Clintondale High School, Michigan Este centro de educación secundaria de Detroit está contextualizado en un entorno socio-económico medio-bajo. Los problemas de absentismo, los bajos resultados académicos y el preocupante incremento en el número de conflictos entre estudiantes provocaron en 2010 la reacción del director Greg Green y su claustro. Un gran número de alumnos traían en blanco sus deberes debido a problemas en sus entornos familiares y sociales, otros faltaban a clase por distintos motivos. Muchos de los estudiantes se quedaban rezagados en clase, el fracaso escolar era muy elevado. Los profesores se sintieron responsables de la situación y decidieron en equipo buscar una fórmula distinta para afrontar estos problemas. Después de un estudio para conocer la disponibilidad de acceso a dispositivos móviles por parte de los estudiantes, el equipo directivo decidió implantar en todo el centro el modelo “flipped classroom” como medida para pasar más tiempo trabajando y ayudando a los alumnos en clase. El nuevo modelo provocó que los vídeos fueran muy populares y las clases más participativas. Green y sus compañeros lograron en un solo curso académico mejorar los resultados en Matemáticas, Ciencias, Inglés y Sociales en las clases de noveno grado: Asignatura Inglés Matemáticas Ciencias Sociales
% suspensos 2010 52 44 41 28
% suspensos 2011 19 13 19 9
Pero además del progreso en los resultados académicos, la implantación de “flipped classroom” permitió la consecución de otros objetivos como la reducción del absentismo y los conflictos. Así mismo se produjo una notable mejora en la motivación, en la actitud de los alumnos y en el clima dentro de las aulas. En su página web apuntan como dato que los problemas de disciplina se redujeron en un 66%
Datos del Trabajo Fin de Máster “La clase invertida: una experiencia en la universidad de Málaga” de Juan José Grande Román.