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HOYO 19

La industria del golf, ejemplo de sostenibilidad y de buena utilización del agua

Los campos de golf españoles implementan acciones que persiguen el cuidado del medioambiente y la reducción del consumo del agua, en un 70% agua reciclada no apta para el consumo humano o agrícola. Gonzaga Escauriaza, Presidente de la RFEG, y Luis Nigorra, Presidente de la AECG, destacan las actuaciones que abandera el golf español en unas recientes jornadas coincidiendo con el Acciona Open de España.

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Conceptos como control de la erosión y la sedimentación; conservación y mejora del suelo; recarga de acuíferos subterráneos; reguladores de temperatura; adsorción de dióxido de azufre y prevención de la lluvia ácida; hábitat favorable para el desarrollo de la fauna y contención frente a los incendios subyacen en el día a día de los campos de golf españoles, que invierten crecientes recursos en incrementar la sostenibilidad de estas instalaciones.

Mención especial en este sentido para la implantación de nuevas variedades cespitosas con menores necesidades hídricas, de sistemas de control de riego en zonas específicas de jugabilidad y la actuación de los campos de golf como cortafuegos naturales de incendios –como se pudo de manifiesto una vez más este verano– gracias al aprovechamiento que hacen las aeronaves de extinción de los lagos, que ejercen comúnmente de reservas naturales de miles de aves que emigran a través de España. Plantación de árboles, instalación de placas solares, creación de comunidades eléctricas, utilización de hierba artificial en canchas de prácticas son acciones que, como expuso Gonzaga Escauriaza, están ya implantándose en los campos de golf españoles además de en el Centro Nacional. Otro capítulo importante estuvo relacionado con el consumo del agua, donde los intervinientes incidieron en desvincular el riego de los campos de golf con el problema del agua. No en vano, estas instalaciones deportivas riegan en su mayoría (70%) con agua regenerada no apta para consumo humano, que sufre un tratamiento biológico terciario para reutilizarse en los campos de golf en lugar de verterse en acuíferos o directamente al mar, con el consiguiente problema ecológico. Recordar en este sentido que el Pacto Nacional por el Agua no contempla el consumo de los campos de golf al considerarlo insignificante en comparación con el que se realiza bien sectorialmente, bien globalmente. En este sentido, salieron a relucir unas cifras –el impacto económico directo e indirecto del golf asciende a más de 12.000 millones de euros anuales; España atrae 1,2 millones de turistas extranjeros y se consolida cómo el líder mundial en la recepción de turismo internacional de golf; el sector genera más de 120.000 puestos de trabajo directos e indirectos, la gran mayoría de calidad; 7 de cada 8 euros (un 88%) producidos se generan fuera de los campos de golf, repercutiendo en otros sectores, como el de servicios– que ponen de manifiesto la aportación de la industria del golf al conjunto de la sociedad española. Por su parte, Luis Nigorra, Presidente de la Asociación Española de Campos de Golf, destacó que “el Golf desestacionaliza ya que se practica principalmente fuera de los meses de verano, lo que ayuda a hacer la actividad turística más sostenible al fomentar la actividad fuera de la temporada de ´sol y playa’. Esto permite que las actividades complementarias al golf se beneficien y puedan desarrollar su actividad durante muchos más meses. Hay que recordar que, además, el Golf es un producto turístico con un gran efecto multiplicador, ya que el turista de Golf gasta 7 de cada 8 euros fuera del campo de golf”.

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