Revista Mariana NĂşmero 27 aĂąo 2014
Apariciones Mensajes Historia
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Prólogo
“Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki”, eso nos dice la historia pero pocos saben que “8 Jesuítas resultaron ilesos de la bomba de Hiroshima por
intercesión milagrosa de la Virgen”.
Profr. Gerardo Nava
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Contenido El Santo Rosario: Mas poderoso que la bomba atómica Testimonio del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.
El padre Hubert Schiffer, uno de los sobrevivientes de la comunidad de jesuítas ha explicado durante años que «vivíamos y orábamos el rosario diariamente en esa casa»
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Intercesión milagrosa Milagro del Rosario en Hiroshima: del 6 de agosto de 1945 Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki. En Nagasaki, como resultado de la explosión, todas las casas en un radio de aprox. 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes estaban dentro quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban fuera fueron quemados. En medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras (aprox. 1Km) del epicentro del epicentro de la bomba. Eran misioneros alemanes sirviendo al pueblo japonés. Como los alemanes eran aliados de los japoneses, les habían permitido quedarse.
La iglesia junto a la casa de los jesuitas quedó destruida, pero su residencia quedó en pié y los miembros de la pequeña comunidad jesuita sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni pérdida del oido, ni ningúna otra enfermedad o efecto. El Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30 años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros 33 años mas de buena salud. El narró sus experiencias en Hiroshima durante el Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia (EU) en 1976.
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Intercesión milagrosa En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad Jesuita estaban todavía vivos. El Padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros habían sobrevivido. El lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo: "Yo estaba en medio de la explosión atómica... y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción." Además, el Padre Shiffer mantuvo que durante varios años, cientos de expertos e investigadores estudiaron las razones científicas del porqué la casa, tan cerca de la explosión atómica, no fue afectada. El explicó que en esa casa hubo una sola cosa diferente: "Rezábamos el rosario diariamente en esa casa". En la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San Maximiliano Kolbe había establecido un convento franciscano que también quedó intacto, los hermanos protegidos gracias a la protección de la Virgen. Allí ellos también rezaban diariamente el santo rosario.
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Intercesión milagrosa 10 de agosto de 2010.- El 6 de agosto de 1945, a las 8.15 de la mañana explotó sobre Hiroshima la bomba atómica que mató directamente a 80.000 personas y destruyó más de dos tercios de los edificios de la ciudad. 8 sacerdotes jesuítas que vivían en comunidad junto a la iglesia parroquial, a menos de una milla del punto de detonación escaparon milagrosamente casi ilesos. El padre Hubert Schiffer, uno de los sobrevivientes, ha explicado durante años cómo todos creían «que sobrevivimos porque vivíamos el mensaje de Fátima. Vivíamos y orábamos el rosario diariamente en esa casa». (Catholic Herald) El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana el bombardero americano Enola Gay dejó caer su bomba “Little Boy", que bajó hasta la altura de detonación predeterminada de 700 metros sobre Hiroshima, y explotó en un relampago cegador, creando una gigantesca bola fuego que vaporizó prácticamente todo y a todos dentro de un radio aproximado de una milla del punto de impacto. Se estima que 80.000 personas fueron muertas directamente por la onda expansiva, y hacia el fin de ese año, esa cifra había aumentado considerablemente, debido a las heridas y los efectos de la radiación. Más de dos tercios de los edificios de la ciudad resultaron completamente destruidos.
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Intercesión milagrosa
Pero en medio de esta terrible masacre, algo bastante notable ocurrió: había una pequeña comunidad de Padres Jesuítas viviendo en un presbiterio cercano a la iglesia parroquial, que se ubicaba a menos de una milla del punto de detonación, bien adentro del radio de devastación total. Y los ocho miembros de esa comunidad escaparon virtualmente ilesos de los efectos de la bomba. Su presbiterio permaneció en pie, al tiempo que los edificios al rededor, y virtualmente tan lejos como alcanzaba la vista, quedaron arrasados. El padre Hubert Schiffer, un jesuita alemán, fue uno de los sobrevivientes, de 30 años al día de la explosión y que vivió hasta la edad de 63 en buena salud. En años posteriores viajó para hablar de su experiencia, y este es su testimonio, registrado en 1976 cuando los ocho jesuítas todavía estaban vivos. El 6 de agosto de 1945, luego de decir misa, se había sentado a desayunar cuando hubo un destello brillante de luz.
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Intercesión milagrosa
Como Hiroshima tenia instalaciones militares, asumió que debió haber habido algún tipo de explosión en la bahía, pero casi inmediatamente recuerda: “Una terrible explosión llenó el aire con un estallido atronador. Una fuerza invisible me levantó de la silla, me arrojó por el aire, me agitó, me apaleó, y me hizo girar por todos lados…” Se levantó del piso y miró alrededor, pero no podía ver nada en ninguna dirección, todo había sido devastado. Tenía algunas heridas menores, pero nada serio, y de hecho exámenes posteriores a manos de doctores del ejército americano y científicos, mostraron que ni él ni sus compañeros sufrieron efectos malignos por el daño de la radiación y la bomba. Junto a sus compañeros jesuitas, el padre Schiffer creía “que sobrevivimos porque vivíamos el mensaje de Fátima. Vivíamos y orábamos el rosario diariamente en esa casa.” Fuente: http://www.corazones.org http://www.caminocatolico.org
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