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El canto de la servidumbre

José María conoció brutales injusticias y horrores imborrables, lo que le ocasionó de por vida una seria depresión.

Como estoy seguro de que mis facultades y armas de creador, profesor, estudioso e incitador se han debilitado hasta quedar casi nulas y solo me quedan las que me relegarían a la condición de espectador pasivo e impotente de la formidable lucha que la humanidad está librando en el Perú y en todas partes, no me sería posible tolerar ese destino. O actor, como he sido desde que ingresé a la escuela secundaria, hace cuarentitrés años, o nada.

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Murió por su propia mano el 2 de diciembre de 1969 en la Universidad Agraria de La Molina.

Por la misma época (1968), en Chuclú (Jauja), durante la fiesta de la Jija65, vi por vez primera el elegantísimo traje de jaujina que encontré tan armonioso y bello que lo quise tener y lo tuve.

Yo quería difundir ese vestido como era –igual que hice con las mulizas, los waynos y los waylarshs de Zenobio Dagha, Pablo Pastor Díaz, Emilio Alanya, Juan Bolívar Crespo “El Zorzal Jaujino”– y lo logré.

Posteriormente, en 1973, grabé para Odeón-IEMPSA el disco Alicia Maguiña (ELD 02.01.406), en el que dejé mis canciones a un lado para poner en valor la verdadera letra, música y contenido de “Hermelinda”, vals de Alberto Condemarín –quien me lo enseñó–; “Melgar”, de Benigno Ballón Farfán y Percy Gibson, y “El desesperado” (“Envenenada”) de Alejandro Sáez.

Dos de las seis páginas del ande eran de Ayacucho y ambas, como la muliza huancaína “Falsía” –que aprendí de su propio autor Emilio Alanya–, estuvieron acompañadas por las magníficas guitarras de Daniel Kirwayo y Carlos Hayre. “Jauja”, “Súplica de amor” –aprendidas de su autor Juan Bolívar– y “Caminito de Huancayo” fueron acompañadas por la orquesta típica del centro Los Engreídos de Jauja, de Julio Rosales.

La carátula y contracarátula diseñadas por Armando Andrade llevaron artísticas fotos logradas por Javier Ferrand, en las que aparecí vestida de jaujina, lo que fue muy criticado por los costeños. Era la primera vez en la historia musical del Perú que un intérprete de la costa daba este significativo e importante paso.

Cómo sería la discriminación que amigos de uno de mis hijos lo molestaban, diciéndole a manera de insulto: “Tu mamá se viste de serrana”.

Me había atrevido a cantar “el canto de la servidumbre”.

Crecí entre cantos en Ica y después en todas partes

Nota: El distrito de Capachica es un pueblo ubicado en la península del mismo nombre, a 62 kilómetros de la ciudad de Puno.

65 Jija: Baile con música propia que representa la siega del trigo. Lo vi en Chuclú (Jauja).

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