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ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS
El establecimiento de objetivos es una técnica muy utilizada dentro del ámbito deportivo, pero realmente, ¿cómo repercute un objetivo en el rendimiento de un deportista?
Un objetivo es un fin que se quiere alcanzar y al cual se dirige una acción, es decir, si tenemos una meta a la que llegar es más fácil que se pongan en marcha los esfuerzos necesarios y las herramientas adecuadas para llegar a aquello que se quiere conseguir. Además, conseguir o no los objetivos en competición puede repercutir en la manera en la que se afrontan las posteriores semanas de entrenamientos.
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Por lo tanto, unos objetivos claros, orientados a conductas, que dependan de uno mismo y que supongan un reto alcanzable pueden influir en el desarrollo deportivo del deportista.
¿Qué beneficios tiene esta estrategia?
El establecimiento de objetivos va a permitir que la motivación y la concentración esté orientada hacia un fin concreto, facilita que el deportista desarrolle el esfuerzo y la persistencia necesaria para conseguir aquello que desea y favorece que se utilicen diversas estrategias de aprendizaje. Del mismo modo, un establecimiento de objetivos adecuado genera conciencia acerca de los logros, aumentando así la confianza en los recursos aprendidos (Locke y Latham, 2002).
Diversos autores han determinado que utilizar unos objetivos correctos que representen retos, que sean específicos y orientados hacia conductas repercuten en más ventajas que aquellos que son inespecíficos o que están orientados hacia los resultados. Además, los objetivos a corto plazo pueden conducir a la utilización de una mayor cantidad de estrategias para la realización de las tareas pertinentes para conseguir aquello que uno se propone.
¿Cómo establecer objetivos adecuados?
Establecer objetivos no es sólo escribir qué quiero conseguir, sino que hay que tener en cuenta una serie de aspectos que rodean la competición y el contexto deportivo en general.
- Objetivos a corto, medio y largo plazo
Establecer diferentes tipos de objetivos va a ayudar a mantener un nivel de motivación estable y nos va a dar información sobre si están realizando las acciones correctas.
- Temporalización
Es necesario conocer cuánto tiempo se tiene para conseguir el objetivo y así poder llevar a cabo una buena planificación.
- Conductas que dependan de uno mismo
Para aumentar la sensación de control se deben establecer metas que dependan de conductas propias. De este modo, se potencia el compromiso hacia el trabajo y la confianza en uno mismo.
- Orientados a conductas
Es común que los objetivos estén orientados a los resultados, sin embargo, es necesario complementarlo con objetivos orientados a las acciones que se deben realizar para conseguir ese resultado.
- Suponen un reto y son alcanzables
El objetivo propuesto debe obligar a poner en marcha una serie de esfuerzos o estrategias nuevas que permiten esa evolución o crecimiento necesario para el desarrollo, pero debe de existir una probabilidad de conseguir aquellos que uno se propone.
- Pasos que se deben dar para conseguir
Una vez se establezca qué es lo que se quiere conseguir es importante ver qué pasos se deben dar para llegar al resultado final. Estos pasos deben concretarse de la misma manera que los objetivos, es decir, se deben establecer conductas concretas, que dependan de uno mismo y que su consecución tenga como resultado el acercamiento al objetivo final.
- Flexibilidad
Durante el proceso de consecución de objetivos hay que ser consciente que pueden ocurrir cosas que hagan de barrera o que dificulten la puesta en marcha de las acciones preparadas. Buscar soluciones, adaptarse a la situación y, si es necesario, modificar el objetivo final.
- ¡A por ello!
Establecer objetivos es importante, ahora sí, hay que ponerse en marcha y empezar cuánto antes a realizar conductas, usar distintos recursos y utilizar nuevas herramientas