de daño económico, (Stern et. al.) lo definieron como “la población de plaga mínima que puede causar una pérdida económica”. Otras definiciones dicen que el nivel de daño económico es “la población de la plaga que produce un daño igual al costo de prevenir el daño”. Por otra parte, el concepto de umbral económico o umbral de acción es “la densidad de población de plaga a la cual se deben tomar acciones para evitar que esta alcance el umbral de daño económico” (Luckman y Metcalf, 1975). El productor debe poder comparar la población de plaga al momento del muestreo con el umbral de acción para tomar la decisión de hacer la aplicación que evite que la población alcance un nivel que cause una pérdida económica. Los niveles de daño y el umbral de acción son específicos para cada plaga en cada cultivo, y probablemente lo sean para diferentes regiones geográficas. Dado que es un concepto que depende de valores económicos, su valor cambiará con las variaciones en el mercado. Por ejemplo, el umbral de acción será diferente cuando el precio estimado para la venta de la cosecha cambie, o el costo de los agroquímicos y el costo de la aplicación cambie. Estos valores requieren de investigación para su determinación, la cual no está disponible para muchas situaciones. El concepto de los umbrales ha sido cuestionado por varias razones (Rosset, 1991, Ramírez y Sanders, 1998), idealmente, el umbral de acción debería ser una ecuación que se pudiera calcular para cada situación, pero todavía los científicos no las han calculado y mientras llegamos a ese punto del conocimiento existen algunos umbrales que se han estimado como valores estáticos. Para el cultivo de la cebolla, existen umbrales de daño calculados para Trips tabaci en Honduras, (Rueda, et al, 2007), para Spodoptera exigua en Nicaragua [INTA 2008] y para el gusano cortador (Agrotis), las vaquitas (Diabrotica). Algunos de estos valores se presentan el Cuadro 1 (INATEC, 2003).
El muestreo El muestreo es la herramienta para hacer una estimación del número de insectos, la incidencia de una enfermedad o la abundancia de malezas en el cultivo. Se debe considerar tres aspectos importantes en el diseño de un muestreo: la herramienta de muestreo, la distribución de los puntos de observación (unidades de muestreo) en el campo y el número de puntos de muestreo a tomar. Una cuarta consideración es la distribución espacial de lo que queremos muestrear, pero esta no puede ser controlada por el muestreador. La herramienta de muestreo dependerá de la plaga que queremos evaluar. En algunos casos, se requiere equipo especializado, como redes de colecta, trampas específicas para ciertos organismos, etc., pero generalmente, la observación directa del organismo o de los síntomas o daños es la manera más rápida y económica de evaluar la presencia de una plaga. Esto requiere el reconocimiento por parte del observador de los diversos problemas fitosanitarios, para lo cual la presente guía será de ayuda. Aquí también hay que decidir claramente que es lo que queremos muestrear, pues podemos medir la incidencia de una plaga, medida en el número de plantas afectadas (ausencia/presencia), o su abundancia, medida en cantidad de individuos o lesiones observadas por planta o punto de observación. El segundo caso produce información
Capítulo 2 • Muestreo de problemas fitosanitarios
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