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04 CUANDO PASE EL TEMBLOR SU FRIDA A NUESTRA 08 DE FRIDA TECNOLOGÍA PARA 16 AYUDARNOS SACRIFICIO DE LOS 22 DEL MEXICANOS 28 ENCUENTRA Editorial. ¿Por qué escribir sobre ello?
El mundo es... Animales durante la catástrofe
En la Galería. Medios y redes sociales en sismo
En Boga. De dónde viene y a dónde vamos
Portada: AP Photo-Rebecca Blackwell
Pasar el Rato. MAPAComunicarte
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Director: Jorge Romo / Editor: Juan Pablo Romo / Diseño: Bárbara Guerrero. Colaboradores: Jessica Malo Mora, Erik Mariñelarena, Héctor Daniel Rosales Lobato, y Alejandro Mejía. Preprensa e Impresión: COMUNICARTE Publicidad. Puebla #398 Col. Condesa. México, D.F. Ventas e Informes: (55) 6823 3413 mini@mapacomunicarte.com Edición correspondiente a octubre / noviembre 2017 Consulta nuestras revistas anteriores en www.mapacomunicarte.com/mini
mini magazine, es una revista editada por Comunicarte Publicidad, distribuida gratuitamente en la colonia Lindavista y zonas aledañas. Esta revista está impresa en papel couche importado y certificado por la FSC (Forest Stewardship Council). Certificado de licitud de título y contenido: En trámite. Todos los servicios, productos y promociones publicadas son responsabilidad del anunciante, así como las imágenes que utilicen. La opinión de los colaboradores es publicada en un ejercicio a la libertad de expresión, y no refleja necesariamente la visión de esta empresa. Las imágenes utilizadas en nuestras secciones son ilustrativas y sin fin de lucro. La reproducción total o parcial del contenido puede hacerse, con previo aviso a esta redacción y citando la fuente.
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CUANDO PASE EL TEMBLOR Por: Juan Pablo Romo
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¿Por qué hacer una revista dedica al sismo del pasado 19 de septiembre? ¿Por qué recordar un evento que removió literalmente a la ciudad? Justo por eso, pero desde el lado social. Porque la ciudad y el país pueden crear una nueva narrativa de cómo estar juntos y apoyarse. Porque no tenemos que olvidar ni esperar a que algo nos vuelva a cimbrar, para ponernos en acción por el bien de todos. En general, las fases que tenemos que ir superando después de un evento trágico de las dimensiones del sismo pasado, llevan la siguiente jerarquización: vital, material y mental. Es decir: lo primero en que se piensa es en salvar la vida (propia y de los seres cercanos), en todo tipo de rangos, desde buscar un lugar seguro, hasta aportar víveres a los que lo necesitan; el lapso de esta sensación va desde que inicia el siniestro, y las primeras semanas después del mismo. Después viene revisar nuestro resguardo en protección y techo, desde la observación y análisis de grietas y otros detalles, hasta la consulta profesional y escaneada de las estructuras; esto se realiza entre las primeras horas y poco después de cumplido el mes. Y al final viene nuestra salud mental y psicológica, donde haremos consciente qué tanto nos afecta en la vida diaria y funcional situaciones como la alteración que se siente cuando escuchamos cualquier tipo de alarma o tenemos la sensación de un movimiento extraño, si nos damos cuenta rápido de que es una falsa alarma o si de plano nos trastorna, requiriendo de algún apoyo más especializado para librarse de esa idea; durando entre una semanas y un par de meses después. Hay que recordar que esta sensación de miedo es normal. Se dice que el 66% de la población que presencia el evento, lo experimenta entre el inicio y los primeros tres días, y que incluso sube hasta al 80% México ayudando
en la primera semana, como consecuencia de la sobre exposición mediática de imágenes del suceso. Bajando considerablemente conforme pasa el tiempo, hasta un mínimo porcentaje después de un par de meses. Por otra parte, habrá que tener especial cuidado en la población infantil, es común que hablen del sismo aún tiempo después de que haya sucedido, sobre todo si vieron, vivieron o tuvieron gente cercana que experimentó algún tipo de pérdida, o situación de riesgo muy evidente en alguna estructura. Pero igual la frecuencia e intensidad con la que lo hablan debe de ir bajando con el paso del tiempo. De la misma forma que con los adultos, debemos estar al pendiente sobre qué tanto les estresa, por ejemplo: regresar constantemente al lugar donde estaban en el momento del temblor (la mayoría se encontraba en la escuela), y si va disminuyendo considerablemente o permanece al mismo nivel; y analizar qué tan seguros, aprensivos y dispuestos a entender se sienten con las nuevas medidas de seguridad que les van enseñando, así como su involucramiento en las mismas. Será ideal poner atención en sus creaciones como: dibujos, relatos o juegos. Es normal que tengan presente lo sucedido, pero a estas alturas ya no debe de estarles generando demasiada angustia, ni debe ser tan constante; en caso contrario, lo mejor será buscar apoyo profesional del área psicológica.
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Por lo demás, mis compañeros se encargarán de destacar aquellos momentos que tal vez sean los que hayan hecho la diferencia entre este sismo y cualquier otro. Jessica Malo Mora y el Departamento de Educación para la Conservación de Africam Safari Puebla, nos acompaña explicando la importancia que se le dio a las mascotas, y la conciencia que hay que tener con ellas, además de una breve revisión sobre el comportamiento animal previo a las catástrofes naturales. Por su parte, Erik Mariñelarena, especializado en cine y comunicación, nos desglosará como influyeron los medios en esta ocasión, y especialmente las redes sociales con sus lados buenos y por supuesto, las perversiones en que se cayó. Por último, Héctor Daniel Rosales Lobato, antropólogo y maestro en filosofía, nos explica un poco como se piensan y pensaban las catástrofes naturales, y qué podemos aprender como sociedad de ello. Se dará cuenta, querido lector que no queremos generar malestar, morbo, o cualquier cosa que se le parezca; ni olvidamos el aniversario luctuoso de Ernesto ‘Che’ Guevara, o Diego Rivera; ni los 100 años de la National Hockey League (NHL), o las clasificaciones para la Copa del Mundo de Futbol: Rusia 2018, ni nada de eso. Simplemente quisimos poner nuestro granito de arena en la consciencia que hay que ir generando. Aportando tato como podemos, y desde nuestra condición, que al final, es la gran ayuda que todos dimos. O tal vez casi todos. Llama especialmente la atención, la sensación colectiva ante la ausencia en general de las instituciones políticas: partidistas, delegacionales, municipales, estatales y federales. Pocos fueron los que realmente se comprometieron y estuvieron con
voluntad de ayudar desde esa trinchera, sumándose al resto de la sociedad. La impresión de codicia económica y de poder, negligencia y corrupción por parte de ese sector parece haber aumentado. “La sociedad rebasa al gobierno” titulaba la revista Proceso, tras el involucramiento de la sociedad civil, a la que sí se le sumaron: artistas, deportistas, organizaciones no gubernamentales, empresarios, y gobiernos de entidades extranjeras, aportando su ayuda económica, moral y/o en especie, tanto como se pudo. La forma no importó, podía ser compartiendo información mientras se caminaba a los trabajos que no pararon, recordando ponerle fecha y hora de la fuente original, o rezando por una niña (que terminó siendo una producción televisiva), pero poniendo la mejor de las vibras positivas hacia un objetivo de salvación. Destacable y anecdótico es que los rescatistas de Chile que trabajaron arduamente en Lindavista, justo lo hayan hecho en una calle que reconoce a un lugar de su país: Coquimbo. El movimiento que no hay que olvidar del mes pasado, no es el telúrico, sino el de la sociedad mexicana, que demostró otra vez que sabe unirse, que cuando quiere es colectiva y que su pensamiento puede ser sistémico. Pero lo importante no es llegar, si no mantenerse, y ahora, más que antes, es cuando no debemos dejar de estar pendientes de los alberges, centros de acopio, y personas damnificadas; de involucrarnos con ellos, humanamente, hasta que vuelvan a tener la solidez para que juntos empujemos a la meta que siga, y realmente nos convenga como país. Porque podemos demostrar en conjunto que si nos queda la vida, entonces, no se ha perdido todo.
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el mundo es...
Por: Jessica Malo Mora*
Frida
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En conmemoración a todos los animales que formaron parte de equipos de búsqueda y rescate, así como a los rescatados, y a quienes perdieron alguno de estos angelitos el 19S.
El pasado 19 de septiembre, México vivió otra tragedia, con el terremoto que sorprendió y estremeció a estados como Oaxaca, Puebla y Ciudad de México, entre otros, dejando muchos hogares, edificios, escuelas, y carreteras, colapsados, o con daños estructurales; pero mostrando también la belleza de la gente de este país, que enseñó su humanidad organizándose para llevar a cabo labores de rescate. Lo interesante y que destacaremos en este texto, es que el rescate no solo fue en busca y por parte de presencia humana, sino que se le dio la importancia como miembros de la familia que son a las mascotas, de quienes más de 150 recibieron ayuda de bomberos, voluntarios y rescatistas, que también pusieron su atención en ellas, solidarizándose con sus dueños y reconociendo su amor y respeto por la vida de estos animalitos. Aquí tampoco importó la especie, el color, o la edad; la vida de cada una se valoró durante cada segundo que pasaba. De esta forma, se pudo apreciar, por ejemplo: el rescate de un perico tamaulipeco o de cabeza roja, del edificio de Coquimbo, aquí en Lindavista, o un perro, que fue liberado de los escombros del edificio de Álvaro Obregón 286, en el colonia Roma, así como gatos, tortugas, y demás especies, que fueron publicadas y compartidas masivamente en redes sociales, donde se pueden observar en video a elementos de la Marina y voluntarios que felices, y con mucha energía positiva, son alentados entre aplausos, silbidos y gritos de “¡bravo!”, para seguir buscando todas las señales de vida que se pudieran salvar. Los albergues para animales también recibieron la atención de los medios y redes, así como de muchísimos donadores, y los centros de acopio empezaron a llenarse con ayuda para las mascotas. La noble labor no terminó ahí, ya que muchos veterinarios se sumaron a la tarea de dar todo el apoyo posible. Dignos de honor y galardón son los héroes caninos que pudimos ver en acción, y que con su excelente olfato y riguroso entrenamiento, pudieron salvar vidas y encontrar personas. Perros rescatistas como: Frida, Ecko, Evil, Titán, Hueso, Gala, Baco, Cairo, Geri, Xanto, Mina, y sus respectivos binomios humanos de la Marina, el Ejército, rescatistas y voluntarios, nos llenaron el corazón con sus hazañas.
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10 el mundo es... Ecko
Animales rescatados
Dentro de este ámbito, cabe destacar que como dueño, cuidador, o futuro propietario de algún animal, debes recordar que siempre hay responsabilidades con ellos, como con cualquier miembro de la familia. En ese sentido, recuerda tener en un lugar o mochila para emergencias, los documentos de tu hogar, de los miembros de la casa y de las mascotas, como son su cartilla de vacunación, alimento, medicamento y artículos vitales para ellas. Acuérdate también que no pueden comunicarse como nosotros, así que coloca en su placa los datos de donde te pueden localizar, o a algún otro miembro de tu familia. Por otro lado, ten en cuenta que también sienten miedo, y pueden sufrir accidentes, así que en caso de que no estés con ellos, no los dejes amarrados, para que puedan intentar ponerse a salvo. Si tienes aves, conejos, ratones o algún otro de este tipo, procura tenerlos en sus recintos y cercanos a una salida rápida o en una zona de poco riesgo. Ubica zonas de evacuación y realiza simulacros con ellos para poder estar preparado, y tener localizado un lugar seguro.
Animales Previsores La naturaleza es impredecible, pero desde hace mucho tiempo, ha llamado la atención de científicos el comportamiento animal ante diversos fenómenos naturales: erupciones volcánicas, huracanes y sobre todo sismos y tsunamis. Pobladores de diferentes lugares afectados han notado una actitud inusual en sus mascotas y animales de la zona en este tipo de casos, como si pudieran intuirlos. Un ejemplo documentado lo encontramos el 16 de abril de 2016, en Ecuador; cuando una perrita pekinés llamada: Dixi, sobreviviente de un terremoto de 7,8 grados en escala Richter, comenzó a mostrarse en estado de alerta, ladrando y buscando protección antes de una réplica. Otro ejemplo es el reportado por colaboradores de la revista National Geographic, en el tsunami de 2005 en Indonesia, donde animales en los zoológicos no querían salir de sus recintos, mascotas se negaban a ir más allá de la puerta de su casa, e incluso algunos elefantes fueron escuchados barritar de manera inusual y alarmante, además de observados caminando velozmente en busca de lugares más altos, previo al impacto marítimo.
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Y como estas, hay muchas más evidencias en videos y testimoniales, que demuestran que en efecto, los animales parecen tener un “sexto sentido” hacia los fenómenos naturales. Sin embargo, aunque los expertos en comportamiento y científicos han intentado probar esta idea, aun no existe una prueba contundente que pueda afirmarla, ya que estudiar esta conducta previsora es complicado, considerando la circunstancia en que se debe presentar. Un estudio cercano, ha sido el presentado por la doctora en zoología: Stella de la Torre, decana de la facultad de ciencias biológicas y ambientales de la Universidad de San Francisco de Quito, donde comenta que hay animales que tienen una “comunicación sísmica”, considerando los cambios que sufre cada ecosistema, como condiciones climáticas, o las vibraciones que hay en él, las cuales tienen una frecuencia por debajo del espacio audible del oído humano, es decir, son infrasónicas. Para ella, las vibraciones infrasónicas que ocurren en un terremoto, pueden ingresar al sistema de comunicación de los animales, alertándoles de un peligro inminente; haciendo suponer que aquellos con este tipo de sensibilidad serían los que podrían “predecir los eventos”.
Por su parte, Joseph L. Kirschvink, de la división de ciencias geológicas y planetarias del Instituto de Tecnología de California, publicó una investigación llamada: Predicción de terremotos por animales: evolución y percepción sensorial; donde señala que existe la posibilidad de que algunos animales puedan sentir cambios magnéticos y eléctricos en la tierra, la humedad y la inclinación, gracias a los sentidos tan desarrollados que poseen. Aunque al estar en un espacio “menos natural”, esta habilidad puede desaparecer, por ejemplo, el ruido de los vehículos, la contaminación y otros agentes citadinos. Así que si te preguntas ¿por qué tu perro o gato no se altera o tiene un comportamiento previo a estos eventos? seguramente es porque ya se acostumbró al ritmo de vida local. Por último: Gracias a todos aquellos que colaboraron en la búsqueda y rescate durante estos momentos de angustia y tragedia. Gracias por el apoyo brindado a todos los seres vivos que han padecido ante estas circunstancias. Sigamos con ese espíritu y que jamás se nos olvide el corazón enorme con el que contamos todos, todos, como seres vivos. #FuerzaMéxico * Departamento de educación para la conservación Africam Safari
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Arte inspirado en los perros
Evil
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Tecnol
para ay
El 19 de septiembre de 2017 fue un parteaguas para una gran parte de los habitantes de la zona centro de México. Tres minutos bastaron para cambiar por siempre el panorama de sus ciudades y sobre todo, el sentir de sus habitantes. Edificios derrumbados, gente desaparecida, servicios interrumpidos; aunado al fantasma de aquel terrible 19 de septiembre de 1985. Sin embargo, esta vez lo vivimos muy distinto. La tecnología actual al alcance del ciudadano promedio y los nuevos medios de comunicación, permitieron una rápida respuesta de sus ciudadanos para ayudar a los caídos. Comenzando con el sistema de alerta sísmica del Servicio Sismológico Nacional, que conecta una red de 61 sensores a lo largo de las costas del océa-
no Pacífico y Veracruz, así como en el eje neovolcánico del país. Esta detona una alerta sonora en los principales asentamientos humanos, lo que permite ganarle unos segundos vitales al impacto. Por otro lado, están los teléfonos móviles -que a día de hoy equivalen en México, a un celular por habitante- los cuales crearon la diferencia al momento de coordinar los esfuerzos de acopio, rescate y logística; durante toda la semana que siguió al sismo. Evidentemente, no podemos dejar fuera los casos de aquellas personas que enviaron mensajes y lla-
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logía
Por: Erik Mariñelarena
ayudarnos madas de ayuda, desde abajo de los escombros que les aprisionaban. La comunicación se compartía, penetrando en las redes sociales, y en la mayoría de los casos, rápidamente acudían decenas de rescatistas emergentes para retirar los restos y asistirlos.
Facebook, Twitter, Whatsapp... funcionaban entre los usuarios desde distintos puntos de la ciudad, y de forma gratuita en todas las compañías, a pesar de que las líneas fijas y móviles estuvieran caídas por momentos alternantes. No faltaba quien solicitaba a algún buen samaritano, que le conectara con sus familiares y amigos, porque no tenía forma, y así, una cadena de mensajes multiplataforma.
Desde el 2011, en aquel gran terremoto y tsunami que asolaron las costas de Japón, la red social: Facebook, implemento su Safety Check (verificador de seguridad), un sistema que con un solo clic, permite comunicar de forma general a la comunidad y a tus contactos, si te encuentras a salvo durante una catástrofe. Claro, también estaba el otro lado; no faltaba quién hacia un comunicado de bienestar sin haber estado siquiera cerca de la zona de peligro y por reacción, aquellos que criticaban el abuso. Pero estos son los gajes del oficio, son parte del paquete. La compañía creadora de los carismáticos doodles: Google, hizo lo propio con el sistema Person Finder
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(Localizador de personas). Una base de datos que permitía buscar personas extraviadas a través de una recopilación de los nombres de todas aquellas a quienes asistían los rescatistas. El famoso equipo de salvamento: Brigada de Rescate Topos Tlatelolco, se valió de su cuenta en PayPal (sistema de dinero por internet), para recibir donaciones provenientes de todo el mundo. Los medios digitales utilizaron esta misma herramienta, junto con las redes sociales para iniciar una cadena de donaciones, con el hashtag (etiquetas): #MenosPostsMasApoyo. Logrando que cada medio que participara donara un monto de 50 mil pesos, y haciendo un eslabón al invitar a un medio distinto a hacer lo propio. Los escáners térmicos, sistemas que se usan para detectar un cuerpo que emite calor, que algunas empresas de tecnología pusieron a disposición de las brigadas, permitieron verificar si aún había sobrevivientes bajo los derrumbes. Algunas empresas de la producción audiovisual no se quedaron atrás y salieron a ofrecer sus sistemas de iluminación para cine y televisión, con el fin de que no se detuvieran los rescates durante la noche. Al igual que sus sofisticados y sensibles sistemas de grabación de audio, utilizados para escuchar gritos y respiraciones ahogadas entre los escombros. Algunos brigadistas voluntarios, sin afán de protagonismo, hicieron transmisiones en vivo con Facebook Live, invitando a otros a cooperar, a donar, o a dirigir sus esfuerzos. Las páginas de internet de
distintos medios, comunicaban mapas actualizados en vivo de los lugares donde se habían instalado centros de acopio, albergues y los distintos sitios donde habían ocurrido derrumbes. Los hashtags en Twitter, permitieron apoyar a la distancia con mecánicas como #RevisaMiGrieta, donde peritos, arquitectos y profesionales de la construcción, apoyaban en la evaluación de los hogares afectados. Surgieron campañas en Pictoline (organización de visualización de datos), para educar a la población por medio de infogramas, sobre qué hacer durante el sismo. Ahí fue donde muchos nos enteramos que el famoso triángulo de la vida, no aplica para México. De igual forma la masividad y fácil accesibilidad de las redes sociales, mostraron su lado oscuro cuando se empezó a compartir los mensajes sin verificar: falsos derrumbes, falsos acaecidos; algunos con afán de malicia, y otros con ganas de ayudar, y que generó en otros una idea de orden poniendo fecha y hora a los post. Hablando de lo que fueron los medios de comunicación en esos días, no se puede dejar de lado el
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caso de la niña Frida Sofía, que fue un hito a lo largo de las acciones de rescate. La televisión tradicional con Televisa a la cabeza, colocó la mayor parte de su foco en una sola historia, en un solo necesitado. Así, logro robar la atención de los ciudadanos, que en ese momento requería ser equitativa entre todos los lugares de rescate. El descubrimiento de que tal niña no existía, provocó enojo, sorpresa y malestar en los televidentes, de los que sin importar quién inicio el rumor, casi todos seguimos y caímos. La radio y el periódico impreso hicieron lo que pudieron (sin demeritarlos), pero también conscientes de sus limitaciones para llegar de forma inmediata a quienes necesitaban la información fidedigna y sabiendo que el tiempo de respuesta era primordial. En fin, definitivamente, en 2017 lo vivimos muy distinto a 32 años antes. ¿Qué nos queda hoy? ¿qué aprendimos? Quizá ahí yace el siguiente pasó: utilizar los medios de comunicación para transmitir lo aprendido, para capacitar, para preparar, porque estamos seguros que no será la última vez que nos
enfrentemos a un sismo de gran magnitud o a una situación que requiera de unirnos, y si no nosotros, quizá a nuestro hijos o nietos. La tecnología no solo debe servir para asegurar una respuesta inmediata, sino también una preparación, un conocimiento preventivo. Y la clave es la educación. Tener reglas estrictas de cómo deben ser utilizadas las redes sociales en caso de un siniestro, para compartir información que puede salvar tu vida o de las personas que te rodean. Esta vez tuvimos una mejor suerte que en 1985, pero desconocemos como puede ser el futuro. Vale siempre más estar preparados y aprovechar mejor nuestros recursos, porque bastan solo tres minutos para cambiar la vida para siempre.
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Foto: Rodrigo Santos / Resonante Radio
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DEL SACRIFICIO DE LOS MEXICANOS Por: Héctor Daniel Rosales Lobato
Es momento de analizar la situación del pasado 19 de septiembre, partiendo de una premisa: El sacrificio es la ruina, y la ausencia de sacrificio también llevará a la ruina, o lo que es lo mismo ¿Hasta qué punto el mexicano es capaz de aprender del sacrificio colectivo? La historia de la humanidad es la del empoderamiento y caída de las civilizaciones. Y en un rápido análisis, nos damos cuenta de que una de las constantes en la caída de éstas han sido los desastres naturales. En muchas culturas se asocian estos desastres con el castigo divino, y para remediarlo se debía hacer un sacrificio, es decir, derramar sangre ¿con qué objetivo? restaurar el orden establecido, unir lo que ha sido separado. Pero ¿cómo puede un acto violento y de destrucción ser un acto de integración? A través de ofrecer una víctima a la divinidad o fuerza superior, la sociedad volvía a encontrar el sentido del todo, pues al reconocer su culpa y su inferioridad se vuelve a sellar este pacto de unión con la deidad, sellándolo con sangre. Es así como el sacrificio ofrece una magia secreta, un ritual extraño que transforma la muerte en vida. La divinidad engaña a los hombres exigiendo la muerte para continuar la vida, y los hombres engañan a los dioses encontrando el perfecto pretexto para satisfacer su sed de sangre. ¿Y en dónde encontramos el primer sacrificio? En la creación, donde la divinidad se desprende de una parte importante de sí misma para dar nueva vida. Pero la divinidad, como Vito Corleono, en El Padrino, no olvida que le deben un favor, y al paso del tiempo, llegará el día en que exija la devolución con intereses altísimos. En México la cuerda invisible entre la divinidad y la creación no está cortada del todo, la primera siempre puede recoger su balón y llevárselo si le apetece, anulando así, sin ningún aviso, el pacto primigenio. Sin embargo, con el sacrificio realizado por los mexicanos a lo largo de nuestra historia, pensamos que nuestra deuda estaba saldada, y que podíamos hacer lo que quisiéramos con el territorio, y por tanto, la divinidad no iba a volver a intervenir en nuestro destino con brutal autoridad. Aún así no hay que olvidar un concepto sumamente importante: el orden que emana de su par: la ley. México no puede vivir solo de la ley, necesita un orden, pues la ley por sí sola es impotente para establecer algo. La autoridad moderna nos quiere hacer creer que ley y orden son sinónimos, y casi lo logran. Olvidamos que todos los actos violentos surgen para instaurar un orden que la ley sola nunca podría crear. Y la impotencia de la ley, dice
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Georges Bataille, consiste en su incapacidad para lidiar con el excedente, pues la disputa por ese en muchas ocasiones provoca su pérdida para todas las partes. Los mexicanos nos distinguimos en la forma de tratar el exceso, pues el sacrificio está inscrito en nuestra fisiología; nuestro orden biológico y social está basado en el desperdicio, en el exceso, y con la llegada de la ley, el sacrificio se convirtió en un proceso judicial en el cual la víctima es escogida ya no por su bondad o por su valor, o por su virginidad, sino por su debilidad, y no le llamará víctima sino culpable. Así se revela que la ley es arrastrada por algo previo y más fuerte, porque las víctimas no son condenadas por ésta, sino por la impotencia de ella, ya que en realidad la que condena a los culpables es la sociedad. La sociedad mexicana necesita analizar detenidamente los sucesos del 19 de septiembre de 2017 desde diferentes perspectivas: social, económica, política, ética, etc. Y a partir de ese análisis, obtener implicaciones que nos hagan mejorar como país en todos los sentidos. Ayudamos al desgraciado no porque seamos mexicanos, sino porque somos humanos, y la empatía se da en este tipo de situaciones por cuestiones instintivas. Nos desvivimos por sacar vida de los escombros porque nuestras emociones nos impulsan a colaborar para resguardar la vida. No somos una raza especialmente dotada para ayudarnos en la desgracias, pero sí somos un pueblo capaz de empatizar cuando es necesario. Sin embargo, esta ayuda viene del impulso, y no de un plan organizado que se supone nuestras autoridades deberían de tener. Un buen plan gubernamental combinado con la acción conjunta de la sociedad hubiera hecho la diferencia entre la vida y la muerte. Y si retrocedemos un paso, podríamos preguntarnos ¿de qué manera se pudo haber evitado estas muertes? En este punto es importante analizar la perspectiva política y administrativa, pues se supone que a partir del sismo del 1985, las nuevas normas de construcción debieron tener como consecuencia edificios con mejores estructuras y Sociedad civil.
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Brigadistas y voluntarios
resistentes a sismos. No fue así, pues comprobamos que las constructoras en contubernio con las autoridades delegaciones se pasan por el “arco del triunfo” las medidas de seguridad necesarias para evitar estos decesos. Regresando al presente y proyectando a futuro ¿qué medidas podríamos tomar los mexicanos en conjunto para reducir el número de pérdidas ante cualquier sismo que siga? Podríamos empezar por ofrecer en sacrificio legal a los principales responsables de los edificios derrumbados, a las autoridades que brillaron por su ausencia en la organización y respuesta ante el desastre, y a los que lucraron con la desgracia del pueblo. Dicen que la naturaleza y la vida son tan buenos maestros que si no aprendes la lección, te la repiten. A partir de este momento la sociedad mexicana no puede seguir siendo la misma, ¿o sí? El sacrificio es la ruina, y la ausencia de sacrificio también llevará a la ruina, pero este par de realidades yuxtapuestas nos remite a una verdad concreta y lúgubre, la Tierra es un ser vivo que está en constante reacomodo, importándole un pepino si esas zonas están sobrepobladas o desiertas, pues desde tiempos inmemoriales ha removido de su faz a los seres que no le agradan o le convienen. Estamos a expensas de sus caprichos y lo único que podemos esperar al respecto es hacer un acuerdo con ella, yo no te jodo y tú no me jodes. Es un trato justo que no sé si el ser humano tenga la capacidad y la voluntad de cumplir.
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