OPINIÓN ARTÍCULO
LOS FANTASMAS DE LA MIGRACIÓN MUNDIAL MARIO MUÑOZ LOZANO/PRENSA LATINA
L
a Habana, Cuba. Poco se sabe de las identidades de los 30 mil 510 migrantes fallecidos registrados por el Proyecto Migrantes Desaparecidos en los últimos 5 años, según datos revelados recientemente por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Solo hay información sobre la edad y el género de una cada cuatro víctimas: se conoce que casi 1 mil 600 eran niños, 1 mil 700 mujeres y cerca de 5 mil hombres. Apenas se cuenta con el país de origen de menos de la mitad de los muertos entre 2014 y 2018. En el caso de muchas personas, sus restos fueron recuperados días, semanas o meses después de su deceso en las rutas, en muchas ocasiones fue imposible para las autoridades determinar las causas del deceso. Los cuerpos de muchos otros no son descubiertos o recuperados. En el Mediterráneo, diversos informes de sobrevivientes de naufragios indican que, siendo cautelosos en el manejo de las cifras, unas 11 mil 500 vidas se han perdido en alta mar en los últimos 5 años, y los restos de esas personas nunca han sido encontrados. El Proyecto Migrantes Desaparecidos (MMP, por su sigla en inglés) es una iniciativa conjunta del Centro de Análisis de Datos de Migración Global (GMDAC) y la División de Medios y Comunicaciones de la OIM, que recibe información de una amplia variedad de fuentes, algunas no oficiales. El MMP cuenta los migrantes muertos en las fronteras externas de los Estados o en el proceso de migración hacia un destino internacional, independientemente de su estado legal. Solo regis-
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10 de febrero de 2020
tra a aquellos migrantes que mueren durante su viaje a un país diferente de su país de residencia. OIM señaló que estas cifras son estimaciones mínimas, teniendo en cuenta la falta de fuentes oficiales de información y la ausencia de detalles sobre la mayor parte de los fallecimientos en esos viajes, muchos de ellos en alta mar o en zonas selváticas remotas. Los datos advierten que entre enero de 2014 y diciembre de 2018 se registraron más de 19 mil decesos y desapariciones por ahogamiento en el Mar Mediterráneo, en el Río Grande, en la Bahía de Bengala, sobre todo, además de en muchas otras rutas marítimas. Otras 3 mil 800 personas fallecieron por las duras condiciones naturales en su ruta migratoria o diversas enfermedades combinadas con la falta de acceso a medicamentos. La ruta central del Mediterráneo “entre el norte de África e Italia” sigue siendo el itinerario más mortífero de esa región. Según el MMP, en 2019 una de cada 33 personas perdió la vida tratando de cruzar esa ruta. El director del Centro de Análisis de Datos de la OIM, Frank Laczko, lamentó que “los restos de las personas perdidas en el mar este año nunca se encontrarán, como miles de otras perdidas en el Mediterráneo. Cada año que continúan estas muertes significa que más familias viven en el limbo, sin saber si un pariente está vivo o muerto”. Advirtió que “si vienes de un país de altos ingresos se harán esfuerzos para encontrar e identificar tu cuerpo si desapareces. Lo mismo no se aplica si eres un migrante indocumentado”.