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Comedores solidarios: unidos en tiempos de pandemia En distintas partes de la región, los vecinos se han organizado para enfrentar la crisis económica que ha dejado el Covid-19. A través del trabajo grupal y el apoyo de organizaciones como El Teniente, día a día reparten cientos de raciones de comida.
“L
a mayoría somos temporeros y si no existiera este comedor solidario habría mucha gente que no podría comer”, resume Patricio Mesent, vecino de Lo Conti, en Olivar. En ese sector, así como en la Villa Héctor Olivares de Rancagua y en diversos otros rincones de la región, la necesidad mínima de comer apremia, en medio de la crisis económica provocada por la pandemia. Esa realidad motivó a trabajadores y trabajadoras de El Teniente que, a través del Comité de Ayuda Santa María, entregan semana a semana harina, conservas de pescado, fideos, aceite, arroz y salsa de tomates, entre otros alimentos.
Juan Parra, presidente de la Junta de Vecinos de Lo Conti, explica que “los comedores solidarios son vitales para adultos mayores, niños y personas postradas”. En la Villa Héctor Olivares, en Rancagua, un indicador que refleja la dura realidad es la alta cesantía. “Empezamos el 27 de mayo con 40 familias y ahora estamos atendiendo a 120, porque han aumentado quienes se quedaron sin trabajo”, dice Nora Navarro, encargada del comedor.
Juan Parra, presidente de la Junta de Vecinos de Lo Conti, explica que “los comedores solidarios son vitales para adultos mayores, niños y personas postradas.
Los comedores solidarios son vitales para la gente que quedó cesante y no tiene qué comer. SOMOS CODELCO
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