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PANAMÁ, DE LOS RUIDOS AL SONIDO DE LA NATURALEZA Nubia Piqueras
from Contralínea 692
PANAMÁ, DE LOS RUIDOS
AL SONIDO DE LA NATURALEZA
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NUBIA PIQUERAS GROSSO/PRENSA LATINA
Panamá, Panamá. Un silencio casi sepulcausa la Covid-19, en especial a más de un cencral invade a esta ciudad medio fantasma, tenar de familias que lloran la pérdida de un ser que por segundo fi n de semana consecutiquerido. vo vivió los rigores de la cuarentena total obligaY hablando de muerte, este es otro de los citoria, estrategia que busca vencer al “virus de la clos de la vida cotidiana que la pandemia cammuerte” SARS-Cov-2. bió. Ahora los fallecidos viajan prácticamente
Por primera vez en los últimos 5 años, el hasolos a los cementerios, pues las regulaciones bitual ruido de los autos, motos, buses y camiosanitarias imponen la presencia de sólo hasta nes, e incluso el de las sirenas de ambulancias cinco familiares cercanos en los entierros. y bomberos cedió ante el canto de las aves, un Ante la imposibilidad de hacerle una ceresonido que gana terreno cada día desde que el monia en la que amigos, vecinos, compañeros confi namiento resulta la solución más certera de trabajo y toda la familia pueda darle el último para evitar cualquier contagio. adiós, muchas personas acuden a la cremación
Céntricas arterias como Calle 50, bancos y y la iglesia católica habilitó tres de sus inmuecanchas de fútbol esbles religiosos para tán vacías; áreas socustodiar las cenizas y ciales se encuentran Pájaros que invaden y anidan en los teel día después de esta clausuradas hasta chos del Aeropuerto Internacional de Topesadilla, “darle crisnuevo aviso; escuelas, restaurantes, plazas y locales de comida rácumen; venados que se apoderan de las calles, y más delfi nes en las costas tiana sepultura”. En medio de tanta incertidumbre, pida permanecen cemiedos y pérdidas, la rrados, es el panorama gente aprende a vivir que muchos citadinos divisan desde las ventanas mejor en familia, a disfrutar y apreciar las cosas de sus casas. sencillas, la tranquilidad del hogar y a reinven
Un paisaje donde el sonido y los colores del tarse para no quedar atrás, cuando las prohibimedio ambiente impusieron su presencia desde ciones y los encierros se levanten. muy temprano, como ocurrió con la fl oración Otros aprovechan la cuarentena para aprende los Guayacanes, que este año adornaron de der a tocar algún instrumento a través de clases amarillo a la ciudad antes de la llegada del privirtuales; organizar la casa; hablar, jugar y reír mer aguacero de la temporada lluviosa, el pasacon los hijos; preparar una exquisita comida y do 12 de abril. descubrir que es bueno convivir todo el tiempo
Tan evidente fue el hecho, que en una de sus con su pareja si hay amor, necesidades humanas comparecencias públicas el presidente Laurenque el estrés diario postergaron durante años. tino Cortizo agradeció a la naturaleza por este Los jóvenes, amantes de compartir en grupo, regalo tan esperanzador, en medio del dolor que intentan “matar el aburrimiento” en las redes
sociales a la espera del reinicio del curso escolar; mientras, los niños tratan de liberar sus energías de cualquier forma, como el pequeño que todas las tardes canta a todo pulmón el tema de El rey león, su película preferida.
También está el vecino que convirtió la azotea en su gimnasio particular para no perder la forma o los inquilinos de mi edificio que, por iniciativa de la administradora del inmueble, habilitaron una mesa donde todos tomamos lo que necesitamos y donamos lo que podemos, desde libros hasta comida para juntos paliar el impacto de la crisis sanitaria.
Y qué decir de la naturaleza que, a juicio de muchos expertos, es la mayor beneficiada en esta historia, como lo demuestran los estudios científicos y algunas de las imágenes que desde hace más de 1 mes circulan por las redes sociales en Panamá.
Pájaros que invaden y anidan en los techos del Aeropuerto Internacional de Tocumen, hoy cerrado contra todos los pronósticos; venados que salen de sus escondites para apoderarse de calles que el hombre les quitó al invadir la selva, su hábitat natural; y delfines más amigables, hablan por sí solos.
Sin embargo, todo no es color rosa, pues privar al ser humano de su libertad de movimiento es desde hace siglos un castigo a delitos e indisciplinas. ¿Cuándo terminará la cuarentena?, es la pregunta que todos se hacen y para la cual, al menos en Panamá, aún no hay respuesta, porque la pandemia sigue en ascenso.
A diario cientos de ciudadanos violan las restricciones sin importarle el peligro de contagiarse o trasmitir la enfermedad respiratoria en el caso de los asintomáticos, por eso las autoridades insisten en el castigo que deben recibir los irresponsables.
Luego de ensayar varios métodos represivos contra los violadores del aislamiento domiciliario obligatorio, el alcalde de La Chorrera, en la provincia de Panamá Oeste, aplicó castigo moral y trabajo comunitario, en medio de debates ciudadanos sobre la justeza de la sanción.
Un extraño desfile por la calle principal de ese poblado ocurrió recientemente, cuando decenas de hombres y mujeres, en su mayoría jóvenes, fueron obligados a caminar en fila, escoltados por uniformados y autoridades municipales hacia varios parques de la urbe.
En las plazoletas, los sancionados por un juez local de paz recibieron una escoba y con el auxilio de carros cisternas lustraron lugares públicos, mientras curiosos y la propia prensa filmaron las escenas que se divulgaron en los medios de difusión masiva y en las redes sociales.
DAVID MANRIQUE
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Pero, no sólo los chorreranos aplicaron medidas educativas originales a los infractores de la cuarentena, pues el diario Crítica reflejó en sus páginas que el Congreso General Emberá sancionó a miembros de una aldea de esa comunidad originaria al tradicional castigo del cepo por similares faltas.
A la espera de una vida normal, que muchos aseguran no será igual a la que conocimos 4 meses atrás cuando explotó la pandemia, o de una vacuna milagrosa, solo resta recordar lo que Diego Torres dice en su canción Color esperanza: “[...] Quitarse los miedos/ sacarlos afuera/ Pintarse la cara color esperanza/ Tentar al futuro con el corazón [...]”.