Las plantas presentan follaje poco vigoroso y síntomas característicos de déficit hídrico o nutricional, debido al mal estado del sistema radical, el cual se encuentra deteriorado por el desarrollo del hongo. Generalmente no invade el bulbo o el follaje, sin embargo debido al poco vigor general los bulbos son de baja calidad para el mercado.
Fig. 14. Síntoma típico de raíces afectadas por Phoma terrestris en cebolla.
Epidemiología El patógeno sobrevive en el suelo, a una profundidad de 45cm, en forma de clamidosporas, picnidios, conidios o en raíces colonizadas o residuos de cultivos susceptibles. Es diseminado por equipo de labranza, agua de escorrentía, almácigo contaminado y residuos de cosecha, pero no se transmite por medio de la semilla (Summer 2008c). De acuerdo al mismo autor, la temperatura óptima para el desarrollo de esta enfermedad es entre 24 y 28°C, Babadoost (1990) menciona que puede desarrollarse entre los 16 a 32°C y que puede permanecer activo en un amplio rango de contenidos de humedad del suelo. Indica, además, que la enfermedad es más severa en suelos pesados, mal drenados y con poca materia orgánica.
Estrategia de combate integrado La mejor táctica de combate de esta enfermedad es el uso de variedades resistentes en combinación con la solarización de suelos y la reducción del estrés nutricional o hídrico. El servicio Fitosanitario del Estado no reporta ningún fungicida registrado contra este hongo y Summer (2008c) indica que las aplicaciones tanto al suelo como a la raíz no son efectivas.
Capítulo 7 • Principales enfermedades causadas por hongos
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