los diferentes Notas Victoria, “Opinión pública, libertad periódicos y periodistas según su auto- 1) Castells (1996:373) destacaba que “entre CAMPS, de expresión y derecho a la información”, en nomía en relación con las fuerzas exter- 1993 y 1995 se invirtieron cerca de 80,000 CONILL, Jesús y Vicent GOZÁLVEZ (coord.) nas, las del mercado de los lectores y millones de dólares en la programación de tele- Ética de los medios; una apuesta por la ciudavisión en todo en el mundo. Entre 1994 y 1997 danía audiovisual, 2004, Barcelona, Edit. Gedisa, las del mercado de los anunciantes. esperaba el lanzamiento de 70 nuevos satéli- págs. 33-49. Esta posición de Bourdieu es mediado- se tes de comunicación, la mayoría destinada a la CASTELLS, Manuel (2009) Comunicación y ra, en la medida en que matiza sobre el emisión televisiva. poder, Madrid, Edit. Alianza. comportamiento de los profesionales de 2) Para no sacar de contexto esta descripción CORTINA, ADELA “Ciudadanía en una socielos medios en determinadas circunstan- de Castells, es importante añadir que la hace en dad mediática”, en CONILL, Jesús y Vicent cias. En tal sentido, dichos profesionales el marco de su propuesta de un nuevo mode- GOZÁLVEZ , Op. Cit., págs. 11-32. lo: el de la autocomunicación masiva CASTELLS, Manuel (1996) La era de la inforpodrán argumentar que su actividad es (2009:88 y ss). mación; economía sociedad y cultura, Vol. 1: tan legítima como muchas otras. Cierto: 3) “Siguen cumpliendo” porque desde sus orí- “La sociedad red” Madrid, Edit Alianza. es legítima y está legitimada. Después genes a finales del siglo XIX fueron pensadas FRATTINI, Eric y Yolanda COLÍAS (1997) de todo, no están colocados ahí bajo para alimentar de información -sobre todo Tiburones de la Comunicación, México, Edit. a los periódicos que no conta- Océano. presión, sino porque su punto de vista internacionalsen con los recursos necesarios para ubicar JENKINS Henry (2008) La cultura de la conconcuerda con el discurso de las empre- corresponsales en puntos clave o, incluso, en- vergencia de los medios de comunicación, Barsas mediáticas a las que pertenecen. Las viar algún reportero a cumplir un evento de celona, Edit. Paidós. MATTELART, Armand (1998) La comunicaalternativas no son muchas, sobre todo relevancia. si –como apuntaba Mejía Barquera– es- 4) Desde luego, la posibilidad de que un repor- ción mundo, Buenos Aires, Edit. Paidós. tero alimente a los medios de comunicación de DE BUSTOS, Juan Carlos (1997) Los tamos frente a las figuras más populares información generada en su blog dependerá de MIGUEL grupos multimedia, Barcelona, Edit. Bosch. para las audiencias. Por el momento, ten- las necesidades del medio pero, sobre todo, del RAMONET, Ignacio (1998) La tiranía de la gamos en mente que esta popularidad no nombre de la persona que ofrece sus servicios comunicación, Madrid, Edit. Temas de Debate. VV.AA La prensa, ¿refleja la realidad?, selecnecesariamente se finca en la adhesión o bajo esta modalidad. Hace aproximadamente diez años llevé a ción de artículos de Le Monde Diplomatique, en la coincidencia en el pensamiento. De 5) cabo una investigación sobre los géneros chi- 2003, Santiago, Chile, Editorial Aún creemos ello dan cuenta los comentarios cotidia- cos de la televisión mexicana. Quizá el hallaz- en los sueños. nos de las audiencias en los programas go más relevante fue que el concepto de inforde radio, en los periódicos digitales que mación se había especializado en deporte, Profesora de asignatura en las universidades abren espacio para las opiniones de los espectáculo, cultura y, más recientemente, cultura digital. Estos géneros han adoptado el forLasalle y Simón Bolívar. Actualmente colabora lectores y la posición crítica de un buen mato del noticiario para dar cuenta de "lo más para el periódico digital Eje Central, para el portal número de twitteros a través de las redes importante" y "lo más reciente" acontecido al Mediatelecom y para las revistas Etcétera y Razón y palabra. sociales. Una muestra quizá no represen- interior de su campo.
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