Universidad de los Andes Departamento de Arquitectura y DiseĂąo Atlas TenĂa un nombre pero se me olvido Michelle Helo 201224445
Índice Introducción
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La familia
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Enterandonos de la enfermedad
07
Modificando un estilo de vida
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Los rompecabezas Espacios Constantes Las rutinas Una compañía constante
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Las comunicación
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Repetir, repetir y repetir Recuerdos
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Dedicatoria
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Introducciรณn
La memoria actúa de formas maravillosas, donde objetos, imágenes, colores, sabores y hechos pueden ser recolectados del pasado y ser traídos al presente. Sin embargo, está a veces olvida, haciendo que vivamos una vida de la cual sabemos poco, de esta forma se ha reconocido a través del tiempo que los recuerdos nos marcan como personas y nos hacen quienes somos, pero ¿qué pasa cuando el cerebro los borra? ¿acaso olvidaremos tantos recuerdos que dejaremos de ser nosotros? En mi casa la memoria siempre ha sido un tema de que hablar, representando uno de los miedos más grandes en mi familia. Mi abuela sufre de alzheimer y desde hace muchos años nos venimos preparando para su pérdida de memoria, sin embargo, a medida que pasa el tiempo y más se revela la enfermedad más cambios y adaptaciones sufren nuestras vidas. Usualmente la experiencia sobre este miedo comienza con un: ¿alguien sabe donde están mis gafas? y termina con un ash es que a mi se me olvida todo!. En este atlas se encontrará una colección de situaciones propias de mi familia, dedicadas a quienes pasen por este mismo camino o quieran saber algunas de las historias que se viven al convivir con una persona que sufre alzheimers. Es así como este libro contiene un viaje en el tiempo de los recuerdos, recuerdos olvidados y recuperados. 02
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LaFamilia
Este libro nace de mi propia historia, de mis experiencias y las de mi familia, por esto es indispensable que les presente a los actores de los cuales haré referencia a lo largo del atlas. Lo primero a decir es que somos una familia pequeña. Somos seis, donde esta mi abuelita, Beatriz, mi tía Paola, y su hijo Maximus, mi mamá Adriana, mi hermana Dominique y yo, Michelle. Mi abuelita, Beatriz Montoya, es la protagonista de esta historia, ella, como lo dije anteriormente inspira la creación de este atlas, ya que hace 4 años fue diagnosticada con alzheimer. Ella se casó con Tulio Álvarez y tuvo dos hijas, Adriana y Gina Paola. Aunque estoy segura que a través del atlas conocerán más de ella, debo decirles algunas cosas que la caracterizan, como por ejemplo, que vive bajo la filosofía de: ganar o empatar pero, NUNCA perder. Esta filosofía hace que sucedan experiencias muy divertidas y un poco frustrantes, como cuando ella le corrige al doctor diciéndole que él no sabe nada, que aprenda a leer y que ella está perfectamente, entre muchas otras. Esta forma de ser nunca había creado problemas, sin embargo, con el tiempo se ha convertido en un gran inconveniente ya que, ella no quiere perder nada de independencia y autonomía, pero la enfermedad no permite que estas dos cosas sean posibles. 04
Mi abuela heredó su olvido de su lado materno, de la que cuenta que al llamarla pasaba por 5 o más nombres para llegar al correcto. Le decía Martha, Gladys, France, entre muchos otros nombres hasta llegar con desespero al nombre correcto: BEATRIZ! Mi abuela continuó esta acción con sus hijas, las cuales responden a todo tipo de nombres, como: Paola, Tatiana, France, Gladys, Martha, Adriana o Patricia. Normalizando la situación ellas respondieron a los diferentes nombres erróneos, causando que la confusión de nombres se repitiera con los nietos. Empecemos con uno de esos nombres, mi mamá Adriana Patricia. Usualmente confundida por los nombres de las hermanas de mi abuelita como Gladys, Martha o France o su hermana Paola. Ella es la hija mayor, fue artista de profesión pero siempre ha encontrado la forma de hacer todo menos eso, ella tiene una personalidad muy sociable y es amante del café, como su madre. Adriana nos tuvo a mi hermana y a mi, primero llegue yo cuando ella tenía 25, con mi papa Jimmy Helo. Cuando yo cumpli 5 años los tres decidimos ir a República Dominicana donde duramos 5 años, cuando volvimos ya habían pasado 10 años desde mi nacimiento y decidieron que era el momento para tener otra hija, en ese momento llego mi hermana Dominique. Al poco tiempo de que Dominique llegará al mundo nos mudamos a un apartamento justo al lado de mi 05
abuelita, ya que, mi tía Paola que vivía con ella, contrajo matrimonio y se mudó con su esposo. Pasados unos años mis padres se divorciaron y en la casa quedamos viviendo mi mamá, mi hermana y yo, siendo vecinas de mi abuelita, uniéndonos más como familia y convirtiéndonos en un núcleo muy unido. Es momento de presentarles a mi tia Paola, ella vivió la mayoría de su vida con mi abuelita. Ellas son inseparables, como les dije anteriormente vivieron muchos años juntas, pasearon por el mundo descubriendo lugares nuevos y teniendo experiencias inolvidables. Paola se casó con Germán Escalante y se fué a vivir a Estados Unidos, donde nació Maximus, su primer y único hijo. Max es el primer hombre de la familia, ganándose así un lugar especial en el corazón de todas. A través del atlas podrán encontrar más datos que les harán conocer la familia a mayor profundidad, ahora es tiempo de comenzar con la verdadera historia de olvidos.
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Enterandonos de la enfermedad
En mi casa siempre hemos sido muy olvidadizos, las gafas, las llaves, el celular y el teléfono inalámbrico, son objetos que se nombran mucho, sin embargo, poco tiempo pasan por nuestras manos. Usualmente aparecen en la nevera, en el closet, la ducha, el horno, entre muchos otros lugares insolitos. Por esto, salir de mi casa es un tema complicado, claramente tenemos que tener en cuenta los 10 minutos de buscar las llaves, los 10 de las gafas y si tenemos que llevar algun papel importante los 5 minutos para saber cuál fue el lugar donde lo dejamos. Ah claro! y no hay que olvidar los 5 minutos de pensar si se nos queda algo, sabiendo que es así. Todo esto parecía normal en algún momento de nuestra vida, decíamos que simplemente teníamos una mala memoria y que a todo el mundo le pasaban ese tipo de cosas. Para probar nuestro punto visitamos un neurólogo en el 2010, que nos dijo que aunque era normal olvidar algunas cosas, ese no era nuestro caso. Ese dia diagnosticó a mi abuelita con olvido severo, no había nada que hacer para mejorar este olvido, sin embargo, le receto una pastilla llamada Memantina de 5 mg yl también le sugirió hacer ejercicos para mejorar la concentración. Para nosotras el olvido severo era algo del diario vivir, habíamos aprendido a convivir con el olvido y con las chistosas situaciones de encontrar la gafas en 08
la nevera, pero todo estaba por cambiar cuando empezó nuestra travesía, que tuvo inicio con un viaje en el año 2014. El viaje que abriria nuestros ojos nació de la decisión de conocer la costa Colombiana en familia, a este viaje fuimos mi abuelita, mi mamá, mi hermana, y yo. Todo parecía que saldría a la perfección pues habíamos planeado hasta el más mínimo detalle: trayectos, estadías, comidas y planes; sin embargo, había circunstancias que no se podían planear. Era julio, la época perfecta para ir de vacaciones, todo tuvo un buen comienzo. El correr de la mañana buscando no dejar nada, las gafas perdidas como siempre, el celular en la cocina, las maletas en la puerta y un trancón hacia el aeropuerto, todo mostrándonos un comienzo de viaje normal. El viaje en avión estuvo bien, nada de turbulencias, pocas filas y mucha alegría, hasta que llegamos. El mareo ataco a mi abuelita, la confundió y nos preocupo mucho, pensamos que al llegar al hotel todo pasaría, pero este era el primer síntoma de un largo viaje. A medida que el paseo tomada su camino la confusión lo acompañaba, dejándonos perplejas a mi mamá, mi hermana y a mi. Mi abuelita empezaba a olvidar conversaciones, hacía preguntas que repetía cada 15 minutos o menos, se mareaba si tenía alguna 09
angustia o simplemente si no entendía qué estaba sucediendo. Una de las frases más recurrentes en el viaje era “¿Hoy juega Colombia, Verdad? Tenemos que ganar, es importante ir al mundial” parecía que era todo en lo que ella podía pensar. Sin embargo, cuando esta frase se repetía cada diez minutos, cavaba un hueco en nuestra tranquilidad y nos llenaba de preguntas y angustia. Al llegar al final del viaje la incertidumbre rondaba el ambiente, finalmente llegamos a la conclusión que ir al neurólogo sonaba como el paso inminente a seguir, así que agendamos la cita y esperamos, hasta que el día llegó. La cita quedó concertada para enero y mi mamá sería la destinada para acompañar a mi abuelita. Cuando por fin llegó la fecha, ellas salieron faltando dos horas para ser atendidas, esto provocó una larga espera en la antesala, la cual era agobiante para mi mamá, mientras mi abuelita jugaba en el celular ignorando todo a su alrededor. La puerta cerrada del doctor se abría para llamar nombres de personas desconocidas, hasta que abrió y con tono grueso, por fin escucharon la llamada “Beatriz de Alvarez, siga”. El doctor con su bata impecablemente blanca, su silla lejana y distante, decía palabras que ninguna de las dos entendían, entre esas palabras se escuchó la tan 10
temida frase: “Lo más probable es que esté en sus primeras etapas de Alzheimer, Vamos a hacer unos exámenes…”. Mi mamá no entendía porque y mi abuelita sólo le recordaba al doctor lo equivocado que estaba. En esta enfermedad la negación es la primera reacción, nadie quiere enfrentarse a la realidad de perderse en el olvido, de dejar de ser y convertirse en un papel en blanco. Como dije anteriormente la negación es la primera fase, sin embargo la curiosidad ataca este sentimiento, haciendo que google se convierta en una mano amiga. Después de ardua investigación, mi mamá comenzó a cambiar nuestras vidas poco a poco, al comienzo no dio ninguna explicación, pero el tiempo nos iba dando las respuestas sin buscarlas.
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Modificando el estilo de vida
Rompecabezas Todo comenzó con un rompecabezas de 1000 piezas, luego llegaron más y más cajas, diferentes colores, formas y piezas invadieron la casa, la excusa perfecta para unir a la familia. El plan al comienzo fue toda una experiencia. El primero duró un mes, donde las piezas se perdían en el suelo pero cada momento del día nuestro pasatiempos rondaba en la cabeza de toda la familia. En ese momento mi abuela era vecina de mi mamá, mi hermana y yo, lo que hacía que pasaramos todo el tiempo juntas, colaborando en unir piezas y crear un momento del día dedicado a la rutina de los rompecabezas. Con el tiempo nos fuimos dando cuenta que la habilidad de mi abuela y mi mamá aumentaba, la de mi hermana disminuía porque ya había entendido lo aburrido que era este plan para ella y yo solo observaba poniendo una pieza o dos en cada caja. Todo hacía parecer que los rompecabezas daban el resultado esperado. La teoría dice que “elegir una actividad como armar rompecabezas, llenar crucigramas, leer novelas, 14
descifrar la lógica del sudoku o escribir, puede retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer cuando se realiza antes de que aparezcan los síntomas.” (Dra. Alizia) ya que, es la clave para disminuir los niveles de una proteína, la cual se relaciona con el desarrollo de la enfermedad. Hoy cuatro años después de haber comenzado el primer rompecabezas estos siguen rondando en la casa, sin embargo, ya no duran una semana sobre la mesa, ya duran meses, en los cuales mi abuela se sienta horas y horas diarias, con la duda constante si avanzo mucho o poco en las horas que se sentó. Antes, los rompecabezas nos brindaba a toda la familia satisfacción, sin embargo, al pasar del tiempo cada uno viene con una frustración y una carga diferente. Aunque, no olvidamos que estos han sido de mucha ayuda, hoy en día, la dificultad de mi abuela de unir las piezas se hace mayor. Por lo anterior, mi mamá ha tenido que sentarse justo cuando mi abuelita no está viéndola a ayudarle a avanzar, ya que no soporta la frustración que estos le generan a mi abuela. ¡Yo no fui! le gritaba mi abuela a mi mamá, mientras ella le decía con un tono sarcástico, ah no debí haber sido yo! esta conversación se escuchaba constantemente con diferentes palabras pero siempre el mismo problema: la destrucción de los rompecabezas. Cuando mi abuela siente algún tipo de frustración, 15
simplemente recoge las piezas de la mesa, sin importar cuĂĄnto tiempo la familia hubiera invertido en ĂŠl o que tan poco le haga falta para completarse. Por esto, cada uno de nosotros estamos pendientes de sus arrebatos en contra de su pasatiempos, ya que, si no lo controlamos, la frustraciĂłn pasa de ella a nosotros, por la sensaciĂłn de haber perdido todo el tiempo. Pero como dije anteriormente, mi abuela no pierde por nada del mundo, por lo tanto, decirle que ella hizo algo indebido destruyendo el rompecabezas es buscarse una pelea segura en la que la ganadora tiene un nombre propio y una mala cara por el resto del dĂa.
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Espacios constantes Sillas, cama, mesita de noche, comedor, rompecabezas, sacos, chaquetas, pantalones y camisas, todo debe estar en su lugar, todo se tiene que ver igual, siempre igual, sin cambios, una burbuja de tiempo sobre un lugar. Pensamientos que rondaban la cabeza de mi madre:¿Y entonces ...? ¿Qué voy a hacer? Siempre igual significan las mismas personas y… ¿y yo? ¿Cómo hago para seguir mi vida? ¿Si encontre a alguien con el que me quiero casar… debo dejarlo ir para no afectar a mi madre? ¿Qué pasa si me mudo? ¿Será que se pierde más su memoria o simplemente se olvida de mi? Hace unos años mi madre conoció a alguien, un hombre al que ahora llama esposo, pero para llegar a esto fueron muchas las decisiones que tocaba tomar. Si se casaba se tendría que mudar y esto significaría cambiar los espacios, esa burbuja de tiempo que era intocable. Cambiar las personas que la rodeaban, significaba cambiarlo todo, sin saber qué implicaciones podrían tener sobre mi abuelita. Cuando diagnostican a una persona de alzheimers cada 17 persona tiene un punto de vista diferente, pero en
general todos los doctores de mi abuela lo tenían claro, el espacio donde vive debe ser constante, no se debe cambiar por ninguna razón. Pero, qué tanto hay que sacrificar, que tan poco deben cambiar las cosas, como adaptarse a estos cambios. La decisión final se tomó cuando mi tía Paola se divorció y tomó la determinación de venir a vivir a Bogotá, después de haber pasado seis años en Estados Unidos, para estar cerca a mi abuelita. Mi mamá se mudaría con su nuevo esposo y mi tía tomaría el lugar de mi madre como vecina de ella, sin tener claro en ese momento, qué acciones acarrearía su decisión. El cerebro que sufre de alzheimer es como un caset que es borrado poco a poco, borrando recuerdos cercanos y convirtiendo al presente en algo más subjetivo de lo que ya es. Había pasado un tiempo desde que mi tía decidió mudarse al apartamento, sin embargo, el presente de Beatriz era cuando ella vivía con mi mamá, mi hermana y yo. Siempre al llegar al apartamento le pregunta a mi tía que donde está mi mamá y con angustia recorría una casa que ha cambiado de la noche a la mañana. Cuando se tiene una persona con esta enfermedad lo único que no se puede predecir es que tan fuerte va a ser para quienes lo presencian. 18
Lo que mi tía no imaginaba al llegar ahí es que, pensar en la angustia ajena produce que la sientas propia, produce impotencia al no saber como poder ayudar a aliviar la pérdida de recuerdos, produce que te sientas imposibilitado ante una enfermedad que cada momento del día se hace presente con comentarios, miradas y acciones. Presenciar cómo una persona cambia y se convierte cada día en alguien más alejado al recuerdo que tu guardas de ella, ese sentimiento es inimaginable. En este caso presenciar constantemente como cambian sus comportamientos, miradas y mimos, porque su mente se confunde y no entiende porque el presente está tan distorsionado, porque es diferente a lo que su cabeza recuerda, porque las cosas cambian de lugar de un momento a otro, porque los vecinos no son los que recuerda.
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Las rutinas El reloj marcaba las 12 de un domingo y mi tía me recordaba que teníamos que salir pronto, yo no entendía el porqué debíamos salir con tanto afán si acabamos de desayunar, pero ella repetía con voz firme que ya era hora. Se nos hizo un poco tarde llegamos al restaurante a la 1:30pm y yo empezaba a entender la razón de la adquirida puntualidad de mi tia, en la entrada mi abuelita le explicó con tono duro y autoritario a la mesera lo lenta que era para atendernos y lo malo que era que no supiera atender, la mesera no entendía porque ella le decía todo esto, con tono calmado intento explicarle en repetidas ocasiones que pronto nos darían la mesa pero, solo recibía regaños a sus respuestas. Por fin nos sentamos y ahora la disputa se dirigía a mi, ya que se me había ocurrido preguntarle que iba a comer, a esto respondió que no era mi problema. Yo no entendía porque reaccionaba así, hasta que mi tía me escribo por el celular que era normal, que nos habíamos demorado en salir y por lo tanto no había comido a las 12:30 y este era el resultado. En este momento entendí que la rutina de la comida 20
nació de la necesidad, pues científicamente está demostrado que al crear actividades fijas, el cerebro se organiza y crea estructuras de pensamiento estables, haciendo que las actividades que se desarrollen sean mucho más sencillas, sobretodo para una persona con alzheimer. Después de mucho experimentar con diferentes factores nos dimos cuenta que la comida había adquirido una importancia que nunca había tenido, que por primera vez en su vida está medía su humor y sus reacciones ante las personas. Mi abuelita siempre había tenido muy buen caracter, no se quejaba por nada, siempre estaba lista para una nueva aventura, sin embargo, con el tiempo esto fue cambiando pues sus reacciones eran más instintivas, tomaba tiempo explicarle una actividad pero, todo esto adquiría una mayor dificultad si la comida no tenía sus horarios. Descubrir los itinerarios fue todo un reto, antes en la casa el desayuno se servía cuando las personas se despertaban, el almuerzo nunca había tenido una hora hora fija, y la cena debía ser cuando todos estaban en la casa. Hoy en día el desayuno se sirve por tarde a las 9:00 am, el almuerzo a las 12:30 pm, las onces a las 3:30 pm y la cena a las 6:00 pm. Hasta que no debas crear una rutina no te das cuenta que tan difícil es esta tarea. Las rutinas ayudan al 21
desarrollo de los días, ayuda a que todo se mantenga en paz y armonía, sin embargo las rutinas tienen un pequeño inconveniente y este se llama la monotonía. Para romper el itinerario fijo de todos los días mi tía decidió que en vacaciones era el momento predilecto para llevar a los niños de vacaciones, para esto busco un hotel en Punta Cana y República Dominicana y le contó a mi abuelita el plan, con el cual ella se alegró muchísimo, ya que su plan favorito es viajar. Por lo anterior mi tia reservó 8 días para cuatro personas, mi abuelita, mi tía, max y domi. Llego el dia del viaje y todos estaban muy emocionados. Llegaron y todos estaban de buen humor, sin embargo, al entrar a la piscina y al mar, el hambre atacó! lo que generó que max y mi abuelita se compitieran por el concurso de mal genio, las cantidades de comida no bastaban para calmar a los tigresitos. Además de esto, mi abuelita se desubico muchísimo, haciendo que se angustiara por absolutamente todo lo que pasaba a su alrededor, en este momento mi tía entendió que la rutina aunque monótona, mantiene a mi abuelita presente en la realidad que está viviendo.
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Una compañía constante -Se salió! Se fue para misa sola! decía mi tía, tras contestar la llamada del portero, al mismo tiempo se subía los pantalones del día anterior y despertaba a Max. La cara de ella reflejaba el cansancio del día anterior, una mañana sin café y el afán de llegar a la misa para que mi abuelita no se perdiera en el camino. Aunque, mi abuelita todavía se ubica y no se ha perdido por ahora, es el miedo a perderla que se convierte en una psicosis, ese miedo que un día decida irse y que no vuelva, que no encuentre el camino a casa, que se aleje y no sea capaz de cuidar de sí misma. Por esto desde que la diagnosticaron toda la familia no la deja sola y su independencia se ha ido acabando al pasar del tiempo. Uno no nace siendo independiente, esta se va ganando y deseando a través de los años. Empezando en la niñez con la dependencia de los padres para poder realizar hasta las labores más pequeñas, siguiendo con la adolescencia donde al tener control de muchas cosas de la vida, se genera poco a poco la sensación de independencia, que va aumentando con los años. Esta sensación 23
de independencia hace que las personas sientan control sobre sus vidas y por lo tanto perderlo puede resultar en mucho estrés y angustia pues se siente como si uno perdiera el control en la vida propia. Por esto desde que le diagnosticaron alzheimers a mi abuelita y la tenemos que acompañar todo el tiempo ella ha sentido angustia, porque siente que no tiene ese control que antes tenía. Aunque intentamos darle su espacio, es imposible dejar de estar siempre presente porque con los años que pasan y la enfermedad que avanza, no tenemos claro cuando el cerebro va a querer fallar y jugarnos una mala jugada. Aunque ella sienta que pierde independencia, nosotros sentimos que la mantenemos segura. Cuando al hacer planes no debes pensar solo en ti, sino que tienes a cargo otras personas, tu vida se complica un poco, tener una vida privada resulta casi imposible, haciendo que desees estos momentos de soledad para poder reconectar contigo misma. Mi mama y mi tía se turnan para poder cumplir con todas las cosas que tienen que hacer sin dejar sola a mi abuelita, claramente la persona que vive de vecina a mi abuelita, en este caso mi tía, es la que más tiempo pasa con ella. 24
La Comunicaciรณn 25
Repetir, Repetir y volver a Repetir Beatriz : ¿A dónde vamos? Paola: Vamos para Chinauta, a la finca de mi mejor amiga que nos invitó a pasar el fin de semana. ¡Vas a ver que la vamos a pasar rico! Beatriz: ¡ahh! ¡ese lugar me gusta! 10 minutos después Beatriz: ¿Por qué llevamos tanto tiempo en el carro? ¿A dónde vamos? Paola: Vamos para Chinauta, a la finca de los Bernal, no te acuerdas que te había dicho hace un rato? Beatriz: ahh si... claro…¡rico! (Con cara de despistada) Una hora después Paola: Má sabes a donde estamos yendo? Tienes cara de perdidita. Beatriz: No no tengo ni idea ¿A dónde vamos? Paola: Vamos para Chinauta, a la finca de los Bernal, vamos a pasar todo el fin de semana ahi ma. 26
Beatriz: ¡Tan rico! y ¿Por qué no me habías contado antes? Una hora y media después Beatriz: tan rico el paseo ¿A donde vamos? no nos podemos alejar tanto porque osino se nos hace tarde! Paola: Má ya estamos llegando a Chinauta vamos a pasar aquí todo el fin de semana asi que tranquila ¿bueno ma ? Beatriz: ¡Ahh ok rico! y ¿A la finca de quien? A veces repetir se vuelve algo desesperante, uno siente que lo ha dicho un millón de veces ¿porque lo debo decir de nuevo? No es fácil entender cómo funciona un cerebro que sufre de alzheimers,es dificil desifrar como pude olvidar en tan poco tiempo conversaciones enteras. Con los años manejar la repetidera es más fácil, sin embargo, toma mucha práctica y requiere entender que no es culpa de ella preguntar tantas veces lo mismo, para ella las respuestas siempre van a nueva información que está escuchando por primera vez. Hay días donde la paciencia es el fuerte uno y repetir no es un problema, sino que hace parte de la rutina diaria. Pero hay otros días que uno amanece con el pie izquierdo, haciendo que la décima pregunta igual cause un desespero total, aunque uno es consciente 27
que no es culpa de mi abuelita, esto no evita el mal humor. Claramente en estos momentos el autocontrol es indispensable, han habido casos donde las respuestas no son las mĂĄs cordiales pero poco a poco vamos aprendiendo cĂłmo manejar estos momentos, algo que ayuda mucho es ponerse en los zapatos ajenos y pensar que sentirĂa yo si, ademas de no recordar muchas cosas, las personas cercanas a mi no me tuvieran paciencia y me respondieron con mala gana a las preguntas que hago sin saber las respuestas.
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Recuerdos Historias que recorren los pasillos de la casa buscando ser escuchadas, cuentos que se repiten y se repiten, relatos contados entre dientes, recuerdos secretos contados en confidente, anécdotas que buscan tener un receptor que se interese por oír y recordar lo que pronto se olvidará. Desde hace un buen tiempo las conversaciones con mi abuela suelen ser repetitivas, pero de todas las conversaciones resaltan aquellas de sus recuerdos y de aquellas las historias que influyeron en su vida. Uno de los sucesos más importantes para ella y por lo repetitiva de la historia, es la forma en la que conoció al amor de su vida, Tulio, mi abuelito. Este recuerdo comienza con un “¿y tu estas con alguien?”, Sin importar de mi respuesta, su reacción es contarme que el hombre de la vida de uno está donde uno menos se lo espera. Su cuento sigue remontandose muchos años atrás, en un momento de su vida donde vivía aún con sus padres, sus tres hermanas y una prima mayor llamada Olga Mejia. Olga vivía con ellos, ya que su casa quedaba muy lejos de la ciudad y que como estaba en edad de merecer mi bisabuelo le 29
ofreció que si quería vivir con ellos para que tuviera la posibilidad de conocer hombres justos para ella. Olga conoció a un hombre muy apuesto llamado Tulio y fueron novios por un par de meses, sin embargo, la relación no funcionó. Tulio se había vuelto alguien muy querido en la casa, lo que generó que el siguiera visitandolos constantemente. Pasados los años mi abuelita Beatriz, entró en la edad de merecer y con esto Tulio quedó totalmente enamorado de ella, comenzaron una relación por medio de cartas y cortas visitas ya que el trabajo de Tulio era en su mayoría viajar. Pasados un par de meses Tulio pronunció la tan esperada pregunta, aquella la cual mi abuela había estado esperando decir que si, con esa pregunta llego una caja de cartas, cartas de amor respondido e ignorado de todas las mujeres que le habían escrito a mi abuelito en toda su vida. Esta caja marcó el inicio de una historia de amor que llevo a mi abuelita a creer en el amor verdadero. Ella recuerda muchas cosas de mi abuelito, sobretodo la cantidad la viajes que él tenía que hacer y esa grata sensación de recibirlo en casa. Esta historia se repite y se repite, al final siempre dice la misma frase… “ Tulio era mayor que yo 10 años, por eso quede sola por tanto tiempo”, Una gran historia de amor que llegó a su final con un hasta que la muerte los separe, esas eran las historias de amor 30
que vale la pena recordar, esas parejas que se enamoraron tan profundamente que se convierte en la historia favorita de amor, el cuento de hadas propio. De la nada en la conversación aparece la misma frase “y tu estas con alguien?”, y comienza el recuerdo como un cd que no para de sonar… “Cuando era joven vivía con Olguita… si te acuerdas quien es verdad?... Ella fue antes la novia de tu abuelito, te cuento la historia? … Hace muchos años, cuando vivíamos en Cali, mi prima Olguita vino a vivir con nosotros porque sus papás vivían en una finca lejísimos, era super aislada. Como ella estaba en edad de merecer era necesario que viviera en un lugar más central para poder conocer hombres porque que aburrido quedarse solterona. En ese momento ella conoció a Tulio, tu abuelito, pero eso fue muchos años antes que yo me casara con él. Cuando nos casamos ya olguita tenía dos hijos y se había casado con un señor de apellido… emm dejame y me acuerdo... Sanchez! Como tu abuelito había sido tan de la casa por lo de Olguita, y todo pues nos conocíamos muy bien y nos empezamos a escribir cartas porque él viajaba muchísimo por su trabajo, él era muy especial en sus cartas. Y de carta en carta me fue enamorando, hasta que un dia me dijo que si nos casábamos y yo claro que le dije que si, es que tu abuelito era un churro! Cuando me lo pidió, me 31
entrego todas las cartas de las otras mujeres con las que se hablaba y así comenzó todo, al poco tiempo quedé esperando a patty. Historias que recorren los pasillos de la casa buscando ser escuchadas, cuentos que se repiten y se repiten, relatos contados entre dientes, recuerdos secretos contados en confidente, anécdotas que buscan tener un receptor que se interese por oír y recordar lo que pronto se olvidará. Desde hace un buen tiempo las conversaciones con mi abuela suelen ser repetitivas, pero de todas las conversaciones resaltan aquellas de sus recuerdos y de aquellas las historias que influyeron en su vida. Uno de los sucesos más importantes para ella y por lo repetitiva de la historia, es la forma en la que conoció al amor de su vida, Tulio, mi abuelito. Este recuerdo comienza con un “¿y tu estas con alguien?”, Sin importar de mi respuesta, su reacción es contarme que el hombre de la vida de uno está donde uno menos se lo espera. Su cuento sigue remontandose muchos años atrás, en un momento de su vida donde vivía aún con sus padres, sus tres hermanas y una prima mayor llamada Olga Mejia. Olga vivía con ellos, ya que su casa quedaba muy lejos de la ciudad y que como estaba en edad de merecer mi bisabuelo le ofreció que si quería vivir con ellos para que tuviera la posibilidad de conocer hombres justos para ella. 32
Olga conoció a un hombre muy apuesto llamado Tulio y fueron novios por un par de meses, sin embargo, la relación no funcionó. Tulio se había vuelto alguien muy querido en la casa, lo que generó que el siguiera visitandolos constantemente. Pasados los años mi abuelita Beatriz, entró en la edad de merecer y con esto Tulio quedó totalmente enamorado de ella, comenzaron una relación por medio de cartas y cortas visitas ya que el trabajo de Tulio era en su mayoría viajar. Pasados un par de meses Tulio pronunció la tan esperada pregunta, aquella la cual mi abuela había estado esperando decir que si, con esa pregunta llego una caja de cartas, cartas de amor respondido e ignorado de todas las mujeres que le habían escrito a mi abuelito en toda su vida. Esta caja marcó el inicio de una historia de amor que llevo a mi abuelita a creer en el amor verdadero. Ella recuerda muchas cosas de mi abuelito, sobretodo la cantidad la viajes que él tenía que hacer y esa grata sensación de recibirlo en casa. Esta historia se repite y se repite, al final siempre dice la misma frase… “ Tulio era mayor que yo 10 años, por eso quede sola por tanto tiempo”, Una gran historia de amor que llegó a su final con un hasta que la muerte los separe, esas eran las historias de amor que vale la pena recordar, esas parejas que se enamoraron tan profundamente que se convierte en la 33
historia favorita de amor, el cuento de hadas propio. De la nada en la conversación aparece la misma frase “y tu estas con alguien?”, y comienza el recuerdo como un cd que no para de sonar… “Cuando era joven vivía con Olguita… si te acuerdas quien es verdad?... Ella fue antes la novia de tu abuelito, te cuento la historia? … Hace muchos años, cuando vivíamos en Cali, mi prima Olguita vino a vivir con nosotros porque sus papás vivían en una finca lejísimos, era super aislada. Como ella estaba en edad de merecer era necesario que viviera en un lugar más central para poder conocer hombres porque que aburrido quedarse solterona. En ese momento ella conoció a Tulio, tu abuelito, pero eso fue muchos años antes que yo me casara con él. Cuando nos casamos ya olguita tenía dos hijos y se había casado con un señor de apellido… emm dejame y me acuerdo... Sanchez! Como tu abuelito había sido tan de la casa por lo de Olguita, y todo pues nos conocíamos muy bien y nos empezamos a escribir cartas porque él viajaba muchísimo por su trabajo, él era muy especial en sus cartas. Y de carta en carta me fue enamorando, hasta que un dia me dijo que si nos casábamos y yo claro que le dije que si, es que tu abuelito era un churro! Cuando me lo pidió, me entrego todas las cartas de las otras mujeres con las que se hablaba y así comenzó todo, al poco tiempo quedé esperando a patty. 34
Historias que recorren los pasillos de la casa buscando ser escuchadas, cuentos que se repiten y se repiten, relatos contados entre dientes, recuerdos secretos contados en confidente, anécdotas que buscan tener un receptor que se interese por oír y recordar lo que pronto se olvidará. Desde hace un buen tiempo las conversaciones con mi abuela suelen ser repetitivas, pero de todas las conversaciones resaltan aquellas de sus recuerdos y de aquellas las historias que influyeron en su vida. Uno de los sucesos más importantes para ella y por lo repetitiva de la historia, es la forma en la que conoció al amor de su vida, Tulio, mi abuelito. Este recuerdo comienza con un “¿y tu estas con alguien?”, Sin importar de mi respuesta, su reacción es contarme que el hombre de la vida de uno está donde uno menos se lo espera. Su cuento sigue remontandose muchos años atrás, en un momento de su vida donde vivía aún con sus padres, sus tres hermanas y una prima mayor llamada Olga Mejia. Olga vivía con ellos, ya que su casa quedaba muy lejos de la ciudad y que como estaba en edad de merecer mi bisabuelo le ofreció que si quería vivir con ellos para que tuviera la posibilidad de conocer hombres justos para ella. Olga conoció a un hombre muy apuesto llamado Tulio y fueron novios por un par de meses, sin embargo, la relación no funcionó. Tulio se había vuelto alguien 35
muy querido en la casa, lo que generó que el siguiera visitandolos constantemente. Pasados los años mi abuelita Beatriz, entró en la edad de merecer y con esto Tulio quedó totalmente enamorado de ella, comenzaron una relación por medio de cartas y cortas visitas ya que el trabajo de Tulio era en su mayoría viajar. Pasados un par de meses Tulio pronunció la tan esperada pregunta, aquella la cual mi abuela había estado esperando decir que si, con esa pregunta llego una caja de cartas, cartas de amor respondido e ignorado de todas las mujeres que le habían escrito a mi abuelito en toda su vida. Esta caja marcó el inicio de una historia de amor que llevo a mi abuelita a creer en el amor verdadero. Ella recuerda muchas cosas de mi abuelito, sobretodo la cantidad la viajes que él tenía que hacer y esa grata sensación de recibirlo en casa. Esta historia se repite y se repite, al final siempre dice la misma frase… “ Tulio era mayor que yo 10 años, por eso quede sola por tanto tiempo”, Una gran historia de amor que llegó a su final con un hasta que la muerte los separe, esas eran las historias de amor que vale la pena recordar, esas parejas que se enamoraron tan profundamente que se convierte en la historia favorita de amor, el cuento de hadas propio. De la nada en la conversación aparece la misma frase 36
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Al escribir este atlas tome distancia de mi familia
para comprender que sucedía, para poder ver la
situación con un poco de lejanía, pero me di cuenta
que sin importar qué tanto me quisiera alejar esta enfermedad está en la vida de cada una de las personas que componen mi familia, creando
recuerdos y pensamientos que hacen parte de nosotros.
Esta colección está dedicada a mi abuelita, la cual
hizo posible que yo aprendiera cosas que espero nunca olvidar, espero que esta compilación de
experiencias le den un poco de tranquilidad al saber
que sus memorias pasan a nosotros y no están perdidos. Esas situaciones que nacen de esta
enfermedad me han llevado a ver y presenciar mi mas
grande miedo, perderme en los recuerdos olvidados,
pero mi abuelita me ha enseñado en la vida que uno no debe perder, solo ganar o empatar, solo ver la vida de forma positiva, por esto le debo todo.
MICHELLE HELO
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