Número 69-Abril

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Año 5 - No. 69, abril de 2016, Precio: $40.00 m.n.

México Social

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www.mexicosocial.org "DECÁLOGO PARA LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS", ADELA CORTINA PÁG. 50

Mónica González Laura Vargas Ignacio Rubí Thomas Wissing

Guillem Compte Nashieli Ramírez Norma Barreiro Mauricio Padrón

TRABAJO INFANTIL: Una infancia explotada


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CONTENIDO Fotos: Cortesía Excélsior

es una publicación del

Director General y Presidente del Consejo Editorial Mario Luis Fuentes CONSEJO EDITORIAL Jesús Kumate Rodríguez

Rolando Cordera Campos Carlos Rojas Gutiérrez Enrique Del Val Blanco Fernando Cortés Cáceres Miguel Concha Malo Irasema Terrazas Enrique Provencio Durazo Marcela Rovzar de González

04 Los retos del trabajo infantil Thomas Wissing

EN PORTADA

12 ¿La paradoja del trabajo infantil? Guillem Compte / Mónica González 16 Entre la educación y la explotación laboral Mauricio Padrón 22 A estudiar y jugar, no a trabajar Ignacio Rubí

Mónica González Contró

30 Eliminar el trabajo infantil para reducir el hambre Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en México

Director Editorial Saúl Arellano Almanza

36 Rostros infantiles de la explotación laboral Nashieli Ramírez

Gustavo Gordillo De Anda Nashieli Ramírez

Coordinadora Editorial Laura Ilarraza Gálvez Edición Electrónica Beatriz Aréchiga México Social es una publicación inscrita en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. http://pnmi.segob.gob.mx

40 Realidades y logros del trabajo infantil Laura Vargas 44 Trabajo infantil en Chiapas: del discurso a la acción Norma Barreiro 48 Las cosas del querer LASFernando ENFERMEDADES Savater DE LA DESIGUALDAD

Bernardo Kliksberg

50 Decálogo para la crisis de los refugiados Adela Cortina / José I. Torreblanca 54 Transición alimentaria, malnutrición y diabetes Laura Moreno / Santiago Capraro / Guadalupe Soto Dewi Hernández / Juan José García

México Social, Año 5, No. 69, abril de 2016, es una publicación mensual editada por el Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, S. C. (CEIDAS). Pennsylvania No.86, Col. Parque San Andrés, CP. 04040 Delegación Coyoacán, México, D.F. Tels. 5659-6120 y 5659-6209 www.ceidas.org.mx, informacion@ceidas.org.mx. Editor responsable: Saúl Arellano Almanza. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2014-052912521500-102 ISSN: 2007 - 2600, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Licitud de Contenido No. 15077, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX IM09- 0840. Impresa por Multigráfica Publicitaria S.A. DE C.V. Avena No. 15 Col. Granjas Esmeralda Del. Iztapalapa C.P. 09810 México D.F. Tels. 54451590, 55822344. Distribuida por la Comercializadora GBN S.A. de C.V., Calzada de Tlalpan No.572, Desp. C-302,Col. Moderna, Del. Benito Juárez C.P. 03510, México D.F. Tel. 0155-56188551 Mail: comercializadoragbn@yahoo.com.mx comercializadoragbn@gmail.com este número se terminó de imprimir el 25 de marzo de 2016.

PRÓXIMO NÚMERO: MATERNIDAD ADOLESCENTE

Los artículos e imágenes publicados en esta edición son de responsabilidad exclusiva en su contenido y forma de las y los autores que generosamente contribuyen en nuestra publicación. Sus opiniones teóricas no necesariamente reflejan la postura del editor. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, S. C. (CEIDAS).


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no de los síntomas que alertan en torno a lo torcido que se encuentra nuestro curso del desarrollo es la presencia masiva del trabajo infantil. El fenómeno es de tal magnitud en nuestro país, que hemos perdido de vista lo monstruoso del hecho de que una niña o niño tengan que trabajar para contribuir a la elevación, aun magra, de los ingresos familiares. El filósofo Kant argumentaba, y en esa misma línea lo han sostenido autores contemporáneos como Rawls, que categorías como la Libertad, la Fraternidad, la Justicia y el Bien no pueden tener contenidos específicos, porque ello constriñe la posibilidad de su realización; es decir, este tipo de categorías deben permanecer abiertas, desde su definición, a la posibilidad de “ampliarlas” en su alcance, cada vez que sea posible. Pensando en la categoría de la Justicia, es evidente que su definición es del tipo señalado. Sin embargo, podría establecerse también que su contrario, la injusticia, bien podría pluralizarse, y de hecho, particularizarse, con el propósito de magnificar y dimensionar apropiadamente sus implicaciones y alcances. El fenómeno del trabajo infantil permite ilustrar con toda claridad esta idea: en cada uno de los casos en que una niña o niño es forzado a trabajar, hay una historia de desaliento, de desesperanza, y un conjunto de injusticias y de privaciones que son difíciles de enumerar. Hay que pensar, por ejemplo, en lo que implica la “doble jornada” para una niña o un niño. Hay que imaginar lo duro que debe ser levantar-

Editorial MARIO luis fuentes

se temprano para ir a la escuela y por las tardes tener que trabajar; o bien, levantarse temprano para trabajar y después llegar cansados a sus actividades escolares. Hay que ser capaces de imaginar la frustración que implica para una madre o padre ver a sus hijas privados de la posibilidad de jugar, de convivir con sus compañeras y compañeros; de no tener ni siquiera la expectativa de ropa, juguetes o actividades de esparcimiento, producto de la elección y no de la precariedad impuesta por un sistema económico depredador. Y más todavía, lo que se ha olvidado es que el sistema económico es resultado de un modelo cultural, que deriva a su vez en un sistema de organización social que distribuye de manera terriblemente inequitativa las tareas y los beneficios sociales, construyendo además perversos ciclos de reproducción de la fractura ética en la que estamos sumidos desde hace ya bastante tiempo. Por esta razón es importante asumir como meta en el corto plazo la erradicación del trabajo infantil. Porque también de manera perversa, hay discursos que alientan la confusión entre el trabajo enseñado como valor ético para la realización personal y el trabajo infantil como mecanismo subsidiador de una economía social y éticamente deficitaria en todos sus sectores y ramas productivas. Esta confusión, sumada a la necesidad concreta y cotidiana de millones de familias, es la que lleva a la enseñanza de artes y oficios desde edad temprana, pero no como actividad lúdica o formativa, sino en negocios familiares, pequeñas empresas o en sectores mar-

Integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM; institución en la que también es Coordinador de la Especialización en Desarrollo Social del Posgrado de la Facultad de Economía; Investigador del Programa Universitario de Estudios sobre el Desarrollo; y titular de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas. Es Director general del CEIDAS, A.C.

cados por la crueldad, como el agropecuario, como sustituto de mano de obra asalariada. La categoría que se impone en este ámbito es, por necesidad, la del trabajo digno. Por ello el Estado mexicano no puede seguir postergando la decisión de intervenir con toda su fuerza para restituir el carácter efectivamente remunerador del salario, entendido como el principal instrumento para el acceso al consumo ético e inteligente. Por ello no puede seguirse postergando la decisión de construir un sistema universal de seguridad social lo más amplio y vasto posible, que garantice justicia social (así de abstracto y amplio) para toda la población; y por ello no puede seguirse deteniendo la construcción de un sistema educativo, universal, laico y gratuito y de calidad, desde el prescolar hasta la universidad. Erradicar el trabajo infantil implica contar con un fuerte Estado de Bienestar, comprometido con la sustentabilidad ambiental, y capaz de intervenir para equilibrar las ya intolerables condiciones de expoliación que privan en nuestra sociedad. Sólo así podremos construir un México apropiado para la niñez; que sería, sin duda alguna, un México apropiado para todas y todos.

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Trabajo infantil

Los retos del

trabajo infantil en México por THOMAS WISSING

En los cruces de nuestras ciudades; en los talleres familiares y tiendas de abarrotes de nuestros barrios; en los campos agrícolas y la agricultura familiar; en los centros turísticos y en el trabajo doméstico; muchos niños, niñas y adolescentes están dejando su infancia para ganar unos pesos que se supone contribuyen al sustento económico de sus familias. Sin embargo, este trabajo a temprana edad, más que beneficios, ocasiona una serie de daños, problemas y secuelas, algunas irreversibles SOBRE EL AUTOR: Director de la Oficina de Países de la OIT para México y Cuba

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Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

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Trabajo infantil

¿Qué es el trabajo infantil, según la OIT?

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l término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Para ello, el Convenio núm. 138 de la OIT (1973) sobre la edad mínima establece que la edad legal para trabajar “no deberá ser inferior a la edad en que cesa la obligación escolar, o en todo caso, a quince años” I . La idea central de este Convenio es asegurar el derecho a terminar la educación obligatoria antes de comenzar a trabajar. Obliga, además, a establecer en por lo menos 18 años la edad mínima para cualquier trabajo que “por su naturaleza o las condiciones en que se realice pueda resultar peligroso para la salud, la seguridad o la

En México

moralidad de los menores” II . Es decir, protege también a los adolescentes de entre 15 y 17 años que ya tienen edad de trabajar a no ser expuestos a situaciones peligrosas o nocivas para su salud y desarrollo. Adicionalmente, el Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil (1999) urge a los Estados Miembros de la OIT tomar medidas para la eliminación inmediata de la esclavitud; la venta y la trata de niños; la servidumbre por deudas; el trabajo forzoso; el uso de niños en conflictos armados; el reclutamiento para la prostitución o las producciones pornográficas; la utilización de niños para actividades ilícitas como el tráfico de drogas; y cualquier otro trabajo que ponga en peligro el desarrollo físico, mental o moral de la niña o el niño III .

2.5 millones de niñas, niños y adolescentes trabajan

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No todas las tareas realizadas por las niñas y los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. Por lo general, la participación de niñas, niños o adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Cabe citar, por ejemplo, la ayuda que prestan a sus padres en el hogar, la colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades pueden ser provechosas para el desarrollo de los pequeños; les proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayudan a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta.

Probablemente exista cierto subregistro de aquellos niños y niñas que, como hijos e hijas de trabajadores migrantes, se incorporan de manera invisible al trabajo agrícola o doméstico, doblemente vulnerables por su situación de indocumentados


¿Cuál es la situación del trabajo infantil en México? El mapa del trabajo infantil coincide en gran medida con el mapa de la pobreza. Donde haya más familias en condición de vulnerabilidad, bajos ingresos y exclusión social, el riesgo del trabajo infantil es varias veces más alto que en el promedio de la población. De 2007 a 2013, México ha logrado disminuir el número de ni-

ños, niñas y adolescentes que trabajan de 3.6 a 2.5 millones. Esto significa el 8.6% de la población entre 5 y 17 años. De ellos, una tercera parte tiene edades por debajo de los 15 años, que es la edad mínima que la Constitución establece para poder trabajar. Una de cada tres es una niña. Una tercera parte labora en actividades

agrícolas, muchas veces en trabajos peligrosos. Probablemente exista incluso cierto subregistro, por ejemplo, de aquellos niños y niñas que, como hijos e hijas de trabajadores migrantes, se incorporan de manera invisible al trabajo agrícola o doméstico, doblemente vulnerables por su situación de indocumentados.

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Trabajo infantil

¿Por qué es importante sumar esfuerzos? El trabajo a temprana edad, aun aquél que quizás no sea peligroso por sí mismo, seguramente afectará el desarrollo educativo. Los datos demuestran la dificultad de conciliar el trabajo con la educación. La tasa general de inasistencia escolar de niños y niñas entre 5 y 17 años en México está cerca del 7%. Sin embargo, entre aquellos que están trabajando, la tasa de abandono escolar se eleva casi al 36%, cinco veces más que el promedio IV. Aproximadamente una cuarta parte de ellos laboran una jornada completa, equivalente a 35 horas o más a la semana. La pérdida de un empleo; la muerte del padre o de la madre; una enfermedad o una incapacidad; la falta de una pensión o una pensión insuficiente tienen como consecuencia que el ingreso familiar ya no alcance para enfrentar los gastos de alimentos, educación, salud y vivienda. En esta situación, muchas familias recurren a sus hijos para asegurar el ingreso familiar necesario. Ello se agrava, particularmente en el caso de los jornaleros agrícolas, pues las familias tienden a emigrar en busca de trabajo y, en

los lugares de destino, generalmente tienen acceso limitado a servicios de salud, educación o su inclusión en programas sociales, sobre todo si su estancia es temporal. Todavía enfrentamos una gran tolerancia social que justifica el trabajo infantil para apoyar al ingreso de las familias o aprender un oficio. La Ley está muy clara al respecto: las personas menores a 15 años deben tener la oportunidad de estudiar e ir a la escuela; y las y los adolescentes de entre 15 y 17 años tienen derecho a un trabajo decente en condiciones seguras, como lo marca el artículo 176 de la Ley Federal del Trabajo V. Es menester señalar además que la aportación económica real de los niños y las niñas al ingreso familiar en general es sobreestimado, incluso para el caso de las familias más pobres: solo uno de cada cuatro niños que trabajan recibe una remuneración arriba del salario mínimo VI, y cada peso que un niño o una niña gane hoy implica tiempo dedicado al trabajo en vez del juego, de la educación o de la recreación y muy probablemente empobrece sus perspectivas de un mejor futuro.

La tasa general de inasistencia escolar de niños y niñas entre 5 y 17 años en México está cerca del 7%. Sin embargo, entre aquellos que están trabajando, la tasa de abandono escolar se eleva casi al 36%, cinco veces más que el promedio 8

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¿Cómo se puede lograr un México libre de trabajo infantil? En 2013 se creó la “Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida en México”, para coordinar los esfuerzos institucionales bajo un marco común de protección de derechosVII. Durante 2013-2014, las 32 entidades federativas constituyeron comisiones con el mismo propósito; y en junio de 2014, el Senado de la República adoptó una reforma constitucional para elevar la edad mínima de 14 a 15 años. Finalmente, en abril de 2015, México ratificó el Convenio núm. 138. Los avances de los últimos años demuestran que los esfuerzos conjuntos de gobiernos, empleadores, trabajadores, organizaciones de la sociedad civil y una mayor conciencia de la población en general han rendido frutos y que sí es posible avanzar hacia la eliminación todo el trabajo infantil en un plazo razonable. Sin embargo, existen todavía

2.5 millones de razones para continuar con estos esfuerzos. La OIT reconoce que el trabajo infantil no se elimina simplemente por buena voluntad o por ley. La sociedad en su conjunto debe construir alternativas reales y viables al trabajo infantil. En este sentido, los avances legislativos de los últimos años son de suma importancia para normar la conducta de una sociedad que se ha acostumbrado a relativizar los efectos nocivos del trabajo a temprana edad. Para lograr un México libre de trabajo infantil, solo la acción conjunta de todos los actores involucrados y una estrategia integrada por varios elementos puede rendir frutos sostenibles. Esta acción conjunta debe articular dos objetivos fundamentales: la erradicación del trabajo infantil (crear alternativas para los 2.5 millones de niños, niñas y adolescentes) y la prevención (evitar que en épocas de crisis vuelven a incorporarse niños, niñas y adolescentes al trabajo, antes de la edad permitida).

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Trabajo infantil

En alineación con la campaña “Diez por la infancia” de UNICEF, se podría formular el siguiente “Decálogo para erradicar el trabajo infantil en México”:

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Trabajo decente: La estrategia más importante es sin duda la generación de alternativas de ingreso para los padres y madres, para que no recurran a la mano de obra de sus hijos para asegurar la sobrevivencia de la familia.

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Educación de calidad: El acceso efectivo a una educación de calidad, incluyendo ayudas de transporte; becas escolares para las familias más pobres; mejoramiento de la infraestructura; contenidos relevantes para el futuro de los niños y niñas; y métodos de enseñanza apropiados para cada edad.

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Protección social: La OIT sostiene que para romper el círculo vicioso del trabajo infantil y la pobreza resulta necesario construir pisos de protección social que protejan a todas las personas de las familias en situación de vulnerabilidad y riesgo de trabajo infantilVIII. Esto implica acceso a programas de transferencias en efectivo y en especie como “Prospera”; acceso gratuito a servicios de salud y atención médica para familias de escasos recursos; prestaciones de maternidad; protección social para personas con discapacidad; seguros de desempleo; y sobre todo acceso a una pensión digna.

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Combatir la tolerancia social: Para romper con el mito de que el trabajo infantil no haga daño, es importante lanzar campañas que informen objetivamente sobre los riesgos y señalen alternativas. La campaña Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

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“México libre de trabajo infantil” es un buen ejemploIX. El combate al trabajo infantil no debe agotarse en foros, eventos y otras acciones puntuales de gran visibilidad. El trabajo infantil es un reto estructural que requiere también –y sobre todo– una visión conjunta y estratégica de todos los actores que tenga como horizonte el mediano y largo plazo.

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Decisiones informadas: Es importante que quienes tomen decisiones cuenten con bases de datos y líneas base, información estadística relevante y evidencia empírica sobre modelos de intervención exitosos. El “Módulo de Trabajo Infantil” de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que el INEGI y la Secretaría del Trabajo levantan cada dos años proporciona una riqueza enorme de datos sobre el fenómeno; sin embargo, esta fuente está todavía subexplotada para definir y desarrollar intervenciones estratégicas de política pública o acciones prioritarias de la sociedad civil.

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Cumplimiento de la ley: Si bien no hay que criminalizar a los padres que involucren a sus hijos al trabajo, sí es necesario reorientar y sancionar a quienes abusen de la mano de obra infantil en una relación comercial. Para ello, es preciso fortalecer mecanismos como la inspección de trabajo, auditoria social e incluso denuncia penalX.

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Estrategias y acciones coordinadas: Ninguna institución, por más voluntad o presupuesto que pueda aportar, por sí sola estará en condiciones de generar las alternativas necesarias al trabajo infantil. Se requiere de una articulación de las intervenciones laborales, sociales, educativas y económicas y la participación de la STPS, del DIF, de la SEP, de la Secre-

taría de Economía, de la SEDESOL; de la coordinación con programas con los estados; y de la convocatoria y activa participación de las organizaciones de empleadores y trabajadores, como mínimo.

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Priorizar peores formas: Es necesario concentrar los esfuerzos y recursos en un inicio en la eliminación inmediata de las peores formas de explotación, con base en calendarios y metas concretas.

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Enfoque en grupos vulnerables: Los niños, las niñas y las y los adolescentes de madres solteras, de trabajadores migrantes, de pueblos indígenas; las niñas en trabajo doméstico; y los que viven en zonas de alta incidencia del crimen organizado merecen especial atención e intervenciones específicas.

NOTAS: I. Convenio núm.138, Art.2, 3. II. Convenio núm.138, Art.3, 1. III. Convenio núm.182, Art.3 IV. En la Ciudad de México, la relación es once veces más: 3% inasistencia escolar en general versus 33% de los que trabajan. V. El Art.176 de la LFT señala como “trabajo peligroso” entre otros largas jornadas de trabajo, trabajo nocturno, insalubre o cualquier otro que afecte la integridad física o mental de las personas. VI. ENOE, Módulo de Trabajo Infantil, INEGI-STPS, 2013 VII. http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=53 02215&fecha=12/06/2013 VIII. Véase la Recomendación núm.202 de la OIT sobre Pisos de protección social. IX. La campaña ha sido impulsado por la STPS, con el apoyo de la Fundación Panamericana para el Desarrollo, la CONCAMIN, la OIT y varios otros actores. X. La contratación de menores de 15 años para el trabajo es tipificado como delito.

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Articulación regional y global: La vinculación con la Iniciativa Regional para una América Libre de Trabajo Infantil, con el Día Mundial contra el Trabajo Infantil (este año con el lema de erradicarlo en las cadenas de valor) y con la Agenda 2030 fortalecen el sentido y el impacto de las actividades locales y nacionales. Las niñas y los niños tienen el derecho a una vida saludable, feliz y productiva. Cuando los padres reciban un salario suficiente para mantener a sus familias; cuando los niños reciban una educación de calidad; cuando las familias gozan de una protección social efectiva contra las adversidades de la vida; y cuando la sociedad en su conjunto proteja sus derechos, México paulatinamente se puede convertir en un país libre de trabajo infantil.

El trabajo no es cosa de niños y el trabajo infantil no es destino.

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TRABAJO INFANTIL

¿La paradoja del

trabajo infantil? por GUILLEM COMPTE / MÓNICA GONZÁLEZ

SOBRE LOS AUTORES: Mónica González Abogada General de la UNAM. Es Doctora en Derechos Fundamentales por la Universidad Autónoma de Madrid, 2005 y Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 2.

Guillem Compte Licenciado en Ciencias Políticas, con Maestría en Psicología Clínica. . Autor de artículos sobre el derecho al juego, la institucionalización de la participación infantil, y ciudadanía e infancia. Entre 2010 y 2013 fue el representante español en FICE International, una red global de organizaciones de cuidados alternativos de niñas y niños. Asumió una vicepresidencia de FICE de 2011 a 2013.

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La perspectiva de los derechos humanos El derecho al trabajo está reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, entre otros instrumentos jurídicos. Entonces, si se trata de un derecho humano, como establecen estos documentos, su titularidad debería ser universal, es decir, corresponde a todas las personas por el simple hecho de serlo. Sin embargo, en la actualidad hay un extendido consenso social sobre la conveniencia de que las niñas y niños no trabajen. Este acuerdo se ha expresado incluso en la prohibición expresa de trabajar para las personas menores de edad, así como compromisos internacionales en contra del trabajo

y la explotación infantil. Nos enfrentamos entonces ante una aparente paradoja, pues si aceptamos que el trabajo es un derecho humano, éste debe ser universal y, por tanto, corresponder a niñas y niños, si es que éstos son personas. Por otra parte, si partimos del supuesto de que este derecho no debe corresponder a las personas menores de edad (por lo menos de cierta edad), entonces debemos concluir que no se trata de un derecho humano, con todas las consecuencias que esta afirmación implica. Cabe señalar que esta paradoja no es exclusiva del derecho al trabajo, sino que se presenta en todos aquellos derechos de los que están excluidos las niñas y niños en razón de su edad, por ejemplo el derecho a contraer matrimonioI. Ante esta aparente paradoja, proponemos la tesis de la interdependencia de los derechos, la cual


explicaremos a continuación.

Interdependencia de los derechos humanos La interdependencia de los derechos es un principio de interpretación generalmente aceptado de los derechos humanos. Este principio está contenido en el artículo 1º de la Constitución mexicana a partir de la reforma de 2011: “Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley”. Según la doctrina jurídica la interdependencia implica que el disfrute de un derecho depende de la realización de otro derecho o grupo de derechos (Vázquez-Serrano, 2011, pp. 152-153) y que las obligaciones correlativas son igualmente exigibles (p. 155). Sin embargo, proponemos profundizar un poco más en este concepto para aplicarlo a los derechos de niñas, niños y adolescentes y su problemática relación con el derecho al trabajo. En este sentido, planteamos el concepto de “momento” de un derecho. En una red interdependiente cada derecho tiene ciertos momentos, determinados por

la dinámica de la propia red y la situación en la que la persona o colectivo se encuentran, en los que se hace más relevante y se expresa objetivamente en la acción exterior. Por ejemplo, idealmente las personas acceden a un trabajo digno cuando han llegado a cierto punto de madurez psicosocial y cuentan con preparación para desarrollarse en el puesto de trabajo. Sin madurez (niñas/niños) o preparación (sin educación) es difícil argumentar que el trabajo puede ser digno y no explotador. En la red de derechos interdependientes con el derecho al trabajo los momentos del derecho al desarrollo humano (CDN art. 27) y a la educación (CDN arts. 28 y 29) son anteriores al momento del derecho al trabajo. Pero el derecho al trabajo no se cumple solamente cuando llega su momento. De hecho, se cumple también mediante la satisfacción anterior de los derechos al desarrollo y a la educación, porque sin esos cumplimientos la persona no puede acceder a un trabajo digno. En otras palabras, en la red de interdependencia los derechos tienen sus momentos de objetivación en la acción exterior, que es lo que tradicionalmente se ha llamado “ejercicio” o “cumplimiento”. Sin embargo, tomando la red como sujeto de análisis debemos hablar de un cumplimiento colectivo a través de la dinámica de expresión de los diversos derechos durante sus momentos.

Por tanto, el derecho al trabajo también se cumple con los momentos (entre otros) de los derechos al desarrollo integral y a la educación, y no hay contradicción en decir que la prohibición del derecho al trabajo para niñas y niños, que garantiza el derecho a su desarrollo y educación, es compatible con el cumplimiento del propio derecho al trabajo.

Niñas y niños en negocios familiares y espectáculos La reforma a la Ley Federal del Trabajo, publicada en 2012II, introduce disposiciones en relación con la participación de niñas y niños en negocios familiares y en espectáculos, actividades artísticas, deportivas o científicas, que, desde la perspectiva de la interdependencia de los derechos, lesionan gravemente otros derechos de niñas, niños y adolescentes. El artículo 22 bis señala que “cuando las autoridades del trabajo detecten trabajando a un menor de 14 años fuera del círculo familiar, ordenará que de inmediato cese en sus labores”. Esto quiere decir, en una interpretación a contrario sensu, que la Ley permite el trabajo de personas menores de catorce años cuando sea dentro del círculo familiar, que el mismo artículo define como “los parientes del menor, por consanguinidad, ascendientes o colaterales; hasta el segundo grado”. Si bien desde antes de la reforma laboral ya se

No hay contradicción en decir que la prohibición del derecho al trabajo para niñas y niños, que garantiza el derecho a su desarrollo y educación, es compatible con el cumplimiento del propio derecho al trabajo

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TRABAJO INFANTIL

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El artículo 175 bis que establece que no se consideran trabajo para las personas menores de catorce años “las actividades que bajo la supervisión, el cuidado y la responsabilidad de los padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad, realicen los menores de catorce años relacionadas con la creación artística, el desarrollo científico, deportivo o de talento, la ejecución musical o la interpretación artística en cualquiera de sus manifestaciones”. El criterio fundamental no es la interdependencia de derechos, sino la pertenencia o no al círculo familiar, asumiendo que la familia no sólo conoce sino que entiende la necesidad de asegurar su observancia. Desafortunadamente, los datos cuestionan esa suposición, pues en una encuesta reciente casi un tercio de padres afirmaron que los niños no tienen derechos porque son menores de edad o tienen los derechos que sus padres les quieran dar

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Un derecho no ejercido, como el derecho al trabajo en la infancia, no queda ni suspendido ni anulado sino que en realidad se cumple mediante la realización de otros derechos a los que está vinculado, como el derecho a la educación y al esparcimiento contemplaba en el artículo 352III que “no se aplican a los talleres familiares las disposiciones de esta Ley, con excepción de las normas relativas a higiene y seguridad”, la modificación legal refuerza la idea de que el trabajo en el contexto familiar no es trabajo. Por otra parte, la reforma introduce el artículo 175 bis que establece que no se consideran trabajo para las personas menores de catorce años “las actividades que bajo la supervisión, el cuidado y la responsabilidad de los padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad, realicen los menores de catorce años relacionadas con la creación artística, el desarrollo científico, deportivo o de talento, la ejecución musical o la interpretación artística en cualquiera de sus manifestaciones”, y establece una serie de reglas para ello: contar con la autorización de quienes ejercen la patria potestad; respetar los derechos contenidos en la Constitución mexicana, en las leyes y en los tratados internacionale; no interferir con su educación y esparcimiento ni atentar contra su integridad física o salud; y recibir una remuneración igual a la que recibiría una persona mayor de catorce años y menor de dieciséis. Las disposiciones mencionadas no toman en consideración algunos derechos reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Ado-

lescentes, como los derechos al juego, a la participación, a la integridad personal, entre otros. A pesar de que esta ley está diseñada para tomar en cuenta los tratados internacionales que se posicionan en contra del trabajo infantilIV, el criterio fundamental no es la interdependencia de derechos, sino la pertenencia o no al círculo familiar. Este enfoque relega el cumplimiento de los derechos de niñas y niños a la periferia, asumiendo que la familia no sólo conoce sino que entiende la necesidad de asegurar su observancia. Desafortunadamente, los datos cuestionan esa suposición. En una reciente encuesta casi un tercio de padres afirmaron que los niños no tienen derechos porque son menores de edad o tienen los derechos que sus padres les quieran dar (Fuentes Alcalá, et.al., 2015, p. 102). Controlando por nivel educativo, seguramente este porcentaje es mayor.

Conclusiones La aparente contradicción entre la universalidad del derecho al trabajo y las disposiciones al respecto en la Convención de los Derechos del Niño se resuelve con la introducción de un marco interpretativo basado en la interdependencia de derechos. Concretamente, la evolución de la constelación de la red interdependiente de derechos marca distintos momentos de expresión objetiva de determinados derechos. Esto signifi-

ca que un derecho no ejercido, como el derecho al trabajo en la infancia, no queda ni suspendido ni anulado sino que en realidad se cumple mediante la realización de otros derechos a los que está vinculado, como el derecho a la educación y al esparcimiento. La Ley Federal del Trabajo podría beneficiarse de esta visión más amplia y profunda, que sustituye la preocupación por reglamentar detalles para centrarse en un principio. NOTAS: I. Precisamente en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, publicada en el Diario Oficial de la Federación, se contempla la prohibición de matrimonio antes de los 18 años de edad para toda la República. Anteriormente cada entidad federativa tenía la facultad de establecer la edad a partir de la cual se podía contraer matrimonio. La mayoría de las leyes contemplaban los 14 años para las mujeres y 16 años para los hombres. II. Los artículos 22 bis y 175 bis fueron parte de la llamada “Reforma laboral” publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de noviembre de 2012. III. El artículo 352 no fue reformado en 2012. IV. En concreto la Convención sobre los Derechos del Niño, el Convenio sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación (Convenio 182 de la OIT) el Convenio sobre la edad mínima de admisión al empleo de la OIT (Convenio 138).

REFERENCIAS: I. Fuentes Alcalá, M.L, González Contró, M., Padrón Innamorato, M. y Tapia Nava E. (2015). Conocimientos, ideas y representaciones acerca de niños, adolescentes y jóvenes ¿Cambio o continuidad? En Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales, México, D.F., UNAM. II. Vázquez, L. D. y Serrano, S. (2011). Los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Apuntes para su aplicación práctica. En M. Carbonell y P. Salazar (Coords.), La reforma constitucional de derechos humanos: un nuevo paradigma (pp. 135165). México D.F: IIJ-UNAM.

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Trabajo infantil

Entre la educación y la

explotación laboral por MAURICIO PADRÓN

SOBRE EL AUTOR: Doctor en Estudios de Población por el Colegio de México, A.C. Investigador titular de Tiempo Completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Es Coordinador del Grupo Científico sobre Mercados Laborales de la Sociedad Mexicana de Demografía mauriciopadron@gmail.com

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ste documento tiene como propósito poner sobre la mesa algunas de las características, elementos o factores asociados al trabajo infantil, con miras a brindar herramientas para la lectura, la discusión y el análisis de una realidad que, como los datos indican, involucra a un número de niñas, niños y adolescentes (NNA) por demás significativo. Entonces, no se busca hacer una revisión exhaustiva y profunda del fenómeno, sino sola-

mente indicar o delinear dimensiones, ejes o rasgos que se consideran fundamentales para su entendimiento y posible explicación. Así, y como forma de dimensionar el fenómeno, es posible afirmar que actualmente ninguna región del mundo está libre de trabajo infantil. De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2013), en 2012 aproximadamente 168 millones de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) con edades entre los 5 y los 17 años se en-


Actualmente ninguna región del mundo está libre de trabajo infantil

En 2012 aproximadamente 168 millones de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) con edades entre los 5 y los 17 años se encontraban en situación de trabajo infantil, de los cuales 12.5 millones vivían en la región de América Latina Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

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Trabajo infantil

De acuerdo con los datos del Módulo de Trabajo Infantil 2013, en México 2,536,693 NNA de 5 a 17 años de edad trabajaban; de este total 1,708,797 son niños y 827,896 son niñas, entendiendo que la población ocupada es aquella que realizó una actividad económica en la semana anterior al levantamiento de la encuesta (INEGI, 2014) 71.2

70.6

69.4 POBLACIÓN OCUPADA DE 5 A 17 AÑOS POR SEXO, SEGÚN GRUPOS DE EDAD 5a9 años

23.3

23.8

23

6.1 NACIONAL

14 a 17 años

6.8

5.8 HOMBRE

10 a 13 años

MUJER

Fuente: Módulo de Trabajo Infantil 2013. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

contraban en situación de trabajo infantil, de los cuales 12.5 millones vivían en la región de América Latina. Si bien estos datos reflejan una realidad adversa, es de reconocer ciertos avances en su combate. Entre 2008 y 2012 la población infantil mundial ocupada disminuyó en 47 millones, al pasar de 215 a 168 millones. En el caso mexicano, las cifras también muestran una disminución, pues entre 2011 y 2013 la población de 5 a 17 años en situación de trabajo infantil disminuyó en poco más de 500 mil. Es importante mencionar que el supuesto desde el que se parte reconoce que el trabajo infantil es un fenómeno por demás complejo, que en muchos casos es invisibilizado por desarrollarse en el ámbito privado (trabajo doméstico en el propio hogar), o “cuasiprivado” (como el trabajo desarrollado en un negocio familiar). En este sentido, la fuente de información también imprime cierta dificultad añadida,

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dado que las actividades que se busca analizar son intermitentes y muchas veces no son consideradas como trabajo, por lo que resultan poco valoradas y difíciles de medir (Padrón y Navarrete, 2012).

Educación, pobreza y cultura: elementos clave Si bien la perspectiva asumida admite tantas definiciones como formas asume el fenómeno, la literatura sobre el tema ha mostrado que la educación, la pobreza y la cultura son tres elementos clave para su comprensión. Por lo tanto, la descripción, el análisis y la explicación de este fenómeno obligan a considerar los contextos sociales, políticos, culturales, económicos, históricos y jurídicos que lo rodean, de forma tal que la perspectiva no solo conceptual sino también interpretativa tengan un carácter integral y multidimensional.


Entonces, desde lo cultural el tema del trabajo infantil ha generado polémica, ya que muchos creen que es normal que los niños colaboren desde pequeños con las tareas del hogar y ayuden a sus familias. Es así que, de acuerdo con Anker (2000), la cultura actúa fundamentalmente sobre el trabajo infantil a través de su naturalización y lo considera como una instancia de aprendizaje, capacitación y compromiso con las responsabilidades, con base en las tradiciones y costumbres sociales y familiares. Desde la educación o la escolaridad, y en paralelo al sistema de normas y valores, se reconoce que un mayor nivel educativo de los padres permite considerar, según Canagarajah y Coulombe, 1997; Ray, 2000; Mier y Terán y Rabell, 2001, las ventajas que la escuela tiene en el futuro de los hijos, de manera que la educación familiar se convierte en una forma probable de romper con la reproducción in-

tergeneracional del trabajo infantil. Es decir que NNA con padres o madres más educados tienen menos probabilidad de trabajar, haciendo que la escolaridad funcione como un mecanismo protector de la participación económica de NNA. El tercer elemento vinculado con lo económico indica que, aunque la pobreza explica una parte importante del fenómeno, de acuerdo con los estudios existentes, la relación entre ambas situaciones no es determinante ni tan fuerte como suele presentarse (Gunnarsson et al., 2005).

El cuarto componente: el género Adicionalmente, aunque no menos importante, es imprescindible ubicar al género como un factor crucial para referirse, entender y explicar el trabajo infantil. A pesar de que el trabajo infantil consti-

tuye una violación de los derechos de la infancia (tanto de los niños como de las niñas), estas últimas comienzan por lo general a trabajar a una edad más temprana que los niños, especialmente en las zonas rurales, donde el trabajo infantil es más frecuente. Además, son las niñas las que suelen trabajar más en el hogar que los niños. Como consecuencia de la influencia de los papeles tradicionalmente asignados a cada género, muchas niñas (aunque no es exclusivo de ellas), se ven privadas de su derecho a la educación o deben hacer frente a lo que se denomina la triple carga: tareas domésticas, trabajos escolares y trabajo propiamente dicho, sea remunerado o no, y que en general es desarrollado fuera del hogar. Desde este aspecto es importante destacar que aunque se reconoce el efecto de las actividades domésticas no remuneradas que realizan los niños y las niñas

Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

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Trabajo infantil

63.59

El trabajo infantil es más frecuente en las zonas rurales, y son las niñas quienes suelen empezar a trabajar a una edad más temprana, principalmente en el hogar POBLACIÓN DE 5 A 17 AÑOS DE EDAD POR SEXO, SEGÚN TIPO DE ACTIVIDADES, 2013

54.16

31.44 25.37

HOMBRES MUJERES

1.84 0.15 Solo ocupados

2.50 1.69 Ocupados y quehaceres domésticos

2.14

0.40

Ocupados y estudian

4.95 3.51 Ocupados, quehaceres domésticos y estudian

1.91 Solo estudian

4.84

Solo quehaceres domésticos

1.06 0.46 Quehaceres domésticos y estudian

Otras actividades

Fuente: Módulo de Trabajo Infantil 2013. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

en sus propios hogares sobre su desarrollo escolar, no existe pleno consenso entre los especialistas sobre el número de horas después de las cuales las actividades domésticas impactan de manera negativa en la educación; de igual manera, poco se ha avanzado en la medición, identificación y delimitación de las actividades domésticas peligrosas, e incluso hay debate en considerarlas o no como trabajo; aspectos en los cuales es necesario continuar investigando. Es por estas cuestiones, en lo general, que los instrumentos jurídicos resultan insuficientes para garantizar los derechos de niñas y niños, justamente porque no consideran contextos concretos; es decir, situaciones que no pueden identificarse claramente como trabajo de acuerdo con las definiciones legales, pero que constituyen actividades que dificultan o impiden claramente el ejercicio de otros derechos de las NNA (González y Padrón, 2012).

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Trabajo, infancia y derechos mos que constituyen enfoques Además de las limitaciones del derecho en el sentido descrito, resulta interesante observar la distancia existente entre la “realidad jurídica” y la “realidad social”. En repetidas ocasiones los temas vinculados con la titularidad y garantía de los derechos han sido abordados de una manera simplista e inadecuada, haciendo evidente que las leyes son necesarias pero no suficientes para cambiar percepciones, actitudes y valores. En el caso de los derechos de niñas, niños y adolescentes esta realidad es patente, debido a los obstáculos que su incorporación como titulares plenos de derechos ha tenido tanto en el ámbito teórico como práctico Quizás una manera de ejemplificar la idea anterior provenga de la posibilidad de identificar los dos posicionamientos políticos respecto al trabajo infantil, a saber, el abolicionista y el proteccionista, mis-

condicionantes para las acciones de los organismos públicos, privados o sociales en la materia. El enfoque abolicionista considera que el trabajo infantil es nocivo y vulnera los derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), argumentando que afecta negativamente la educación, la salud y la seguridad ocupacional y personal de las niñas y los niños. Desde esta óptica, el trabajo infantil se plantea como un problema social a ser eliminado, ya que se percibe a la infancia como una etapa de preparación para la vida adulta que requiere de cuidados especiales; se considera que el trabajo de las niñas y niños va en detrimento de esta etapa formativa porque atenta contra su educación y salud mental y física. Desde el enfoque proteccionista, o también llamado de valoración crítica o enfoque centrado en el sujeto, la premisa es la valoración


El trabajo infantil incide negativamente en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, y afecta su presente y su vida futura crítica del trabajo infantil, y se destacan los aspectos positivos, tratando de recuperar las potencialidades de una experiencia laboral que forma parte del proceso socializador. Desde esta posición se considera que el trabajo no es negativo en sí mismo, sino en función de sus características y de su desempeño. Este enfoque defiende el derecho de niñas y niños a trabajar y se le otorga a la actividad temprana un carácter formativo-cooperativo, donde sólo se condena la explotación. En definitiva, el reconocimiento del estatus de sujetos de derechos de niñas, niños y adolescentes supone una modificación en las visiones respecto de su función social. La familia, la escuela y la comunidad se convierten en espacios privilegiados para posibilitar su desarrollo, a partir del lugar que se asigna a la niñez y a la adolescencia. Ahora, si bien en el ámbito académico existe consenso acerca de que el trabajo infantil incide negativamente en el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes, que afecta su presente y su vida futura, conviene preguntarse si hay una construcción social al respecto. Posiblemente sean varias las respuestas, ya que, como se decía antes, muchas veces el trabajo infantil está oculto, y en otras ocasiones está naturalizado, ya sea porque se percibe como inevitable, como estrategia de supervivencia o como algo positivo, asociado al valor formativo del trabajo en la niñez. Es más, cabe cuestionarse si las tareas que impiden la asistencia a la escuela o que obstaculizan el aprendizaje e incluso llevan al

abandono escolar pueden ser concebidas como educativas o formativas para el futuro.

Conclusiones El trabajo infantil tiene múltiples causas relacionadas con factores culturales, sociales, económicos y políticos, constituyéndose en un problema social donde está presente la pobreza y, sobre todo, la pobreza extrema, la desigualdad, la inequidad en el reparto y acceso a las oportunidades (educación, trabajo, servicios), el desempleo, la marginación, entre otras. Desde la perspectiva de la OIT (2013), son cinco los factores que causan el trabajo infantil y que están estrechamente relacionados. Los tres primeros (pobreza, educación y normas sociales) pueden vincularse con la oferta de mano de obra infantil e inducir a los progenitores a integrar a sus hijos en sus propios negocios, parcelas o granjas, o incluso en el mercado de trabajo. Los otros dos se relacionan con la demanda de trabajo infantil, ya sea de los negocios y granjas familiares o de otros tipos de empresas. Ahora, definir el trabajo infantil como problema público pone el acento en el hecho de que no sólo se trata de un asunto relevante, sino que representa una de las caras más visibles de otra serie de problemas, casi siempre interdependientes. El trabajo infantil, en consecuencia, se considera un asunto de interés general, toda vez que debe ser centro de atención del Estado, pero también de los sectores público, social y privado.

BIBLIOGRAFÍA: I. Anker, Richard (2000), “La economía del trabajo infantil. Criterios para su medición”. En Revista Internacional del Trabajo. Vol. 119, Núm. 3. II. Canagarajah, S. y Coulombe, H. (1997). “Child Labor and Schooling in Ghana”. En Policy Research Working. Paper 1844. The World Bank. Washington, D. C. III. González Contró, Mónica y Mauricio Padrón Innamorato (2012), “Encuadre normativo y empírico para un diagnóstico del trabajo infantil en México”. En Oñati Socio-Legal Series. Vol. 2. Núm. 2. Gipuzkoa. España. IV. Gunnarsson, Victoria; Peter F. Orazem y Guilherme Sedlacek (2005). “Changing Patterns of Child Labor around the World since 1950: The Roles of Income Growth Parental Literacy and Agriculture”. En Social Protection Discussion Paper. Banco Mundial. Washington, D.C. V. INEGI (2014). Resultados del Módulo de Trabajo Infantil (MTI) 2013. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Aguascalientes. México. VI. Mier y Terán, Marta y Cecilia Rabell (2001). “Condiciones de vida de los niños en México, 1960-1995”. En José Gómez de León y Cecilia Rabell (eds.). La población de México. Tendencias y perspectivas sociodemográficas hacia el siglo XXI. Fondo de Cultura Económica y Consejo Nacional de Población. México. VII. OIT (2013). Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil Estimaciones y tendencias mundiales entre 2000 y 2012. Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC). Ginebra. Suiza. VIII. Padrón Innamorato, Mauricio y Emma Liliana Navarrete (2012). “Una mirada sobre el trabajo infantil en México. El Modulo de Trabajo Infantil de la ENOE”. En Coyuntura Demográfica. Sociedad Mexicana de Demografía. Ciudad de México. México. IX. Ray, R. (2000). “Poverty, household size and child welfare in India”. En Economic and Political Weekly. Vol 35. Num. 39. Bombay. India.

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TRABAJO INFANTIL

A estudiar y jugar,

NO a trabajar por IGNACIO RUBÍ / STPS

E SOBRE EL AUTOR: Subsecretario de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México; y, Miembro del Colegio de Licenciados en Ciencias Políticas y Administración Pública

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n este artículo nos proponemos sumar a las diversas voces y actores que se han propuesto combatir el fenómeno del trabajo infantil en México, desde un espacio gubernamental, y compartir la visión institucional del trabajo cotidiano que se realiza en favor de los niños, niñas y adolescentes con el objetivo de sacarlos de los espacios laborales e incorporarlos a las escuelas en el nivel básico hasta su terminación, y que desarrollen las capacidades que les proporcionen mayores elementos si su condición económica familiar precisa de incorporarse a actividades productivas posteriores y que puedan forjarse un mejor futuro. Para comenzar, tenemos que decir que el reconocimiento del trabajo infantil como un desafío público permite hacer

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conciencia de su relevancia, y visibilizar los problemas interdependientes que se dan a su alrededor, como la pobreza, la inequidad, la deserción escolar, la desnutrición y la fractura de la posibilidad de acceder a mejores oportunidades laborales y educativas en el futuro, entre otros factores. El tema genera una exigencia moral a los países del mundo y sus gobiernos, para buscar e implementar políticas de atención deliberadas e integrales, proactivas e incluyentes, que garanticen a la población infantil el ejercicio pleno de sus derechos. Según estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la causa principal del trabajo infantil es la pobreza y el escaso ingreso familiarI; sin embargo, aun con el escaso ingreso producto del trabajo infantil, las familias continúan en la pobreza y se perpetúa su condición de


A nivel mundial millones de niñas, niños y adolescentes están obligados a trabajar en condiciones peligrosas e insalubres que afectan seriamente su desarrollo físico, intelectual y emocional Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

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TRABAJO INFANTIL NIÑAS Y NIÑOS EN EL MUNDO EN SITUACIÓN DE TRABAJO INFANTIL Grupo de edad de 5 a 17 años (millones)

La causa principal

245.2

del trabajo infantil es la

222.2

pobreza, la cual persiste

215.2

en las familias incluso

167.9

con el escaso ingreso producto del trabajo infantil, perpetuando su condición de vulnerabilidad 2000

2004

2008

2012

Fuente: “El Trabajo Infantil en México: Avances y desafíos”. Biblioteca Mexicana del Conocimiento. Gobierno de la República. México, 2015.

vulnerabilidad. Este hecho da como resultado un círculo vicioso que seguirá reproduciéndose si se mantienen alejados del Sistema Educativo Nacional a niñas, niños y adolescentes que trabajan. La complejidad y multicausalidad del trabajo infantil exige que se le enfrente con políticas y programas integrales e intersectoriales, a través de estrategias nacionales y locales; por ello, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social fortalece el reconocimiento de la conceptualización del trabajo infantil como el primer paso para la creación de condiciones políticas y jurídicas que favorezcan a niñas, niños y adolescentes que realizan actividades laborales a temprana edad. En ese sentido, la concepción de trabajo infantil adoptada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social expresa lo siguiente: “la participación de una niña, un niño o un adolescente en una actividad productiva que se realiza al margen de la ley, ya sea por debajo de la edad

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mínima de admisión al empleo de acuerdo al marco jurídico nacional, prohibida por su naturaleza o condición de exposición, por ser peligrosa e insalubre y que puede producir efectos negativos, inmediatos o futuros, para su desarrollo físico, mental, psicológico o social y/o que, por las largas jornadas, limiten o impidan el disfrute de sus derechos humanos y laborales, en especial la asistencia o permanencia en la escuela”II. El trabajo infantil en cifras A nivel mundial millones de niñas, niños y adolescentes están obligados a trabajar en condiciones peligrosas e insalubres que afectan seriamente su desarrollo físico, intelectual y emocional, limitando con ello la posibilidad de aprovechar las oportunidades futuras para acceder a niveles de vida más dignos. A su edad el ideal es que estudien y desarrollen actividades lúdicas.


TRABAJO INFANTIL POR REGIÓN A NIVEL MUNDIAL Grupo de edad de 5 a 17 años, 2012 (millones)

NOTAS: I. OIT-IPEC, “Trabajo infantil: Causa y efecto de la perpetuación de la pobreza”, 2007. II. Definición adoptada por la Secretaría del Tra-

Asia y el Pacífico

bajo y Previsión Social, integrada a partir de los

77.7

indicadores de la “Resolución de la Decimoctava Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo”, en Ginebra 2008, vista en el Taller de Análisis del Módulo de Trabajo Infantil.

África Subsahariana

III. Gobierno de la República. Secretaría del

59.0

Trabajo y Previsión Social. “El trabajo infantil en México: Avances y desafíos”. Biblioteca Mexicana del Conocimiento. México, 2015. IV. Idem.

América Latina y el Caribe

12.5

V. Organización Internacional del Trabajo. Oficina Regional para América Latina y el Caribe. “Trabajo Decente y Juventud en América Latina, Políticas para la acción”. Lima, Perú. 2013.

Oriente Medio y África del Norte

9.2

Fuente: “El Trabajo Infantil en México: Avances y desafíos”. Biblioteca Mexicana del Conocimiento. Gobierno de la República. México, 2015.

73.0

EDAD DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS EN SITUACIÓN DE TRABAJO INFANTIL

La conceptualización

222.2 Información por grupo de edad, 2012

del trabajo infantil es el primer paso para la

47.3

47.5

creación de condiciones políticas y jurídicas que favorezcan a niñas, niños y adolescentes que realizan actividades laborales a temprana edad

5 a 11 años

12 a 14 años

15 a 17 años

Fuente: “El Trabajo Infantil en México: Avances y desafíos”. Biblioteca Mexicana del Conocimiento. Gobierno de la República. México, 2015. MÉXICO SOCIAL Abril 2016

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TRABAJO INFANTIL

POBLACIÓN OCUPADA EN MÉXICO de 5 a 17 años (millones)

En México, para 2013, la entidad federativa que concentró la mayor tasa de ocupación infantil fue

3,808,687 3,229,582

Colima, con un 14.3% de

3,077,069 2,536,693

un total de 165 mil niñas, niños y adolescentes que habitan en el estado; en números absolutos la

2007

2011

2009

2013

cifra asciende a 23,595

Fuente: “El Trabajo Infantil en México: Avances y desafíos”. Biblioteca Mexicana del Conocimiento. Gobierno de la República. México, 2015.

Los motivos por los que las niñas y los niños trabajan son: el 23.3% para “pagar su escuela y

ACTIVIDADES EN LAS QUE SE OCUPAN NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES 30% 26%

gastos propios”; el 22.5%

25%

porque “el hogar necesita de su trabajo”; el 22.4% 13%

“por gusto o solo por ayudar”; y el 13.5% para

4%

“aprender un oficio” Agropecuario

Comercio

Servicios

Industria Construcción

2% No especificado

Fuente: “El Trabajo Infantil en México: Avances y desafíos”. Biblioteca Mexicana del Conocimiento. Gobierno de la República. México, 2015.

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Ninguna región del orbe se halla libre de este fenómeno. El trabajo infantil como fenómeno histórico-social, cultural y político no tiene carta de naturalización, no conoce fronteras, y ha encontrado en la globalización un aliado potencial para extenderse por todo el mundo. El reto es enorme: hablando con números, en 2012 casi 168 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad en el mundo se encontraban en situación de trabajo infantil; esto equivale a 11% de la población total de niñas, niños y adolescentes. De este universo, 85.3 millones realizan un trabajo peligroso. Información de la OIT da cuenta, sin embargo, de importantes progresos en el combate al trabajo infantil a nivel mundial, toda vez que durante los años 2008-2012 la población infantil ocupada disminuyó 47 millones, al pasar de 215 a 168 millones. Las diferencias con que se presenta este fenómeno a nivel regional son considerables. En Asia y el Pacífico se registra un mayor número de niñas, niños y adolescentes en esta condición con un total de 77.7 millones; mientras que en el África Subsahariana existen 59 millones; en América Latina y el Caribe presentan 12.5 millones y 9.2 millones se encuentran en

Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

el Medio Oriente y África del norte. Por grupos de edad, las niñas y los niños de entre 5 y 11 años representan la mayor proporción en situación de trabajo infantil en el mundo: 73 millones en términos absolutos y 44% del total. En los grupos de edad de 12 a 14 y de 15 a 17 años las cifras son prácticamente iguales: 47 millones en términos absolutosIII. A nivel mundial el sector que registra mayor ocupación laboral es la agricultura concentrando el 59% de las niñas, niños y adolescentes trabajadores; en términos absolutos, se podría hablar de más de 98 millones. Otras actividades en que se ocupan preponderantemente los 54 millones restantes de este grupo de población se encuentran en la rama de los servicios, que incluye el trabajo doméstico, 11.5 millones, y 12 millones en la industria, principalmente en la economía informal. Después de revisar el contexto internacional, es necesario decir que los avances en torno al tema del trabajo infantil en México son alentadores, aunque existen todavía 2.5 millones de razones más que alientan las tareas de combate contra este fenómeno. Datos del INEGI contenidos en el Módulo de Trabajo Infantil (MTI) 2013 a-

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TRABAJO INFANTIL Colima Guerrero Puebla Guanajuato Nayarit Zacatecas Oaxaca Tabasco Michoacán Campeche Chiapas Jalisco Quintana Roo Sinaloa Durango San Luis Potosí Nacional Yucatán Tlaxcala Sonora Hidalgo Morelos Coahuila Tamaulipas Veracruz Aguascalientes Nuevo León Baja California Sur Estado de México Distrito Federal Baja California Querétaro Chihuahua

5.0% 4.5% 4.2%

14.3% 13.9% 13.6% 13.2% 12.7% 11.9% 11.7% 11.5% 10.9% 10.9% 10.9% 10.3% 10.0% 9.5% 9.4% 9.2% 8.6% 8.4% 8.1% 7.7% 7.6% 7.5% 7.4% 7.2% TASA DE OCUPACIÓN 6.9% LABORAL DE 6.7% NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES 6.4% DE 5 A 17 AÑOS 6.2% 5.7% POR ENTIDAD FEDERATIVA

3.1%

0%

2.5%

5%

7.5%

10%

12.5%

15%

Fuente: Módulo de Trabajo Infantil (MTI), 2013.

rrojan resultados positivos. Al comparar la población infantil ocupada de 5 a 17 años en 2013, respecto del año 2007, se presenta una reducción de 33.4% en el número de niñas, niños y adolescentes ocupados. Un dato aún más revelador es que durante el periodo 2011-2013 la población de 5 a 17 años en situación de trabajo infantil en nuestro país disminuyó en más de 500 mil, al pasar de 3.0 a 2.5 millonesIV. De estos 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes ocupados, 1,165,167 no recibe ingresos y el 36% únicamente trabaja, abandonando por completo el sistema educativo. Las actividades que desarrollan responden a los sectores observados a nivel

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internacional: la mayor cantidad se encuentra en el sector agropecuario, con el 30%; en actividades comerciales el 26%; en el sector servicios el 25%; el 13% está en la industria; el 4% en la construcción y solo el 2% no está especificado. Los motivos por los que trabajan son: el 23.3% para “pagar su escuela y gastos propios”; el 22.5% porque “el hogar necesita de su trabajo”; el 22.4% “por gusto o solo por ayudar”; y el 13.5% para “aprender un oficio”. En el país, para 2013, la entidad federativa que concentró la mayor tasa de ocupación infantil fue Colima, con un 14.3% de un total de 165 mil niñas, niños y adolescentes que habitan en el estado; en números

absolutos la cifra asciende a 23,595. Este hecho obedece a distintas variables, como la pobreza; el acceso limitado a educación de calidad; tecnologías de producción obsoletas; mercados laborales disfuncionales; acceso limitado a bienes públicos y medios de producción; tolerancia a la participación infantil en actividades productivas; así como marcos institucionales débiles y permisivos. Sin este contexto que nos evidencia la realidad que se vive en el escenario mundial, dentro del cual México no es ajeno, sería imposible imaginar la magnitud de este problema que atañe no solo a los gobiernos, sino a los organismos internacionales y nacionales encargados


de dar seguimiento y generar datos más actualizados sobre la situación del trabajo infantil. Además del aspecto estadístico que funge como un mecanismo para visibilizar la problemática a la que alude este artículo, México ha impulsado diversas políticas y modificaciones constitucionales con el fin de acoplar las leyes nacionales a los convenios internacionales de la OIT, en favor de la configuración de un escenario en el que niñas, niños y adolescentes sean sujetos de derechos. Andamiaje jurídico-normativo y programático La normatividad internacional que conforma los esfuerzos para erradicar el trabajo infantil incluye a la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, el Convenio 182, relativo a la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación, así como el Convenio 138 sobre edad mínima para trabajar estandarizada en 15 años, ambos de la OIT. Instrumentos ratificados por México, que establecen los estándares en materia de derechos humanos, condiciones generales de trabajo, seguridad y salud en el trabajo, los cuales reconocen la importancia del mejoramiento de las condiciones de vida de niñas, niños y adolescentes. Ante este compromiso internacional, México se posiciona en el concierto de naciones y establece una Política Nacional para prevenir y erradicar el trabajo infantil y proteger a los adolescentes trabajadores

en edad permitida, atendiendo al cumplimiento de la normatividad en materia de derechos humanos y considerando el principio del interés superior de la niñez. En este sentido, el gobierno de la República, ha promovido una serie de cambios normativos en las leyes nacionales a fin de combatir el trabajo infantil en el país. En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículos 1º y 4º, se puntualiza que todas las personas disfrutarán de los derechos humanos reconocidos y que en todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Las niñas, los niños y las y los adolescentes tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Bajo esta lógica, se publicó el 4 de diciembre de 2014 la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que tiene como objeto reconocerlos como titulares de derechos y establecer los principios rectores de la política nacional en la materia. El tema del trabajo infantil representa un asunto de primer orden para el Estado mexicano; en tal virtud, en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en su Meta Nacional “México Próspero”, se establece la estrategia “4.3.2 Promover el trabajo digno o decente”, en una línea de acción específica denominada “Contribuir a la erradicación del trabajo infantil”. Este compromiso se materializa en el Programa Sectorial de Trabajo y Previsión Social 2013-2018, en su objetivo tercero, de salvaguardar

los derechos de los trabajadores y personas en situación de vulnerabilidad y vigilar el cumplimiento de la normatividad laboral, a través de la estrategia “3.2: Prevenir y erradicar el trabajo infantil y proteger a menores trabajadores en edad permitida”, integrada por 10 líneas de acción orientadas a la prevención y erradicación de esta problemática. Este marco jurídico-normativo y programático da el sustento necesario para respaldar la promoción y construcción de políticas públicas y programas que garanticen los derechos de la infancia. Dichos instrumentos, junto con las normas de la OIT que extienden la cobertura de la protección social, y las que aseguran el trabajo decente de los miembros adultos de las familias, permitirán combatir de manera exitosa el trabajo infantilV. Asimismo, con el establecimiento de la edad mínima de admisión al empleo en 15 años, se pretende garantizar el acceso y permanencia en el Sistema Educativo Nacional de las niñas, niños y adolescentes, a fin de que concluyan su educación básica obligatoria. De poco más de 3 millones de niños que al inicio de esta administración realizaban trabajo prohibido o ilegal, hoy hay 500 mil niños menos en esa condición. De igual manera, la reforma a 19 artículos de la Ley Federal del Trabajo, en materia de prevención y erradicación del trabajo infantil y protección de adolescentes trabajadores en edad permitida, amplió a 18 años la edad reconocida para realizar actividades consideradas peligrosas.

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Trabajo infantil

Eliminar el trabajo infantil

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Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

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por OFICINA DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA EN MÉXICO @faomexico fao-mx@fao.org

para reducir el

HAMBRE En la actualidad, cerca del 60% del trabajo infantil en el mundo (98 millones de niños y niñas) se desarrolla en la agricultura. El trabajo infantil en este sector daña a niñas y niños y perjudica al mundo rural al perpetuar su pobreza

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Trabajo infantil

E

l trabajo de la FAO se orienta a alcanzar la seguridad alimentaria para todas las personas y asegurar que tengan acceso a alimentos de buena calidad que les permita llevar una vida activa y saludable. Sus objetivos estratégicos son ayudar a reducir el hambre; lograr la sostenibilidad en la producción de alimentos; contribuir a reducir la pobreza en el mundo; ayudar a crear sistemas agrícolas más integrales y eficientes; y aumentar la prevención y resiliencia ante las crisis para disminuir los riesgos, todo esto, en el contexto de hacer efectiva la Agenda de Desarrollo Post 2015. Una de las expresiones de un desarrollo profundamente desigual es el trabajo infantil. El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC, por sus siglas

en inglés), promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), considera que la eliminación del trabajo infantil en sus peores formas es una meta de los estados miembros de la OIT en alguna de las tres categorías siguientes: 1. Un trabajo realizado por un niño o una niña que no alcance la edad mínima especificada para un determinado trabajo y que impida su educación y pleno desarrollo 2. Un trabajo que se denomina trabajo peligroso porque pone en peligro el bienestar físico, mental o moral de adolescentes, niñas y niños que están por encima de la edad mínima para trabajar 3. Esclavitud; trata de personas; servidumbre por deudas y otras for-

El trabajo infantil es una de las expresiones de un desarrollo profundamente desigual

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Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

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mas de trabajo forzoso, como el reclutamiento forzoso de niños para utilizarlos en conflictos armados; explotación sexual comercial y pornografía; y actividades ilícitasI Para la FAO un menor de edad que trabaja pastoreando ganado, aplicando plaguicidas o trabajando toda la noche en un barco pesquero y está demasiado cansado para ir a la escuela al día siguiente estaría realizando trabajo infantilII.

De la escuela al trabajo En lugar de asistir al colegio, millones de niñas y niños de áreas rurales del mundo son trabajadores infantiles, muchas veces escondidos. El trabajo infantil perpetúa el ciclo de la pobreza para los niños en cuestión, sus familias y sus comunidades (FAO, 2010)III.


Para la FAO hay más probabilidades de que las niñas y los niños rurales que trabajan y que no logran acceder a la educación sean los más pobres del mañana en el medio rural. Es muy probable que vivan en pobreza, el analfabetismo, la precariedad del trabajo asalariado y condiciones de total desprotección legal como es el trabajo agrícola y en las zonas rurales e indígenas. La mayoría (70%) de los niños y niñas que trabajan son trabajadores familiares no remuneradosIV. La participación de mano de obra infantil no remunerada no se da por deseo de las familias o porque no quieran el desarrollo de sus hijas e hijos; algunas pautas culturales, sobre todo en zonas indígenas y rurales, establecen como algo común la ayuda en la granja, la parcela o el solar, llevando a pastar animales, cosechar frutos,

recoger leña, acarrear agua y otras actividades sumadas a las que realizan las niñas en la elaboración de alimentos o el cuidado de los hermanos menores. Pero es más bien la falta de empleo decente, la pobreza y la desprotección social, en contextos de desigualdad social y económica, lo que desencadena y reproduce el círculo vicioso de la pobreza, donde el trabajo infantil juega un papel de amortiguamientoV. Las familias más pobres se ven forzadas a retirar de la escuela a sus hijas e hijos porque para ellos es una estrategia de sobrevivencia que amortigua la crisis que enfrentan a costa de comprometer su futuro y seguridad inmediata, viviendo formas de explotación extrema en trabajos peligrosos. Para la FAO la situación es grave no solo por las condiciones de tra-

En lugar de asistir a la escuela, millones de niñas y niños de áreas rurales del mundo son trabajadores infantiles, muchas veces escondidos. El trabajo infantil perpetúa el ciclo de la pobreza para los niños en cuestión, sus familias y sus comunidades

bajo en la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, con jornadas agotadoras, en ocasiones peligrosas por el uso de sustancias químicas, sino porque representan un riesgo para la vida y la salud de las y los trabajadores agrícolas y campesinos. Para las niñas y los niños, el trabajo agrícola bajo estas condiciones es un riesgo extremo para su seguridad personal. Se puede decir que las niñas y niños trabajadores agrícolas son víctimas de un sistema global y local que les impide el disfrute de sus derechos humanos.

Romper el ciclo de la pobreza La FAO considera que es necesario contar con medidas adecuadas para romper el ciclo de pobreza de las niñas y los niños afectados, sus familias

La FAO considera que las estrategias para disminuir y erradicar el trabajo infantil no pueden estar desligadas una de otra y que tendrían que incluir por lo menos las siguientes áreas de intervención:

1. Reducir la pobreza rural y mejorar

el empleo juvenil y los medios de subsistencia rurales 2. Aplicar las leyes sobre el trabajo infantil 3. Mejorar el acceso a una educación de calidad adaptada a las necesidades de las niñas y los niños rurales 4. Incorporar el trabajo infantil a las políticas, programas e investigación agrícolas y rurales

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Trabajo infantil

y comunidades. Para la FAO, sin el derecho humano básico a una alimentación suficiente y de calidad no se puede acceder a otros derechos. La población infantil trabajadora es el eslabón más débil, a menudo invisible dentro de la cadena de vulnerabilidades que vive la población rural en pobreza extrema. La FAO considera que buena parte del trabajo infantil –a nivel mundial- resulta contraproducente, porque se da en situaciones peligrosas y no permite a las familias alcanzar su seguridad alimentaria, ya que la población infantil trabajadora estará dejando de acceder a las oportunidades que les preparen para su vida futura, afectando también su salud. Para las niñas trabajadoras, la situación puede ser aún más difícil porque no se cuantifica como trabajo el que realizan en la reproducción y los cuidados y tareas domésticas, enfrentando así una doble carga de trabajo infantil, al combinarlas con otras formas de trabajo, y limitando aún más sus posibilidades de ir a la escuela. Una definición más amplia de las actividades económicas, incluyendo el trabajo de reproducción social,

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sin duda contribuiría a hacer visible y cuantificar el trabajo que realizan las niñas rurales y las indígenas, en donde se naturalizan formas de reproducción social especializadas de acuerdo con el género, pero que podrían aumentar la vulnerabilidad de las niñas y adolescentes a otros riesgos como la desaparición y la trata.

Políticas comprehensivas e integrales

hensivo y que considere los temas de género. Esto requiere una colaboración con gobiernos, agentes sociales y otros actores del desarrollo rural y agrícola, la educación, la salud y el empleo juvenil (FAO, 2010)VI. La función de la FAO, entre otras, es buscar un enfoque integral y comprehensivo promoviendo esfuerzos destinados a incrementar los ingresos de las familias rurales, y contribuir a diseñar estrategias para lograr la seguridad alimentaria y nutricional para

Eliminar el trabajo infantil en áreas rurales requiere un enfoque compre-

Las niñas y los niños trabajadores agrícolas son víctimas de un sistema global y local que les impide el disfrute de sus derechos humanos


que cuenten con medios de vida sin que las niñas y los niños tengan que trabajar y abandonar la escuela. En particular, la oficina de la FAO en México busca aumentar la cooperación entre ministerios nacionales de la política social y la política de producción en el campo; promover la multisectorialidad en el diseño de políticas públicas; y contribuir a desarrollar la capacidad de los gobiernos para que los servicios de extensión agrícola y asesoría a las y

los agricultores afronten el trabajo infantil; para esto, se deben atender políticas y programas complementarios como parte de toda planificación de desarrollo rural y agrícola. Todo esto busca contribuir a lograr la misión de la FAO de alcanzar la seguridad alimentaria para todos y todas, disminuir la pobreza rural y contribuir a una sociedad más justa e igualitaria, con equidad de género y para los pueblos indígenas, lo que contribuirá a la eliminación

de las mayores injusticias de nuestro tiempo: el trabajo infantil y la pérdida temprana de derechos de las niñas y los niños rurales e indígenas, lo cual les permita enfrentar un futuro más promisorio y equitativo para sus vidas y para sus comunidades. REFERENCIAS: I. IPEC, OIT (2016) ¿Qué es trabajo infantil? IPEC.-OIT. En línea: http://white.oit.org.pe/ipec/pagina.php?pagina=156 II. FAO (2016) El papel de la FAO en la prevención y reducción del trabajo infantil en la agricultura En Línea: http://www.fao.org/ childlabouragriculture/es/ III. FAO (2010) Romper el ciclo de la pobreza: Llevar a los niños y niñas del trabajo a la escuela. En línea. http://www.fao.org/ docrep/014/i2008s/i2008s07.pdf IV. FAO (2016) El papel de la FAO en la prevención y reducción del trabajo infantil en la agricultura. En línea. http://www.fao.org/ childlabouragriculture/es/ V. FAO (2015) Handbook for monitoring and evaluationof child labour in agricultureMeasuring the impacts of agricultural and food securityprogrammes on child labour in family-based agriculture. En Línea: http://www.fao.org/3/a-i4630e.pdf VI. FAO (2010) Romper el ciclo de la pobreza. Llevar a los niños y niñas del trabajo a la escuela” http://www.fao.org/docrep/014/ i2008s/i2008s07.pdf

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TRABAJO INFANTIL

Rostros infantiles de la

explotación laboral por NASHIELI RAMÍREZ

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n nuestro país hay miles de niños, niñas y adolescentes que realizan trabajos peligrosos como son, por mencionar algunos, las labores en minas, en la agricultura, en los basureros, y en las ladrilleras. Datos del Módulo de Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2013 indican que el 31.5% de las personas trabajadoras de entre 5 y 17 años de edad (798,000 niñas, niños y adolescentes) estaba expuesto a riesgos en su espacio laboral, como el polvo, gases o fuego; ruido excesivo; humedad o temperaturas extremas; herramientas peligrosas; maquinaria pesada; oscuridad excesiva; productos químicos; explosivos; y descargas eléctricas. La misma fuente señala que 157,900 niñas, niños y adolescentes en ese rubro de edad laboraban en lugares no apropiados, como minas, ríos, lagos o mares; pisos elevados o andamios; calles, cruceros o avenidas; basureros públicos; bares, cantinas o centros nocturnos. El trabajo infantil en general está presente en nuestra cotidianidad y

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lamentablemente sus peores formas también, ejemplo de ello es el que realizan niños y sus familias en las ladrilleras artesanales. En ellas se producen más de la tercera parte de los ladrillos de este país, a partir de un proceso que involucra una gran cantidad de riesgos para la salud: como son los derivados del esfuerzo físico; los golpes y caídas; infecciones por contacto con aguas contaminadas en la preparación de la arcilla; el impacto de la exposición prolongada al sol en el proceso de la preparación de la arcilla, boleo, tendido y canteo del ladrillo; y a altas temperaturas en la etapa de cocimiento en los hornos; y, finalmente, los riesgos químicos producto de los humos que genera el proceso de quema o cocción que utiliza leña, aserrín, madera, telas, plásticos, llantas, nopal y hierba seca y derivados del petróleo: como el diésel y el aceite quemado. Solamente en Campeche y en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México no hay ladrilleras artesanales, en el último caso por la prohibición expresa derivada de las medidas de control de la calidad del aire a finales

de los noventa; y es que preocupa que este tipo de productoras emitan Gases de Efecto Invernadero, de ahí que el mayor activismo de regulación se da en ese terreno, en nuestra región destaca el Programa de Eficiencia Energética en Ladrilleras Artesanales de América Latina para mitigar el Cambio Climático. Sin embargo, no hay una reflexión nacional sobre el hecho de que la mayoría de nosotros vivimos o trabajamos en espacios que incorporan la mano de obra de miles de personas menores de edad involucrados en un proceso que implica, por sus condiciones, una situación de explotación laboral. Recientemente, además, se han venido documentando casos de trata con fines de explotación laboral en: redes para el trabajo doméstico; redes para el trabajo de calle; redes vinculadas a la institucionalización; y redes vinculadas a la migración y el trabajo agrícola. El establecimiento de redes para el trabajo doméstico de niñas y adolescentes guatemaltecas hacia la zona del Soconusco en Chiapas ha sido ampliamente documentado, así como


SOBRE LA AUTORA: Fundadora y coordinadora general de Ririki Intervención Social. Cuenta con una especialidad en Investigación Educativa de la UNAM. Es Consejera de la CDHDF; de la Ley de Fomento para las Organizaciones de la Sociedad Civil; de Radio Ciudadana del IMER; y del Observatorio de Políticas Públicas y Derechos Humanos.

Niñas, niños y adolescentes están incorporados en los trabajos de 16,953 productoras de ladrillos a lo largo del territorio mexicano; seis de cada diez productoras se ubican en Puebla, Jalisco, Guanajuato y San Luis Potosí: Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

la tradición aceptada de “señoras” y “agencias” que hacen enlaces para traslados de niñas de Oaxaca y Guerrero para la realización de quehaceres domésticos a terceros en el Distrito Federal y Monterrey. Hoy sabemos que muchos de estos procesos pueden configurar trata, como se está investigando en el caso de la adolescente tzotzil encontrada en Guadalajara en enero de 2015. En lo que toca al trabajo de calle -traslados de grupos de niños y adolescentes indígenas de los denominados “canguritos” en rutas de Chiapas hacia Tabasco o Quintana Roo-, el estudio de Human Trafficking Assessment Tool (American Bar Association) ubica a 47 bandas de trata en México, que

no son exclusivas de explotación sexual, sino también de explotación laboral. En lo que toca al trabajo forzado vinculado a la institucionalización, destaca el caso de lo documentando en el albergue de “Mamá Rosa” en 2014, y más recientemente en octubre de 2015, el rescate de seis adolescentes de entre 14 y 17 años retenidos en dos centros de rehabilitación en Iztapalapa en el Distrito Federal. Finalmente, en relación con las redes vinculadas a la migración y el trabajo agrícola, las intervenciones de la STPS son cada vez más frecuentes: 30 niños en Atenguillo y Mascota, Jalisco, trabajando en la pizca del chile en 2013; 23 ni-

Aguascalientes 427 B. California 200 B. California Sur 24 Campeche 0 Coahuila 400 Colima 146 Chiapas 247 Chihuahua 475 Durango 710 Guanajuato 2,362 Guerrero 98 Hidalgo 258 Jalisco 2,500 México 650 Michoacán 769 Morelos 24

Nayarit 134 Nuevo León 9 Oaxaca 321 Puebla 4,316 Querétaro 592 Q. Roo 1 SLP 1,175 Sinaloa 273 Sonora 236 Tabasco 15 Tamaulipas 23 Tlaxcala 29 Veracruz 222 Yucatán 2 Zacatecas 315

Fuente. Programa de Eficiencia Energética en Ladrilleras Artesanales de América Latina para mitigar el Cambio Climático (EELA)

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TRABAJO INFANTIL

157,900 niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad laboraban en lugares no apropiados, como: minas, ríos, lagos o mares; pisos elevados o andamios; calles, cruceros o avenidas; basureros públicos; bares, cantinas o centros nocturnos ños tarahumaras en dos ranchos en Comondú, en Baja California Sur en marzo de 2015; y el rescate de 78 adolescentes de entre 13 y 17 años, y 4 niños menores de 10 años, en Coahuila entre agosto y septiembre de ese mismo año. Con este escenario no sorprende que en el Índice de Trabajo Infantil 2014 (Maplecroft), que considera la frecuencia y severidad de incidentes de trabajo infantil reportados, así como la forma en que los gobiernos previenen estas actividades y garantizan que los responsables comparezcan ante la ley, México esté ubicado en la posición 56 de 197 países, colocando a las niñas y los niños mexicanos en "riesgo extremo", junto con Somalia, Myanmar y Pakistán. Asimismo, el Informe Global sobre Esclavitud en el Mundo 2014 (Walk Free Foundation) nos ubica el cuarto lugar en América Latina, con mayor número de personas que viven en esta situación, por encima de Jamaica, Trinidad y Tobago y Barbados. Sin embargo, aún de manera incipiente, en los últimos años se han venido incrementando las acciones para atender esta problemática. En lo que toca a las organizaciones de la sociedad civil, destacan la Mesa Social contra la Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes en México y el Colectivo contra la Trata de Personas, que realizan intervenciones directas, acciones de defensa, generación de conocimiento y también incidencia en políticas públicas. En la esfera gubernamental, en los últimos cuatro años se ha avanzado en la construc-

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ción de un andamiaje institucional en la materia: una Ley Federal de Trabajo que establece el compromiso de desarrollar programas para “identificar y erradicar el trabajo infantil” (Art. 173) y que establece las labores peligrosas e insalubres (Artículo 176, última reforma DOF 12-06-2015); cambio constitucional en el incremento de la edad mínima de admisión al empleo a 15 años (para la posterior ratificación en el 2015 del C138 de la OIT); la incorporación por primera vez en el Plan Nacional de Desarrollo de una línea de erradicación infantil; la STPS encabezando esta agenda y promoviendo las Comisiones Interinstitucionales para Prevenir y Erradicar el Trabajo Infantil; y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida (CITI). A pesar de lo anterior, hay mucho por hacer para que esta institucionalidad opere; que la coordinación sea activa operativamente y no nada más formal; y que las diversas estructuras públicas que atienden temas relacionados al trabajo infantil (como STPS, SEDESOL, SEP y DIF) cuenten con presupuesto para este fin. Los retos en la agenda de políticas públicas van de la mano con las percepciones que dominan sobre el trabajo infantil, ésas que lo justifican por razones de usos y costumbres, de pobreza y de contenedor de riesgos de violencias presentes y futuras. Hoy sabemos que la explotación laboral de niñas, niños y adolescentes no solamente violenta sus derechos presentes, sino que juega en su contra en la ruptura del ciclo de la pobreza, los limita en su desarrollo y

en la expectativa de una vida futura diferente. Adicionalmente, recientes evidencias nos indican que es un mito atribuir al trabajo infantil funciones atenuantes de violencias sociales. El “Diagnóstico de las y los adolescentes que cometen delitos graves en México” (Azaola, E./ SEGOB/UNICEF 2015), que recoge información del 70% de menores de edad privados de su libertad por delitos mayores en Coahuila, Hidalgo, Morelos y Sinaloa, refiere que el 94% de ellos tuvieron varios empleos. Una cuarta parte comenzó a trabajar antes de los 12 años y cuatro de cada 10 entre los 13 y los 14 años. El 98% señala que recibía remuneración por su trabajo y 64% indicó que contribuía al gasto familiar. Se involucraban en diversos trabajos: vendedores (dulces, flores, películas, tacos, puestos fijos mercados); repartidores de pizzas; asistentes en vulcanizadoras, talleres mecánicos, de carpintería o herrería o vulcanizadora; albañiles; franeleros; lavaplatos; y también desempeñado labores en el campo y en la ganadería. El fortalecimiento urgente de la capacidad institucional y la transformación de los imaginarios sociales son imperativos en la protección y la restitución de los derechos de millones de niños, niñas y adolescentes, muchos de ellos víctimas de explotación laboral en sus peores formas. Erradicar cualquier tipo de servidumbre humana, trabajo forzoso y actividad que los coloque como objeto y mercancía tendría que estar en las prioridades de la política pública y de la indignación social.


LEY FEDERAL DEL TRABAJO

(Vigente 12 junio 2015)

Artículo 176. (…) se considerarán como labores peligrosas o insalubres las que impliquen: I. Exposición a: 1. Ruido, vibraciones, radiaciones ionizantes y no ionizantes infrarrojas o ultravioletas, condi- ciones térmicas elevadas o abatidas o presiones ambientales anormales. 2. Agentes químicos contaminantes del ambiente laboral. 3. Residuos peligrosos, agentes biológicos o enfermedades infecto contagiosas. 4. Fauna peligrosa o flora nociva. II. Labores: 1. Nocturnas industriales o el trabajo después de las veintidós horas. 2. De rescate, salvamento y brigadas contra siniestros. 3. En altura o espacios confinados. 4. En las cuales se operen equipos y procesos críticos donde se manejen sustancias químicas pe- ligrosas que puedan ocasionar accidentes mayores. 5. De soldadura y corte. 6. En condiciones climáticas extremas en campo abierto, que los expongan a deshidratación, golpe de calor, hipotermia o congelación. 7. En vialidades con amplio volumen de tránsito vehicular (vías primarias). 8. Agrícolas, forestales, de aserrado, silvícolas, de caza y pesca. 9. Productivas de las industrias gasera, del cemento, minera, del hierro y el acero, petrolera y nuclear. 10. Productivas de las industrias ladrillera, vidriera, cerámica y cerera. 11. Productivas de la industria tabacalera. 12. Relacionadas con la generación, transmisión y distribución de electricidad y el manteni- miento de instalaciones eléctricas. 13. En obras de construcción. 14. Que tengan responsabilidad directa sobre el cuidado de personas o la custodia de bienes y valores. 15. Con alto grado de dificultad; en apremio de tiempo; que demandan alta responsabilidad, o que requieren de concentración y atención sostenidas. 16. Relativas a la operación, revisión, mantenimiento y pruebas de recipientes sujetos a presión, recipientes criogénicos y generadores de vapor o calderas. 17. En buques. 18. En minas. 19. Submarinas y subterráneas. 20. Trabajos ambulantes, salvo autorización especial de la Inspección de Trabajo. III. Esfuerzo físico moderado y pesado; cargas superiores a los siete kilogramos; posturas forzadas, o con movimientos repetitivos por períodos prolongados, que alteren su sistema musculo-esquelético. IV. Manejo, transporte, almacenamiento o despacho de sustancias químicas peligrosas. V. Manejo, operación y mantenimiento de maquinaria, equipo o herramientas mecánicas, eléctricas, neumáticas o motorizadas, que puedan generar amputaciones, fracturas o lesiones graves. VI. Manejo de vehículos motorizados, incluido su mantenimiento mecánico y eléctrico. VII. Uso de herramientas manuales punzocortantes. MÉXICO SOCIAL Abril 2016

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Trabajo infantil

Realidades y logros del

trabajo infantil por LAURA VARGAS

S SOBRE LA AUTORA: Titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia

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egún estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen en el mundo 264 millones de niñas y niños de 5 a 17 años que actualmente desarrollan alguna actividad laboral. De ellos, 168 millones padecen algún tipo de situación relacionada con el trabajo infantil. Un poco más de la mitad de todos ellos, unos 85 millones en términos absolutos, se encuentran efectuando trabajos de alto riesgoI. De acuerdo con la OIT, no todas las

tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil a desestimar o eliminar. Por lo general, la participación de niñas, niños y adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal, ni interfieren con su escolarización, se consideran positivas. De ahí que, por el contrario, el término trabajo infantil suele definirse como todo trabajo que priva a las niñas y los los niños de su niñez, su potencial y su dignidad y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. En resumen, trabajo infantil es aquel


que pone en peligro su desarrollo físico y mental, debido a las condiciones en las que se lleva a cabo; reconociéndose también como las peores formas de trabajo infantil aquellas en las que se les esclaviza, separa de su familia y abandona en las calles, exponiéndoles a cualquier riesgo. Durante 2013, el INEGI registró que en México, poco más de 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años trabajabanII, cifra que estremece a un país que lucha por garantizar el ejercicio efectivo de los derechos humanos de todos los mexicanos; de ahí que el México Incluyente y el México con Educación de Calidad sean parte de las metas estratégicas del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en las que de forma prioritaria se vela por el bienestar de niñas, niños y adolescentes. En este marco, se han logrado avances significativos en materia legislativa, tales como la reforma al artículo 123 Constitucional, promulgada el 17 de junio de 2014, para establecer la prohibición del trabajo hasta los 15 años; los mayores de esta edad y menores de 16 tendrán una jornada máxima de seis horas. En congruencia con lo anterior, se reformaron y derogaron diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo en materia de trabajo infantilIII Por otra parte, el Estado Mexicano ratificó el Convenio 138 Sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo, sumándose al empeño internacional para abolir el trabajo infantil, esbozando la distinción fundamental entre las formas aceptables de trabajo y aquellas que representan un peligro para la salud física, mental y emocional de los que las llevan a cabo. Uno de los avances más significativos es

la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes promulgada el 4 de diciembre de 2014, que establece los mecanismos de coordinación interinstitucional, así como aquellas acciones en los ámbitos federal, estatal y municipal que garanticen el ejercicio, respeto, protección y promoción de los derechos de todos ellos. Como parte de los mecanismos creados por esta Ley, debemos resaltar el Sistema Nacional de Protección, cuyo rol es de suma importancia para lograr articular los esfuerzos nacionales, sentando las bases para la construcción de un Sistema de Información y un Programa Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.

El trabajo infantil urbano marginal En este contexto, el Sistema Nacional DIF ha abordado específicamente el Trabajo Infantil Urbano Marginal, que comprende actividades que se realizan al margen de cualquier protección jurídica y social prevista en la legislación en materia laboral, tanto en el sector formal como informal de la economía. Para el logro de sus objetivos, el Programa impulsa el desarrollo de acciones que incluyen la participación de los tres órdenes de gobierno y organismos internacionales, por medio de la promoción de redes comunitarias, el fortalecimiento de las capacidades familiares e individuales y, fundamentalmente, la revaloración de la escuela como generadora de capacidades enfocada a reducir los riesgos y daños asociados al trabajo infantil. La implementación de acciones se realiza

El Trabajo Infantil Urbano Marginal comprende actividades que se realizan al margen de cualquier protección jurídica y social prevista en la legislación en materia laboral, tanto en el sector formal como informal de la economía

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Trabajo infantil

Es estratégico fortalecer las estructuras familiares y educativas en la población que se encuentra laboralmente activa o en riesgo de incorporarse a actividades laborales para impulsar la participación de la familia y promover la permanencia, incorporación o reinserción de niñas, niños y adolescentes en alguna modalidad educativa tomando como ejes las siguientes estrategias:

Paquete Básico de Bienestar Social Consiste en acercar a la población beneficiaria del Programa la oferta de servicios tanto de instancias públicas como privadas de carácter social y asistencial (salud; educación; alimentación; asesoría jurídica y psicológica; capacitación para el trabajo; proyectos productivos; entre otros), con la finalidad de que aprendan a generar por sí mismos los mecanismos para tener acceso a dichos servicios. Un espacio fundamental para el logro de este objetivo es el Centro PAMARIV, el espacio físico donde se opera la temática de trabajo infantil, instalado en comunidades de municipios con indicadores de marginalidad que, de acuerdo con los estudios sobre niñas y niños trabajadores puedan ser considerados como ubicados en zonas expulsoras. Estos considerarán una estructura operativa conformada por dos líneas de acción intramuros y extramuros, cuyas actividades tienden a promover la participación de niñas, niños y adolescentes, mediante el empleo adecuado del tiempo libre. El objetivo es organizar y ejecutar acciones específicas de Prevención y Atención a riesgos sociales asociados al trabajo infantil mediante la operación del Centro PAMAR en comunidades vul-

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nerables, proporcionando herramientas a efecto de fortalecer el desarrollo de habilidades protectoras en niñas, niños, adolescentes, sus familias y sus comunidades.

Relación Interinstitucional A nivel federal el Sistema Nacional DIF participa activamente en los esfuerzos para prevenir erradicar y atender el trabajo infantil desde la Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de los Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida en México, instalada en junio de 2013, que ha permitido fortalecer el andamiaje institucional para impulsar mecanismos de coordinación interinstitucional e intersectorial en las entidades federativas y el Distrito Federal; generar información estadística; difundir los derechos laborales de los adolescentes trabajadores; fortalecer el marco jurídico tratándose del trabajo de menores de edad; capacitar a los servidores públicos que desempeñan funciones relacionadas con la atención de niñas, niños y adolescentes; desarrollar investigación; y elaborar literatura sobre el tema. Para el apoyo de la labor de investigación y de generación de información estadística el Sistema Nacional DIF realizará durante el presente año la actualización de los estudios: Niñas y Niños víc-


Foto: cortesía de EXCÉLSIOR

timas de explotación sexual en México “Infancia Robada” y el Estudio de niñas, niños y adolescentes trabajadores en 100 Ciudades, a fin de orientar la definición de políticas públicas y de integrar un registro que permita dimensionar la magnitud del problema. Finalmente, no podemos dejar de lado que desde la visión del Sistema Nacional DIF resulta estratégico fortalecer la estructura familiar y la educativa en la población que se encuentra laboralmente activa o aquella en riesgo de incorporarse a actividades laborales, razón para impulsar la participación de la familia, además de promover la permanencia, la incorporación o reinserción de niñas, niños y adolescentes en alguna modalidad educativa. Bajo la consideración de que estas estructuras nucleares son espacios de protección y formación que contribuyen a dotarlos de capacidades que les permitan un mejor desarrollo, el DIF Nacional con el apoyo de los DIF Estatales y Municipales, ha logrado cimentar y ampliar aquellos programas cuyo objetivo es el desarrollo comunitario en distintos ámbitos, tales como la seguridad alimentaria, mediante el uso de huertos y granjas, tanto familiares como comunitarias; el

fomento de la salud por medio de diversos talleres de orientación familiar; y el fortalecimiento de la economía familiar y comunitaria, a través de la implementación de proyectos productivos.

Principales Retos Independientemente de los progresos alcanzados, es importante destacar que interinstitucionalmente deberán adoptarse otras medidas para continuar la labor de reducción del trabajo infantil, en términos de la concreción de un sistema de información que permita monitorear los avances en la materia, brindando respuestas específicas según la edad y el género, lo que a su vez permitirá desarrollar el seguimiento y la evaluación de los programas que se instrumenten, posibilitando la sensibilización en el tema, principio esencial que nos ayudará a concienciar a los empleadores de los problemas generados en niñas, niños y adolescentes que han sido forzados a abandonar sus estudios, provocando un impacto directo tanto en su calidad de vida, tal como en el tejido social del cual todos los mexicanos somos parte.

NOTAS: I. Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil, Estimaciones y Tendencias Mundiales sobre el Trabajo Infantil entre 2000 - 2012, Organización Internacional del Trabajo, Ginebra 2013 II. Instituto Nacional de Geografía y Estadística. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2013. Módulo de Trabajo Infantil. México 2014. III. Diario Oficial de la Federación del 12 de junio de 2015. IV. PAMAR: Programa para la Atención de Menores y Adolescentes en Riesgo referida en los documentos normativos de la temática de Trabajo Infantil.

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TRABAJO INFANTIL

Trabajo infantil en Chiapas

Del discurso

a la acción por NORMA BARREIRO

En 2013, 164,678 niñas, niños y adolescentes chiapanecos trabajaban, de los cuales: el 21.2% (34,850) eran menores de 14 años; 4 de cada 5 trabajaban con un familiar; el 54.58% lo hacía en el sector primario de la economía; el 65.6% trabajó más de 35 horas semanales; el 43% no asistía a la escuela; el 75% no recibía ingreso; y más de la mitad obtuvo únicamente hasta un salario mínimo SOBRE LA AUTORA: Cofundadora de Thais Desarrollo Social, SC, e IDEAS Información y Diseños Educativos para Acciones Saludables, AC. Desde 1998 investiga y aboga por la erradicación del Trabajo Infantil. En 2015 realizó un diagnóstico y recomendaciones de política pública para la OIT sobre el trabajo infantil en Chiapas. norma.i.barreiro.g@gmail.com Facebook: Normaines Barreiro

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os resultados del Módulo de Trabajo infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2013 muestran que 2,536,693 niñas, niños y adolescentes se encontraban trabajando en el país y que el 40% de la población trabajadora de entre 5 y 14 años de edad se concentraba en cinco estados de la República: Estado de Méxi-

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co, con 8.89%; Puebla, con 8.60%; Guanajuato, con 7.85%; Jalisco, con 7.72%; y Chiapas, con 6.49%. El restante 59% del trabajo infantil se distribuyó entre los otros 27 estados. Este artículo aborda al situación del trabajo infantil y adolescente en el estado de Chiapas, y los principales retos que se enfrentan para lograr la protección de los derechos de esta población y su inclusión social.


Investigaciones realizadas por instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil han documentado extensamente las condiciones de explotación laboral en diversas ramas de la economía, principalmente en el trabajo de niñas, niños y adolescentes jornaleros agrícolas migrantes en las fincas cafetaleras del Soconusco y en el sector cañero, especialmente en el Ingenio de Huixtla. También han sido documentadas las condiciones de violación a los derechos de niñas, niños y adolescentes realizando trabajo doméstico, venta callejera y en la explotación de las minas de ámbar. Si bien en cada sector de la economía el trabajo infantil presenta características particulares, hay condiciones que atraviesan de manera transversal e incrementan la explotación laboral, tales como: ser indígena, tener menor edad y escolaridad, ser migrante y ser mujer. En estos casos los ingresos son menores, y las prestaciones sociales deficientes o inexistentes. Los estudios muestran la gran debilidad o ausencia de la acción gubernamental, y la presencia de organizaciones sociales se concentra en el trabajo callejero y el trabajo doméstico remunerado en hogares de terceros. Desde el año 2010 la Secretaría del Trabajo de Chiapas y la Organización Internacional del Trabajo OIT han mantenido una vinculación orientada a prevenir y erradicar el trabajo infantil acorde a las metas del organismo internacional de erradicar las peores formas para el año 2016. En el año 2013 se elaboró el Plan Estatal para Prevenir y Erradicar el Trabajo Infantil y Proteger el Trabajo Adolescente Permitido; se creó una Comisión Interinstitucional para la Erradicación del Trabajo Infantil; y se instalaron dos Mesas Interinstitucionales para dar seguimiento a las acciones,

una en Tapachula y otra en San Cristóbal de las Casas. En el año 2015 el estado de Chiapas recibió el distintivo “México sin trabajo infantil” de parte de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, por los avances en la materia al lograr disminuir en 26,842 el número de niñas, niños y adolescentes trabajadores. Al analizar los avances del Plan Estatal puede observarse que se han realizado algunas acciones en dos de los tres ejes del mismo: “Generar las condiciones adecuadas del entorno para la intervención” y “Construcción de capacidades institucionales”; a la par, son muy insuficientes los avances en el eje “Diseño y Ejecución de Acciones”, el cual implica la atención directa a la población infantil y adolescente trabajadora, donde es imperativo actuar de manera inmediata. Ya se cuenta con información sobre cuántos son, dónde están, cuáles son sus condiciones de vida y explotación y cuáles son las carencias de protección a sus derechos; ahora es tiempo de actuar de manera integral, coordinada, directa y constructivamente para transformar esta situación de exclusión.

Hay condiciones que atraviesan de manera transversal e incrementan la explotación laboral, tales como: ser indígena, tener menor edad y escolaridad, ser migrante y ser mujer

Empezar por las peores formas Pese a las denuncias presentadas a nivel nacional e internacional por la violación de los derechos humanos de los migrantes, los cambios en las leyes migratorias aún no han transformado esta realidad. La opinión de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con población migrante en el estado de Chiapas es que las acciones gubernamentales implementadas a través de la Secretaría para el Desarrollo de la Frontera Sur y Enlace con la Cooperación Internacional, no previenen estas violaciones y mantienen el trato indigno en su contra. La explotación

El 40% de la población trabajadora de entre 5 y 14 años de edad se concentra en cinco estados: Estado de México, con 8.89%; Puebla, con 8.60%; Guanajuato, con 7.85%; Jalisco, con 7.72%; y Chiapas, con 6.49% MÉXICO SOCIAL Abril 2016

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TRABAJO INFANTIL

Es tiempo de actuar de manera integral, coordinada, directa y constructiva para transformar esta situaci贸n de exclusi贸n Foto: Cortes铆a Exc茅lsior

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extrema de los adolescentes indígenas guatemaltecos, cortadores de caña en Huixtla y trabajadores en las fincas de café del Soconusco, es una manifestación de esta falta de políticas migratorias y sociales que sean capaces de transformar practicas ancestrales cercanas a la esclavitud en la frontera sur con Guatemala. La industria azucarera está estructurada en una cadena productiva, que pudiera permitir una transformación de estas condiciones de explotación si el Estado cumple con su papel de garante de derechos y regulador del trabajo adolescente, que le corresponde. Los actores están plenamente identificados: el ingenio; las organizaciones campesinas CNC y CNPR; los grupos de cosecha organizados como asociaciones civiles; el Instituto Nacional de Migración; y SEDESOL. Los eslabones están puestos, solo falta engarzarlos y crear una nueva cadena que en lugar de mirar hacia “otro lado” esté dispuesta a trabajar para el bien común y la protección de los derechos de los adolescentes trabajadores migrantes. Esto es transformar los abusos relacionados con las formas de contratación; el ingreso al país; el pago del corte de caña; las condiciones de salud en el cañaveral; y, sobre todo, la ausencia de una agencia gubernamental que reciba las quejas y garantice que la ley se cumpla. La explotación infantil en las fincas cafetaleras del Soconusco está ampliamente documentada; en este caso la situación es más compleja, porque los estudios reportan la inexistencia de la acción gubernamental. Es muy importante comenzar un trabajo de sensibilización con los dueños de las fincas y las organizaciones que los agrupan para que, conjuntamente con la Sec-

retarías del estado de Chiapas, el DIF Municipal, funcionarios de migraciones y personal de la SEDESOL puedan definir los primeros pasos de un plan de trabajo conjunto. Tanto en el sector cañero como el cafetalero, los estudios demuestran que el empleador no contrata a los niños directamente, sino al jefe de hogar, y es él quien incorpora al resto de la familia, incluidos niñas y niños; por lo tanto, la responsabilidad contractual del empleador se diluye. Sería recomendable que se exigiera una relación contractual explícita que depositara la responsabilidad en ambas partes, empleador y empleado, de no utilizar mano de obra infantil, bajo los lineamientos que establecen las actuales modificaciones de la Ley Federal del Trabajo en su capítulo sobre el Trabajo de Menores. Por otra parte, si el pago está sujeto a la cantidad del producto que se pueda cosechar, las familias tienen la necesidad, debido al magro precio que se paga, de incrementar el producto cortado o cosechado, y de esta forma mejorar el ingreso que perciben. Si se pagara un salario fijo, se disminuiría el riesgo de utilización de mano de obra infantil. La efectividad de una medida de esta naturaleza es dependiente con la incorporación de un conjunto de acciones integrales que protejan los derecho a la educación, el juego y a vivir la niñez. El trabajo doméstico en hogares de terceros de niñas menores de 16 años merece atención inmediata, por el alto riesgo de abuso físico, emocional y sexual, y porque las condiciones de servidumbre, y en algunos casos de trata, han sido estudiados. En este terreno la complejidad para la intervención directa es aún mayor; para mencionar algunas de ellas: este tra-

bajo se realiza en la privacidad de los hogares; se asienta en prácticas culturales ancestrales de discriminación; y el Estado mexicano no ha ratificado la Convención 189 de la OIT. A la par existen oportunidades que pueden ser aprovechadas; en San Cristóbal de las Casas hay organizaciones sociales muy activas en este tema, que deberían ser invitadas a participar en el diseño de acciones de atención directa y el seguimiento de las mismas. Algunas investigaciones realizadas en Chiapas afirman que ciertos tipos de trabajo infantil y adolescente callejero pueden ser considerados como “de las peores formas”, por las largas jornadas, la no asistencia a la escuela y la exposición a riesgos de ser víctimas de trata con fines de explotación laboral, o bien incorporados a circuitos delictivos. A la par es frecuente que se escuchen voces de algunos sectores invitando a la “limpieza social” de las calles turísticas de Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal. Las acciones en este campo deberían recuperar las recomendaciones internacionales y de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, en el sentido de que cualquier acción sobre las poblaciones trabajadoras callejeras no se inscriba en políticas de limpieza social. Afortunadamente en Chiapas existen organizaciones sociales como Melel Xojobal, con muchos años de experiencia y conocimiento sistematizado sobre esta población desde una perspectiva de protección a los derechos. Estas organizaciones deberían ser invitadas a participar en el diseño, ejecución y monitoreo de las acciones que permitan la inclusión de niñas, niños y adolescentes trabajadores.

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Las cosas

del querer por FERNANDO SAVATER

D Este artículo se reproduce con autorización del Centro de Colaboraciones Solidarias SOBRE EL AUTOR: Escritor y filósofo

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esde las elecciones del pasado 20-D hay políticos que están en el burladero esperando que amaine el griterío de los tendidos y tratando de adivinar qué es lo que quiere el respetable. Algunos voluntariosos intérpretes de la voluntad general nos aseguran que la gente lo que desea es que haya estabilidad en el país; otros aseguran que está claro que apetece cambio; los hay que vislumbran una reclamación de entendimiento entre unos y otros. Lo cierto es que el mensaje no ha quedado nada claro: más bien hay varios que se superponen cacofónicamente, sin entenderse nada de nada. Yo diría que los españoles piden que sus elegidos en las urnas supriman los males, fomenten los bienes y sobre todo acierten a distinguir claramente entre unos y otros. Porque lo cierto es que lo más temible y peligroso de muchos problemas sociales y políticos es la solución. La parte más positiva de la situación actual es que ahora mucha más gente se preocupa por los asuntos públicos, sobre todo entre los jóvenes. Se interesan ruidosamente en las redes sociales por temas de gobernanza hasta los todavía

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millones que no votan. Ser apolítico, que ayer era una especie de cínica postura aristocrática, hoy ya no está bien visto. La derecha española no va a lograr en bastante tiempo recuperarse del fétido embadurnamiento de corrupción que hoy tapa sus posibles logros positivos. El PP no es desde luego el único partido con corruptos en sus filas, ni siquiera el único con elementos estructurales de corrupción (ahí está el caso del PSOE en Andalucía), pero alberga los más numerosos y espectaculares. Sobre todo, los más antiestéticos. Aquellos a los que mejor considera la comunidad son descubiertos como trileros de alta gama que arrasan el país que tanto dicen amar. Por apreciables que sean los aciertos económicos que pueda exhibir el Gobierno, muchos ciudadanos resentidos no van a perdonar este espectáculo vil. Ni siquiera bastantes de los que aún votan PP están dispuestos a olvidarlo. La izquierda no marxista, por su parte, está desnortada y sin el empuje regenerador que tuvo en los años de la Transición democrática. Los que se dicen socialdemócratas no han logrado instrumentar un temario político


COLABORACIÓN ESPECIAL

Foto: www.sport.es

que constituya una alternativa creíble y suficiente, sobre todo en el plano económico. De modo que el socialismo se desdibuja entre quienes no lo ven sino como una versión algo más generosa y edulcorada de la derecha pero a veces más ineficaz. Los disconformes siguen buscando algo dentro del sistema pero más a la izquierda. Lo mismo ocurre entre los liberales americanos, la socialdemocracia que no se atreve a decir su nombre. Los defraudados por Obama ponen ahora su ilusión en Bernie Sanders. Pero el punto ciego del PSOE sigue siendo su relación con los nacionalistas, llena de ambigüedad y oportunismo. La cacareada solución federal ha quedado en agua de borrajas, o peor, ha roto aguas sin parto alguno. En este panorama, el populismo recién patentado juega con ventaja. Su línea de crédito no se amplía resolviendo conflictos, sino manteniéndolos vivos y aprovechando la indignación que despiertan para cohesionar sus grupos informes. Su proyecto político no

está hecho de propuestas sino de exigencias imperiosas: cuanto menos se le satisfagan, más fuerza adquiere. Sus propuestas culturales son siempre desaforadamente radicales, como la obrita de los titiriteros, que no tiene nada que ver con la apología del terrorismo sino con su banalización habitual por la izquierda radical y con la denigración de jueces, monjas, policías y tutti quanti que responden al simplismo y la imprecisión. Por eso ahora se envuelven en una ardorosa defensa de la libertad de expresión, mientras por otra parte propugnan la retirada del callejero a ilustres escritores de derechas que la practicaron o apoyan. Imaginen cómo sería el Ministerio de Educación en esas manos. Y en este embrollo los ciudadanos… ¿qué querrán?, ¿lo mejor, lo peor y todo lo contrario? Lo único cierto es que, en palabras de José Luis Villacañas, “quien produzca pobreza cultural y falta de instancias ideales no debería quejarse del populismo”. Ni del resto de los males políticos, me parece a mí.

Lo más temible y peligroso de muchos problemas sociales y políticos es la solución. La parte más positiva es que ahora mucha más gente se preocupa por los asuntos públicos, sobre todo entre los jóvenes

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SOBRE LOS AUTORES: Adela Cortina Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia

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José I. Torreblanca Profesor del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)


COLABORACIÓN ESPECIAL

por ADELA CORTINA / JOSÉ I. TORREBLANCA Círculo Cívico de Opinión

Decálogo para la crisis de los REFUGIADOS

Imagen: https://www.flickr.com/photos/dfmagazine/18898637736/

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E

l principio de acuerdo entre la UE con Turquía es más bien producto del pánico político y electoral que del debate y la reflexión. Porque no solo es mezquino en su lógica, sino que ignora los problemas de derechos humanos y libertades en ese país; concede un cheque en blanco al presidente Erdogan para reprimir a la oposición y a los kurdos; y no aporta soluciones a la causa final de todo el problema: la guerra de Siria, en la que Turquía tiene un papel crucial. La situación es inadmisible. Se ha perdido una enorme cantidad de vidas y siguen en juego la existencia y el bienestar de miles de personas. Está en peligro la identidad europea si la Unión no es capaz de gestionar caminos de salida a la crisis a la altura de sus valores. La confluencia entre las razones morales y las de interés político fundamentan esta apelación a la acción, que articulamos en diez propuestas.

1 2

El primer principio de actuación debe ser el de salvar vidas, el máximo número posible. Ese principio debe orientar la actuación de los responsables de fronteras y de salvamento marítimo de la UE y el quehacer de la diplomacia europea, que debe conceder la máxima prioridad a las negociaciones de paz que se vienen desarrollando en Ginebra. La Comisión y los Estados deben tomar todas las medidas necesarias y apoyarse para establecer mecanismos de registro y acogida efectivos y garantizar condiciones de vida de los peticionarios de asilo en cuanto se procesen sus solicitudes. Solo así la Unión

Europea podrá garantizar el cumplimiento de sus obligaciones internacionales y ser un espacio de libertad y seguridad.

3 4

Deben detenerse la suspensión de acuerdos Schengen, la proliferación de controles, vallas y las restricciones a la libre circulación entre los Estados miembros. Las amenazas de sanciones a Grecia o las propuestas de expulsarla de la zona Schengen no son la vía adecuada; si la Unión Europea quiere preservar Schengen y detener el auge de los populismos xenófobos, deberá volcarse en el apoyo a Grecia. Los Estados miembros deben cumplir compromisos de reubicación adquiridos, que son legalmente vinculantes y están amparados bajo las cláusulas de solidaridad establecidas en el Tratado de la Unión Europea. Esas reubicaciones son imprescindibles para gestionar el flujo de refugiados de forma equitativa y solidaria entre países, y no existen razones ni excusas para incumplirlos. La desidia de los Gobiernos de la UE y la debilidad de la Comisión Europea son muestras de insolidaridad.

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Por las dificultades que entraña la integración de un colectivo tan amplio y tan diferente de refugiados, es necesario hacer el máximo esfuerzo para que la acogida sea un éxito. De lo contrario, se generará una dinámica xenófoba e insolidaria que no sólo hará imposible continuar la acogida, sino que fragmentará la Unión de forma irreparable.

La situación es inadmisible. Se ha perdido una enorme cantidad de vidas y siguen en juego la existencia y el bienestar de miles de personas. Está en peligro la identidad europea si la Unión no es capaz de gestionar caminos de salida a la crisis a la altura de sus valores Imagen: Cruz Roja Española

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COLABORACIÓN ESPECIAL

Desde Ucrania hasta el Mediterráneo, Europa vive hoy rodeada de un anillo de inestabilidad y conflictos que le obliga a tomarse mucho más en serio la necesidad de una defensa colectiva y una política exterior común que merezca tal nombre. Sin ella, el proyecto europeo no será viable

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Tenemos que distinguir de forma diáfana entre el drama de los refugiados y el terrorismo yihadista. Debemos ser firmes frente a los grupos interesados en utilizar esta cuestión como coartada para cerrar puertas o estigmatizar a los refugiados. Plantear un falso dilema entre libertad o seguridad es inadmisible: Europa es un espacio de libertad y derechos, donde no hay libertad posible sin seguridad ni seguridad sin libertad.

7

Tanto las políticas de vecindad como de desarrollo de la UE deberán ser sustancialmente reforzadas para lograr estabilizar la periferia europea. El fin de la guerra fría hizo pensar en una periferia bien gobernada, próspera y en paz donde las personas, los bienes e incluso las normas europeas circularan libremente. Sin embargo, ese espejo se ha roto. Desde Ucrania hasta el Mediterráneo, Europa vive hoy rodeada de un anillo de inestabilidad y conflictos que le obliga a tomarse mucho más en serio la necesidad de una defensa colectiva y una política exterior común que merezca tal nombre. Sin ella, el proyecto europeo no será viable.

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El problema de los refugiados nos obliga a extender la mirada más allá de las contiendas internas. La solidaridad debe darse también entre los países miembros de la UE y con los socios y vecinos, especialmente los países de tránsito con los que mantenemos acuerdos de asociación

y unos lazos políticos y económicos privilegiados. Debemos apoyar e involucrar a nuestros vecinos en la gestión del problema, pero sin admitir chantajes, presiones o rebajas en cuanto a los derechos que estamos obligados a respetar.

9

El problema de los refugiados tiene alcance mundial y necesita soluciones globales. Tenemos obligación de acoger, pero también responsabilidad de prevenir, integrar y actuar en nuestra vecindad. Eso significa formular una política integral para responder al problema, que contemple medidas hacia dentro (diseñar formas de acogida, asilo e integración eficaces), pero también hacia fuera (información compartida, cooperación, diplomacia, ayuda mutua).

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España ha sido un protagonista muy marginal en esta crisis. Nuestras cifras de asilo y refugio son vergonzosas, y flagrante el incumplimiento de los acuerdos de reubicación. La sociedad civil, municipios y comunidades autónomas han ido por delante del Gobierno, que no ha realizado un esfuerzo equivalente. La “marca España” también se construye desde una posición de compromiso ético con la justicia y la solidaridad en nuestro entorno, por lo que instamos a éste y al próximo Gobierno a que asuman un papel de liderazgo en esta cuestión que esté a la altura de las circunstancias.

Este artículo se reproduce con autorización del Centro de Colaboraciones Solidarias

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Transición alimentaria,

malnutrición y DIABETES por LAURA MORENO / SANTIAGO CAPRARO / GUADALUPE SOTO / DEWI HERNÁNDEZ / JUAN JOSÉ GARCÍA

Debido a los cambios en los patrones alimentarios, y a que los modos de vida cada vez son más sedentarios, en México y en muchos países de ingresos medios y bajos ha aumentado la prevalencia del sobrepeso, la obesidad y de otras enfermedades crónicas, sin haber resuelto el problema de la desnutrición. A este fenómeno se le denomina “Transición alimentaria o nutricional”I

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COLABORACIÓN ESPECIAL El sobrepeso y la obesidad están directamente relacionados con el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cánceres que constituyen las principales causas de mortalidad en el país

Foto: Cortesía Excélsior

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D

SOBRE LAS Y LOS AUTORES: Laura Moreno-Altamirano Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM

lamorealmx@yahoo.com.mx Santiago Capraro

Facultad de Economía de la UNAM

capraro@gmail.com Guadalupe Soto-Estrada

Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM

gumikar@gmail.com Dewi Hernández-Montoya

Departamento de Investigación en Epidemiología. Instituto Nacional de Pediatría y Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM

dewishm@hotmail.com Juan José García-García

Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM

garciagjj@hotmail.com

espués de la crisis de deuda de 1982 se puso en marcha un proceso de liberalización del comercio exterior y de la cuenta de capital que generó el elevado grado de apertura comercial que caracteriza a México en la actualidad. Desde entonces en el país se han producido cambios socioeconómicos que han agravado los problemas de pobreza e inequidadII. Asimismo, se han observado transformaciones en los procesos industriales, las formas de comercialización y las pautas de consumo de alimentos. Se han advertido cambios cuantitativos así como en la composición de los patrones alimentarios de los mexicanos, los cuales han afectado su estado nutricional y sus condiciones de saludIII. Cambios en la composición de los patrones alimentarios Mediante el análisis de las Hojas de Balance de Alimentos* de la Organización para la Alimentación

y la Agricultura (FAO)V, se observó que el consumo de cereales, y en particular de leguminosa (frijol) se redujo (no obstante que son alimentos característicos de la dieta de los mexicanos) y el consumo de azúcares, alimentos de origen animal y aceites vegetales aumentó notablemente, mientras que las frutas, verduras, raíces y tubérculos no mostraron cambios importantes. La dieta tradicional de los mexicanos se está abandonando de manera tal que actualmente predominan las dietas deficientes y de alta densidad energéticaIV,VI. El aumento observado en el consumo de azúcar no permite discernir en qué alimentos o bebidas se encuentra, o si es “azúcar añadida”; no obstante, debido a que, junto con los aceites vegetales, es uno de los ingredientes más utilizados en los productos ultra-procesados como jugos de frutas, refrescos y pastelillos empaquetados, es posible inferir que el aumento considerable en su consumo (entre 14% y 15% de las caloría totales, más de lo reco-

En México, en el lapso de 1961 a 2013, el consumo de kilocalorías por persona al día (kcal/per/día) se incrementó en 830, al pasar de 2,401 a 3,049. Sin embargo, como se verá más adelante, ello no revela las grandes diferencias existentes en el país cuando se analiza el gasto por nivel de ingresosIV Patrones alimentarios por grupo de alimentos 1961-2013 Grupo de alimentos Kcal/per/día

1961-71

%

2,401.8

Cereales 1342.1 Grasas animales 26.2 Aceites vegetales 136.3 Alimentos de origen animal 255.6 Azúcares 291.0 Frutas y verduras 92.2 Raíces y tubérculos 22.1

1971-80

% 1981-90

2,714.8

%

3,048.9

1991-00

% 2001-10

% 2011-13

3,081.0

3,049.7

2,991.0

55.8 1.0 5.6

1,382 37.7 160.6

50.9 1,457.8 1.4 63.3 5.9 255.4

57.8 2.1 8.4

1,384.2 66.6 253.8

46.2 2.8 8.5

10.6 12.2 3.8 0.92

366.3 398.0 108.5 24.1

13.5 14.6 4.0 0.89

13.7 14.5 4.4 0.84

420.8 461.0 133.5 25.5

14.1 15.4 4.5 0.85

418.4 443.2 133.4 22.7

1,346.9 65.4 244.0

43.7 2.1 7.9

524.2 17.0 474.7 15.4 152.7 5.0 31.0 1.0

%

1309.3 71.2 294.0

42.9 2.9 9.6

546.7 664.3 141.3 30.3

18.0 15.2 4.6 1.0

Fuente: Elaborado por los autores a partir de las Hojas de Balance de Alimentos de la FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Statistical Databases. URL:http://faoestat.fao.org 1961 a 2013.

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COLABORACIÓN ESPECIAL mendado por la OMS de 10% o menos) , en parte proviene de estos alimentos. Estos cambios en la alimentación en México podrían explicar la doble carga de malnutrición en la que coexisten la desnutrición por deficiencia de nutrientes como los que contienen las legumbres, verduras y frutas, y la obesidad y sobrepeso por exceso de calorías como reflejo de las dietas altamente energéticas. La información sobre desnutrición mostrada en las cuatro Encuestas Nacionales realizadas en México (ENSA, 1988; ENSA, 1999; ENSANUT, 2006; ENSANUT, 2012) por el Instituto Nacional de Salud Pública, si bien muestran disminución en la desnutrición, señalan aún la existencia de bajo peso, emaciación y principalmente baja talla en niños menores de cinco años durante el periodo 1988-2012VIII. En 2012 el INEGI reportó que se le atribuyeron 7,730 defunciones a la desVII

nutrición y ocupó el décimo lugar como causa de muerte en la población general. En los niños menores de un año se ubicó en el noveno lugar con 457 defunciones y en el grupo de 65 años y más fue causante de 6,050 defunciones, es decir, del 78.27% de muertes por desnutriciónIX. Las Encuestas Nacionales de Nutrición ya mencionadas también muestran que la prevalencia de desnutrición en menores de 5 años es distinta en las diversas zonas del país, y que entre la población indígena y la no indígena hay grandes diferencias: en 2012 fue de 33.5 y 11.7, respectivamenteVIII. El sobrepeso y la obesidad están directamente relacionados con el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cánceres que constituyen las principales causas de mortalidad en el país. En México, de acuerdo con la última Encuesta Nacio-

* Las hojas de Balance de Alimentos (HBA) de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) registran la disponibilidad o consumo aparente” de los principales alimentos en los diferentes países y por año.En este texto el enunciados “consumo de alimentos” se deberán entender como los alimentos disponibles para el consumo. Las HBA se elaboran cada año lo cual posibilita hacer comparaciones entre distintos países y trazar las tendencias de consumo en un país a lo largo del tiempo. No obstante, esta información no proporciona datos sobre el acceso y consumo efectivo de alimentos, ni muestra diferencias por grupos de población:edad, sexo, localidad.

Junto con la obesidad, la evolución de la mortalidad por diabetes tipo 2 en México en los últimos 20 años ha pasado de una tasa de mortalidad de casi 30 por 100,000 habitantes en 1990 a una tasa de más de 70 por 100,000 habitantes en 2012. En 1990 las muertes por diabetes correspondieron al 6.1% del total de muertes y para 2012 subieron a 14.1%. Desde el año 2000 la diabetes tipo 2 ha ocupado el primer lugar como causa de muerteVI

TASA DE MORTALIDAD POR DIABETES, GENERAL Y POR SEXO EN MÉXICO, 1990-2012

73.2 72.7 72.1

2012

Tasa por 100,000 habitantes Tasa de mortalidad Mujeres 33.4 29.6 25.7

Tasa de mortalidad Población total Tasa de mortalidad Hombres

1990 Fuente: Estadísticas de mortalidad INEGI 1990-2012. Las tasas se calcularon con base en las Proyecciones de CONAPO, 2010-2050. México, 2014.

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La población con mayores ingresos gastó 3.9 veces más en carne de res que el promedio de los más pobres; este indicador se elevó a 5.9 veces en el caso de pescados y mariscos. Asimismo, La población con el mayor ingreso gastó 2.7 veces menos en refrescos que el gasto promedio de los deciles I a IV, y el gasto en frutas mostró una diferencia de 4.9 veces más en la población de mayores ingresos con respecto al promedio de los deciles a los de menor ingreso Cereales

Porcentaje del gasto en alimentos

ALIMENTOS EN LOS QUE DISMINUYE EL PORCENTAJE DE GASTO A MEDIDA QUEAUMENTA EL NIVEL DE INGRESO EN LOS HOGARES

Tortillas de maíz Tubérculos Aceites y grasas Azúcar y mieles Bebidas no alcohólicas Carne de cerdo Carne de aves Huevo Verduras y legumbres

I

II

III

IV

VI

V

VII

IX

VIII

X

Deciles de los hogares según nivel de ingreso ALIMENTOS EN LOS QUE AUMENTA EL PORCENTAJE DE GASTO A MEDIDA QUE AUMENTA EL NIVEL DE INGRESO EN LOS HOGARES, 2012 Carne de res y ternera

Porcentaje del gasto en alimentos

Pescados y mariscos Leche Derivados de la leche Frutas Bebidas alcohólicas

I

II

III

IV

V

VI

VII

VIII

Deciles de los hogares según nivel de ingreso Fuente: Gráficas elaboradas por los autores a partir de la Encuesta de Ingresos y Gasto en los Hogares 2012. INEGI Fotos: cortesía de EXCÉLSIOR

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IX

X


COLABORACIÓN ESPECIAL nal de Salud y Nutrición (ENSANUT 2012), se vio que durante los últimos 12 años la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad (SOB) en el adulto ha aumentado 15.2%. La prevalencia combinada de SOB fue de 71.2% (48.6 millones de personas)X. En el estudio realizado por los autoresVI, con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2012 (ENIGH-2012)XI, se identificó que el gasto varía en determinados alimentos a medida que el ingreso de las personas se modifica desde el decil I de ingreso más bajo, al decil X de ingreso más alto. Se observó que la proporción del gasto en cereales, y particularmente en tortillas de maíz, fue muy alto en los grupos de menores ingresos y disminuyó sustancialmente conforme aumentó el ingreso de la población; de igual manera se comportaron los azúcares, los tubérculos, las grasas y aceites, el huevo, la carne de ave y las verduras y leguminosas. Las carnes presentaron un comportamiento variado; en los deciles altos fue mayor el gasto en la de res, ternera, pescados y mariscos, cuya diferencia fue muy marcada entre ricos y pobres. Así, la población con mayores ingresos (decil X) gastó 3.9 veces más en carne de res que el promedio de los más pobres (deciles I-IV), este indicador se elevó a 5.9 veces en el caso de pescados y mariscos. Por otro lado, el gasto en carne de cerdo mostró un comportamiento particular, ya que en la población de menores ingresos (deciles I a V) fue mayor, y a medida que el ingreso aumentó su consumo disminuyó.

El gasto en leche fue menor que el de los refrescos en todos los grupos, y en particular en el de menores ingresos, cuyo consumo de leche fue de 4% mientras que el de las bebidas no alcohólicas (refrescos) fue de 7%. En términos absolutos la población con el mayor ingreso gastó 2.7 veces menos en refrescos que el gasto promedio de los deciles I a IV. Asimismo, el porcentaje del gasto en derivados de la leche, frutas y bebidas alcohólicas aumentó a medida que aumentó el ingreso. El gasto en frutas mostró una diferencia de 4.9 veces más en la población de mayores ingresos con respecto al promedio de los deciles a los de menor ingreso (decil I-IV). Así, el gasto realizado en bebidas alcohólicas, derivados de la leche, frutas, carne de res y pescados y mariscos presentó claramente un comportamiento de bien de lujo; es decir, a medida que aumentaron los ingresos se incrementó el gasto dedicado ellos más que proporcionalmenteVI. Evidentemente los patrones alimentarios de las y los mexicanos están relacionados con el crecimiento económico del país y con los ingresos, aunque éstos no necesariamente determinan una alimentación adecuada: “La elección de la comida tiene que ver con estilos de vida colectivos, pues son conductas influidas por los medios social y económico en los que viven los sujetos”. Mientras no haya una regulación estricta del mercado, no se apoye a la agricultura, no se promueva la ingestión de alimentos sanos ni se cuide el precio de éstos, el problema continuará. “Si se mantiene esta tendencia tendremos dentro de muy pocos años una población envejecida y enferma”.

REFERENCIAS: I. Popkin BM.The shift in stages of the nutrition transition in the developing world differs from past experiences. Public Health Nutr 2002; 5(IA): 205-214. II. Tello C. Sobre la desigualdad en México. Universidad Nacional Autónoma de México. México D.F. 2010; 227-254 III. Moreno Altamirano L, Capraro S, Panico C, García García JJ, Hernández Montoya D, Soto Estrada G, Silberman M. Seguridad alimentaria, malnutrición y sus determinantes sociales en México. Enviado a Perfiles Latinoamericanos. IV. Moreno Altamirano L. Hernández Montoya D, Silberman M, Capraro S, García García JJ, Soto Estrada G. Sandoval Bosh E. La transición alimentaria y la doble carga de malnutrición: cambios en los patrones alimentarios de 1961 a 2009 en el contexto socioeconómico mexicano. 2014. Archivos Latinoamericanos de Nutrición 2014;64(4):231-240. V. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Statistical Databases. URL:http://faoestat.fao.org. 1961 a 2009. VI. Moreno Altamirano L, Silberman M, Hernández Montoya D, Capraro S, Soto Estrada G, García García JJ, Sandoval Bosh E. (2015)Diabetes tipo 2 y patrones de alimentación de 1961 a 2009: algunos de sus determinantes sociales en México. Gaceta Médica de México 151(3), 354-68 VII. Dieta Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas. OMS, Serie de Informes Técnicos 916. Consulta Mixta de Expertos OMS/FAO 2003. VIII. Rivera-Dommarco J, Cuevas-Nasu L, González de Cosio T, Shamah-Levy T, García-Feregrino R. Desnutrición Crónica en México en el último cuarto de siglo: análisis de cuatro encuestas nacionales. Salud Pública de México 2013;55(2):161-169. IX. INEGI. Consulta interactiva de datos, estadísticas de mortalidad. Página electrónica del INEGI, consultada el 17 de junio de 2015, disponible en: http://www.inegi.org.mx/est/lista_cubos/ X. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición; resultados nacionales 2012. Instituto Nacional de Salud Pública/ Secretaría de Salud. México, 2012. XI. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Disponible en: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/encuestas/hogares/regulares/enigh/default.aspx. Consultado el 18 de julio 2014 XII. World Health Organization “Summary: Deaths (thousands) by cause”. Página electrónica, consultada el 13 de octubre de 2015. Disponible en http://www.who.int/healthinfo/global_burden_disease/estimates/en/index1.html

En 2012 el INEGI reportó 7,730 defunciones por desnutrición, ocupando el 10o lugar como causa de muerte en la población general. En los niños menores de un año se ubicó en el 9o lugar, con 457 defunciones y en el grupo de 65 años y más fue causante de 6,050 defunciones, es decir, del 78.27% de muertes por desnutrición MÉXICO SOCIAL Abril 2016

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La Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación es un mecanismo de adopción voluntaria para reconocer a los centros de trabajo que cuentan con prácticas en materia de igualdad laboral y no discriminación que buscan favorecer el desarrollo integral de sus colaboradoras y colaboradores.

Este sello identifica a un centro de trabajo que mantiene y promueve un clima laboral con igualdad de oportunidades y de trato para todas las personas.

No esperes más, ¡certifícate! La invitación a certificarse para las organizaciones del sector público, privado y social es permanente. Los requisitos pueden consultarse en la página: www.gob.mx/inmujeres (apartado Acciones y programas). Para obtener el folio de participación, es necesario registrarse ante el Consejo Interinstitucional de la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación, integrado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el Instituto Nacional de las Mujeres y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación: • Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) (55)2000-5300 ext. 63562

igualdadlaboral@stps.gob.mx

• Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres)

• Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred)

(55)5322-4200 ext. 3404 y 3401

(55)5262-1490 ext. 5232, 5234 y 5236

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