Abrazo en Familia 2009 Tema 1

Page 1



TEMA 1: LA IMPORTANCIA DE SER FAMILIA DISCÍPULA MISIONERA VER: Quisiéramos tener como punto de partida la realidad de nuestras familias: una de la crisis más grande de nuestro país es la falta de familias discípulas misioneras (escuelas de fe, de amor y de esperanza, forja de nueva humanidad); en esta triste realidad se centra la caída de valores que vivimos en nuestra sociedad. La catequesis ya no tiene como punto de partida la formación cristiana que niños y jóvenes recibían en su hogar, los padres ya no asumen la misión de ser los primeros catequistas de sus hijos. Somos testigos de cómo la droga, el alcohol, el embarazo precoz, la promiscuidad, han ido carcomiendo nuestra realidad familiar (IF 19). Revisa tu realidad familiar a la luz de la Palabra de Dios: Mt. 5, 13-16.

JUZGAR: Uno de los textos clave para comprender el discipulado desde el evangelio de Mateo 14, 28-31, Pedro que intenta ir caminando hacia Jesús sobre las aguas; esta experiencia de Pedro sería un reflejo de la experiencia de la comunidad mateana. A ellos y a nosotros el Evangelio nos dice lo mismo que a Pedro: hombre de poca fe ¿por qué has vacilado? Para el evangelista es importante que los discípulos cultiven dos actitudes: la fe en Jesús y la capacidad de comprender sus enseñanzas. En la visión de Lucas, discípulo es aquel, que acepta dejarlo todo para seguir a Jesús y vivir según la radicalidad y las prioridades del Reino de Dios (Lc. 9, 57- 10, 24), el verdadero discípulo no es el que dice Señor, Señor, sino el que cumple la voluntad del Padre (Lc. 6, 46). En el Evangelio de Lucas se entrelazan la Vocación (el llamado y la respuesta), la formación (la maduración de las aptitudes para el seguimiento de Jesús y la preparación para la labor evangelizadora) y la misión (anuncio, testimonio del Evangelio y apertura y trabajo por el Reino de Dios).


En Marcos, son las discípulas las que cumplen un papel fundamental para la comprensión del discipulado, ellas que han estado ocultas a lo largo de todo el relato, aparecen en el momento de la pasión, como testigos de su cruz y su sepultura (Mt 15, 40-47), por eso serán ellas las primeras en reconocer que Jesús ha resucitado (Mt 16, 1-8). Así los discípulos aprenden de ellas a ser fieles en la dificultad, fieles hasta la pasión y la cruz y testigos que proclaman la resurrección del Señor. En Juan el discípulo es ante todo el que cree en Jesús (Jn 2, 11) y todo aquel que está unido a Él por la fe (Jn 15, 18). Los discípulos siguen, a lo largo del evangelio, un proceso de iniciación que les conducirá al conocimiento pleno y a la fe (Jn. 13 – 17), adquiriendo los rasgos característicos de un discípulo: un amor como el de Jesús, la unión íntima con Jesús y con el Padre y la posesión del Espíritu Santo. El discípulo es un hombre o una mujer que vive en comunión plena de amor con la Trinidad. Este camino de seguimiento debe llevar a la familia a compartir el estilo de vida de Jesús. A testimoniar la alegría, que viene de la salvación y del amor de Dios; la familia se descubre don para el mundo, ya que su alegría está cargada de esperanza, cargada de vida, de salvación, del gozo de la liberación (Aparecida 27 y 28), haciendo de su testimonio y de su anuncio una buena noticia que repercute en la transformación del mundo. Uno de los emblemas misioneros que más puede ayudarnos a descubrir la profunda identidad del discipulado y la misión, es América Sal de tu tierra. Podríamos decir con toda propiedad a cada familia cristiana dispersa a lo largo y ancho de Venezuela: Familia, Sal de tu tierra. Sé discípula misionera. Esta frase la entendemos en un doble sentido:


ser sal: buscando en la Trinidad su modelo perfecto de amor, de comunicación, de servicio, siendo ella escuela de fe, de oración y de vida cristiana (Documento de Aparecida 434) y salir: convirtiéndose en una familia evangelizada y evangelizadora, testigo creíble del amor de Dios (Documento de Aparecida 437). La familia como iglesia doméstica, descubre en la misión lo que ella es y lo que ella está llamada a hacer: pues en la vida del discípulo el don de la fe se fortalece en el testimonio, se acrecienta en el anuncio. La familia en su camino de discipulado vive la convicción de que la fe se fortalece en la misión, y descubre que la misión requiere de un amor que asume las características del amor juvenil: apasionado, arriesgado, entrega total, por el cual somos capaces de arriesgar la vida y de las características del amor adulto: comprometido, definido y decidido; conjugando en su vida familiar las frases de Pablo: ¡la vida… la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí! (Gal. 2, 20) y ¡ay de mí si no predico el Evangelio! (1Cor. 9, 16).


ACTUAR: ¿De qué manera mi familia puede asumir el reto de ser discípula misionera? ¿Sentimos el llamado a la conversión que el Señor nos hace? ¿En qué estamos dispuestos a cambiar para que nuestra familia sea discípula misionera? ¿Qué valores el Señor nos invita a fortalecer en nuestra vida familiar? CELEBRAR: Una familia discípula escucha, vive y anuncia el Evangelio. Escuchar es disponer nuestros oídos para oír la Palabra de vida; permitiendo que la Palabra cuestione nuestra forma de vivir, que conduzca nuestra familia a un camino progresivo de conversión, de tal manera que nuestra vida familiar se simiente en valores evangélicos que nos lleve a ser testigos… levadura que transforma el mundo (Mt. 13, 33). Es por eso que queremos invitar a tu familia a que con una pequeña celebración entronicen la Palabra de Dios en tu hogar: Los invitamos a colocarse todos los miembros de la familia en un lugar de la casa y a llevar la Biblia en procesión colocándola en una mesita central y sentándose todos alrededor de la Palabra de Dios. A continuación te invitamos a leer el siguiente texto: Lc. 10, 38-42. Y a concluir con oraciones espontaneas como la siguiente: Señor, queremos que nuestra familia se siente siempre a los pies de Jesús, para escuchar tu Palabra; quedándose como María, con la mejor parte. Queremos comprometernos contigo a ser una familia de discípulos misioneros, que escuche, que viva y anuncie tu Palabra. La familia se toma de las manos y teniendo en medio la Palabra hace la oración del Padre Nuestro. Pbro. Dr. Endeer Zapata Parroquia Ntra. Sra. del Carmen - Trujillo.


REFLEXIÓN

En la vida de hogar hay cantidad de cosas por hacer que parecen necesarias, como es limpiar, preparar la comida, cuidar de los hijos, etc. Con todos estos quehaceres, no queda tiempo para escuchar a los demás ¿de que vale esa vida? Hacemos quizás muchas cosas necesarias para el servicio de Dios y del prójimo, y sin embargo, una sola cosa es necesaria para todos: “escuchar a Cristo cuando se hace presente”


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.