Año 3 - No. 46, mayo de 2014, Precio: $35.00 m.n.
Gonzalo Hernández Licona: “La autonomía del CONEVAL” » 04 México Social
@mexicosocialorg
www.mexicosocial.org
MÉXICO SOCIAL Maternidad adolescente y jefatura
femenina
ISSN: 2007 - 2600
ESCRIBEN:
» ROSA MA. RUBALCAVA » MA. DE LA PAZ LÓPEZ BARAJAS » CARLOS WELTI » CARLOS ECHARRI » DIVA HILDA GASTELUM » ENRIQUETA SUMANO » NASHIELI RAMÍREZ
ndez Licona:
Gonzalo Herná
@mexicosocialorg
del CONEVAL”
» 04 ISSN: 2007 - 2600
l.org
ESCRIBEN:
MÉXICO SOCIAL
LCAVA » ROSADEMA.LARUBA JAS PAZ LÓPEZ BARA » MA. OS WELT I CARL » OS ECHARRI » CARLHILDA GASTELUM » DIVA QUETA SUMANO » ENRI IELI RAMÍREZ » NASH
Año 3 - No. 46,
mayo de 2014,
Precio: $35.00 m.n.
México Social
“La autonomía
www.mexicosocia
ad Maternidnte adolesce ra y jefatu
a
femenin
ISSN: 2007 - 2600 @mexicosocialorg
l.org
www.mexicosocia
MÉXICO SOCIAL
Año 3 - No. 45,
abril de 2014, Precio:
$35.00 m.n.
México Social
$225
$450
ESCRIBEN:
JUAN LÓPEZ » MERCELEDES LEY » ISAB NICACROW JUÁREZ PIÑA » VERÓICA FLOR » MÓN EM COMESPTE » GUILLIELI RAMÍREZ » NASHICA GONZÁLEZ CONTRÓ » MÓNJOSEFINA MENÉNDEZ » MA. NDA CORONA » YOLA E GÜLGÖNEN » TULINICA SALAZAR » MÓN
Contacto: suscripciones@mexicosocial.org o a los teléfonos 56.59.61.20 y 62.90
Derechos de la niñeivzo:
Un imperat te ético pendien Precio: $35.00 m.n. marzo de 2014,
SANBORNS Y PUESTOS DE PERIÓDICOS
México Social
@mexicosocialorg
s" » 30
desigualdade
ISSN: 2007 - 2600 l.org
www.mexicosocia
MÉXICO SOCIAL
Año 3 - No. 44,
YA ESTAMOS A LA VENTA EN:
losión de las
sberg: "La exp
Bernardo Klik
ESCRIBEN:
NARRO (UNAM) » JOSÉQUE ÁNDEZ (ANUIES) » ENRI ADORFERN VEGA (UAM) » SALV MORALES O) JOSÉ » TIUH BRAVO(IBER ) » TONA LADRÓN DE(UDG GUEVARA (UV) » SARA R ÁLVAREZ (UNIC » JAVIEUALDO LÓPEZ (UAMH) -AZC) » ROM ANDO SERRANO (SEP) » FERN
Perspectivas
sobre ólan educaci
superior
ÍNDICE
LA AUTONOMÍA DEL CONEVAL
04
MÉXICO SOCIAL
11
es una publicación del
Gonzalo Hernández Licona
LA JEFATURA “ECONÓMICA” FEMENINA Rosa Ma. Rubalcava
CARGAS DE TRABAJO Y CORRESPONSABILIDAD SOCIAL
16
Ma. De la Paz López Barajas
JEFATURA FEMENINA Y POLÍTICA SOCIAL
20
Félix Acosta
MEDIDA JUSTA, ESTRATEGIA RENTABLE
24
Diva Hilda Gastelum
LA PREVENCIÓN FALLIDA
29
Nashieli Ramírez
MADRES ADOLESCENTES Y DERECHOS SEXUALES
32
Carlos Welti
SOBRE LA MATERNIDAD PRECOZ
38
PROBLEMA DE FONDO SOCIAL
42
Carlos Echarri
Enriqueta Sumano
EDUCACIÓN SEXUAL EN SALUD REPRODUCTIVA
48
Manuel Campa
ENTRE LA NECESIDAD, EL SABER Y LA FE
52
Save the Children
LA OPACIDAD EN LOS FIDEICOMISOS (SEGUNDA PARTE) Patricia Carrillo/Sara Murúa
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, S. C. (CEIDAS). m ay o 2014 MÉXICO SOCIAL
CONSEJO EDITORIAL Jesús Kumate Rodríguez Rolando Cordera Campos Fernando Cortés Cáceres Miguel Concha Malo Irasema Terrazas Enrique Provencio Durazo Marcela Rovzar de González Gustavo Gordillo De Anda Nashieli Ramírez Mónica González Contró Director Editorial Saúl Arellano Almanza Coordinadora Editorial Laura Ilarraza Gálvez Edición Electrónica Jesús Mendoza Franco DISEÑO Alejandra Núñez Valentín
IMAGEN DE PORTADA Cortesía de Excélsior
México Social es una publicación inscrita en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. http://pnmi.segob.gob.mx
58
México Social, Año 3, No. 45, mayo 2014, es una publicación mensual editada por el Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, S. C. (CEIDAS). Pennsylvania No.86, Col. Parque San Andrés, CP. 04040 Delegación Coyoacán, México, D.F. Tels. 5659-6120 y 5659-6209 www.ceidas.org.mx, informacion@ceidas.org. Editor responsable: Saúl Arellano Almanza. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2010-032312331700-102 ISSN: 2007 - 2600, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Licitud de Contenido No. 15077, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX IM09- 0840. Impresa por Expressarte Print Services, Calle Juan Sánchez Azcona No. 307, Col. Narvarte, México, D.F. Distribuida por la Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, A.C. y la Comercializadora GBN S.A. de C.V., Calzada de Tlalpan No.572, Desp. C-302,Col. Moderna, Del. Benito Juárez C.P. 03510, México D.F. Tel. 0155-56188551 Mail: comercializadoragbn@yahoo.com.mx comercializadoragbn@gmail.com este número se terminó de imprimir el 25 de abril de 2014.
2
Director General y Presidente del Consejo Editorial Mario Luis Fuentes
Próximo número Diversidad sexual
EDITORIAL
U
no de cada cuatro hogares en México está jefaturado por una mujer. Sin embargo, nos advierte Rosa María Ruvalcaba, tal estimación se construye mediante la respuesta que da quien contesta el cuestionario del Censo, lo cual está mediado por el sistema de creencias y valores que, en la mayoría de los casos, llevan a sostener que el jefe del hogar es un hombre, aun cuando la principal aportante es una mujer. Esta precisión permite dimensionar no sólo el hecho de una posible subestimación en el número de hogares que efectivamente tienen jefatura femenina, sino, sobre todo, la invisibilidad que se mantiene respecto de diversas agendas relativas a los derechos de las mujeres y las constantes acciones de discriminación y estereotipación para asignar tareas y responsabilidades en las relaciones familiares. Debe comprenderse que estamos ante una cuestión de la mayor relevancia, pues forma parte de las más complejas dinámicas de la demografía; lo que es más, ignorar o desconocer que hay una transformación acelerada en la composición y estructura de los hogares implica negar simultáneamente la propia lógica del cambio y la transformación social que estamos viviendo. De los temas que mayor preocupación generan en este ámbito es el sistema de desigualdades que se mantiene en detrimento de las mujeres; fundamentalmente en términos de empleos dignos, lo cual implica la desigualdad salarial, así como la desigualdad en el acceso a las prestaciones y, sobre todo, a la seguridad social. La Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (eness, 2013), presentada recientemente por el inegi, no deja lugar a dudas; la mayoría de las mujeres que son titulares de la afiliación a algún esquema de salud lo están frente al Seguro Popular, no así en el imss, lo cual nos revela que seguimos diseñando políticas de menor calidad para quienes son mayormente vulnerables, y estamos reproduciendo la desigualdad desde las propias estructuras institucionales. Otro de los temas altamente vinculados al crecimiento en el número de hogares
con jefatura femenina es el de los embarazos adolescentes, fenómeno frente al cual tenemos pocas explicaciones realmente comprensivas, pero menos todavía respuestas oportunas de política pública. Tan sólo en 2012, el inegi estimó en casi 450 mil el número de nacimientos de niñas y niños cuyas madres tenían menos de 19 años al momento del parto; es decir, en los últimos 10 años se han convertido en madres alrededor de 4 millones de adolescentes, cuyo sólo número resulta de una preocupación mayor, pues en la mayoría de los casos se trata de mujeres que han truncado su trayectoria escolar; que tienen un limitado acceso a servicios de salud de calidad; y cuya participación en el mercado laboral se da principalmente en el sector informal o en condiciones de informalidad. A pesar de que los matrimonios en mujeres de corta edad han disminuido gradualmente, en la última década para la que existe información oficial el promedio anual supera los 10 mil matrimonios de niñas menores de 15 años; es decir, un promedio de casi tres casos al día. Todas estas condiciones, aunadas a la violencia institucional, social e individual que se ejerce cotidianamente en contra de las mujeres, generan condiciones estructurales que llevan a la reproducción permanente de discriminación, rechazo, exclusión y hasta segregación de millones de mujeres que tienen que luchar en el día a día por sacar adelante a sus hijas e hijos. Debe comprenderse que a las mujeres jefas de hogares siguen asignándoseles dos o más jornadas de trabajo, entre las que se encuentra, por supuesto, la responsabilidad de la atención de las y los hijos y las personas adultas mayores; esto ha llevado a la construcción de una economía del cuidado que es poco solidaria y que les impone severas jornadas de actividades, remuneradas y no remuneradas, pero todas caracterizadas con el signo de la desigualdad. Frente a todo lo anterior, la cuestión central es, una vez más, cómo diseñar un nuevo curso de desarrollo capaz de ser incluyente y garante de los derechos humanos de todas y todos, y en especial de las mujeres en mayores condiciones de desventaja.•
MARIO LUIS FUENTES Director general del CEIDAS, A.C.; en la UNAM es integrante de la Junta de Gobierno; Coordinador de la Especialización en Desarrollo Social del Posgrado de la Facultad de Economía; Investigador del Programa de Estudios sobre el Desarrollo; y titular de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas
m ay o 2014 MÉXICO SOCIAL
3
COLABORACIÓN ESPECIAL
GONZALO HERNÁNDEZ LICONA Secretario Ejecutivo del CONEVAL. Es Doctor en Economía por la Universidad de Oxford, Inglaterra, obtuvo el grado de Maestría en Economía por la Universidad de Essex, Inglaterra, y el de Licenciatura en Economía en el ITAM. Ha sido Director General de Evaluación y Monitoreo de la Sedesol, catedrático del Departamento de Economía del ITAM y Director de la Carrera de Economía en la misma institución. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Acerca de la autonomía El coneval ha actuado, en los hechos, con autonomía y transparencia absolutas, lo cual le ha dado credibilidad a la información que proporciona. Parecería que la reforma que el Congreso establece ha acentuado el tema de la autonomía, pero no el tema de la credibilidad y, por lo tanto, se podría tener la paradoja de contar con una mayor autonomía formal, pero menor credibilidad de la institución si se plantean las leyes secundarias equivocadas ¿Podemos saber cuál es la situación social de México? La respuesta contundente es SÍ. Hoy en día cualquier persona puede acceder a infor-
mación confiable sobre cuánto ha aumentado el costo de la canasta alimentaria, cuál es la situación del poder adquisitivo, o la magnitud de la pobreza a nivel nacional, estatal o municipal. La ciudadanía no sólo tiene hoy in-
En la página de Internet del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (coneval), www.coneval.gob.mx, podemos conocer, por ejemplo, lo siguiente: El autor agradece a Rosario Cárdenas, Fernando Cortés, Agustín Escobar, Salomón Nahmad, John Scott y Graciela Teruel sus sugerencias para este artículo
4
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
• La capacidad para comprar una canasta alimentaria con el
México es un país desigual: en promedio, el 10% más rico de la población gana 31.8 veces lo que gana el 10% más pobre
ingreso laboral de las familias disminuyó 3.4% entre el tercer trimestre de 2012 y el tercer trimestre de 2013 • La pobreza aumentó en 3.8 millones de personas entre 2008 y 2012, con lo cual hay 53.3 millones de personas en pobreza en México • En 2012 la población en pobreza fue de 7.3, 4.1 y 3.9 millones de personas en los estados de México, Veracruz y Puebla, respectivamente
• Los municipios con los mayores porcentajes de pobreza en el país en 2010 fueron San Juan Tepeuxila, Oaxaca; Aldama, Chiapas; y San Juan Cancuc, Chiapas; con cifras de 97.4%, 97.3% y 97.2%, respectivamente • El porcentaje de niños indígenas con desnutrición crónica es de 33.1%, la cifra para niños que no son indígenas es de 11.7% • El porcentaje de la población del país que habita viviendas con piso de tierra se redujo entre 2008 y 2012,al pasar de 7.3% a 3.6%
formación cuantitativa sobre el desarrollo social, sino que también puede conocer el desempeño de programas sociales específicos, a partir de las evaluaciones que el coneval lleva a cabo desde 2007, todas las cuales están disponibles para su consulta en la página de la institución(I). En un país en el cual la transparencia y la medición no han sido el lado fuerte de los gobiernos (federal y local), y en el que se decía y publicaba sólo lo que el Presidente de la República aprobaba, ¿cómo ha sido posible contar con una institución que le muestre al público la situación social que está a la vista, sean éstas buenas o malas noticias para la población o para los gobiernos?
Si bien los mejores jueces del coneval son y serán quienes no laboran en la institución, desde aquí creemos que la razón principal es que desde su creación en 2006, por mandato del Congreso a través de la Ley General de Desarrollo Social (lgds), el coneval ha contado con una autonomía en los hechos, que proviene de varias fuentes, pero especialmente de la estructura interna que el propio Congreso le dotó y del desempeño apartidista de sus integrantes.
¿Cómo ha funcionado en los hechos el coneval? Una mirada retrospectiva a la experiencia de casi ocho años en el coneval lleva a
A partir de las evaluaciones del coneval en torno al desempeño de los programas sociales hoy sabemos, por ejemplo, que: • El Programa de Desarrollo Humano Oportunidades ha mejorado la asistencia escolar y la nutrición de niñas y niños en zonas rurales, pero no ha tenido el mismo logro en zonas urbanas. Las evaluaciones también señalan que las niñas y los niños atendidos por Oportunidades asisten, en general, a escuelas y centros de salud con problemas de calidad • Diversos programas enfocados al campo han brindado apoyos a la población con mayores recursos económicos, obstaculizando la progresividad del gasto social • El diseño e implementación de la Cruzada Nacional Contra el Hambre ha tenido aciertos, tales como contar con un buen esquema de coordinación institucional que busca incidir en una población objetivo clara, pero tiene también varios retos, entre otros: no hay suficiente definición acerca de los mecanismos que se emplearán para combatir el hambre en zonas urbanas, y no es claro que todos los programas incorporados se hayan caracterizado históricamente por ser eficaces en lograr sus objetivos
A raíz de la reforma política reciente, el coneval pasará a gozar de autonomía garantizada por la Carta Magna. Esperemos que en el tránsito no se pierda la autonomía de hecho ni el carácter estrictamente académico en la conducción
Toda la información relativa a la evaluación de los programas sociales se encuentra en la página electrónica del coneval
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
5
COLABORACIÓN ESPECIAL
La participación de los investigadores académicos en el coneval y en sus labores académicas regulares explica las contribuciones que ha hecho el Consejo al avance de la medición multidimensional de la pobreza y en materia de evaluación de programas y políticas sociales no sólo en México, sino a nivel mundial
preguntarse: ¿cuáles son las razones que han llevado a que el coneval haya gozado, durante todo este tiempo, de autonomía de hecho, dado que es una instancia gubernamental situada inclusive al interior de la Secretaría de Desarrollo Social (sedesol)? Se podría pensar que se ha debido a la capacidad de su personal; al compromiso y desempeño de sus consejeros (investigadores académicos); al carácter democrático de los gobiernos desde 2006; al respetode los Presidentes de la República y secretarios de desarrollo social durante este periodo, etcétera; aunque es probable que todas estas explicaciones se hayan conjugado para dar sustento a la autonomía de hecho, en estas líneas queremos llamar la atención sobre el papel que puede haber
6
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
jugado la peculiar estructura organizativa del coneval, la cual se ha convertido en un referente internacional. El órgano superior en la estructura del coneval es el Comité Directivo (Órgano de Gobierno), que está formado por ocho miembros: seis investigadores académicos (consejeros), el titular de la sedesol y un representante de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Los investigadores académicos, de acuerdo con la lgds, son elegidos por convocatoria pública por la Comisión Nacional de Desarrollo Social (cnds), que es la instancia creada por la lgds para coordinar las acciones nacionales de desarrollo social. Los candidatos a ser consejeros deben satisfacer varios requisitos técni-
cos que buscan garantizar que sean académicos en activo, dedicados a los temas de evaluación de programas sociales y al estudio y medición de la pobreza y con un perfil apartidista(II). Para la elección de los consejeros del coneval, la cnds cuenta con un total de 44 votos, que son emitidos por los gobiernos estatales (que tienen mayoría), las asociaciones de presidentes municipales, el Congreso y el Ejecutivo. Del total de estos votos, el Ejecutivo sólo tiene seis. Es decir, de acuerdo con la lgds de 2004, los consejeros no han sido electos por el Presidente de la República, ni por el gobierno ni por los partidos políticos. Algo fundamental de la elección de los investigadores académicos es que no ha habido cuotas partidistas y, por lo tanto, quienes son electos no tienen ningún compromiso con partido político alguno. Este elemento ha sido fundamental para que el coneval cuente en la práctica con la autonomía técnica y de gestión que señala la lgds. Otro elemento que explica en gran medida la autonomía de hecho que ha gozado el coneval hasta la fecha es que los investigadores académicos, que son mayoría en el Órgano de Gobierno, no son funcionarios del gobierno(III). El reglamento de la lgds establece que los
seis consejeros académicos deben continuar formalmente adscritos a las instituciones de investigación superior a la que pertenecen. Esta norma tiene una serie de consecuencias de la mayor importancia para el buen funcionamiento y la autonomía de hecho de que ha gozado el organismo: (i) Los derechos y obligaciones de los consejeros están enmarcados por las estructuras organizativas de las instituciones de educación superior en que laboran. El vínculo legal con el coneval lo establece un contrato de prestación de servicios; en consecuencia, quedan fuera de la estructura de obligaciones y derechos del personal de la sedesol. (ii) Los investigadores académicos, en su calidad de profesores e investigadores, y con el respaldo de estar o haber pertenecido al Sistema Nacional de Investigadores (sni), siguen de cerca los avances del conocimiento en los ámbitos de la pobreza y la evaluación en los medios académicos, lo que permite a la institución estar en la frontera del conocimiento. (iii) Hasta ahora, los consejeros del coneval han sido académicos con amplia experiencia en la problemática social y con formación altamente
La reforma plantea que la Cámara de Diputados elija a los investigadores académicos y esto podría “partidizar” la elección. Si eso sucediera y la elección de los consejeros se hiciera a partir de cuotas partidistas, la
credibilidad del COnevAL se vería severamente dañada m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
7
COLABORACIÓN ESPECIAL
plural. Han provenido de distintas disciplinas con diversas posiciones teórico-metodológicas y escuelas de pensamiento. Las y los consejeros son mujeres y hombres que laboran en instituciones académicas no sólo del Distrito Federal, sino también de otras entidades federativas del país, así como de instituciones académicas del sector privado y del sector público. La primera característica constituye la piedra angular para entender la autonomía de hecho con que ha funcionado el coneval por casi ocho años: los investigadores académicos juegan un rol central en la conducción del coneval, especialmente en el Órgano de Gobierno, pero, a pesar de la posición en la estructura, están fuera de la línea de mando de la sedesol. La participación de los investigadores académicos en el coneval y en sus labores académicas regulares explica las contribuciones que ha hecho el Consejo al avance de la medición multidimensional de la pobreza y en materia de evaluación de programas y políticas sociales no sólo en México sino a nivel mundial.
El ethos académico es un elemento fundamental para entender el funcionamiento del coneval. A pesar de su pluralidad, en general las decisiones han contado con el apoyo unánime de sus miembros. En esencia el ethos académico exige que las discusiones se enmarquen dentro de los límites científicos y el mejor análisis empírico posible. Otro de los principios que caracterizan a la ciencia es que sus procedimientos y resultados son públicos. El académico tiene la obligación de poner a disposición de la comunidad los datos, el método y los procedimientos empleados en cualquier contribución, de modo que quien se interese pueda replicar los hallazgos. Sobre la base de esta norma, el coneval ha adoptado el principio de transparencia en su proceder. En el cálculo de la pobreza, el inegi hace pública la información de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (enigh) a partir del cual se estiman las mediciones de pobreza, y el coneval publica los programas de cómputo, de modo que los interesados estén en condiciones de reproducir las cifras oficiales.
Retos de la reforma política que establece autonomía del COnevAL ¿Qué peligros concretos se perciben con la reforma propuesta? 1. La reforma plantea ahora que es el Congreso (en concreto la Cámara de Diputados) la institución que va a elegir a los investigadores académicos y esto podría “partidizar” la elección. Si eso sucediera y la elección de los consejeros se hiciera a partir de cuotas partidistas, la credibilidad del coneval se vería severamente dañada. Con la reforma política se pasó de una elección de investigadores académicos a partir de los votos conjuntos de las entidades federati-
8
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
vas, los municipios, el Congreso y el Ejecutivo, a una en la que sólo participa el Congreso. Para fortalecer la independencia se necesita que el coneval sea también autónomo respecto del Congreso y de los partidos políticos. 2. Que los requisitos de los nuevos consejeros se alejen de lo académico. La Ley previa pide que los consejeros pertenezcan o hayan pertenecido al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt y que también estén ligados a centros universitarios o de
nOTA:
investigación que cuenten con programas académicos adscritos al Padrón de Programas de Calidad del Conacyt. Esto son dos requisitos que deben permanecer en la nueva ley secundaria. 3. Sería delicado que la Cámara de Diputados eligiera a los consejeros sin existir la aprobación de la ley secundaria, pues es ahí en donde deben estar las reglas para la elección. La sospecha de una elección partidista se podría alimentar con una elección de consejeros sin reglas claras. 4. El que los investigadores académicos participaran de tiempo completo en las actividades del Consejo, a partir de la reforma, sería un gran desafío que plantea desventajas respecto al modelo con el cual ha venido trabajando. Hoy en día los consejeros tienen como actividad principal la academia y por tanto es factible contar con los mejores académicos para que sean consejeros del coneval. Si fueran consejeros de tiempo completo en el coneval, es muy probable que los mejores académicos no quisieran dejar sus instituciones de educación superior, o bien no estarían en condiciones de retroalimentar al Consejo con las actividades laborales que desarrollan, y el coneval se perdería contar con los mejores perfiles.
Quizá la mejor ruta para plantear las leyes secundarias que van a respaldar la reforma que le otorga autonomía de derecho al coneval sea retomar directamente los elementos que ya están planteados en la Ley General de Desarrollo Social (lgds) y que han mostrado ser efectivos para que el coneval haya tenido la autonomía que en los hechos cuenta. Será especialmente importante retomar de la lgds los requisitos que se piden para ser investigadores académi-
Asimismo, consejeros de tiempo completo sabrían que su carrera estaría sujeta a los designios del Congreso y empezarían a pensar como funcionarios y no como evaluadores independientes. La participación de tiempo completo de los consejeros también aumentaría de manera considerable la nómina de la institución. 5. Parecería que la reforma política que se propone tiene un énfasis en que la información que se genere sea sólo para señalar errores. Una evaluación que sólo muestra fallas y no tiene como objetivo el perfeccionamiento continuo de los programas y estrategias será siempre una evaluación sesgada. Para aplicar las mejoras necesarias es importante dialogar productivamente con los funcionarios responsables y contar con su apoyo. Un ánimo punitivo de la evaluación llevaría a que se esconda evidencia, se maquillen los datos y se resistan o posponga la implementación de las mejoras. 6. Finalmente, un tema relativamente menor, pero con posibles repercusiones para los trabajadores actuales del coneval: hoy el personal se rige por lo dispuesto en el Apartado A del artículo 123. Es importante que este régimen sea el mismo en el instituto autónomo.
I. El Coneval cuenta con más de 1,000 instrumentos de evaluación de los programas y políticas sociales que pueden ser consultados en su página www.coneval.gob.mx II. La LGDS establece que el CONEVAL tiene dos funciones básicas: evaluar la política de desarrollo social y medir la pobreza. La misma ley establece que el CONEVAL debe ser una institución con autonomía técnica y de gestión. III. Los consejeros actuales del CONEVAL reciben un ingreso por la prestación de sus servicios, pero no cuentan con plaza presupuestaria, ni aguinaldo, ni pago de bonos, ni de teléfonos celulares, ni de seguro de separación, ni tampoco cuentan con asistentes. Ellos y ellas siguen laborando en sus respectivas instituciones de educación superior.
cos de la institución y la forma de elección de los mismos. A raíz de la reforma política reciente, el coneval pasará a gozar de autonomía garantizada por la Carta Magna. Esperemos que en el tránsito no se pierda la autonomía de hecho ni el carácter académico en la conducción. La autonomía de derecho que se intenta debería entenderse como el conjunto de normas que garanticen e institucionalicen la autonomía de hecho con la que cuenta actualmente el coneval.• m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
9
JEFATURA FEMENINA FATURA JEFATUR MENINA FEMENIN EFATURA JEF EMENINAFEM JEFATURA FEMENINA
La jefatura
“económica” femenina Este escrito está dedicado a dar relieve a los hogares con jefatura económica femenina con el fin de considerar sus necesidades específicas en las políticas públicas
P
ara cubrir este propósito comenzaré por referirme a la información disponible. En los censos y encuestas la “jefatura del hogar” es la que declara la persona a quien se entrevista con el propósito de registrar la información del grupo doméstico. Si bien la jefatura suele recaer en un hombre (tres de cada cuatro de los casi 30 millones de hogares en 2010) es necesario saber qué consideraciones se toman en cuenta para tal respuesta. Sin duda la principal es que socialmente se supone que un hombre encabeza a la familia y suele ocurrir (a pesar de la capacitación recibida) que el propio encuestador induce a quien responde a declarar como jefe a un hombre. Para examinar a los hogares de mi interés tomaré en cuenta que en ellos tienen lugar procesos que abarcan diversas temporalidades con alcances espaciales diferenciados. En especial consideraré esos procesos desde tres ámbitos disciplinarios cuyos marcos conceptuales permiten enfocar rasgos particulares del colectivo para
comprender situaciones específicas. En el hogar ocurren procesos demográficos básicos, natalidad, mortalidad y migración, y el grupo presenta una estructura definida a partir de sus miembros, por la edad, sexo y parentesco con la jefa o jefe (declarado). Igualmente relevantes son los procesos económicos, en especial la oferta de trabajo (miembros del hogar) y los ingresos y gastos del hogar. Si de estos ámbitos pueden inferirse un conjunto de necesidades y recursos con que cuentan los grupos domésticos, su concreción depende de características socioculturales tales como prácticas de socialización y relaciones de poder. El entorno del hogar potencia o limita las posibilidades que significan los procesos mencionados para los miembros del hogar. La demografía de la localidad, los flujos de inmigración o emigración y las particularidades del mercado de trabajo local abren oportunidades educativas y laborales para algunos y las cierran para otros. Asimismo las instituciones (educación, salud e iglesia) imponen condiciones
ROSA MARÍA RUBALCAVA Doctora en Ciencias Sociales con especialidad en Antropología Social por el CIESAS. Fue profesora investigadora en El Colegio de México y Directora General de Estudios de Población del Consejo Nacional de Población.
ES IMPORTANTE SABER QUE… En los censos y encuestas la “jefatura del hogar” la declara la persona a quien se entrevista y es necesario saber qué consideraciones se toman en cuenta para tal respuesta, ya que socialmente se supone que un hombre encabeza a la familia o suele ocurrir que el propio encuestador induce a quien responde a declarar como jefe a un hombre. En este sentido, la propuesta de la autora es definir una “jefatura económica del hogar” a partir de la persona que percibe el mayor ingreso monetario. m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
11
{
}
J EEFDAITTUORR AI A F EL M E N I N A
Foto: Yolanda Luna
sobre las relaciones sociales, la producción y el consumo. Diversos estudios sociológicos han hecho esfuerzos por buscar una definición más clara de la jefatura, por ejemplo averiguar mediante entrevistas en profundidad quién toma las decisiones “importantes” en el hogar como comprar algún bien de costo relativamente elevado, cambiarse de domicilio o elegir las escuelas para los hijos, pero como los censos y encuestas de hogares no recaban estos datos se hace necesario utilizar otro indicador. Mi propuesta es definir la “jefatura económica del hogar” a partir de la persona que percibe el mayor ingreso monetario. Si bien es un criterio que puede calificarse como “economicista” ayuda a mostrar de manera más nítida la contribución de las mujeres a sostener al hogar, por la imposibilidad de considerar el valor monetario del tiempo que dedican al trabajo doméstico; las tareas de cuidado de niños y enfermos; la producción de bienes para autoconsumo del grupo (por ejemplo alimentos, coser y tejer), trámites legales y administrativos, así como gestiones comunitarias para obtener servicios públicos e infraestructura.
12
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
De más está decir que la “jefatura económica femenina” expresa en un momento dado una situación que resulta del curso de vida que ha seguido el “colectivo hogar” integrado por personas que cambian en el tiempo, y que sería necesario conocer su evolución para entender mejor cómo se produce este fenómeno social. En la actualidad no se dispone de información estadística que permita el acercamiento diacrónico que exige el análisis en profundidad de estos hogares. Mediante las bases de datos de diversos censos, encuestas de ingresos y gastos de los hogares y del programa de desarrollo humano Oportunidades he efectuado diversos estudios que permiten caracterizar a los hogares con jefatura económica femenina. A partir de los resultados obtenidos, a continuación describo sucintamente los principales rasgos de estos hogares, haciendo notar que incluyen tanto a un subconjunto de los hogares declarados en los censos con jefatura femenina, como algunos en los que la jefatura económica no significa que la mujer que percibe el mayor ingreso monetario en su hogar sea declarada como jefa. Finalmente, a partir de la caracterización efectuada propondré algunas sugerencias de acciones para los programas sociales. Suele pensarse que las mujeres no contribuyen al ingreso monetario de sus hogares, por lo que llama la atención la elevada proporción de hogares en que hay mujeres perceptoras; más de la mitad de los hogares mexicanos cuenta con ingreso monetario femenino. El esfuerzo para generar ingreso en condiciones de discriminación hacia las mujeres no garantiza que el monto obtenido sea proporcionalmente igual a su participación. El coneval reporta que en promedio un 35% del ingreso monetario del hogar lo generan mujeres, y esta proporción es la misma en los hogares pobres que en los que no lo son (coneval, 2012: 63). Un primer rasgo que cabe considerar para alcanzar a ver la importancia del ingreso femenino es saber quién percibe el mayor monto de ingreso monetario en el hogar ¿un hombre o una mujer? En análisis efectuados desde la década de los no-
venta la proporción de hogares con jefatura económica femenina ha ido en ascenso, de un 20% en 1996 a casi la tercera parte en 2010 (coneval, 2012: 71). Del total de hogares en 2010 (29,556,772), un 24.6% declaran como jefa a una mujer; de ellas no todas perciben ingresos monetarios, y, de percibirlos, no siempre es el mayor ingreso del hogar. Tres de cada cuatro jefas declaradas (75.3%) son también jefas económicas (coneval, 2012: 35). En cambio, de las mujeres que perciben el mayor ingreso en su hogar (jefas económicas), 58.6% coinciden en ser la jefa declarada mientras las demás son esposa o hija del jefe (o guardan con él otro parentesco). Para caracterizar a los 9,322,814 hogares con jefatura económica femenina que proponemos examinar conviene responder la siguiente pregunta: ¿cómo interactúan los tres tipos de procesos antes referidos en la generación del ingreso monetario en estos hogares? En el ámbito demográfico hay que resaltar que son hogares “feminizados” (es frecuente que convivan tres generaciones de mujeres) en los que es notable la ausencia de hombres en edades activas, tanto por la falta generalizada del cónyuge de la jefa, como también porque los hijos varones adolescentes prefieren dejar el hogar materno ante la perspectiva de convertirse en “hijos parentales” que deben asumir el papel del padre ausente. No obstante, cabe hacer notar que la jefa económica no siempre tiene hijos; a veces ella misma es hija del jefe o jefa declarada, o bien es cónyuge del jefe declarado, que es un varón, o una abuela que sale a trabajar para que su hija, madre adolescente sin pareja, pueda criar a su hija o hijo. Las jefas económicas que son madres, en general ya no tienen hijos pequeños (de menos de cinco años), y con frecuencia conviven con su madre, a quien también sostienen, y se encarga del cuidado de la casa y los hijos. En el ámbito económico, esos hogares, además de recibir ingresos por la actividad de la jefa económica, echan mano de niñas y niños, y a veces de personas mayores, como fuerza de trabajo y esto se aprecia por el mayor número
de perceptores y a la vez el menor ingreso promedio que reciben por ser trabajadores con baja escolaridad, sin experiencia y en su mayoría mujeres. El efecto de ser hogares con menos miembros y con más perceptores se traduce en un ingreso per cápita que oculta parcialmente su desventaja. A su vez, el ámbito cultural condiciona las decisiones, mediadas por relaciones de poder, sobre quiénes deben trabajar y en qué actividades; suele sacrificarse a los más pequeños para permitir que los de mayor edad culminen su educación secundaria, dando preferencia a los varones. Las jefas económicas, especialmente si son pobres, enfrentan discriminaciones y abusos en los lugares de trabajo. Por ejemplo, las mujeres en pobreza que tienen jornada laboral completa ganan un 25% menos que los hombres (coneval, 2012: 59). También son objeto de desprecios abiertos o velados de sus vecinos quienes las señalan como “dejadas, madres solteras o mujeres solas”, tres calificativos que, más que referirse a la conformación de su núcleo doméstico, o a su responsabilidad como sostén del hogar, aluden a la falta del cónyuge. Los programas sociales como Oportunidades, sin proponérselo, también excluyen a estas mujeres. Dado que no tienen hijos pequeños y los de entre diez y doce años en general ya no asisten a la escuela, no reciben becas del Programa. Por otra
El 41.4% de las mujeres que perciben el mayor ingreso en su hogar no son declaradas como las jefas de mismo, sino que son la esposa, la hija o guardan algún parentesco con el jefe
Muchas de las historias de hogares en esta situación se inician en la adolescencia, con un embarazo no deseado. Dos programas debieran ser accesibles para estas jóvenes: los de salud reproductiva con educación sexual y anticoncepción, y los que exijan al hombre cubrir una pensión para la manutención de su hijo y su participación en el cuidado m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
13
J E FAT U R A F E M E N I N A
parte, los que sí asisten a la escuela en muchos casos tampoco reciben becas porque su madre trabaja y no está en casa cuando la busca el empadronador de Oportunidades, o bien, no tiene condiciones para cumplir con las corresponsabilidades que le asigna el programa. Esto se advierte al analizar las bases de datos de los hogares inscritos; en un estudio con las bases de datos de los hogares pobres de Guanajuato, los de jefatura económica femenina tienen, en proporción con sus contrapartes de jefatura masculina, menos hijos en edad de recibir beca, y los que los tienen, reciben proporcionalmente menos becas. En entrevistas a mujeres con hijos, que son jefas económicas de su hogar, se advierte que su preocupación principal es por sus hijos adolescentes, especialmente los hombres, quienes dejaron de estudiar y no consiguen trabajo. Suele ocurrir que sus hijas apenas cercanas a los diez años hayan sido colocadas como sirvientas sin paga, recibiendo la comida a cambio de su trabajo (con lo cual su madre se siente
relevada de un gasto). La madre reconoce que esta situación será transitoria hasta que el hermano mayor trabaje y contribuya al ingreso del hogar, lo cual, como se dijo antes, no va a ocurrir. Asimismo, cuando la mujer que percibe el ingreso más importante del hogar es “hija del jefe”, éste generalmente es un hombre mayor, desempleado o enfermo. La condición de ser sostén de su hogar limita las posibilidades de estas jóvenes para estudiar, buscar un mejor trabajo o incluso contraer matrimonio. Las encuestas muestran que las jefas económicas que son “cónyuges del jefe” pueden corresponder a los casos de hogares más vulnerables. Suelen ser mujeres a quienes avergüenza reconocer que no tienen pareja conyugal porque la dejó o está en la cárcel, o bien que es un vividor que no solo no trabaja, sino la maltrata y vive de su ingreso. Se mencionó al inicio que los hogares están arraigados en un entorno socioespacial que modula las interacciones de
Foto: cortesía de EXCÉLSIOR
Las madres “solas” (expresión que incluye a las jefas económicas, sin pareja conyugal, que mantienen a sus hijos y a sus padres) necesitan trabajo para sus hijos adolescentes que han dejado la escuela
14
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
SEGREGADAS En las localidades del medio rural pequeñas y aisladas, las jefas económicas viven en las siguientes condiciones: • Sus viviendas son precarias • Las oportunidades de trabajo escasas • Los costos y tiempos de transporte elevados • Sus redes de apoyo social son frágiles • Tanto ellas como sus familias están expuestas a múltiples tipos de violencias
los tres ámbitos considerados. En diversos estudios hemos encontrado en la mayoría de los hogares con jefatura económica femenina lo que denominamos propensión a la pobreza. La idea central es que en las localidades pequeñas y aisladas del medio rural, y en las áreas segregadas de las grandes ciudades, las viviendas de estas mujeres son precarias; las oportunidades de trabajo escasas; los costos y tiempos de transporte elevados; sus redes de apoyo social son frágiles; y tanto ellas como sus familias están expuestas a múltiples tipos de violencias.
¿Qué políticas públicas hacen falta para estos hogares? En primer lugar es sorprendente que muchas de las historias de hogares en esta situación se inician en la adolescencia, con un embarazo no deseado. La expresión habitual para referirse a este fenómeno es: “se embarazó”, que deja en la mujer la responsabilidad del evento. Dos programas debieran ser accesibles para estas jóvenes: los de salud reproductiva con educación sexual y anticoncepción, y los que exijan al hombre cubrir una pensión para la manutención de su hijo y su participación en el cuidado. La posibilidad de que estas jóvenes se acojan a programas sociales que les permitan completar su educación a la vez que cuidar a su hijo y desarrollar alguna tarea productiva que les genere ingresos monetarios abriría un camino seguro para que la joven madre haga frente a su situación actual y tenga una mejor perspectiva de futuro.
Las madres “solas” (expresión que incluye a las jefas económicas, sin pareja conyugal, que mantienen a sus hijos y a sus padres) necesitan trabajo para sus hijos adolescentes que han dejado la escuela. Ellas mismas se consideran atadas a su actividad económica y no piensan que algún programa social pudiera mejorar su condición; su única expectativa es no perder el empleo o tener la posibilidad de continuar generando ingresos para el sostén de su casa. Un programa de reinserción escolar para jóvenes, hombres y mujeres, que suspendieron sus estudios, tomando en cuenta su condición de rezago y los múltiples “distractores” que les ofrece el medio circundante tendría efectos sociales positivos de alcance insospechado. Garantizar un entorno de seguridad, respeto y sin discriminación para las mujeres que trabajan sería sin duda un incentivo para incorporar a más mujeres a la actividad económica y mejorar las condiciones de vida de sus hogares. Quizás lo más relevante para que los programas sociales tengan incidencia en la vida de las jefas económicas es asumir que deben incluir acciones que intervengan en los tres ámbitos aquí tratados. Esta exigencia rebasa las posibilidades de los diseños sectoriales con que se crean actualmente programas con la intención de “resolver” necesidades que debieran ser particularizadas (en especial en los hogares pobres) y no definidas estadísticamente, sin tener certeza sobre los efectos que van a inducir en las condiciones demográficas, económicas y socioculturales de los hogares, en entornos que en nada favorece una transformación profunda de su realidad.•
La proporción de hogares con “jefatura económica femenina” ha ido en ascenso, de un 20% en 1996 a casi la tercera parte en 2010
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
15
{
}
J EEFDAITTUORR AI A F EL M E N I N A
MARÍA DE LA PAZ LÓPEZ BARAJAS Asesora Técnica en Estadísticas de Género y Políticas de Igualdad de ONU Mujeres. Ha sido consultora de diversos organismos internacionales para temas de género y ha coordinado diversas publicaciones de las Naciones Unidas. También ha sido asesora en distintas instituciones de países latinoamericanos.
73% CRECIERON
los hogares dirigidos por mujeres en 20 años (enigh, 2012)
16
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
Cargas de trabajo y corresponsabilidad social El aumento de los hogares con jefatura femenina ha ocurrido en una diversidad de contextos y está marcado por una multiplicidad de causas y consecuencias reflejadas en los debates actuales en torno al bienestar de las jefas de hogares y sus integrantes
D
e acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, en 2012 había poco más de siete millones de hogares con jefatura femenina, es decir, casi uno de cada cuatro hogares. De acuerdo con esta fuente, se estima que los hogares dirigidos por mujeres crecieron 73% en 20 años(I). Investigaciones sobre el tema identifican el crecimiento de la jefatura femenina como un indicador de la erosión del modelo patriarcal de familia, considerado como alternativa única sustentada en la figura de proveeduría masculina exclusiva(II). En muchos países, la magnitud y tendencias de este tipo de arreglos familiares han sido analizadas también como indicadores importantes de cambio en la organización familiar, en los procesos de formación de familias y en la transformación de la vida íntima. Convertirse en jefa de hogar, ser responsable exclusiva de sus miembros o hacerlo compartiendo gastos y responsabilidades, entraña una serie de elecciones tomadas en relación con sus uniones o rupturas maritales, o con la delegación de responsabilidades por eventos exógenos que imponen a las mujeres la carga de cui-
dado de los hijos u otros parientes. Tal es el caso de la necesidad de migrar en búsqueda de trabajo en entidades distintas a la de residencia, la muerte del cónyuge, la maternidad no acompañada -muchas veces producto del embarazo adolescente-, o el cuidado de familiares con deterioro funcional o enfermos, entre otras. Aun en los casos de viudez, la decisión de convertirse en jefa de hogar puede estar influida por la posibilidad o no de formar otra familia: hacerse cargo de los hijos o ser parte de un hogar jefaturado por un hombre (hermano, padre, hijo o una nueva pareja). Estas decisiones pasan, sin duda, por la disponibilidad de recursos y su distribución. Pero también están influidas por patrones socioculturales que pueden ser favorables o no en las nuevas responsabilidades asumidas, dependiendo del contexto. Las elecciones y los resultados de esas elecciones entran en combinación y colocan a las jefas de hogar y a los miembros de los hogares que dirigen en diferentes condiciones de vulnerabilidad. Una serie de circunstancias entran en juego y la comprensión de cómo funcionan y cuáles son las necesidades específicas este tipo de arreglos hogareños se complejiza.
¿CÓMO SE CONFORMAN ESTOS HOGARES? • Casi 3.2 millones de hogares, es decir, casi la mitad de los hogares dirigidos por mujeres (47%) está compuesta por la jefa, su cónyuge e hijos, o por jefa con sus hijos o sólo por la jefa y su pareja conyugal (llamados hogares nucleares) • Casi 2.8 millones de hogares son dirigidos por madres que viven solas con por lo menos algún hijo • Alrededor de 5.2 millones de niñas y niños de entre 0 y 14 años (16%) viven sólo con su madre, en contraste, siete de cada diez cohabitan con su padre y su madre(III)
Por ello se hace preciso examinar las circunstancias, causas y decisiones que conducen a la formación de determinados tipos de hogar; analizar las consecuencias sobre el nivel de bienestar de las propias mujeres y de los miembros de estos hogares; monitorear los cambios que se producen a partir de intervenciones de política pública; y contar con pronósticos demográficos robustos de patrones esperados. Hacerlo posibilitaría dar una mejor respuesta de política pública a las necesidades reales de este tipo de hogares. A falta de un análisis a profundidad sobre la composición y dinámica de los hogares con jefatura femenina visto desde la política pública y su eficacia, podemos advertir que las fuentes de datos disponibles permiten delinear algunas circunstancias en las que se desenvuelven los distintos tipos de hogares comandados por mujeres.
El trabajo de las jefas de hogar El crecimiento y magnitud de hogares dirigidos por mujeres, sobre todo de jefas que participan en el trabajo remunerado, en muchos casos puede haber traído aparejados algunos logros, como ganancias en autonomía e independencia; pero en muchos más, el cambio ha provocado situaciones de mayor vulnerabilidad y una abrumado-
• Cabe destacar que en 31% de los hogares dirigidos por mujeres que son madres, éstas tienen edades que fluctúan entre 30 y 44 años de edad, mientras que 34% tiene entre 45 y 59 • En su mayoría, están separadas o divorciadas (39% de los casos) o son viudas (35%); casi 14% se declara soltera y 12% casada o unida pero viviendo sola con sus hijos. Es probable que estas mujeres sean parejas de migrantes o que por otras razones sus cónyuges no residan con ellas(IV)
ra sobrecarga de trabajo (remunerado y no remunerado); por el contrario, este hecho ha significado para muchos hombres la reducción o el finiquito de responsabilidades familiares y un trastrocamiento de su rol de proveedores exclusivos. La tasa de participación económica de las mujeres con al menos un hijo nacido vivo es de 44%, de ellas, el 98% combina
MÁS DEL DOBLE La tasa de participación económica femenina se ha más que duplicado en los últimos años: de 17% en 1970 pasó a 44% en 2012. Esta gráfica muestra el porcentaje de jefas que trabajan por grupos de edad de los hijos Hijos de 16 a 20 años
79.9
Hijos de 6 a 15 años
79.2
Hijos de 0 a 5 años
73.6
70
72
73
76
78
80
82
Fuente: Cálculos propios a partir de las bases de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los hogares, 2012
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
17
{
}
J EEFDAITTUORR AI A F EL M E N I N A
sus actividades domésticas y de cuidados con el trabajo realizado para el mercado(V). La participación más alta se aprecia entre las edades de 35 a 44 años, justo en un periodo todavía reproductivo de las mujeres y en las cuales todavía tienen hijos menores de 20 años, lo cual implica fuertes cargas de responsabilidad y trabajo. La creciente inserción de las mujeres en
el trabajo remunerado, con la consecuente transformación de sus roles, no se ha acompañado por cambios en la dinámica familiar y en la redistribución del costo de las tareas domésticas y de cuidado. Su mayor presencia en el mercado laboral se ha dado en un contexto de suma precariedad en la corresponsabilidad social del trabajo de cuidados. Ni el Estado ni el mercado han asumido
El crecimiento de hogares dirigidos por mujeres ha provocado situaciones de mayor vulnerabilidad y una abrumadora sobrecarga de trabajo (remunerado y no remunerado) para ellas; mientras que ha significado para muchos hombres la reducción o el finiquito de responsabilidades familiares
Foto: Yolanda Luna
18
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
CARGA DESIGUAL La carga de trabajo es francamente desigual entre jefas y jefes de hogar; la suma del número de horas dedicadas a los quehaceres domésticos, al trabajo de cuidados y para el mercado alcanza 47.6 horas a la semana para las mujeres y 42.0 para los hombres. Ellos dedican más tiempo al trabajo remunerado; ellas ocupan 14.5 horas menos, las cuales compensan con trabajo no remunerado 16.1 15.1
Ocio Reparar la vivienda Trabajo comunitario Estudiar
0.4
2.2
0.3 0.5 1.3 0.7
Cuidado
2.6
Quehaceres del hogar
7.3 19.4
4.0
20.9
Trabajo para el mercado 0.0
5.0
10.0 Mujer
15.0
20.0
25.0
35.4 30.0
35.0
40.0
Hombre
Número de horas promedio semanales que jefas y jefes del hogar dedican a diferentes actividades por sexo del jefe del hogar Fuente: Cálculos propios a partir de las bases de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los hogares, 2012
esta corresponsabilidad social y han dejado en manos de las parejas conyugales el reparto desigual de tareas y responsabilidades de cuidado interviniendo apenas en una fracción de las necesidades familiares, cuando se trata de resolver, legalmente, dichas responsabilidades (demandas por pensión alimentaria, por ejemplo). En este pasaje, los hombres han ganado aún más libertades que las que ya tenían, posponiendo o evitando obligaciones cuando las mujeres asumen la jefatura del hogar; aunque no podemos perder de vista que el desempleo, el subempleo y la precariedad salarial, tanto como la migración, son factores que intervienen en la erosión del rol de proveedor de los hombres, afectando también las responsabilidades. Los hogares con jefas pueden ser, de acuerdo con su composición y dinámica, más vulnerables a distintos riesgos y tener menor viabilidad económica para sus miembros que los dirigidos por hombres por la mayor sobrecarga de trabajo que impide a aquellas tomar ventajas en el mercado de trabajo; mayores obstáculos encuen-
tran cuando asumen el rol de proveedoras/ cuidadoras siendo madres y combinan el papel de cuidadoras sin la asistencia directa o el sostén tradicional del hombre y, en el peor de los casos, sin el apoyo de redes familiares y sociales. Esta sobrecarga las conduce a tomar empleos más flexibles, generalmente en la informalidad, y también mal remunerados. La precariedad de sus ingresos suele compensarse con los ingresos de más perceptores en sus hogares, generalmente hijos e hijas que truncan sus carreras educativas para cooperar con el sostenimiento del hogar. Las políticas han estado más concentradas en los efectos y en cómo revertir las consecuencias negativas sobre el bienestar de los miembros de las familias, pero se han ocupado menos de las causas que minan el bienestar de las jefas los miembros de sus hogares. Hacen falta políticas efectivas que atiendan de manera integral las consecuencias pero que también se hagan cargo de la corresponsabilidad social que entraña hacer frente al cambio social más importante ocurrido en la vida íntima.•
NOTAS Y REFERENCIAS:
I. De acuerdo con la ENIGH, en 1992 había en el país 2.6 millones de hogares dirigidos por una mujer (véase INEGI, ENIGH, 1992). II. Véase: García, Brígida, Género y Dinámica Poblacional, El Colegio de México, México, 1999; López, M.P, V. Salles y R. Tuirán. “Cambios Sobresalientes en las Familias Mexicanas (1976-1999)”, en: Gómez de León, J. C. Rabell, La población de México, Tendencias y Perspectivas demográficas, FCE-CONAPO, México, 2001. III. INEGI, Censo de Población y vivienda 2010. IV. Ibídem V. INEGI, Encuesta Nacional de Empleo, 2012. m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
19
{
}
J EEFDAITTUORR AI A F EL M E N I N A
FÉLIX ACOSTA Investigador titular en El Colegio de la Frontera Norte. Es Doctor en ciencias sociales con especialidad en estudios de población por El Colegio de México, con licenciatura en estadística social y licenciatura en economía por la Universidad Autónoma de Nuevo León, y con maestría en economía por la Universidad de Missouri-Columbia. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Sus líneas de investigación son la demografía de la familia, la pobreza y la política social. Fue Consejero Académico del CONEVAL en el periodo 2006-2010.
MARLENE SOLÍS Investigadora titular de El Colegio de la Frontera Norte y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Es Doctora en ciencias sociales con especialidad en estudios regionales por El Colegio de la Frontera Norte con maestría en desarrollo urbano por El Colegio de México. Ha realizado investigación sobre las identidades laborales en las empresas maquiladoras de Tijuana, y las desigualdades de género en el trabajo.
20
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
Jefatura femenina y política social En el contexto económico y social reciente de nuestro país, marcado por las recurrentes crisis económicas y los derivados programas gubernamentales de ajuste, algunas transformaciones sociales y demográficas han provocado el incremento en la prevalencia de los hogares con jefatura femenina. Detrás de este aumento se encuentran procesos que son parte de la realidad económica y demográfica del país
L
as cifras de los sucesivos censos de población y la información estadística obtenida de diferentes encuestas muestran la magnitud del incremento y las características sociales de estos hogares y de las mujeres que viven esta situación familiar y social. El porcentaje de hogares con jefatura femenina ha aumentado en nuestro país de 17.3% en 1990 a 20.6% en 2000 y a 24.6% en 2010. La cifra de 2010 equivale a 6.9 millones de hogares de un total de 28.1 millones. Los datos del censo de 2010 indican que el tamaño medio de los hogares con jefatura
femenina es menor (3.4 miembros) que el de los hogares con jefatura masculina (4.1 miembros) y que los procesos de extensión de los hogares son más comunes en los hogares con jefatura femenina. Las cifras del censo de 2010 muestran también que, comparadas con los jefes, un mayor porcentaje (47.3%) de las jefas se concentra en el grupo de edad de 25 a 44 años; que el porcentaje de jefas sin escolaridad (13.9%) es mayor que el de los jefes; que el porcentaje de jefas divorciadas o separadas es mayor (27.4%) que el de los jefes; que un 17.1% del total de jefas son solteras; y que casi la mitad (48.5%) de las jefas de hogar son económicamente activas.
Por un lado, el deterioro de los niveles de vida de los hogares mexicanos de menores ingresos –producto de la caída durante varios años en los ingresos reales y de la escasez de empleo masculino–, además de la creciente incorporación de las mujeres a las actividades generadoras de ingresos, han provocado que se aumente de manera significativa la participación femenina en el mercado de trabajo y la responsabilidad económica de la mujer en estos hogares. Por otro lado, el aumento en la prevalencia de la jefatura de hogar femenina está asociada también a procesos demográficos tales como el incremento en las rupturas matrimoniales por divorcio o separación; la creciente aceptación social de las uniones consensuales; el recrudecimiento de la migración temporal de varones; el incremento en la fecundidad adolescente y en madres solteras; y el debilitamiento paulatino del sistema patriarcal de familia. La probabilidad de que una mujer sin cónyuge y en los distintos estados civiles se convierta en jefa económica de su hogar está mediada además por la interacción que ocurre entre el reconocimiento que la familia y la sociedad asignan a cada uno de los estados civiles de las mujeres y las posibilidades reales de que el sistema de parentesco, las redes sociales y el gobierno asuman una parte de la responsabilidad económica de esos hogares. Con excepción de las jefas viudas en etapas avanzadas de su ciclo vital familiar, la ausencia de estos mecanismos familiares, sociales e institucionales de apoyo obliga a esas mujeres a asumir la mayor parte de la responsabilidad económica de sus hogares. En algunos casos, las jefas se apoyan en el trabajo familiar y remunerado de sus hijos e hijas, viendo sacrificadas sus posibilidades de desarrollo social y provocando que la vulnerabilidad social y la pobreza se trasmitan de una generación a otra.
En nuestro contexto social, en el que la pobreza permea la experiencia de vida de una gran parte de los hogares y de la población mexicana, la situación familiar y las posibilidades de desarrollo social de los hogares con jefatura femenina –especialmente las de sectores de bajos ingresos– pueden resultar bastante difíciles, pues al interior de estos arreglos familiares las mujeres se ven obligadas a asumir una gran parte del costo social de la reproducción de la fuerza de trabajo, haciéndose cargo no sólo de la manutención económica del hogar, sino también de las tareas del trabajo doméstico y del cuidado de sus hijas e hijos. Para estas mujeres, la experiencia de la jefatura significa un proceso para el que no están preparadas socialmente. Las jefas de hogares de menores ingresos están expuestas a vivir una situación social doblemente desventajosa debido a su posición dentro de la estructura social y al potencial efecto negativo de los factores condicionantes del bienestar de sus hogares. Enfrentadas a los efectos negativos de la discriminación de género en el mercado de trabajo, de las características demográficas de sus hogares, y de las restricciones sociales que les impone su doble condición de mujeres y jefas de sus hogares, las jefas de hogares de menores ingresos enfrentan durante una etapa importante de su vida familiar situaciones extremas de vulnerabilidad social por tener que resolver de manera inmediata y con recursos personales e institucionales particularmente escasos la sobrevivencia cotidiana de sus hogares. Por esta razón, para ellas la internalización de la jefatura de hogar y la solución cotidiana de su estrategia familiar de vida ocurre en una situación de extrema vulnerabilidad social, lo que explica a su vez la presencia constante de conflictos y ambivalencias en sus percepciones y el cuestionamiento constante de sus capacidades para resolver las respon-
EL DATO El porcentaje de hogares con jefatura femenina ha aumentado en nuestro país de 17.3% en 1990 a 24.6% en 2010, es decir, en 6.9 millones de hogares, de un total de 28.1 millones, la jefa es una mujer
sabilidades que se les han asignado tradicionalmente como mujeres y al mismo tiempo procurar el sostenimiento económico de sus familias. La reflexión que sigue en las siguientes páginas tiene el propósito de mostrar algunos matices por estado civil y por etapa del ciclo vital en la experiencia vivida –la maternidad y el trabajo– y en la situación familiar y social de jefas de hogares de sectores de menores ingresos. Controlando el efecto de los ingresos familiares, la distinción adicional de los hogares por estado civil de las jefas y por etapa del ciclo vital resulta extremadamente útil para el análisis de los apoyos sociales e institucionales específicos que requieren los hogares con jefatura femenina en nuestro país. En la experiencia de vida de las jefas de hogar que son divorciadas y separadas, la internalización de la jefatura tiene varias etapas no necesariamente secuenciales: a) La ruptura de la unión por diferentes razones, algunas veces mezcladas en una combinación bastante conflictiva y en algunos casos violenta. b) La internalización de la jefatura de hogar a partir, primero, de la negación de la pareja que se tuvo, y segundo, de la necesidad de asumir la responsabilidad económica m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
21
{
}
J EEFDAITTUORR AI A F EL M E N I N A
Es muy difícil que la pobreza, la escasez de oportunidades y la falta de desarrollo social dejen de constituir un escenario inevitable en el futuro de las hijas e hijos de estas mujeres, ante la ausencia de una política social que tome en cuenta su situación de extrema vulnerabilidad social de su hogar, con más o menos necesidades y más o menos recursos, dependiendo de la etapa de la trayectoria vital familiar de la jefa de hogar y de la disponibilidad de apoyos familiares y de amistades, pues los apoyos institucionales son prácticamente inexistentes durante este proceso. c) El fortalecimiento de la maternidad y del trabajo como ejes alrededor de los cuales descansa su reconstrucción como mujeres y su construcción como jefas de hogar –este proceso de reconstrucción de su identidad fortalece aún más la negación, ya no de su pareja anterior, sino de la relación de pareja tradicional como eje constructor de su identidad–. d) El abandono posterior de su papel como proveedoras, cuando los hijos, las hijas o las parejas ausentes asumen parcial o totalmente esa responsabilidad. e) El establecimiento de nuevas relaciones de pareja no tradicionales. Los elementos que forman parte de los procesos anteriores tienen matices diferentes en los casos de las jefas de hogar que se quedan viudas en etapas avanzadas del ciclo vital familiar, para quienes las ambivalencias y los conflictos propios de la internalización de la jefatura no ge-
22
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
neran procesos de socialización secundaria tan radicales. Las jefas viudas viven la ausencia de la pareja masculina de manera distinta: el hecho de no haber tenido la experiencia de un proceso de deterioro de la vida en pareja y su consecuente negación les hace afrontar la ausencia del cónyuge de una manera bastante idealizada, pues es como si su propia vida en pareja hubiera cumplido un ciclo natural de vida y muerte, aunque los costos emocionales y afectivos pueden ser muy profundos cuando no cuentas con apoyos familiares y sociales. Debido a que las jefas viudas en una etapa avanzada de su ciclo vital no tienen que negar por ellas mismas su experiencia de ser esposas ni fueron negadas como tales por su pareja masculina, su condición de mujeres “solas” tiene también significados sociales distintos: si bien son percibidas en una situación de vulnerabilidad social asociada a su condición de viudas, no viven el rechazo social que puede acompañar al estigma de ser divorciada, separada o madre soltera. La etapa del ciclo vital familiar en la que se asume la jefatura de hogar condiciona en gran medida la situación social de los hogares con jefatura femenina, pues el enfrentar la ruptura de la unión y la necesaria responsabilidad económica asociada a la ausencia del cónyuge o de la pareja en el caso de las jefas divorciadas y separadas, o la experiencia de la maternidad no prevista en el caso de las jefas solteras en una etapa en la que hay que hacerse cargo de hijos e hijas de tempranas edades, coloca a estas mujeres y a sus hogares en una situación familiar y social muy desventajosa, porque las necesidades económicas de la familia son siempre mayores que los recursos que se pueden generar en esa situación. En la experiencia de vida de las jefas en etapas iniciales de su ciclo vital, las redes familiares y sociales de apo-
yo pueden constituir un elemento que hace posible su sobrevivencia inmediata y la de sus hijos e hijas, a pesar de que las responsabilidades de la jefatura les imponen serias restricciones para su construcción y mantenimiento. En algunos casos, el regreso temporal de la jefa de hogar a la casa paterno-materna puede ser decisivo para enfrentar inicialmente la nueva situación ante la ausencia de la pareja masculina; en otros casos, el apoyo familiar puede facilitar a las jefas de hogar el establecimiento de un nuevo domicilio, de una nueva casa. En otros casos, el apoyo de una vecina puede hacer posible que la jefa descargue parte del tiempo requerido para el cuidado de los hijos y de esa manera poder salir a trabajar. Las jefas de hogar son madres ante todo. Esta condición determina su comportamiento frente a la ruptura de su unión; frente a su ingreso al mercado de trabajo; frente al tipo de empleo que se desempeña; y frente a la posibilidad de volver a ser esposas o compañeras. En la forma de vivir e internalizar las otras dimensiones de su identidad, los hijos e hijas tienen para las jefas de hogar una presencia muy importante, sobre todo si son menores de edad. La participación en el mercado de trabajo constituye la otra actividad fundamental en las estrategias familiares de vida y en los procesos de reconstrucción de la identidad social de las mujeres-jefas de hogar; el ser trabajadoras facilita a las jefas de hogar su transición de madres-esposas a madres-trabajadoras; el trabajo remunerado es también determinante de su mayor capacidad para internalizar la nueva realidad que les impone la pérdida o la ausencia de la pareja. La experiencia laboral previa al matrimonio y un buen nivel de escolaridad alcanzado constituyen antecedentes positivos en las posibilidades sociales de las jefas de hogar, sobre todo si se trata de un trabajo
que les ofrece cierto nivel salarial y el acceso a servicios públicos y apoyos institucionales para hacer frente a las necesidades familiares, como guarderías, créditos para vivienda y servicios de salud. En cambio, las mujeres que no tienen la experiencia de haber trabajado antes de asumir la jefatura de hogar se ven sometidas a un proceso de socialización desconocido para ellas, debido a su condición de mujeres solas, por su bajo nivel de escolaridad y por el peso que les impone la responsabilidad de mantener a sus hijas e hijos pequeños. El hecho de que las mujeres que son jefas de hogar se hagan responsables de la manutención de sus hogares y enfrenten los significados de la ausencia de la pareja genera cambios importantes en sus percepciones sobre la vida en matrimonio. Algunas jefas de hogar pueden establecer nuevas relaciones de pareja pero sin plantearse una relación tradicional, mientras que otras pueden desear establecer nuevas relaciones de pareja basadas en el compañerismo. Para las mujeres que vivieron experiencias conflictivas en su relación de pareja previa a la jefatura debido a situaciones de extrema violencia e irresponsabilidad masculina, a pesar de que la separación o el divorcio significaron un deterioro en las posibilidades económicas de su familia, la ausencia del marido o de la pareja masculina es percibida como positiva en términos del ambiente familiar y de la mayor independencia de estas mujeres para tomar sus propias decisiones.
48.5% de las
JEFAS DE HOGAR
son económicamente activas
Sin embargo, un elemento recurrente en las estrategias familiares de vida de los hogares con jefatura femenina de menores ingresos es el uso del trabajo de las hijas y de los hijos, tanto doméstico como remunerado. En lo que se refiere al trabajo doméstico, puede suceder que los hijos mayores se conviertan en sustitutos de la madre en el cuidado de los hermanos menores, salvo en casos afortunados en los que se cuenta con la ayuda de las abuelas o de otros parientes. En otros casos, los hijos de estas jefas se incorporan al mercado de trabajo en empleos precarios, sacrificándose con ello su acceso a la educación y sus posibilidades futuras de movilidad social, generándose de esta manera un proceso de reproducción generacional de la pobreza en los contextos familiares de las jefas de hogar. La precariedad de los empleos a los que pueden acceder las jefas de hogares de menores ingresos puede constituir un obstáculo para que puedan transitar hacia una concepción del trabajo remunerado en la que el trabajo signifique no solo un mecanismo de subsistencia para la familia, sino también un elemento de posibles transformaciones de las relaciones de género que pudieran fortalecer su posición relativa en la sociedad con respecto a los hombres. La situaciones extremas de vulnerabilidad social que pueden llegar a enfrentar estas jefas de hogar de menores ingresos en su experiencia previa a la jefatura se traducen en una gran incapacidad para tomar decisiones, lo que las lleva a permanecer y tolerar durante una buena parte de su vida relaciones de pareja muy deterioradas que pueden entrañar niveles extremos de violencia masculina, antes de tomar una decisión que termine con esa situación. Ante estas experiencias desfavorables en su relación de pareja, y a pesar de que en algunos casos las jefas pueden llegar a convertirse en
proveedoras económicas de facto durante una parte importante de su vida familiar, les puede resultar muy difícil asumir plenamente su papel de jefas en su imaginario y terminar con su relación de pareja. Para las jefas de hogares de menores ingresos, los efectos negativos de los condicionamientos de género aparecen entrelazados con su condición de jefas de hogar y de tener la casi total responsabilidad económica de su familia durante una parte importante de sus vidas. El peso que le otorgan estas mujeres a la maternidad como la dimensión fundamental de sus procesos de reconstrucción de su identidad social y de su construcción como jefas de hogar se manifiesta en la imposibilidad de acceder a oportunidades de empleo formal y bien remuneradas. Ante la ausencia de una política social que tome en cuenta la situación de extrema vulnerabilidad social a las que pueden verse enfrentados los hogares con jefatura femenina de menores ingresos y que establezca apoyos institucionales específicos para las jefas de hogar y sus hijos e hijas en las diferentes etapas de su ciclo vital familiar, y en los diferentes estados civiles de las jefas, es muy difícil que la pobreza, la escasez de oportunidades y la falta de desarrollo social dejen de constituir un escenario inevitable en el futuro de las hijas e hijos de estas mujeres. Hay que recordar que la Ley General de Desarrollo Social establece que es responsabilidad del gobierno de los diferentes niveles asumir de manera coordinada la tarea de garantizar para toda la población el pleno ejercicio de los derechos sociales consagrados en la Constitución Política y que toda persona o grupo social en situación de vulnerabilidad tiene derecho a recibir apoyos institucionales para disminuir su desventaja social frente al resto de la población.• m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
23
J E FAT U R A F E M E N I N A
Medida justa, DIVA HADAMIRA GASTÉLUM BAJO Presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género de la Cámara de Senadores. Es Senadora por el PRI a la LXII Legislatura; es licenciada en Derecho por la Universidad de Occidente y tiene una Maestría en Derecho Social y Familiar por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Fue dos veces diputada federal y dos veces diputada al Congreso local; fue diputada local en la LVI Legislatura del Congreso del Estado de Sinaloa (1998-2001), ocupó la presidencia de la Comisión de Equidad de Género y Familia, presidenta de la Mesa Directiva y secretaria de las Comisiones de Derechos Humanos, Grupos Vulnerables y de Vigilancia.
estrategia rentable
Los hogares con jefatura femenina son una realidad en México, por lo que deben ser contemplados dentro de las políticas públicas y sociales dirigidas a las familias, tomando en cuenta características específicas, tales como su ubicación, estructura, composición, entre otras. Garantizar la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres no sólo es una medida justa, es también una estrategia económica rentable para México.
T
radicionalmente, en la mujer solo recaían las tareas asociadas con las labores domésticas, la crianza de los hijos, así como el cuidado de los enfermos, ancianos y personas discapacitadas. En la actualidad, un gran número de mujeres ha ampliado su presencia en otras instancias de responsabilidad, incluida la función de proveedora de ingresos, incrementado con ello el número de hogares como jefa de familia. El rol de la jefatura del hogar involucra, entre otras cosas, el reconocimiento del jefe o jefa como proveedor principal o único, lo cual implica que su condición de ocupación tiene una relación importante
24
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
con el nivel de bienestar del conjunto que lo reconoce como líder. En el año 2012, y de acuerdo con información del Módulo de Condiciones Socioeconómicas de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (mcs-enigh 2012), por cada cien hogares con jefatura masculina, existen 34 que son dirigidos por una mujer, esta razón aumenta según se incrementa la edad de las jefaturas, llegando a 58 hogares con jefatura femenina por cada 100 masculinas cuando el jefe(a) tiene 65 años o más(I). Por otro lado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (coneval) señaló que el papel mayormente activo de las mujeres como jefas
de hogar está directamente relacionado con una mayor participación de ellas en el mercado laboral. En el año 2012, y de acuerdo con el mcs-enigh 2012, tres de cada diez hogares del país cuentan con una mujer como la principal perceptora de ingresos. Aunado a ello encontramos que las entidades federativas con mayor participación económica femenina son Yucatán, Distrito Federal y Nuevo León, con el 47.5%, le sigue el estado de Tamaulipas, con el 45.8 %; finalmente, destaca el estado de Quintana Roo con la mayor tasa de participación económica de mujeres (52.4%) y hombres (85.3%)(II). De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), la tercera parte de la población económicamente activa en México son mujeres. Asimismo, el 21% de los hogares tienen jefatura femenina y hasta el 52% recibe ingresos femeninos. La Secretaria de Desarrollo Social enunció que para el año 2012 la tasa de participación económica fue de 44.1% para las mujeres de 15 años o más con al menos un hijo nacido vivo, de las cuales el 97.9% combina sus actividades extradomésticas con actividades en el hogar; que por unidad económica, 35 de cada 100 mujeres con hijos trabajan en el sector informal, 33 en empresas y negocios, 17 en instituciones y 12 realiza trabajo doméstico remunerado; y que las dos principales ocupaciones que desempeñan las mujeres con hijos son comerciantes (27.8%) y trabajadoras en servicios personales (24.6%). Así como no existe un solo tipo de familia ni de hogar, igualmente podemos afirmar que no hay una sola modalidad de hogar con jefatura femenina y que varían las circunstancias de modo, tiempo y lugar de las mismas, es decir, las circunstancias no son iguales para esta familias y por ende la política que debe aplicarse no puede ser igual. El bienestar de estas familias depende, en gran parte, de la disponibilidad de sistemas que puedan apoyarlas, de una adecuada asistencia social y de políticas públicas y sociales que brinden y garanticen el apoyo a las jefas de familia que viven en México.
Derivado de lo anterior, y en concordancia con lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en septiembre del año pasado, bajo la responsabilidad del Instituto Nacional de las Mujeres, se publicó el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres (proigualdad), el cual es de observancia obligatoria para todas las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal. Sus principales objetivos fueron: desarrollar, promover y adoptar políticas y acciones de conciliación trabajo-familia que propicien la igualdad y equidad en las responsabilidades familiares, todo ello para que favorezcan el trabajo de las mujeres, mejoren sus condiciones de competencia laboral y eleven su calidad de vida. Al respecto, en la ruta para conseguir un México incluyente, el Gobierno de la República construyó una política social de nueva generación con un enfoque de derechos, siendo menester resaltar que en el año 2012 se creó el Programa “Seguro de
52%
DE LOS HOGARES recibe ingresos femeninos
Estados como Sonora y Jalisco ya cuentan con su propia Ley de Desarrollo y Protección de las Madres Jefas de Familia,
cuyo objetivo primordial ha sido el otorgamiento, protección y garantía de sus derechos humanos, principalmente los laborales m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
25
J E FAT U R A F E M E N I N A
Aún hay muchas cosas por hacer en el ámbito legislativo, como fortalecer nuestro marco jurídico en la materia, ya sea con la creación de leyes o el reconocimiento
de las madres jefas de familia en las leyes con las que actualmente contamos
EL DATO Tres de cada diez hogares del país cuentan con una mujer como la principal perceptora de ingresos 35 de cada 100 mujeres con hijos trabajan en el sector informal; 33 en empresas y negocios; 17 en instituciones; y 12 realiza trabajo doméstico remunerado Las dos principales ocupaciones que desempeñan las mujeres con hijos son: comerciantes (27.8%) y trabajadoras en servicios personales (24.6%)
26
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
Vida para Jefas de Familia”, cuya finalidad ha sido contribuir a la ampliación del sistema de seguridad social mediante un esquema de aseguramiento a madres jefas de familia de 12 a 68 años de edad que se encuentren en condición de vulnerabilidad, entendiéndose ésta como aquellas que presentan al menos una de las siguientes carencias sociales(III): 1. Personas u hogares que cuentan con un ingreso inferior a la Línea de Bienestar o Línea de Bienestar Mínimo, es decir, cuyos ingresos mensuales son menores a $ 2,500.00. 2. Rezago educativo, que se da cuando la jefa de familia no cuente con primaria terminada. 3. Carencia de acceso a los servicios de salud: Aquellas jefas de familia que no están afiliadas o inscritas para recibir ningún servicio de salud. 4. Carencia de acceso a la seguridad social: Se refiere a las jefas de familia asalariadas que no reciben por parte de su trabajo las prestaciones de servicios médicos; pensión del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) o del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado(issste); incapacidad con goce de sueldo; y del Sistema de Ahorro para el Retiro (sar) o Afore. 5. Carencia de acceso a los servicios básicos de vivienda: Para aquellas jefas de familia que no cuentan con servicio de agua entubada, drenaje o no disponen de energía eléctrica. 6. Carencia de acceso a la alimentación:
Aquellos hogares con grado de inseguridad alimentaria moderada o severa, es decir, que no pueden tener tres alimentos al día o que consideran que no reúnen los nutrientes básicos en cualquiera de ellos. 7. Carencia de calidad y espacios de vivienda: Los hogares que tienen piso de tierra; su techo es de lámina de cartón o de desechos; muros de embarro o bajareque; carrizo, bambú o palma; lámina de cartón, metálica o de asbesto; o material de desecho; o que presenten hacinamiento (demasiadas personas en poco espacio). Con este seguro se garantizará la protección del futuro educativo de los hijos de las jefas de familia, ya que recibirán un apoyo en caso de que la mamá llegue a faltar. Aunado a ello, también brindará apoyos mensuales en el caso de fallecimiento por un monto de hasta 1,850 pesos a cada uno de los hijos o hijas de hasta 23 años (un día antes de cumplir los 24 años), con la finalidad de incentivar el ingreso o permanencia escolar, teniendo una cobertura y alcance nacional, cubriendo las 32 Entidades Federativas y los casi 2,500 municipios. Por esta razón, estados como Aguascalientes; Chiapas; Colima; Estado de México; Nuevo León; Oaxaca; y Sinaloa, entre otros, se han sumado y cuentan con Programas para Jefas de Familia, con el objetivo principal de brindar apoyo a las madres jefas de familia y a los hijos de las mismas. Hablando del ámbito jurídico, estados como Sonora y Jalisco ya cuentan con su propia Ley de Desarrollo y Protección de las Madres Jefas de Familia, cuyo objetivo primordial ha sido el otorgamiento, protección y garantía de sus derechos humanos, principalmente los laborales, lo que significa que en la parte legislativa aún hay muchas cosas por hacer, es decir, fortalecer nuestro marco jurídico en la materia, ya sea con la creación de leyes o el reconocimiento de las madres jefas de familia en las leyes con las que actualmente contamos y que regulan los derechos humanos de la población mexicana, principalmente aquellos derechos que tengan que ver con el acceso a la salud, vivienda, trabajo y educación.
FORTALECIENDO POLÍTICAS PÚBLICAS Y SOCIALES Aunque han sido implementadas para ayudar a las mujeres con jefatura femenina, aún es necesario seguir fortaleciendo las políticas con las que cuentan actualmente el Gobierno Federal y los gobiernos locales, contemplando lo siguiente: 1. Facilitar el acceso de las mujeres que comandan un hogar 2. Permitir el acceso a los servicios de apoyo para aliviar la carga doméstica 3. Brindar accesibilidad a los horarios laborales de las jefas de familia 4. Garantizar a las jefas de familia que trabajan la posibilidad de completar, cuando menos, su educación media superior 5. Crear programas de capacitación laboral en horarios que sean compatibles con sus otras obligaciones
En conclusión, se debe promover una distribución más equitativa entre hombres y mujeres de los recursos del hogar y de las responsabilidades domésticas y extradomésticas, tomando en cuenta las diferencias socioeconómicas y culturales de cada familia en nuestro país. Es importante también contar con un Registro Único que contenga el número de hogares que existen en nuestro país con jefatura femenina, así como los apoyos con los que actualmente cuenten por parte del gobierno local o federal; y, de no ser así, que se les informe de ello, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y garantizar su bienestar económico, social y cultural, tanto para la jefas de familia como para sus hijas o hijos. Particularmente, como legisladora, asu-
6. Adoptar medidas dirigidas a la inclusión del tema de vida y familia en los procesos de educación escolar y extraescolar 7. Desarrollar acciones de educación y comunicación que generen el ejercicio de la paternidad responsable y refuercen el mejor desempeño de los padres en la formación de los hijos 8. Fortalecer la economía familiar, incluidos aquellos proyectos de carácter productivo, de empleo y generación de ingresos dirigidos a las familias encabezadas por mujeres que se encuentren en situación de pobreza 9. Que otorguen apoyos económicos en el ámbito escolar a los hijos de las jefas de familia en nuestro país
mo el compromiso de erradicar la discriminación que aún existe con las jefas de familia en México, para poder brindarles mejores oportunidades en todos los ámbitos. Cada una de nosotras y nosotros, en el medio que nos desenvolvemos debemos tener una responsabilidad con el tema. Entender y comprender la importancia que tienen actualmente las mujeres en México y reconocer que somos importantes para el crecimiento y desarrollo económico de la población mexicana. Concluyendo que, con la creación de políticas similares y el fortalecimiento en el reconocimiento de los derechos humanos (principalmente los laborales y educativos) de las mujeres de este país, se logrará consolidar una igualdad entre mujeres y hombres.•
Debemos seguir promoviendo la creación de políticas públicas y sociales en México que erradiquen principalmente lo siguiente: 1. El nivel de pobreza en el que se encuentren los hogares con jefatura femenina 2. La discriminación para lograr el acceso a un empleo digno y remunerado para las jefas de familia 3. La maternidad adolescente 4. La falta de preparación y capacitación laboral 5. La discriminación para acceder a los sistemas educativos
REFERENCIAS: I. Estadísticas a propósito del Día Mundial de la Justicia Social (20 de febrero). Datos nacionales. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 11 de marzo de 2014. II. Instituto Nacional de las Mujeres, Estudio sobre Desigualdad de Género en el Trabajo, México 2013. Pág.4. III. http://www.sedesol.gob.mx/es/ SEDESOL/Seguro_de_Vida_para_ Jefas_de_Familia m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
27
MADRE ADOLESCE DRES MA ESCENTES ADO MADRE MADRES
ADOLESCENTES
ADOLESCE
La
prevención
fallida
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut, 2012) señala que mientras en 2005 la tasa de fecundidad en adolescentes era de 30 por cada mil mujeres, para 2011 fue de 37. Esta tendencia de incremento en la incidencia de embarazos en mujeres entre los 12 y 19 años de edad se reporta en todos los estudios y registros administrativos mexicanos de los últimos tres lustros, y es, sin duda, evidencia de que estamos fallando en su prevención
E
l escenario preocupa si consideramos que para 2011 el 23% de los adolescentes de 12 a 19 años de edad habían iniciado su vida sexual -con una proporción mayor en hombres (25.5%) en relación con las mujeres (20.5%)-, cifra superior al 15% registrado en 2005 y el 17% en 1999, según las encuestas nacionales de salud. El embarazo durante la adolescencia es considerado por la oms como de riesgo y el artículo 67 de nuestra Ley General de Salud es concordante cuando indica que para disminuir el riesgo reproductivo se debe informar sobre la inconveniencia del embarazo antes de los 20 años. En América Latina y el Caribe el riesgo de las adolescentes menores de 16 años de morir durante el embara-
zo, parto y post parto es cuatro veces mayor que en mujeres de veinte (unfpa, 2008). Sin embargo, la maternidad adolescente no es exclusivamente un tema de salud, también es social, en la medida en que tiene repercusiones individuales y colectivas derivadas del impacto sobre el proyecto de vida de miles de personas que en muchos casos no alcanzan la mayoría de edad. En la región, así como en muchos países del mundo, se realizan esfuerzos, la Declaración de Medellín 2011 para implementar el Plan Andino de Prevención del Embarazo Adolescente es un ejemplo. México no participa en esos grupos de trabajo, lo que no sería relevante si contáramos con una política pública integral y direccionada a atender este fenómeno. Sin duda se llevan a cabo acciones desde diferentes sectores,
NASHIELI RAMÍREZ Fundadora y coordinadora general de Ririki Intervención Social, organización que trabaja por los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y por el desarrollo de sus familias y comunidades. Cuenta con una especialidad en Investigación Educativa de la UNAM. Actualmente es Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; de la Ley de Fomento para las Organizaciones de la Sociedad Civil; de Radio Ciudadana del IMER; y del Observatorio de Políticas Públicas y Derechos Humanos. Ha participado en el diseño, instrumentación y operación de programas y estudios sobre indicadores de infancia, entre los que destaca la Infancia Cuenta en México en sus versiones del 2005 al 2009; formación de profesores; promoción social; organización y participación social; fortalecimiento municipal; programas sociales; desarrollo y microfinanciamiento rural; equidad y género; y derechos humanos, tanto en el ámbito de la administración pública, como en el no gubernamental.
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
29
{
}
ME ADR I TE O S RAIDAOLL E S C E N T E S
Sólo dos de cada diez madres adolescentes son solteras
destacando el de salud y educación, pero esta suma no alcanza y los indicadores lo están demostrando. La problemática es compleja y está vinculada a determinantes económicas, psicosociales, educativas, culturales y territoriales, por lo que debe ser abordada desde la integralidad, la transversalidad y la intersectorialdad. Tenemos problemas, además, en las intervenciones, ya que la gran mayoría se basa en perspectivas que han demostrado su ineficiencia, como son los enfoques de “Prevención del Riesgo”, “Solo abstinencia” y “Biologicista”. Un ejemplo del primero es
el desarrollo de programas, por parte de algunos dif estatales y municipales, basados en el uso de muñecos con chip integrado que simulan a un bebé humano, los cuales no arrojan ninguna evidencia sobre su impacto en la disminución del embarazo adolescente. El segundo ha demostrado su ineficiencia en todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, país que lo promovió como política pública durante la era Bush, invirtiendo 1.7 millones de dólares (entre 2004 y 2008, cinco informes demostraron que los programas basados sólo en la abstinencia no ayu-
Según las Directrices de la oms para la prevención del embarazo precoz y de los resultados reproductivos adversos en adolescentes en los países en desarrollo (2012), las intervenciones deben considerar: • Limitar el matrimonio antes de los 18 años • Crear comprensión y apoyo para reducir los embarazos antes de los 20 años • Aumentar el uso de anticonceptivos por parte de los adolescentes • Reducir las relaciones sexuales bajo coacción en las adolescentes • Reducir el aborto inseguro en las adolescentes
30
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
dan a los jóvenes a posponer el primer acto sexual, no reducen las conductas de riesgo y frecuentemente incluyen información incorrecta). Finalmente, el tercero corresponde a la visión dominante en la educación sexual al interior del Sistema Educativo Nacional. Si bien hay consenso en que la maternidad adolescente es poco conveniente, hay complicaciones en el desarrollo de intervenciones, ya que no nada más implica asumir y enfrentar la sexualidad de las y los adolescentes, sino la de todos los que integramos la sociedad, lo que además implica el cuestionamiento de temas religiosos, ideológicos y morales, generando diferencias de opiniones y contraste en las miradas, que conflictúan la generación de políticas públicas eficaces y en algunos casos alcanzan la discusión del papel del Estado como garante de los derechos sexuales y reproductivos. Las estrategias y modelos para trabajar en la prevención del embarazo adolescente deben no sólo asumir la intervención en esta área, es decir, que las adolescentes no se embaracen, sino que deben enfocarse a un objetivo más amplio, que es educar para la sexualidad, hacer de la sexualidad adolescente un ejercicio constructivo, como parte de sus derechos, dentro de los márgenes de una convivencia sana y de acuerdo con las etapas de desarrollo. Por lo tanto, partir del hecho de que los embarazos adolescentes no son sólo un problema de falta de información, educación y servicios de salud, sino que también se vinculan con la construcción de la sexualidad que tiene la sociedad y que se trasmite a las niñas, los niños y las y los adolescentes desde las familias, las comunidades y desde los medios de comunicación, así como la emergencia de una sociedad que aporta muy pocas perspectivas futuras a millones de adolescentes de zonas urbano-marginales, que cada día apuestan a la maternidad y a la paternidad como sentido de vida. Recordemos que en México sólo dos de cada diez madres adolescentes son solteras, es decir, que la mayoría de los nacimientos se dan dentro de una unión, o bien, la primera unión, se presentan en un intervalo de tiempo reducido posterior al nacimiento del primer descendiente (conapo 2010).
Adicional a lo anterior, es necesario que prime una visión de Estado de Derecho en cuanto a la prevención del embarazo adolescente y en temas de sexualidad. Pueden ser controversiales para la sociedad y topar con nuestras creencias y subjetividades, pero, más allá de esto, la política pública es desde, para y con las y los ciudadanos y, por lo tanto, necesita estar sustentada no nada más normativamente, sino apoyada en estrategias de prevención basadas en evidencia, es decir, basadas en la investigación y evaluaciones para probar su eficacia. En general, las investigaciones apuntan hacia intervenciones que comprendan los siguientes enfoques: • De derechos, entendiendo que los sexuales se refieren especialmente al ejercicio de la sexualidad; enfatizan el respeto mutuo en las relaciones interpersonales y aseguran la capacidad de disfrutar de la sexualidad como una intimidad profunda entre los seres humanos, lo cual es esencial para el bienestar de los individuos, las parejas, las familias y la sociedad. • De género y sexualidad como construcciones sociales y culturales; una adecuada comprensión de la sexualidad, a través de la educación sexual, puede ayudar a hombres y mujeres a tener una vida más plena, a ser más libres y también más responsables. Esto no se resuelve con explicar los órganos genitales masculino y femenino, es necesario inscribirlo en un marco de valores donde se planteen la igualdad, la responsabilidad, el respeto, la tolerancia.
4
VECES ES MAYOR el riesgo de las adolescentes menores de 16 años de morir durante el embarazo, parto y post parto que el de las mujeres de veinte (unfpa, 2008)
Sin duda el punto esencial de partida es el desarrollar de manera urgente una estrategia nacional intersectorial y desde el trabajo conjunto de distintos actores a nivel nacional, en las entidades federativas y los municipios, desde un planteamiento programático, claro, concreto e integral, basado en evidencias y que modifique la ruta de fracaso de la prevención de la maternidad y la paternidad adolescente a la que actualmente nos enfrentamos.• m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
31
MADRES ADOLESCENTES
CARLOS WELTI CHANES Investigador titular del Instituto de Investigaciones Sociales y profesor en el Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es economista, sociólogo y demógrafo egresado de la Universidad de Chicago. Es miembro del SNI desde su fundación. Fue Vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado de la Universidad Autónoma de Puebla y Director de Encuestas Epidemiológicas de la Secretaría de Salud. Ha sido Presidente de Mexfam; miembro de la Junta Mundial de Gobierno, con sede en Londres; y Vicepresidente para el Hemisferio Occidental de la International Planned Parenthood Federation (IPPF); Presidente de la Sociedad Mexicana de Demografía; y ha dirigido la revista de Investigación Social del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Madres adolescentes y derechos sexuales La elevada incidencia del embarazo adolescente en México es una muestra de las limitaciones en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, y hace evidente la necesidad de actuar desde diversos ámbitos para lograr que la población, y en especial las y los jóvenes, puedan ejercerlos
P
ara las y los adolescentes que residen en áreas urbanas es inconcebible pensar que existió hasta hace pocos años un mundo en que no había instrumentos electrónicos portátiles que permiten la comunicación entre los individuos en tiempo real a través de imágenes y sonidos. No les es fácil aceptar que en este país hasta los años cincuenta
del siglo xx las mujeres no podían votar en los procesos electorales que se realizaban en México para elegir las autoridades políticas. Mucho menos pueden pensar las y los jóvenes en que no existieran los métodos anticonceptivos modernos a los que en la actualidad todos deberíamos tener acceso y que, por lo tanto, una relación sexual entre una mujer y un hombre tenía una ele-
Foto: co
32
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
DE LOS
2.2 millones
de nacimientos que ocurrieron en méxico en 2012:
400 mil
fueron hijos de mujeres de entre 15 y 19 años de edad
7 mil
de mujeres menores de 15 años (ineGi, 2011)
Foto: cortesía de EXCÉLSIOR
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
33
MADRES ADOLESCENTES
Los mayores niveles educativos y un mayor desarrollo profesional de la mujer no parecen competir significativamente con la maternidad. En todo caso, su efecto sólo puede hacerse sentir en una postergación en la edad al tener el primer embarazo entre las mujeres más escolarizadas
Foto: cortesía de EXCÉLSIOR
vada probabilidad de producir un embarazo en una época en la cual sólo existían métodos que con muy escasa efectividad evitaban la fecundación del óvulo, o bien, que aquellos más efectivos, como el condón, casi no se usaban, por su poca disponibilidad, los prejuicios alrededor de su utilización y la mala calidad de los productos con los que se elaboraban, que hacían incómodo su uso. En el pasado reciente los padres de las jóvenes que establecían una relación de noviazgo decían que: “el camino a la cama debía pasar por el Registro Civil”, ante el riesgo de un embarazo producto de una relación sexual entre los novios que había que evitar que sucediera antes del matrimonio para no enfrentar la sanción social que conlleva, o el abandono de la novia
34
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
por parte de su pareja, lo que la convertiría en madre soltera. Afortunadamente, las transformaciones que se han producido en la sociedad y a las que la tecnología ha contribuido, han modificado radicalmente algunas de las conductas a través de las cuales nos relacionamos con otras personas, permitiendo que en el caso concreto de las relaciones sexuales, éstas no sean un acto con fines estrictamente reproductivos y el ejercicio de la sexualidad no concluya en un embarazo no deseado. Sin embargo, aunque la tecnología haga posible separar la sexualidad de la reproducción, el acceso a los anticonceptivos es claramente diferencial entre grupos sociales de la población y, por tanto, su existencia no garantiza su uso
57% de las mujeres mexicanas nacidas entre 1964 y 1984 que no alcanzaron a completar la educación primaria tuvieron su primer embarazo antes de cumplir 20 años, mientras que
12%
de aquellas que alcanzaron al menos el bachillerato tuvo su primer embarazo antes de esa edad
si no existe un entorno institucional que lo posibilite y que incida sobre su conocimiento y su uso y modifique actitudes y prácticas que lo limitan. El reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos representa este entorno institucional y constituye un avance sustantivo en la definición integral de la naturaleza de los seres humanos. La modificación del estatus social de las mujeres, a través del incremento en su nivel de escolaridad, su incorporación a la actividad económica más allá del ámbito
doméstico y su participación política ha constituido a su vez el motor del cambio social; sin embargo, entre amplios sectores de la población se sigue considerando que el rol central de la mujer es la maternidad y cualquier otro papel es secundario. Esta idea de la maternidad como rol central en la vida de las mujeres se fomenta a través de los medios de comunicación y la educación en la escuela y la familia, porque garantiza condiciones de subordinación de las mujeres que a determinados grupos de la sociedad les interesa mantener. Según los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud realizada en 2010, la mayoría de las jóvenes de 12 a 19 años, con niveles de escolaridad que no superan la educación secundaria, están de acuerdo con que “la función más importante de la mujer es ser madre”; pero, además, cuatro de cada diez jóvenes que llegaron al bachillerato o la universidad también comparten esta idea. Por otra parte, a diferencia de lo que sucede en países de Europa, en donde porcentajes crecientes de las mujeres deciden no tener hijos, lo que en el caso de Alemania llega al 30%(I), en México, según datos de los censos de población, esta cifra a través del tiempo no supera el 8%. Es decir, mayores niveles educativos y mayor desarrollo profesional de la mujer no parecen competir significativamente con la
El acceso a los anticonceptivos es claramente diferencial entre grupos sociales y su existencia no garantiza su uso si no existe un entorno institucional que lo posibilite m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
35
MADRES ADOLESCENTES
En México se mantiene un ambiente social en el que se
acepta como una situación absolutamente normal que en
prácticamente
uno de cada cinco nacimientos la madre sea una adolescente
maternidad y en todo caso, su efecto sólo puede hacerse sentir en una postergación en la edad al tener el primer embarazo entre las mujeres más escolarizadas, ya que, por ejemplo, entre aquellas que alcanzaron al menos el bachillerato y que forman parte de sucesivas generaciones que nacieron entre los años sesenta y los años ochenta(II), alrededor del 12% tuvieron a su primer embarazo antes de cumplir 20 años; mientras que entre quienes no alcanzaron a completar la educación primaria, el ¡57%! ya tuvo su primer embarazo antes de esa edad(III). La carrera reproductiva de las adolescentes en los sectores con menor escolaridad, y probablemente en condiciones de mayor pobreza, se inicia tempranamente y los derechos sexuales y reproductivos son simplemente retórica, en un contexto so-
cial en el cual la maternidad es lo más importante y la sexualidad se concibe como una práctica ligada exclusivamente a la reproducción. Con los datos disponibles en la fecha de redacción de este artículo, a partir del registro de nacimientos que procesa el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), en 2011 ocurrieron en México al menos 2.2 millones de nacimientos, de los cuales casi 400 mil fueron hijos de mujeres de entre 15 y 19 años de edad, cifra que supera lo observado en años anteriores y en poco más de 7 mil nacimientos, la madre tenía menos de 15 años(IV). Los datos son contundentes, en México, en pleno siglo xxi, se mantiene un ambiente social en el que se acepta como una situación absolutamente normal que
A LA VANGUARDIA En el año 2000, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal emitió la Ley de las y los Jóvenes del Distrito Federal; aquí se reproducen algunos de los artículos de su Capítulo V, que hacen referencia a los Derechos Sexuales y Reproductivos de este sector de la población: Artículo 18. Todas las y los jóvenes tienen el derecho de disfrute y ejercicio pleno de su sexualidad (subrayado del autor) y a decidir, de manera consciente y plenamente informada, el momento y el número de hijos que deseen tener. Artículo 19. El Gobierno debe formular las políticas y establecer los mecanismos que permitan el acceso expedito de las y los jóvenes a los servicios de información y atención relacionados con el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos. Artículo 20. El Plan debe incluir lineamientos y acciones que permitan generar y divulgar información referente de salud reproductiva, ejercicio responsable de la sexualidad, vih-sida, educación sexual, embarazo en adolescentes, maternidad y paternidad responsable, entre otros. Artículo 46. Los y las jóvenes son portadores y al mismo tiempo realizadores de los derechos humanos que a continuación se mencionan: d) A la orientación sexual y ejercicio responsable de la sexualidad, de modo que la práctica de ella contribuya a la seguridad de cada joven y a su identidad y realización personal, evitando cualquier tipo de marginación y condena social por razón de la vida sexual”. Fuente: Ley de las y los jóvenes del Distrito Federal. Asamblea Legislativa. IV Legislatura. Gaceta Oficial del Distrito Federal, 25 de Julio de 2000
36
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
en prácticamente uno de cada cinco nacimientos la madre sea una adolescente y que, además, en un número significativo de nacimientos que ocurren cada año en este país, la madre sea una niña que debería estar en la escuela en lugar de estar cuidando niños. Un análisis más detallado de la información del Registro Civil que pone a nuestra disposición el inegi para este grupo de madres-niñas, muestra que sólo el 40% de los padres del recién nacido son jóvenes menores de 20 años y en una proporción significativa de casos las diferencias de edad entre la madre y el padre son de tal magnitud, que es difícil imaginar que el embarazo no estuvo asociado a una situación de abuso sexual, perpetrada por adultos, que en el seno de la propia familia se oculta. En este contexto tiene poco sentido hacer referencia a derechos sexuales y reproductivos de las niñas, cuando lo que se vulnera son los derechos más elementales reconocidos en la Constitución y en la Ley para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes. Tenemos que estar de acuerdo con la idea de Campbell(V), quien considera que para una joven que a los 16 años ya ha tenido un hijo, probablemente el 90% del guión de su vida ha quedado escrito desde esa edad. En el caso de las niñas que ya han sido madres, sin duda su futuro quedará determinado por el inicio temprano de la maternidad, sin que cuente con los apoyos que le permitan superar esta situación que incrementa su vulnerabilidad. Para el caso de las madres adolescentes entre 15 y 19 años de edad, según los datos del Registro Civil, el 15% se declaró madre soltera y el 60% en unión libre, aunque es posible suponer que en este último grupo en realidad una proporción significativa es madre soltera, porque en el Registro Civil no existe ninguna información adicional sobre el supuesto cónyuge y, por lo tanto, tampoco estas mujeres en “unión libre” parece que puedan superar condiciones que van a limitar su desarrollo y el de sus hijos sin el apoyo del padre. Mientras no existan proyectos de vida
que tengan como objetivo el desarrollo individual para las mujeres que no tienen otras opciones que le den sentido a su vida, la maternidad seguirá siendo su rol principal y para una gran proporción de éstas, este rol se desempeñará desde edades tempranas. No puede suponerse ingenuamente que la referencia que se hace en el Artículo 4º de la Constitución a que “toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos” garantiza el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos; este artículo significa un avance sustantivo en esta materia, pero es claramente insuficiente, especialmente en el caso de los jóvenes. Puede afirmarse que sólo cuando se garantice el acceso a los anticonceptivos eficientes, el reconocimiento a los derechos sexuales y reproductivos dejará de ser simple retórica. Al respecto, apenas se ha avanzado en crear los arreglos institucionales que tengan este objetivo y es el Distrito Federal quien va a la vanguardia en estos temas. Ley de las y los Jóvenes del Distrito Federal representa el reconocimiento pleno de los Derechos Sexuales y Reproductivos de los jóvenes, que no se observa ni en las leyes federales ni en la legislación de las entidades de la República; incluso puede decirse que en la mayoría de las entidades hay retrocesos en esta materia representados, por ejemplo, en la negación al derecho de interrumpir un embarazo no deseado. Por lo tanto, en este contexto, es posible esperar que el embarazo infantil y adolescente mantenga o incluso incremente los niveles observados en años recientes con las consecuencias negativas para el desarrollo de las mujeres que son madres desde edades tempranas. Debe reiterarse que las políticas y programas que desde el Estado impulsen el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes constituirán acciones con un impacto significativo en la vida de las generaciones actuales y en generaciones futuras.•
NOTA:
I. Hans-Peter Kohler, Francesco C. Billari y José A. Ortega (2006). “Low Fertility in Europe: Causes, Implications and Policy Options.” En F. R. Harris (Ed.), The Baby Bust:Who will do the Work? Who Will Pay the Taxes? Lanham, MD: Rowman & Littlefield Publishers, pp. 48-109. II. Las generaciones analizadas, corresponden a mujeres nacidas en los quinquenios 1964-69, 1970-74, 1075-79 y 1980-84. III. Cálculos propios con información de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 2009. IV. Este número representa los nacimientos ocurridos en 2011 y registrados en ese mismo año y en 2012, por lo que el registro en años posteriores de los nacimientos de 2011, hará crecer el total. V. Campbell, Arthur A., (1968), “The Role of Family Planning in the Reduction of Poverty”, Journal of Marriage and Family, Vol. 30, No. 2, pp. 236-245.
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
37
MADRES ADOLESCENTES
Sobre la maternidad precoz
CARLOS JAVIER ECHARRI CÁNOVAS Coordinador del Programa Salud Reproductiva y Sociedad del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales El Colegio de México, A.C.
En el marco de la dinámica demográfica reciente en nuestro país, los adolescentes y sus comportamientos sexuales se han vuelto un tema de creciente interés. A pesar de los problemas de subregistro y registro tardío, Estadísticas vitales muestran que poco más de 17% de los nacimientos ocurridos entre 1985 y 2012 corresponden a una madre adolescente (de menos de 20 años) representa una quinta parte de la población total, alcanzará una sexta parte en 2024 y solo hasta 2043 representará la séptima parte
Uno de los efectos de la transición demográfica es que las cohortes jóvenes son muy numerosas: la población entre 10 y 19 años 100%
FECUNDIDAD CRECIENTE Las estimaciones y proyecciones del Conapo a partir tanto de las Estadísticas vitales y de las diferentes encuestas demográficas y el Censo muestran un rejuvenecimiento de la fecundidad
90% 80% Edad 45-49
La tasa de fecundidad del grupo 15 a 19 (5f15) pasó de representar 11% del total en 1990 a 15% en 2014, en tanto que la 5f20 aumentó su participación de 27% a 29%
70% 60% 50% 40% 30%
40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19
20% 10%
38
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
México: Distribución porcentual de la fecundidad por grupos de edad, 1974-2014
2014
2012
2010
2008
2006
2004
2002
2000
1998
1996
1994
1992
1990
1989
1987
1985
1984
1982
1980
1979
1978
Fuente: Estimaciones del Consejo Nacional de Población
1974
0%
PRINCIPALES REDUCCIONES EN GRUPOS DE MAYOR EDAD La fecundidad adolescente empezó a descender alrededor del año 1983, mientras que para ese año las tasas 5f35 y 5f40 ya se habían reducido a la mitad y la tasa de fecundidad del grupo 30-34 (5f30) era ya solo las dos terceras partes de su valor de 1974 300
Hijos por cada 1,000 mujeres
250
45-49 40-44 35-39
200
30-34 25-29
150
20-24 15-19
100
50
México: tasas específicas de fecundidad por edad, 1974-2014
La política de población puesta en marcha por el gobierno mexicano hace cuarenta años, basada en la difusión de la planificación familiar y la distribución gratuita de anticonceptivos en todas las unidades del Sector Salud, incluso para la población no cubierta por las distintas instituciones de seguridad social, llevó a una fuerte reducción de la descendencia final de las mujeres mexicanas (Zavala de Cosío, 2001; Mier y Terán y Partida, 2001). Sin embargo, no ha sido muy eficaz en lo que se refiere al incremento de los intervalos entre nacimientos y sobre todo a la posposición del inicio de la reproducción. En los últimos 40 años, las tasas de fecundidad de las mujeres jóvenes -de menos de 30 años- han mostrado una ligera alza, pero solo en términos relativos y no en absolutos, lo que nos lleva a una
primera y muy importante distinción: a diferencia de lo observado en Chile (Guzmán et al., 2001) y anteriormente en Estados Unidos y en la Gran Bretaña (Selman, 2002), en México lo que hemos observado es un aumento relativo - no en términos absolutos de las tasas específicas de fecundidad de las menores de 20 años; lo que ha ocurrido es que su ritmo de descenso ha sido menor al de las de otros grupos de edad. Al comparar con otros grupos de edad, parecería que la tendencia a la baja se ha estancado entre las más jóvenes: de hecho, si consideramos el periodo 1990-2014, sólo ha bajado 14.4%, mientras que en el grupo siguiente la reducción ha sido de 31.1%, entre los 25 y 34 años de un tercio, de poco más de la mitad en el 35-39 de dos terceras partes en el 4044 y para las mujeres de mayor edad, de cuatro quintas partes.
2014
2012
2010
2008
2006
2004
2002
2000
1998
1996
1994
1992
1990
1989
1987
1985
1984
1982
1980
1979
1978
1974
0 Fuente: Estimaciones del Consejo Nacional de Población
Otra distinción muy importante es entre los términos “fecundidad adolescente” (aquella que ocurre antes de los veinte años de edad) y el de “madre soltera”. Se trata de conceptos distintos: uno se refiere a la edad en la que las mujeres se convierten en madres y el segundo a su estado civil en el momento en que esto ocurre. De hecho, también hay que diferenciar entre el estado civil –que sólo admite dos categorías: soltera y casada– y la situación conyugal, que hace referencia además a la corresidencia con la pareja o a la existencia de relaciones previas. Desde 2004, los nacimientos registrados provenientes de madres casadas dejaron de ser la mayoría en México y en 2012 solo representaban el 40.5% del total. Los hijos de madres solteras, entendiendo por ello a las mujeres no casadas, han pasado de casi 30% en 1985 a 56.1% en 2011. m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
39
{
}
ME ADR I TE O S RAIDAOLL E S C E N T E S
¿SON EMBARAZOS DESEADOS?
59.5%
51.5%
74.2%
89.1% 85.1%
71.4%
29.7%
30%
29.7%
40%
23.2%
50%
44.0%
60%
62.7% 62.2%
80% 70%
Alto
73.9% 80.0%
Medio
59.2% 49.4%
Bajo
74.7% 65.5%
Muy bajo
90%
90.0%
100%
83.5%
Según los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud, en seis de cada diez casos en que el primer hijo llegó antes de los 20 años la mujer deseaba el embarazo en ese momento. Este porcentaje varía según estrato socioeconómico y la edad al primer hijo. El deseo del primer embarazo aumenta con la edad a la que ocurre; en el caso del embarazo adolescente, hay una clara relación inversa con el estrato socioeconómico
20% 10% 0% <15
15-17
18-19
20-24
25-29
Edad al primer hijo
México 2010: Porcentaje de jóvenes que deseaban el primer embarazo en ese momento, según estrato socioeconómico y grupos de edad al primer hijo
Si nos atenemos a una definición estricta de estado civil, la proporción de hijos de madres solteras es mucho menor y no ha variado mucho, de poco más de 7% a mediados de los ochenta a alrededor de uno de cada diez en los últimos años, con un máximo de 12.8% en 2009. Si consideramos exclusivamente los nacimientos de mujeres menores de 20 años, encontramos que la proporción de madres casadas pasa de seis de cada diez en 1985 a una de cada cinco en 2012; hay un incremento de las madres solteras adolescentes –tomando en cuenta la situación conyugal– de 40% en 1985 a 75.2% en 2012, pero el aumento solo pasa de 11.4% a 15.1% entre los mismos años, con un máximo de 18.5% en 2009 si nos atenemos a la definición restringida al estado civil. Un aspecto que resulta impres-
40
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
cindible considerar en México es el de la maternidad a edades muy tempranas: en los últimos 28 años, de acuerdo con las Estadísticas vitales, en nuestro país ha habido 224,470 nacimientos en los que las madres tenían menos de 15 años(I). Cabe resaltar que estamos ante casos de pederastia, pues es la única forma de llamar estos actos. Recordemos que el artículo 266 del Código Penal Federal establece: “Se equipara a la violación y se sancionará de ocho a treinta años de prisión: I. Al que sin violencia realice cópula con persona menor de quince años de edad”; además, el artículo 262 del mismo ordenamiento dice: “Al que tenga cópula con persona mayor de quince años y menor de dieciocho, obteniendo su consentimiento por medio de engaño, se le aplicará de tres meses a cuatro años de prisión”.
Fuente: Cálculos propios a partir de la Encuesta Nacional de la Juventud 2010.
¿Quiénes son los progenitores en estos casos? No es lo mismo que el padre tenga 15 a que 45 años de edad. Resulta que en el caso de las mujeres que dieron a luz antes de los 15 años entre 1985 y 2012, sólo 2.5% de los padres tenían también menos de 15 años (la proporción baja de 6.5% al inicio del periodo a 1% al final) y uno de cada cinco era menor de edad; la diferencia de edades es de 7.5 años en promedio, con lo que la edad media era de 20 años. Si tomamos a las madres menores de edad, tan sólo 10.8% de los progenitores también tenían menos de 18 años, aunque la proporción se reduce a uno de cada ocho al final del periodo. No estamos ante parejas de chicos a quienes “la hor-
mona venció a la neurona”, sino ante adultos que tienen relaciones sexuales con niñas que no tienen la edad legal de otorgar su consentimiento.
Tres mitos sobre la maternidad adolescente Por lo que toca a las condiciones socioeconómicas y de salud que rodean a la maternidad adolescente, habría que cuestionar varios mitos; primero el del embarazo precoz como causa del abandono escolar: la mayor parte de las adolescentes que tuvieron hijos ya habían dejado de ir a la escuela, según los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud, sólo 15.2% de las jóvenes que tuvieron su primer embarazo antes de los 20 años dejaron la escuela por la maternidad, si bien esta cifra aumenta a 17.7 cuando el embarazo ocurrió antes de la mayoría de edad y alcanza 30.7% en el caso de los embarazos antes de los 15 años de edad. En segundo lugar, que se trata de embarazos no deseados; sin descartar que una parte de estos embarazos, especialmente los de las más jóvenes, hayan podido ser el resultado de relaciones sexuales forzadas. Por otra parte, un tercer mito que habría que derrumbar urgentemente es el de la buena atención que se brinda a esos embarazos y partos. La base de datos del Certificado de nacimiento(II) nos permite evaluar algunos elementos(III) del cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-1993, “Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido. Criterios y procedimientos para la prestación del servicio”. En conjunto, el 82% de los nacimientos entre 2009 y 2012 cumplieron con estas indicaciones de la NOM007, pero al ajustar un modelo multivariado, controlando por la Situación
conyugal; la Derechohabiencia y la Escolaridad de la madre; el Sexo del recién nacido; la Persona que atendió el parto; el Orden de nacimiento; si era Producto de un embarazo único o múltiple; y el Lugar de nacimiento del recién nacido; los Grupos de edad de la madre permanecieron como un factor estadísticamente significativo, el cual explica 9.1% de la varianza de dicho cumplimiento y, de manera muy importante, el que la madre tenga menos de 15 años de edad está asociado a una reducción de 2.7 puntos porcentuales en el cumplimiento de la NOM, de 2.2 puntos cuando tiene de 15 a 17 y de 1.7 cuando está entre los 18 y los 19 años. Lo anterior pone en evidencia que en vez de otorgarle un mejor cuidado a los embarazos adolescentes y sus productos, las madres jóvenes sufren de una discriminación en el acceso a los cuidados a la salud, tanto de ella como de sus hijos por parte del sistema de salud, el cual incluye proveedores tanto públicos como privados. Resulta entonces imprescindible la acción del Estado frente a este fenómeno: además de fortalecer la campaña del Consejo Nacional de Población “La responsabilidad es tuya. Infórmate, es tu derecho. Protégete”(IV), se deben cumplir los compromisos acordados en la Declaración Ministerial Prevenir con Educación, específicamente en lo que se refiere a las metas 4.1: “Para el año 2015, se habrá reducido en 75% la brecha en el número de escuelas que actualmente no han institucionalizado la educación integral en sexualidad, para los centros educativos bajo la jurisdicción de los Ministerios de Educación”, y 4.2: “Para el año 2015, se reducirá en 50% la brecha en adolescentes y jóvenes que actualmente carecen de cobertura de servicios de salud para atender apropiadamente sus necesidades de salud sexual y reproductiva”.
“Puede mejorar” Según una evaluación de su implementación elaborada por organismos de la sociedad civil(V), el avance en lo que corresponde a la Secretaría de Educación Pública es de sólo 42% y el del ámbito de competencia de la Secretaría de Salud en 82%. Califican la inclusión de criterios de la Educación Integral en Sexualidad (eis) en currículo y materiales didácticos respecto a Género y Relaciones interpersonales de “Deficiente” y respecto a la Información sobre salud sexual y reproductiva y vih, Derechos, sexualidad y ciudadanía, Prevención de violencia y Diversidad como “Puede mejorar”. Resaltan que no hay evaluación de programas educativos para determinar grado de implementación de eis y que la implementación de programas de capacitación en eis para todos los niveles educativos a nivel nacional o local ha sido parcial. Por otra parte, consideran que hay una “Amplia” provisión de servicios de salud sexual y reproductiva integrales destinados exclusivamente a jóvenes, en lo que se refiere a Consejería sobre vih y pruebas de detección; tratamiento integral para its; educación y provisión gratuita de condón masculino y femenino; orientación sobre decisiones reproductivas y métodos anticonceptivos. Por lo que toca a la inclusión de sectores clave en el diseño de servicios en salud sexual y reproductiva para jóvenes y adolescentes, existe para expertas y expertos y jóvenes, pero no para la comunidad y familias. Finalmente, se debe trabajar con mayor ahínco en la implementación de acciones para ampliar servicios en salud sexual y reproductiva para jóvenes y adolescentes.•
*Consulta las notas y referencias de este artículo en nuestra página: www.mexicosocial.org m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
41
{
}
ME ADR I TE O S RAIDAOLL E S C E N T E S
ENRIQUETA SUMANO AVENDAÑO Presidenta Fundadora de la Asociación Mexicana para la Salud de la Adolescencia (AMSA), A. C. y miembro de la Academia Mexicana de Pediatría. Es Pediatra, con especialidad en Medicina del Adolescente.
Problema de fondo social Las conductas sexuales de los adolescentes no deben señalarse como responsables únicas de un problema de fondo social. El embarazo adolescente es una manifestación de la cadena de pobreza; los cambios en la estructura familiar que ha perdido su función protectora; la falta de educación de calidad; la ausencia de oportunidades de trabajo para la juventud; y una mayor vulnerabilidad social Panorama General Nuestro país cuenta con 34 millones de adolescentes y jóvenes de 10 a 24 años, el 50% son mujeres, y todos constituyen el llamado bono poblacional, considerado como un escenario que no volverá a repetirse. Lo más preciado de una nación es su recurso humano, por lo que debe propiciarse su preparación y bienestar para favorecer su participación e incrementar el capital financiero y así conseguir estabilidad económica, prosperidad y preservación de su salud y entorno natural. Ante este grupo etario los gobernantes deben tomar en consideración las carencias, fragilidades, desafíos y derechos de los grupos vulnerables, especialmente de las mujeres. Debido a la transición demográfica el número absoluto de adolescentes expuestas a una maternidad temprana es mayor que nunca. En la actualidad la menarca y la activi-
42
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
dad sexual se inician a edades tempranas, lo cual ha favorecido el incremento de embarazos en niñas. Para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (unfpa) se considera la niñez hasta la edad de 18 años. A nivel mundial se presentan cada año 13 millones de embarazos en menores de 20 años. Mientras en Japón la tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años es de 4 por 1,000, el 90% se presenta en países en desarrollo: en África las cifras reportan 150 por 1,000 mujeres adolescentes; en América Latina, en países como Nicaragua, la proporción es de 110 por 1,000; en México la tasa de embarazos en mujeres de 12 a 19 años de edad es 79 por 1,000, y el 19% de los nacimientos provienen de madres adolescentes. Pero el indicador que se considera como reflejo puntual del tema de embarazo es el porcentaje de partos en menores de 20 años atendidos en las instituciones públicas. Los Servicios Estatales de Salud tienen los porcentajes más altos, con 26.5%; imss-
Oportunidades (área rural) 24.5%; y los más bajos están en el imss (ciudades), con 10.1%, y el issste, con 5.3%. La demanda insatisfecha de anticonceptivos es mayor en poblaciones rurales porque las mujeres tienen menor escolaridad, son hablantes de lengua indígena y se encuentran sometidas a tradiciones culturales de discriminación ancestrales. Si las expectativas de mejor calidad de vida se diversificaran, si aumentara la escolaridad y hubiera mejores oportunidades de trabajo remunerado; si se favoreciera la equidad de género y se pospusiera la edad de la unión y la del primer embarazo, entonces disminuirían los embarazos adolescentes relacionados con la pobreza, la falta de escolaridad y las insuficientes oportunidades para las mujeres. Además, “la Organización Mundial de la Salud (oms) considera que en un solo año (2002) 150 millones de niñas han sido víctimas de sexo forzado u otra forma de violencia sexual alrededor del mundo” (Andrews, 2004). También el unfpa estima que de los 7.3 millones de partos de adolescentes menores de 18 años que suceden anualmente, dos millones son de niñas menores de 15 años. En México los embarazos en niñas de esta edad forman un grupo de población
invisible ya que no se incluyen en las Encuestas Nacionales de Dinámica Demográfica (enadid). La información solo puede obtenerse tangencialmente de las Bases de Hospitalizaciones de la Secretaría de Salud, Sistema Nacional de Información en Salud (sinais); Subsistema Automatizado de Egresos Hospitalarios (saeh); Bases de Mortalidad Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), (sinais); Certificados de nacimientos (ipas 2013). El enfoque de su realidad es que en este grupo, además de los factores ya conocidos como la pobreza, se incluyen otros culturales como la aceptación del matrimonio infantil, que no son decisión de la involucrada y reflejan su impotencia y la presión ejercida por los adultos, llámense padres, familia, comunidad. Además, también puede estar involucrada la violación, coerción, abuso sexual que se da dentro de la misma familia (unfpa 2013). En México, de 1990 a 2011, el total de casos de mortalidad materna y por aborto fueron 27,997. De éstos, 3, 473 corresponden a adolescentes de 15 a 19 años y 160 a niñas de 10 a 14 años. En tanto que 2,030 de los casos se vinculan a causas relacionadas con aborto, 259 en adolescentes de 15 a 19 años y 11 en niñas de 10 a 14 años. En general, los datos sobre abortos se-
Foto: cortesía de EXCÉLSIOR
La educación debe ser el inicio, la centralidad; es en ella donde puede trabajarse la prevención. Creer que la abstinencia es una solución es dejarlos desprotegidos, sin opciones para preservar su salud
Los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben discutir su posición restrictiva a la interrupción legal del embarazo no deseado, la inequidad de género y la masculinidad hegemónica que propicia el dominio y violencia sobre la mujer
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
43
{
}
ME ADR I TE O S RAIDAOLL E S C E N T E S
Los riesgos para la salud de los hijos de madres adolescentes son el bajo peso al nacimiento
y la morbimortalidad hasta un 50% mayor, cuando se compara a la de hijos cuyas madres son de edades mayores
guros, es decir los realizados en ambientes con estándares médicos apropiados y legalizados son pocos cuando se comparan con los efectuados en condiciones de riesgo. Esto último es muy frecuente en países en desarrollo, donde el procedimiento no suele ser legal y se calcula que es hasta 98% (Shah y Ahman 2012). La interrupción legal del embarazo (ile) en nuestro país es aceptado sólo en el Distrito Federal desde abril de 2007. En esta entidad del país se tiene un perfil de las usuarias y se conoce el número realizado desde su legalización hasta el 31 de
44
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
diciembre de 2013. El total es de 113,111. Las edades de 11 a 14 años aportan un porcentaje de 0.7; las de 15 a 17 años, 4.7% y las de 18 a 24 años, 47.8%. Esta es la cifra más grande de todas las edades. Las usuarias se encuentran estudiando desde primaria hasta secundaria y preparatoria. Al investigar la manera como el embarazo en adolescentes afecta a las niñas se han puesto de manifiesto tres aspectos: salud, educación y repercusión económica.
Salud La atención prenatal es tardía mayoritariamente, ya que lo propician las características de la misma adolescencia y su entorno sociocultural, tales como: el desconocimiento de sus funciones biológicas; incertidumbre en la aceptación; temores hacia la autoridad paterna; y el rol social de la mujer. Todo esto favorece la presentación de anemia, hipertensión arterial, infecciones, complicaciones de aborto. Los adolescentes y jóvenes tienen tasas más altas de infecciones de transmisión
Madres adolescentes
sexual, que son indicativos de conductas sexuales irreflexivas y sin protección adecuada. El resultado puede ser un embarazo, abortos clandestinos, infecciones o enfermedad inflamatoria pélvica. Un alto porcentaje de adultos con vih lo contrajeron en la adolescencia. Las niñas, por factores biológicos de sus órganos genitales, son más propensas a contraer estos padecimientos. Los riesgos para la salud de los hijos de madres adolescentes son bien conocidos: el bajo peso al nacimiento y morbimortalidad hasta un 50% mayor, cuando se compara a la de hijos cuyas madres son de edades mayores.
Educación Las investigaciones en nuestro país han demostrado que muchas de las adolescentes que se embarazaron ya habían interrumpido sus estudios. Esto confirma que la continuación de la escolaridad es factor protector, ya que las prepara para una mejor subsistencia, apoya a su autoestima, su seguridad y suficiencia económica personal y favorece su posición dentro de la familia y en la comunidad. Nuevas encuestas realizadas en 39 países confirman que las mayores tasas de alfabetización de mujeres de 15 a 19 años se relacionan con tasas considerablemente menores en embarazos.
Repercusión económica El Banco Mundial reportó un estudio en 2012 donde comunica que las inversiones que se hagan en las niñas para prepararlas y mejorar sus aptitudes benefician la economía del país y, contrariamente, los costos de no hacerlo son muy elevados y perjudiciales a corto y largo plazo. Sin embargo, solo se refiere a los costos económicos, pero éstos son menores cuando se comparan con su repercusión social sobre la salud de la madre adolescente y del hijo, el desempleo materno y el aumento en la demanda de atención en los servicios de salud que desde ya se encuentran rebasados. Por lo tanto, cuando una niña permanece en escolaridad tendrá facultades para
posponer un embarazo, prepararse y obtener un mejor empleo e ingresos.
Acuerdos Internacionales A partir de la Convención de los Derechos de los Niños se han llevado a cabo reuniones de la comunidad internacional donde se ha acordado atender las necesidades de desarrollo de los jóvenes y promover su atención integral, lo que incluye la salud reproductiva, y desde la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en El Cairo (1994) se reafirmaron sus derechos a tener servicios e información sobre salud reproductiva, y contar con privacidad, confidencialidad y respeto, teniendo también en cuenta la guía y las responsabilidades de los padres. Los objetivos manifiestos fueron “promover el comportamiento reproductivo y sexual responsable y saludable” entre los jóvenes y así reducir las tasas del embarazo durante la adolescencia. La mayoría de los representantes de los países que asistieron, incluyendo México, firmaron el documento, pero lo cierto es que no los han puesto a funcionar de manera regular y continua si es que lo han hecho.
Qué pasa en México Aquí podemos reconocer tantas culturas juveniles como queramos investigar, ya que el contexto social y económico que nos rodea influye en la expresión de las conductas de este grupo y, de acuerdo con las encuestas realizadas, se han observado diferencias representativas en incidencia, manifestaciones conductuales y tendencias del embarazo en la adolescencia en los diversos estratos sociales (Stern, 2012). Su percepción y aceptación cultural en áreas rurales, donde se concentran numéricamente los embarazos de adolescentes, forman parte del modo de vida de la comunidad. La escolaridad no es tan importante como el matrimonio a edad temprana. Éste destaca en la trayectoria de desarrollo de las y los jóvenes, y el embarazo se espera para confirmarle al hombre su
2 millones DE LOS PARTOS anuales a nivel mundial son de niñas menores de 15 años (unfpa)
Debido a la transición demográfica, el número absoluto de adolescentes expuestas a una maternidad temprana es mayor que nunca
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
45
MADRES ADOLESCENTES
EL DATO Los Servicios Estatales de Salud tienen los porcentajes más altos de partos en menores de 20 años, con 26.5%; IMSSOportunidades (área rural) 24.5%; y los más bajos están en el IMSS (ciudades), con 10.1%, y el ISSSTE, con 5.3%
46
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
masculinidad y a la mujer su fecundidad. Además, el producto podrá ser a posteriori un apoyo en la comunidad. En los sectores medio y alto, donde las jóvenes pueden permanecer en la escuela recibiendo el apoyo familiar, los embarazos son inesperados y, aunque en algunos casos son deseados, manifiestan un desconocimiento de medidas preventivas en la práctica de su sexualidad, aunado a la ausencia de un plan de vida y metas reales para llevarlo a cabo. En los jóvenes, el ejercicio de su sexualidad ha sido tradicional y culturalmente estigmatizada por los adultos, y se considera como una conducta inadecuada que debe ser reprendida y controlada. Sin embargo, paulatinamente se ha llegado a aceptar y reconocer que todos los individuos tenemos “derecho a expresar” nuestra sexualidad de manera responsable, incluyendo a los adolescentes, dando lugar a la declaración de los Derechos Sexuales y Reproductivos de Adolescentes. En las diferentes Reuniones Internacionales Post Cairo ha habido ajustes de discurso, pero no de acciones, y una escasa voluntad política para pasar de la aceptación de los derechos reproductivos al ejercicio de los mismos. En la década de los setenta las políticas de población recibieron apoyo incondicional continuo, propiciando un giro radical que hizo cambiar el concepto demográfico de apoyo al incremento poblacional, familia numerosa, anticoncepción elitista, hacia políticas concretas y acciones precisas que por su eficacia y permanencia disminuyeron considerablemente la fecundidad. México se considera pionero en estas acciones que la Conferencia del Cairo reforzó. Sin embargo, los programas estaban básicamente dirigidos al sector salud, que respondió de manera eficaz en sus diferentes niveles, pero enfocados mayoritariamente a la población unida o en matrimonio y en menor medida a los jóvenes. Los servicios de anticoncepción se han dirigido a los jóvenes y adolescentes con poco éxito hasta la fecha porque esta población había sido considerada como sa-
ludable y no tenían programas especiales. Ellos, hasta la fecha, no acuden fácilmente a los servicios de salud. Solamente las adolescentes embarazadas asisten y los servicios preventivos se ocupan principalmente en la prevención del segundo embarazo. La salud es básica, pero dicho sector no puede trabajar aisladamente, la educación debe ser el inicio, la centralidad, formalizar el conocimiento; es en ella donde puede trabajarse en prevención, lo mismo que en la familia y en los lugares de esparcimiento donde acuden los adolescentes. Sin embargo, hemos sido testigos de que los tibios esfuerzos por hablar de educación sexual en los libros de texto han sido bloqueados por los maestros y aun por los padres de familia, quienes no aceptan los cambios en la expresión de la sexualidad de los jóvenes ni que es necesario responder a sus necesidades reales. Hablar de abstinencia o creer que es una solución a nivel social, es dejarlos desprotegidos, sin opciones para preservar su salud. Los anticonceptivos son otro importante recurso en la prevención del embarazo y deben apoyarse en la planificación familiar para promoverla como componente crítico para el combate a la pobreza, la reducción de la mortalidad materna e infantil, del embarazo no planeado y de las infecciones de transmisión sexual. En este rubro, la problemática se dirige al desabasto; el desconocimiento de su acción protectora; la afectación de la economía por considerarse fuera de los recursos del adolescente; la ignorancia de su uso y de la anticoncepción de emergencia; además de mitos en relación con la afectación negativa de la fecundidad. El apoyo y la difusión de los diferentes métodos, así como la gratuidad de algunos, ha sido la apuesta de algunos países como Cuba y Chile, aunados a la educación sexual para abatir la tasa de embarazos en la adolescencia, habiendo demostrado su eficacia. Aún se desconocen los Derechos Sexuales y Reproductivos de los Adolescentes y los médicos tienen temor de prescribir anticonceptivos a esta población por desconocer las leyes que los protegen y la obligación de indicarlos a aquellos que lo
NO PIENSAN IGUAL La percepción y aceptación en los diversos estratos sociales es diferente a lo largo del país: Áreas rurales. En este ámbito los embarazos adolescentes forman parte del modo de vida de la comunidad y la escolaridad no es tan importante como el matrimonio a edad temprana. El embarazo se espera para confirmarle al hombre su masculinidad y a la mujer su fecundidad Sectores medio y alto. Para este sector de la población los embarazos son inesperados y manifiestan un desconocimiento de medidas preventivas en la práctica de su sexualidad, aunado a la ausencia de un plan de vida y metas reales
soliciten. El médico pediatra y el adolescentólogo tienen una posición privilegiada para proporcionar educación sexual y favorecer la prevención del embarazo en la adolescencia, pueden ser el adulto resiliente a quien acudan sus pacientes en búsqueda de apoyo e información.
Perspectivas En los últimos sexenios fue inexistente la voluntad política para apoyar la agenda de los Derechos Sexuales y Reproductivos de los Adolescentes, por lo que consideramos que es urgente la formulación de políticas claras y decididas para disminuir manifiestamente la fecundidad; los programas deben ser acordes con la realidad y responder a las necesidades de los jóvenes. Así como se ha proclamado el acceso universal a los servicios de salud, éste debe acompañarse de una educación de calidad que proporcione alternativas de desarrollo humano y toma de decisiones. Los programas deben ser actualizados basados en nuevas investigaciones que deriven en planteamientos y acciones
inteligentes. Se deben realizar campañas intensivas de educación y promoción de la salud sexual y reproductiva que tengan continuidad y lleguen a la población rural. Los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben discutir su posición restrictiva a la interrupción legal del embarazo no deseado, la inequidad de género y la masculinidad hegemónica que propicia el dominio y violencia sobre la mujer. Los políticos deben favorecer la capacitación continua del personal de salud y educación con perspectiva de género que incluya a los hombres. La oms (2013) ha hecho seis recomendaciones para la prevención del embarazo precoz y resultados adversos, basados en revisión de la evidencia y experiencia de los responsables políticos: 1) Limitar el matrimonio antes de los 18 años. 2) Reducir los embarazos antes de los 20 años. 3) Aumentar el uso de anticonceptivos. 4) Reducir las relaciones sexuales bajo coacción. 5) Reducir los abortos inseguros, y 6) Aumentar el uso de atención calificada en la atención prenatal, parto y post parto.•
4.7%
DEL TOTAL de interrupciones legales del embarazo en méxico (de abril de 2007 al 31 diciembre de 2013) fueron de adolescentes de 15 a 17 años
0.7%
CORRESPONDIERON A niñas de 11 a 14 años
VIOLENCIA Y MATRIMONIO FORZADO Algunas de las causas del embarazo adolescente son: Matrimonio infantil: un factor cultural que puede ser resultado de la presión de la familia y la comunidad y no tener la aprobación de la involucrada Violencia sexual: violación, coerción y abuso sexual que se da dentro de la misma familia
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
47
{
}
ME ADR I TE O S RAIDAOLL E S C E N T E S
MANUEL DE J. CAMPA G. Especialista certificado “In Tempore” por el Consejo Mexicano de Ginecología y Obstetricia. Es Profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (U.V.) desde 1966; fue Comisionado de Arbitraje Médico del Estado de Veracruz de 1999 a 2008.
Educación sexual en salud reproductiva Una gran parte de la educación sexual es inconsciente: se toma al azar aquello que dicen y ocultan padres y compañeros. Esto produce confusión, ignorancia y sentimientos de culpa
E
l término Educación Sexual se usa para describir el conjunto de actividades relacionadas con la enseñanza, la difusión y la divulgación acerca de la sexualidad humana en todas las edades del desarrollo del aparato reproductor femenino y masculino; la orientación sexual; las relaciones sexuales; la planificación familiar y el uso de anticonceptivos; el sexo seguro; y, más específicamente, la reproducción humana; los derechos sexuales y los derechos reproductivos; los estudios de género; y otros aspectos de la sexualidad humana, con el objetivo de alcanzar una satisfactoria salud sexual y reproductiva. La educación sexual sobre la reproducción describe el proceso en el cual nace un nuevo ser humano, lo cual incluye el embarazo, la fecundación, el desarrollo
48
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
del embrión, del feto y el trabajo de parto. Generalmente también incluye temas como las conductas sexuales, las infecciones de transmisión sexual y su prevención, así como el uso y funcionamiento de los diferentes métodos anticonceptivos y la interrupción del embarazo o aborto. Definir la sexualidad humana desde una perspectiva científica y describirla desde un punto de vista genético, hormonal, fisiológico, anatómico o legal es útil e interesante, pero se considera insuficiente para entenderlo si no se atiende también a factores psicológicos, sociales, antropológicos y culturales (entre los que están los éticos; los morales; los políticos; los religiosos; y los emocionales) La base de muchas de nuestras creencias sexuales, ya sean buenas o malas, correctas o incorrectas, procede de la educación que recibimos en etapas tempranas
El comportamiento sexual humano se dirige a la satisfacción de pulsiones sexuales (libido), a la obtención de placer y a una necesidad de relación íntima; abarca todas las edades del desarrollo, permaneciendo hasta la vejez; y constituye un ámbito fundamental de realización y satisfacción para las personas en un encuentro con otro y consigo mismo
de la vida. Esta educación, particularmente la religión y la historia, refleja conceptos milenarios que se están revisando a la luz de las circunstancias actuales. Es necesaria una actitud abierta, comprensiva y sensitiva para superar los prejuicios y el fanatismo acerca de la sexualidad humana. Los programas de educación en sexualidad son importantes vías para ayudar a la gente a aliviar sentimientos de culpa y angustia. Estos programas cuando están en manos de individuos capacitados, emocionalmente conscientes y se presentan cuidadosa y objetivamente pueden ayudar a establecer actitudes y valores sanos. Tienen gran importancia ya que otras fuentes de información sexual son inadecuadas, incorrectas o llegan muy tarde. La devoción religiosa a menudo no garantiza que no se ejecute actividad sexual premarital; se embarazan por ignorancia y no por el conocimiento de los temas sexuales, esta es la causa del infortunio sexual. Justo es mencionar en este tema la labor desarrollada por Alfred Kinsey, quien inició el estudio de la sexualidad humana basada en conocimientos científicos desde 1938 en la Universidad de Indiana publicando el Primer Informe Kinsey sobre Sexo, y múltiples libros acerca del tema hasta 1956 en que falleció a los 62 años de edad, creándose el Instituto para la Investigación del Sexo, actualmente Instituto Kinsey para la Investigación del Sexo, Género y Reproducción. En 1990 se publicó el Nuevo Informe Kinsey sobre el sexo. En muchos países todavía tiene importancia la virginidad femenina, y la educación sexual impartida en las escuelas promueve la abstinencia como el único método para evitar el embarazo y las infecciones de transmisión sexual. Estas prácticas educativas chocan con cifras que
muestran una alta incidencia de embarazos no deseados en esos países, incluyendo el nuestro. A este respecto se debate si la libertad sexual en los adolescentes es algo positivo o negativo, y si la información sobre el uso de métodos anticonceptivos reduce o incrementa las posibilidades de embarazo o infecciones de transmisión sexual en los jóvenes. A partir de su nacimiento, el humano, al igual que otras especies animales, inicia
La educación sexual debe estar presente en la educación escolar no solo como comunicación sobre sus aspectos biológicos: es preciso incluir información, orientación y educación sobre aspectos afectivos, emocionales y sociales
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
49
{
}
ME ADR I TE O S RAIDAOLL E S C E N T E S
La mayoría de las personas han crecido con una
“cultura de ignorancia sexual”
y actitudes esencialmente negativas hacia el sexo
50
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
un proceso gradual de conocimiento y reconocimiento acerca del sexo. La pubertad se inicia alrededor de los 10 años de edad, en que se activan las hormonas sexuales y se determinan cambios físicos y psicológicos, surgiendo una serie de transformaciones en el aspecto del cuerpo dependiendo del sexo. En esta etapa se alcanza la madurez biológica, pero aún no está completada generalmente la madurez psicológica y social. En este periodo se experimentan emociones contradictorias. Por una parte, aún no se han abandonado ciertos caracteres de la niñez, y a la vez se comienzan a experimentar sensaciones propias del adulto. En esta etapa la búsqueda de una identidad propia es la tarea central. Se crean conflictos e inseguridades. Los conflictos con los padres son numerosos, ya que suelen presionarle y empujarle a tomar decisiones según sus definiciones, y los jóvenes hacen duras críticas a la sociedad y a sus padres. Se crean amistades sólidas. Los jóvenes comienzan a establecer relaciones de pareja. Los padres deben establecer una serie de normas en forma consensuada con sus hijos, y que a partir de ahí los jóvenes puedan tomar sus propias decisiones. Es frecuente confundir y reducir el significado de la sexualidad a la genitalidad. La genitalidad, aunque importante, solamente es una parte de la sexualidad; también es frecuente simplificar el concepto sexualidad limitándolo a la copulación y fecundación. De estas confusiones se deriva la negación de algunos de los padres a que sus hijos reciban educación sexual en la escuela. La educación de la sexualidad se manifiesta en dos categorías: la informal, que todas y todos compartimos y recibimos en la cotidianidad, en el seno de la familia, por la influencia de los medios de información, Internet, entre otros, y la formal, que es el proceso de aprendizaje con una estructura, un programa con propósitos y contenidos, en la que existe una relación didáctica docente-educando. De hecho, la primera se imparte, es recibida y asimilada por todas y todos, pero con la característica básica de que frecuentemente se basa
¿CUÁLES SON? En el XIII Congreso Mundial de Sexología celebrado en 1997 en Valencia, España, se formuló la Declaración Universal de los Derechos Sexuales que posteriormente, el 26 de Agosto de 1999 fue aprobada por la Asamblea General de la Asociación Mundial, y que a continuación mencionamos: 1. Derecho a la libertad sexual 2. Derecho a la autonomía sexual, a la integridad sexual y a la seguridad del cuerpo sexual 3. Derecho a la privacidad sexual 4. Derecho a la igualdad sexual (equidad sexual) 5. Derecho al placer sexual
en mitos, propicia los prejuicios y refuerza papeles genéricos rígidos y estereotipados. La mayoría de las personas han crecido con una cultura llena de ignorancia sexual y con actitudes esencialmente negativas hacia el sexo. La propuesta de la educación formal profesionalizada, en contraste con la informal, es que se fundamenta en información científica, propicia el respeto a la diferencia y flexibiliza los papeles de género, incluso busca desparecer los estereotipos de género. Debe ser impartida por elementos dedicados y convencidos de su misión y deben seleccionarse cuidadosamente para darle cumplimiento correcto La educación sexual debe estar presente en la educación escolar no solo como comunicación sobre sus aspectos biológicos, sino que también es preciso incluir información, orientación y educación sobre aspectos afectivos, emocionales y sociales, de modo que las alumnas y los alumnos lleguen a conocer y apreciar los papeles sexuales femenino y masculino y el ejercicio de la sexualidad como actividad de plena comunicación entre las personas. La salud reproductiva promueve que las personas puedan gozar de una vida
6. Derecho a la expresión sexual emocional 7. Derecho a la libre asociación sexual 8. Derecho a tomar decisiones reproductivas, libres y responsables 9. Derecho a la información basada en conocimiento científico 10. Derecho a la educación sexual general 11. Derecho a la atención clínica de la salud sexual Consciente de la relevancia de la salud sexual y reproductiva, en nuestro país en el presente año el Centro de Equidad de Género y Salud Reproductiva (cnegsr.gob.mx) continúa aplicando el Programa de Acción Específico de Salud Sexual para Adolescentes iniciado hace varios años
sexual segura y que decidan cuándo quieren tener hijos. En este sentido, supone el derecho de hombres y mujeres de estar informados acerca del funcionamiento de sus propios cuerpos y de los métodos anticonceptivos existentes; de esta forma, la salud reproductiva está conformada por diversos servicios y técnicas, incluyendo la educación y los cuidados vinculados a las infecciones de transmisión sexual. Los Derechos Reproductivos se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre estos; a disponer de la información y los medios para ello; y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. También incluye su derecho a adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos de Derechos Humanos, siendo los siguientes: a) Derecho a la salud sexual y de la reproducción: como componente de la salud
general, a lo largo de todo el ciclo vital de las personas. b) Derecho a adoptar decisiones con respecto a la procreación: incluidos la elección voluntaria del cónyuge; la formación de una familia y la determinación del número, el momento de nacer y el espaciamiento de los propios hijos; y el derecho de tener acceso a la información y los medios necesarios para ejercer una opción voluntaria. c) Derecho a condiciones de igualdad y equidad de hombres y mujeres: a fin de posibilitar que las personas efectúen opciones libres y con conocimiento de causa en todas las esferas de la vida, libres de discriminación por motivos de género. d) Derecho a la seguridad sexual y de la reproducción: incluido el derecho a estar libres de violencia y coacción sexuales y el derecho a la vida privada. Es indispensable atender a la población adolescente en educación sexual en salud reproductiva, ofreciéndole oportunidades de desarrollo que compitan con la maternidad, así como hacer accesibles los métodos para evitar un embarazo no deseado. La fecundidad de las mujeres menores de 20 años que alcanzaron el bachillerato representa apenas el 21% de la fecundidad de las que no fueron a la escuela o no alcanzaron a completar la educación primaria (enadid 09). Las personas hablantes de alguna lengua indígena en nuestro país (aproximadamente alrededor de nueve millones de personas residen en hogares indígenas) son los grupos de atención prioritaria en este tema. La visión de la oms en este departamento es lograr que todas las personas tengan el mayor nivel posible de salud sexual y reproductiva; se aspira a un mundo en que se proteja y respete el derecho de todas las mujeres y hombres a gozar de una buena salud sexual y reproductiva, y en el que todas las mujeres y los hombres, incluidos los adolescentes y quienes están marginados o insuficientemente atendidos, tengan acceso a la información y servicios de salud sexual y reproductiva.• m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
51
COLABORACIÓN ESPECIAL
MARISOL VEGA Maestra en Ciencias de la Salud en el área de nutrición, con experiencia en investigación, desarrollo y evaluación de indicadores de salud y nutrición maternoinfantil en poblaciones indígenas del estado de Chiapas. Actualmente es Líder de proyectos de intervención en Salud y Nutrición en la primera infancia en Save the Children, organización con 40 años de trabajo en México.
ALINE TINOCO Maestra en Salud Pública con experiencia en investigación clínica y de políticas públicas. Actualmente trabaja en el diseño de propuestas y gerencia de proyectos de salud y nutrición para niñas y niños en México, al desempeñarse como Oficial de Salud y Nutrición en Save the Children.
52
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
Entre la necesidad, el saber y la fe Históricamente, la partera tradicional(I) ha brindado un servicio importante para la atención de las mujeres durante el embarazo, parto, puerperio y la atención de recién nacidos. Sus prácticas se derivan de construcciones sociales, culturales y religiosas establecidas antes de la llegada de la medicina occidental y responden a una forma holística de entender la vida(II). Sin embargo, aún existen prácticas que ponen en riesgo la salud materna, sobre todo las que tienen que ver con las condiciones higiénicas y seguras para el recién nacido y la mujer durante el postparto
Salud materna
Foto: cortesía de EXCÉLSIOR
Actualmente, las parteras tradicionales desempeñan funciones importantes en la vida de las mujeres, sobre todo en regiones con mayor población indígena. Chiapas es uno de los estados del país en donde menos partos ocurren en unidades médicas: sólo el 60.5% de los nacimientos son atendidos por los servicios de salud, comparado con una media nacional de 94.4%(III)
En un estudio realizado por Save the Children en 2013 en dos municipios de los Altos de Chiapas se encontró que más del 90% de las mujeres entrevistadas dieron a luz en su hogar con la ayuda de parteras tradicionales(IV). De acuerdo con la costumbre de la región, el parto se lleva a cabo con una serie de preparaciones que incluyen la adecuación del espacio y la preparación de comida y baño para la mujer. Es un momento en el que el nacimiento se da rodeado de los familiares cercanos. Al no contar con servicios de salud de calidad, la partera tradicional se vuelve la única alternativa para atender el parto, brindando un servicio local que no implica mayor gasto y tiempo en traslados, que se da en la lengua de origen y en un ambiente de calidez y confianza hacia la mujer. Por otro lado, prevalecen serias barreras en la atención a la salud materna que se brinda por los servicios de salud en Chiapas y en varias regiones de México. Un ejemplo son los casos frecuentes de emergencias obstétricas donde la práctica común para asegurar la supervivencia
de la madre y del bebé suele ser la intervención quirúrgica(V). Asimismo, pese a la existencia de lineamientos nacionales, la separación del recién nacido de la madre es muy frecuente en todo el país. Esto tiene implicaciones de gravedad al excluir a los y las recién nacidos de los beneficios que aporta la lactancia materna durante la primer hora de vida(VI). Las comunidades indígenas de los Altos de Chiapas consideran los conocimientos de la partera como un don divino. Las mujeres que la llevan a cabo reciben la señal, primero atendiendo su propio parto y en algunos casos provienen de generaciones de parteras que les fueron pasando sus conocimientos; tienen entre 20 y 50 años de experiencia y en su mayoría no saben leer o escribir. Suelen ser muy respetadas por su comunidad y a veces incluso por otros municipios. Además de la atención brindada durante el embarazo, parto y puerperio, suelen atender otros problemas de salud en la comunidad, y son consideradas líderes naturales. La construcción de su saber médico
Al no contar con servicios de salud de calidad, la partera tradicional se vuelve la única alternativa para atender el parto, brindando un servicio local que no implica mayor gasto y tiempo en traslados, que se da en la lengua de origen y en un ambiente de calidez y confianza hacia la mujer
m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
53
COLABORACIÓN ESPECIAL
Las complicaciones que puedan presentarse durante el parto son normalmente atendidas por las parteras, sin la intervención de médicos u hospitales, y en el proceso existen varios puntos críticos que exponen a la mujer y al niño a múltiples riesgos a la salud, infecciones y mal control de temperatura
54
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
—“Yo lo tuve, mi primer hijo… lo palpaba y supe qué hacer yo solita cuando nació. Así nomás lo supe, como en sueño llegó: cómo cortar el cordón, cuándo tenía que salir placenta, todo… después lo vieron otras mujeres y llegaban a buscarme y sabía palpar y acomodarlo (al bebé) y les decía: todo va a estar bien, tu bebé está bien acomodado y voy a venir a verte a tu casa y cada vez voy a saber si tú y el bebé están bien”, partera indígena en San Cristóbal de las Casas en la atención que prestan se debe a los años de experiencia, así como a su trayectoria de casos exitosos y a la confianza, fe y proximidad que establecen con las mujeres y la familia(VII).
Atención prenatal Los cuidados prenatales son las acciones de salud que se deben adoptar para tener un embarazo exitoso tanto para la madre como para el desarrollo del bebé(VIII); y generalmente se llevan a cabo en establecimientos de salud basados en un esquema de revisiones mensuales. Este tipo de acompañamiento también es brindado por parteras tradicionales aunque no es reconocido en el sistema de salud. Las parteras visitan a las mujeres en sus hogares una o dos veces por semana, lo cual es mucho más conveniente y económico; como retribución, sólo se les tiene que ofrecer algo de comer y beber. Las visitas inician cuando la mujer se da cuenta que está embarazada, lo que generalmente ocurre alrededor de los cuatro a seis meses de gestación, esto es, una vez que se termina el primer trimestre, el cual es crítico para el desarrollo adecuado del bebé. La preferencia de recibir atención por las parteras radica en que en los servicios de salud muchas veces están lejos, no cuentan con personal suficiente o que hable la lengua. A su vez, es una práctica no reconocida que los profesionales de salud aconsejen a la mujer visitar a la partera para ayudar a poner al bebé en posición adecuada. Esto indica que hay colaboración que puede ser escalada
para crear una red que promueva y vigile la salud materno-infantil a nivel comunitario. La mayoría de las parteras no proveen ningún tipo de consejería en salud materna e infantil más allá de seguir con la alimentación habitual y evitar realizar tareas pesadas. En casos donde la partera determina que algo no está bien, ellas mismas aconsejan visitar al médico: “Yo les digo a las mujeres si están pálidas o ya no comen que vayan a la clínica a pedir sus vitaminas, sus medicinas… saber si van”, partera indígena, San Juan Chamula.
El momento del parto y puerperio Una vez que llegan las señales de inicio de parto, el acompañamiento de la familia es muy importante y es algo que las mujeres mencionan como una experiencia positiva y que ayuda a calmar a la mujer durante el parto. Cuando el momento del alumbramiento se aproxima, la partera masajea el vientre de la mujer hasta que la placenta es expulsada y cuando ya no es percibido ningún latido y se rompe el vínculo con la madre el cordón umbilical es cortado con tijeras limpias(IX) y suele envolverse en un trapo o con vendas. En este proceso existen varios puntos críticos que exponen a la mujer y al niño a múltiples riesgos a la salud, infecciones y mal control de temperatura, principalmente. Las complicaciones que puedan presentarse durante el parto son normalmente atendidas por las parteras, sin la intervención de médicos u hospitales. La
Salud materna
EL DATO 25%de los nacimientos en Chiapas no son registrados
La mayoría de las parteras reportó no estar preparada para dar atención en casos que el recién nacido presente alguna complicación. El éxito de su labor se mide en términos de la supervivencia de la madre, mas no del bebé
elección de trasladar a la madre al hospital en caso de que hubiera complicaciones quedaría en manos de la partera y la familia(X). El parto es celebrado tradicionalmente con comida y pox(XI) con la familia y la partera. La placenta debe ser enterrada en algún lugar de la casa y la tierra que la cubre debe estar bien compactada o el bebé llorará mucho. El acompañamiento de la partera termina con dos o tres visitas pos-
— “A veces cuando aún está embarazada, si es que nuestro cuerpo tiene mucho frío, entonces se mete en el temazcal, para que se caliente el vientre, nazca pronto el bebé y se calme su corazón”, partera indígena, San Juan Chamula.
Foto: cortesía de EXCÉLSIOR
NOTAS: I. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a las parteras tradicionales como: una persona (generalmente una mujer) que asiste a la madre en el curso del parto, y que inicialmente adquirió sus habilidades atendiendo ella misma sus partos o trabajando con otras parteras tradicionales; sin embargo señala que debe incluir, la prestación de cuidados básicos a las madres durante el ciclo normal de la maternidad, la atención del recién nacido, la distribución de métodos modernos de planificación familiar y la intervención en otras actividades de atención primaria de salud, inclusive la identificación y envío de pacientes de elevado riesgo. II. Castañeda X. (1992). Embarazo, parto y puerperio: conceptos y prácticas de las parteras en el Estado de Morelos, Salud Pública de México, vol. 34: 528-532. Jiménez S, Pelcastre B, Figueroa G. (2008). Parteras tradicionales y su relación con las instituciones de salud. Entre la resistencia y la subordinación. RevChil Salud Pública; Vol 12: 161-168. Sánchez – Ramírez G. (2013). Condiciones de parteras indígenas en Chiapas. El Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal (pendiente su publicación). III. Lazcano-Ponce, E., Schiavon, R., Uribe-Zuñiga, P., Walker, D., Suárez-López, L., Luna-Gordillo, R., & Ulloa-Aguirre, A. (2013). Cobertura de atención del parto en México. Su interpretación en el contexto de la mortalidad materna. Salud Pública de México 55, 214-24. m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
55
COLABORACIÓN ESPECIAL
IV. Investigación cualitativa y encuesta de línea base sobre conocimientos y prácticas en torno a la salud materno-infantil en la región de Los Altos de Chiapas, llevada a cabo de julio – septiembre 2013 en 4 comunidades de los municipios de San Cristóbal de las Casas y San Juan Chamula por Save the Children, Chiapas. V. México es un país que rebasa las cifras recomendadas por la OMS en la práctica de cesáreas donde el 45.1% de los nacimientos se dan por cesárea, mientras que laOMS recomienda una proporción de cesáreas necesarias de entre 10 y 15% e indica que por arriba del 20% esta cifra representa una práctica innecesaria. VI. Noriega D, Read C. (2013). Documentación cualitativa sobre conocimientos y prácticas en torno a la salud materno-infantil en la región de los Altos de Chiapas. Save the Children (documento interno). Pelcastre B, Villegas N, De León V, Díaz A, Ortega d, Santillana M. (2005). Embarazo, parto y puerperio: creencias y prácticas de parteras en San Luis Potosí, México. RevEscEnferm USP; 39(4):375-82. Sánchez – Ramírez G. (2013). Condiciones de parteras indígenas en Chiapas. El Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal (pendiente su publicación). VII. Noriega D, Read C. (2013). Documentación cualitativa sobre conocimientos y prácticas en torno a la salud materno-infantil en la región de los Altos de Chiapas. Save the Children (documento interno). VIII. Los métodos de esterilización que se utilizan suelen ser limpiar las tijeras con alcohol o con cualquier antiséptico que tengan a la mano, algunas parteras reportaron que utilizan un tallo filoso para hacer el corte, una vez que el cordón umbilical es cortado se sella del lado del recién nacido con cera de una vela amarilla. IX. Las parteras no suelen mencionar señales o síntomas clave como criterios bien definidos para referir a los servicios de salud. X. Un tipo de aguardiente de caña producido de manera local, que es indispensable para todo tipo de rituales en comunidades indígenas de San Juan Chamula.
56
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
Foto: cortesía de EXCÉLSIOR
teriores al parto para asegurarse de la recuperación de la mujer.
Cuidados del recién nacido La atención del recién nacido por parte de la partera culmina con el nacimiento; la mayoría de ellas reportó no estar preparada para dar atención en casos que el recién nacido presente alguna complicación. El éxito de su labor se mide en términos de la supervivencia de la madre, mas no del bebé. Si bien todas las parteras entrevistadas reportaron que ninguna mujer había fallecido durante los partos que habían asistido, sí hubo casos en donde el bebé nació muerto o falleció los primeros días de vida.
Datos oficiales confirman que en Chiapas, alrededor del 25% de los nacimientos no son registrados(XII). Por otra parte, la importancia del calostro los primeros días de vida no es de conocimiento general y el darlo al recién nacido no es una práctica universal en estas regiones. Algunas parteras reconocen su valor, pero también existen creencias sobre efectos negativos, por lo que a veces se recomienda a la mujer tirarlo en la tierra hasta que su leche tenga un mejor aspecto. Otras ponen al bebé al pecho inmediatamente después del parto sin dar cuenta del aspecto de la primera leche. Lo hacen porque les ayuda a facilitar la expulsión de la placenta.
Salud materna
riesgo de morir o de ser intervenidas quirúrgicamente y en los que la recuperación después del parto es lenta y dolorosa.
Conclusiones Independientemente de la alta tasa de supervivencia del parto con parteras tradicionales, aún existen prácticas que ponen en riesgo la salud materna, sobre todo aquellas que tienen que ver con las condiciones higiénicas y seguras para el recién nacido y la mujer durante el postparto. La inclusión de las parteras como personal calificado en el sistema de salud; el reconocimiento de su importante labor y acercamiento con la población; el fortalecimiento de sus capacidades técnicas y empíricas; y la inversión en la capacitación continua con pertinencia cultural deben ser una inversión clave para reducir la mortalidad y la morbilidad de madres y recién nacidos y una acción estratégica para la reducción de las inequidades en torno al acceso a servicios de salud para las poblaciones indígenas de México.•
XI. Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI]. (2009). A propósito del día de las madres. XII. Sánchez – Ramírez G. (2013). Condiciones de parteras indígenas en Chiapas. El Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal (pendiente su publicación). XII. Sánchez – Ramírez G. (2013). Condiciones de parteras indígenas en Chiapas. El Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal (pendiente su publicación).
LA FUERZA DE LOS ADULTOS MAYORES EN LA TRANSFORMACIÓN DE MÉXICO
La vinculación con los servicios de salud Actualmente los servicios de salud han ganado terreno mas no confianza en la atención del embarazo, parto y puerperio en comunidades indígenas. En el estado han establecido colaboración con redes de parteras tradicionales a las cuales se les ofrece capacitación, insumos y espacios para realizar de manera conjunta la atención integral a la mujer embarazada. No todas las parteras acceden a este tipo de colaboración(XIII), pues reportan que este acercamiento entre ellas y los servicios de salud pone en riesgo su posición en las comunidades. Esto, por la percepción que prevalece sobre los hospitales como lugares en los que aumenta el
El país tiene en sus adultos mayores un potencial insustituible que, aunado a su espíritu emprendedor, debe ser aprovechado por el Estado, a fin de que su experiencia dinamice todos los espacios de la vida pública y se fortalezca la cohesión social. El pri –único partido político que cuenta con una instancia de atención a este sector de la población– es consciente de que estas personas pueden seguir contribuyendo al desarrollo nacional por lo que centra sus ejes de trabajo en el respeto y la protección de los derechos de más de siete millones 700 mil mexicanos que se encuentran en esta etapa. En el tricolor del siglo xxi priva una premisa irrevocable: la experiencia no se jubila. Sin embargo, el tricolor pugna por una vejez con dignidad. Por eso, desde el Gobierno Federal que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto se ha ampliado el programa 65 y más que atiende a 2.5 millones de personas que, sumadas al original de 70 y más, beneficia a 5.6 millones de mexicanos. Se estima que para 2030 la cifra de personas adultas mayores llegará a 13.85 millones, en 2040 crecerá a 18.9 millones, y en 2050 serán 23.13 millones. El pri y el Gobierno de la República se aprestan desde hoy a enfrentar esta transición demográfica con el mejoramiento permanente de estrategias coordinadas y con la actitud abierta para amalgamar los mayores esfuerzos m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL 57 que consoliden la transformación de la vida de los adultos mayores.
COLABORACIÓN ESPECIAL
LUCIA PATRICIA CARRILLO VELÁZQUEZ Investigadora Nacional SNI-I, Académica de la UNAM. Doctora en ciencias de la administración, Maestra en Administración de Organizaciones e Ingeniera en Computación.
La opacidad en los f ideicomisos (Segunda y última parte)
En este ensayo las autoras plantean la necesidad de instrumentar un Sistema Integral Nacional de Transparencia y Rendición de Cuentas que consiste en un proceso permanente de investigación aplicada y desarrollo tecnológico para integrar una estructura modular organizativa en analogía a una red neuronal, cuyos módulos corresponden a cada uno de los programas y planes gubernamentales que integran el universo auditable en sus modalidades de cumplimiento, desempeño y forense. Para ver la primera entrega de este artículo, publicada en febrero de 2014, visita nuestro sitio: www.mexicosocial.org
SARA MURÚA Presidenta de Enclave, Equidad Social y Transparencia, A.C. Ex legisladora de la ALDF en 1997-2000. Autora de la LIAP 1998. Ha sido asesora en la Cámara de Diputados, Inmujeres DF e Indesol, entre otros. Actualmente es consultora independiente en materia de género, política social y Participación Ciudadana.
58
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
La investigación y el desarrollo tecno-científico Partimos de una concepción general, de la administración, en la cual la investigación aplicada consiste en construir, explicar y probar una metodología para la construcción de mgc (Modelos para la Gestión del Conocimiento organizacional) y la aplicación de la investigación habría de asociarse al desarrollo tecnológico de una plataforma informática que pueda soportar el funcionamiento organizativo, así como la captura, el monitoreo, procesamiento y comunicación de información en línea y en tiempo real con el objetivo final de construir un Sistema Integral Nacional de Transparencia y Rendición de Cuentas bajo la Coordinación de la asf, cuyos componentes medulares corresponden a las dimensiones legislativa y operativa.
El componente evidente del Sistema radica en un portal web que funciona como la “puerta” de entrada a un sistema tecnológico e informático que se denomina “Ciudad del Conocimiento” porque apoya y articula la actuación del gobierno durante la operación de políticas públicas, en lo que se refiere a ejes prioritarios y estratégicos, cuyo objetivo central es garantizar el derecho al acceso a la información y también crear la infraestructura operativa que haga realidad el ejercicio pleno de este derecho para toda la población al asegurar el acceso inmediato al proceso de la información en las diferentes entidades de los gobiernos estatales y en lo general de la administración pública, acerca de las Necesidades, Políticas Públicas, Planes, Programas, Acciones y Resultados de las diversas acciones. La transparencia y rendición de cuentas articuladas con el conocimiento ciu-
PRINCIPALES OBJETIVOS PARTICULARES DE LA “CIUDAD DEL CONOCIMIENTO” • Institucionalizar y poner en operación un modelo conceptual de gestión del conocimiento y el desarrollo tecnológico que apoye la administración pública; promueve la creación del conocimiento acerca de los procesos y la operación de acciones y mejores prácticas del gobierno, con la finalidad de apoyar el desarrollo de procedimientos políticos y administrativos adecuados a las necesidades del gobierno y la sociedad. • Fomentar la comunicación en red para el diálogo e interacción entre actores de la Auditoría Superior de la Federación, entidades de gobierno y sociedad en general. • Asegurar la transparencia institucional de la administración pública con la finalidad de atender los requerimientos de fiscalización, transparencia y rendición de cuentas. • Instrumentar medios de comunicación, repositorios de información y contextos virtuales, cuyo funcionamiento en tiempo real tiene la finalidad de poner en operación nuevas formas de relación entre actores de la Auditoría Superior de la Federación, entidades de gobierno y sociedad en general. • Facilitar y automatizar los procesos de recolección de datos, resguardo, sistematización, análisis y publicación de información, con la finalidad de promover las acciones de gobierno, reconociendo y garantizando la participación ciudadana y otros actores de la sociedad en la gestión. Sistema Integral Nacional de Transparencia y Rendición de Cuentas de la Auditoria Superior de la Federación. Portal web de la Ciudad del Conocimiento Fuente: Elaboración de las autoras
dadano que propicia una Ciudad del Conocimiento propician la legitimidad y comprensión social adecuada sobre los problemas del país, los estados y sus municipios, así como sus causas. La investigación consiste en el estudio y articulación de las necesidades del entorno con los objetivos de la asf que resultan en la construcción de una propuesta metodológica y estratégica de gestión, transparencia y evaluación ad hoc a las necesidades organizativas, de fiscalización y transparencia e integrada a un proceso de desarrollo tecnológico para su operación. Para la asf, el diseño y desarrollo de una Plataforma Telemática (pt) permitirá que los actores involucrados en el universo de fiscalización realicen la captura de información sobre los procesos de gestión y resultados, en línea, para que sean procesados en tiempo real. De esta forma es posible conocer la evaluación, rendir
cuentas y fiscalizar de manera simultánea, inmediata y ubicua. Con base en el mgc se plantea la gestión a través del conocimiento y análisis de la congruencia y consistencia entre los objetivos, las metas y los planes de trabajo frente a las normas legales y operativas del marco jurídico en México, para, posteriormente, contrastar con los resultados obtenidos. Para concretar y explicar la propuesta se emplea el caso de los frd, planteamos que la investigación aplicada de este tipo podría ser un recurso que permita observar, reformular y asegurar sistemáticamente la calidad de la gestión y los resultados del Fideicomiso porque se sustenta en la gestión de diversas representaciones de los conocimientos, realizando diversos niveles incrementales de análisis e interpretación para la solución de problemas en la perspectiva de la Gestión del Conocimiento (gc). m ay o 2 0 1 4 MÉXICO SOCIAL
59
COLABORACIÓN ESPECIAL
*Para leer las consideraciones finales de las autoras en torno a esta propuesta, consulta el artículo en su versión electrónica en: www.mexicosocial.org
La gc consiste en llevar a cabo procesos colectivos de creación, evaluación y comunicación del conocimiento de forma paralela, cíclica y sostenida, a través del trabajo colaborativo y de investigación-acciónparticipativa, durante la ejecución de niveles incrementales de análisis que resulten en tres componentes fundamentales: a) Un Modelo Conceptual -de Gestión del Conocimiento- mgc que describe la estructura organizativa y los procesos funcionales sustantivos que articulan integralmente las responsabilidades y actividades operativas de cada una de las instancias involucradas y que incluye los métodos de evaluación de la gestión y resultados b) Un sistema de indicadores de evaluación de gestión y resultados c) Una plataforma tecnológica para instrumentar el procesamiento informático para la operación organizacional y para la evaluación permanente y en tiempo real. El diseño de la plataforma es modular y con una arquitectura abierta, cuya prueba permanente y reformulación de funcionamiento del proyecto posibilite la ampliación de la evaluación al resto de los fdr.
La instrumentación de la metodología que proponemos, así como cada uno de los tres recursos instrumentales se describirá en el siguiente apartado.
Apoyar la acción de transparencia y la efectividad de la fiscalización El objetivo central de la propuesta que planteamos es construir y probar un modelo conceptual de gc para la gestión y evaluación permanente de los actores que son sujetos de fiscalización, tal es el caso de los fdr. Para ello consideramos necesario que los responsables generen instrumentos concretos para la operación y visibilización de los procesos de gestión que se encuentren en curso, específicamente de la evaluación, ya que la transparencia de sus resultados facilita la acción permanente y consistente de fiscalización; estos instrumentos pueden elaborarse en tres fases, cuya clasificación por orden de importancia y utilidad se describe en el siguiente cuadro:
MODELO CONCEPTUAL DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Primera Fase Marco jurídico y procesos normalizados Recursos instrumentales a. Cuestionarios b. Matrices de análisis c. Formatos digitales para captura de la información d. Diseño de procesos matemáticos, operativos e informáticos e. Diseño y Construcción de un prototipo informático f. Publicación periódica de diversos documentos y g. Comunicación con la ciudadanía y actores sociales involucrados a través de h. Eventos, Conferencias o Boletines de Prensa permanentemente Fuente: Elaboración de las autoras
60
m ay o 2 0 1 4
MÉXICO SOCIAL
Segunda Fase Diseño metodológico; descripción de métodos de evaluación, de gestión y de resultados Recursos instrumentales a. Modelo de Gestión del Conocimiento MGC: estructura funcional, normalización de procesos, b. Caracterización y diseño normalizado de un sistema de indicadores de gestión vs indicadores de resultados c. Diseño de procesos informáticos y d. Diseño y Construcción de un prototipo informático
Tercera Fase Estudio empírico y prueba piloto Recursos instrumentales a. Modelo de Gestión del Conocimiento MGC b. Caracterización y diseño normalizado de un sistema de indicadores de gestión vs indicadores de resultados c. Diseño de procesos informáticos d. Diseño y Construcción de un prototipo informático Productos a. Matriz de indicadores de resultados b. Estudio empírico y retroalimentación c. Versión final de la metodología para la Evaluación y Fiscalización d. Presentación para difusión
VIVIENDA
m a y o 2013 MÉXICO SOCIAL
29 49
A単o 3 - No. 46, mayo de 2014, Precio: $35.00 m.n.