Artículo de la revista Castillo de Letras, nº 5.
DESDE LA CORNISA: LA ENCRUCIJADA.
1. EL CAMINO HACIA LA ENCRUCIJADA. En los números anteriores se han ido describiendo una serie de aspectos relacionados con los cambios sociales y educativos que enfocaban el objetivo hacia la nueva educación y la nueva sociedad enredadas. En esta nueva entrega, intentaré reflejar más la realidad observable, también desde una perspectiva social y educativa, y proponer una serie de medidas que, desde mi punto de vista, son necesarias para afrontar, en nuestro contexto, los problemas educativos observados desde esa atalaya que es la cornisa de nuestro Centro. Para poder hacer esto, tenemos que valorar una serie de factores ineludibles que interfieren en los elementos de nuestro análisis y que plantean la encrucijada a la que se refiere el título de este artículo. En primer lugar, la tan llevada y traída crisis. La crisis no es sólo una crisis económica, aunque sea éste su aspecto más llamativo y dramático, sino que es una quiebra general del modelo social, como ya se había adelantado en alguna de estos planteamientos desde la cornisa. Es una crisis de valores y es una crisis de la sociedad postmoderna tal como la hemos conocido y disfrutado con su fisonomía de un “estado del bienestar” intocable y paradigmático. Ante la necesidad de un nuevo modelo, económico, social, político y, por ello, educativo, se han planteado pocas alternativas al modelo conservador y/o neoliberal (al menos, alternativas que resulten válidas o con expectativas de realizarse) que resulta muy contradictorio ya que intenta reducir el bienestar para poder mantenerlo. Estas alternativas vienen de planteamientos más o menos marginales, por su influencia real y práctica (que no por el apoyo que pueden llegar a tener, teóricamente) como el
movimiento de los “indignados/as” o de planteamientos poco desarrollados y estructurados desde la socialdemocracia que, en gran cantidad de ocasiones, se han plegado al modelo predominante de salida de la crisis y, por ello, a su previsible resultado posterior. Esta falta de alternativa real ha provocado un gran desencanto de la sociedad frente al modelo predominante y frente al tradicional estado democrático de corte occidental (que hasta ahora ha sido el paradigma, sobre todo el modelo europeo y menos el norteamericano) que se ha visto superado por las dificultades y que sólo plantea medidas que reducen el “estado del bienestar”, aumentando así sus detractores, sin que, como hemos dicho anteriormente, haya una alternativa para salir de la situación. Sin embargo, paradójicamente, esta falta de alternativa y este desencanto pueden desembocar en la aparición de un modelo distinto, más estructurado y plausible y, sobre todo, más cercano a los intereses de la mayoría de la población. Esta crisis del modelo social anterior tiene una gran influencia en uno de los pilares fundamentales del bienestar: LA EDUCACIÓN. Por una parte, la necesidad, al parecer urgentísima, de reducir gastos provoca recortes, más o menos reconocidos pero reales, que disminuyen objetivamente la eficacia de nuestro sistema educativo: menos recursos, menos profesores, más desencanto docente, menos desdobles, menos apoyos, menos..., etc. Ese es el peor de los efectos de la nueva situación, porque dedicar los recursos necesarios a educación no es un gasto, por muchos euros que suponga, sino la mejor inversión para nuestro futuro como país, para conseguir una sociedad futura formada y productiva. Es decir, que no invertir en educación es la peor medida de política económica que se pueda tomar. De esta forma, la OCDE, en varios de sus
informes, y expresamente en el de febrero de este año sobre equidad y calidad en la educación pide a sus países miembros que inviertan en educación como solución a largo plazo de la crisis económica, ante el coste que tiene para la sociedad y los individuos el fracaso escolar de sus estudiantes. Porque además se nota mucho y hay datos que lo confirman1: Por otra parte, la búsqueda de un nuevo modelo también afecta a la organización y estructuración de nuestro sistema educativo. Cada cierto tiempo, como está ocurriendo ahora, se plantean cambios con más o menos sentido y con los que podemos estar más o menos de acuerdo y lo importante y significativo de esos cambios no son las modificaciones concretas en sí, sino la sensación descorazonadora de que no somos capaces de encontrar un consenso educativo como país y de que los cambios políticos (y más teniendo en cuenta la debilidad de una situación crítica como la que vivimos) suponen movimientos pendulares que no ayudan para nada a conseguir un sistema educativo estable y eficaz.
2. HACIA DONDE VAMOS. Por todo lo anterior, la evolución de la situación social, económica y educativa camina hacia un modelo diferente, que vamos a tener que ir asumiendo y al que tenemos que ir aportando soluciones y algunas alternativas para, de esa forma, hacerlo, en la medida de lo posible, nuestro, y que podamos identificarnos con más o menos agrado con él; porque va a ser, salvo que cambien mucho las cosas, muy distinto y, seguramente, más incómodo que el que hemos disfrutado hasta ahora. Como es lógico, el análisis de esa dirección que parece que podemos tomar, va a centrarse en el sistema educativo. Sobre la situación educativa, creo que existen dos posiciones, demostrables ambas según los argumentos que se utilicen. La primera de ellas es que hay poca exigencia, poca excelencia y poca calidad y que por ello hay que cambiar la base del sistema y hacerlo más exigente (según sus parámetros) para conseguir un sistema que de verdad forme adecuadamente al alumnado, que sea eficaz y que consiga acabar con el tan llevado y traído fracaso escolar. La segunda, es que se ha avanzado 1
http://www.sintetia.com/analisis/las-dos-espanas-en-materia-de-educacion-pisa-y-gasto-educativo
mucho en la equidad y en la extensión de la educación obligatoria y que, una vez conseguido esto como un objetivo ineludible y prioritario, hay que avanzar hacia una mejora de la calidad y de los resultados como meta del modelo educativo, pero sin renunciar a lo conseguido. Esos dos posicionamientos coinciden con planteamientos docentes también muy frecuentes y equidistantes (como podemos comprobar en esta entrada de Jordi Adell en su blog edu&tec2) que reflejan, por tanto, la dificultad de conseguir acuerdos en el ámbito educativo. Sobre esta base endeble, sin acuerdo político ni educativo y con la crisis rondándonos continuamente, tenemos que repensar nuestro sistema educativo para saber qué hacer, porque no olvidemos que tenemos que buscar soluciones sólo y exclusivamente para mejorar la formación de nuestro alumnado, aunque algunos sectores confunden este objetivo con los suyos propios (empresas, docentes, familias, partidos, sindicatos, etc.) y para un mundo que todavía está en formación y que no está definido; para un mundo3 que no sabemos, con seguridad, cómo va a ser y qué alternativas formativas y profesionales va a ofrecer a nuestro alumnado actual y futuro. Si, además, hacemos caso a ciertas evidencias4 sobre las profesiones más demandadas del presente y de un futuro no muy lejano, está claro que no formamos para ellas y que, por lo tanto, hemos de cambiar de objetivo y de instrumentos educativos.
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http://elbonia.cent.uji.es/jordi/2012/02/19/concepciones-de-la-ensenanza/ http://mjfn62.blogspot.com/2012/02/sabias-que-el-mundo-que-viene.html
http://www.abc.es/20120229/economia/abci-nuevas-profesiones-futuro-empleo-201202281538.html. Estas profesiones son: experto en analítica web, diseñador web, arquitecto de información, editor de contenidos, analista funcional, webmaster, consultor e-business, responsable de e-comercio, director de marketing on line, administrador dé base de datos, etc.
Sin embargo, sí sabemos una cosa: no podemos utilizar recetas trasnochadas, no podemos volver atrás, no podemos seguir con un predominio de modelo docente-educativo del siglo XX (por no exagerar y decir del siglo XIX) y tenemos que valorar las posibilidades que para el aprendizaje suponen los avances tecnológicos y las redes sociales. En definitiva, creo que las soluciones deben venir de la innovación y no de la tradición y de pensar en el alumnado mas como una antorcha5 que hay que encender que como un recipiente que hay que llenar. Y como he repetido en alguna ocasión, no debemos empeñarnos en enseñarles contenidos sino en que sepan buscarlos y utilizarlos; no darles el pez, sino enseñarles a pescar.
3. PROPUESTAS. Ante todo lo expuesto anteriormente, he ido aportando propuestas desde hace un tiempo en mi DIREBLOG que desarrollamos a continuación.
A. Un decálogo de mejora. El primero de ellos fue una entrada relacionada con los resultados de las pruebas Pisa6 de 2010. En ella se establecía un posible decálogo de mejora educativa que reproduzco a continuación: - Planes de lectura y de mejora de la expresión obligatorios para todos los centros y todas las áreas. No sólo debe ser responsabilidad del Departamento de Lengua o del Equipo de Biblioteca y llevado a cabo por profesorado voluntario. Así nos va. - Más profesorado de apoyo en el aula y para desdobles. Contar con profesores/as de apoyo dentro del aula para atender a la diversidad, para trabajo colaborativo o, en algún caso, poder hacer desdobles. - Formación obligatoria, tanto inicial como permanente, en competencias básicas. No podemos enseñar lo que no conocemos y dominamos. Sólo una buena formación puede provocar el cambio y esta formación no debe 5 6
http://knowledge.wharton.upenn.edu/article.cfm?articleid=2032 http://mjfn62.blogspot.com/2010/12/pisa-para-que-decalogo-con-toda-la.html
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confundir y angustiar al profesorado, sino abrirle expectativas y campos de trabajo. Menos contenidos y más didáctica, menos métodos tradicionales y más innovación. En la era digital, saturar de contenidos al alumnado para que luego lo vomiten en un examen o "control" (que nombre más indicativo) sirve de poco. Bueno, sí, sirve para tener malos resultados. Tenemos que buscar nuevas metodologías que acerquen al alumnado al conocimiento. Más colaboración y coordinación docente. Las buenas prácticas de docentes que tenemos cerca y la necesidad de ofrecer al alumnado una imagen de unidad de acción hacen imprescindible estas dos acciones. Aprender entre los docentes y programar coordinadamente son temas fundamentales para mejorar Integración del currículo. El desarrollo de las competencias del alumnado no se puede conseguir de otra forma. Por lo tanto es imprescindible integrar los currículos de las diferentes áreas y trabajar en esa línea, que abunda en la medida número 5. Evaluación formadora y no castradora. La evaluación tiene que servir para mejorar, para aprender, no para calificar, segregar o castigar. Y esto es algo que queda muy lejos de la realidad de muchos/as docentes. Proyectos curriculares de zona o localidad y contextualización de los aprendizajes. Hacer proyectos curriculares de centro, coordinados con centros adscritos en localidades de tamaño medio o grande y proyectos de localidad en municipios pequeños, ayudará a mantener una línea formativa que mejore al aprendizaje del alumnado. Si, además, esos planes contextualizan los aprendizajes, la ayuda será doble. Línea de centro bien marcada. El centro educativo no puede dar vaivenes, debe seguir una línea de acción bien marcada, con las ideas claras y con tiempo para poder llevarlas a cabo. Para ello, sería también muy saludable la mayor estabilidad posible de la plantilla docente de los centros. Compromisos familiares con los centros, en centros abiertos y participativos. La educación es también un compromiso de la familia, no sólo de la escuela. Por ello, las familias deben comprometerse, pero no de manera protocolaria sino real, porque vean que pueden participar en la gestión del centro y porque vean que el centro ayuda a sus hijos a tener la mejor formación posible.
Sólo con una lectura rápida se puede comprobar que la mitad de las medidas dependen del profesorado. Para algunos esta afirmación, creo que interesadamente porque así evitan sus posibles responsabilidades, significa que "entonces el profesorado tiene la culpa del fracaso". Sin embargo, es todo lo contrario. El profesorado es tan importante, es tan crucial en este camino, que sólo si se asume así se podrá cambiar. Los docentes son el eje del cambio, son el elemento clave y primordial de este proceso. El profesorado es la figura central de todo esto.
B. El propósito de la educación. La segunda entrada está en relación con una campaña establecida por docentes preocupados por el futuro de la educación conocida como Purposed.es7, el propósito de la educación8 que explicaba lo siguiente: Cuál es el propósito de la educación? Compleja cuestión la que nos plantea la iniciativa #PurposedES, porque es un tema para una reflexión profunda y explicarlo resulta difícil. Yo voy a intentarlo. Debe ser que el alumnado aprenda lo más posible. Pero aprender qué y para qué. Qué aprender. Siempre he pensado que la educación es un medio para intentar disminuir desigualdades y para dar oportunidades a quién difícilmente podría tenerlas sin un bagaje educativo mínimo y, por ello, tengo la obligación y la devoción, porque es un reto estimulante y continuo, de procurar atender a toda la diversidad de alumnado y de dar lo máximo a cada uno/a para que consiga el éxito educativo y social. Esto, ya de por sí complejo, puede resultar completamente imposible si no se asimila su necesidad y puede ser también complicado si no se intenta comprender y conocer al alumnado y aprender de él; y si no se está abierto a su mundo y a sus intereses. En un mundo digital, la acumulación de conocimiento no tiene el sentido que tenía hace unos lustros y hay que trabajar más los contenidos y las metodologías que hagan a nuestro alumnado competente para que sea capaz de enfrentarse al mundo que le rodea, comprendiéndolo y teniendo la capacidad necesaria de intentar cambiar lo que crea injusto.
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http://purposedes.org/ http://mjfn62.blogspot.com/2011/04/cual-es-el-proposito-de-la-educacion.html
Para qué aprender. Voy a intentar explicarlo con dos comentarios de dos antiguos alumnos. Uno de ellos me comentó que le había enseñado a pensar; algo que me impresionó porque, aunque siempre lo he intentado, no sabía con seguridad si lo conseguía o no. El otro caso es el de una antigua alumna que tiene su hija en la guardería donde trabaja mi mujer y le comentó que yo era de los pocos profesores que le dio clase y que le saluda. En esos dos ejemplos, creo que se resume lo que yo intento como docente y lo que debería proponerse la educación: hacer pensar al alumnado y comprenderlo. Pero la cruda realidad es mucho más compleja porque hay muchos intereses en juego en una sociedad tan competitiva como la nuestra y tienen que aprender para desenvolverse en todos los posibles contextos laborales y de formación continua que puedan encontrar. ¿Les servirá para ello tener muchos conocimientos acumulados o saber desenvolverse y tener habilidades para adaptarse a lo que se puedan encontrar? Ese es su reto y el nuestro. La Dirección. Como director, mi visión es más global y más a largo plazo y pienso que, desde esta perspectiva, el propósito educativo es asegurar una formación adecuada a las necesidades e intereses del alumnado para asegurar su éxito social y educativo y evitar el llamado fracaso educativo (¿social?) y crear una verdadera comunidad educativa. Al final, resulta que podemos establecer que la educación tenemos que entenderla como un servicio público para conseguir una sociedad mejor, porque sólo es imposible lo que no se intenta y sólo podemos avanzar si aprendemos de los demás. Ya está dicho.
C. Deseos educativos. La tercera entrada es una propuesta de deseos educativos que reflejan posibles soluciones a los problemas educativos. En estos Tres deseos educativos9 se pueden resumir algunas de las propuestas expuestas aquí. El primero es que la educación se siga basando en tres pilares fundamentales: la atención a la diversidad, la metodología 2.0 y las competencias básicas. Para algunos/as eso sería caminar directamente al desastre, pero para mí es la única solución si queremos no volver a quedarnos atrás. El segundo es que el profesorado se dé cuenta de una vez de que es el elemento clave10 de la mejora educativa. De que sólo un profesorado formado, comprometido e ilusionado puede darle la vuelta a la situación. El tercero es que la crisis favorezca una mayor participación e implicación de las familias en los centros.
D. Una “reforma” por hacer. La cuarta entrada es ya más reciente y trata sobre la reforma educativa11 que parece que se va a desarrollar próximamente y que personalmente considero una simple chapuza. Las propuestas son las siguientes: La primera, reforzar y potenciar los PCPI, como salida socio-educativa para el alumnado con problemas de adaptación al sistema más "académico". La segunda, prestigiar la Formación Profesional, con verdaderas salidas formativas y laborales. Parece que ese es el camino en el que todos coincidimos. La tercera, una formación inicial y permanente del profesorado atractiva, que fomente el trabajo colaborativo e integrador y que provoque cambios 9
http://mjfn62.blogspot.com/2011/12/tres-deseos-educativos-para-el-2012.html http://www.oecd.org/dataoecd/3/35/43057468.pdf 11 http://mjfn62.blogspot.com/2012/01/una-verdadera-chapuzay-algunas.html 10
metodológicos dirigidos al desarrollo de las competencias básicas, de la metodología 2.0 y para procurar mejores condiciones para una verdadera atención a la diversidad e inclusión. Y la cuarta. Para todo eso hacen falta recursos y en época de crisis, de recortes, o lo que sea, más. Como bien nos están diciendo, hacen falta sacrificios y medidas drásticas. Por eso pienso que una medida de ese tipo sería, qué duda cabe, que se cortaran las subvenciones a los centros concertados y que esos fondos públicos se dediquen a reforzar la educación verdaderamente pública. No faltan propuestas, faltan otras cosas. Que cada quien le ponga el cascabel al gato o a los gatos, si es el caso. Manuel Jesús Fernández Naranjo