EL USO DEL CINE COMO RECURSO DIDÁCTICO. UNA EXPERIENCIA DE EDUCACIÓN MEDIÁTICA DESDE EL INSITUTO DE TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS Autor: Daniel Aparicio González Resumen: El cine sigue ofreciendo interesantes posibilidades como recurso educativo en contextos de educación formal. Aunque su presencia en el curriculum oficial aún sea escasa, sí existen iniciativas y experiencias que conviene destacar para ir generando un bagaje enriquecedor de prácticas del que formadores y formadoras puedan servirse. El ITE (Ministerio de Educación de España) lleva casi una década implementando cursos de formación para el profesorado en el uso del cine en las aulas, utilizando las posibilidades de Internet y de las plataformas de formación on line. 0. Cine y educación. Introducción La escasa presencia de los medios de comunicación en el curriculum escolar ha sido motivo de preocupación histórica de todos los profesionales e investigadores que entendemos como fundamental esta área de conocimiento. En tiempos de cultura participativa y de narración transmedia1, en la que los nuevos usuarios de la comunicación son cada vez más activos, poniéndose al frente de la elaboración de sus propios mensajes, entendemos (y reclamamos) que esta presencia de educación en medios en los centros educativos tiene más sentido que nunca. En cualquier caso, y aun considerando que hay mucho camino por recorrer, no sería justo ni inteligente pasar por alto las experiencias que sí han apostado por incluir el estudio de los medios de comunicación en las aulas, pues han ido generando un poso de aprendizaje sin duda fundamental para seguir construyendo conocimiento. No han faltado profesores y profesoras, maestros y maestras de todas áreas y niveles que a nivel individual han creído en el cine, en las series y en los documentales como recursos didácticos. Y aunque sean aún algo aisladas, también desde las instituciones públicas se han impulsado algunas acciones interesantes. El Instituto de Tecnologías Educativas (ITE) del Ministerio de Educación de España lleva casi una década impartiendo el curso a distancia “El cine como recurso didáctico”, en el que cientos de profesores y profesoras se han especializado en el uso del cine en las aulas. También algunas comunidades autónomas han implementado cursos similares2 en los que cine, televisión, radio, prensa, internet, etc. son objeto de estudio. Es de esperar que, con el esfuerzo de todos y con la experiencia acumulada, estas iniciativas vayan consolidándose en una apuesta seria por la educación mediática en los programas oficiales.
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Ambos conceptos se vienen usando para definir el nuevo modelo de cultura de convergencia mediática, en la que se replantea la relación de los consumidores, productores, intermediarios, etc. con los medios de comunicación. Para mayor profundización en estos y otros conceptos, ver Jenkings, 2008. 2 Por citar un ejemplo, la Comunidad de Madrid inició en 2009 el curso Los medios de comunicación social como recurso didáctico, a través de su programa formativo de la Red de Formación Permanente del Profesorado de la Comunidad de Madrid- Educamadrid. Más información en http://gestiondgmejora.educa.madrid.org/
En las páginas que siguen pretendo justificar la importancia de la inclusión del aprendizaje de los medios de comunicación en el aula, centrándome en este caso (parte I) en el análisis concreto del cine como recurso didáctico, y ofreciendo la experiencia práctica (parte II) del curso El cine como recurso didáctico, del Ministerio de Educación de España3.
1. Parte I: Cine y educación: el cine como recurso de aprendizaje en las aulas 1.1. Cine y educación. Algunas potencialidades Inmersos ya en una cultura mediática multiforme y ubicua que tiende hacia lo participativo, entendemos que la ficción (el cine en particular, pero sin olvidar otros formatos como las series, los microrrelatos, etc.) sigue siendo una herramienta imprescindible para educar. Al menos en 3 niveles: -
Aprender cine: O lo que es lo mismo, llevar al aula la enseñanza del lenguaje del cine y el audiovisual. Que los estudiantes sepan detectar, analizar y comprender elementos fílmicos (encuadres, ritmo, montaje, banda sonora, tratamientos temporales, transiciones, tipos de narración, etc.) les permitirá ser competentes y críticos en dos ámbitos de importancia. El primero, en el de la construcción de sus propios mensajes audiovisuales, competencia fundamental en un entorno mediático de cultura participativa (elaboración de mensajes propios, ya sean estos originales al cien por cien o remezclados…). El segundo, en la recepción crítica de los mensajes que consumen, ya sean informativos, ficcionales, publicitarios, etc. Siendo el audiovisual una de las principales manifestaciones artísticas de los siglos XX y XXI, no es lógico desatender el aprendizaje de sus lenguajes y estructuras. Merece su propio espacio de atención, tal y como se ha hecho históricamente con otras disciplinas artísticas: pintura, arquitectura, escultura, música, etc. Socialmente hace tiempo que se considera al cine como el Séptimo Arte, pero aún no hemos reflejado claramente esa circunstancia en las escuelas. Si entendemos como natural el estudio de La piedad de Miguel Ángel, Las Meninas de Velázquez o el Partenón de la arquitectura griega, ¿por qué no promover el estudio de obras fundamentales del cine como El padrino (The Godfather, Francis Ford Coppola, 1972) o Ciudadano Kane (Citizen Kane¸Orson Welles, 1941)? Si estudiamos vida y obra de Cervantes, de Rembrandt o de Mozart, ¿por qué no hacer lo mismo con Fellini, Almodóvar, Tarantino y tantos otros directores fundamentales en la Historia del Cine?
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He sido autor de contenidos del curso El cine como recurso didáctico y tutor del mismo desde que comenzó su andadura, en 2002. Igualmente he sido tutor de las dos primeras ediciones del curso Medios de comunicación social como recurso didáctico.
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Aprender del cine: el cine empleado para cubrir aquellos temas y contenidos que, sin ser evaluables, merecen especial atención educativa: temas transversales, educación integral, tutoría y orientación, etc. Por su carácter lúdico, por su alta pregnancia, por su capacidad de identificación entre espectador y personajes, y por muchos motivos más, el cine es una herramienta idónea para ver y pensar el mundo. Los efectos devastadores de las drogas pueden repensarse con Réquiem por un sueño (Requiem for a Dream, Darren Aronofski, 2000). Las crueles consecuencias de la violencia ultra y organizada pueden ser debatidas a partir del visionado de American History X (American History X , Tony Kaye, 1998). La superación de barreras y la integración social pueden trabajarse a partir de Yo también (Alvaro Pastor y Antonio Naharro, 2009), etc. Son dinámicas en las que los alumnos se involucran con facilidad, lo que las hace idóneas para profundizar, por ejemplo, en temas de sensibilización, como bien sostiene Enric Pla: “Algunas campañas para jóvenes (tráfico, drogas, educación para la salud) se apoyan en medios audiovisuales, pero su carácter excesivamente sermoneador les resta a veces algo de eficacia. El cine, por su carácter emotivo y su discurso indirecto, nos puede rendir excelentes servicios en estos temas.” (VVAA, 2009)
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Aprender con el cine: En este caso hacemos un uso funcional del cine como documento o pretexto, como estímulo que despierte en el alumnado el interés hacia determinados temas de las áreas curriculares. La joven de la Perla (Girl with a pearl earring, Peter Webber, 2003) permite estudiar la vida y obra de Vermeer con notas de su propio contexto histórico. La lista de Schindler (Schindler’s List, Steven Spielberg, 1993) puede ayudar a visualizar y entender mejor el capítulo histórico del Holocausto. Utopías, distopías, tiempo efímero y otros conceptos de Filosofía pueden trabajarse con Blade Runner (Blade Runner, Ridley Scott, 1982), etc.
1.2. Cine y educación mediática Por lo general el alumnado consume muchas horas de ficción en televisión y en cine. Sólo eso justificaría una especial atención al lenguaje fílmico y audiovisual en las aulas, pero desde aquí queremos plantear otros retos educomunicativos en el uso didáctico del cine:
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Ampliar las expectativas fílmicas del alumnado: debemos ser conscientes de que los alumnos, especialmente los más jóvenes, consumen un tipo de cine caracterizado en gran medida por sus altas dosis de entretenimiento. Es lo lógico en sociedades que asocian indefectiblemente cine a ocio y divertimento. Entre los docentes es una preocupación habitual el hecho de que este tipo de cine, por lo general de alto presupuesto (derivado en estrellas mediáticas y en grandes efectos especiales),
carezca casi siempre de un fondo propicio para la reflexión social y/o el aprendizaje de ciertos contenidos. Sin pretender reabrir aquí el bizantino debate sobre la idoneidad de la clasificación entre cine comercial/cine de autor, sí consideramos aceptable admitir que las dos tendencias existen como tal, quizá no químicamente puras, pero sí suficientemente diferenciadas (a veces, también, integradas con éxito). Las aulas son un buen sitio para recordar a los alumnos que el cine puede ser mucho más que simple entretenimiento, y que existe otro tipo de cine, igual que otras manifestaciones artísticas, capaz de poner en tela de juicio nuestras conductas, y capaz de abrir nuevas vías de reflexión. Educativamente hablando, la filmografía más interesante es la que se atreve a abordar temas difíciles, delicados, socialmente tabúes. Las sociedades desarrolladas a menudo huyen de aquellos mensajes que les cuestionan algún aspecto de su forma de vida. Y ver problemas en el cine es una forma de objetivar esos problemas y de poder solucionarlos, al reabrir el debate social sobre ellos. Por ejemplo, es lo que ocurrió con Mar adentro (Alejandro Amenábar, 2004) y la eutanasia, o con Te doy mis ojos (Iciar Bollain, 2003) y la violencia de género, o con Mi nombre es Harvey Milk (Milk, Gus van Sant, 2008) y la discriminación por opciones sexuales, etc. No hay nada intrínsecamente perverso en el cine comercial (salvo cierta colonización cultural, que es tema aparte), no debemos asustarnos ni sentirnos mal por verlo. Lo malo sea, quizá, que ese cine constituya la totalidad del cine que consumimos. Sería una dieta entretenida, pero pobre nutritivamente hablando. El interesante reto para los docentes es dar a conocer a sus alumnos que el ir al cine no tiene por qué estar siempre asociado a una experiencia 100% lúdica y divertida. A veces compensa acudir a un cine algo más complejo y duro de ver, pero que nos enriquece como personas. Y descubrir, por el camino, multitud de películas que aúnan perfectamente los dos polos del debate, el entretenimiento con los contenidos de interés. Quizá somos más tolerantes con el resto de seres humanos del mundo globalizado después de una proyección de Babel (Alejandro González Iñarritu, 2006) o de Quiero ser como Beckham, (Bend It Like Beckham, Gurinder Chadha, 2002). Algo más sensibles a los dramas humanos cotidianos después de asistir al visionado de Ladrón de bicicletas (Ladri di biciclette, Vittorio de Sica, 1948). Puede ser que tras ver Elephant (Elephant, Gus van Sant, 2003) un espectador salga del cine más abierto de miras, pensando que los conflictos sociales no tienen casi nunca una explicación única. Probablemente estrechamos lazos con ideales pacifistas tras ver Senderos de gloria (Paths of glory, Stanley Kubrick, 1957). Las convicciones sobre los roles y expectativas de género pueden cuestionarse felizmente tras analizar Billy Elliot (Billy Elliot, Stephen Daldry, 2000). El umbral de optimismo respecto a nuestro lugar en el mundo puede elevarse con Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, Jonathan Dayton, 2006). O, sencillamente, nos hacemos más sensibles a la creatividad y a la composición artística después de disfrutar con Deseando amar (In the mood for love, Wong Kar- Wai, 2000). -
Rescatar el cine de los olvidados: El denominado, entre otras acepciones, cine social, que desarrolla sobre todo tramas protagonizadas por capas sociales desfavorecidas, no
sería posible sin la atención de algunos directores comprometidos con esas causas. Los problemas sociales, las injusticias, las desigualdades, etc., no suelen ser reclamos para la gran industria del cine. El gran cine-entretenimiento no suele embarrarse en esos temas, y cuando lo hace, suele aplicar perspectivas que convierten en espectaculares dichos conflictos, poniéndolos al servicio de argumentos efectistas y de las grandes figuras mediáticas que los protagonizan. El cine social actual arranca de una interesantísima tradición de cine comprometido con los más débiles, como pueden ser el Neorrealismo italiano o el Free Cinema inglés. Mientras el cine, tradicionalmente, se había decantado por temas novelísticos y/o exóticos, movimientos como el Neorrealismo surgieron para dirigir sus cámaras hacia temas cotidianos, y en concreto, en aquellos referentes a las capas sociales más desfavorecidas. De ahí derivan directores como Ken Loach, Stephen Frears, Aki Kaurismaki, Bertrand Taverniere, Robert Guediguian, Fernando León, Iciar Bollain… En fin, directores que contribuyeron a popularizar esa especie de cine de los olvidados, que ha permitido que el Séptimo Arte sirva de espejo y de recordatorio de ciertas actitudes humanas que hubieran quedado fuera del cuadro de otro modo. Gracias a todos ellos hoy podemos ver cine como el de Los lunes al sol (Fernando León, 2002), Lloviendo piedras (Raining Stones, Ken Loach, 1993) o Rosetta (Rosetta, Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne, 1999). Que no sea todo cine entertainment, que no sea todo Spiderman (Spiderman, Sam Raimi, 2002), Armageddon (Michael Bay, 1998) o Miss Agente Especial 2: Armada y fabulosa (Miss Congeniality 2: Armed and Fabulous, John Pasquin, 2005). No es casualidad que en esa misma tradición de cine comprometido, actualmente (2007) se hayan creado en el Parlamento Europeo los premios Lux de cine, que priman contenidos que atienden a factores como la solidaridad, la inmigración, la justicia, las libertades públicas o los derechos fundamentales. Además de dar visibilidad a sus directores, el premio consiste en el subtitulado de las películas a los 23 idiomas oficiales de la Unión Europea. Y el festival demuestra asumir una clara vocación docente al desarrollar guías pedagógicas para el uso didáctico de las películas ganadoras4. El otro gran cine de los olvidados es precisamente el de las pequeñas filmografías, la de esos países que difícilmente pueden competir en igualdad con las grandes superproducciones de las primeras potencias mundiales. El profesorado tiene aquí la oportunidad de rescatar también para los alumnos este tipo de cine, asegurando así una mínima y aceptable diversidad cultural en la oferta de películas. Toda esta puesta en conocimiento de discursos fílmicos comprometidos en torno a lo real puede hacerse extensible al documental cinematográfico, cuya buena salud ha quedado demostrada en trabajos como Balseros (Carles Bosch y Josep M. Domenech,
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Se recomienda visitar la página web del Lux Film Prize, y especialmente su área pedagógica o Educational Area, donde se proponen guías didácticas de las películas ganadoras, como la de Welcome (Welcome, Philip Loiret, 2008)
2002), Bowling for Columbine (Bowling for Columbine, Michael Moore, 2002), Taxi al lado oscuro (Taxi to the dark side, Alex Gibney, 2007), Inside Job (Inside Job, Charles Fergurson, 2010), etc. No es nada aventurado afirmar que actualmente buena parte de los mejores discursos críticos sobre el mundo que nos ha tocado vivir se está llevando a cabo desde el documental. Muchas de estas producciones, además, prestan especial atención al ámbito educativo, y elaboran materiales para la explotación didáctica en aula5. -
Aprovechar el potencial “práctico” del cine: Entre las grandes potencialidades del cine para educar está la de servir de modelo de conductas, hábitos, comportamientos... Para una persona que se está formando académica y personalmente, el cine puede ser un gran cantera de experiencias “vividas por otros”, pero de gran utilidad a la hora de sumarlas y contrastarlas con las experiencias vividas en primera persona. Se va creando así un importante poso de “cultura práctica”, esa que se alimenta no sólo de lo vivido personalmente, sino de las conductas ejemplares (para bien o para mal) llevadas a cabo por personajes modelo. Es lo que llaman autores como Rivera adquisición de cultura práctica (Rivera, 2003; 305-310). La adaptación al ámbito del cine del concepto de aprendizaje vicario de Albert Bandura.
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Aprovechar el potencial emotivo del cine: Como viene reconociéndose desde diferentes esferas de la educación, el modelo de escuela debe adaptarse a una sociedad de información y servicios, y ya no tanto al modelo de sociedad industrial de producción masiva de objetos de años atrás. En este nuevo ámbito socioeducativo, las competencias creativas se tornan fundamentales, como estímulo de generación de ideas. Y el cine puede ser un gran estímulo para una creatividad que dé cabida, por fin, a las emociones de los alumnos, integrándolas como parte fundamental en su educación. Sostiene Joan Ferrés que “nunca podrá ser eficaz una educación mediática que no advierta que las tecnologías sólo propiciarán la cultura participativa y la autonomía personal si se ponen al servicio de una adecuada gestión del capital
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De hecho, algunos de estos trabajos ya nacen con una clara vocación didáctica en ese sentido, y, junto a la propia película, las producciones salen a la luz con guías didácticas de apoyo a los docentes. Por citar dos ejemplos: -
En el mundo a cada rato (Patricia Ferreira, Pere Joan Ventura, Chus Gutiérrez, Javier Corcuera, Javier Fesser , 2004): La productora Tus Ojos incluye en la web de este documental (en cuya producción colabora UNICEF) una guía didáctica de aprovechamiento en aula.
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Las alas de la vida (Antonio Pérez Canet, 2006): Este documental sobre superación de enfermedades y sobre la entereza y dignidad para afrontar la muerte, incluye material didáctico que puede descargarse desde su web oficial. El propio Ministerio de Sanidad español, valorando su valor divulgativo, adquirió los derechos del documental para distribuirlo gratuitamente a través de su página web. Es un buen indicativo del rigor con el que está tratado el documental.
emocional de los sujetos. La razón sin emoción es impotente, en palabras de Jonah Lehrer”6. -
Promover la elaboración de mensajes propios: aunque sigue siendo un reto técnicamente complejo, cada vez son mayores las facilidades operativas para que el alumnado pueda aprender a elaborar sus propios mensajes narrativos (cámaras digitales y de teléfonos móviles, software de edición amateur, etc.). Es un paso importante para ampliar las posibilidades educativas del medio, pasando de un aprendizaje pasivo (contemplativo) del cine, a otro activo, en el que los alumnos y alumnas se impliquen en la elaboración de sus propios mensajes, aplicando en ellos su creatividad y sus inquietudes. Nada mejor para ser críticos con los mensajes recibidos que el haber aprendido a elaborar mensajes propios, descubriendo en el trayecto qué implica encuadrar de esta o de otra forma, que supone hacer descartes en montaje, cómo se elabora un guión, etc.
2. Parte II: Cine y educación. Una experiencia real: el curso El cine como recurso didáctico, del Instituto de Tecnologías Educativas (ITE) del Ministerio de Educación (España) Origen y trayectoria El curso El cine: un recurso didáctico nació en 2002, dentro del programa de Formación del profesorado del ITE (Ministerio de Educación de España)7. Desde entonces lo han cursado un total de 8574 profesores y profesoras de toda España (y de otros centros internacionales de gestión del propio Ministerio)8. El cine: un recurso didáctico es un curso que desarrolla aspectos históricos y del lenguaje del cine desde una perspectiva de aplicación al aula. Constituye un instrumento de apoyo en cualquier área educativa en la que se quiera utilizar el cine como material complementario para la formación. A lo largo de estos años el curso ha sufrido algunas variaciones y actualizaciones. Empezó siendo un curso único (a realizar a distancia en plataforma web en tres meses aproximadamente, reconociéndose 60 horas de formación/6 créditos) para acabar desplegándose en dos niveles a partir de 2005: El cine: un recurso didáctico. Iniciación y El cine: un recurso didáctico. Profundización (cada uno con una duración de poco más de dos meses,
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Aportación de Joan Ferrés a los debates propuestos por el Congreso de educación mediática y competencia digital en su página web. Para más datos sobre gestión de las emociones en educación, consúltese Ferrés, 2008. 7 El Instituto de Tecnologías Educativas es la unidad del Ministerio de Educación responsable de la integración de las TICs en las etapas educativas no universitarias. Tiene rango de Subdirección General integrada en la Dirección General de Formación Profesional que, a su vez, forma parte de la Secretaría de Estado de Educación y Formación Profesional. Fuente: http://www.ite.educacion.es/ 8 Pueden desglosarse este y otros muchos datos en la sección de Estadísticas, datos y cifras del servicio de Formación del profesorado de la página web del ITE
con certificación de 40 horas/4 créditos el de iniciación y 50 horas/5 créditos el de profundización). Diseño del curso y contenidos El material del curso se recoge en un documento multimedia (CD)9 con los contenidos sobre historia y lenguaje del cine, con fichas de películas y autores, con artículos en torno al cine y con diversas aplicaciones didácticas propuestas de cómo utilizar el cine en las aulas de primaria y secundaria (atendiendo también a infantil, bachillerato, y ciclos formativos) . Junto al CD se incluye, como material formativo complementario, la serie "Amar el cine": son 3 DVD con doce capítulos de entre 30 y 55 minutos, que tratan diversos aspectos fílmicos con entrevistas a profesionales del cine y con un amplio catálogo de secuencias cinematográficas de interés histórico y narrativo10. El curso de iniciación se concibe como una aproximación al lenguaje fílmico, a la historia del cine y a sus movimientos y géneros principales. Culmina con una dinámica teórico/práctica de aplicación de cine al aula. En el curso de profundización se intensifica el estudio del lenguaje fílmico, mediante análisis narrativos en profundidad que los alumnos deben hacer sobre una película de su elección, y termina con una nueva inmersión, más especializada por áreas curriculares, en la aplicación del cine en la práctica docente. En ambos se intentan explotar activamente las posibilidades de Internet como recurso educativo: implementando foros internos de discusión, enlazando a recursos existentes en la web (se promueve en este sentido el uso responsable y legal de los contenidos on line), accediendo a bases de datos de cine, etc. Algunos datos para hacer balance La experiencia a lo largo de esta década de curso puede considerarse muy gratificante. Los alumnos (profesores) muestran un alto grado de satisfacción, tanto en los comentarios ofrecidos informalmente por mail como los volcados en las encuestas de valoración final. Así, nos encontramos con índices elevados en cuestiones como Grado de cumplimiento de los objetivos del curso (4,52 sobre 5), en Interés de los contenidos para el participante (4,84 sobre 5), o en Grado de satisfacción alcanzado (4,70 sobre 5). La nota más baja corresponde al Grado de dificultad de las actividades propuestas (3,52 sobre 5)11. Pero si hay algún ítem, de los que los alumnos deben valorar, que conviene destacar aquí es el de Aplicación en la práctica docente, que recibe un 4,42 sobre 5. Un dato para seguir haciéndonos pensar en la pertinencia de incluir más activamente la formación en cine y medios audiovisuales dentro de los curriculums oficiales. Bagaje docente Como comentábamos, el desarrollo del curso busca un equilibrio entre los contenidos puramente fílmicos (historia del cine, guión, lenguaje audiovisual, géneros, movimientos, etc.) y los de aplicación del cine al aula. El itinerario formativo se lleva a cabo mediante una serie de 9
Puede descargarse desde la propia web de Formación del profesorado Toda la información desglosada sobre objetivos, contenidos y metodología en la web de Formación del profesorado 11 Datos recogidos de la edición de El cine: un recurso didáctico. Profundización de febrero de 2011. 10
actividades parciales, a las que se suman visionados y análisis de películas, lecturas de textos, participación en los debates planteados en el foro del curso, etc., culminando todo ello en la entrega de un trabajo final consistente en la elaboración, por parte de cada alumno, de un dossier para la explotación didáctica de una película de su elección. Desde el equipo docente del ITE se ofrece, a modo de orientación, un modelo de dossier basado en los siguientes puntos: INTRODUCCIÓN: Justificación de la elección de la película (criterios, objetivos didácticos, idoneidad de edades, temporización…) FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA: (breve) T.O., Producción: (con país y año), Guión (según novela...), Dirección, Fotografía, Música, Montaje, Dirección artística, Reparto: actor (nombre personaje), Duración: min. SINOPSIS PERSONAL: resumen de la película de forma personal y descriptiva, indicando los principales segmentos del relato y peripecias de la trama y destacando su relación con los objetivos propuestos (10-15 líneas). BREVE BIO-FILMOGRAFÍA DEL DIRECTOR y contextualización de la película en su trayectoria, así como en su género y época PUNTOS DE INTERÉS ANTES DEL VISIONADO: señala los principales aspectos que deben observar los alumnos y algunos momentos o secuencias a los que deban prestar especial atención (al menos cuatro o cinco) ASPECTOS A COMENTAR DESPUÉS DEL VISIONADO: señala las principales cuestiones a comentar inmediatamente después del visionado. ACTIVIDADES: sugiere dos o tres ejercicios o actividades (sin sobrecargar) para sacar partido a la película ANEXOS: mencionar libros, monografías, páginas web, bandas sonoras, etc. de interés, así como otras películas relacionadas por temática, época, autor,... De todos estos años de curso han surgido multitud de dossieres en los que cristalizan esfuerzos, aprendizajes, búsquedas, cinefilias, recursos, propuestas, y la ilusión de miles de profesores y profesoras por explotar las posibilidades pedagógicas del cine. Su trabajo es el mejor ejemplo de que es un recurso muy fértil para trabajar en el aula. Algunos de estos dossieres pueden consultarse y descargarse en la página web del servicio12.
Algunos retos Como es lógico y como corresponde a un curso de formación on line, los contenidos, las dinámicas y las metodologías de trabajo se revisan continuamente. En las reuniones celebradas cada uno o dos años, después de cada nueva edición de los cursos, los tutores y la coordinación del curso revisan y rediseñan, si procede, parte de las prácticas llevadas a cabo. 12
Consúltese la sección de Experiencias de la página web del servicio
Siempre han merecido especial atención en estos encuentros temas como los de la actualización de contenidos (actualmente se está preparando una nueva edición del CD-Rom), la persecución de prácticas fraudulentas (los tristemente famosos cortaypegas de contenidos ajenos), la dinamización de los debates en los foros, la actualización de los contenidos de los DVD de la serie Amar el cine… Muchos de estos aspectos se replantean aprovechando el feedback de las propias propuestas de mejora de los alumnos. Por ejemplo, ante las peticiones de una mejor adecuación del uso del cine a las duraciones efectivas de las sesiones docentes (todos sabemos lo difícil que puede llegar a ser en el día a día del aula la proyección de una película completa), se generó un módulo específico para el trabajo con secuencias aisladas. Aunque en el curso se recomienda, en la medida de lo posible, proyectar las películas en su integridad, no deja de ser un reto el adaptar el aprendizaje y disfrute del cine a unas generaciones de alumnos cada vez más acostumbradas a los consumos rápidos y fragmentados de los medios audiovisuales. Por aquí se va dando paso a otros formatos fílmicos más “amables” en este sentido, como pueden ser los cortometrajes, los microrrelatos, las series de ficción, etc. Entre las últimas renovaciones que se están trabajando figura la de cambiar la plataforma que da soporte al curso. Hasta el año 2011 se ha venido usando una aplicación de diseño interno del ITE, y se tiene previsto mudar a Moodle para el 2012. Entre sus muchas ventajas, se espera aprovechar el potencial participativo que esta plataforma ofrece, explotando sus múltiples posibilidades de generación horizontal de contenidos (wikis) o para la creación de comunidades virtuales (conversaciones en chats, foros y videoconferencias). Se pretende, además, que dichas prácticas colaborativas on line puedan ser trasladadas a su vez por los profesores a sus aulas, de forma que nunca se pierda de vista en el horizonte a los auténticos destinatarios de todas estas iniciativas: los alumnos y las alumnas de los centros de enseñanza.
Bibliografía y Fuentes
Ferrés i Prats, Joan (2008): La educación como industria del deseo. Barcelona, Gedisa.
Jenkins, Henry (2008): Convergence culture: la cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Barcelona, Paidós.
Rivera, Juan Antonio (2003): Lo que Sócrates diría a Woody Allen. Madrid, Espasa-Calpe
VVAA (2009): El cine, un recurso didáctico. (CD-Rom). Madrid, ITE. Son autores de esta obra colectiva: Bloque I: Daniel Aparicio González, Rafael Fernández Mullin, Emilio Lerena Olarte Bloque II: Enric Pla Vall, Katia Torrent Fuertes (con la colaboración de Enrique Martínez-Salananova y María Amor Pérez Rodríguez en el módulo 6) Coordinación: Emilio Lerena Olarte, Victoria Milicua Landa Diseño: Yolanda Contreras Pérez, Carmen Cebrián Rentero, Carmen Moreno Lizarazu, Aurelio Lorenzo Pérez