Maria Isabel Fuentes Libro de Obra

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FACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEテ前



Libro de Obra. MarĂ­a Isabel Fuentes

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Libro de Obra. MarĂ­a Isabel Fuentes

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María Isabel Fuentes Arquitectura Contemporánea con Base Local


Universidad Católica de Santiago de Guayaquil Facultad de Arquitectura y Diseño Guayaquil – Ecuador 2009

FOTOGRAFÍAS Abner Hernández Fernando Falconí Jorge Loor Franklin Villamar Filiberto Viteri Fredy Olmedo Allan Jeffs María Isabel Fuentes Harismendy DISEÑO GRÁFICO Fernando Falconí REVISIÓN DE TEXTO Wilson Córdova Matilde Ampuero AGRADECIMIENTOS Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad Católica de Santiago de Guayaquil

María Isabel Fuentes Harismendy, Arquitecta


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ÍNDICE Libro de Obra. María Isabel Fuentes

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ÍNDICE PRESENTACIÓN Arq. Rosa Edith Rada Alprecht PRÓLOGO Arq. Fredy Olmedo Ron CAPÍTULO 1 Continuidades y Rupturas de la Arquitectura Tradicional de Guayaquil. Arq. Florencio Compte Guerrero CAPÍTULO 2 Inspiraciones para una Nueva Arquitectura.

Arq. María Isabel Fuentes Harismendy

CAPÍTULO 3 Mi proceso de diseño y la experiencia de la construcción. Arq. María Isabel Fuentes Harismendy CAPÍTULO 4 Arquitectura Urbanística 1996 Urbanización Terra Nova 1997 Urbanización Vista al Rio CAPÍTULO 5 Arquitectura Comercial 1994 KPMG 2001 Isla de la Comunicación 2004 ATU 2005 ATU CEMEXPO 2007 Pabellón m2 CAPÍTULO 6 Arquitectura Residencial 1994-1998 Casa G1 1995-1998 Casa G2 1998-2000 Casa Arguello 1999 Casa Graetzer 2001 Casa Arguello 2002 Casas Duplex Lagosol Casas Tenis 2002-2003 Casa Algelt 2003-2004 Casa Río Grande 2004-2007 Casa Lagosol 2005 Casa Duplex Olimpus 2005-2006 Casa Villacís 2006 Casa Lagosol Casa Jalil-Zapata Casa Laguna Club Casa de Las Peñas siglo XXI Casa Velázquez 2008 Casa Echeverria CAPÍTULO 7 Ensayo para una Arquitectura con Memoria. Arq. María Isabel Fuentes Harismendy LISTADO DE OBRAS



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PRESENTACIÓN

Arq. Rosa Edith Rada Alprecht

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Arq. Rosa Edith Rada Alprecht

PRESENTACIÓN María Isabel Fuentes Harismendy, profesora de Diseño Arquitectónico de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, estudió la carrera en nuestra Facultad convirtiéndose en una de las mejores estudiantes de su generación. Además de ser una de las pocas arquitectas chilenas que ejerce en el Ecuador, María Isabel ha ganado un espacio importante en nuestra sociedad como diseñadora arquitectónica, constructora y docente. Mediante esta actividad sostenida y fructífera ella hace lo que muchos no logramos: elaborar una reflexión desde su obra hasta obtener que en todos sus diseños su marca se reconozca a simple vista. Para ello utiliza elementos de la arquitectura vernácula y colonial de Guayaquil, los reinterpreta, los hace contemporáneos y los adapta de tal forma que se integran perfectamente con el nuevo diseño porque ella hace: “Arquitectura Contemporánea con Base Local”. María Isabel toma de la arquitectura vernácula y de fines del siglo XIX y XX: el portal, la chaza, el vacío, las grandes alturas, el agua. No emplea “la forma por la forma” sino que retoma aquellos conceptos y elementos que son indispensables para una ciudad como Guayaquil, poseedora de un clima riguroso que así lo exige. Como ella señala en la presente publicación:… mis procesos han sido una búsqueda constante por consolidar principios

teóricos formulados específicamente para esta latitud, con el objetivo de alcanzar lo universal desde lo local, y producir una arquitectura con carácter, que destaque valores propios, sin caer en lo folclórico o en lo anacrónico. Con ello ha conseguido que su arquitectura conjugue perfectamente lo funcional, lo formal, lo identitario, en un acoplamiento perfecto con lo tecnológico. Sus diseños arquitectónicos toman en cuenta principios climáticos fundamentales -tan necesarios para la arquitectura de Guayaquil y para la situación ambiental del planeta- respetando cambios e interacciones que ella adapta a las nuevas tecnologías. María Isabel reflexiona sin egoísmo sobre su proceso de diseño y su nexo con la construcción, expone a la crítica su obra arquitectónica, nos hace partícipes de sus pensamientos y nos regala la oportunidad de entrar en una dinámica que logra hacernos replantear el Diseño. LIBRO DE OBRA es la primera publicación sobre Diseño que la facultad pone a consideración de los estudiantes, profesores y profesionales. Los responsables de esta edición estamos seguros que se constituirá en un referente para quienes piensan, estudian y trabajan en hacer arquitectura humanista de autoreflexión.

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PRÓLOGO

Arq. Fredy Olmedo Ron

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Ética y arquitectura Arq. Fredy Olmedo Ron

Hablar de la trayectoria profesional y de la obra de un arquitecto va más allá de los aspectos conceptuales y formales analizados en este libro. Su resultado será siempre el de un proceso que involucra un trabajo humanista, ligado necesariamente a una particular forma de enfrentar la vida, a los valores y a la ética profesional. La trayectoria de María Isabel Fuentes evidencia no solo la efectividad de una relación de servicio profesional que trasciende las necesidades espaciales y constructivas de sus clientes, sino que muestra la objetividad, claridad y transparencia de una práctica profesional probada por años.

Actualmente a las demandas estéticas y funcionales se suman las demandas éticas. Barry Wasserman, Patrick Sullivan y Gregory Palermo mencionan algunos elementos que son parte de ésta dimensión:

Es imposible que en la era de la comunicación desconozcamos que la industria de la construcción utiliza el cincuenta por ciento de los recursos naturales del planeta. Por ello asumimos que si bien: la arquitectura por sí sola no puede resolver los problemas medioambientales… puede contribuir a la creación de hábitats humanos más sostenibles. Es desde este punto de la disciplina que me gustaría partir para elaborar un análisis del trabajo de María Isabel Fuentes.

Conciencia: decisiones de negocios y marketing; diseñar deliberaciones y críticas (función, estética, conceptos); precio; interacciones entre cliente y contratista (respetar contratos, equidad, confianza y consejo); contratos (condiciones equitativas, valor por el servicio, respeto mutuo y deberes) (…) se pueden trazar deberes hacia uno mismo, el cliente, el público en general y hacia la disciplina misma. Estas decisiones son éticas y demandan ética.

Como estudiante de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, mientras cursaba los últimos años de Taller, María Isabel opta por el diseño enfocándolo como su principal herramienta de trabajo. Decisión difícil pues en la mayoría de instituciones de educación superior, principalmente en ese momento, se hacía énfasis en la dimensión social vinculando el estudio a una cierta militancia partidista.

En Arquitectura al asumir la Ética como primera condición de la práctica profesional, debemos vincularla a otras instancias, tan o más importantes que las anteriores, que tienen que ver con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.

Para que hubiera un equilibrio desde las mismas aulas de la Facultad se necesitaba una “militancia” por el diseño arquitectónico, que impusiera la búsqueda consciente de un lenguaje o expresión propia; adquirir una postura que implicara una decisión de servicio desde el

Muchos consideran a la arquitectura como una práctica enfocada hacia una estética utilitaria vinculada al campo de las artes, desconociendo que el valor de una obra arquitectónica está inextricablemente unido a su funcionalidad.

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punto de vista de ejercer un compromiso con los usuarios (con su tiempo, su dinero, su vida) y el cultivo de un comportamiento ético como estructura moral urgente para moverse dentro del planeta; todo a través de la arquitectura. Como profesional recién graduada, María Isabel trabaja para diferentes constructores y empresas inmobiliarias de la ciudad, pero rápidamente se da cuenta que aunque planificación, diseño y ejecución eran parte de un proceso estrechamente ligado, en la práctica no siempre se cumplía. Estas primeras reflexiones la llevan a optar por el trabajo independiente y no tarda en recibir sus primeros encargos. Es entonces cuando lo que llamo “su voluntad de servicio” empieza a ser experimentada como condición fundamental de su arquitectura. Esto incluye una temprana conciencia de tener que desarrollar una ética para el diseño, cuyo fin debería ser, es, mantener a la arquitectura como un arte revelador del contexto local. Lamentablemente, justo durante esa época en Guayaquil se derrocaban muchas de las casas patrimoniales de fines de Siglo XIX e inicios del XX, en ese momento se estaban sacrificando precisamente esas dimensiones.


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Arquitectura y Servicio Integral Resulta curioso lo que ocurre, con frecuencia en el sector de la construcción, donde muchas empresas se encuentran posicionadas en el medio debido al marketing, y no por contenidos arquitectónicos o propuestas de diseño que se constituyan en un aporte. Lo contrario sucede con la arquitectura de María Isabel Fuentes, pues ésta carece de cualquier tipo de marketing y en cambio ofrece una propuesta de diseño consolidada y rigurosa en sus planteamientos. La rigurosidad tiene como trasfondo un servicio integral en arquitectura, lo que se traduce como una atención especializada en cada una de las fases y áreas involucradas u organicidad sistémica: ver, entender y atender la relación existente entre cada una de las partes. Esta forma de abordar el proyecto se inicia en la primera entrevista con el cliente, donde se definen sus necesidades espaciales, continúa con la obtención del permiso de construcción, la coordinación y sincronización entre las diferentes especialidades que participan en la construcción y concluye con la ejecución de la obra, su entrega y recomendaciones para su mantenimiento. La arquitectura, además de ser una profesión de servicio, se sustenta en un principio de interdependencia donde todos necesitan de todos. Bajo esta línea de pensamiento, en el caso de que ejecute la construcción o la asesore, otra de las actividades fundamentales que el arquitecto debe realizar se relaciona con la coordinación, dirección y orientación del proyecto, trabajo que incluye a un conjunto de profesionales entre los que se encuentran: ingenieros estructurales, eléctricos y mecánicos; ingenieros hidráulico-sanitarios y de sonido; paisajistas, decoradores de interiores; empresas especializadas en diferentes temas; contratistas; técnicos y expertos en impermeabilizaciones, en colocación de recubrimientos, en instalación de muebles y equipos de cocina, entre otros. En este sentido el staff con el que cuen-

ta el Taller de Arquitectura Integral de María Isabel Fuentes está formado por profesionales que comparten su visión y concuerdan con su manera de diseñar y construir. Las obras que hoy analizamos, y la trayectoria de su autora, es motivo para visualizar las oportunidades de realización de otro tipo de obras que no sean “viviendas por encargo”. Es evidente que en el país y sus principales ciudades, tanto en el ámbito público como en el privado, el sector de la construcción no ha demandado la creación de grandes obras y las pocas que se han generado en estos últimos años en la ciudad han sido producidas por arquitectos foráneos, o planificadas desde el exterior para la empresa privada. Ésta es una realidad y un camino que considero que a María Isabel le queda por incursionar. Sobre su desempeño en ese nuevo recorrido tengo dos certezas: la primera, su gran capacidad para enfrentar ejercicios de arquitectura más complejos; la segunda, que posee una preparación y un espíritu de lucha dignos de asumir retos mayores. Seguramente ésto ocurrirá en otro lugar, a no ser que las cosas cambien y exista una mayor apertura para aplicar la capacidad creativa de los profesionales del medio en este tipo de proyectos. Coherencia entre lo planificado y lo ejecutado La experiencia de muchos años de trabajo ha permitido que María Isabel desarrolle criterios técnicos que no dejan ningún margen a la improvisación, por tanto, la ejecución de las obras responde a los planteamientos, especificaciones, costos y alcances de trabajo formulados originalmente. Una vez terminado el diseño arquitectónico es un principio básico defenderlo, muchas veces hasta del mismo dueño. Por lo general, las obras tienen detalles, tanto interiores como exteriores, que caracterizan la propuesta, que marcan y hacen la diferencia. Estos detalles son los últimos en ejecutarse, pues no es raro que al final de la obra los mismos propietarios quieran obviar, olvidar y hasta eliminarlos.

Sin embargo, el objetivo deberá ser siempre que la obra arquitectónica se complete, constituyéndose esta premisa en una de las misiones más delicadas que tiene que cumplir el arquitecto, parte de la ética profesional, de la defensa de la creatividad, siendo el diseño y su consolidación el que muestra el proceso de un trabajo serio, inteligente. Aún así, la labor de ejecutar una obra desde su planificación hasta su construcción final pone sobre el tapete la posibilidad de que existan desacuerdos, desavenencias, incomprensiones, que por lo general terminan en el rompimiento de la relación laboral o con el propietario concluyendo la obra “por cuenta propia” y sin el aporte del profesional que la inició. Algo similar ocurre en las empresas constructoras que con el pretexto de que los dueños de la edificación son quienes tienen que decidir los acabados, dejan en sus manos (no profesionales) muchas responsabilidades y gran parte de la construcción. La superación de estos escollos requiere de explicaciones que permitan visualizar a los usuarios el proyecto y sus conveniencias, Además de empatía se debe poseer la habilidad para negociar con el cliente los requerimientos del diseño original y la propuesta estético-arquitectónica. Sin temor a equivocarme por conocer el sentir de sus clientes, puedo certificar el cuidado que la oficina de María Isabel coloca en cada una de estas relaciones, siempre en un marco de respeto, dedicación y coherencia, cumpliendo con el compromiso profesional adquirido. Para que ésto se concrete ha sido necesario formar un equipo capaz de asumir las consecuencias de las decisiones tomadas y llevar hacia adelante las obligaciones contraídas, sin que medie excusa para justificar un incumplimiento. Ejecutar lo ofrecido en cuanto a calidad, cantidad y tiempo, aún en situaciones adversas, es una de las características de su oficina de proyectos arquitectónicos y de construcción, estructurada con valores que se evidencian en la inquebrantable confianza depositada tanto por sus clientes como por sus colaboradores. 17


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Un proceso creativo que va de lo interior hacia el exterior y que rescata la identidad arquitectónica local He tenido el privilegio de observar de cerca una buena parte de la trayectoria profesional de María Isabel por lo que considero que es necesario hablar de su proceso creativo en el diseño arquitectónico. Para ésto y sin pretender escribir un ensayo sobre este tema, se presentan algunos conceptos pertinentes en relación a su particular forma de enfrentar y vivir la arquitectura. La creatividad es un proceso dinámico y complejo donde participan lo afectivo, cognitivo, social, personal, familiar y espiritual. En este marco “es un estado del ser y de la conciencia”, fluye en la persona en un derroche de energía que envuelve, invade, proporciona plenitud y se convierte, para el creativo en la clave de la energía existencial: para crear existimos, vivimos. En María Isabel, este proceso tiene que ver con una energía existencial que se convierte en intensa actividad, en una pasión por la obra que se refleja en los momentos más intensos de su productividad. Osho nos habla de dos lugares hacia dónde podemos dirigir la energía vital: al exterior o en el interior de nosotros. Cuando la colocamos en el exterior nuestra energía se enfoca en alcanzar una meta o proyecto de vida: la persona trabaja para alcanzar la meta, pero no necesariamente se compromete con ella. Esta energía también puede ubicarse en nuestro interior, siendo su objetivo la misma persona: la vivimos con el fin de desarrollarnos; también es una manera de alcanzar nuestras metas, pero desde dentro, utilizando todo nuestro potencial hasta alcanzar nuestros sueños. Así, lo que hacemos en el exterior es producto de lo que vivimos en el interior.

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Pienso que el proceso creativo de María Isabel parte de esta energía vital y de su correcta ubicación. De su parte existe un compromiso con una meta porque la energía fluye desde su interior hacia el exterior: el diseño, la obra. Esta energía tiene su máxima expresión en el disfrute por la tarea realizada y se manifiesta en la pérdida del sentido del tiempo en esos momentos de máxima productividad. En la arquitectura, como en otras profesiones, la creatividad tiene que ver con resolver los problemas de una forma original, con dar una mirada distinta al mundo y a sus espacios. En el caso de la obra que estamos analizando, la creatividad ha surgido a partir de un pasado arquitectónico local y regional. Al volver la mirada hacia atrás con una nueva perspectiva, a María Isabel le ha sido posible conceptualizar y adaptar soluciones arquitectónicas considerando nuevamente el clima, el medio-ambiente y los elementos arquitectónicos olvidados por una Modernidad vestida de vanguardia. Precisamente, esta creatividad se encuentra sustentada en una tradición arquitectónica de características tropicales, en una ética que implica el rescate -no literal- de nuestro pasado respaldado por procesos investigativos contemporáneos. En María Isabel los procesos creativos son una respuesta a las personas, a las familias, pero también a las instituciones como entidades vivas. En conclusión, sus procesos creativos contemplan una búsqueda interior para la resolución de problemas del exterior; una búsqueda en nuestro pasado para construir obras en nuestro presente.

Un trabajo reflexivo y autocrítico Si bien el arquitecto dispone de estos recursos, el trabajo creativo no es fácil y por lo general en la mayoría, y María Isabel no es la excepción, está muy interiorizado un fuerte sentimiento de inconformidad que surge cuando la obra está terminada o por terminarse, un sentimiento que lo lleva a meditar cómo debería ser la siguiente obra, aún cuando no esté diseñada. Este sentimiento tiene relación con altos niveles de conciencia, reflexión y auto-crítica. Desde estos lugares podemos determinar qué es lo que nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos o metas y qué nos está limitando. Ello implica estar consciente de nuestros recursos, creencias, dones, talentos, desafíos y faltas. Algunos arquitectos hemos llegado a la conclusión de que es necesario un cambio, hacia la búsqueda de una arquitectura con un lenguaje propio sustentado en lo local. Este proceso constituye una de las bases de la arquitectura desarrollada a lo largo de veinte años por María Isabel Fuentes, quien solo gracias a una permanente preocupación por efectuarlo y mantenerlo ha podido llegar a los resultados y niveles de calidad que actualmente posee. El esfuerzo por crecer, el servicio a los demás, la potenciación de su trabajo, la construcción de su estima y la lucha diaria, son una constante en la vida de MaríaIsabel Fuentes, suficientes razones para decir que la persona es más grande que la obra.


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CAPÍTULO 1 Continuidades y Rupturas de la

Arquitectura Tradicional de Guayaquil.

Arq. Florencio Compte Guerrero

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Continuidades y Rupturas de la Arquitectura Tradicional de Guayaquil Arq. Florencio Compte Guerrero

I

LA CONFORMACIÓN DE LA ARQUITECTURA TRADICIONAL

¿ARQUITECTURA VERNÁCULA O TRADICIONAL? Al hablar de arquitectura vernácula lo hacemos como distinción de la arquitectura académica, en el sentido de que a diferencia de la primera en esta última media un proyecto consignado en un conjunto de planos arquitectónicos, elaborados, generalmente, por un arquitecto; en ese sentido no podríamos hablar de una arquitectura académica en Guayaquil hasta finales del Siglo XIX cuando desarrollan su trabajo profesional los primeros arquitectos llegados a nuestra ciudad procedentes de Europa. El concepto de vernáculo va asociado también a la adecuación de la arquitectura al medio, con soluciones eficientes frente a condiciones climáticas determinadas y a la necesidad de haber encontrado soluciones prácticas mediante la constante prueba-error en el uso de materiales y sistemas constructivos existentes en el medio y la transmisión de estas experiencias y resultados a las generaciones venideras. La configuración de esta arquitectura resulta, en este caso, de confluencia de la transferencia directa de la espacialidad hispana, urbana o rural y la búsqueda de la configuración de una imagen hispana junto con la incorporación de materiales y métodos locales –caña, bijao-quincha- y sistemas adaptados propios de la construcción naval. Esta tradición vernácula se mantiene aún viva en la arquitectura de Guayaquil al considerar que la mayoría de sus edificaciones son elaboradas de manera informal y empírica por los propios habitantes, con el uso de materiales locales y con formas que poco difieren de las que se podían encontrar siglos atrás.

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Grabado de Guayaquil del siglo XVIII

1 Olaf Holm, La vivienda prehistórica, en Nurnberg, David, Arquitectura vernácula en el litoral, Archivo Histórico del Guayas, 1982, p. 275.

2 Ibídem, p. 278. 3 Jorge Juan y Antonio de Ulloa, Relación histórica de un viaje a la América Meridional, 1748.


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EL APORTE INDÍGENA El referente directo que sobre la conformación de la arquitectura tradicional habría, sería el de la cultura Manteño-Huancavilca, correspondiente al denominado Período de Integración, esto es el de aquellos que recibieron el impacto del encuentro con la conquista española. Los estudios realizados por arqueólogos de la dimensión de Olaf Holm o Jorge Marcos en el área de influencia de esta cultura, diferencian la arquitectura ceremonial de la arquitectura residencial; siendo de la primera donde se encuentra el único estudio realizado que corresponde al conjunto ceremonial en el sitio Los Cangrejitos en la Provincia de Santa Elena1. En estos trabajos se destaca el uso de edificaciones con estructura de madera y paredes de paneles de caña guadúa, con o sin recubrimiento. En aquellas donde se trabaja el recubrimiento generalmente se lo hacía con quincha, que consiste en una mezcla de arcilla con paja aplicada sobre un entretejido de ramillas o bejuco colocado sobre los paneles, los cuales, en ocasiones, eran decorados con pintura. En ocasiones esta mezcla ya aplicada era sometida al fuego, “…sin duda con la intención de volverles resistentes al goteo del techo y las lluvias”2. Los grabados que dejaron los viajeros durante la Colonia nos muestran las casas campesinas con características similares a las contemporáneas, esto es de estructura de caña levantada sobre palafitos y cubiertas a dos aguas con techumbre de bijao. De esta manera describen a estas casas Jorge Juan y Antonio de Ulloa a mediados del Siglo XVIII: “El principal y común de las casas que pueblan las orillas de aquel río desde Guayaquil hacia arriba, se reduce a cañas, de cuyo grueso y particularidades se tocará en su lugar. Con ellas se fabrica todo el techo interior, las paredes, suelo, escaleras de las habitaciones chicas, pasamanos y demás necesario (…) Para formar el techo en las casas grandes sientan la cumbrera principal de madera; y todas las demás vigas, que bajan de ella a descansar en la vertiente son de caña; sobre las cuales entablen con las que se hacen de las mismas; cúbrenlo por defuera con hojas de Vijahua y queda concluido a poca costa sin mucho trabajo, y con toda la capacidad, y conveniencia, que se apetece”3.

Grabado de Guayaquil del siglo XVIII

Detalle constructivo de casa campesina de la costa

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EL APORTE NAVAL Y LOS CARPINTEROS DE RIBERA El trabajo artesanal en las casas era desarrollado por expertos carpinteros de ribera que aplicaban los principios navales en el tratamiento de los ensambles de las piezas y en ciertos ornamentos y acabados. Se trataba principalmente de indios y esclavos negros, quienes en algunas ocasiones eran ofrecidos como “manda” o aporte para la edificación de alguna obra pública por parte de sus propietarios, tal como se indica en el proceso de construcción del Convento de la Concepción en 1674: “El capitán don Juan Álvarez de Avilés dá y ofreció cien días de trabajo de un negro carpintero para el mismo tiempo”. “El capitán don Francisco Casauz ofreció el trabajo de un negro, que es medio oficial de carpintero de ribera, para todo el tiempo que durare la dicha fábrica, y si se muriere antes dará quinientos pesos…” “Don José Gutiérrez, sesenta días de jornal de un negro carpintero de lo blanco”4. Estos artesanos expertos, sin haber recibido una formación académica como arquitectos, desarrollaron su labor profesional interpretando las necesidades espaciales de los habitantes y configurando la imagen de la ciudad; aunque su labor recibiera no pocas críticas, como la del ingeniero Francisco Requena, quien en 1774 indicaba:“Las (casas) que se construyen al presente son bastante incómodas porque les falta a los maestros gusto para las fábricas y no conocen absolutamente las reglas de la arquitectura civil. Los carpinteros de ribera son los que hacen los edificios, como si fuera lo mismo la construcción de un bajel que la de una casa”5; todo lo contrario se opinaba en 1797, en el Viajero Universal: “Aunque toda la materia de las casas es de madera, acompaña a su fábrica sobresaliente hermosura y capacidad”6. Hay referencias en 1904 sobre la enseñanza de arquitectura a los aprendices de ebanistería y carpinteros de ribera de Guayaquil, en la Escuela de Artes y Oficios de la Sociedad Filantrópica del Guayas, quienes recibían la materia Geometría y Arquitectura7. No sería hasta comienzos del Siglo XX, en enero de 1928, cuando estos artesanos se agruparían gremialmente en la Sociedad de Carpinteros de Ribera 8, con el fin de defender los derechos de su oficio.

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Grabado de Guayaquil del siglo XVIII

4 Acta del Cabildo Colonial de Guayaquil del 18 de noviembre de 1674.

5 Francisco de Requena, Descripción de Guayaquil, 1774, p. 88. 6 El Viajero Universal, 1797. 7 Rodríguez J., G.E. Historia de la Sociedad Filantrópica del Guayas, p. 103

8 Jorge Benavides Solís, La arquitectura del Siglo XX en Quito, Banco Central del Ecuador, Biblioteca de la Revista Cultura XVI, 1995, p. 43.


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LA CONSTRUCCIÓN EN MADERA 9 Woodes Rogers. Voyage autour du monde commence en 1708

et finie 1711: par le capitaine Woodes Rogers. Amsterdam, 1717.Traducido por Jaime Barrera. Anales de la Universidad Central. Quito, 1936. 10 Jorge Juan y Antonio de Ulloa, Op. Cit. 11 El Viajero Universal, 1797. 12 Frederick Hassaurek, Four years among the ecuadoreans, 1861-1865, en Ecuador visto por los extranjeros, p. 341. 13 Carlos Wiener, “Un francés en Guayaquil”; en El Ecuador visto por los extranjeros (Viajeros de los Siglos XVIII y XIX),, p. 451. 14 Frederik Hassaurek, Op. Cit., p.341. 15 Dionisio de Alsedo y Herrera, en 1736, 16 América Libre. Guayaquil en 1920, p. 43. 17 Ibídem. 18 Ibídem 19 Ibídem 20 Jorge Juan y Antonio de Ulloa, Op.Cit. 21 Ibídem 22 Frederick Hassaurek, Op. Cit., p. 341. 23 Ibídem 24 María Luisa Laviana Cuetos, Guayaquil en el siglo XVIII, recursos naturales y desarrollo económico, Segunda edición, Guayaquil, Archivo Histórico del Guayas, 2002, Pág. 165.

El haber optado en Guayaquil por la construcción en madera se debía principalmente a la mala calidad del suelo de la ciudad, pantanoso y de poca capacidad portante, tal como lo describen los diferentes viajeros que arribaron a Guayaquil a lo largo de su historia, como el pirata Woodes Rogers, en 1709: “La mayor parte de las casas de la ciudad son de ladrillo o de madera; las más insignificantes son hechas de caña, y hay algunas muy atendidas”9; o los españoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa en 1748: “Todas las casas de una y otra ciudad son de madera”10, la excepción la marcaba el Convento de Santo Domingo ubicado en la Ciudad Vieja y que fue levantado en piedra, “…porque la mayor solidez del terreno tiene resistencia para mantener edificios de esta materia”11. Sin embargo en 1868, Frederik Hassaurek, diplomático norteamericano que visitó Ecuador se sorprendía por la “…total ausencia de edificios de piedra o de ladrillo”12. La construcción en madera ofrecía también mejor resistencia ante los sismos tal como lo indicaba Carlos Wiener hacia 1880: “Los terremotos, que suelen ser bastante prolongados, imprimen a estos edificios oscilaciones que derribarían las de piedra, por sólidas que fueran; en cambio, no producen ningún efecto destructor en esas construcciones que oscilan, crujen y continúan incólumes con en un barco en un mar agitado”13. Esta resistencia de las edificaciones de madera a los sismos era destacada por los viajeros, quienes describían como algunas grandes casas se veían “…extrañamente dislocadas por los terremotos, de manera que parecen listas a caer en cualquier momento”14.

Las maderas más utilizadas en los elementos estructurales eran “…roble de monte, guachapelí, mangle, amarillo y colorado”15 o “…madera negra incorruptible…con llaves o riostras de madera de matasarna” 16. Para los entablados de los entresuelos se utilizaban “…tablones del mismo roble y de cedro y ceyba”17 “…con clavazón, calafateados con estopa y brea”18, para las paredes tablones de madera o “…de quincha de palos tejidos con bejucos, y cubiertos con un barro”19 ; para las cubiertas se usaba paja “…o gamalote”20 , aunque en ciertos edificios de la Ciudad Nueva se usaba “…texa”21. En la periferia de la ciudad se asentaban las casas de los pobres, las cuales eran “…casi tan humildes como las primitivas habitaciones que encontraremos en la soledad tropical, yendo hacia el interior”22, por lo general se trataba de casas de una sola planta elevada sobre pilotes, a fin de protegerse de las inundaciones de la temporada invernal, con “…piso y las paredes de caña picada, y la techumbre…de bijao o de otras plantas secas”23. Si bien prácticamente desde los inicios de la ciudad su actividad se vuelca al intercambio comercial, al ser puerto de importancia de la costa sur del Pacífico y a la construcción de barcos no es sino hasta el Siglo XVIII cuando se presenta un cambio en la actividad maderera de la ciudad, al empezar a desarrollarse la industria de aserraderos y ebanistería que producía madera labrada de alta calidad lo que posibilitaría que “…la riqueza maderera constituya el principal factor del desarrollo industrial de Guayaquil durante la colonia”24, lo que posibilitaría que la edificación empiece a adquirir mejor calidad en sus acabados y que surjan artesanos especializados en la construcción.

Vista del Barrio las Peñas desde el río

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LA TIPOLOGÍA FUNCIONAL

EL SOPORTAL

La poca extensión de la ciudad y su constante densificación, dieron lugar a que las casas estuvieran conformadas, generalmente, por planta baja y una o dos plantas superiores. Por lo general, la planta baja de las casas era destinada a tiendas o bodegas; mientras las plantas altas, que servía para vivienda, se prolongaba sobre la vereda, con balcones y largas galerías frontales “… de cómo cuatro o cinco pies de ancho”25, con ventanas de chazas, desarrolladas por lo general alrededor de un patio central “…que semeja a los de Sevilla”26 .

Un elemento que se destacaba por su uso extendido por toda la ciudad, como espacio acogedor y protector y respuesta a las condiciones climáticas, era el soportal que surgía gracias a la prolongación de la planta superior de la edificación sobre la acera y que vinculaba lo público de la calle con lo privado de la casa. Los viajeros que visitaban la ciudad en esta época destacaban la posibilidad que éste brindaba de “… dar la vuelta a la ciudad sin mojarse ni ensuciarse el calzado”28 y la protección que proporcionaba ante el sol y la lluvia. Hans Meyer en 1903 destacaba la utilidad de los soportales de esta manera: “Como el piso alto de la gran mayoría de las casas de dos pisos es saliente y descansa sobre vigas saledizas, hay debajo, en ambos costados de la calle, un pasadizo sombroso, donde están situadas las oficinas, los almacenes y las tiendas (“almacenes”), por donde caminan los transeúntes”29.

El patio se constituye en el elemento articulador y de convergencia de los diferentes espacios interiores, además de servir como medio regulador de las condiciones climáticas internas. Por lo general se accedía a un gran salón y desde ahí, mediante corredores, a los diferentes salones y dormitorios que además se comunicaban entre sí mediante puertas interiores. Como medida precautelatoria ante los posibles incendios la cocina se edificaba separada de la construcción principal, a la que se accedía mediante un puente angosto, llamado barbacoa, que podía ser cortado, si el fuego se originaba en la cocina, para liberar al resto de la casa de su contaminación; tal como se lo describía en 1797: “El justo recelo que deben allí tener de que algún descuido en las cocinas con el fuego pueda salirles muy costoso, ha providenciado separarlas de las casas; y así distante de estas como doce a quince pasos hacen su fábrica en alto, y por medio de un pasadizo descubierto a manera de puente, queda la comunicación de uno a otro. Este, siendo tan ligero, con brevedad se corta luego que se enciende la cocina, y queda libre la casa de participar del daño.”27 Vista del Palacio Episcopal hacia 1875

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LAS CHAZAS Otro elemento incorporado a la arquitectura de la ciudad fueron las chazas30, como se denominan con esta palabra de origen naval, a las ventanas de celosías de madera, herencia árabe, llegada a la península ibérica a través de la ocupación morisca. Estas ventanas abatibles permiten tamizar la luz y regular la entrada de aire, además de posibilitar observar desde el interior hacia el exterior y no en sentido contrario. En algunas casas tradicionales la composición de fachada estaba definida totalmente por este tipo de ventanas, asociadas a las galerías frontales; tal es el caso de la ya no existente y famosa “casa de las 100 ventanas”, cuya fachada estaba conformada en su totalidad por una sucesión de ventanas de chazas. Estas galerías aparecen como constante en la arquitectura colonial de lugares sometidos a rigurosidades climáticas donde se combinan alta temperatura y humedad como ciertos lugares de Ecuador, Colombia o Cuba, convirtiéndose en u elemento regulador del ambiente interior, aunque espacialmente no la modifica.

Vista desde el interior de una vivienda con ventanas de chazas Vista hacia el interior de una casa campesina

25 Según Stevenson en 1808, secretario del Conde Ruiz de Castilla, Presidente de la Real Audiencia de Quito.

26 Alexandre Holinsky, El Ecuador: Escenas de la vida sudame

ricana”, 1851. Citado por Estrada, Julio. Guía Histórica de Guayaquil,Tomo I, p. 123. 27 El Viajero Universal, 1797. 28 Descripción hecha por el viajero francés Jean Mallet hacia 1816. 29 Hans Meyer, Los altos Andes de Ecuador, 1903. Citado por Paredes Borja, Virgilio. Historia de la medicina en el Ecuador. 30 El Diccionario de la Real Academia define a la chaza como “el espacio que media entre dos portas de una batería”; siendo una porta “Cada una de las aberturas, a modo de ventanas, situadas en los costados y en la popa de los buques, para darles luz y ventilación, para efectuar su carga y descarga y, principalmente, para colocar la artillería”.

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Ejemplo de la arquitectura popular de la costa

LOS ELEMENTOS FORMALES Hay muy pocos estudios que nos hablen del color de la arquitectura vernácula de la ciudad; sin embargo, en los que se han realizado se encuentra la particularidad de que las casas que daban su frente hacia el río eran tratadas con colores vivos, mientras que la fachada contraria solía pintarse de colores apagados; esto correspondería a la necesidad de distinguir la casa a la distancia a los viajeros que mayoritariamente llegaban por vía fluvial. Es interesante destacar el comentario sobre la construcción en madera que realizó en 1903 Hans Meyer en el libro Los altos Andes de Ecuador, en éste Meyer destacaba su sorpresa al encontrarse “…delante de un edificio construido de lozas de mármol, más, viéndolas más de cerca se revelaba la supuesta piedra como trabajo de madera marmoleado”31; aún hoy es posible encontrar ejemplos de este trabajo en algunas casas de madera del Barrio Las Peñas y del área central de la ciudad. 31Ibídem

Plano de Guayaquil hacia 1896

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II LAARQUITECTURA CONTINUIDAD DE LA TRADICIONAL, LUEGO DEL GRAN INCENDIO

Pocos cambios se darían en la arquitectura de la ciudad luego del Gran Incendio de 1896 ante la necesidad de reconstruir la ciudad rápidamente y de, principalmente, dotar de vivienda a los casi 33.000 damnificados; sin embargo, a pesar de los esfuerzos en los tres años siguientes al incendio, entre 1897 y 1899 apenas se habían podido levantar 384 casas, insuficiente número si se compara con las 110332casas y edificios destruidos de los 4265 existentes33 ; sin embargo empezaban a construirse otros edificios que no eran destinados a vivienda, como el Teatro Olmedo (1900), con capacidad de 1500 espectadores por el maestro carpintero Camilo Palomeque o el Colegio San Vicente (1901), diseñado y construido por Emilio Estrada Carmona, descrito por los diarios de la época de la siguiente manera: “No es exagerado afirmar que el nuevo edificio puede competir con los mejores de su clase levantados en Sud América. Grande, espacioso, bien compartido, para el servicio interior se ha consultado para su construcción los preceptos higiénicos aplicándolos con toda amplitud. Elegante, sólido y de arquitectura severa, presenta un golpe de vista admirable; y por lo que respecta al interior, ya lo hemos expresado, no deja nada que desear”34. Poco tiempo después, la Ordenanza de Construcción y Ornato, expedida por la Municipalidad en 190535 contemplaba que las construcciones realizadas con materiales incombustibles podían tener hasta 3 pisos de altura y prohibía que las construcciones de teatros, templos, capillas y oratorios fueran hechas de materiales combustibles. Además exigía que para la aprobación de proyectos arquitectónicos los planos fueran suscritos “… por un ingeniero, arquitecto o maestro carpintero inscrito en la matrícula municipal.36; que “Las casas serán de 1 ó 2 pisos”37 y la “Prohibición de uso de madera en fachadas – soportales, paredes tumbados. Se acepta el uso de madera en: persianas, ventanas, celosías (corredizas o con barajas).”38 A partir de esta Ordenanza, se empieza a modificar la manera de desarrollar los proyectos y la imagen resultante de la ciudad, en pleno proceso de reconstrucción. 30

Grabado del colegio San vicente hacia 1905

32 Crónica Comercial e Industrial de Guayaquil en el Primer Siglo de la Independencia, p, 67.

33 Ibídem. 34 Diario El Tiempo, 11 de agosto de 1901. 35 Citada por Alava, Jorge; et. alt. Evolución histórica de la vi 36 37 38 39

vien da dentro del marco del desarrollo urbano en la región de Guayaquil. Art. 2 de la Ordenanza de Construcción y Ornato de 1905. Art. 4 de la Ordenanza de Construcción y Ornato de 1905. Art. 7de la Ordenanza de Construcción y Ornato de 1905. El artículo 15 de la Ley de Patrimonio Cultural dice textualmen te: “Las municipalidades de aquellas ciudades que posean Cen tros Históricos, conjuntos urbanos o edificios aislados cuyas características arquitectónicas sean dignas de ser preservadas deberán dictar Ordenanzas o Reglamentos que los protejan y que previamente hayan obtenido el Visto Bueno por el instituto de Patrimonio Cultural”. A pesar de que esta Ley fue promulga da en 1978, han pasado veinte años y aún el Municipio de Guayaquil no expide la Ordenanza correspondiente.


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III EL PRESENTE EN EL PASADO LA PRESERVACIÓN DEL PASADO La primera declaratoria de bienes arquitectónicos patrimoniales de la ciudad de Guayaquil fue realizada en 1982, cuando mediante Acuerdo del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural se establece como sectores a preservar a la calle Numa Pompilio Llona del Barrio Las Peñas y su sector aledaño; “el centro administrativo, comprendido por los Palacios de la Gobernación y Municipio, y el Malecón Simón Bolívar”; “a los edificios en los cuales funciona el Mercado Sur y la Iglesia San José”, además declaraba zona de protección a las áreas circundantes de estos sectores. Sin embargo, en esta declaratoria, salvo Las Peñas, se desconocía como de valor a la arquitectura tradicional de la ciudad.

Entre 1986 y 1987, el Inventario de la Arquitectura Civil, Pública y Religiosa de Guayaquil. Siglo XIX-1950, proyecto realizado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil alertó sobre la existencia de más de 600 bienes arquitectónicos con valor patrimonial diseminados en un área espacialmente y simbólicamente localizada por sus habitantes; entre los que se encontraban edificaciones de madera, identificadas dentro de la categoría de arquitectura tradicional de la ciudad. Este trabajo realizado por la Universidad Católica de Guayaquil fue el punto de partida para que el Ministerio de Educación y Cultura expida los Acuerdos Ministeriales 1941, 2797 y 2986 de 1988 y junio y julio de 1990, respectivamente, y logre que se declaren como bienes pertenecientes al patrimonio nacional a más de 130 edificaciones de la ciudad de

Guayaquil; sin embargo, a pesar de que la Ley de Patrimonio Cultural da claras disposiciones sobre cómo actuar en ciudades con bienes patrimoniales y de cómo los Municipios deben expedir Ordenanzas para su conservación, poco o nada se ha hecho en ese sentido39 y muchas de estos edificios han sido demolidos o los que aún existen se encuentran en situación precaria. Esta tradición de la arquitectura de Guayaquil, definida en el conjunto de características ya detallados, aún es posible identificar en la arquitectura popular diseminada por toda la ciudad, en la que, sin la intervención de arquitectos, se preservan características espaciales y se desarrolla estéticamente con elementos que se anclan en referentes del pasado, aunque se libera de la rigurosidad de los cánones de la composición académica.

Vista actual del Mercado Sur

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LA ORIGINALIDAD EN LOS ORÍGENES Uno de los desafíos de la arquitectura contemporánea es superar el proceso de ruptura de la continuidad histórica a la que fue sometida por el movimiento moderno en el siglo XX. Por un lado, se plantea el desarrollo de una arquitectura que sea capaz de expresarse en un lenguaje contemporáneo, conciliando con la tradición histórica y aporte de lo local, ya sea en lo espacial, formal o constructivo. En ese sentido cobra una nueva dimensión el estudio de la arquitectura patrimonial; ya que se pasa de su revisión histórica con carácter documental, a ser un elemento que cobra vigencia en la medida que puede aportar al desarrollo de una arquitectura con identidad. Uno de los problemas que la arquitectura actual debe resolver es el de la inserción de nuevos proyectos en contextos históricos o patrimoniales. Por un lado está la tendencia a desarrollar réplicas que se “camuflen” con lo original y, por otro, la resistencia a aceptar la incorporación de una arquitectura contemporánea que juegue con lo existente pero que ni compita con éste ni lo opaque.

actuales, se adaptará a un contexto antiguo, sin afectar su estructura y cualidades estéticas, sólo en la medida en que se tenga en cuenta el uso apropiado de la masa, la escala, el ritmo y la apariencia. 3. La autenticidad de los monumentos históricos o grupos de edificios, debe ser tomada como un criterio básico, por lo que hay que evitar cualquier imitación que pudiera afectar su valor artístico e histórico. Queda claro por tanto que la inserción de nueva arquitectura en entornos históricos debe hacerse respetando la unidad visual del conjunto en cuanto a alturas, perfil, escala, color, entre otros aspectos y en ningún caso intentar una copia o réplica que no haría más que afectar el valor patrimonial de lo existente en lugar de valorizarlo.

Hay recomendaciones realizadas en foros especializados de cómo responder a este desafío; por ejemplo, dentro de las resoluciones del Simposio sobre la inserción de arquitectura contemporánea junto con edificios antiguos40, en el marco de la III Asamblea General del ICOMOS41, entre otras, se indica lo siguiente: 2. La arquitectura contemporánea, haciendo uso deliberado de las técnicas y materiales

40 Resolutions of the Symposium on the introduction of contempo rary architecture into ancient groups of buildings, at the 3rd ICOMOS General Assembly, 1972.

41 Consejo Internacional de Monumentos y Sitios.

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Grabado de los primeros edificios de La Ciudad Nueva


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CAPÍTULO 2 Inspiraciones para una Nueva Arquitectura. Arq. María Isabel Fuentes Harismendy

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Inspiraciones para una Nueva Arquitectura María Isabel Fuentes Harismendy

La arquitectura se expresa públicamente con sus realizaciones, pero requiere una explicación de sus conceptos para completar su comprensión. Muchas veces es allí donde residen las claves para ingresar a sus misterios. Una explicación como la que se pretende implica introducir al lector en confidencias para lograr su adecuada complicidad.

Bruno Stagno.

MUNDOS INTERIORES En la década de los 70, vine desde Chile a vivir en Ecuador, un país tropical cuya realidad era muy diferente a la que había conocido hasta ese entonces. Desde niña había vivido al calor de la estufa que calienta y que a su vez reúne a la familia; en casas de techos bajos, de colores muy cálidos, colores de la tierra; entre muros macizos y herméticos que atrapaban el codiciado calorcito y la privacidad para todos; en espacios llenos de objetos cuidadosamente dispuestos para que recordaran detalles de vidas pasadas. Buscar ese ambiente, en mi Chile natal, era una necesidad. Al experimentar la vida en esta región, fui descubriendo las diferencias: las familias se reunían alrededor de la sombra y sus miembros parecían diluirse en los espacios abiertos; los muros, por una necesidad de ventilación, eran semitransparentes, lo que hacía que la privacidad fuera menos hermética; la gente parecía requerir de más espacio y éstos eran construidos de gran altura como una forma de tener mayor cantidad de aire y que todo se volviera más fresco; los interiores mostraban un ordenamiento espacial de multiuso con una tendencia a lo vacío, siendo escasos los elementos que hablaran del pasado. Interior de la cocina de una casa campesina de la costa ecuatoriana

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Siempre digo que el poder del trópico se fue metiendo en mi cabeza y en mi corazón. Experimentar las fuertes condiciones climáticas hace que uno nunca vuelva a ser el mismo: las altas temperaturas, la fuerte y constante humedad, su olor, las torrenciales lluvias, los escasos vientos, el cielo gris azulado previo a las tormentas, la exuberante y poderosa vegetación cuyo crecimiento y poder de recuperación nos supera, y también la gente: su sensualidad, su humor, su informalidad, completan la atmósfera que envuelve la vida en el trópico. Soy una migrante, siempre digo, trasplantada. Formo parte de una de las muchas familias chilenas que tomó la decisión de salir de su país, a causa de una de las tantas situaciones de inestabilidad que hemos vivido los latinoamericanos en los últimos treinta y cinco años. El barco que nos trajo llegó a puerto una tarde de torrencial aguacero guayaquileño y esa visión de la ciudad quedó grabada en mi memoria por siempre. Bajo esta impresión experimenté una necesidad de arraigo que me dispuso a asimilar rápidamente el medio, aprendiendo a manejar las situaciones de mi vida tratando de extraer lo esencial, lo sabio, lo acertado, lo lógico del lugar.

Espacios de descanso “a la sombra“ en el interior de una casa campesina de la costa ecuatoriana

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Ejemplos de arquitectura en Guayaquil fines del siglo XIX

CONSTRUYENDO PENSAMIENTOS: LOS PROCESOS Estudié en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Mi formación estuvo impregnada de conceptos generados por la Modernidad, combinados con fuertes contenidos sociales, que me descubrieron la realidad urbana y sus aspectos económicos, en una época donde la ciudad sufría un acelerado crecimiento producido por las migraciones campociudad. Eran los años setenta. Pertenezco a la generación que inicia los registros de la historia del patrimonio construido en Guayaquil, en ese momento, una ciudad donde no se valorizaba, ni se visibilizaba, las muestras que aún existían de su pasado, y que poseía una arquitectura local llena de aciertos en cuanto al manejo bioclimático y una propuesta estética muy propia de las latitudes tropicales. Cargada con todas las debilidades y fortalezas del que comienza, decidí retroceder en el tiempo con la ilusión de anclar en alguna época inspiradora, encontrándola en la arquitectura de finales de siglo XIX e inicios del XX. Este pasado, y la asimilación profunda de los conceptos y propuestas formales de la Modernidad, explican el uso, en mis obras, de volumetrías de geometría simple, de pocos elementos, y de una estética casi purista apegada a lo funcional y a lo lógico. La ausencia de obras contemporáneas locales que señalen estos planteamientos, hizo que elabore propuestas que se referían a un entorno cuyas principales características permanecían mimetizadas, escondidas, olvidadas. Fue una búsqueda en solitario que surgió de la necesidad, seguida de la pasión, por hallar una vía propia o, al menos, adaptada a esta realidad; un proceso que tuvo mucho que ver con el desapego y el distanciamiento de mis preexistencias sureñas. Paralelamente recorrí casi todo el país observando la diversidad natural, social y cultural del Ecuador. A pesar de ser un territorio pequeño descubrí que aunque existían enormes diferencias entre las arquitecturas tradicionales de la sierra, de la costa y del oriente, cada tipología mostraba una preocupación de sus creadores por responder adecuadamente al clima. Los verdaderos responsables de las edificaciones realizadas con sentido común eran constructores anónimos, sin formación académica, que usaban las tecnologías y los materiales que tenían a su alcance. La arquitectura tradicional del Ecuador daba soluciones adaptadas al ambiente de cada zona, considerando como variables para el diseño las condiciones de lluvia, insolación, humedad, brisa, luminosidad, tipo de suelo, sin olvidar el respeto por las vivencias diarias de su gente. Todavía miro hacia atrás, tratando de retomar la continuidad de esta cultura arquitectónica, para atar o reanudar el hilo de una tradición que se cortó con la introducción de la abstracción del movimiento moderno, porque aún deseo arraigarme a la historia, a la identidad y al espíritu de este lugar. No es determinante para un creador encerrarse en una etapa específica, ni tampoco limitar el análisis a los períodos históricos: ninguna época es más importante que otra, pues toda arquitectura muestra un similar esfuerzo por adaptarse. La arquitectura tradicional tropical está por sobre la historia, sus formas trascienden todas las épocas porque son una respuesta al clima y a la vida.

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Vista del patio interior y de corredor Casa Las Peñas siglo XXI

Nunca pretendí reproducir esta arquitectura imitándola sino evolucionar a partir de ella, depurándola hacia aquello que se encuentra fundido en la cultura. Mis procesos han sido una búsqueda constante por consolidar principios teóricos formulados específicamente para esta latitud, con el objetivo de alcanzar lo universal desde lo local y producir una arquitectura con carácter; que destaque valores propios, sin caer en lo folclórico o en lo anacrónico; que en la práctica trasmita un mensaje de adaptación y coherencia con el ambiente.

Entrada a la Casa Las Peñas siglo XXI.

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En mis inicios, este objetivo de universalidad se encontraba muy ligado al tema de la vanguardia, en el sentido de avance que la Modernidad presta a esta palabra; hoy pretendo que ésta desemboque en una contemporaneidad sustentada en la amplitud de los lenguajes utilizados, en la aplicación de las tecnologías disponibles para la construcción y en diseños concebidos como creaciones que surgen de la reflexión de aquello que somos.

Vista panorámica de Guayaquil, primeras décadas del siglo XX

CIUDAD-TRÓPICO/CIUDAD-LÍQUIDA / CIUDAD-MEMORIA Encontrar contenidos para una arquitectura con memoria significó entrar en la historia de una ciudad sin registros sistematizados, perecible por los materiales utilizados en su construcción y con una tradición arquitectónica que, de a poco, iba siendo suplantada por las nuevas ideas y conceptos de la Modernidad o por los “Neo clásicos” extranjeros que los guayaquileños aceptaban sin mayores cuestionamientos; una ciudad poseedora de un patrimonio que sucumbía a la asimilación pasiva, que desechaba las características locales, que perdía la memoria. Si bien los procesos de desarrollo de las artes, de lo económico, de lo social, tienen que ver con acontecimientos históricos, muchas veces específicos, como en el caso del Ecuador Republicano, la arquitectura que se produjo en Guayaquil a fines del siglo XIX e inicios del XX fue una mezcla de la cultura local, transformada ya por la Colonia, con la cultura europea de la época. Esta arquitectura, producto del sincretismo o mestizaje -hoy podríamos hablar de fusión-, asimilaba modelos importados, en su mayor parte traídos en hojas de catálogo, que luego eran adaptados por constructores anónimos a las condiciones del clima, a las características de vida de los usuarios y a las tecnologías existentes; una integración que posteriormente se convertiría en Tradición.

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La ciudad de Guayaquil, circundada por una tierra benigna, disponía de maderas de gran fortaleza que fueron trabajadas con técnicas de construcción herederas de la carpintería de ribera. Sus viviendas fueron construidas, en su estructura y piel, con maderas locales y con un planteamiento volumétrico prismático simple. Dependiendo de su ubicación, podían o no tener un soportal o corredor peatonal de doble altura cubierto por el primer piso alto, que protegía al caminante del sol y la lluvia, cuyos elementos estructurales obedecían a una secuencia geométrica estricta. La distribución espacial de su interior permitía la comunicación y el paso fluido de la brisa entre estancias y habitaciones. Estas casas disponían, generalmente en su centro, de un espacio alto y techado: una especie de patio interior con iluminación central que favorecía la ventilación cruzada. Los techos de zinc se alzaban por encima de las paredes para dejar escapar el aire caliente; estaban colocados de forma inclinada, sin cumplir una función estética, pues casi no se los veía, y disponían de grandes aleros como protección para las lluvias. Las ventanas de chazas, generalmente organizadas en una secuencia de ritmo constante y simétrico, se ubicaban junto a un balcón de escasa profundidad construido con balaustres de madera. Los muros, de poca materialidad, muchas veces estaban perforados con detalles que parecían de filigrana o que permitían la circulación de la brisa. Gracias a este tratamiento los ambientes cotidianos eran claros y luminosos, afines a un mobiliario transparente y ligero por el uso generalizado de la rejilla tejida.

LO VERNÁCULO En contraste al estilo Neoclásico de la Época Republicana, que buscaba ser modelo de prestigio histórico, poder político y solidez, la arquitectura vernácula o de lugar que se generaba en la costa del Ecuador, poseía características que podríamos calificar de puras, siendo una de ellas la Provisionalidad, tan cercana a lo inmaterial que por sí sola despeja algunas de las incógnitas surgidas en torno a la ausencia, en este territorio, de una herencia constructiva, presente en muchos pueblos andinos. Esta inmaterialidad, suscrita también a la común ausencia de elementos ornamentales propia de los habitantes de la costa pacífica, se conecta con la persistencia subterránea de una cultura aliada a los atributos constantes del lugar: el clima y los materiales que condicionan las respuestas vernáculas, donde fenómenos sociales y económicos se articulan sin que la cultura abandone un eje temático de identidad.

Vista de tragaluz y galería en viviendas del la costa ecuatoriana finales del siglo XIX

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Estas características de provisionalidad y de respuesta funcional al clima y lugar, constituyeron el primer impacto que recibí a mi llegada a Guayaquil. Con especial asombro observé la exuberante vegetación que rodeaba la ciudad, análoga en su rápido crecimiento al espontáneo y orgánico desarrollo de sus barrios periféricos (una suerte de manto gris que crecía paralelo a su topografía). Se utilizaba caña guadúa en la estructura, en el piso y en las paredes de casas que sus habitantes armaban y desarmaban con gran facilidad. Posteriormente pude observar en detalle el sutil contacto del exterior con el interior, divididos con paneles o frágiles biombos que dejaban ver entre sus transparencias un espacio interno multifuncional, aunque austero y con poco mobiliario, haciendo que la casa pierda su introversión, su protección del mundo exterior, hasta convertirse en un contenedor flexible, adaptable, en contacto con la naturaleza y el entorno circundante. A ratos me parecía que se trataba de una despreocupación de las personas por su hábitat, pero el resultado, en su conjunto, compone la estética que aún caracteriza a la ciudad costeña: volúmenes sobre pilotes asentados sobre agua o en topografía de cerro, casas con techos de zinc a dos aguas, construcción con caña guadúa y maderas expuestas sin recubrimientos, muros de escasa hermeticidad y una ornamentación cuya sencillez aún me asombra. Es en la arquitectura vernácula donde encuentro las características espaciales que me remiten a lo perecible, a lo informal, a lo efímero, a lo inmaterial, a lo sustentable; conceptos contemporáneos que nos señalan la importancia de los valores de la tradición constructiva tropical, heredera de esa conexión con la naturaleza que poseían los ancestros precolombinos de los habitantes de la costa del Ecuador. Vivienda vernácula

Vista interior vivienda vernácula

Cocina Casa de Hacienda. Parque Histórico de Guayaquil.

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes

Casa Río Grande. 2003

Casa Algelt. 2002

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LA MODERNIDAD Fue la llegada de la Modernidad a América, una vez terminada la segunda guerra mundial, la que produjo efectos radicales en la morfología arquitectónica de nuestra ciudad. Guayaquil posee una muestra importante de aquella arquitectura moderna que llegó con ideas y conceptos de diseño que renovaron su imagen. La planta libre, el art deco, el muro cortina, la fachada lisa, el hormigón armado, fueron las nuevas formas y los materiales que paulatinamente borraron parte de la arquitectura local. Aunque las edificaciones de esa época no hablan de una modernidad adaptada con intenciones regionales, sin embargo, es posible observar elementos que responden a condiciones climáticas locales, sobre todo en lo que se refiere a la protección de los ventanales y a volúmenes que parecen flotar sobre el terreno, un detalle que también nos remite a la arquitectura palafítica de la costa, a lo vernáculo, y si realizamos un análisis estético formal, podemos verificar que los volúmenes con soportal de estos tiempos mantienen la forma y las proporciones de la arquitectura llamada Tradicional. Casas de las décadas de los 50 - 60. Urdesa

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Casa Castelago 2007


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Arriba: Ejemplos de arquitectura años 50 - 60. Guayaquil Abajo: Casa Velázquez. 2007

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LO CONTEMPORÁNEO: UNA ARQUITECTURA QUE PERTENECE AL LUGAR A pesar de que académicamente me identifico con los maestros de la Modernidad, mis primeras obras son relativamente inconcientes al respecto. En algún momento fui registrada dentro de esta línea debido a la utilización de formas limpias y sencillas vinculadas a una geometría pura, espacios funcionales de fácil circulación o estructuras lógicas muy ligadas a los elementos de la Modernidad histórica, que toma la austeridad como una virtud. Pero mi búsqueda me refería constantemente al contexto local como un ejercicio perceptivo y de investigación, inclinándome a explorar conceptos arquitectónicos que abordaban estados de menor intervención. Partiendo de ese lenguaje de formas simples y puras, asentadas en las mencionadas vertientes -la construcción vernácula, el patrimonio arquitectónico de fines de siglo XIX e inicios del XX y los planteamientos modernos, en lo que respecta a la racionalidad tanto de diseño como constructiva- he elaborado una propuesta formal con espacios funcionales de fácil y clara circulación, que utilizan al máximo la tecnología existente; espacios dentro de espacios en los que la sencillez de los elementos se convierte en una virtud que resalta la forma y donde la percepción espacial estimula la imaginación para crear nuevas sensaciones; lugares que invitan al sosiego, a la reflexión y al silencio como estética; una arquitectura visualmente transparente y liviana que se puede percibir como inmaterial por la amplitud que enfatiza las grandes alturas, con protectores ambientales diseñados en distintas versiones y proporciones, y una preocupación constante en soluciones relacionadas con el clima y el entorno natural.

Santuario de la Virgen del Perpetuo Socorro. Arq. Guillermo Cubillo, hacia 1960

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Desde la perspectiva de rescatar y volver vigentes valores históricos, materiales e inmateriales, existe en mis propuestas una clara necesidad de acercarme al lenguaje espacial utilizado en varias etapas del desarrollo de la ciudad. Este lenguaje se manifiesta en la creación de espacios arquitectónicos característicos y sobresalientes, reinterpretados y planteados a través del manejo de la tecnología y de materiales disponibles en el mercado, que apuntan a la optimización de recursos y energía.


Libro de Obra. María Isabel Fuentes

Una de mis propuestas ha sido recuperar con sensibilidad elementos que pertenecen al vocabulario de la construcción tropical, incorporando a la práctica contemporánea de la arquitectura espacios como el soportal, las galerías, el patio interior, las grandes alturas, las chazas, los balcones, fachadas y transparencias que permiten el paso de la brisa y

de la luz intensa; la volumetría prismática de absoluta simpleza, y la secuencia, con estricto orden geométrico, de los elementos de la fachada.

y acabados; aluminios naturales y vidrios claros; porcelanatos, piedras naturales y granitos, siempre privilegiando las características naturales de los mismos.

Me inclino por el uso del acero para la estructura, escaleras y pasamanos; protectores solares en todas sus versiones; madera en las terrazas

Casa Yunes. 2003

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes

Con respecto al color, en mis diseños busco generar una composición volumétrica que acentúe la propuesta cromática, colores claros, espacios frescos y amplios que enfatizan la limpieza formal como parte de un repertorio visual propio. Parte del ejercicio de descubrir la esencia de los habitantes de la costa y su expresión en el entorno construido, ha sido tomar conciencia de su realidad acuática. Guayaquil ha estado históricamente vinculada al agua debido a su ubicación geográfica, que en el pasado le permitió ser uno de los astilleros más importantes del Pacífico Sur. Con la evolución de la ciudad, ese nivel de íntima relación de su gente con su entorno natural líquido se fue perdiendo. En mis proyectos incorporo esta condición colocando los cuerpos de agua muy cercanos a las actividades de la gente, tanto en el interior como en el exterior de los espacios, elementos que ayudan a mejorar las condiciones bioclimáticas de zonas de acceso y patios interiores, espejos de agua, con o sin movimiento, y piscinas que se encuentran junto a las áreas sociales.

Casa Urdesa. años 60

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Detalle de muro, Casa Loor. 2003


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Casa Duplex Olimpus. 2002

LA PROPUESTA Es adecuado tomar una posición crítica frente al entrecruzamiento constante de imágenes e información que influyen en nuestros ambientes regionales, estar concientes que lo intangible es lo que verdaderamente define o identifica a una cultura y que ésta debe participar de las propuestas creativas contemporáneas. En el caso del diseño arquitectónico, no se trata de rechazar planteamientos que vienen de otras partes del planeta, sino aceptar y balancear los costos ecológicos del progreso. El presente nos plantea reducir el uso de tecnologías costosas y sofisticadas que demandan grandes inversiones energéticas y comprometen los recursos y el equilibrio natural.

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En el caso específico de la arquitectura dirigida a una ciudad de aspectos tan particulares como es Guayaquil, debemos asumir el carácter sincrético de su cultura ribereña, costeña o tropical, sin tratar de imitar, sino de proyectar un lenguaje que recoja las voces de su historia, donde encontraremos una verdadera identidad local; que rehumanice nuestra arquitectura, en cuanto a su compromiso con el planeta; que sea capaz de aportar soluciones mínimas a preocupaciones globales, y que asuma retos como un ejercicio constante del quehacer profesional.

A diferencia de otros pueblos que perduran a través de su legado material, expresado en grandes edificaciones, la gente de esta región generó obras de materialidad perecible, pero íntimamente relacionadas con lo espiritual y abstracto. Volver a ese pasado, seguramente, será lo que nos permita descubrir una arquitectura con nuevos contenidos.


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CAPÍTULO 3 Mi proceso de diseño y la experiencia de la construcción

Arq. María Isabel Fuentes Harismendy

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes

Casa Guevara. Capaes. 1988

Casa Lápez. Punta Blanca. 1989

Casa Pinoargote. Punta Blanca. 1991

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Casa Blum. Puerto Azul. 1990

Casa Wong. Punta Barandúa. 1991

Casa Diab. Capaes. 1991

Casa Maturana. Los Senderos 1991


Libro de Obra. María Isabel Fuentes

Condominio Milano. 1992

Pinoba. Kenedy Norte. 1992

Casa G3. Olimpus. 1996

Condominio Palermo 4. 1995

Casa Carrión. Palmar del Río. 1997

Casa Ayala Fuentes. San Isidro. 1997

Casa Verdú. Olimpus. 1999

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Mi proceso de diseño y la experiencia de la construcción. Arq. María Isabel Fuentes Harismendy

La siguiente es una reflexión de un proceso muy personal, por consiguiente, sin ninguna pretensión de convertirse en un método aplicable y, menos, ser un ensayo teórico. Siempre tuve la convicción de que toda profesión humanista, que implicara la ejecución de un “acto creativo”, requería combinar los conocimientos (técnicos, teóricos, históricos) con la intuición y la emoción. Por ello considero que la síntesis en que finalmente se convierte la obra (arquitectónica, artística y hasta científica), es el resultado o el fin último de esta combinación.

Cada persona tiene su propia manera de hacer las cosas, sobre todo cuando se trata de una actividad creativa. En mi caso, lo más inquietante es establecer una filosofía de diseño que me permita realizar propuestas coherentes con el camino emprendido, es decir, producir una arquitectura de lugar que esté de acuerdo con los requerimientos solicitados en cada obra. Cuando recibo un encargo paso días o semanas sin dibujar. Este tiempo es el que necesito para madurar, para incubar ideas, en especial cuando me encuentro en etapas de transición o cuando una fuerza interior me empuja para que produzca cambios en mi lenguaje. Durante ese lapso constantemente pienso en el proyecto, visito lugares, busco información relacionada con los diferentes aspectos funcionales que deben ser integrados y realizo investigaciones teóricas, que luego me ayudarán a definir los contextos y afinar programas. Poco a poco empiezan a aparecer formas en mi mente, aquellas que corresponden al espíritu particular que deseo darle al proyecto. Cuando veo las hojas en blanco, listas para ser llenadas, es imposible no sentir ansiedad y a veces hasta temor, es allí cuando empieza a aparecer la arquitectura. Dibujo borradores con representaciones o enfoques intelectuales y filosóficos del proyecto, que además deben ser eficientes y cumplir con los requerimientos solicitados por el cliente sin subordinar la imaginación y la emoción, tan necesarias al momento de hacer arquitectura. En esta etapa aparecen los bocetos, las primeras ideas plasmadas a grandes rasgos, con los trazos que ya expresan lo que será en el futuro la obra arquitectónica.

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Si bien es cierto la arquitectura no es un arte o, mejor dicho, no es un objeto artístico, tampoco es producto de un proceso puramente racional e intelectual. La creatividad es el punto preciso donde se juntan el sentimiento espontáneo del diseñador y los requerimientos técnicos. Una vez discutida la solución idónea con los usuarios, estudio y programo la función de los elementos arquitectónicos, los criterios estructurales, el manejo energético y bioclimático, las soluciones constructivas y los aspectos que permitirán concretar el diseño, el mismo que

incluye desde el desarrollo espacial del proyecto hasta detalles como las luminarias y las chapas de las puertas. Todos estos elementos contribuirán a la percepción que debemos tener de la obra terminada. Me gusta involucrarme totalmente en la concreción del proyecto, tal es así que la gran mayoría de ellos han sido construidos bajo mi dirección. Considero que la construcción es donde la arquitectura se realiza, es conclusión y objetivo, es la materialización de todas las ideas, la aplicación de todos los conceptos, es el momento cuando realmente la arquitectura existe.


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El proceso de la construcción nos permite a los arquitectos sensibilizarnos con la materialidad, con los procesos necesarios para que existan nuestros diseños. Es un camino de doble vía porque solo a través de la práctica logramos interiorizar los conocimientos técnicos, necesarios para que nuestras propuestas funcionen y, a la vez, es el arquitecto que concibe el proyecto quien mejor manejará su realización, integrando con eficiencia los equipamientos de última tecnología utilizados comúnmente en las edificaciones, sin afectar los valores estéticos de las mismas. Mi recompensa como arquitecta la encuentro cuando voy sola al lugar y experimento y disfruto los espacios, la fluidez, la luz, la escala, los mejores ángulos. Asimismo tomo conciencia de los errores y detalles que podrían mejorarse. Es entonces cuando siento que tengo la mejor profesión del mundo, aquella que me emociona, que me apasiona, pero que también me cuestiona, que me hace sentir muy pequeña. Cada proyecto es una nueva oportunidad para volver a comenzar y siempre pienso que el próximo será mas interesante, tendrá más aportes… menos errores.

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LA LUZ Luz y Arquitectura van juntas. Luz y emoción van juntas. Luz y vida van juntas. La Luz da valor a los muros y a las texturas. Permite percibir nuestras pieles vernáculas. Solo atenuando la Luz controlamos su ingreso a los espacios. La Luz nos proyecta al espacio y a su percepción: al pasar las horas el espacio cambia. La luz atrae a la gente, pertenece al corazón y al espíritu. Ella intensifica nuestra experiencia de los espacios: los hace materiales o inmateriales.

LA SOMBRA Sombra y frescura van juntas. Es tan necesaria en los climas tropicales... en estas latitudes. La Sombra junta y acoge a la gente: es aglutinadora. Alrededor de la sombra se hace la vida, se recuperan las fuerzas. Ella da energía y ánimo. Permite pensar. 58


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SOPORTALES Y GALERÍAS Refugios de sol y de lluvia. Lugares para hablar, conocerse y dejarse ver. Los Soportales y las Galerías son espacios de transición: separan el interior del exterior. Gracias a ellos el edificio se refresca; ellos prueban que se puede dominar la luz a favor de la penumbra. Es un recurso que nos da identidad.

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LOS PATIOS Centro donde trascurre la vida, lugar donde la casa respira. Los Patios actúan como verdaderos centros de interacción social y acondicionamiento climático. Son espacios que permiten al edificio modificar las condiciones físicas que impone el clima en beneficio de la gente que lo habita.

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LAS ABERTURAS

LOS MUROS

Canales de brisa

Son frágiles, perecibles, efímeros. Son livianos, etéreos y a veces inmateriales.

Captan y conducen los flujos de aire. En el trópico las aberturas de los edificios se amplían para que el aire ventile los espacios.

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Los muros definen el espacio. En esta latitud se achican, se vuelven mínimos. Son semitransparentes dejando ver lo que pasa al otro lado.


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LA ESCALA Es un sentimiento interior. A veces se logra, otras no… Es magia. Existe o no en la Arquitectura. Es lo que diferencia una construcción cualquiera de una obra maestra. No se aprende en la escuela, no se maneja con reglas, no se describe con palabras. Es el espacio vuelto emoción.

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CAPÍTULO 4 Arquitectura Urbanística

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Urbanización Terranova 1996 Proyecto urbanístico localizado en la zona de Samborondón. Se compone de 35 casas unifamiliares, con zonas verdes y áreas comunales para la administración y recreación. Se diseñaron tres tipos de casas implantadas dentro del conjunto de acuerdo a las características de los terrenos. El proyecto de las viviendas maneja un lenguaje volumétrico sencillo.

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Básicamente es un prisma cúbico con elementos protectores de fachadas y balcones con fines bioclimáticos. La cromática se relaciona con los colores de la tierra, de ahí, los colores siena, ocre y verde oscuro.

1 Vista exterior de casa tipo 1 2 Vista exterior de casa tipo 2 3 Detalle de fachada 4 Detalle de protector solar y pérgola

Terranova es una ciudadela de vivienda, de clase media alta, que se desarrolló en la ciudad de Guayaquil.

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Urbanización Vista al Río 1997 Conjunto residencial cerrado, ubicado en el sector de la ciudadela Entreríos al norte de Guayaquil. Las viviendas se estructuran a lo largo de una única calle. La propuesta de diseño se desarrolla a partir de una casa tipo y utiliza una volumetría de geometría básica, en color blanco, que busca un contraste con los planos acabados con ladrillos.

Los ingresos de las casas se encuentran bajo un espacio de diseño curvo de doble altura, protegiendo y jerarquizando a manera de zaguán. El uso de la composición de planos perforados, con forma de cuadrados que se repiten, se vuelve en esta obra una especie de firma que estará presente por varios años.

1 Vista desde el ingreso 2 Vista desde calle interior 3 Fachada principal de una de las casa 4 Fachada exterior

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CAPÍTULO 5 Arquitectura Comercial

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KPMG 1994 Edificio destinado a funciones de Auditoría y Contabilidad. Debido a su complejidad y a la gran cantidad de personal que laboraba en oficinas, su planificación debía considerar el mayor aprovechamiento del terreno. Los espacios se encuentran distribuidos en tres pisos y un subterráneo para parqueos y servicios. Se trata de un volumen cúbico de vidrio, protegido por una estructura de soportal armada con elementos horizontales a manera de cintas que se repiten; una envolvente que determina

un espacio con micro clima regulado, reforzado con un espejo de agua y un jardín rodeando el edificio. El uso del color azul fortalece la imagen corporativa. El espacio intermedio entre el interior y exterior cumple una función reguladora del clima, tal como lo hacía el llamado Soportal de las antiguas edificaciones guayaquileñas. Su interior se trabajó como plantas libres para permitir que los espacios tengan flexibilidad ante cambios, evolución y crecimiento de la empresa. 1

1 Vista nocturna 2 Detalle de Fachada 3 Vista desde la calle Miguel H. Alcivar 4 Detalle del Jardín

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Isla de Comunicación 2000 El área de Estudios Urbanos del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil, elaboró un proyecto denominado Isla de Comunicación Urbana. Tuvo como objetivos básicos presentar al visitante una museografía contemporánea, sin antecedentes en el medio, y convertir esta instalación en una herramienta para la investigación de los imaginarios urbanos de los guayaquileños en su recorrido por la ciudad. Para producir esta instalación se tomaron como

base las teorías de los investigadores de cultura urbana y comunicación del museo; los resultados de una encuesta especializada en los consumos culturales urbanos; y una propuesta tridimensional de diseño. La Isla de Comunicación se inspira en la figura de un Strombus, especie de caracol que se emplea en la costa central ecuatoriana y en algunos sectores del austro, para el llamado de los habitantes al interior de sus comunidades. 1

1 Vista Exterior 2 Detalles interiores 3 Planta, corte, bocetos 4 Procesos Constructivos 5 Implantación virtual en la plataforma del MAAC

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ATU 2004

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Las oficinas y sala de exhibición de las empresas ATU, ubicadas en el centro comercial Dicentro, remodelaron su espacio. La consigna fue generar, con pocas intervenciones, una nueva imagen y mantener el salón funcionando. Utilizado como contenedor neutro, el espacio se planificó limpio, ordenado y austero, con pocos elementos para que la transparencia y la circulación fluida cumplieran el objetivo de lograr una mayor capacidad y visibilidad de la exhibición. En la fachada se usaron paneles modulados -perforados en color acero- y un gran plano de aluminio y vidrio natural en el área de doble altura, que tenía la función de generar una conexión importante entre el exterior y el interior. Posteriormente esta pared fue recubierta con telones blancos sobre los que se proyectaron imágenes y videos promocionales relacionados con la empresa. En la remodelación también se determinó la necesidad de contar en la exhibición con un punto de interés visual, resuelto con la utilización de una pared de policarbonato -con mucha iluminación- que reforzó la transparencia y creó las condiciones espaciales para los distintos modelos de muebles. Los acabados y decoración fueron producto del reciclaje y del uso de materiales livianos y telas iluminadas, tal como las que caían en la pared 2

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de doble altura o las que conformaban los cilindros luminosos. La intervención consistió básicamente en eliminar los elementos que pudieran competir visualmente con el mobiliario a exponerse. La pureza y simplicidad del diseño resaltaba los materiales naturales usados sin artificios, donde se podía apreciar la veta de la madera, la rugosidad y el color del cemento en el piso. Como pieza central de decoración se utilizó un árbol que, aunque no estaba vivo, representaba la introducción de la naturaleza constituyéndose en una referencia del mundo exterior.


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1 Planta 2 Detalles interiores 3 Corte 4 Fachada Principal 5 Detalles Interiores 6 Detalle interior y detalle de fachada

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ATU Cemexpo 2005 Proyecto de arquitectura para Ferias realizado para la presentación de la compañía ATU en la feria CEMEXPO, que tuvo lugar en la ciudad de Quito.

blanca, de fácil montaje, autoportantes y monocromáticas, creadas con la finalidad de que que los muebles de la exhibición sean los verdaderos protagonistas de los espacios.

El diseño obedece al concepto de estructuras transportables, nómadas y efímeras, como una exhibición de ferias lo requiere. Se caracterizó por tener estructuras livianas, de grandes proporciones, construidas con aluminio y tela

Las áreas diseñadas permitían la circulación fluida, de tal manera que los visitantes realizaban el recorrido sin dejar de observar ninguno de los elementos que conforman la exhibición. . 1

1 Exhibición de Cocina 2 Exhibición de muebles 3 Bocetos de las fachadas 4 Vista isométrica 5 Detalle de Exhibición

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Pabellón m2 2007 Proyecto de arquitectura efímera y transportable realizado para la presentación de la compañía inmobiliaria M2 en la feria inmobiliaria del Centro de Convenciones de la ciudad de Guayaquil. Desarrollado por la compañía DPZ, su requerimiento era presentar el proyecto urbano y arquitectónico denominado LAGOS DEL BATÁN, ubicado en la zona de Samborondón. La propuesta de diseño para el pabellón fue reinterpretar la antigua arquitectura guayaquileña, proyecto que se materializa usando estructuras livianas construidas con acero, aluminio, madera y lona blanca; con características que obedecieran al fácil montaje, capacidad de ser auto portantes y monocromáticas, con el objetivo de que los proyectos presentados en formato digital sean los protagonistas del espacio diseñado.

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Los proyectos fueron realizados por los arquitectos invitados a los Charrettes, quienes definirían los conceptos básicos que regirían la arquitectura de LAGOS DEL BATÁN. 1 Vista externa del pabellón 2 Fachada 3 Detalle de Exhibición

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CAPÍTULO 6 Arquitectura Residencial

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Casa G1 1994-1998 Ubicada en la ciudadela Olimpus -sobre la Av. del Bombero en la vía a la costa-, forma parte de un conjunto residencial de 18 casas que se implantan alrededor de un parque. Casa G1 marca el inicio de una propuesta de reinterpretación de los espacios sobresalientes de la arquitectura de la costa del Ecuador. Desarrolla el concepto del Soportal como elemento protector bioclimático y estético. La propuesta de fachada es una envolvente compuesta por vacíos resultantes del trabajo de una composición sobre malla reticular cuadrada. Utiliza cuadrados y rectángulos. Con un total de tres pisos, G1 tiene su acceso principal por el segundo piso desde donde se baja a la zona social -bar, jardines y piscina. La piscina forma parte de la sala de estar, quedando un porcentaje de ella dentro de la casa. El uso del color blanco enfatiza la arquitectura además de ser apropiado para sitios con clima caliente como el nuestro.

1 Detalles de protector solar 2 Vista esquinera de protector solar 3 Detalles de protector solar Siguiente página Fachada Principal

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Casa G2 1995-1998 Casa perteneciente al Conjunto Residencial Olimpus. Su diseño es resultado de la búsqueda sostenida de contenidos formales y de una arquitectura contemporánea. El Soportal es un elemento reinterpretado debido a su innegable valor bioclimático, que aporta al confort de los espacios construidos en zonas tropicales -protección de lluvias e insolación-, convirtiéndose en una zona térmica de amortiguación que beneficia los lugares en los que se desarrollan las actividades del usuario. La casa se caracteriza por tener grandes puertas y ventanales. La luz se vuelve protagónica, lográndose una fuerte integración de las áreas verdes; con aberturas protegidas por elementos arquitectónicos que no permiten la insolación y el impacto directo de la lluvia. El diseño de detalles se vuelve parte del concepto de la casa. Las puertas, sobre todo la principal, responde al uso de elementos geométricos que se repiten en el diseño de la piscina, de los pisos de los patios y de paredes especiales son como una especie de hilo conductor visual que permite hacer una lectura de la casa integrada como un todo. La cromática ha sido trabajada con colores fuertes que buscan destacar el trabajo volumétrico.

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1 Ingreso principal 2 Detalle de doble fachada 3 Vista esquinera Siguiente página Fachada Principal (Fotografía de archivo)

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Casa Arguello 1998-2000 Ubicada en ciudadela El Río, está planificada para alojar a una familia numerosa que trabaja en casa. El requerimiento fue diseñar una vivienda con doble circulación vertical que evitara que la familia se viera afectada por el movimiento generado por el trabajo. La propuesta es utilizar una geometría simple de líneas y volúmenes rectos y curvos. se juega con elementos que garantizaban la fluidez del espacio: muchas transparencias que permitían el paso de la luz y dobles alturas. En el dise-

ño, la zona central de la casa parece flotar por encontrarse en un sector de la planta alta, a manera de puente sobre el área social. La escalera forma parte del hall de ingreso y tiene forma helicoidal; construida en hormigón y recubierta en madera, con pasamanos de acero inoxidable, es casi un elemento escultórico que se encuentra insertado en un espacio rodeado de ventanales que dan a un jardín de vegetación frondosa y palmeras.

Los espacios viven hacia la galería posterior que se convierte en el área reguladora del clima, al proteger la casa de insolación y lluvias. La fachada posterior, los jardines y la piscina se relacionan visualmente con el lago. En cuanto a los acabados, los patios se encuentran recubiertos con porcelanato, siguiendo un patrón de diseño geométrico que se repite tanto en el diseño de las puertas como en el de la piscina. En toda la casa se utiliza porcelanato y granito en los pisos, aluminio y vidrio en las ventanas, acero y madera en las puertas.

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1 Fachada Principal ( Fotografía de archivo) 2 Planos 3 Hall de ingreso 4 Detalle de escalera

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Casa Graetzer 1999 Sus líneas predominantes obedecen al diseño que utiliza la geometría básica, la luz, el color y la textura como elementos enriquecedores del espacio, incorporando visualmente interiores y exteriores. Los acabados son de materiales contrastantes y tecnología actual; tableros de madera industrializada, porcelanatos italianos, acero inoxidable y aluminio. La fachada de la casa incorpora un jardín diseñado con bambú, helechos y veraneras y un espejo de agua que define el ingreso principal. El mismo efecto se repite en el patio posterior, donde la piscina y la vegetación se integran al comedor, bar y cocina, espacios relacionados entre sí de tal manera que no se distingue el interior del exterior.

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La escalera es un elemento casi escultural y con poco peso visual, efecto que se consigue utilizando una lámina de acero doblado y tablones de madera para los escalones. Perforaciones en la losa iluminan el espacio que la contiene, proyectando sobre las paredes de color azul líneas de luz que acentúan su valor estético.

1 Fachada 2 Detalles 3 Comedor 4 Planos 5 Bar

La transparencia, la iluminación y la fluidez espacial son características constantes que se perciben en todos los espacios de la casa.

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Casa Duplex Lagosol 2002 Proyecto de vivienda bifamiliar. Se caracteriza por tener protectores solares a manera de biombos de grandes proporciones. Construidos en madera de chanul su función es proteger la fachada frontal de la incidencia solar, generar un ambiente agradable en la zona del zaguán de ingreso y recrear la sensación espacial del soportal.

Esta casa Duplex se distingue por tener en pocos metros cuadrados todos los espacios que requiere una familia extensa: cuatro dormitorios con sus respectivos baños, sala de estar, zonas sociales, jardín y piscina. En cuanto al diseño, podemos destacar las perforaciones en la cubierta sobre las escaleras que proporcionan a esta zona una iluminación

diferente según la hora del día. La propuesta responde a la demanda de ahorro de espacio, siendo la luz el elemento que invita a un uso mayor. En este proyecto, el diseño de la forma de la piscina se vuelve a utilizar en la puerta principal y en los pisos de exteriores.

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1 Fachada principal 2 Detalles 3 Plantas 4 Fachada General de las Duplex

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Casas Tenis 2002

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Proyecto compuesto por cuatro unidades de vivienda implantadas en un terreno que por sus características fue dividido en lotes de forma triangular. Esta condición particular, generó un proyecto que ubicaba las áreas sociales y la piscina en la parte más angosta del terreno, espacio donde miran todos los ambientes de la casa. El diseño permite salir al patio desde todas las estancias, incluyendo la cocina y su comedor de diario. Casas de volumetría limpia, con grandes ventanales orientados hacia el norte y sur, con ingresos muy definidos y una escalera forrada en madera y pasamanos de acero, en la que se aplica una cromática de contraste. El uso de colores cálidos e intensos, como el amarillo y el naranja, junto a planos color grafito, acentúan los ambientes en su luminosidad.

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1 Fachada principal 2 Detalles 3 Baños de piscina 4 Vista interior 5 Patio y piscina

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Casas Tenis 2002

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La piscina de color azul intenso, está equipada con un chorro cascada y su diseño mantiene la limpieza formal que caracteriza al conjunto. Posee todos los servicios necesarios para constituirse en una zona de patio recreacional: parrilla, bodega y baños.

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1 Fachada principal 2 Escalera 3 Cocina 4 Patio y piscina 5 Vista interior

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Casa Algelt 2002-2003 Es una propuesta de diseño en la que ciertos espacios característicos y sobresalientes de la arquitectura de Guayaquil de fines del s. XIX y principios de s. XX -volumetría prismática, proporciones, soportales, galerías, chazas, techos metálicos, etc- son trabajados y planteados con un lenguaje contemporáneo. Utiliza la tecnología y los materiales de hoy en un manifiesto interés por establecer una relación dinámica y plástica entre nociones de identidad, valor de uso y representación. Los espacios y elementos mencionados son:

VOLUMETRIA SIMPLE, con una geometría, generalmente de prisma recto, en la que resalta una tendencia a la horizontalidad debido a la secuencia de columnas que estructuran el soportal. El SOPORTAL de doble altura que cumple una función de corredor público peatonal, característico de la antigua arquitectura de la costa tropical, es un espacio cubierto que protege a los paseantes del sol y de la lluvia. LA GALERIA, como tipología de espacio aislante térmico, se relaciona con el exterior a través

de balcones con chazas o viendo hacia patios interiores muy iluminados y ventilados. LAS CHAZAS, elemento arquitectónico construido en madera, funcionan como filtros solares que permiten la ventilación, produciendo también un contacto visual, sutilmente velado, con el exterior. Casa Algelt se encuentra en la ciudadela EL RIO y está implantada al borde del agua, de tal forma que en sus espacios se percibe la estrecha relación entre lo construido y el entorno acuático circundante.

1 Fachada principal 2 Detalle de pasamano 3 Plantas 4 Detalles: Tragaluces de cubierta, balcón, galería posterior, escalera 5 Patio y piscina 1

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Casa Río Grande

2003-2004

La casa Río Grande forma parte de un conjunto de obras arquitectónicas que se enmarcan en el proceso de búsqueda de un lenguaje local. Está ubicada en una ciudadela de la zona de Samborondón, en un conjunto residencial cerrado de casas cuya propuesta estética, es en su mayoría, de estilo californiano o similar. La definición del proyecto desde sus inicios plantea la conservación de un GRAN SAMÁN (árbol típico de la costa) ubicado en un extremo del terreno, la necesidad de ver el río desde el dormitorio principal y la protección de la insolación mediante el diseño de la fachada.

1 Fachada principal Siguiente página Detalle de fachada posterior

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes 2 Plantas

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3 Fachada posterior 4 Detalles constructivos 5 Detalle de fachada principal

El proyecto se materializa a partir de un volumen prismático rectangular de doble altura protegido por un soportal, con techo metálico, que se ubica sobre la terraza que da al jardín y por un umbral rectangular -a manera de vicera- en la fachada que mira a la calle. En este volúmen funciona, en planta baja, el área social y el comedor. En planta alta, un puente de estructura metálica y tablones de madera de chanul conducen a una sala de estar, conectada visualmente al área social por la doble altura. Este bloque articula la zona de servicios con la zona de dormitorios, ubicadas en cada extremo del mismo. La zona de servicios está resuelta en una sola planta debido a que el SAMÁN no permitía la construcción en dos niveles. Contiene la cocina, lavandería, cuarto de servicio, estudio, baño de visitas y garaje, que se convierten en áreas muy frescas gracias a que se encuentran bajo la copa del árbol. La zona de dormitorios es de dos niveles: 3 dormitorios en planta baja, con vestidor y baños, y el dormitorio principal en planta alta, único espacio desde donde se puede ver el río, que no está junto al terreno.

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Una volumetría limpia con énfasis en la horizontalidad proporciona la sensación de encontrarse ante un gran espacio; la transparencia del volúmen central acentúa la integración de la zona social con la terraza cubierta y los jardines, cuyo protagonista principal es el bambú, propio de los paisajes de la costa ecuatoriana. Las estructuras metálicas utilizadas para el puente y el soportal, y el techo de planchas de acero, dan cuenta de la intención de ligereza visual que se pretendía lograr, además de traer al presente, con un lenguaje renovado, este espacio característico de la arquitectura antigua de la ciudad de Guayaquil.

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En contraste, la protección y privacidad de los dormitorios se la consigue mediante planos perforados de madera que reinterpretan el elemento chaza a gran escala. Un balcón en el dormitorio principal sirve como zona de amortiguación ambiental y permite disfrutar visualmente del río, funciones que son análogas a las que cumplía el espacio galería en la arquitectura de Guayaquil de fines del s. XIX.

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En los acabados, se mantienen conceptos de sobriedad, nitidez cromática y formal. Un diseño carente de elementos superfluos -menos es más- donde todos sus componentes son en esencia arquitectura. Representa la búsqueda de propuestas eficaces, singulares y, sobretodo, honestas para el nuevo espacio doméstico.


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6 Sala 7 Bocetos y cortes 8 Cortes 9 Patio y piscina 8

10 Detalle de soportal 11 Corredor 12 Detalle del ingreso

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Casa Castelago 2004-2007 Responde a las necesidades de una familia formada por una pareja de empresarios y dos jóvenes universitarios. El encargo de diseño fue para una edificación de una sola planta estrictamente funcional, de fácil mantención, con una zona de nado de 20.00 m de longitud. En lo que se refiere al equipamiento técnico debía incorporar automatización en iluminación, sonido, aires acondicionados, comunicación, seguridad y sistema de gas integrado. La solución compositiva adoptada es resultado de un proceso de acreditación del lenguaje contemporáneo, que en este caso se expresa en los valores espaciales y formales de la arquitectura de la costa ecuatoriana. La propuesta recrea y utiliza espacios característicos como el patio interior, gran recurso de ingreso de luz y ventilación para las estancias internas; galería cubierta, espacio social de transición entre el interior y exterior que funciona como protector climático; alturas de grandes proporciones típicas de las casas de fines del s. XIX y principios del XX; la transparencia, la levedad y la inmaterialidad propias de la arquitectura tropical, en la que se experimenta una fuerte interacción con los espacios externos de agua y vegetación propios del entorno natural de la zona de Guayaquil .

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1 Fachada principal 2 Vista posterior 3 Cortes 4 Patio y piscina 5 Detalles interiores: Hall de ingreso, baño de visitas cocina


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A este proceso se le suma la solicitud de generar un proyecto netamente funcional que integre valores espaciales: lenguaje austero y estética casi purista, lo que hace referencia a la Modernidad Guayaquileña de los años 60. Una arquitectura de líneas simples, rigurosas o de bajo perfil, que tome en cuenta la utilización de elementos apropiados para el clima: cajas salientes que protejan de la insolación a las aberturas; volúmenes volados que permitan el paso de la ventilación y vegetación ubicada bajo ellos como si estuviera flotando, entre otros. Casa Castelago posee un esquema funcional simple y transparente. Sus espacios están organizados alrededor de espejos de agua que cumplen la función bioclimática del patio interior. Para acceder al dormitorio principal se debe pasar por un puente que está sobre un espejo de agua, lo que acentúa su privacidad. La galería cubierta es una prolongación del área social -las vidrieras que la delimitan se corren completamente dejando abierto todo el espacio-vinculándose con los espejos de agua y con la piscina, que parecen sumarse al lago que bordea el lindero posterior del terreno. Los espacios interiores se diferencian con el mobiliario, tanto que la cocina, cuando es necesario, se separa del área social utilizando puertas de policarbonato que se guardan dentro de una pared. La propuesta está insertada en una urbanización cerrada, de topografía plana, que vive alrededor de un lago artificial. Se encuentra rodeada por el río, esteros y bambúes. La construcción es de hormigón armado; los acabados mezclan materiales naturales, como piedras de la India y maderas tropicales; y materiales industrializados, como porcelanatos italianos y españoles, acero inoxidable, vidrios,

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aluminio y policarbonatos. Está equipada con sistemas automatizados para las distintas funciones y sistema de gas integrado.

6 Planta 7 Detalle de piscina

En suma, Casa Castelago nos recuerda la intensa relación que tenemos los habitantes de la costa con el agua. Mimetizada con el paisaje, su diseño liga, estrechamente, los espejos de agua y la piscina con el lago.

8 Corredor Lateral 9 Vista dormitorios hacia la fachada 10 Piscina 11 Protectores de aluminio en ventanas 12 Cortes

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Casa Villacis 2005-2006 De planta ortogonal y lenguaje formal y limpio, sus elementos obedecen a planteamientos lógicos de ordenamiento espacial, que además de cumplir con los requerimientos y las expectativas familiares de sus ocupantes, expresen preocupación por un manejo climático apropiado a su contexto.

El proyecto incorpora elementos arquitectónicos propios de nuestro territorio, como la galería cubierta, la utilización de la doble altura, chazas de madera como filtro ambiental y volúmenes sobre pilotes. Retoma una solución volumétrica: la “caja saliente”, muy utilizada en la arquitectura moderna del Guayaquil de los años 60. Esta caja, a manera de visera, protege de la insolación directa. La fachada del ingreso

guarda el mismo fin que la propuesta arquitectónica de la casa. En cuanto a la insolación, las aberturas se encuentran dirigidas hacia el norte y hacia el sur para que los espacios interiores no se vean afectados. Las áreas sociales son de doble altura y la sala mayor se comunica con una sala de estar o galería externa que rodea la piscina.

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1 Fachada principal 2 Planos 3 Detalles: Volumen saliente en fachada, techo de policarbonato sobre, la puerta principal, planos perforados 4 Patio y piscina

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Casa Lagosol 2006

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Casa unifamiliar, en el diseño de la fachada se destacan un volúmen forrado en piedra grafito y ventanales protegidos por quiebra-soles construidos con elementos de aluminio natural. La casa se caracteriza por tener estancias amplias, luminosas y de fácil circulación. Posee un espacio conector donde se ubica la escalera junto a un jardín muy frondoso de vegetación tropical. Esta zona de la sala se encuentra cerca de la piscina, de tal manera que la sensación de frescura, la transparencia y los altos niveles de iluminación son una constante. La escalera está construida con acero y madera, al igual que en otros proyectos su diseño la resalta como elemento escultórico. 1 Planos 2 Volumen saliente en fachada posterior 3 Detalle de fachada 4 Sala de estar 5 Vista exterior 6 Comedor 7 Escalera Siguiente página Fachada principal

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Casa Jalil-Zapata 2007 Propuesta Arquitectónica que maneja un lenguaje formal limpio y ordenado, de pocos elementos, además del uso de una volumetría de geometría simple. De mucha transparencia y escasos obstáculos visuales, nos impresiona por la luminosidad de los espacios interiores. El proyecto está insertado en una urbanización cerrada, de topografía plana, que vive alrededor de un lago artificial y una zona que limita

con el río. Aunque Casa Jalil no mira precisamente hacia el río, la presencia acuática se la logra con los cuerpos de agua de la piscina y la pileta de hidromasaje.

La escalera de un solo tramo, construida en madera con pasamanos en acero inoxidable, se encuentra formando parte de un espacio central desde donde se organizan todas las estancias de la casa.

Se destacan los protectores solares, a manera de planos de grandes proporciones, y un espacio central de doble altura cuya cubierta de policarbonato genera una gran luminosidad.

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1 Fachada principal 2 Plantas 3 Vistas exteriores 4 Vistas interiores 5 Detalle de fachada

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Casa Laguna Club 2007 1

Presenta una nueva versión de los protectores solares desarrollados en otras propuestas. Materializados en una pantalla curva de acero color aluminio, los protectores cubren una gran parte de la fachada principal que recibe una fuerte insolación. Esta pantalla funciona a manera de segunda piel, generándose una doble fachada. La transparencia y la doble altura que conectan los espacios sociales de planta baja y planta alta, producen una sensación de amplitud y de integración visual con las áreas de jardín, perdiéndose los límites entre el interior y el exterior de la casa. La piscina, galería cubierta y zona de parrillas, son espacios que se integran con la laguna y se puede hacer uso de ellos a través de un pequeño embarcadero localizado muy cerca de la piscina. 1 Plantas y corte 2 Vista de protector solar en fachada 3 Corredor lateral 4 Detalle de muro 5 Sala 6 Detalle de pasamano Siguiente página Fachada principal 2

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Casa de Las Peñas Siglo XXI

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El proyecto se implanta en un terreno vacío de pronunciada pendiente de la calle Numa Pompilio Llona del tradicional Barrio Las Peñas de la ciudad de Guayaquil. Mediante una investigación, previa a la elaboración del diseño, se conoció el nombre de la familia a la que perteneció el predio. De la última edificación solo quedaban ciertos vestigios de la cimentación y la escalera. Con estos antecedentes, según la definición del INPC, la nueva propuesta es: “un proyecto de construcción nueva nómada” (Informe de INPC, 21 DE Agosto 2006). La propuesta, retoma las características y valores espaciales de las edificaciones declaradas Patrimoniales de la ciudad de Guayaquil, las cuales son interpretadas utilizando materiales y tecnología propia del lenguaje arquitectónico de nuestro tiempo. 1 Boceto de fachada 2 Fachada principal 3 Detalles: Patio interior, escalera de caracol, escalera de servicio 4 Corredor 5 Vista desde la calle Numa Pompilio Llona Siguiente página Detalle de fachada principal

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Libro de Obra. MarĂ­a Isabel Fuentes 6 Plantas 7 Detalles constructivos: Pasamanos y chazas 8 Protectores solares de acero 9 Detalle de ventana

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“El empleo de estilos del pasado, bajo pretexto de estética en construcciones nuevas erigidas en zonas históricas, tiene consecuencias nefastas. El mantenimineto de tales usos o la introducción de tales iniciativas no será tolerado en ninguna forma ( CIAM, carta de Atenas ) , pues según reflexiona el famoso arquitecto Le Corbusier: Tales métodos son contrarios a la gran lección de la historia. Jamás ha sido constatada una vuelta atrás, jamás ha vuelto el hombre sobre sus pasos. Las obras maestras del pasado nos muestran que cada generación tuvo su manera de pensar, sus concepciones, su estética, haciendo uso, como un trampolín, para su imaginación, de la totalidad de los recursos técnicos de la época que era la suya […] Copiar servilmente el pasado es condenarse a la mentira, es erigir la “falsificación” del principio, puesto que no podrían ser reconstruidas las antiguas condiciones de trabajo, ya que la aplicación de la técnica moderna a un ideal proscrito no llega jamás a otra cosa que a un simulacro desprovisto de toda vida […] Al mezclar lo “falsificado” a lo “verdadero”, lejos de conseguir una impresión de conjunto y de dar la sensación de la pureza del estilo, no se llega sino a una reconstrucción ficticia que solo es capaz de arrojar descrédito sobre los testimonios auténticos que más empeño se tenía en preservar.” Tomado de Diario El Comercio, Domingo, 09-septiembre-2007

El proyecto respeta la fisonomía histórica del barrio y se asimila a la tipología constructiva del sector. Gracias a las condiciones micro climáticas de cerro, son innecesarios los soportales utilizados en la gran mayoría de las casas del antiguo puerto. Las ventanas y balcones regulan la luz y la circulación de aire, lo hacen con celosías de madera o chazas insertadas con la secuencia y en las proporciones que caracterizan la tradicional arquitectura de la ciudad, dando testimonio de la tamizada relación entre los interiores y exteriores. Espacios altos que rematan en prominentes cornisas, permiten mejorar las condiciones de confort térmico. El patio interior provisto de galerías se convierte en el corazón de la casa, controla la relación entre interior y exterior e ilumina y ventila las estancias, tal como lo hacía la arquitectura tradicional guayaquileña. Los elementos que definen este patio son: el espacio central con su espejo de agua y cascada; los árboles frutales; y las galerías con sus columnas de acero.

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10 Boceto: Corte esquemático 11 Corte 12 Vista nocturna desde la calle El Galeón haciael sur de Guayaquil 13 Vista nocturna desde la piscina hacia el cerro.

Estructuras de acero con pieles de aluminio, vidrio, policarbonato, todos materiales de junta seca, visualmente ligeros, removibles, desmontables y reciclables, definen el concepto estructural y establecen la relación con un pasado que persiste y un presente que se enlaza a conceptos globales de sustentablidad. Casa Las Peñas elabora respuestas contemporáneas que hacen énfasis en la referencia histórica y en la investigación de la arquitectura local. Su diseño se fundamenta en la interpretación de la tradición constructiva, la búsqueda de la esencia y del espíritu de una arquitectura producida en la costa ecuatoriana que debe descubrirse y conservarse. Aspectos de esta esencia residen en la geografía local, en el clima, en las costumbres e incluyen el uso y la transformación de los materiales locales. Una aproximación al pasado que lejos de tener una actitud nostálgica regresiva, ensaya una visión crítica que se interesa por el significado y por el respeto a una región particular y a su proceso histórico.

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Casa Velázquez 2007 En su diseño Casa Velázquez trae a la memoria la estrecha relación histórica del guayaquileño con el agua y su condición de seres acuáticos. La presencia del elemento agua es continua, desde el espejo de agua en el interior, la piscina junto a los espacios sociales y el lago que parece ser una prolongación de ambos. Utiliza el concepto espacial del patio interior alrededor del que se estructuran las distintas

áreas de la casa. Está conformado por un gran espejo de agua con una isla de plantas en su centro, ubicado bajo una cubierta de vidrio, de la misma dimensión, que se conecta visualmente a la piscina, áreas exteriores y lago. Casa Velázquez se caracteriza por tener una galería cubierta protegida por quiebrasoles de acero; gran altura en sus espacios y transparencia visual desde todos los ángulos. Además,

su diseño contempla volúmenes de fachada protegidos por una especie de visera o máscara y pasamanos en los balcones. Estos espacios no solo nos refieren a un pasado arquitectónico local, sino que responden a un manejo bioclimático adecuado que toma elementos de la modernidad guayaquileña de los años 60.

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1 Fachada principal 2 Planos 3 Detalles: Ingreso y escalera 4 Cocina y detalle de escalera 5 Vista excterior de dormitorio principal

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Casa Echeverría 2008

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Ubicada en la zona de Samborondón, a orillas del río Daule. Los requerimientos planteados por la familia fueron básicamente funcionalidad y transparencia, por lo que se decide generar un diseño en que la vista al Río y la relación con el agua se conviertan en los principales objetivos. La casa presenta una volumetría simple. Sus espacios se caracterizan por ser funcionales con mucha luminosidad. La zona social se encuentra en la Planta Baja y la zona de dormitorios en la Planta Alta. La vida se desenvuelve alrededor de un espacio central de doble altura que permite tener visuales al río desde todos los ángulos. Junto a la casa se encuentra ubicada la piscina y varios espejos de agua, de tal manera que pareciera que estos cuerpos forman parte del 2

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1 Plantas 2 Fachada principal Siguiente página: Detalle de quiebrasoles en fachada principal


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espacio interior, con ello el diseño amplia la relación de la casa con el agua, dejando de ser únicamente visual. Uno de los componentes mejor logrados del proyecto es cada espacio tiene vista al río, prácticamente desde que se abre la puerta principal. El tratamiento de los volúmenes y superficies en cuanto a color, es casi monocromático, resaltando los elementos bioclimáticos de las fachadas que particualrmente mejoran las condiciones térmicas del espacio interior. En casa Echeverría se logra experimentar el beneficio obtenido al diseñar espacios y elementos que modifican favorablemente las condiciones climáticas propias de Guayaquil. Así, en la galería cubierta y en la zona del ingreso,

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donde los espacios poseen una gran altura y se encuentran los protectores solares se registran temperaturas inferiores de hasta 4-5 ºC en relación al resto de la casa. Los espacios de esta casa se encuentran protegidos de la insolaciòn gracias a la orientación y protección de las aberturas. Prácticamente ningùn espacio recibe sol directo, lo que hace que las altas temperaturas externas no sean percibidas y al igual protegen a sus habitantes y al espacio de las intensas lluvias propias de nuestro clima tropical. En cuanto a los vientos, todos los planos de aluminio y vidrio se abren permitiendo la ventilaciòn cruzada de forma absolutamente libre. Los materiales y acabados utilizados, expresan sencillez, casi austeridad; los protectores solares están construidos con làminas de acero per-

forado; las maderas utilizadas en puertas, rastreras y escaleras son oscuras, destacándose el color del acero y del aluminio. Como detalle se usa el color rojo en la puerta principal , baño de visitas y un par de paredes. Los porcelanatos en diferentes tonalidades de grises y blancos recubren pisos y paredes. Podemos destacar una glorieta en el patio posterior, que está construida con acero y policarbonato, cuyo diseño nos recuerda la arquitectura industrial de 1900. En cuanto al jardín, sigue la propuesta de la casa que utiliza pocos elementos para su diseño. Se destacan los bambúes y los tres árboles sembrados -que cuando florecen acentúan la nota de color rojo-, las piedras naturales fueron encontradas durante el proceso de excavación, para luego formar parte de la obra.


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5 3 Vista nocturna de glorieta 4 Corte 5 Vista posterior y piscina 6 Detalle de balcones 7 Detalles: Puerta, pisos y quiebrasoles

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CAPÍTULO 7 Ensayo para una Arquitectura con Memoria.

Arq. María Isabel Fuentes Harismendy

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Ensayo para una arquitectura con memoria María Isabel Fuentes Harismendy

La Arquitectura siempre ha sido un elemento poderoso en la formación de identidad y es uno de los caminos en que una sociedad se puede conocer a sí misma. En la búsqueda de la autenticidad, el diseñador debe estar enraizado en su cultura. Chris Abel

INTRODUCCIÓN Nuestra arquitectura tradicional maneja un lenguaje que la hace singular. Sus características fueron replicadas por los habitantes de la costa sin considerar que este uso, tal cual modelo o prototipo, había que cuestionarlo y modificarlo. Era suficiente la práctica masiva, con unos que otros cambios, para personalizar las obras que se implantaron en la urbe, permitiéndole poseer un carácter armonioso y, sobre todo, de unidad.

de establecer un diálogo con la cultura y con el clima. Redefinir y contextualizar proyectos que busquen resolver la aparente contradicción que existe entre lo particular y lo universal -propuesta debatida ampliamente por Kenneth Frampton y su influyente Regionalismo Crítico-, darán paso a las impostergables respuestas contemporáneas sobre temas de sustentabilidad, temas sociales y, sobre todo, medio ambientales.

Fue con la Modernidad que los valores de individualidad y novedad se potenciaron, perdiéndose esa lectura homogénea, clara y fuerte, que Guayaquil tenía como ciudad tropical.

Afortunadamente, tenemos a nuestra disposición el vocabulario espacial y formal de lo que hoy llamamos arquitectura patrimonial que nos sirve de plataforma de inicio para, desde diversos puntos de vista y concepciones teóricas, generar un poderoso y coherente lenguaje contemporáneo que maneje los cánones y los estándares que forman parte de la esencia de la tradición.

Los arquitectos contemporáneos, indiscutiblemente, tenemos la tendencia a relacionarnos de manera incómoda con el pasado, pues nos preocupa que seamos etiquetados como conservadores o revivalistas. Es lo intemporal y lo universal, aquello que no se constituye exclusivamente en moda, el objetivo al que debemos aspirar. Es allí donde debería concentrarse la búsqueda de un clásico en la arquitectura que nace de lo local, de nuestra identidad y tradición. Vincularnos con la historia, de manera sensible, a través de la investigación y conectarnos con nuestras raíces sin perder el contacto con las nuevas formas y tecnologías, nos permitirá generar propuestas alejadas de los materiales y estilos que van y vienen, creanado diseños que se acerquen a lo tradicional o vernáculo sin tomar sus formas literalmente, lo que se conoce dentro del ámbito de lo contemporáneo como reinterpretación. En esta primera década del nuevo siglo nuestra actitud frente a la arquitectura, manifestada en la manera en cómo nos desplazamos de lo moderno a lo postmoderno, no debe confundirse con la utilización de la última tecnología y la búsqueda de nuevas formas, pues no se trata de inventar un lenguaje nuevo, sino

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Es en este punto cuando debe considerarse un análisis crítico de nuestro legado que permita elaborar propuestas que materialicen una visión contemporánea -evidenciando la esencia y el espíritu de uso colectivo de lo heredado-, nuevos discursos y diálogos teóricos y espaciales que expresen los valores y las necesidades de nuestro tiempo y del contexto. Es esta estética, paulatinamente invisibilizada, la que me cuestiona, me confronta, me hace pensar que sus valores son de difícil apropiación y, por ende, no apreciados. Una dificultad que si la ponemos en términos de asimilación, desvaloriza esa belleza cuya expresión formal se encuentra en los volúmenes prismáticos simples, casi minimalistas; en las columnas alineadas con una secuencia constante, que por su longitud pueden percibirse hasta desproporcionadas; en las aberturas manejadas con un ritmo casi monótono; en las fachadas planas; en la simetría de sus elementos y en el escaso protagonismo de las cubiertas.


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ENSAYO PARA UNA ARQUITECTURA CON MEMORIA A lo largo de su historia, las grandes urbes se han caracterizado por generar conceptos arquitectónicos fundamentales que nos han servido para conocer su pasado y que también evidencian sus proyecciones futuras. Poco conocemos de las formas de construcción de los antiguos pobladores de nuestras tierras tropicales. América toda fue devastada por colonizadores europeos que durante la “conquista” arrasaron con las frágiles edificaciones cuyos diseños, seguramente, se relacionaban con los elementos climáticos y materiales de la zona. Sin embargo, a lo largo de este gran territorio descubierto, tanto al norte como al sur, la lógica de los colonizadores españoles también consideró la latitud y el clima para la edificación de las nuevas ciudades. En Las Leyes de Indias se consignaba que en las ciudades ubicadas en el trópico caliente las calles debían ser angostas para reducir la radiación solar y obtener el beneficio de la sombra; posteriormente, lo propio ocurriría al momento de construir los grandes caserones de las fincas cafeteras y cacaoteras donde el clima era el factor determinante de su arquitectura. Inexplicablemente esta sabiduría acumulada, que sumaba y no restaba, fue sustituida durante la Modernidad por paradigmas adaptados de otras latitudes que no siempre resultaron eficaces en este lado del mundo. Una consecuencia de esta “evolución hacia lo nuevo” fue que la planificación de la ciudad tropical cayera en un vacío conceptual, produciendo un diseño arquitectónico seudo contemporáneo, básicamente contradictorio, caótico y poco estudiado hasta la actualidad, que no volvió a amalgamar ese conjunto de conceptos esenciales que convocaban al bienestar y a la complacencia de la arquitectura tropical. Retornar a estos elementos y volver a considerar al ser humano como eje de toda solución es hacer arquitectura. Los actores culturales, los habitantes y las instituciones que están encargadas de establecer conceptos originales de planificación, diseño urbano y arquitectónico, son los responsables de que estos elementos se adapten a los modos de vida y a la cultura, siempre sujetos al clima y a las particulares condiciones del lugar.

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Idealmente, nuestro objetivo como arquitectos debería ser crear imágenes de ciudades y edificios tropicales que cautiven por sus nuevas propuestas y que contribuyan a aumentar el apego por el lugar. Para que ésto suceda sería indispensable utilizar enfoques y conceptos proclives a inaugurar un nuevo urbanismo verde (que incluya aspectos ambientales y climáticos globales); aplicar una planificación estratégica eficaz (transporte, energía, participación ciudadana, etc.); crear un diseño urbano ligado a la estética del lugar (que asuma la cultura urbana) y presionar para que se elabore una agenda legal y administrativa que garantice los procesos de transformación. Es también fundamental enfrentar el impacto de la globalización explicando a los ciudadanos cómo reconstruir o reinventar las tan necesarias (y perdidas) utopías, para que éstas puedan ser asumidas como necesidades por un colectivo social llamado a actuar y a convertir a sus integrantes en sujetos de transformación.


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Vista previa de proyecto “ARQUITECTURA CON MEMORIA”

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“Casa hacienda” siglo XIX

Paradójicamente, es el arraigo a un territorio lo que produce un pensamiento innovador, capaz de generar esperanzas y expectativas por construir una ciudad con una vida urbana vibrante, viva y contrastada donde a pesar de que existan matices (sociales, económicos) todo esté ligado a una historia común. Para que ésto suceda es imprescindible que su historia no sea olvidada; rechazar visiones románticas extremas y evitar polarizaciones localistas que resultan de la globalización y el abandono de la tradición. En última instancia, es en la ciudad y en su arquitectura donde mayormente se refleja la identidad, los valores y el nivel de compromiso de sus habitantes. En síntesis, el ideal para la ciudad futura en un mundo globalizado es ser arquitectónicamente bella y habitable para todos, no sólo el lujo paradisíaco de unos cuantos. Una ciudad que lejos de separar favorezca el encuentro de sus habitantes porque sabe que es diversa y plural y que sus identidades individuales pueden coexistir con identidades más amplias. Esta ciudad, la ideal, aprovecha los avances y la riqueza de una economía global que se desborda en las comunidades a escala local; en ella no existe la marginación por ninguna causa, ni social, ni económica, ni política, ni racial; es un lugar donde las arquitecturas aprovechan los avances tecnológicos y las propuestas formales y espaciales de otras arquitecturas reinterpretándolas desde sus propias necesidades, porque ésta es una ciudad libre.

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“Casa Murillo” Escobedo y Aguirre, Guayaquil. 1920 -1930

¿EXISTE UN CLÁSICO GUAYAQUILEÑO? Guayaquil es una ciudad de difícil lectura, de lenguajes contradictorios y superpuestos. En su arquitectura exhibe una diversidad formal, casi individual, que en primera instancia la hace lucir hasta exótica; sin embargo, posee valores, que se esconden a la vista, que se mimetizan entre la vasta proliferación de construcciones casi siempre ordenadas alrededor de un caos muy particular. Mi reflexión en este texto se encamina hacia descubrir cómo el lenguaje de la tradición permanece, a pesar de la devastación que causara el supuesto progreso urbanístico iniciado en los años setenta con el boom petrolero y donde, absurdamente, en nombre del desarrollo se derrocaron las más hermosas obras de arquitectura tropical de época. Es común para los arquitectos que también hacemos una labor educativa, vivir la experiencia de tener que explicar a nuestros alumnos las características arquitectónicas de la ciudad, dirigiendo su atención hacia el pasado, en búsqueda de contenidos. Es en la práctica docente donde se siente más claramente la permanencia de una tradición, y los aportes a la identidad de la particular arquitectura realizada en Guayaquil a finales de s. XIX e inicios del XX. Tomando como fuentes de estudio sus antiguos edificios, de los pocos que aún existen, disponemos de ejemplos importantes de lo que fue Guayaquil: ciudad tropical poseedora de una

propuesta espacial y estética formal perteneciente a lo que llamamos el LENGUAJE DE LA TRADICIÓN. ¿Es posible, entonces, hablar de un Clásico Guayaquileño? Sí, si nos referirnos a la arquitectura tradicional local como un clásico que contiene patrones espaciales y geométricos tanto en su concepción global como en los elementos que la definen, pero que, a la vez, se inserta en un lenguaje común a las arquitecturas producidas en la latitud tropical. Esto nos hace pensar que somos herederos de objetos físicos que señalan una situación sociocultural y tecnológica en continua evolución, es decir, ligada a un pasado con el que sigue relacionándose. Debido a la globalización y al bombardeo de información, hoy, más que nunca, es necesario visibilizar los aciertos y fortalezas de estos clásicos, no sólo para evitarnos recurrir, una vez más, a modelos carentes de significados, sino porque estos destruyen nuestra delicada identidad. Nos hemos acostumbrado a tomar todo tipo de modelos foráneos sin generar, en paralelo, procesos de investigación histórica. Con ello no solo descalificamos, sino que olvidamos la riqueza y sabiduría de una arquitectura con respuestas locales al contexto tropical; repleta de contenidos coherentes con el medio y po-


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Los proyectos Propuesta que surge de los charrettes de diseño, cuyo objetivo era generar los bocetos de los edificios que se construirán en la urbanización Lagos del Batán, cuyo diseño responde a los conceptos del Nuevo Urbanismo. El proyecto conceptual de esta urbanización, es tener una arquitectura apegada a la tradición, con un lenguaje común, de tal manera que el conjunto urbano exprese unidad en su diseño. Estos proyectos, son estudios que apuntan a utilizar el lenguaje de la tradición guayaquileña como punto de partida, para generar una arquitectura local que represente los valores de nuestro tiempo.

Vista de proyecto ”ARQUITECTURA CON MEMORIA”

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Ejemplos de arquitectura vernácula en la costa ecuatoriana a fines del siglo XIX

seedora de verdaderos conceptos espaciales y estéticos, técnicas constructivas y de uso de materiales; una arquitectura que nos informa sobre el tiempo vivido por gente que manejaba un espacio común, con resultados urbanos que tienen que ver con la existencia de una ciudad de espíritu comunitario. En el Guayaquil Republicano, por ejemplo, las iniciativas individuales consideraban, y respetaban, los acuerdos tácitos que surgen en torno al manejo de los emplazamientos y los componentes que definen una arquitectura. Nos queda claro que ese tiempo no es el nuestro, por lo tanto sería necio querer reproducir esta etapa. Aún así, como arquitecta creo imprescindible una aproximación al pasado que nos permita ingresar en sus significados y contenidos más profundos, llegar a una esencia que debe descubrirse y conservarse. Como dice Gideon: “ … la mejor arquitectura contemporánea está generada por el respeto que se tiene por lo eterno cósmico y por las condiciones terrestres de una región en particular”.

A estas alturas de mi vida profesional, y especialmente de mi vida como guayaquileña que aprendió a amar a esta tierra, la búsqueda es mejor teniendo como base, más estable y sólida, a la tradición. De la mano de ella he constatado que es posible producir una arquitectura inspirada en lo local, capaz de expresar los valores de nuestro tiempo, de nuestra gente, del clima y la geografía de esta región, de su economía y de las tecnologías que nos pueden insertar dentro de lo global. Para ello, considero esencial apoyarse en una estructura filosófica que relacione nuestro trabajo con una tradición (que corte con la moda en Arquitectura) y nos remita a lo universal e intemporal de los clásicos.

Boceto de fachada “ARQUITECTURA CON MEMORIA”

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Son los debates internos los que nos abren a cualquier posibilidad de búsqueda. Tendría yo que definir en este texto las auténticas tradiciones constructivas de la región, que ya sabemos no son evidentes, y las migraciones que a mi parecer también movilizan las ideas; podría intentar incluso abrir ese desconocido pasado inmaterial y abstracto de la larga etapa precolombina, o de lo colonial y republicano (con sus escuetos registros), pero por ahora me propongo estar conciente y acercarme al pasado, de una forma creativa, y al siempre presente lenguaje de lo vernáculo como una manera de que nuestra gente pueda hacer una lectura más inmediata de su arquitectura.


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Bocetos para viviendas, proyecto Lagos del Batán

Vista previa de fachada

Vista de proyecto “ARQUITECTURA CON MEMORIA”

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Listado de Obras

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes Planificación Urbana> •Proyecto del Paseo Maritimo Bahía Naufragio / Malecón Charles Darwin / Puerto Baquerizo Moreno / Galápagos (Trabajo Conjunto Realizado con el Arq. Fredy Olmedo Ron ) 2004 – 2005 •Diseño de la Residencia Tipo para la Urbanización Vista al Río / Constructora Inmocost / 1997 •Terminación del Proyecto y Dirección Arquitectónica del Complejo Habitacional Terranova / Constructora Conbaquerizo / 1995-1996 •Proyecto del Complejo Habitacional y Diseño de la Residencia Tipo / Milina / Salinas / Sr. Carlos Luis Lecaro / 1995 •Proyecto del Conjunto Habitacional Palermo-4 / Constructora Trivisa / Ing. Marcelo Muñoz / 1995 •Proyecto del Conjunto Habitacional Florencia-8 / Constructora Trivisa / Ing. Marcelo Muñoz / 1995 •Proyecto de dos Residencias Tipo Para La Urbanización Torre del Sol / Constructora Traverso-Pérez / 1995 •Proyecto Condominio Milano / Urbanización Porton de Las Lomas / Ing. Giancarlo Traverso y Sr. David Pérez / 1995

Planificación y Construcción Arquitectónica> •Diseño y Construcción Casa Sra. Karen Sotomayor / Pórtico del Rio / 2007-2008 •Diseño y Construcción Casa Sr. Econ. Ricardo Echeverría y Sra. / Entrelagos / 2007-2008 •Diseño y Construcción Casa Las Peñas Siglo XXI / 2006-2008 •Diseño y Construcción Casa Abog. Santiago Velázquez y Sra. / Entrelagos / 2006-2007 •Diseño y Construcción Casa Sr Javier Jalil Y Sra. / Entrelagos / 2006-2007 •Diseño y Construcción Casa Ivartec. / Laguna Club / 2006-2007 •Diseño y Construcción Condominio Paradisus / Ciudadela Kennedy / Sra. Susana Rojas De Flores / 2005-2006 •Diseño y Construcción Residencia Sr. Francisco Guevara / Urbanización Castelago / 2004-2007 •Diseño y Construcción Residencia del Ec. Gastón Cherres / Urbanización Lagosol / 2004-2005 •Diseño y Construcción Residencia Sr. Naim Yunez / Urbanización Lagosol / 2003-2005 •Diseño y Construcción Residencia Guerrero - Torbay / Urbanización Rio Grande / 2003 -2004 •Diseño y Construcción Residencia Dr. Ruben Loor / Urbanización Lagosol / 2003 -2004 •Diseño y Construcción Duplex Lagosol / Urbanización Lagosol / 2002-2003 •Diseño y Construcción Residencia Algelt / Urbanización El Rio / 2002-2003 •Diseño y Construcción Residencia de la Sra. Carmen Bravo / Urbanización El Rio / 2002 •Diseño y Construcción Duplex Olimpus / Urbanización Olimpus / 2002 •Diseño y Construcción Casas Tenis / Urbanización Guayaquil Tenis / 2002-2003 •Diseño y Construcción Residencia LLorenti / Urbanización El Río / 2000-2001 •Rediseño y Construccion Residencia del Ing. Jorge Verdu / Urbanizacion Olimpus / 1999

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes •Diseño y Construcción Residencia del Sr. Javier Arguello / Urbanización El Río / 1998-2001 •Diseño y Construcción Residencias Olimpus 2 y Olimpus 4 / Propietario Arq. Peter Graetzer / Urbanización Olimpus / 1998 •Diseño y Construcción Residencia Sr. Roberto Ayala Molina / Urbanización San Isidro / 1997-1998 •Diseño y Construcción Residencia de la Sra. Monica Blum de Umpierrez / Urbanización Puerto Azul / 1991-1992 •Diseño y Construcción Oficinas Pinoba / Ciudadela Kennedy Norte / Representante Legal Sr. Manuel Pinoargote / 1991-1992 •Diseño y Construcción Residencia de la Sra. Ana de Pinoargote / Urbanización Punta Barandua – Santa Elena / 1991-1992 •Diseño y Construcción Residencia del Sr. Manuel Pinoargote / Urbanización Punta Barandua – Santa Elena / 1991-1992 •Diseño y Construcción Residencia del Sr. Francisco Guevara / Urbanización Capaes - Santa Elena / 1989-1990 •Diseño y Construccion Familia Aguirre Gaviria / Urbanización Los Ceibos / 1988-1989 •Diseño y Construcción Casa de playa Sr. Guillermo Lopez / Urbanización Punta Blanca - Santa Elena / 1988-1989 •Diseño y Construcción Residencia de la Familia Ayala -Fuentes / Sr. Roberto Ayala Molina / Ciudadela Los Olivos / 1986 •Diseño y Construcción Piscina, Jardinería y Segundo piso Residencia del Sr. Guillermo López / Urbanización Lomas de Urdesa / 1986

Planificacion Arquitectónica> •Charettes de Diseño con DPZ, para Urbanización Lagos del Batán/Samborondón/2007 •Diseño de Edificio Florezcent/ Urdesa / 2007-2008 •Diseño Casa Quintana Maquilón/La Laguna/2007-2008 •Diseño Casa José Miguel Baduy y Sra./Terrasol/ 2007 •Diseño de La Residencia Sra. Eliana Carrion de Garaicoa / Ciudadela Lagosol / Constructora Inmocost / 2005 •Diseño de la Residencia Dr. Francisco Cuesta Safadi y el Sr. Rafael Cuesta Caputi / 2004 •Diseño de Rehabilitación Edificio “Dinainca” en Hotel / Propietarias Sra. Rosalia López y Arq. Carmen López / 2003 •Diseño de Residencia Sr. Ing. Alfredo Rosales / Urbanización Castelago / 2003 •Diseño Residencia Arq. Peter Graetzer / Urbanización Pillahue – Puembo Quito / 2003 •Diseño de Fachadas Casa Tipo de Cdla. Laguna Club / Constructora Hidalgo - Hidalgo / Representante Ing. Eduardo Hidalgo. •Diseño Residencia del Dr. Francisco Cuesta / Ciudadela La Castellana / 1998 •Diseño Residencia del Sr. Augusto Jouvin / Ciudadela Palmar del Rio / 1998 •Diseño Residencia del Sr. Fausto Idrovo / Urbanización Laguna Dorada / Proyecto pra la constructora Inmocost / 1997 •Diseño Residencia Ing. Alberto Valverde / Urbanización Vista Al Rio I / 1996 •Diseño de Fachadas la Casa Tipo de la Urbanización Palmar del Rio / Constructora Inmocost / 1997

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes •Diseño Residencia Sra. Verónica Carrion de Crespo y La Sra. Sonia Crespo / Urbanización Palmar Del Rio / 1997 •Diseño Residencia Sr. Rogelio Arosemena / Urbanización Puerto Azul / 1999 •Diseño Residencia Srta. Martha Servigon / Urbanización Puerto Azul / 1996 •Diseño Remodelación Edificio Tevcol Guayaquil / 1996 •Diseño Edificio Para Ing. Bruno Leone / 1996 •Diseño Condominio Sra. Fabiola de Reinoso / Urbanización Los Olivos / 1996 •Diseño Residencia Sra. Sandra de Valverde / Urbanización Palmar Del Rio / 1996 •Diseño Residencia Ing. Alberto Valverde / Urbanización Palmar del Rio / 1996 •Diseño Residencia Sr. Mauricio Guim / Urbanización Laguna Club / 1996 •Proyecto Remodelación de Taller Tecnicentro / Frenoseguro / 1996 •Diseño Edificio de Oficinas Ferrequim S.A. / Ciudadela de la Cooperativa de Vivienda Guayaquil / 1995 •Diseño Residencia Ing. Marcelo Muñoz / Urbanización Portón de Las Lomas / 1995 •Diseño Residencia Sr. Kurt Leimgruber / San Francisco de Las Núñez / 1994 •Diseño Residencia Sra. Paula Rogasner / Puerto Azul / 1994 •Diseño Residencia Sr. Juan Ignacio Maturana / Urbanización Senderos / 1994. •Diseño Vivienda - Taller del Sr. Marcos Restrepo / 1994 •Diseño Residencia Ing. Luis de la Fuente / Urbanización Puerto Azul / 1993 •Diseño Residencia Arq. Mercy Gonzales / Urbanización El Rio / 1993 •Diseño Galpón Industrial Ecualan / Durán / 1992 •Diseño Residencia Sr. Jose Delgado / Punta Barandua – Santa Elena / 1992 •Diseño Residencia Abg. Javier Estrada / Urbanización Colinas de Los Ceibos / 1992 •Diseño Casa de Playa Dr. Jorge Coronel / Punta Barandua – Santa Elena / 1992 •Diseño Casa de Playa Abg. Javier Estrada / Urbanización Capaes / 1992 •Diseño Casa de Playa Sr. Carlos Luis Gilbert / Punta Blanca – Santa Elena / 1987 •Diseño Jardín de Infantes Guardería del Sr. Cesar Garcia / Urbanización Puerto Azul / 1987 •Colaboración en el Proyecto Residencial de la Sra. Mary de Aguirre / Urbanización Los Ceibos / 1985 •Asistente de Proyectos en La Oficina del Arq. David Nurenberg. 1975-1976, En Los Siguientes Proyectos: >Condominio Camino Real >Edificio Fantasia >Edificio Instituto Nacional de Higiene >Edificio Petrópolis Salinas >Residencia del Arq. David Nurenberg >Residencia de La Familia Gonzalez Rubio

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes Planificación y Dirección> •Residencia Sra. Cecilia Miranda de Plaza /Lagosol /2006 •Residencia Ing. Eberhard Graetzer / Urbanización Olimpus / 1998 •Residencia Econ. Carlos Febres Cordero / Olón – Santa Elena / 1997 •Residencia Sr. Ing. Angelo Caputi / Urbanización Rio Grande / 1996 •Edificio Kpmg Peat Marwick / Ciudadela Kennedy Norte / 1994-1996

Arquitectura de Interiores> •Diseño y Construcción Sala de Exhibición de ATU / Centro Comercial Dicentro / 2004 •Diseño y Construcción Oficinas e instalaciones de la Procuraduría General del Estado – Guayaquil / Edificio Banco de La Previsora / Malecón y Avenida 9 de Octubre / 2004 •Diseño y Construcción Oficinas para La Corpei / Edificio Centro Empresarial Las Cámaras / 2001 •Diseño y Remodelación Agencias de Filanbanco/ Ubicadas en Primero de Mayo y Esmeraldas, y Avda. 25 de Julio / 1998 •Construcción Cajeros Automáticos/ para las Agencias : Vía a Daule, Super Mil y Los Ceibos de Filanbanco / 1998 •Diseño Interior Peluquería Maximus / Propietaria Sra. Isabel de Gómez / 1998 •Remodelación y Diseño Interior Residencia Sra. Carmen de Hidalgo / Urbanización Colinas De Los Ceibos / 1998 •Diseño Local Comercial #5 Felni en Centro Comercial Rio Centro Los Ceibos / Sra. Carmen De Hidalgo / 1997 •Diseño Local Camisas y Guayaberas Shop / Centro Comercial Puntilla Mall / Propietario Econ. Jorge Yunez / 1996 •Remodelación Local Comercial Talbot / Urdesa / Abogado Jaime del Hierro / 1994 •Diseño de Adecuacion de La Agencia de Publicidad Number One / Urdesa / 1992 •Diseño y Remodelación Agencias Previclub de la Ciudad de Guayaquil / Banco La Previsora / 1992 •Diseño Interior del Departamento del Ing. Alfonso Romero Carbo / Edificio Torre Blanca / Salinas / 1985 •Diseño Interior de la Joyeria Scrupulus / Policentro / Propietario Sr. Ramiro Ontaneda / 1982 •Responsable del Diseño Interior de La Galería del Mueble / Planta alta del Policentro / Bajo la dirección del Sr. Clemente Durán Ballén / 1980-1990 •Diseño del Local de La Galería del Mueble / Policentro Guayaquil , Multicentro Quito / 1978 – 1980

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Libro de Obra. María Isabel Fuentes Remodelaciones> •Residencia Sra. Nancy Jaureguizar /Laguna Club/2007 •Depto. Abog. Consuelo de Vera/ Edificio San Francisco 300/2007 •Residencia Sr. Luis Nasr y Sra. / Los Olivos / 2005 •Residencia Sr. Gustavo Zapata / Urbanización Rinconada del Lago / 2005 •Residencia Economista Vicente Wong / Urbanización Colinas de Los Ceibos / Primera en el Año 2000 y La Segunda en el Año 2003 •Residencia Dr. Francisco Cuesta Safadi / Condominio Jaen / Urbanización Los Olivos / 2000-2001 •Residencia Sra. Patricia Digerolamo / Urbanización Colinas de Los Ceibos / 1994 •Casa de Playa Sr. Javier Arguello / Punta Barandua – Santa Elena / 1998 •Casa de Playa Sr. Francisco Guevara / Urbanización Capaes - Santa Elena / 1998 •Residencia Sr. Francisco Guevara / Urbanización Colinas de Los Ceibos / 1996-1997 •Residencia Familia Jaureguizar / Urbanización Los Ceibos / 1995 •Residencia Sra. Estela de Rovayo / Urdesa Central / 1995

Exposiciones y Stands > •Diseño y Dirección Arquitectónica del Pabellon de M2/ en La Feria Inmobiliaria Expoplaza / Guayaquil / 2007 /Primer Premio •Diseño y Dirección Arquitectónica del Pabellon de ATU/ en Cemexpo / Quito / 2005 •Ganadora del Concurso por Invitación para El Diseño de la Isla de Comunicación del Área de Antropología Urbana / Responsable de Esta Área de Investigación, Lcdo. Carlos Tutiven / MAAC / 2002 •Diseño y Construcción Stand de La Galeria del Mueble / Feria de Durán - Hogar 86 / 1986

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