Revista Milenarios Nº7

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Año 1 Nº 7

MILENARIoS Revista gratuita

Milenio 3 la noche de los oyentes - El país de los cátaros - Entrevista a Pablo Villarubia www.revistamilenarios.com


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SUMARIO

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Editorial.

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4. Noticias de actualidad. 6. Pueblos fantasmas.

10. La voz de las sombras 12. Pablo Villarubia. 16. El laberinto de Agua, por Eric Frattini 27. Sorteo “El laberinto de agua” 28. El país de los cátaros. 34. Milenio 3 la noche de los oyentes. 38. El barranco de Badajoz. 40. Normas de colaboración

EDITORIAL

¿Cuantas veces hemos tenido las respuestas a tantas preguntas frente a nuestros ojos y no nos hemos dado cuenta de ella? Buscamos el misterio en el interior de una pirámide, viajamos alrededor del mundo buscando respuestas a nuestras preguntas. Quizás, sea una nueva piedra de Rosse a, o un pergamino sepultado por los años quien guarde la clave a muchas de ellas, pero…. ¿Y cuando tengamos la respuesta? El mayor logro del ser humano no está en hallar la respuesta, pues muchas veces ni siquiera ella con ene la solución, pero sin embargo es en la búsqueda donde se encuentra la llave maestra del conocimiento, una llave que adopta la forma de ilusión, de entender y comprender lo que nos rodea impulsándonos a explorar en lo inexplorable. ¿Qué sería de esa búsqueda sin intrépidos buscadores?, personas que más allá de la pregunta o respuesta, buscan un camino, creando una historia basada en su propia experiencia. Gracias a todas esas personas que no conformes con lo que ya conocen siguen buscando, pues solo ellos saben que en la búsqueda está la solución.


NoticiasdeActualidad Las fuertes lluvias han acabado con algunas de las figuras Nazcas.

Acto de presentación de la novela ‘El laberinto de agua’ Con motivo de la salida al mercado de ‘El Laberinto de Agua’ de Eric Frattini, colaborador del programa ‘Cuarto Milenio’, la editorial Espasa Calpe ha organizado un acto que contará con la presencia de Iker Jiménez y Carmen Porter como presentadores y ‘padrinos’ de la nueva novela de Frattini. Experto en los servicios secretos vaticanos, Frattini se ha inspirado para su segunda novela en uno de los personajes más controvertidos y desconocidos del cristianismo, Judas Iscariote, el apóstol traidor. ¿Qué pasaría si su historia no fue como nos la han contado? Los cimientos de la Iglesia se tambalearían, y eso es lo que quiere impedir a toda costa el malvado cardenal August Lienart, protagonista también de la primera novela de Frattini, ‘El Quinto Mandamiento’ y que ha sido traducida ya a varios idiomas. Lienart, en esta nueva aventura, Secretario de Estado de la Santa Sede, cuenta para ello con ocho religiosos que forman parte de un misterioso grupo llamado el ‘Círculo Octogonus’ y que cada uno de ellos mata de una forma diferente. Esta historia llevará al lector a ciudades como Venecia, Alejandría, Acre, El Cairo, Hong Kong, Aspen o Berna en una carrera contrarreloj para descubrir el misterio que se esconde tras Judas Iscariote.

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Al acto que se celebrará el jueves 5 de febrero, a las 19:00 horas, en la FNAC de la Plaza Callao de Madrid, estáis invitados todos los seguidores de MILENARIOS que quieran conocer personalmente a todos aquellos que hacen posible el programa ‘Cuarto Milenio’, empezando claro está por Iker Jiménez y Carmen Porter y el escritor, Eric Frattini. Aprovechad y acercaros el jueves día 5 de febrero a la FNAC de Callao, para que Eric Frattini os firme la novela. Enlaces de interes: www.ericfrattini.com www.ellaberintodeagua.com

Las fuertes lluvias que ha sufrido la pampa de Jumana y de Nazca han destrozado alguna de las imágenes más populares de la zona; “la mano” (foto abajo) , y “la Garza” , son las más dañadas por el temporal. Por suerte , los daños sufridos son "reparables y reversibles" según cuentan desde el Instituto Nacional de Cultura (INC) de Perú. El arqueólogo Mario Olaeche comenta que las lluvias han producido deslizamientos de barro. "El agua ha dejado depositada una capa de tierra blanquecina arcillosa, que le da otro color a las figuras". aclaraba el ingeniero. Por otro lado Emma Susana Arce responsable del Instituto Nacional de Cultura en Ica, declaró que es "uno de los huaicos más graves" (nombre por el que se conoce en la zona a este tipo de lluvias). Por el momento es pronto para saber los daños exactos y el tiempo que se tardará en su restauración. Esperamos que pronto podamos seguir disfrutando de este patrimonio de la humanidad.


Según se puede leer en “The New York Times” el sacerdote inquisidor Diego de Landa es el responsable de la destrucción del legado cultural de los Maya. Según hemos podido leer en el diario estadounidense “The New York times”, el investigador Charlotte Arnauld del Laboratorio de Arqueología de las Américas en París han descubierto que el 12 de julio de 1562 el sacerdote español Diego de Landa ordenó hacer una hoguera en la cual quemó todos los libros que encontró en su viaje en América. Los únicos ejemplares que pudieron salvarse se conservan en Madrid, París, y Dresden. Según los investigadores, la quema de documentos no fue lo único que hizo Diego de Landa, pues además del daño realizado continuó su barbarie haciendo todo lo posible por que la propia lengua maya se perdiera con el paso de los tiempos. Y casi lo consigue, pues hasta pasado varios siglos no se vuelve a mencionar nada sobre la cultura, siendo las estatuas, y descubrimientos posteriores los que mostraran los textos grabados en sus objetos.

Hallazgo escepcional de un sarcófago con restos de un patricio en Arroyomolinos (Madrid).

El terrible acto del sacerdote inquisidor Diego de Landa tuvo su origen, según parece, en la no aceptación de la cultura cristiana impuesta por el mismo. Los actos llevado a cabo por Diego de Landa serán rechazados por la Inquisición en España por lo que condenan al sacerdote a una pena de varios años de rezo por realizar un tribunal de Inquisición sin la correspondiente orden. Lo curioso del caso es que tras cumplir la penitencia impuesta, Diego de Landa es enviado de nuevo a Yucatán como Obispo de la misma hasta el fin de sus días. Enlace: http://query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9502E0D6173BF930A 35751C0A962948260

Descubre un muelle en los templos de Karnak.

Foto: Reuters

Dentro de un sarcófago con más de mil años de historia y casi mil kilos de peso se ha encontrado el cadáver de un patricio en la zona de Arroyomolinos (Madrid). El enterramiento ha sido datado en el siglo V y está localizado justamente sobre una villa romana, en la cual se encuentra la residencia patricia junto a instalaciones agropecuarias. José Luis Martínez-Almeida, director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, comentó para Europa Press que el hallazgo es único en todo el territorio regional y los restos aparecidos pertenecen a una villa romana de gran amplitud.

Las excavaciones no se alargaran más ya que actualmente se encuentran desarrollando la segunda fase del proyecto, consistente en trasladar los resto hallados al Museo Arqueológico Regional para que pueda realizarse las investigaciones oportunas. Destacar que, en la semana anterior al hallazgo del sarcófago, en la misma zona y por el mismo equipo se desenterraron unos restos infantiles en el interior de otro sarcófago de 100 Kilos de peso, el cual dejaba ver una cruz grabada y datada en la época romana una vez fue cristianizad

Descubren un embarcadero construido por los egipcios para que los visitantes que se trasladaban en las estaciones seca hasta Karnak para adorar a los dioses, pudieran acceder sin problemas al complejo de templos. El arqueólogo Manssur Boraik destaco el hecho de que la mayoría de los lugares de culto egipcios solo disponían de un muelle, y no dos, lo que hace referencia a la importancia del complejo. El muelle trasladaba al visitante a una plataforma de 2,5 por 5 metros, siendo menor que la destinada a la época de lluvia, la cual era usada para descargar bloques de piedras, mercancías, o animales para su posterior sacrificio.

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PUEBLOS

S A M S A FANT

HISTORIA EN ESTADO PURO ¿Qué es un pueblo fantasma? Para muchos puede ser un sitio de terror, un lugar siniestro, pero muy lejos de mitos cinematográficos que señalan a pueblos fantasmas como un hervidero de seres imposibles, monstruos inexplicables, y una completa invasión del mal, hay algo mas importante en un pueblo fantasma de hoy en día, y es que gracias a cada pueblo abandonado que existe, se puede conocer la historia de lo que un país en su día fue, se puede conocer el miedo

y el horror, la desesperanza y la tragedia pero de una forma muy distinta y quizás más escalofriante que cualquier imagen que nos puedan dar sobre un pueblo maldito. Nos sumergiremos en el mundo de los pueblos fantasmas, conoceremos sus historias, y descubriremos lo inquietante que puede llegar a ser ver el lugar donde siempre has vivido, te has criado, has reído y has llorado, se acaba quedando en la más absoluta ruina y abandono.

¿POR QUE UN PUEBLO SE ACABA CONVIRTIENDO EN UN PUEBLO FANTASMA? ¿Nunca os habéis preguntado como un pueblo que parece prospero, por circunstancias del destino se acaba volviendo una pesadilla de tal manera que sus habitantes acaban viéndose obligados a huir de lo que una vez fue su hogar? Hay muchos motivos por los que un pueblo puede llegar a quedar completamente abandonado, desastres naturales, accidentes, poca prosperidad del pueblo, o simplemente quedar en la ruina y no poder salir hacia adelante. Algunos de los pueblos fantasma de la geografía a española, son ocasionados por sucesos tales como la Guerra Civil, como es el caso del conocido Belchite, hecho ruinas a raíz de un bombardeo, una clara muestra de parte de la historia de España reside entre sus muros, o lugares como la misteriosa Ochate, punto de reunión de amantes de lo paranormal por los fenómenos que allí se dan lugar.

Flickr : kurtxio

Ochate o Belchite son algunos ejemplos españoles Pero sobre todo, los recursos, esto es lo que puede llevar y de hecho llevo a la gran mayoría de pueblos a su ruina. Si nos trasladamos a geografía americana descubriremos que la mayor parte de los numerosos pueblos que podemos encontrar en cada uno de los estados de este país, son pueblos que su actividad principal consiste en la minería, por lo que son pueblos construidos cerca de yacimientos para su explotación. Cuando este yacimiento ya no es fructífero y sus recursos empiezan a escasear obligan a todos aquellos que allí habitan a peregrinar allí a donde puedan ganarse la vida para seguir viviendo. Casos de 6 Milenarios


Torreón de ochate : Mas información en www.ochate.com , o en el número 1 de la Revista Milenarios.

pueblos como Maxton o Senator en el estado de Arizona dedicados a la minería de oro, la cual fue descubierta en 1860 y dio prosperidad al pueblo, hasta que el preciado mineral se agotó y Senator y Maxton quedaron en el olvido, o pueblos como Edwin en Kansas que más tarde en 1881 paso a llamarse Litchfield, dedicado a la minería, del que cada mes se llenaban quinientos coches de carbón en su momento más prospero. El pueblo disponía de correos, escuela pública, farmacia, dos herrerías y una tienda de carros. Sin embargo actualmente no hay señales en el lugar de que alguna vez existiera un pueblo allí, salvo los signos de que una vez hubo allí una mina de carbón. También existen pueblos como White Sulphur Springs en el estado de Virginia del Oeste, que también sufrió una importante guerra civil, durante la cual todo el pueblo fue arrasado a excepción de un hotel. El pueblo recibe su nombre de un lago de agua con alto contenido en azufre del cual en aquellos tiempos la creía que tenía poderes curativos. Hoy en día solo queda el hotel, el lago de azufre y los casquillos que muestran que una gran guerra cayó por aquellos terrenos, y un reducido número de habitantes que no tienen el sentido de marcharse. En Virginia del oeste existen 3 pueblos más de características similares a este último, White Sulphur, Green Sulphur and Red Sulphur Springs. Pero también queda un lugar importante para la tragedia. Los accidentes también han sido un factor importante en la historia de un pueblo para verse totalmente abandonado. Uno de los casos más conocidos en torno a tragedias en un pueblo, es el de Centralia un pueblo que se encuentra en el condado de Columbia en Pennsylvania (EEUU). Centralia fue fundado en 1860, tiempo en el que entonces era conocido como Bull’s Head, nombrando una taberna en el distrito principal, la cual fue fundada por Jonathan Faust, abierta como Bull Head’s Tavern en lo que entonces era la población de Roaring Creek. Alexander W. Rea minero e ingeniero se mudo al sitio trayendo con él el desarrollo

Uno de los casos más conocidos en torno a tragedias en un pueblo, es el de Centralia un pueblo que se encuentra en el condado de Columbia en Pennsylvania (EEUU). para el pueblo. Entonces el pueblo empezó a llamarse Centreville hasta el año 1865 a partir del cual se empezó a llamar Centralia y se estableció su oficina de correos. La industria minera de antracita facilito un gran número de puestos de trabajo, convirtiéndose la minería en la actividad principal del pueblo, y convirtiendo a Centralia en un distrito en el año 1866. Aun incluso cuando la mayoría de las empresas mineras estaban arruinadas en el año 1960, la actividad minera continúo hasta el año 1982. El distrito también fue un foco de actividad para Molly Maguire en durante las décadas de 1860 y 1870. Una orden secreta causo la muerte del fundador del distrito Alexander W. Rea el 17 de Octubre de 1868. Tres personas fueron acusadas el crimen y desterradas al condado de Bloomsburg en Pensilvania, aunque los asesinatos y los incendios provocados se continuaron sucediendo durante todo este periodo. El distrito llego a contar en total con siete iglesias, cinco hoteles, veintisiete salones, dos teatros, la oficina de correos, un banco y catorce tiendas de comestibles.

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Los censos de la última época de Centralia indican que el pueblo tenía una población de unos 1100 habitantes, de los cuales la gran mayoría eran mineros. Su población se había reducido a la mitad de cuando la mina estaba en su momento cumbre. En 1962 la basura se incendio cerca de una de las minas abandonada en las afueras del poblado. El fuego se extendió a las minas subterráneas que había por todo Centralia. Todos los intentos que hubo por apagar el fuego fueron inútiles. Mucha gente que vivía cerca del fuego comenzó a notar en sus casas emisiones del humo del carbón y del monóxido de carbono que este mismo desprendía.

En 1962 la basura se incendió cerca de una de las minas abandonada en las afueras del poblado. El fuego se extendió a las minas subterráneas que había por todo Centralia. Pero en Centralia no acabaron los incidentes aquí, ya que en 1982 un niño de 12 años llamado Todd Dombrosky, se encontraba jugando en un patio cuando el suelo sobre el que pisaba se hundió en sus pies y cayó por un agujero de una profundidad aproximada de 150 pies, unos 45 metros de caída. En 1983 el Gobierno ofreció dinero a las familias que aun permanecían en Centralia para que se mudasen de allí, y muchos aceptaron y optaron por irse mudándose a comunidades cercanas como Ashland o Mount Camel. Aun así muchos de los residentes rechazaron el dinero que el gobierno les ofrecía por abandonar sus casas, porque ellos mismos aseguraban que el gobierno actuaba con “segundas intenciones” para echarles del pueblo y de sus casas. Entre las cuales alegaban que querían tomar los derechos de los 3700 acres de la mina de carbón que aun quedaban en el pueblo. Todas las actuaciones que el gobierno realizo en la zona para intentar controlar el fuego fueron mínimas y nunca lo suficiente como para realmente poder llegar a controlarlo. Todos esos pequeños intentos solo resultaron ser una pérdida de tiempo y los gastos cada vez eran mayores para intentar controlar un fuego que ya se extendía por todas las industrias y minas de carbón que había en la ciudad. Aun así en 1982 el gobierno invirtió 42 millones de dólares en la compra de propiedades en Centralia con la finalidad de reubicar a la gente que allí quedaba en un lugar seguro a salvo del fuego. Hoy en día todavía viven personas allí que se niegan a marcharse a pesar de no ser propietarios de las casas en las que aun viven. Actualmente no existen planes para extinguir el fuego, la vegetación murió, el suelo permanece a una temperatura muy elevada y hay una constante emisión de gases tóxicos al aire así como riesgo de que el suelo colapse y acabe hundiéndose. Centralia dispone de un servicio de voluntariado compuesto por bomberos y ambulancia.

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Centralia se encuentra en las coordenadas 40º 11’ 12’’ Norte, 76º 20’ 30’’ Oeste (40.803291, -76.341741). 1

Según datos de la oficina del censo de los Estados Unidos, Centralia tiene una extensión de 0,6 kilómetros cuadrados y no hay ninguna zona de alrededor que posea agua.

CONCLUSIÓN Son tantos los pueblos fantasmas que existen a lo largo y ancho de todo el planeta, que estoy seguro de que si quisiéramos hablar de todos necesitaríamos escribir un extenso artículo de cada uno de ellos. Pueblos y lugares con historia y gente únicas, y un sinfín de lugares por descubrir que todavía quedan en este mundo. Espero que estas palabras del que escribe os hayan resultado agradables y la información aquí presentada de gran utilidad. Allá donde veáis unos muros, estaréis viendo algo más que ladrillos y construcciones semiderruidas, os encontrareis entre las paredes de lo que un día fue un lugar prospero y habitado. En resumen, historia en estado puro. Mis últimas palabras de agradecimiento son para aquellos compañeros que han colaborado conmigo siendo mis fuentes, con sus fotografías, experiencias y sensaciones en este mundo de los pueblos fantasma. Agradecimientos / Special thanks to: Ralph Hassel – Historia y Actualidad sobre Centralia http://centralia.offroaders.com

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Mary Kenney – Fotografías (pag8) www.ghostowns.com – Historia, Información y Rutas entre pueblos fantasma de EEUU.

Antonio Gómez Flores

1. Localización general de Centralia 2. Estado actual 2008 3. Representación de Centralia en 1867

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En las madrugadas del año 2005 muchos milenarios descubríamos por primera vez, en la inconfundible voz de Iker, algunos de los más terribles crímenes que habían tenido lugar en nuestro país. Sus protagonistas eran bandoleros, salteadores de caminos, asesinos en serie, o lo que es peor, gente aparentemente normal. Como homenaje a aquella recordada sección de “Milenio3” y al programa de radio original dirigido por Juan Ignacio Blanco que le dio título, recordemos aquí algunas de aquellas historias que jamás debieron suceder. ¿Cómo podríamos olvidar, por ejemplo, los sucesos que tuvieron lugar en Córdoba en 1890? Una calurosa tarde de verano, a la hora de la siesta, el teniente Antonio Paredes y sus hombres descubrían a la entrada de un viejo cortijo de la capital andaluza los cadáveres destrozados de dos hombres. Antonia Córdoba, la dueña de la casa, a la que encontraron malherida pero aún con un hilo de vida, sólo acertó a acusar de aquel crimen antes de morir a alguien llamado “Cintas Verdes”. En el piso de arriba hallaron a dos de las hijas de Antonia, de 3 y 6 años, degolladas y con los brazos en cruz. ¿Quién podría ser el responsable de aquel horror nunca antes visto? De repente, del fondo de una tinaja surgió una voz. Era la tercera hija de Antonia. Temblando, pero sana y salva, sólo dijo: “Cinta Verde malo...”. Cuentan que el teniente Paredes, guiado por alguna clase de intuición, hizo detener la corrida de toros que aquella tarde se estaba celebrando en la ciudad. Allí, un picador dijo conocer a un tal José Cintabelde, un policía con fama de trastornado. Lo encontraron en la misma plaza, y al cabo de poco tiempo confesó. Necesitaba dinero para ir a los toros. Preguntado por el sadismo demostrado al matar a las niñas, se justificó diciendo “Las niñas tienen lengua, como los mayores”. La misma saña demostró el 22 de junio de 1902 Cecilia Aznar, una joven de 22 años que servía en el nº 45 de la calle Fuencarral, en Madrid. Una noche, guiada por quién sabe qué fuerza, acabó con la vida de Manuel Pastor, el señor de la casa. Armada con una plancha, golpeó en 10 ocasiones el cráneo de aquel hombre que, según cuentan, tenía miedo a quedarse dormido, pues soñaba a menudo con su propia muerte. Cecilia, aquella muchacha fuerte, alta, con pómulos salientes y aspecto varonil, fue detenida 10 Milenarios

algunos días después en un destartalado vagón de un tren de tercera. Conmutaron su condena a garrote vil por la cadena perpetua, pero fue puesta en libertad en 1937, en plena guerra civil. Unos años más tarde, otro nombre extendió el miedo entre los corazones de las gentes de la Sierra de Alcaraz, en Albacete. Hablamos de “El Pernales”, apodo tras el que se escondía Francisco Ríos González, un joven de estatura inversamente proporcional a su crueldad cuya vida cambió al ver morir a su padre a manos de un guardia civil en mitad del campo. Aquello fue la chispa que encendió el fuego de la leyenda. Su mente, cubierta desde entonces y para siempre de tinieblas, empezó a elaborar planes de venganza indiscriminada hacia una sociedad en la que no había sitio para él. Cuentan que cuando su hija de 2 años lloraba, “el Pernales” la levantaba en el aire por los pies, calentaba un duro de plata al rojo vivo y marcaba con él la espalda de la niña. Nadie sabe a ciencia cierta a cuántas personas degolló con su oxidada hoz en los 28 años que duró su vida, pero hay quien apunta que fueron decenas. Francisco Ríos fue abatido por la Guardia Civil en Villaverde de Guadalimar en 1907 junto a otro bandido, Antonio Jiménez, “el niño del Arahal”. Sin embargo, cuentan que el espectro de su figura, embozada en una vieja manta y a lomos de su caballo, sigue cabalgando por aquellos campos que, regados con la sangre de sus víctimas, son aún hoy testigos mudos del horror. ¿Cómo puede alguien llegar a cometer semejantes atrocidades? Podría pensarse que aquella era la España de otro tiempo, donde los crímenes estaban a la orden del día. Sin embargo, ejemplos más actuales nos hacen llegar a la


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1. Cadáveres de El Pernales y El Niño del Arahal. 2. Portada ; El Caso. 3. Enriqueta Martí. 4. Francisco Ríos, El Pernales.

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conclusión de que el origen del mal no está en la época, sino en la mente de estas personas. De otro modo no podrían entenderse sucesos como el ocurrido el 22 de mayo de 1975 a 4 km. de León. Aquel día un agricultor descubrió en la cuneta de una carretera las piernas de un hombre serrado a la altura de la cintura, todavía con los pantalones, el cinturón, los calcetines y los zapatos puestos. A la altura de las rodillas tenía sendos hachazos. 5 días después apareció en la otra punta de la ciudad la parte superior del cuerpo. El cráneo, momificado, tenía 7 profundos hachazos. Se supo que la víctima era Carlos Fernández, de 28 años, y las pistas llevaron a detener a Covadonga Sobrino Álvarez, propietaria de un viejo bar. Confesó que tras una discusión, y con las fuerzas que sólo puede proporcionar el odio, había atacado a la víctima con un hacha, lo había metido en un barreño y, todavía con vida, lo había serrado con el cuchillo que usaba para cortar jamón. Así, Covadonga Sobrino pasó a la historia del crimen como “la descuartizadora de León”. Se dice que incluso llegó a atender a otros clientes en el bar mientras se limpiaba sus manos ensangrentadas... Los archivos del crimen tienen asimismo un lugar destacado para Francisco García Escalero, el “mendigo asesino”. Con sus ojos inyectados en sangre acabó con la vida de casi medio centenar de personas en el Cementerio de La Almudena guiado por misteriosas voces y esquivas sombras que condicionaban su conducta. Convertido en un espectro viviente, bajo el efecto del alcohol y de potentes fármacos hipnóticos, el mendigo no dudaba en mutilar salvajemente a sus víctimas (en su mayoría mendigos y prostitutas). Llegó a confesar que en ocasiones, sacaba el corazón de sus víctimas y lo mordía. Incluso profanaba las tumbas y bailaba con los cadáveres bajo la luz de la luna. Con nada menos

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que 14 asesinatos a sus espaldas, Escalero se encuentra recluido actualmente en el psiquiátrico penitenciario de Foncalent (Alicante). Hay muchos más nombres propios en esta crónica negra: José Cerbeto, Rosa Gonzálves, Juan Díaz de Garayo, Enriqueta Martí Ripollés, Santiago San José, José María Jarabo, Pilar Prades Santamaría... Hombres y mujeres que a lo largo de los años ocuparon la portada del mítico diario de sucesos “El Caso”, conformando una galería del horror de la que la moderna psiquiatría forense podría beber durante años. Crímenes que, lejos de ser sucesos aislados y lejanos en el tiempo, continúan produciéndose en nuestros días haciendo que cuestionemos nuestra propia fe en el ser humano. El 5 de marzo de 2006, el psiquiatra forense José Antonio García Andrade decía en una entrevista para un suplemento dominical: “El ser humano sigue matando para conseguir el poder, ya sea familiar, laboral, económico o del tipo que sea. La patología de poder y la patología sexual continúan moviendo al crimen desde que el mundo es mundo, pero ahora vivimos en una sociedad con muchas frustraciones y la frustración siempre genera violencia”. En efecto, no hay más que echar un vistazo a cualquier periódico para descubrir tantos y tantos otros sucesos que podrían dar origen a nuevos capítulos de aquella pequeña sección ocasional que tantas noches nos desveló y que tenía como sintonía una pieza compuesta por Javier Rodríguez en pleno trance febril. Se llamaba “La Voz de las Sombras”.

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“Existe una conexión mental colectiva con algo verdaderamente insólito” Detrás de Pablo Villarrubia hay mucho más que un periodista con 20 años de experiencia a sus espaldas. Este brasileño no sólo guarda en su mochila vital los cientos de casos que ha investigado en América y en España, sino el secreto para ser uno de los investigadores del misterio más apreciados por sus compañeros. Desde Milenarios hemos querido conocerle un poco más. Aquí está el resultado...

MILENARIOS: ¿Quién es Pablo Villarrubia Mauso? PABLO VILLARRUBIA: Una persona inquieta, movida por la curiosidad. Desde pequeño he sido “preguntón”, siempre quise indagar sobre todo lo que me parecía interesante y, especialmente, misterioso. M: Brasileño de padres españoles... Es una buena mezcla. PV: Sí, creo que el hecho de criarse entre dos o más culturas es muy enriquecedor. Estoy muy contento de haber nacido y crecido en Brasil y también de poder vivir en España desde 1992. Eso sí, necesito ir cada año a mi país y a América para ponerme al día y contactar con mi gente. De hecho, eso me ha permitido investigar algunos casos muy importantes de la ufología y parapsicología Sudamericana, al igual que documentarme sobre las antiguas civilizaciones. M: ¿Podrías contarnos algo sobre tu etapa como pinchadiscos? PV: Fue muy breve. Entre los 19 y 21 años me presenté, junto con un amigo, como DJ en algunos locales de Sao Paulo. De hecho soy un melómano y me gusta todo tipo de música, desde el canto gregoriano (que uso para trabajar) hasta el soul-funk y el rock sinfónico, que aprecio mucho. 12 Milenarios

M: Alguna vez has comentado que el culpable de tu "aterrizaje" en España fue el recordado Fernando Jiménez del Oso. ¿Cómo fue aquello? PV: Yo trabajaba en un semanario de Sao Paulo, el “City News-Jornal da Cidade” cuando, a finales de 1989 recibí una llamada de la editorial Mercuryo, de su jefa de prensa, mi amiga Carmen Barreto. Me contó que dos investigadores españoles habían llegado para rodar un documental. Uno era un escritor, llamado J.J. Benítez y el otro el director de una revista y presentador de programas de misterios llamado Fernando Jiménez del Oso. Me presenté en la sede de la editorial y los entrevisté. Estaban rodando la mítica serie “En Busca del Misterio” y les acompañé al reportaje sobre Gasparetto. Don Fernando me comentó si quería ser corresponsal de la revista “Más Allá”, que él entonces dirigía. Aquello me hizo mucha ilusión. Una vez en España, empecé a colaborar con su revista “Espacio y Tiempo” y luego con “Enigmas del Hombre y del Universo”.

“Tengo poco de Indiana Jones”

Pablo Villarubia en Cuarto Milenio. © Cuatro

Pablo Villarubia


M: Hablando de eso, muchos de los actuales miembros de "Milenio" trabajasteis juntos en la primera etapa de la revista "Enigmas". ¿Fue allí donde empezó a forjarse la unión entre los "hermanos cósmicos"? PV: Es cierto. La primera etapa de “Enigmas” fue muy intensa, de carácter muy reporteril, impulsado desde dentro por el mismo Fernando y por Iker Jiménez y Lorenzo Fernández Bueno. Muchos nos conocimos en los pasillos de la editorial y en la salita apretada donde estaba antes la revista “Enigmas”. M: Tus compañeros suelen definirte como "el Indiana Jones del misterio". ¿Crees que esa actitud aventurera es esencial a la hora de tratar estos temas? PV: Se lo agradezco, por que es un cumplido, pero tengo poco de “Indiana Jones” tal como se muestra en el cine. Suelo preparar mucho un viaje antes de partir, aunque también suelo improvisar mucho sobre la marcha. Me gusta la “aventura” de vivir en sí misma, y el viaje es para mí un balón de oxígeno, una forma de expandir universos interiores. El riesgo es inherente a cualquier viaje, pero el mayor atrevimiento surge al buscar el misterio en estado puro. M: Da la impresión de que eres uno de los investigadores más admirados y queridos del panorama nacional, tanto por parte del público como -lo que es más difícil- por parte del resto de divulgadores de estos temas. ¿Es quizá la recompensa a una actitud positiva ante la vida? PV: Hay varios otros investigadores muy admirados y queridos. Pero estoy orgulloso de los amigos y colegas que tengo, personas que me llenan de alegría a los que también intento retribuir. Sí, es cierto, todos tenemos que intentar presentar una actitud positiva.

M: Hace ya algunos meses que la voz de Juan Antonio Cebrián se apagó para siempre. ¿Qué recuerdas de él? PV: Lo primero que me viene a la mente al recordar a este verdadero fenómeno de la comunicación es su cariño hacia los demás. Siempre me abrazaba con verdadero afecto y eso era muy gratificante. Por lo demás, no sé cuando surgirá nuevamente un humanista y enciclopedista de la comunicación de la talla de Cebrián… M: Nos gustaría saber, si es posible, cómo funciona Cuarto Milenio. Quién decide los temas a tratar, cuánto tiempo tenéis para realizar vuestros reportajes... PV: Realizamos reuniones semanales para debatir en conjunto los temas. Cada uno busca temas y los expone. También les llegan a Iker y a Carmen muchos e-mails y cartas y nos repasan temas para averiguar un posible interés. Contactamos con los entrevistados por teléfono y viajamos entre tres y siete días para realizar los reportajes y luego, al volver, minutamos las cintas y preparamos los guiones. Todo un trabajo de equipo, que exige mucha responsabilidad y atención. Los realizadores y el equipo de producción realizan un trabajo muy intenso en postproducción. M: En tus investigaciones, ¿Te encuentras con la colaboración de la gente o aún hay reticencias en determinados temas? PV: Sí que hay personas reticentes, pero al contrario de lo que podría parecer, son las menos. “Milenio3” y “Cuarto Milenio” se han ganado a pulso respeto y credibilidad entre los telespectadores y hoy por hoy, científicos, filósofos, investigadores del misterio y todo tipo de personas son entrevistados por nosotros, en los reportajes o en el plató.

Foto: www.esencia21.com

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M: ¿Hay diferencias entre América y Europa en cuanto al enfoque del periodismo del misterio? PV: Sí. Pero eso depende de las condiciones económicas y culturales de cada país. En México, por ejemplo, el tema OVNI es muy valorado por la opinión pública, es decir, hay gran interés. En España el interés por los temas relacionados con misterios religiosos se mantienen siempre en auge. En Brasil, el espiritismo y fenómenos paranormales están al orden del día. En Perú y Guatemala, el chamanismo es muy apreciado, pues estamos hablando de sociedades indígenas milenarias. La esencia cultural se refleja en el periodismo de misterio, aunque el factor económico es decisivo para crear una “industria de la información” que rellene este tipo de “nicho informativo”. España es, hoy por hoy, un país capaz de generar estos nichos a partir de las revistas especializadas y los programas de radio y de TV, especialmente “Cuarto Milenio”.

M: Los milenarios sabemos que uno de tus temas favoritos son las apariciones marianas. Recientemente incluso has prologado la edición española de un clásico portugués sobre Fátima. ¿Por qué ese interés? PV: Desde que leí, a principios de los ochenta, el libro “Intervençoes Extraterrestres em Fátima” de los portugueses Joaquim Fernández y Fina D’Armada, sentí que las apariciones marianas encerraban algunos de los misterios más inquietantes de la humanidad. Al final hice muy buena amistad con los dos investigadores lusos y sigo en contacto con ellos para acompañar sus investigaciones. A partir de ahí me lancé a investigar estos sitios marianos, como el de Gibraleón en 1993 y muchos otros. Creo que existe una conexión mental colectiva con algo verdaderamente insólito que es capaz de dejar huellas físicas y psíquicas. M: ¿Cómo crees que afecta a una persona el hecho de protagonizar este tipo de experiencias? PV: En algunos casos, mucho, hasta el punto de cambiar radicalmente su vida, tal y como sucedió con sor Lucía dos Santos de Fátima, o con una de las niñas de las apariciones de la Virgen de las Montañas, en Pernambuco (Brasil) en los años 30 del siglo pasado.

“El fenómeno OVNI se retroalimenta de nuestros pensamientos”

M: Después de estudiar el fenómeno OVNI durante años, ¿tienes alguna certeza personal sobre el asunto? PV: Sí, que el fenómeno en sí mismo se retroalimenta de nuestros pensamientos cuando estamos en sintonía con él. Para mí, la cuestión OVNI sigue siendo de origen desconocido. Lo cierto es que engloba factores físicos y psíquicos. El fenómeno tiene inteligencia propia y se amolda según las condiciones culturales de los observadores. M: En el reino de los misterios el rey es... PV: El fenómeno OVNI, porque como ya he dicho, involucra varios otros elementos que consideramos “enigmáticos”: desde manifestaciones paranormales hasta la ruptura total con las actuales leyes de la física que conocemos. M: ¿Alguna vez has visto con tus propios ojos algo para lo que aún hoy no tengas explicación? PV: Sí, la “luz mala” en el norte de Argentina, en Jujuy, tal y como comenté en una ocasión en el plató de Cuarto Milenio, en el programa sobre la “Luz de Mafasca”. También los prodigiosos poderes de una paragnosta de Paraíba, la “Uri Geller” brasileña, que me dobló un tenedor que yo sujetaba a distancia, con una simple mirada… M: ¿Y algún caso que te haya puesto los pelos de punta?

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Foto: David Heylen

PV: Los casos de las muertes provocadas supuestamente por OVNIs en el estado de Piauí y Pará (Brasil) a finales de los 70 y principios de los 80. Los militares de la aeronáutica de entonces crearon la “Operación Plato” para investigar apariciones de “no identificados” que disparaban rayos de luz contra los nativos, hiriéndolos o matándolos. Tuve la oportunidad de incursionar por la selva y pude localizar a varios testigos de estas luces, a parientes de las víctimas mortales y a las mismas víctimas. Uno de los supervivientes quedó con el cuerpo semiparalizado y su testimonio me conmocionó…


“Iker, Carmen y yo tenemos mucha complicidad” M: En 2008 se cumplen 20 años desde que empezaste a ejercer de "periodista de lo insólito". Echando la vista atrás y viendo el camino recorrido, ¿Ha merecido la pena el viaje? PV: Ha merecido y sigue mereciendo la pena. A los que vivimos día a día el misterio, éste se nos antoja como un poderoso aliciente que, al contrario de lo que podrían pensar los escépticos, nos ilusionan a cada nuevo viaje, a cada nueva investigación por España, Portugal, Francia o donde sea. M: ¿Eres supersticioso?

"Un Viaje Mágico por los misterios de América" (Editorial Edaf, 2000).

PV: No. Puedo entrar en una “casa encantada” o ir a un lugar “maldito” sin temer algo negativo, pues voy siempre con mentalidad positiva. Foto: www.esencia21.com

M: ¿Cómo valoras lo vivido hasta ahora en "Milenio"? ¿Es Iker un buen jefe? PV: Iker y Carmen me han ofrecido una oportunidad única y muy deseada para cualquier periodista del misterio. Les estoy inmensamente agradecidos y puedo echar mano- en televisión, y en los guiones- del bagaje acumulado en los casi cuatro lustros anteriores de investigaciones para la prensa. Además, en “Cuarto Milenio” tengo la oportunidad de profundizar en temas españoles. Con todo esto, mi amistad con Iker y Carmen se ha visto reforzada. Siento que tenemos mucha complicidad y gustos muy parecidos en relación al misterio. M: Es un tópico, pero a la hora de tratar el misterio, ¿Radio, televisión o prensa? PV: Me siento a gusto en los tres medios si estoy con un buen entrevistador, una persona y ambiente periodístico serio. Me encanta escribir, pues es lo que siempre hice y me siento muy a gusto en la radio. Secretamente, en mi rincón, me encanta escribir mis libros, como el último, sobre enigmas históricos, “El fantástico reino del Preste Juan de las Indias: el secreto de las tres cartas” que trata de un soberano mítico que enlaza con la leyenda del “Rey del Mundo”, con la del Grial, de las tierras habitadas por monstruos, etc. Ahora he terminado de escribir otro para la colección Milenio (Aguilar) sobre dos casos ufológicos espectaculares… será una sorpresa para muchos. M: Suponemos que hay "Milenio" para rato. ¿Te sientes con ilusión y con ganas de seguir? PV: Los que llevamos el misterio “en la sangre” jamás nos desanimaremos. Ojalá tengamos para rato, pues creo que hay un gran número de seguidores que son el alma del programa, son los que nos permiten seguir ilusionándonos. Estoy seguro que si no los defraudamos, si seguimos dando lo mejor de nosotros en equipo, como se ha hecho hasta este momento, podremos llevar adelante este magnífico proyecto que, en su versión televisiva, ya dura más de dos años, algo insólito hoy en día.

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¿Qué pasaría si el origen del cristianismo no hubiese sido como nos lo han contado? POR ERIC FRATTINI

Alejandría, año 68 de nuestra era En una aislada y humilde choza del barrio oriental de Alejandría, iluminada tan sólo por unas pequeñas lámparas de aceite, un anciano permanecía inmóvil en su lecho de muerte. Junto a él se encontraba Eliezer, su fiel discípulo, antaño un rico comerciante de telas de Judea que había abandonado su negocio para seguir a su maestro. Los protagonistas de la tragedia vivida treinta y cinco años atrás ya no existían. Habían transcurrido poco más de tres décadas desde que Jesucristo fuera crucificado en el Gólgota; veinticuatro años desde que el prefecto del Imperio, Poncio Pilato, fuera desterrado a la Galia por el emperador Calígula y se suicidara; veinte desde que Caifás, presidente del Gran Sanedrín, falleciese en extrañas circunstancias.

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Once de los doce discípulos que acompañaron al maestro en aquella Última Cena en el barrio de Sión habían corrido la misma suerte. Pedro había sido crucificado boca abajo justo un año antes en Roma por orden de Nerón; Bartolomé se dirigió a Turquía, donde unos bandidos lo despellejaron vivo; Tomás enfermó y falleció en un suburbio de la India; Mateo, después de disfrutar de una larga vida y de difundir el mensaje de su maestro en Etiopía, Persia y Macedonia, murió plácidamente; Santiago fue martirizado por orden del sumo sacerdote Ananías y arrojado vivo desde un acantilado; Andrés, hermano de Pedro, fue crucificado en la ciudad griega de Patras; Santiago el Mayor sería degollado por orden de Herodes Agripa; Juan, hermano de Santiago, quemado en aceite hirviendo por orden de Domiciano; Felipe, crucificado por orden del procónsul de Roma en la ciudad de Hierápolis; Judas Tadeo fallecería en el norte de Persia, y Simón el Zelote moriría martir, en la costa del mar Negro.


En la memoria del anciano aún permanecía vivo el recuerdo de su maestro y la conversación que ambos habían mantenido antes de que comenzara la cena de Pascua. Se acordaba perfectamente de cómo, tras la detención de su maestro, Simón el Cananeo, antiguo miembro de los zelotes, había intentado matarle por orden de Pedro. Estaba seguro de que Pedro había obrado de tal modo con el fin de que desapareciera cualquiera que pudiera poner en duda su liderazgo tras la muerte del maestro. Pedro convenció al resto de los discípulos de que había sido el anciano que ahora yacía en aquel pobre camastro quien había entregado al Hombre a los sacerdotes del templo. Entre la lucidez y el delirio causado por la fiebre, el moribundo intentaba recordar el momento en que Simón el Zelote había declarado haber visto a Pedro hablar cerca del templo con Jonatán, el jefe de la guardia, justo antes de la cena de Pascua. Pero después del apresamiento de su maestro en Getsemaní los acontecimientos se precipitaron tan rápidamente que nadie volvió a preguntarle a Simón por aquel extraño encuentro entre el jefe de la guardia del Templo y Pedro. Para el anciano, el único superviviente de los trece comensales que habían asistido a aquella cena, esa conversación se había convertido en una de las incógnitas que le acompañarían hasta el momento mismo de su muerte en aquel oscuro y solitario rincón del norte de Egipto. Eliezer rompió el silencio de sus recuerdos. Intentó incorporarle en el camastro para darle un poco de agua en un recipiente de barro, pero se ahogaba. —Fiel Eliezer, tú debes ser el heredero de mi palabra —sentenció. —Está bien, maestro, pero intente beber un poco de agua —replicó resignado el discípulo. El anciano consiguió apartar bruscamente el recipiente de sus labios y se dirigió a su discípulo: —Eliezer, coge pliegos de papiro y escribe lo que voy a relatarte. Si muero sin revelarte las palabras que me dijo mi maestro antes de ser apresado y condenado, jamás los herederos de su palabra podrán conocer la verdad. Si fallezco, esos hechos morirán conmigo —dijo con cierto aire de misterio.

—Está bien, maestro, pero debería descansar un poco —pidió. —De ninguna manera —protestó el anciano—. Dentro de poco tiempo ya no estaré entre los vivos y he de dar a conocer sus palabras antes de mi muerte para que sus seguidores sepan de la misión que me asignó. Necesito que copies mis palabras fielmente, tal y como te las dicto, tal y como Él me las transmitió. Eliezer salió de la choza y regresó al poco rato con pliegos de papiro, pequeños frascos de tintas y varios cálamos. Colocó una mesa baja de madera justo al lado del lecho de su maestro, se sentó en el suelo y comenzó a escribir las palabras del anciano. —Mi nombre es Yehudah. Nací en el pueblo de Is-qeriyyot, en la región de Ghor. Fui apóstol de Nuestro Señor, y le seguí por los campos de Judea y Galilea. —La persistente tos seca del anciano le obligaba a detenerse de vez en cuando en el relato, y su respiración se hacía dificultosa. Eliezer reflejaba hábilmente los símbolos arameos sobre el papiro. Tras dar un sorbo de agua, el anciano continuó con su relato. Al atardecer, el barrio de Sión, con sus pequeñas tiendas, patios interiores, azoteas y oscuros callejones, se convertía en un auténtico laberinto de trampas por el que ni siquiera los soldados romanos se atrevían a cruzar a ciertas horas. Los zelotes, que se oponían a la ocupación, habían estrechado tanto algunas calles que los romanos se veían obligados a patrullar por ellas sin armaduras. Simón entró en una de las casas. Pedro le había pedido que se ocupara de los preparativos de una cena para trece comensales que se celebraría esa misma noche mientras él se hacía cargo de cierta misión. Accedió a la casa por un estrecho patio cuyo recorrido se podía controlar desde una pequeña mirilla colocada en la puerta. Simón había comprado el cordero que se serviría en la cena. Cuando comprobó que el animal no tenía ningún hueso roto, algo imprescindible en Pascua, lo metió en el horno. Juan, otro de los comensales, se había ocupado de preparar la estancia para la cena. Colocó una gran mesa y dispuso en ella trece platos y trece copas, además de un candelabro con velas que se encenderían cuando diese comienzo el seder, la comida más importante de la liturgia judía.

Milenarios 17 Detalle de la plaza del vaticano


Caballero de venecia

Poco a poco, los invitados llegaron a la casa. Se iban acercando al pozo situado en mitad del patio, extraían agua y procedían a lavarse. Mientras el cordero se asaba, Juan y Simón vigilaban la entrada del patio. Cada vez que sonaba un golpe en la puerta, Simón abría la mirilla, observaba quién se encontraba al otro lado, abría los gruesos cerrojos y permitía la entrada al recién llegado. Los invitados se conocían y se abrazaban con satisfacción al verse. Poco a poco, fueron llegando todos, pero faltaban tres: Jesécristo, Judas Iscariote y Pedro. Mateo, que había trabajado como recaudador de impuestos para los romanos y se había convertido en el octavo discípulo, comenzó a sentir cierta inquietud por la ausencia de Pedro. —¿Qué puede haberle ocurrido a Pedro para no estar entre nosotros? —preguntó. —Yo lo he visto en las cercanías del templo cuando llevé a sacrificar al cordero. No creo que le haya sucedido nada — respondió Simón. Al resto de los discípulos les llamó la atención que Pedro, a quien habían elegido como su líder, se encontrase cerca del templo. Simón incluso fue más allá al explicar a los presentes que había visto al apóstol hablando con Jonatán, el jefe de la guardia, pero que en ese momento no le había dado mayor importancia al asunto. En el mismo instante en que Simón respondía a la pregunta de Mateo, Caifás, el sumo sacerdote, estaba ofreciendo a uno de los discípulos treinta monedas de plata por traicionar al que llamaban Jesús. El discípulo propuso entregar al maestro a los guardias del templo en la misma casa de Sión donde se celebraría la cena, pero Jonatán no estaba dispuesto a arriesgarse a sufrir una emboscada en las estrechas calles de aquel laberinto.

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Trono de pedro

Como segunda opción, el traidor brindó al oficial la posibilidad de entregar a su maestro en el lugar al que, tras finalizar la cena de Pascua, irían a orar: Gath Shemane, la prensa de olivas, o Getsemaní. El oficial lo aceptó, dado que si detenía al hombre en campo abierto, evitaba una emboscada. —¿Cómo reconoceremos a tu maestro? —preguntó Caifás al traidor. —Yo os lo indicaré —dijo. —Muy bien. Será esta misma noche —aseguró el sumo sacerdote—, y tú nos lo entregarás. Amuy poca distancia de allí, el Hombre había llegado ya a la casa en la que debía reunirse junto a sus doce discípulos. Mientras se lavaba los pies y las manos, preguntó por Pedro. —No sabemos dónde está —respondió Tomás, el pescador nacido y criado a orillas del mar de Galilea. El resto de los allí reunidos pensaban de él que era taciturno, receloso y demasiado pesimista. De repente sonó un golpe seco en la puerta. Era Judas Iscariote. Ya sólo faltaba Pedro. Al cabo de un rato llegó y se unió al resto. —Perdonad mi tardanza, maestro —se disculpó. —Sólo espero que la causa de tu tardanza se deba a motivos personales y no porque otros lo hayan elegido así — respondió el Maestro. Los discípulos no entendieron a qué se refería y por qué hablaba con tanto misterio aquel que ellos habían elegido como guía. Bartolomé, a quien sus compañeros llamaban el Luchador y cuya ascendencia se remontaba a la rebelión de los macabeos de hacía dos siglos, rompió el tenso silencio. —El cordero está preparado —anunció.


Pedro aún no se había repuesto de la sorpresa ante la extraña respuesta de su Maestro. Antes de subir a la planta de arriba, donde debía celebrarse la cena, pidió a Judas Iscariote que se reuniera a solas con él, en el patio. Pedro intentó seguirles, pero el Hombre hizo un ademán para detenerle. —Sólo él, mi fiel Judas, debe oír lo que voy a decir —sentenció. Pedro, Bartolomé y Santiago el Menor se mantuvieron en las cercanías, asistiendo con curiosidad a la escena que se desarrollaba ante ellos. Poco después, los tres apóstoles vieron cómo Judas, con los ojos anegados en lágrimas, se arrodillaba ante Él, sujetando una mano entre las suyas, mientras el Hombre tocaba con la otra mano la cabeza de su discípulo como si estuviera consolándole. En cuanto el Hombre y Judas Iscariote se reunieron con el resto, se dirigieron a la planta de arriba y los doce se sentaron en torno a su maestro, alrededor de la mesa. El Hombre encendió las velas. —He deseado celebrar esta Pascua con todos vosotros antes de padecer, porque os digo que ya no la celebraré más hasta que llegue el Reino de Dios —dijo . Los discípulos guardaron silencio. Judas, que aún tenía lágrimas en los ojos, miraba atentamente a su Maestro. Pedro, por su parte, se mantenía casi ajeno a lo que allí estaba sucediendo, como si aguardase que ocurriera algo. El relato quedó interrumpido por la fuerte tos del moribundo. Su discípulo intentó darle a beber un poco de agua, pero la sangre de esputo se mezcló en ella. —Me queda poco tiempo. Debemos seguir, es preciso —propuso el anciano. Antes de continuar, Eliezer se levantó y llenó las lámparas con aceite para aumentar la intensidad de la luz. El Maestro bendijo una de las jarras y llenó el primer vaso en honor del kiddush, la santificación; un segundo vaso por el haggadash, la celebración del cordero; un tercer vaso, por las oraciones de acción de gracias, y, finalmente, un cuarto vaso, para acompañar las últimas plegarias. Después volvió a hablar: —Porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios. A continuación, el Maestro pasó a Juan el plato del hazareth, una salsa picante roja. Éste cogió un trozo de pan y lo mojó en ella. Seguidamente, pasó el plato a Andrés, éste a Bartolomé, y así a Tomás, Mateo, Santiago el Menor, Santiago el Mayor, Felipe, Judas Tadeo, Simón el Zelote, Judas Iscariote y, finalmente, Pedro. Juan no apartaba su mirada de Pedro. El resto no confiaba en él. Juan, antiguo pescador, se había mostrado en muchas ocasiones pendenciero, indolente y egoísta con el resto de discípulos y estaba ansioso por usurpar el lugar de Pedro junto al maestro. Judas miraba en silencio a Pedro y a Juan, manteniendo el secreto de lo que el Hombre le había anunciado en el patio. Aquélla no parecía una cena de Pascua, sino más bien una cena de despedida. Detalles del cuaderno personal de Eric Frattini

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Para Judas, su Maestro estaba intentando que los doce trabajasen juntos, sin ambiciones desmedidas entre ellos. Ninguno debía ser más grande que los otros, ni más poderoso entre los humildes, ni más importante entre los modestos. Los doce se encontraban allí reunidos, en una humilde casa de Sión, no sólo para que su Maestro pudiese agradecerles su fidelidad, sino también para informarles de la misión que se les iba a encomendar: once de ellos deberían servir de guías religiosos al resto de la humanidad. El último de los doce sería el elegido.

pronto. —Tras un breve silencio, el maestro arrancó un trozo de pan y dijo —: Tomad y comed, porque éste es mi cuerpo. —Seguidamente cogió una copa de vino y pronunció en tono solemne —: Tomad y bebed, porque ésta es mi sangre, testamento de la alianza, que será derramada por muchos para el perdón de los pecados. Bebieron todos de ella y, una vez vacía, se la devolvieron al Maestro. —Levantaos y vayámonos de aquí —ordenó.

Pedro se sentía molesto con Juan, quien lo acusaba de no seguir los preceptos de su Maestro y de mostrarse en demasiadas ocasiones superior a los demás. —Yo, al menos, estoy dispuesto a seguir a mi Maestro hasta la muerte! —exclamó. El Maestro interrumpió repentinamente la discusión.

Simón, el encargado de la seguridad, les conminó a que salieran de la casa de uno en uno para que pasaran inadvertidos y les aconsejó que se dirigieran hacia la Puerta Dorada, que permanecía abierta y sin vigilancia de soldados romanos con motivo de la Pascua.

—En verdad te digo, Pedro, que antes de que hoy cante el gallo me habrás negado tres veces.

Poco después, el Maestro volvía a reencontrarse con sus discípulos entre la arboleda de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos. Algunos se sentaron en el suelo, recostados en los árboles, y otros permanecieron de pie, hablando.

La cena transcurrió desde ese mismo momento según las normas establecidas en la ley: se recitaron los salmos 113 y 144 del Hallel, se bebió el agua con hierbas amargas y cada uno de los comensales degustó un trozo de cordero.

La noche discurría entre plegarias y largas disertaciones cuando, de repente, aparecieron de entre los árboles soldados empuñando sus espadas. Varios discípulos se pusieron en pie.

—Uno de vosotros me entregará —sentenció el Maestro casi al final de la cena.

—Llegó la hora, y el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores. Levantaos! Mirad, el que me va a entregar está cerca.

—¿A quién te refieres? —preguntó Santiago el Menor. Se hizo un largo silencio. —Lo que vayáis a hacer, hacedlo pronto, porque uno de vosotros me entregará para que otro de vosotros pueda heredar las llaves del Reino cuando yo ya no esté entre vosotros,Los presentes dirigieron su atención hacia Pedro, que intentó rehuir sus miradas. —Lo único que os digo es que no me podréis seguir al lugar al que voy, pero debéis amaros los unos a los otros como yo os he amado. Ha sido glorificado el Hijo del Hombre, y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará

Todas las miradas se concentraron en el apóstol que más cerca estaba del Maestro, Judas Iscariote, a quien había tendido su mano. En un lugar apartado, ajeno a lo que allí estaba sucediendo, Pedro observaba la escena. Varios guardias del templo, comandados por Jonatán, prendieron a Jesucristo. Simón el Zelote, acostumbrado a huir y atacar a las fuerzas romanas y herodianas que le acechaban en las montañas galileas, presintió el peligro. Con una daga en la mano corrió a proteger al Maestro, que ya se había identificado y extendía sus manos para ser prendido.

Venecia

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—Guarda tu daga —le ordenó el Maestro mientras los guardias le ataban ya las manos. Pocas horas después, mientras Jesús era interrogado en el Gran Sanedrín, una mujer se acercó a Pedro y, ante un grupo de soldados, le espetó: —¿No eres tú también un discípulo de ese hombre? Pedro sacudió la cabeza, negando conocer al detenido. Se había producido la primera negación. Cuando Jesús era trasladado para ser presentado ante el sumo sacerdote, Pedro se encontró de pronto rodeado por una muchedumbre. Una criada agitó un dedo, acusándole de ser un seguidor de aquel que estaba siendo juzgado ante el sumo sacerdote. La mujer alegaba que había visto a Pedro caminar junto al Hombre, que iba montado en un burro.

—Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Tres horas después de haber sido crucificado, el reo volvió a hablar: —Todo está cumplido. —Éstas serían sus últimas palabras. Longinos, el oficial romano encargado de comprobar la muerte del reo y que actuaba como exactor mortis, agarró su lanza por un extremo y se la clavó al Hombre en el costado. A pocas millas de allí, uno de los apóstoles huía tras el oculto manto de la noche en una barca de pesca, rumbo al seguro puerto de Alejandría.

Pedro negó con firmeza. —No le conozco! Yo iba caminando detrás del animal —gritó en su defensa. Se había producido la segunda negación.

Durante horas, días y noches, bajo la luz de las pequeñas lámparas de aceite, el anciano dictó a su discípulo Eliezer sus recuerdos. Quería dejar constancia de cuál había sido su lugar en la historia. Habían pasado seis lunas cuando una noche, Eliezer, tal y como había hecho en tantas ocasiones, entró en la choza para continuar con la transcripción de los recuerdos de su maestro.

Cuando intentaba abandonar el lugar, un criado golpeó a Pedro en el pecho y le increpó:

— ¿Maestro? — preguntó el discípulo, sin obtener respuesta —.¿Maestro?.

—Tu propia forma de hablar te descubre como seguidor de ese Hombre.

El discípulo acercó la lámpara de aceite al último de los apóstoles. Su rostro amarillento y cubierto de sudor mostraba que había muerto esa misma noche, entre terribles pesadillas.

El discípulo comenzó a maldecir al criado por mentiroso, gritando a quien quisiera oírle que él no conocía a «aquel Hombre». Tan convincente fue su discurso que los criados y guardias que se habían acercado debido al alboroto se echaron para atrás. Tras la tercera negación cantó el gallo. Pocas horas después, el Hombre, el Maestro de los doce apóstoles, sufriría la Pasión. Fue azotado hasta la extenuación, golpeado, escupido y, por último, crucificado en el monte del Gólgota.

Eliezer comprendió entonces que aquellos pliegos de papiro que se encontraban a su lado, amontonados sin orden alguno, cambiarían el curso de la historia de la cristiandad. Lo que ignoraba en aquel momento es que había muchas personas a quienes no les interesaría que aquellas palabras saliesen a la luz hasta el final de los tiempos.

Los espectadores que se habían congregado para ver la crucifixión fueron poco a poco dispersándose mientras los soldados hacían guardia al pie de la cruz. Cuando los militares pensaban que el reo había fallecido, éste levantó la cabeza y, mirando a los ladrones que estaban crucificados a su lado, dijo:

Berna

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Cafe Fishawy

Gebel Qarara, Egipto Medio, 1955 Las montañas de Gebel Qarara se alzaban majestuosas con su color cobrizo, típico del desierto egipcio. Su aspecto misterioso y árido le conferían un aire ciertamente lunar, como si fuera de otro planeta. Desde las alturas, los fuertes y constantes vientos arrastraban nubes de arena caliente que se pegaba al cuerpo como una fina película. Los mismos vientos circulaban a lo largo y ancho del valle hacia lo más profundo, convirtiéndolo en un horno constante de cuarenta grados a la sombra. El fondo del valle se había convertido en una zona muy frecuentada por los fellahim, campesinos que exploraban la región en busca de sabakh, un fertilizante rico en nitratos muy utilizado por los agricultores. Una noche, tres fellahim penetraron en el valle. El cabecilla del grupo se llamaba Hany Jabet. Le seguía su amigo Mohamed y un sobrino de éste. Los tres hombres portaban antorchas y palas que cargaban sobre tres pequeños burros. Una colina cerca de una pared fue el lugar elegido por el grupo para empezar a buscar el tan ansiado sabakh que podría aliviar el hambre de sus familias al menos durante unos días. Para muchos de estos hombres esta sustancia era un modo de subsistencia mientras no tuviesen la suerte de encontrar alguna tumba perdida que poder saquear para después vender los objetos en el mercado clandestino de El-Minya o incluso en los de El Cairo o Alejandría. Hany Jabet, Mohamed y su sobrino se dispusieron a cavar con sus palas de madera. De repente, Mohamed golpeó algo duro muy cerca de la roca. Al principio, pensó que se había topado con la piedra de la ladera de la montaña, pero un segundo golpe dejó caer una importante cantidad de arena que cubría una especie de lápida funeraria. Los tres hombres creyeron que era sólo una parte más de la pared, pero a Hany le llamó la atención porque parecía que la había pulido la mano del hombre y no los elementos.

Los tres hombres se miraron sorprendidos, pensando en su fuero interno que podrían haber descubierto la tumba perdida de un faraón o de un sumo sacerdote. Tanto unos como otros eran enterrados con importantes y valiosas ofrendas, objetos que serían fáciles de vender en el mercado negro. El saqueo de tumbas se llevaba practicando en Egipto desde el mismo día en que se levantaron las primeras pirámides. Los faraones incluso ordenaban que, a su muerte, los arquitos y excavadores fuesen enterrados junto a ellos para salvaguardar la ubicación exacta de la entrada secreta a la cámara mortuoria. Los tres hombres continuaron golpeando la lápida con sus palas, intentando dejar a la vista el tamaño real de la entrada. Mientras golpeaban la piedra pulida con los primeros rayos de sol de la mañana, soñaban con haber encontrado una tumba que sacase a la luz algún indicio de los cuatro mil gloriosos años de historia de Egipto. Los fellahim se turnaban para intentar apartar la gruesa lápida que daba acceso al interior de la cueva. Con cada golpe de pala, iban desprendiéndose restos cada vez más grandes de la losa. Cuando Hany Jabet observó cómo se había aflojado la puerta de entrada, ordenó a Mohamed que metiese las puntas de las palas por debajo de la lápida para hacer palanca. Tras cuatro intentos bajo el sofocante calor, la piedra comenzó a moverse y se dejó sentir un olor fétido. Separada la lápida, pudieron ver un pequeño pasillo oscuro que daba acceso a otra cámara. Hany regresó al lugar donde habían dejado los burros para buscar dos antorchas. Tras encenderlas fuera de la cueva, se las entregó a Mohamed y a su sobrino. —Esperad a que esté dentro para pasarme una de la antorchas —ordenó Hany.

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Casino deGli Spiriti

Arrastrándose a duras penas por la arena y las piedras desprendidas, el campesino intentó apoyar un pie en medio de aquella oscuridad. Un movimiento de las piedras bajo su cuerpo provocó que cayese rodando hasta el fondo de la cueva.

los pies sobre uno de los ataúdes, la tapa cedió dejando al descubierto uno de los cuerpos.

Rodeado de tinieblas, pudo oír los gritos de sus compañeros desde la boca de entrada.

—Esto es por si era más profunda la cueva —explicó Mohamed algo avergonzado mientras intentaba desprenderse de la cuerda, deshaciendo sus nudos.

—Hany, Hany, amigo mío! —gritó Mohamed—. ¿Estás bien? Oh, Dios mío! No puedo verte en la oscuridad. De repente, una mano salió de improviso de la oscura boca de la cueva agarrando con fuerza el brazo de Mohamed. Éste dio un salto hacia el exterior, mientras oía el sonido de la risa de su sobrino. Entre maldiciones, Mohamed cogió la antorcha que había quedado en el suelo y regresó a la entrada de la cueva con ella. —Soy yo, Hany. No te asustes y pásame la antorcha —pidió el campesino.

Junto a él se encontraban varios frascos de vidrio, envueltos en paja y papiro.

Los dos hombres, a pesar de ser analfabetos, sabían muy bien que aquella caja valdría una buena cantidad de dinero. Mohamed extrajo una cuña metálica y comenzó a buscar el borde exterior. Con un golpe seco, consiguió introducir la cuña para hacer palanca hasta que la tapa cedió. Los dos fellahim miraron con curiosidad en su interior y descubrieron una especie de trapo descolorido que envolvía un objeto. Al comenzar a desplegar los pliegues del tejido, vieron algo que parecía un libro muy antiguo con tapas de cuero y escrito en papiro con unos extraños símbolos.

Bajo la luz de la antorcha, el pasillo se mostraba mucho más corto de lo que en realidad era. Al final, un escalón de casi dos metros de altura daba acceso a una cámara de unos cuarenta metros cuadrados. Hany divisó al fondo lo que parecían ser tres ataúdes y, en medio de ellos, una gran zir, una tinaja, posiblemente muy antigua, sellada con betún. Hany Jabet extrajo su cuchillo del cinturón y comenzó a romper los sellos que cerraban la tapa de la tinaja. A continuación, levantó la pesada tapa y acercó la antorcha tratando de ver qué se ocultaba en su oscuro interior. Pudo apreciar una caja blanca de piedra caliza que parecía muy antigua. Al principio, pensó que podría tratarse del osario de un niño. Con el cuerpo medio introducido en el interior de la tinaja, consiguió alcanzar la pesada caja y levantarla hasta la superficie. Con sumo cuidado la depositó en el suelo arenoso y permaneció unos minutos callado contemplando aquel descubrimiento. De repente, el silencio se rompió con las maldiciones de Mohamed, que había accedido al interior de la cueva sujeto con una larga cuerda a la cintura. Al intentar apoyar

Milenarios 23 Tumba del cruzado


eon del arsenale

—A nadie. No debemos decírselo a nadie. Dile a tu sobrino que como me entere de que se ha ido de la lengua, yo mismo, con mis propias manos, lo descuartizaré, le embadurnaré el cuerpo con sal y lo envolveré después en piel de cerdo. Mohamed y su sobrino eran musulmanes; Hany, copto. —No te preocupes por él —le advirtió Mohamed—. Por su bien, mantendrá la boca cerrada. Hacia mediodía, la pequeña caravana había llegado al pueblo. Hany se despidió de sus compañeros y les indicó que no se pusiesen en contacto con él hasta que no les llamase. Hany Jabet intentaba por todos los medios no levantar sospechas en su poblado y menos aún que la policía se enterase. Sin pronunciar una sola palabra, Hany entró en su casa, besó a su esposa en la frente, cogió una bolsa e introdujo en ella algo de ropa limpia y una imagen sagrada del Adra, la Virgen María. A continuación salió de la casa y se dirigió hasta la salida del poblado para esperar al desvencijado autobús que le llevaría a la cercana ciudad de Maghagha. Estaba muy bien conservado, probablemente debido a que el sellado de la caja, de la tinaja y de la entrada a la cueva lo había preservado de las inclemencias del tiempo durante siglos. Sin pensarlo, los fellahim decidieron envolver nuevamente el manuscrito y lo depositaron en su lugar. Luego pusieron la caja en el interior de la tinaja antes de cerrarla. Los dos hombres salieron al exterior de la cueva y entre los tres colocaron la lápida pulida tapando la entrada. A continuación, comenzaron a cubrir la losa con grandes paladas de arena y piedras. Mientras se alejaban del lugar a lomos de sus burros, Mohamed preguntó a Hany: —¿Qué hacemos ahora? ¿A quién se lo decimos?

Tras un viaje de una hora por carreteras polvorientas y llenas de baches, el autobús se detuvo nada más cruzar el brazo del Nilo. El frenazo hizo que Hany se despertara del largo sueño en el que se había sumido. Había sido un día agotador. Se apeó del autobús y se dirigió hacia un hombre que vendía dátiles secos en una esquina para preguntarle el nombre de una calle. El vendedor se levantó y comenzó a explicarle cómo llegar a su destino. Tras unos minutos caminando, Hany llegó por fin a una casa con un patio delantero. Varios niños jugaban con un balón de goma en la calle. El excavador asomó la cabeza para ver si había alguien dentro. Desde el interior una voz de mujer le preguntó qué deseaba. —Quisiera ver al señor Abdel Gabriel Sayed —pidió Hany mientras veía cómo la mujer se acercaba hasta él secándose las manos.

Hany, que marchaba delante, se giró.

24 Milenarios Ca d'oro


—Mi marido debe estar a punto de llegar. Si quiere, puede usted esperarle en el interior —ofreció la mujer, abriendo la puerta para permitir el acceso al recién llegado. La casa de Sayed era la típica de una humilde familia copta tradicional. Al entrar, Hany pudo detectar el penetrante olor del regiff árabe y del samma baladi, la mantequilla clara. El excavador sabía que Sabed era una persona trabajadora que se dedicaba al cultivo de ajo, alubias, trigo y caña de azúcar, pero para aumentar sus ingresos con los que alimentar a su numerosa familia, como muchos otros en esta zona de Egipto, se dedicaba a buscar cualquier objeto interesante susceptible de poder venderse en los mercados. Su hallazgo más importante habían sido varios tejidos antiguos coptos de los siglos IV y V, descubiertos en una cueva cercana a El-Lahun. Hany sabía que, gracias a estos hallazgos, Sayed tenía buenos contactos con varios comerciantes en El Cairo y Alejandría. Aunque, para ser realistas, sus contactos no pasaban de ser pequeños joyeros que adquirían cualquier baratija que se les llevase, desde amuletos, telas, trozos de vasijas o lo que pudiese ser considerado de cierto valor.

Una ley aprobada en los años cincuenta concedía a los marchantes seis meses para registrar los objetos que tuvieran en su posesión y restringir así su venta. Con el paso de los años, el gobierno egipcio buscó nuevos mecanismos para controlar más ese comercio ilegal. No obstante, esas medidas poco o nada pudieron hacer con una actividad que, aun siendo muy perseguida, era difícil de atajar debido a los altos beneficios que se obtenían con ella. Por esta razón, existía un mercado lucrativo e ilegal de piezas que eran sacadas directamente de tumbas o de excavaciones, objetos en cuestión que no aparecían en ningún registro y que, por tanto, no existían para la administración de antigüedades de Egipto. Los egiptólogos de todo el mundo y los expertos en antigüedades de la zona solían decir: «Un objeto egipcio es considerado falso o de sospechosa procedencia a no ser que se demuestre lo contrario». Si la administración egipcia descubría que una pieza había sido vendida después de la aprobación de la ley, podía legalmente reclamar su devolución. Sayed era tan sólo uno de los eslabones más bajos de esta cadena de tráfico ilegal de antigüedades.

Por supuesto, desde que la pieza se hallaba en el Egipto Medio hasta que llegaba a los comercios de El Cairo, podía aumentar su precio hasta un doscientos por ciento sobre su valor real. Naturalmente, los comerciantes se aprovechaban de la incultura de los excavadores, que sólo hablaban el dialecto local, pero aun así, Sabed siempre sabía sacar buen partido a las piezas que trasladaba él mismo en un agotador viaje en coche de tres horas desde Maghagha hasta la capital.

Hany se encontraba comiendo dátiles y tomando té con menta cuando oyó fuera de la casa un griterío de niños. Eran los numerosos hijos de Abdel Gabriel Sayed recibiendo a su padre. Hany se puso en pie para saludar al recién llegado.

El comercio de este tipo de piezas era tan antiguo como la propia civilización egipcia. Desde el siglo XIX, exploradores y conquistadores llegados desde Europa descubrieron Egipto y sus riquezas del pasado. Algunos de sus mayores tesoros, como la Piedra Rosetta, se habían encontrado en tumbas y después se habían comprado o incluso robado para su posterior envío a Europa, en donde se exhibían en importantes museos de Londres, Berlín, San Petersburgo o Roma. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando Egipto alcanzó su plena independencia, los líderes del país comenzaron a poner serias restricciones al comercio ilegal de antigüedades, en un intento de controlarlo más que de frenarlo.

Minutos después ambos hombres se encontraban frente a frente, alrededor de la tableya, una mesa baja en donde se alineaban platos con mantequilla, pan y pasta de garbanzos con aceite. De repente, Hany bajó el tono de voz para evitar que alguien pudiese escuchar su conversación. El rostro de Abdel Sayed fue cambiando de expresión mientras Hany le revelaba lo que habían descubierto en la cueva de Gebel Qarara.

—Señor Sayed, tengo que hablar con usted en privado — dijo el excavador. —Bien, déjeme lavarme antes las manos y hablaremos — respondió mientras saludaba a su esposa.

Tras permanecer en silencio unos minutos, Sayed ordenó a Hany que no comentase nada de su descubrimiento, y que él se ocuparía de todo. Su idea era viajar en coche hasta la misma cueva, extraer todos los objetos valiosos y volver a tapar la entrada para no dejar rastro del expolio.

Milenarios 25 San Juan de Acre


—Hay que hacerlo todo con el mayor sigilo para que ni la policía ni otros ladrones de tumbas puedan saber lo que nosotros hemos averiguado —dijo en voz baja—. De cualquier forma, es mejor que hoy duerma en mi casa y mañana por la mañana, antes del amanecer, partiremos hacia Gebel Qarara para entrar en la cueva. Pocas horas después, cuando todavía no se había levantado el sol y el cielo aparecía teñido de violeta y rojo, el destartalado coche de Abdel Gabriel Sayed entraba en el árido valle. Medio kilómetro más allá, el vehículo se detenía ante la entrada de la tumba. Los dos hombres se bajaron y extrajeron del maletero dos palas con las que se pusieron a cavar para abrir el recinto sellado. Al cabo de media hora, con el sol azotando ya sus espaldas, conseguían abrir la boca de la cueva. El único sonido que les acompañaba era el del viento enfilando por el fondo del valle. Tras encender dos antorchas, Sayed y Hany se arrastraron por el interior de la tumba. El fétido olor era penetrante, pero consiguieron aguantarlo gracias a la corriente de aire fresco que llegaba desde el exterior. Con un cuchillo, Hany abrió la tinaja y sacó de su interior la pesada caja de piedra caliza. Al abrirla, apareció ante los ojos de Andel Sayed un libro de hojas de papiro y tapas de cuero, escrito en un idioma que desconocía. Lo volvieron a guardar en la caja, la sacaron al exterior y cerraron la cueva nuevamente con la lápida pulida. Sayed colocó la caja en el maletero del vehículo y la tapó con una vieja lona. Con el mismo sigilo con el que habían llegado, se marcharon del lugar sin dejar la menor pista de la cueva.

San Juan de Acre, actual Acre «¿Qué hago aquí? ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cómo he llegado hasta este oscuro lugar? ¿Cómo he llegado hasta esta catacumba? No puedo recordarlo... —se dijo la joven, recostada contra la pared—. Necesito saber cómo he llegado hasta aquí. Recuerda… recuerda… Afdera, intenta recordar. ¿Cómo has llegado hasta aquí? Hace frío y hay mucha humedad. Ah… sí, ahora mis recuerdos empiezan a ser más claros, comienzo a verlo todo con nitidez. Recuerdo la voz de Ariel gritando mi nombre aquel día de verano. Hacía mucho calor. Sí, ahora recuerdo aquel caluroso día ante aquellas tumbas abiertas cerca de Jerusalén. Recuerdo a Ariel gritando mi nombre para llamar. mi atención y aquel mensaje de mi hermana Assal. Recuerdo la llamada a mi hermana desde nuestra casa de Venecia. Sí, lo recuerdo. Recuerdo su mensaje sobre la abuela. Su salud. Se estaba muriendo y quería hablar conmigo. Sí, ahora lo recuerdo… allí empezó todo…».

Si quiere saber como continúa entra en:

Lo que aquellos campesinos no sabían todavía era que el clima seco y caliente de Gebel Qarara había ayudado a conservar uno de los mayores secretos de la cristiandad. Desde el mismo momento en que lo habían extraído de la cueva, dio comienzo la cuenta atrás para su destrucción. Lo que también ignoraban Hany y Sayed era que acababan de sa car a la luz la palabra de Judas Iscariote desde lo más profundo y os curo de la historia. Habían pasado mil ochocientos noventa y cinco años desde la muerte del apóstol más querido de Jesús y ahora, en un lugar perdido del Egipto Medio, unos fellahim rescataban su testimonio. Aquel libro se convertiría en uno de los hallazgos más importantes de la historia bíblica del presente siglo.

www.ericfrattini.com www.ellaberintodeagua.com

Eric Frattini fotografiado ante la entrada al gueto de Venecia, un lugar recorrido por la protagonista de su nueva novela.

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Cuando la joven arqueóloga Afdera Brooks acude al lecho de muerte de su abuela, una excéntrica millonaria, coleccionista de obras de arte, recibe como legado las pistas para llegar a una caja de seguridad de un banco americano donde se custodia un antiquísimo manuscrito. Afdera emprende un viaje por medio mundo para desentrañar el contenido de ese misterioso documento que culminará en Venecia, el laberito de agua. Desde el Vaticano, el maléfico cardenal Lienart hará lo imposible para que la verdad que esconde en el maltrecho pergamino no salga nunca a la luz

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El país de los

CÁTAROS Cuaderno de Campo por Lluciastur

l 26 de octubre comenzó nuestro viaje, de las mágicas tierras asturianas a las del sur de Francia, que no lo son menos.Carcosana fue nuestro campameto base, que tambien lo fue durante un tiempo, el de la herejía mas famosa de la Europa medieval, la cátara.

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El Catarismo es una creencia religiosa expandida por Europa entre el siglo X y el XIV. De rígida moral, rechazaban la riqueza, no creían en el Antiguo Testamento. Repudiaban la Iglesia Catolica y eran propulsores de un nuevo orden social. Los Buenos Hombres y Buenas Mujeres creían en el pleno desarrollo espiritual fuera de las instituciones católicas y sin la guía de un representante de la iglesia.Como los Gnósticos practican un cristianismo dualistas, creían en la eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles, asociados a la luz y a la tinieblas. El espiritu era de Dios y el cuerpo del Demonio. Dios creó el cielo y las almas y el Demonio todo lo mundano. Practican el ascetismo para iniciar el proceso de liberacion de la luz atrapada. Aspiran a reencarnarse como "elegidos", los cuales ya no necesitaran reencarnarse más. La iglesia cátara tiene una estructura ligera, guiada mas que dirigida por hombres y mujeres. El obispo era un perfecto entre perfectos, designado entre sus iguales. Los perfectos, ellos o ellas, habían recibido el "consolament", prometiéndose no caer en el pecado. Pudiendo administralo ellos posteriormente. El pueblo seguia sus ideas, acercaban a Dios a los hombres, sin necesidad de intermediarios, sin ritos, sin bulas. Predicaban con el ejemplo; y lo que es muy importante promulgaban una igualdad entre todos los hombres, sin importar ordenes sociales.

Tras tres siglos de persecución , los cataros desaparecieron practicamente de Occitania. Uno de los últimos puntos de resistencia cátara fue el castillo de Montsegur. No todos acabaron en las llamas purificadoras de la Inquisión, muchos huyeron a tierras catalanas y fueron acogidos por los nobles de la zona. Otros se dispersaron por diferentes lugares de la península, y el resto de Europa. Como ellos quisieron sus cuerpos, sus carceles, desaparecieron y sólo quedo su idea, su espíritu, lo puro. En este viaje he conocido parte de un país precioso. Lo único malo la época, a las 6 de la tarde nos quedabamos sin luz. En Francia todos los monumentos, en esta época del año cierran entre las cinco y las seis de la tarde. Por eso dejamos para esas horas las ciudades, con luz y más animación, Toulouse, Narbona, Albi y Foix, mis fotos de estos lugares, lamentablemente están muy oscuras, pero son ciudades impresionantes. Pero claro, todo tiene su parte buena, sin problemas para sacar fotos sin que aparezcan turistas, todo muy tranquilo y sin colas. Carcasona es sin duda la mas bonita de las ciudades medievales de buen tamaño que conozco, y no son pocas. En Montsegur las sensaciones eran increibles, pensar lo alli ocurrio, atravesar el campo de los quemados...Los castillos de Queribus y Perypertuse auténticos nidos de águila. La visita a Fontfroide, fue muy interesante, cuenta con unas vidrieras, que pese a ser modernas son artesanales y de un valos artístico inicalculable. Sin duda recomiendo el viaje a cualquier milenario.

En el siglo XII su movimiento consigue demasiados adeptos, momento en que la Iglesia Católica decide marchar contra ellos declarando una cruzada. Los nobles del sur de Francia les apoyan y dan cobijo, muchos incluso se convierten ( señores de Tolosa,de Carcasona ...). 28 Milenarios

Añadir por último que el trato con los franceses fue excelente, nos sentimos muy bien tratados en todos los lugares que pudimos recorrer.


Carcasona Propiedad y lugar de residencia de la poderosa familia Trencavel durante los siglos XII y XII. La Cité ve volcado su destino durante la cruzada albigense. Tras el asedio de 1209, el vizconde Raimundo-Roger Trancavel, fue echo prisionero por los cruzados. Todos los territorios pasaron al jefe militar de la cruzada, Simón de Monfort. 1. Parte de las murallas de carcasona. 2. Dama de Carcas: su leyenda da origen al nombre de Carcasona. Trás ser invadida por las tropas árabes, la ciudad se dispone a aguantar el asedio de las tropas de Carlo Magno,asedio que se prolonga durante 5 años. Al debutar el sexto año las provisiones y el agua comenzaban a escasear,

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la princesa sarracena de nuestra historia, la dama de Carcas, pide que se haga un inventario, le presentaron como únicos víveres un cerdo y un saco de trigo. La dama pidio que se cebara al cerdo con todo el saco, a continuación le lanzaron desde la torre mas alta de la fortificación. La reacción de Carlo Magno ante la vista del animal lleno de trigo que acababa deser despreciado, fue la de interpretar que los habitantes disponían de víveres en abundancia.Consideró así inutil el asedio y se retiro con todas sus tropas. Ante la retirada, Carcas ordenó que se hicieran sonar las campanas de toda la ciudad, momento en el que uno de los hombres de Carlo Magno exclamó: carca sona! 3. Vistas de las murallas desde el castillo. 4. Vistas desde el castillo de la basílica de Saint Nazaire.

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Fontfroide Monasterio de Fontfroide.Cercano a Narbona se encuentra esta joya de la arquitectura cisterciense de los siglos XII y XIII. Gana importancia durante la cruzada, por a ser uno de los pocos reductos catĂłlicos que quedaron en la zona fue el lugar donde se realizaron conversaciones com la caballeron cĂĄtaros.5.Claustro del monasterio.6.Roseton sobre la puerta de entrada, fachada oeste. JesĂşs rodeado de los signos del zodiaco.

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Fontfroide A 1207 metros de altura, dominando el Pays d´Olmes. A comienzos del siglo XIII, la comunidad cátara ed Languedoc pide al señor de Peirelle rehabilitar el castillo y preparar todo el peñón para la defensa. Se convirtio así en refugio de esta. Del castillo colgaba un castro donde vivían más de 600 cátaros. El asedio comienza en mayo de 1243 bajo el mando de Hugues des Arci. El 1 de marzo de 1244 fracasa un intento e salida de los asediados y el 2 de marzo tiene lugar la rendición de la plaza fuerte. Se acuerda una tregua de 15 diás, en ella los cátaros deben decidir entre abjurar de su fe o morir abrasados. El 16 de marzo de 1244 más de 220 cátaros suben a la hoguera por su propio pie entonando canticos.

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7.Estela que recuerda el lugar del Campo de los Quemados. 8.Vistas del castillo.

Queribus El Castillo de Queribus en las Corbières meridionales. Aparece en los textos en 1020. Fue una de los mayores castillos de la frontera septentrional del reino de Aragón.Sirvio de refugio a grandes personajes cataros durante la denominada Cruzada Albigense y tras la caida de Montsegur alli se ocultaron los últimos cataros. 9. Castillo de Queribus

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Peyrepertuse Al sur e las Corbières a 800 metros de altuta, vecino de Queribus. Primero bajo la influencia feudal de los condes catalanes de Besalú,posteriormente de la corona aragonosa y finalmente de la francesa.En 1224 se excomulga a Guillermo de Peyrepetuse por no someterse y no unirse a las tropas cruzadas. 10 y 11. Vistas del castillo, como se ve excavado en la roca. 12..Vistas de la parte baja del castillo desde la parte alte, el último reducto, el auténtico nido de aguilas, el castillete de San Jorge.

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13..Restos de la iglesia de Santa María, en el interior del castillo.

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Rennes le Chateau En el Alto Valle del Aude, tierra de contiendas pero tambien de convicciones con los Hombres buenos y los caballeros de manto blanco. Aquí se encuentra Rennes-le-Châteu, con un pasado lleno de historia, un paisaje excepcional y sus famosos misterios entre los cuales destaca el del Abad Saunière. Fue plaza fuerte, dirigida por mandato de Carlo Magno por Guilhem de Gellone. Posteriormente propiedad del Condado de Barcelona, del rey de Aragón, del Condado de Foix, y del de Carcasona. Trás una epidemia de peste cayo en el olvido. En el siglo XVIII se dió origen al actual pueblo con el nombre de Rennes-le-Château. En el siglo XIX el Abad Sauniére fue nombrado cura de la parroquia.Al llegar emprende la restauración de la iglesia, hoy Monumento de Interés Histórico. Posteriormente empezó una serie de grandes obras, ¿ De donde sacó el dinero necesario?.Parece que en el descubrimiento de pergaminos y elementos lapidarios esta el origen de su riqueza.

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14. Sin palabras. 15..Lapida funeraria de Marie, ama de llaves del abad. 16. Restos de excavaciones bajo la Torre Magdala, no son un montaje de exposición. Lo encontré por casualidad, curioseando detrás de unos setos.

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La nave del musterio

MILENIO 3 La noche de los oyentes ay cosas que sólo pasan una vez en la vida. Y para los que escribimos esto, esa ocasión única tuvo lugar en la gélida madrugada del pasado 11 de Enero. El concurso organizado por el equipo de Milenio3 para elegir el más representativo de los libros del misterio –en el que resultó vencedor Caballo de Troya del navarro J. J. Beníteznos dio la oportunidad de ocupar dos de las cotizadísimas 40 plazas para ver nuestro programa en directo, desde el estudio A1 de la Cadena SER, la cabina central de la nave del misterio.

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Para desesperación de muchos, los elementos parecieron conjurarse en el día elegido, pero ni el Apocalipsis meteorológico que se vivió en Madrid y en la meseta aquellos días pudo evitar que un grupo de milenarios nos reuniéramos para disfrutar de eso tan especial que nos une mediante un hilo invisible. Ese calor que, aunque no nos conozcamos en persona, compartimos cada sábado desde distintos puntos de España. El edificio del Grupo Prisa en la madrileña Gran Vía es un gigantesco laberinto continuamente en obras. Fragmentos de moqueta apilados por los pasillos, cables, paneles desmontados... Resulta curioso cómo todo ese entramado de herramientas y materiales desperdigados no afecta –aparentemente- al ritmo frenético de las personas que trabajan diariamente en la cadena de radio más escuchada del país.

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Mientras hacíamos cola en la puerta del número 32, una voz familiar nos hizo girarnos y esbozar la primera sonrisa: “¡Cuánta gente! ¿Venís todos a ver Milenio3?” Los ojos inquietos de Santi Camacho brillaron al entrar al edificio, no sabemos si por la sorpresa de ver a tanto milenario o por el lloriqueo que le provocaba la gripe que le afectaba aquella noche. Casualmente, dos de los milenarios que acudieron aquella noche pudieron subir en el ascensor con él. Fue allí donde explicó que no era su mejor día y que estaba haciendo un cierto esfuerzo para estar en el programa. “Si no llega a ser porque venís vosotros, hoy me habría quedado en casa”, expuso mientras subían en el ascensor. Después de atravesar el control de seguridad de la entrada, donde nos facilitaron las ansiadas acreditaciones con la V que nos garantizaba el acceso, llegamos al comedor de la 9ª planta de la Cadena SER, convertido aquella noche en improvisada sala de reuniones. Los encargados de recibirnos fueron los siempre eficaces Carlos Largo y Fermín Agustí, los más jóvenes miembros del equipo, con los que ya habíamos contactado las 2 semanas anteriores para concretar algunos detalles de la visita. Cuando estuvimos todos sentados, nos dieron algunas pautas a seguir. Durante el programa, nada de móviles y nada de fotos. Excepcionalmente, el equipo de informativos iba a emitir aquella noche los boletines desde otro estudio, así que íbamos a tener varios minutos entre los tres bloques de programa para hablar, hacernos fotos y aprovechar para que el equipo nos firmase algunos libros.


A las 00:00 h, acompañados de un rotundo aplauso por parte de los asistentes, Iker, Carmen y Santi aparecieron por la puerta saludándonos a todos. Cercanos y accesibles en todo momento, nos contaron cómo el día anterior se habían quedado semi-atrapados en la nieve mientras rodaban las pinturas de la Cueva de los Casares en Sigüenza, en la provincia de Guadalajara, especialmente azotada por el temporal de nieve. Muchos nos habíamos preguntado a menudo las razones por las que Milenio3 generalmente no admite público. Además de cuestiones relativas a la seguridad del edificio a partir de determinadas horas de la noche, para Iker -como él mismo se encargó de explicarnos- el estudio de radio es algo así como un recinto sagrado, un lugar que de algún modo debe mantenerse aséptico, sin distracciones que rompan esa atmósfera que traspasa las ondas y cuyos secretos estábamos a punto de conocer esa noche. En un determinado momento, un tímido pero simpatiquísimo Yeray Martínez, guardián del mágico sonido del programa, subió a saludarnos y a recibir de paso las pautas musicales de Iker para esa noche, efecto de hoguera incluido. A algunos de los allí presentes nos sorprendió descubrir que la gran mayoría de las músicas no están disponibles en mp3 en la cabina de control, sino que es el propio Iker el encargado de facilitar un buen número de CDs físicos con las músicas deseadas.

Iker minutos antes de empezar el programa

Iker y el equipo reunidos antes de comenzar

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La nave del misterio Los mando de Carmen

Como sabéis, el día 10 había sido el 36 cumpleaños de Iker, así que como es lógico, algunas personas le llevaron regalos. En el grupo milenario allí presente destacó la pluma que le regaló Susana (Ximena), y por supuesto, nuestra tarta con el logotipo del foro, que tras numerosas dificultades que no detallaremos aquí pero que quedarán para la posteridad de algunos de los milenarios asistentes, por fin llegaba a su objetivo ante la sorprendida mirada de Iker. El tiempo se nos había pasado volando, y entramos al estudio de la SER cuando el boletín informativo estaba ya terminando. Poco a poco nos fuimos sentando en varias filas de sillas que habían preparado y que rodeaban el estudio mientras Carmen, Iker y Santi se preparaban para entrar en directo. No hace falta describir lo que ocurrió durante el programa porque todos pudisteis escucharlo. Podríamos haber estado en aquel estudio, sentados en nuestras sillas, días enteros. Observando cómo todas las piezas humanas encajaban a la perfección hasta componer el gran puzzle que cada semana es Milenio3. Además, el ambiente que se creó entre todos los asistentes, salpicado por las casualidades que una tras otra fueron surgiendo durante la noche, fue tan cómplice como impresionante. Algunos afortunados pudimos sentarnos en las mismas sillas que han ocupado y siguen ocupando los maestros de la radio en este país, en las mismas sillas donde surgió y creció el que a día de hoy se considera un programa de culto en la radio del misterio. Impagable.

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Tarta regalada a Iker por milenarios

Tal y como nos había aconsejado algún buen amigo, aquella noche disfrutamos de cada momento, de cada instante como si fuera el último. El micrófono amarillo con el logotipo de la SER, la luz roja que conectaba lo que ocurría en el estudio con todo el mundo, la oscuridad que reinaba entre aquellas cuatro paredes... Sí. Fuimos conscientes de cada instante que pasamos viendo cómo se hace Milenio3, pero sobre todo pudimos observar cómo disfruta Iker delante del micro, cómo gesticula, subiendo y bajando la mano para modular los fondos de música en una mágica conjunción con Yeray, cómo le brillan los ojos... En ese momento fuimos conscientes de la diferencia entre quienes sienten la radio y el misterio de una forma única, y los que hacen simple y puramente radio. Cerrando los ojos en el estudio podía sentirse la fuerza de lo que siempre ha sido el espíritu de Milenio3, la esencia que llevamos muy dentro los que llevamos ya 7 años a bordo de la Nave del Misterio. Por fin, tras el programa, reparto de tarta en el estudio, algunas firmas, fotos con todos y las palabras de agradecimiento de Iker, Carmen, Santi, Fermín, Carlos, Yeray... Tras una noche gélida en Gran Vía -pero calurosa dentro del estudio A1- el trayecto nos dejó a todos con un inmejorable sabor de boca. Si a todo esto le añadimos que por fin un puñado de buenos amigos pudimos conocernos reunidos alrededor de la imaginaria hoguera de Milenio3, el resultado fue una noche, por supuesto, inolvidable.

Gracias a todo el equipo por hacerla posible.

Diego Marañón y Félix Redondo Carmen y Yeray

Milenarios 37 Iker y Yeray


El Barranco de Badajoz on las 9.15 de la mañana y enfilo la TF1 de Tenerife hacia la localidad de Güímar, famosa por su puertito pesquero y por sus pirámides, pero también por albergar el lugar al que hoy vuelvo a dirigirme.

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En el coche, Laura, mi mujer, vuelve a repasar la ruta que nos ha de llevar a las puertas de este lugar sin duda mágico, y que bien merece la pena visitar, si no para intentar toparse con el misterio, sí para ver la naturaleza de las islas en todo su esplendor. Es nuestro segundo intento por llegar hasta la profundidad del barranco, ya que la primera vez empezó a llover copiosamente y siguiendo la recomendación de los ancianos del lugar con los que mantuvimos una pequeña charla, pusimos pies en polvorosa. Aún recuerdo las palabras de aquel hombre con el rostro curtido por los años: “si llueve, no arriesgarse y marcharos, el barranco es muy traicionero y en él llueven piedras”. Aquella advertencia nos puso en guardia pero viendo que el día estaba despejado y el sol lucia fuerte en lo alto decidimos adentrarnos. Pues no habíamos caminado más de unos 500 metros y el día se tornó gris de repente obligándonos, como ya he dicho, a salir de allí rápidamente. Pero me dije a mi mismo que no tardaría mucho en volver. Y por fin llegamos a Güímar, siguiendo las indicaciones de un plano hecho a mano que conseguimos, no recuerdo muy bien donde, nos adentramos en un camino sin asfaltar, lleno

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de curvas, de un solo sentido y con un desnivel que no podía dejar de mirar de reojo, y pensar para mis adentros “como caigamos, no lo contamos”. Seguimos por el camino muy despacito, pensando que los bajos de mi Peugeot descapotable iban a terminar destrozados, cuando llegamos a un punto de la carretera en el que debía haber un puente, por el que recuerdo haber pasado la primera vez, y que ahora, solo había un hueco donde él debía estar. -¿Ves?, ese barranco no quiere que vallamos. - me dijo Laura. -Pues yo pienso llegar hoy como sea. - le contesté. - Seguro que debe haber otro camino o algo así por aquí cerca. Tras un rato dando la vuelta al coche por aquel destartalado camino, conseguimos volver al pueblo, donde un hombre nos indicó otra manera de llegar, aún peor, si cabe, que la anterior. Otro camino sin asfaltar y completamente lleno de piedras, por el que el coche no pudo recorrer ni un kilómetro, pero que nos dejó muy cerca de donde empieza el camino a la entrada del barranco. Al principio, el camino es algo más duro, por las piedras continuas en el camino y por la estrechez de este, por la que debíamos andar de uno en uno, pero un poco más adelante la senda se despeja y se vuelva mas ancha, haciendo el camino mucho más llevadero y agradable.


Pasamos junto a una galería de la que años atrás se extraía agua, y en la cual empieza toda la leyenda de este lugar, pues es ahí donde supuestamente se aparecieron unos seres blancos, surgidos de las profundidades de la tierra a unos trabajadores que buscaban agua en el interior de la galería allá por el año 1912. Tras una pequeña rampa de piedra, entras en el barranco en sí, donde a pesar de ser un vergel lleno de plantas, no pudimos ver ni un solo insecto ni pájaro, haciéndose en el ambiente un silencio, que me resultaba de lo mas extraño y a la vez encantador. Íbamos andando, y no podíamos dejar de sorprendernos de la majestuosidad de las paredes de este barranco, de su vegetación, que crece en lugares inverosímiles. Mientras caminábamos le relataba a Laura algunas de las historias que se cuentan sobre el lugar, como la de la niña de las peras, en la cual una niña de una edad indeterminada fue al barranco a recoger algunos de estos frutos, volviendo a su casa poco después, y descubriendo como sus padres habían envejecido muchos años, mientras por ella no habían pasado sino unas pocas horas. Hay más casos de gente a la cual le han ocurrido cosas parecidas, pero en lugar de años, con unas pocas horas. También recordé las historias que sitúan a un ciudadano alemán (del periodo nazi) en el lugar buscando algunas claves escritas en las rocas, pensando que el lugar podía ser una puerta de entrada hacia su tan ansiada y perseguida Atlántida. Y así, dejándonos llevar por el paisaje y el sobrecogimiento de recordar aquellas viejas historias en un lugar tan silencioso y especial, llegamos al final del camino, una pared por la que solo se podría seguir con un buen equipo se escalada. Aproveché antes de regresar para realizar algunas grabaciones psicofónicas, todas con resultado negativo. De regreso al coche, nos llamó la atención una cueva grande que había en lo alto de las paredes del barranco, donde según nos contaron más tarde, dice la leyenda que están los restos de los reyes guanches (primeros pobladores de la isla) junto a sus formidables tesoros. Nos fuimos del lugar con una extraña y ambigua sensación de bienestar y de inquietud, pero con la satisfacción de haber llegado por fin a las entrañas de este impresionante lugar.

Para saber más: -www.BarrancodeBadajoz.com -“Canarias mágica”, José Gregorio González, editorial Corona Borealis -“Rutas del terror”, Lorenzo Fernández bueno, editorial Espejo de Tinta

Javier Rojas Menor xfile82

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Zona positiva : Tamaño : 1 página de un procesador de textos. ( 500 palabras ) Tus relatos o vivencias que muestren un lado positivo.

Música milenaria : Tamaño : 1 a 2 página de un procesador de textos. ( 1000 palabras ) Investigacion , discografía , biografía etc....de compositores y canciones de tus programas de misterio favoritos

Relatos : Tamaño : 1 página de un procesador de textos. ( 500 palabras ) Tus relatos o cuentos de la temática que creas conveniente.

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Reportajes : Tamaño : 3 a 4 página de un procesador de textos. ( 2000 palabras ) Busca un tema que te interese y desarrollalo, misterio, historia, etc....

Cine : Tamaño : 2 o 4 página de un procesador de textos. ( 2000 palabras ) Investigación sobre alguna pelicula , documental , etc...

Libros : Tamaño : 1 a 2 Páginas de un procesador de textos. ( 1000 palabras ) Creemes que tu eres el mejor crítico, y queremos saber tus libro preferido y que nos lo comentes . También puedes contactar con el autor y hacerle una entrevista sobre su trabajo.

Fotoreportaje : Fotos: Aproximadamente 30 fotografias y una pequeña introducción Zonas del mundo que hayas visitado con cierto misterio, zonas de España o sobre cualquier tema que este relacionado con el misterio.

Tu experiencia : Tamaño : 1 pagina de un procesador de textos. ( 500 palabras ) Tus relatos o vivencias que muestren un lado positivo.

Cuaderno de campo : Tamaño : 4 página de un procesador de textos. ( 2000 palabras ) Tus propias experiencia sobre el terreno.

El número de páginas o palabras son orientativos , pero no deben variar demasiado de dichas cifras. Si•no encuentras tu lugar en éstas secciones y quieres proponernos una nueva, dinoslo y te escucharemos.

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