La Panera, número 47

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La Panera Periódico mensual de Arte y Cultura

I

marzo 2014

47 Distribución gratuita

Ivan Nagy adiós al creador de la Selección Nacional de la Cultura chilena

Sir Henry Tate

Not Vital

instala su paraíso en la Patagonia y en la Galería Patricia Ready

Not Vital, «Let one hundred flowers bloom», 2008. Stainless steel. 100 lotuses, each c.320cm long.

y el inapreciable legado artístico de un magnate azucarero


Gracia Barrios

Pedro Lira

Patricia Israel

Valenzuela Puelma

Arturo Gordon

Eugenio Téllez

Valenzuela Llanos

Pedro Luna

Benito Rebolledo

Ernesto Molina

Bci te invita a vivir la experiencia del arte y la historia de Chile La “Colección Privada de Artistas” es parte de nuestro patrimonio cultural y es un reflejo del espíritu de quienes retrataron a nuestro país en diferentes épocas. La muestra es exhibida en el Edificio Corporativo. (El Golf 125, Las Condes).

C a l e n d a r i o v i s i ta s g u i a d a s abr. may. jun. 10 8 12

jul. ago. sep. oct. nov. dic. 10 21 25 16 13 11

Días jueves, desde las 18:30 hrs.

Visitas guiadas gratuitas, previa inscripción llamando al 23427329 o al email confirmacionesbci@ amproducciones.cl

Infórmese sobre la garantía estatal de los depósitos en su banco o en www.sbif.cl


La Panera Ivan Nagy y Gelsey Kirkland en «The Leaves are Fading». Foto de Max Waldam.

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Artes Visuales

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Juan Castillo lleva su obra abierta desde el desierto a Chiloé

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¿Qué convierte en pirómanos a tantos artistas?

Homenaje a Serge Poliakoff, el gran artista abstracto

18 El Museo Británico intenta develar los mitos de El Dorado Charles Burns: gráfica y narrativa unidas a fuego 20 Cine El milagro de las resurrecciones en el cine del siglo XX 22 Música Simón González y su compromiso con la creación latinoamericana 24 Literatura Octavio Paz, una mirada a su ideario a 100 años de su nacimiento 30 34

Andrea Jeftanovic, literatura a tiempo completo

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Mix de escritores chilenos triunfa con encargos para la televisión

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Columna de Edison Otero

Gestión Cultural

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La abolición del tiempo y del espacio

Llegó la hora de la “Glocalización”

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Cultura de Vida

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Columna de Miguel Laborde

El derecho a ser feliz y no morir en el intento

La Madre Tierra también tiene dos caras

Agendas Nacional e internacional 47

Periódico mensual de arte y cultura editado por la corporación cultural arte+

lapanera@galeriapready.cl

Presidenta Patricia Ready Kattan Directora General Susana Ponce de León González Directora de la sección Artes Visuales Patricia Ready Kattan Editora Jefa Susana Ponce de León González Coordinadora Periodística Pilar Entrala Vergara Dirección de arte Rosario Briones Rojas Diseño Rosario Briones Rojas Asistentes de diseño Simoné Malacchini y Bernardita Espinoza Colaboradores Carolina Andonie - Sandra Accatino - Víctor Barrera - Elisa Cárdenas Evelyn Erlij - Pilar Entrala - César Gabler - Violeta Güiraldes - María Teresa Herreros Victoria Jiménez - Miguel Laborde - Pamela Marfil - Lina Meruane - Catalina Mena Andrés Nazarala - Edison Otero - Susana Ponce de León - Nicolás Poblete Juan Carlos Ramírez - Juan José Santos - David Vera-Meiggs - Antonio Voland Corporación Cultural Arte+ Espoz 3125, Vitacura, Santiago de Chile. Fono +(562) 2953-6210 Representante Legal Rodrigo Palacios Fitz-Henry Imprenta Gráfica Andes Servicios Informativos Agence France-Presse (AFP)

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LA PANERA se distribuye en todo Chile y, con el Patrocinio de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores (Dirac), se hace presente en varios puntos del extranjero (embajadas, agregadurías culturales, consulados y otros). A través de la empresa HBbooks llega a las bibliotecas de las universidades de Harvard, Stanford, Texas (Austin), Minnesota y Toronto, y del Ibero-Amerikanisches Institut (Berlín). Además, la Biblioteca Kandinsky del Centro Pompidou de París la ha incorporado a su catálogo oficial. Y también está disponible en las bibliotecas de la National Gallery de Londres, de los museos Tamayo de México, ThyssenBornemisza y Reina Sofía de Madrid, y de la Internationella Biblioteket de Estocolmo. Premio Nacional de Revistas MAGs 2013, categoría Mejor Reportaje de arte, entretenimiento, gastronomía, tiempo libre, espectáculos; y Premio Nacional de Revistas MAGs 2012, categoría Mejor Reportaje de turismo, viajes y fomento a la cultura chilena, otorgados por la Asociación Nacional de la Prensa. 20 mil ejemplares de distribución gratuita.

Proyecto acogido a la ley de donaciones culturales Nº18.985

Las opiniones vertidas en esta edición son de exclusiva responsabilidad de quien las emite.


Artes Visuales

Los paraísos de

Not Vital Lo que mueve a este artista suizo es la necesidad de atravesar, una y otra vez, sus propios límites. Utópica, ambiciosa y exploradora, su obra se nutre de constantes viajes y experiencias. Sus últimos trabajos consisten en grandes construcciones que ha instalado en lugares como Nigeria y China y, ahora, en la Patagonia chilena. Lo entrevistamos por email y esta es su voz.

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Muchas de sus obras son blancas, de yeso o de mármol, y se elevan totémicas y solemnes, como las montañas. En la foto, la Isla de Mármol, ubicada en el lago General Carrera, donde construye su más reciente trabajo.

Por Catalina Mena.

Cristián Orellana

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ice que el gen de su obra viene de haberse criado en el valle de Engadina, uno de los sectores más altos de los Alpes suizos. Los montañosos silencios lo inclinaron a la contemplación, y la fosforescencia de la nieve encandiló su imaginario. Muchas de sus obras son blancas, de yeso o de mármol, y se elevan totémicas y solemnes, como las montañas. “En mi tierra la mitad del año hay cuatro metros de nieve y los ojos se vuelven sensibles a la luz. Si hubiese nacido en Brasil o en la India, mi trabajo sería mucho más colorido”, comenta. Artista nómada, dueño de un ímpetu aventurero y de una curiosidad insaciable –como la de los legendarios navegantes que en el siglo XVI buscaban paraísos en el fin del mundo–, Not Vital ha hecho de los paisajes remotos el soporte de su obra. Es a partir de sus permanentes viajes, y de los encuentros y choques culturales que experimenta, que él da cuerpo a su trabajo. Apasionado y prolífico, Not Vital ha transitado por distintos lenguajes, conservando la marca de su personal imaginario. Sus pinturas, objetos e instalaciones se han expuesto en distintos espacios de arte internacional, pero su empresa creativa más ambiciosa es la que lleva realizando hace una década. Se trata de grandes esculturas arquitectónicas, casas, torres y puentes, de diseño extravagante pero ajustado a los paisajes donde se instalan. Escenarios de estas obras han sido Nigeria y China y, ahora, la Patagonia chilena. Allí compró la Isla de Mármol, en el lago General Carrera, donde construye su más reciente trabajo. Ya en 2007 había declarado: “Mi sueño es tener una casa para mirar la puesta de sol en cada continente”. Entonces emprendió viaje hacia la desértica tierra de Agadez, en Nigeria, donde levantó su fantasía. “La idea era construir una casa para ver la puesta de sol en el país más pobre del mundo. Tiene cuatro pisos de altura y es el edificio de adobe más grande en toda la región, por eso fue un gran reto”, explica.

“Si has construido castillos en el aire, tu trabajo no se pierde; ahora coloca las bases debajo de ellos”, George Bernard Shaw (1856-1950), escritor irlandés.

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Artes Visuales

Arribo a la Galería

1. Ya en 2007 había declarado: “Mi sueño es tener una casa para mirar la puesta de sol en cada continente”. Entonces emprendió viaje hacia la desértica tierra de Agadez, en Nigeria, donde levantó su fantasía.

1. «Makaranta», (Koran School), 2004. Agadez, Niger. 2. «House Against Heat and Sandstorms», 2006. Agadez, Niger. 3. «House to Watch the Sunset», 2005. Oase Aladab, Niger.

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Junto con su desembarco en la Patagonia chilena, donde terminará su obra NotOna, Not Vital se toma, por primera vez, una sala de exhibición en Latinoamérica. El 12 de marzo abrirá la Temporada 2014 de la Galería Patricia Ready con una de sus obras más significativas. Se trata de la instalación «Let one hundred flowers bloom», que ya ha sido expuesta en China (donde también tiene un estudio), Austria y España. Son cien flores de loto –ícono recurrente en su trabajo– realizadas en acero inoxidable y cuya superficie es altamente refractante. Las flores están dispuestas horizontalmente y cada una mide tres metros de largo. Su gesto invadirá por completo el gran suelo de la sala mayor, modificando radicalmente la atmósfera espacial. Junto con esto, el arquitecto Cristián Orellana, su brazo ejecutor en NotOna, presentará en la sala gráfica de la Galería una instalación que reproduce a escala el diseño de este túnel-casa para mirar la puesta de sol. La muestra estará montada hasta el 25 de abril.

Y la fantasía ahora se replica. Fue en Europa que el arquitecto chileno Cristián Orellana –que es su mano derecha en este proyecto– le propuso la posibilidad de comprar una isla en Aysén. Con su venia, Orellana transformó la isla de 60 mil metros cuadrados en un edificio llamado NotOna. Diseñado con una sola ventana –especialmente pensada para mirar la puesta de sol– es una especie de cueva alargada, de 50 metros de longitud, que deriva en un espacio circular, de utópica habitabilidad. –Su nombre, Not Vital, misterioso. ¿Es su nombre de pila o su nombre de artista? “Es mi nombre real. Ha estado en mi familia por mucho tiempo”. –¿Cómo se definiría usted? ¿Le acomoda la categoría de artista? “El cantante italiano Adriano Celentano tiene una canción que se llama ‘Un poco artista y un poco no’. Eso podría decir para describirme”. –¿Cuál es el deseo detrás de su empresa de arte? “Creo que no es una elección consciente. Sólo es una necesidad básica, una curiosidad sin fin por conocer nuevos lugares y personas. Entonces la obra evoluciona con los distintos viajes y las inspiraciones que obtengo de ellos”. –¿En qué género de arte inscribe las esculturas arquitectónicas que instala en paisajes remotos? “No inscribo lo que hago dentro de un género tradicional. En mi obra entra la experiencia de vida, las relaciones con personas de otras culturas; y con los asistentes que me ayudan, el trabajo creativo y constructivo. Pero, ante la necesidad de ponerle nombre a

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mis edificios, los he llamado scarch, que es una mezcla entre sculpture y architecture”.

“ante la necesidad de ponerle

–¿Y cuál es la función de sus scarchs? “Las casas que hago no están pensadas para vivir, sino para crear un mundo propio”.

he llamado scarch, que es

–Muchos de sus edificios han sido construidos en Nigeria, ¿por qué? “Por muchas razones. Porque en ese lugar las personas son nómades, como yo; las montañas y el desierto se unen; la fuerza y la belleza del paisaje me conmueven; y las puestas de sol son muy intensas”. –¿Y no le cansa andar de acá para allá? ¿Cuál es su casa en realidad? “No me canso de viajar, pero mi verdadero hogar es aquél donde todo comenzó: el valle de Engadina, en Suiza”.

nombre a mis edificios, los una mezcla entre sculpture y architecture”.


El Arte de Mirar

Jan van Eyck El matrimonio Arnolfini (National Gallery de Londres)

Como gran parte de los pintores del norte de Europa, el artista flamenco disolvía los pigmentos en aceite de linaza. Al contacto con el aire, la mezcla se endurece, convirtiéndose en una sustancia sólida y transparente que permite la superposición de capas cada vez más leves de pintura. A través de ellas, Van Eyck logró captar como ninguno antes la gradación del color y de la luz sobre las distintas superficies. POR SANDRA ACCATINO

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n e l c u a d r o q u e J a n va n E y c k

(1390-1441) pintó en 1434 para el rico mercader Giovanni Arnolfini, los objetos que rodean a la pareja han sido tan cuidadosamente dispuestos y tan detalladamente representados que producen en quien los observa un efecto de casi tangible visibilidad, dándole a las figuras solemnes y silenciosas del comerciante italiano y su mujer un aspecto real que ellas, de estar solas, difícilmente lograrían. Esto ocurre porque en el estrecho espacio de la habitación, el artista flamenco no sólo representó los objetos, sino también la luz y sus efectos sobre las distintas superficies. Las sutiles capas del óleo reconstruyen, una a una, las cuentas de cristal del rosario que, lisas y traslúcidas, brillan y reflejan la ventana que las ilumina, mientras el clavo del que pende ha soltado parte del estuco grueso y opaco que cubre la pared. En la pintura, la luz acusa el hilo que cose la paja del sombrero negro de Arnolfini y delata la suavidad de la piel de marta cibelina junto a las tonalidades púrpuras del terciopelo de su túnica. Vemos la luz a través de los vidrios azules, verdes, rojos y transparentes de la ventana y percibimos que ella atraviesa las hojas del guindo para posarse luego en las rugosas cáscaras de las naranjas, en el bronce de la lámpara, en las joyas que adornan a la mujer. La luz nos muestra las opacas vetas de la madera del piso y de los zapatos que sobre él descansan, cerca del pequeño perro, cuyos ojos, redondos como el espejo de la pared, hace brillar mientras nos mira. El perro y el espejo son los dos extremos del cuadro en los que el espectador ha quedado capturado. El espejo convexo del muro, que refleja la habitación que vemos desde el punto de vista inverso, nos muestra el lugar que ocupamos en este cuadro. Representados delante de la puerta, somos los dos personajes que la atenta mirada del perro y el saludo de Arnolfini reciben. Al igual que el pintor, que escribió sobre el espejo “Jan van Eyck estuvo aquí”, hemos sido invitados a contemplar el bienestar de los esposos.

Cuando el espectador de la época observaba detenidamente esta tela, se volvían visibles también las virtudes que vinculaban el matrimonio a los valores cristianos. La vela encendida en el candelabro le recordaba la mirada omnipresente de Dios y, bajo ella, el rosario y las diez escenas de la Pasión que enmarcan el espejo, bendecían el enlace de las manos. Tallada en el banco de madera, la figura de santa Margarita con el dragón –de cuyo vientre ella se liberó– protegía los futuros embarazos y partos, mientras que las naranjas y las guindas, evocaban los frutos del Paraíso. En el primer plano, el perro se volvía un emblema de la fidelidad. Pintado en el tenue umbral que separa la Edad Media del mundo moderno, en «El matrimonio Arnolfini» la visión casi palpable de las objetos nos conduce hacia invisibles presencias en la habitación: la luz que, como la divinidad, hace refulgir las cosas y el anhelo de prosperidad, que se ha posado, como un barniz, sobre ellas.

«El matrimonio Arnolfini», óleo sobre roble, 82 por 60 cm., 1434, National Gallery, Londres.

Sandra Accatino es académica del departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado. Ha publicado diversos capítulos de libros, artículos y ensayos sobre pintura europea, arte de la memoria, coleccionismo y artistas chilenos contemporáneos. Fue curadora, junto a Pablo Chiuminatto, de la muestra «Degas escultor: impresiones de la vida moderna». “Bigamia es tener una esposa de más... Monogamia es lo mismo”, Oscar Wilde (1854-1900), poeta y escritor irlandés.

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Artes Visuales

Los sueños abstractos de

Serge Poliakoff El Museo de Arte Moderno de París consagró a este pintor ruso-francés (una de las figuras más grandes del arte abstracto) la retrospectiva más importante que se le haya hecho en más de cuarenta años. Aunque su nombre ha permanecido en el olvido, sus formas geométricas y sus colores superpuestos siguen destellando una luz interior que pocos artistas han logrado crear.

Por Evelyn Erlij

Desde París

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n los tiempos actuales, en que la democratización tecnológica ha puesto una cámara de fotos o un teléfono inteligente en el bolsillo de todos, el ritual de fotografiar las obras de arte de los museos se ha convertido en una obsesión. La contemplación parece un hábito del pasado. Lo que reina es la manía por adueñarse de los cuadros, por materializar la experiencia museística en una imagen que patente el pretencioso “yo estuve ahí”. El filósofo Walter Benjamin lo advirtió en la década de 1930, cuando anunció la muerte del “aura”, ese aquí y ahora del original, esa sensación conmovedora que se vive al estar frente a una obra. Puede ser que su sentencia haya sido exagerada, ya que la reproducción técnica del arte también permitió su difusión y, de paso, quitó ese velo sagrado, elitista y cultural que cubría a las piezas. Pero las palabras de Benjamin toman sentido frente a un cuadro de Serge Poliakoff (1900-1969): entre una copia y un original hay un abismo. La experiencia de visitar la exposición «Po-

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«Composición abstracta de franja azul», 1951. Óleo sobre tela. 89 x 116 cm. Collection particulière, Francfort © droits réservés © ADAGP, Paris 2013

liakoff: El sueño de las formas», que estuvo en el Museo de Arte Moderno de París hasta el 23 de febrero, es la mejor prueba. En cada cuadro se descubren pincelazos que se funden y dan vida a tonalidades inesperadas, se percibe en detalle las imperfecciones de las formas y la textura de los trazos, cuyos matices, mezclados los unos con los otros, crean la ilusión de colores translúcidos. La técnica y la sutileza de Poliakoff desaparecen en la reproducción, pero eso no impidió que el público satisfaciera sus ganas de apropiarse de las obras: los clics de las cámaras fueron la banda sonora de la retrospectiva, la más grande que se le haya dedicado en Francia a este pintor abstracto desde 1970. La muestra, compuesta por 150 obras, abarcó desde sus primeros trabajos hasta 1969, recorrido que devela la evolución de este artista ruso que, aunque naturalizado francés, a duras penas podía comunicarse en ese idioma. Nunca fue para él un gran inconveniente: su forma de expresión era la pintura y evitaba toda verbalización, análisis o teorización de su obra, a diferencia de Wassily Kandinsky,

antecesor a quien admiraba. “Los colores expresan los sentimientos y la personalidad”, era lo que se limitaba a decir sobre su estilo, heredero del trabajo de sus coterráneos Andrei Rublev, pintor de íconos del siglo XV; o de Malévich; también de Paul Klee, Otto Freundlich, y de Sonia y Robert Delaunay. Después del horror extremo de la Segunda Guerra Mundial, los discursos artísticos que aspiraban a cambiar la sociedad o a revolucionar la tradición perdieron sentido, y en ese contexto, el pintor –lejos de buscar la provocación– se planteó una meta sencilla: convertir al lienzo en un laboratorio de experimentación de formas geométricas y colores. Cada cuadro es un ensayo, un intento por explorar las posibilidades de una paleta que parece infinita. Al superponer capas de pigmentos puros y de tonalidades distintas –del mismo modo en que lo hacían los pintores de íconos religiosos rusos–, Poliakoff hace emerger colores inesperados, matices nunca antes vistos que, en su conjunto, crean superficies que irradian una fuerza y un dinamismo imprevistos.


que expone las distintas tonalidades que se pueden crear a partir de esos colores. Aunque estas experimentaciones también eran el resultado de sus estados de ánimo y de su vida interior, nunca quiso titular sus piezas de manera pretenciosa o artificial. Los nombres que elegía eran simples: «Forma negra» (1950), «Azul, naranja y negro» (1951) o «Amarillo y negro» (1952). Su forma de expresión no eran los motivos pictóricos ni las palabras, sino las asociaciones de colores capaces de transmitir una energía o un sentimiento, como es el caso de los rojos ardientes y los azules melancólicos. La música, que fue su primer oficio, le dio un sentido del ritmo y de la intensidad que supo aplicar en sus obras, invitando al ojo humano a desplazarse por el cuadro tal como si siguiera una partitura musical, entre tonos altos y bajos o, en este caso, entre tonalidades claras y oscuras. “Nunca pienso en el color que usaré. Lo más importante es la sonoridad, no los colores. La luz se encuentra ahí”, afirmó el artista en 1964. Hacia el final de su vida, Poliakoff se interesó sobre todo en el contraste, creando figuras monocromas azules, rojas, verdes o negras sobre fondos amarillos o blancos. Estos bloques de Al superponer capas de color unidos parecen pigmentos puros y de una especie de cotonalidades distintas –como llage o mosaico que forman un todo indilo hacían los pintores de soluble. De aquí que el artista no pensase íconos religiosos rusos–, sólo como pintor al Poliakoff hace emerger idear la composición de una pintura: colores inesperados, matices “Como un arquitecnunca antes vistos. to, me ocupo de los espacios. No es en la forma en la que pienso”, solía decir el creador, capaz de convertir un cuadro en una construcción sólida de formas, espacios, texturas y colores. Más que un goce para los ojos, aspiraba a lograr una cierta sonoridad y un misticismo que lo acercaba al arte rupestre y a la iconografía religiosa de su país natal. Las formas debían escucharse y no verse, decía Poliakoff, por cuyas venas corría sangre rusa y gitana. Durante varios años, antes de dedicarse a la pintura, realizó giras por Europa junto a la orquesta de sus tíos. Fue su guitarra la que lo obsesionó con encontrar la música y el ritmo en sus cuadros. Poliakoff pensaba en colores y soñaba formas –de ahí el título de la exposición–, al punto de crear un lenguaje artístico único y reconocible. Como teórico hablaba poco, pero como artista sólo lo calló la muerte: “Mucha gente piensa que en la pintura abstracta no hay nada. En cuanto a mí, sé que si mi vida fuera tres veces más larga, no habría bastado para decir todo lo que veo”.

«Composición abstracta», ca. 1968. Óleo sobre tela. 162 x 130 cm. Collection particulière, Monaco. © Photo Daniel Mille, Monaco © ADAGP, Paris 2013

El blanco nunca es blanco, el negro nunca es negro: entre las pinceladas aparecen tonos azules, amarillos o rosados que emergen desde el fondo, tal como si los colores se volvieran transparentes. “La dificultad de usar un fondo de color plano es darle vida. A través de él, busco una transparencia. Es ella la que da la vida. Es como el huevo y la yema. Se siente que hay algo al interior. Es el color sobre el color, tal como lo hacían los egipcios”, explicaba el pintor en 1952. COLORES MUSICALES

Piet Mondrian, Otto Freundlich, Wassily Kandinsky y otros, abrieron el camino para que una figura como Poliakoff irrumpiera en la década de 1950 dentro de un medio artístico que, veinte años antes, le había dado la espalda a las pinturas abstractas. Aunque se exilió de su Rusia natal escapando de la revolución de 1917, sólo dos décadas más tarde se dedicó a cultivar la técnica que lo hizo famoso y con la que ganó un lugar en la

llamada Segunda Escuela de París. A fines de los años 30 conoció a tres artistas que fueron clave en su carrera: Kandinsky y el matrimonio Delaunay. A diferencia de otros pintores, Poliakoff conoció la fama mundial y la riqueza en vida. No sólo contó con el apoyo de los galeristas –entre ellos, Denise René, la gran impulsora del Op Art y del Arte Cinético– y de los críticos de arte de su época. También inspiró a diseñadores de enorme popularidad, como Yves Saint Laurent, quien creó vestidos –uno de los cuales se exhibe en la muestra– siguiendo su estilo, el que admiraba por su pureza y equilibrio. Poliakoff trabajaba como un artesano en sus obras, mezclando él mismo los colores y los pigmentos que darían vida a sus cuadros, resaltados en la muestra gracias a una iluminación cuidada e inteligente que hizo brillar hasta los tonos más oscuros. En sus primeras pinturas trabajó las distintas sombras de un solo color, como en «Gris monocromo» (1946) o «Espacio naranja» (1948), en los

“A menudo es fatal vivir demasiado tiempo”, Louis Racine (1692-1763), poeta francés.

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Artes Visuales

Por Elisa Cárdenas Ortega

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Juan Castillo En su reciente visita, el ex integrante del Colectivo de Acciones de Arte (CADA) construyó una obra que cruza Chile de norte a sur con su típica frase “Te devuelvo tu imagen”, que puede remitir tanto a la estética del bolero, como a las diversas posibilidades de la representación.

JANO TORRES

n 1962, el filósofo italiano Umberto Eco resumió en su libro «Obra Abierta» gran parte de las concepciones estéticas y de las transformaciones de los procesos creativos ocurridos en las artes visuales, la música y la literatura desde la segunda mitad del siglo XX. Diez años antes, en Antofagasta, nacía Juan Castillo, quien tempranamente comenzó a definir sus intereses, contagiado por una intensa actividad cultural impulsada por la frecuente visita de artistas e intelectuales, y la proliferación de instancias creativas y de discusión en esa zona. Desde que se concibe como un artista visual, Castillo habla de su trabajo como una Obra Abierta, recuperando la esencia de los planteamientos de Eco. Parte importante de su infancia transcurrió en las oficinas salitreras de la pampa chilena. Allí, el año recién pasado, Castillo reconstruyó itinerarios de su propia biografía para la exposición «Ritos de Paso», que actualmente se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Chiloé y tiene una extensión en la Galería Modular de Castro. Retomando la frase “Te Devuelvo tu Imagen”, que ha utilizado en proyectos artísticos de 1981 y 1989, instaló una suerte de letrero en la mitad del paisaje desértico y, luego, en la Isla de Chiloé, dos extremos de Chile relacionados con su historia personal. Tras un día instalado, cada letrero fue quemado, que-

El itinerario visual y social de

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Después de años sobreviviendo con trabajos informales en Europa, hoy Juan Castillo es invitado a exponer en importantes museos y sus proyectos han sido regularmente apoyados por el Estado sueco.

dando sólo su base de madera enmarcando el entorno natural. Fueron seis semanas de viaje y seis quemas en cada zona, con accidentes, cambios de planes y sorpresas reveladoras, como todo proyecto que se reformula sobre la marcha y que se materializa como la unión entre pensamiento y praxis. Juan Castillo explica: “Para este trabajo definí dos espacios, uno en el Desierto de Atacama, desde la oficina salitrera Vergara –donde me crié– hasta Antofagasta, la primera ciudad grande que conocí. Y después Chiloé, donde estuve algunos meses tras el golpe militar de 1973, sobreviviendo a través de la compra de sabanillas chilotas, las que teñía para hacer ropa y venderla. Durante el proceso de ejecución de ‘Ritos de paso’ hubo que probar diferentes combustibles; algunas quemas no se produjeron totalmente por el exceso de viento en el norte; o la frase del letrero arrojó nuevas visualidades tras

las intensas lluvias en el sur. Todo eso me parece muy bello, pues mis obras son abiertas y procesuales, van variando, se van haciendo”. El registro de este viaje, más otros elementos visuales, constituyen la exposición itinerante –que tiene su bitácora en la página www.juancastillo.net– y es el producto de todo un equipo de colaboradores, entre los que se cuentan fotógrafos, documentalistas, productores y diseñadores. EL ARTISTA PREGUNTA

La vinculación con el paisaje, o el contexto, no es nada nuevo en Juan Castillo, para quien “el espacio es una forma que está allí, hay que dialogar con ella”. Conocida es su etapa como miembro fundador del Colectivo de Acciones de Arte (CADA), junto a los escritores Diamela Eltit y Raúl Zurita, al sociólogo Fernan-


nes de creación de las imágenes a través de pequeñas obras, ya sean proyecciones o inscripciones sobre madera, cemento, alquitrán, brea, a las que denomina íconos. En este caso, y respondiendo a su premisa de una obra abierta y continua, recuperó su antiguo concepto de Minimal Barroco, que intenta describir: “Nació de un proyecto mío muy antiguo, con la idea de desacralizar la hegemonía de los grandes centros culturales para etiquetar las producciones artísticas del mundo. Desde Estados Unidos y una fracción de Europa se exaltó mucho el Arte Minimal, y se utiliza –como cliché– la noción de Barroco cuando se habla de América Latina. Siento que ambos conceptos juntos son bastante efectivos, abren una ambigüedad, una ironía, una contradicción si se quiere, que me hace mucho sentido”. «Ritos de Paso» tendrá una nueva etapa en octubre, en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Iquique, donde también se realizará un seminario. En estos días, Castillo regresa a su casa-taller (ubicada a 500 kilómetros de Estocolmo), donde mantiene una rigurosa rutina de trabajo, con recurrentes invitaciones para exponer en Suecia y en el resto de Europa; esto, tras una etapa de ocho años viviendo como ilegal en España, Francia, Alemania, y trabajando en lo que fuera: “Aproximadamente, desde 1999 comenzaron a salir exposiciones y ventas. Pese a que no trabajo con ninguna galería, tengo un circuito de museos en Europa, y en 2013 nos invitaron, a Lotty Rosenfeld y a mí, a exhibir en Islas Canarias. Hoy tengo residencia y el Estado sueco me ha apoyado en muchos proyectos artísticos. Estocolmo es una ciudad muy agradable, donde es fácil vivir y el sistema es mucho más humano”, señala. Desde la transversalidad y heterogeneidad de este artista (dibujante, pintor, videasta, instalador, guionista y un poco sociólogo), lo esperamos de vuelta en octubre para inaugurar la última etapa de sus «Ritos de Paso», y concebir futuras obras con campos abiertos de interpretación.

En Galería D21. Castillo inició en Santiago la exhibición de este proyecto. Antes de regresar a Suecia, realiza -por estos días - una residencia artística en Casa Poli (Coliumo, VIII Región).

“Los espejos deberían pensarlo dos veces antes de devolver una imagen”, Jean Cocteau (1889-1963), poeta y dramaturgo francés.

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MINIMAL BARROCO

El registro de «Ritos de Paso», más otros elementos visuales, conforman la exposición itinerante que tiene su bitácora en el sitio www.juancastillo.net

JORGE BANTMAYER

do Balcells y a la artista visual Lotty Rosenfeld, con quienes realizó emblemáticas acciones urbanas al margen de la institucionalidad cultural y como respuesta al clima de represión, censura y temor que se vivía en Chile entre fines de los años 70 y comienzos de los 80. Sus obras irrumpían en lugares como calles o carreteras, concibiéndose desde la precariedad, reforzando la idea de integración arte-vida y la posición social y política del artista. Aunque emigró en 1982, instalándose en Suecia en 1986, todos estos años, Castillo ha seguido trabajando con algunos de sus compañeros. Tras alguno de sus proyectos en video con Raúl Zurita, donde la palabra y la poesía hablada cobraban protagonismo, se preguntó qué hacer con el registro de valiosas conversaciones producidas durante el proceso. Fue así como incorporó la entrevista como un elemento fundamental de su trabajo y que también funciona en «Ritos de Paso»: “Veo a la entrevista como una materia prima. Durante este viaje me fui cruzando con mucha gente; algunos conocidos, a los que llamo ‘personajes extraordinarios’, porque han construido una vida fuera de las normas y de la convencionalidad. Todos ellos me contaron parte de sus vidas y finalmente grabamos un diálogo en que les pregunto su definición, o apreciación, del concepto de patria”. Juan Castillo inició este método para una exposición en Estocolmo, recién instalado allí, preguntándole a los entrevistados –todos suecos– cómo se imaginaban el sur. En 1999, para un proyecto de la Galería Metropolitana, durante cuatro meses interrogó a los vecinos de la comuna de Pedro Aguirre Cerda sobre sus sueños La experiencia ha sido replicada en lugares como Antofagasta e Islas Canarias, y exhibida en parte en la muestra «Otro Día» del Museo de la Solidaridad Salvador Allende (2012). El artista califica esta práctica como “lo contrario de una entrevista espontánea. Converso antes con las personas para que vayan pensando y estructurando una respuesta. Cuando llega el momento, les planteo esta pregunta un poco ambigua, que puede gatillar lecturas múltiples, y ellos inventan un discurso; es decir, son testimonios de realidad, donde el creador es el entrevistado”.

Castillo también hace uso de la narratividad surgida en las entrevistas. En la primera etapa de «Ritos de Paso» (exhibida en la galería santiaguina D21) escribió, con tinta de té, parte de los discursos entregados por sus “personajes extraordinarios”. El té y el grafito están entre los materiales que suele utilizar: simbolizan una idea de frugalidad, ya que su efecto visual se ve fácilmente afectado por factores como la temperatura. Castillo se pregunta sobre las condicio-


Artes Visuales

Las pavesas

Quizás el arte ya no tenga nada más que añadir. Quizás ya hubo demasiado. O lo que existe ahora no sea más que un aroma, una evocación, de lo que fue el arte en su día de ignífugo. Quizás el arte y su aura entraran en combustión con las vanguardias y lo que hoy queda sean las cenizas.

del arte

Por Juan José Santos M.

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sí lo entiendo cuando observo las obras de Valerie Hegarty (1967). La artista estadounidense realiza instalaciones en las que simula la destrucción de obras de arte por acción del fuego. Por ejemplo, en «Rothko Sunset» (2007), Hegarty muestra la ficción de una obra de Rothko medio consumida por las llamas, con un toque de humor al hacer referencia al atardecer que pretendía ser representado. Por desamor al arte, para no morir de frío, por un arranque de ira, por arrogancia, por petulancia, por un destructivo afán perfeccionista. Variados son los motivos por los que muchos creadores decidieron quemar sus obras. En algunos casos, tal es el volumen de trabajo incendiado, que gran parte de sus carreras ha quedado reducida a cenizas, y por ello, su situación en la historia del arte ha sido modificada. ¿Cuántas geniales creaciones han sido víctimas del fuego? (¿y cuántas horribles, lamentablemente, no lo han sido y perduran hasta nuestros días?). El fuego debería tener una capacidad autónoma de decisión y negarse a consumir los deseos de los pirómanos autores. Aquí va una selección de ellos, rescatada de la historia del arte y de noticias de la actualidad, entre la que no aparecerán aquellas obras que entraron en combustión por accidente.

COMO PARTE DE UN PROCESO

Valerie Hegarty «Rothko Sunset», 2007. Espuma, lienzo, papel, pintura, pegamento, cable, cinta, arena, gel. 42” x 32” x 8”

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Valentina Cruz (Concepción, 1940) realizó en 1972 una escultura en papel de diario encolado titulada «Muerte de Marat». Recreaba en tres dimensiones el asesinato de Marat en una tina, y la situaba, dentro del Museo de Bellas Artes, al lado de la escultura «Ícaro y Dédalo», de Rebeca Matte. Al finalizar la exposición, colocó la obra frente al Museo, en el exterior, y la quemó como parte del proceso de su trabajo. Una performance con diversas connotaciones. Quemar la «Muerte de Marat», un jacobino de la Revolución francesa, frente al Museo chileno, representativo del Neoclasicismo francés, nos habla de la influencia europea en el país (entonces con Allende en el poder), del hostigamiento a la izquierda y de la burla al arte clásico. Quemar su obra es la segunda fase de su obra, de la que sólo se conserva la documentación fotográfica.


PARA PROTEGER A TU HIJO

Bucarest, 16 jul (EFE).- Los siete cuadros de artistas como Pablo Picasso y Claude Monet robados del Museo Kunsthal de Rotterdam en 2012, fueron probablemente quemados por la madre de uno de los presuntos ladrones, informó hoy la fiscalía de Rumanía, que investiga el caso. Olga, la madre del ciudadano rumano Radu Dogaru, uno de los supuestos autores del robo, habría explicado a los investigadores que enterró los lienzos en el jardín de una casa abandonada, luego los trasladó a un cementerio y, posteriormente, los quemó en la chimenea de su domicilio. La fiscalía añadió que la mujer decidió quemar los cuadros tras un registro realizado por los investigadores en febrero de este año, al creer que si “los lienzos nunca se encontraran, no habría pruebas y (los acusados) no serían condenados”. “Preparé primero el fuego en la chimenea de mi cuarto de baño. Después, me desplacé al cementerio y desenterré los cuadros, y los llevé a mi casa. Metí la bolsa en las que estaban las siete pinturas en la chimenea. Puse madera, zapatos, botas de goma y esperé a que se quemaran completamente”, dijo Olga Dogaru, citada por Mediafax. El 16 de octubre del año pasado los presuntos ladrones se apropiaron de siete obras maestras: una de Picasso, dos de Monet, una de Matisse, una de Gauguin, una de Meyer de Haan y una de Lucian Freud.

POR UN AFÁN PERFECCIONISTA

Berthe Morisot, Georgia O’Keeffe, Robert Rauschenberg, Gerhard Richter, Jasper Johns, Claude Monet, Paul Cézanne, Willem de Kooning. Todos ellos destruyeron muchas de sus obras al no estar satisfechos con las mismas, usando una metodología dispar, probablemente, lo que tenían más a mano. Pero limitémonos al acto de la combustión. Miguel Ángel, pionero de tantas cosas, fue también uno de los primeros artistas en hacer una fogata con sus creaciones. Prácticamente todos sus dibujos acabaron convertidos en ascuas. Era la hoguera de las vanidades. Miguel Ángel, de carácter arrogante, consideraba la pintura y el dibujo como artes menores, especialmente al lado de la escultura. Fuego con todo. Francis Bacon destruyó una gran parte de su trabajo anterior a 1944 y muchos de sus otros trabajos subsiguientes...Tras su muerte se encontraron restos de lienzos en su taller. Georges Rouault recuperó en 1947 setecientas obras suyas que pertenecían a su galería tras un largo proceso judicial. Contrató a un alguacil para que certificara de forma oficial lo que iba a hacer con 315 de ellas. Tenía 80 años. Lo hizo porque su galería las estaba vendiendo y, en su opinión, aún no estaban finalizadas. Por su avanzada edad, no iba a tener tiempo de terminarlas. El alguacil lo dejó escrito y firmado: “Rouault ha quemado los cuadros”.

Susan Hiller «Granadas de mano »,1969-72. Cenizas obtenidas de la quema de pinturas,12 ampolletas de vidrio, tapones de goma, etiquetas, en un bolo de Pyrex. 4-5/16 x 7-1/8 x 7-1/8

COMO AMENAZA

PARA CONVERTIRLO EN OBRA NUEVA

«Proyecto de cremación» (1970) es una obra de John Baldessari. Son galletas horneadas con cenizas obtenidas de la quema de todas las pinturas que realizó entre 1953 y 1966. Fueron donadas, junto con la receta, al Museo Hirshhorn en Washington en 2005. El humor de Baldessari se une a la crisis que vivía el arte post-68, las teorías sobre la desmaterialización del arte (ver Lucy Lippard) y la combustión de las formas tradicionales de conservar y apreciar el arte. En 1972, Susan Hiller hizo algo similar: colocó las cenizas de sus pinturas dentro de tubos de ensayo con tapones de goma.

COMO PROTESTA

Un centro de arte independiente –medio casa okupa, medio edificio de talleres– es desalojado por su venta a inversores privados. ¿Qué hacen los artistas-inquilinos? quemar sus obras de arte dentro del edificio como protesta. La política de la tierra quemada actualizada.

Por desamor, para no morir de frío, por un arranque de ira, por arrogancia, por petulancia, por un destructivo afán perfeccionista. Variados son los motivos por los que muchos artistas decidieron quemar sus obras.

POR COSTUMBRE

Otro pintor español, Matías Palau Ferré, quemó todos sus cuadros, al principio por accesos de ira, y después, se supone, por costumbre. De hecho, es conocido como “el pintor que quemaba sus cuadros”.

CUADROS QUE PROVOCAN EL FUEGO

«El niño que llora», de Bruno Amadio, es un cuadro horrible, en todos los sentidos del término. Según una interminable leyenda de tópicos pesadillescos, el propietario de la tela (o de una de las miles de reproducciones) suele sufrir un incendio en el que todo queda pasto de las llamas, excepto el maldito lienzo del lacrimógeno niño. Con todas las grandes obras de arte que han acabado reducidas a cenizas, y la única ignífuga de la historia del arte es este retrato de un artista menor.

POR UN AFÁN IMPERFECCIONISTA

Miquel Barceló, pintor español, afirma que abrasa sus cuadros “más perfectos” en su horno de alfarero, otros sólo los ahuma. “Son las imperfecciones las que hacen única una obra maestra”, comentó en una reciente entrevista (diario «ABC», 26 de enero del 2013).

El fotógrafo Patrick Cariou denunció al artista Richard Prince por plagiar una de sus imágenes. Prince (artista conocido por su re-apropiación de imágenes) contestó al demandante con un video en el que quemaba la obra presuntamente plagiada («Graduation», 2008), con el siguiente mensaje: “Lo he destrozado sólo para enseñar a este tipo lo que estoy dispuesto a hacer... Si realmente va en serio con su demanda, algo que, desgraciadamente, parece que es así”.

John Baldessari «Proyecto de cremación» (1970)

“La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse”, Oscar Wilde (1854-1900), escritor y poeta irlandés.

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Exposiciones Destacadas

«Chile Antes de Chile» (Museo Chileno de Arte Precolombino. Bandera 361. Teléfono: 2928-1522). Exposición permanente. Por CATALINA MENA

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esde 2011, el Museo Chileno de Arte Precolombino cerró sus puertas al público para emprender una ambiciosa obra bajo la dirección del arquitecto Smiljan Radic. En enero pasado volvió a abrirlas, presentando una imagen completamente renovada. La remodelación del Museo amplió en un 50 por ciento el espacio y también modificó su estructura, permitiendo que ingrese más luz y que el edificio se conecte mejor con el entorno urbano. Pero, más allá de la imagen, el nuevo museo lanza una línea curatorial decididamente orientada a que los chilenos conozcamos, reconozcamos y recuperemos la herencia de los pueblos originarios. El mensaje de fondo es: asumamos y valoremos esta diversidad cultural, que no es algo del pasado, que sigue viva en nuestras costumbres y en nuestro lenguaje y cuyos representantes habitan actualmente nuestro territorio de norte a sur. El enfoque adquiere sentido y valor en las salas que se crearon especialmente para exhibir una exposición permanente de piezas arqueológicas pertenecientes a las etnias que hoy habitan en el país, mostrando también objetos cotidianos y rituales de sus ancestros. La muestra además ofrece un claro panorama (a través de mapas y textos explicativos) sobre cuáles son estos pueblos que hoy siguen produciendo cultura, desde cuándo se constituyeron y de qué orígenes prehispánicos provienen. No cabe duda de que nuestra ignorancia es tremenda y de la substancial carencia que el museo está reparando, pues poco o nada se enseña en las escuelas sobre nuestros orígenes. Apenas sabemos algo de los mapuches, pero no se nos explica quiénes fueron sus ancestros. Tampoco estamos conscientes de los otros pueblos originarios que hoy sobreviven en el país. La exposición «Chile antes de Chile» confronta al

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espectador con una información oculta, como si de un jarrón) se representan en escenas que muestran pronto se extendiera ante él su álbum genealógico.Tras cómo han sido utilizados y en qué circunstancias. Desrecorrerla, entenderá que su país fue habitado hace cubrimos, en esta exposición, el sorprendente sentido más de 14 mil años; que desde 1000 aC ya estaban estético y conceptual que está integrado al saber de los presentes los ancestros de las actuales etnias y que hoy, pueblos originarios (un sombrero no sólo sirve para en pleno siglo XXI, sigue existiendo una diversidad cul- protegerse del sol del desierto, sino también para martural muy valiosa, cuyo desprecio no sólo es injusto, car jerarquía social o espiritual), la amplia iconografía sino también muy torpe, porque hay mucho que re- que manejan, su utilización de símbolos que represencuperar de ahí. tan valores morales y fuerzas espirituales, y su capaciEn el norte grande hoy viven comunidades aymaras, dad de interpretar la naturaleza y sus fenómenos. Pero quechuas y atacameñas; en el norte chico hay collas, dia- también, la impresionante habilidad técnica que han guitas y rapa nui (frente al contidesarrollado en la factura de nente); en el sur, hay mapuches, y sus objetos y la refinada y aguel mensaje de fondo es: en el extremo sur están los aoda inteligencia que despliegan. asumamos y valoremos esta nikenk, los selk’nam, los chonos, Cada pieza de esta muestra, por los kawashkar y los yámanas (cumínima que sea, obedece a una diversidad cultural, que no yas poblaciones se encuentran necesidad, a un significado y a es algo del pasado, que sigue al borde de la extinción). Todos un relato de auténtica potencia, estos pueblos derivan de otras facultad que hoy se quisieran los viva en nuestras costumbres culturas que existieron muchísiartistas contemporáneos. y en nuestro lenguaje y que mo antes de que llegaran los esLejos de nuestra imagen copañoles. Algunos de sus antecemún de la artesanía chilena, ante aún habita el territorio. sores son Tiwanaku y Arica, en el nuestros ojos se despliegan obnorte grande; la cultura Copiapó, jetos fabricados artesanalmente en el norte chico; la cultura Aconcagua en la zona central; que ostentan una gran sofisticación y complejidad. Las y la etnia Pitrén, que precedió a los mapuches.Y los Inka, cuatro momias chinchorro exhibidas, más allá de su por supuesto, que antes de la conquista se extendían impactante presencia, nos sumergen en la curiosidad desde el extremo norte hasta la zona central. Son las de su creativa y laboriosa ejecución. Los turbantes y manifestaciones visuales de todas estas culturas –que co- sombreros, de culturas como la Arica, impresionan por munican estilos de vida, creencias y conocimientos– las la variedad y audacia de sus diseños y por la fuerza que se expresan en esta importante exposición. comunicativa que los anima. La platería aymara, en su El montaje supera ampliamente los estándares de los sincretismo con la cultura barroca española, seduce por museos chilenos: las piezas están expuestas con cali- su compleja utilización de signos locales que se mezclan dad técnica, belleza, rigor y claridad. Además, el montaje con la religiosidad europea. ofrece información profunda pero fácil de comprender La exposición nos revela un mundo estético y conpor el público general, que se acompaña de ilustracio- ceptual diverso y fascinante y nos incita a conocer y nes maravillosas, donde los objetos (un traje, una joya, reconocer nuestra propia historia.


Ricardo Yrarrázaval Museo de Artes Visuales, MAVI (José V. Lastarria 397. Teléfono: 2264-9337). Entre el 15 de marzo y el 18 de mayo.

Por CATALINA MENA

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a retrospectiva de Ricardo Yrarrázaval confirma la consistencia y solidez de una búsqueda constante y honesta. El artista lleva más de cinco décadas desarrollando una obra que ha transitado por diversos lenguajes, materiales y técnicas, aunque siempre atenta al misterio de lo humano. Yrarrázaval hizo dibujos en los años 50 y extraordinarias cerámicas en los 70, pero su obra más conocida actualmente son pinturas al óleo, pastel y acrílico, que pasan por la figuración, la abstracción y la geometría. Hoy, a los 82 años, sigue desafiando sus propios límites y está haciendo cuadros digitales, para lo cual pidió a un amigo que le enseñara a utilizar programas de computador. “Uno va creciendo interiormente, va teniendo experiencias, uno no es el mismo. Entonces la obra no puede ser igual. Es peligroso cuando a uno lo felicitan por lo que está haciendo, porque entonces uno se queda pegado y comienza a copiarse a sí mismo”, afirma. El respeto artístico que se ha ganado Yrarrázaval se debe a su permanente exploración, a su independencia y a su sostenido nivel técnico y estético. Desde el ob- «Retrato en color rosa», 1970. Óleo, 61x38 cms. jeto en tres dimensiones hasta el cuadro bidimensional, desde la fiRecorremos, en realidad, la biografía de un ojo guración hasta la abstracción,Yrarrázaval siempre ofrece un sello perplejo y curioso, que no se cansa de mirar el mundo de autor reconocible, en obras de y de mirarse a sí mismo. somos testigos de cómo, gran simpleza, sobriedad y precisión compositiva. paulatinamente, se han ido produciendo los cambios Uno de los rasgos más notahacia una obra cada vez más depurada. bles de su obra es la conciencia del volumen. Gracias a su trabajo en cerámica, en el que torneaba mucho los objetos para moldearlos, adquirió este sentido volumétrico que luego se tradujo a su pintura, donde las figuras humanas se perciben como si estuvieran infladas o rellenas, sensación que logra a través del manejo de luces, sombras y brillos. Yrarrázaval afirma que esta idea de cuerpos en el espacio plantea una pregunta referida al “adentro” y al “afuera”, que constituyen dos dimensiones complementarias. Del mismo modo que sus jarrones de cerámica contienen un vacío, en sus pinturas las figuras están claramente expuestas para el observador externo pero, al mismo tiempo, ocultan una especie de vacío, que es también el misterio. Lejos de los discursos explicativos, Yrarrázaval entrega una obra rotunda, que habla por sí misma. Esta inclinación se encarna en piezas que optan por la economía de recursos visuales y pocas figuras construidas con precisión. Sin embargo, esta austeridad no significa indiferencia. Se trata, más bien, de una actitud profundamente reflexiva, donde la crítica social se manifiesta aguda y punzante, pero siempre sutil. Elocuentes, en este sentido, son sus pinturas de los 80 y 90 (quizás el período más realista de su obra), en las que manifiesta una mirada perturbadora hacia el capitalismo emergente. Sus cuadros representan imágenes deformadas de hombres de negocios insertos en la ciudad, cuyos rostros pintados están parcialmente difusos, borroneados, enajenados. Él define estos trabajos como una in- «Monólogo Noel», 1969. Óleo sobre tela, 147x97cms.

«Los blandos sueños de Elvira», 1975. 60x60 cm, óleo sobre tela.

Sin título, 2009. Pastel seco y grafito sobre tela, 65x50 cm.

vestigación cercana al periodismo, en busca de la realidad directa. Y se refiere a sus personajes, irónicamente, como hombres “chapados a la moderna”. La exposición que ahora monta el Museo de Artes Visuales (MAVI) incluye 90 obras que abarcan cronológicamente todas sus etapas creativas. Coherente con el pensamiento de su trabajo –donde lo más profundo se expresa de un modo esencial–, el artista seleccionó las obras de la exposición, ideando un montaje que pudiera recorrerse de manera clara y lineal. Vamos recorriendo, en realidad, la biografía de un ojo perplejo y curioso, que no se cansa de mirar el mundo y de mirarse a sí mismo. Somos testigos de cómo, paulatinamente, se han ido produciendo los cambios hacia una obra cada vez más depurada. La figuración se ha ido retirando, las formas se han ido desprendiendo de la anécdota, el color ha palidecido y las figuras ahora se disponen, con sintética geometría, en un espacio neutralizado. El proceso es continuo y sigue en marcha. Yrarrázaval no ha parado de trabajar, de ensayar, de lograr y volver a buscar. Por ello, esta exposición, más que una retrospectiva, es el despliegue de un devenir.

“Buscar el yo en el poderío del oro es edificar sobre arena”, Henrik Ibsen (1828-1906), poeta y dramaturgo noruego.

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Exposiciones Destacadas

«Eva Boutique», 2012. Lápiz sobre tela, 88x104 cms.

Tito Calderón «RETROSPECTIVA. DE LA MUERTE A LA LOCURA» (Museo Nacional de Bellas Artes, Parque Forestal. Teléfono: 2499-1600). Hasta el 24 de marzo. detalladas escenografías, en un lenguaje de la más absoluta y obsesiva contención. Libertino y reprimido a la ito Calderón parece ilustrar con un rigor tan vez. Beardsley, artista de la época victoriana, reproducía obsesivo como su obra la figura del artista out- el reverso de esa moral, pero con el mismo rigor que sider. Creadores que ignoran, desafían o distor- la gobernaba. Calderón hizo lo propio en tiempos de sionan cualquiera de los parámetros que rigen al arte. Pinochet. El suyo era un imaginario porno (matizado hoy Nacido en 1958, egresado de Arte en la Universidad Ca- día) plasmado con un rigor más cercano a la disciplina tólica y devoto dibujante, Calderón no es ni por asomo militar que al goce. Sus personajes eran casi los mismos un símil de sus pares. En el Chile de los 80, los libretos de hoy: punkis de ambos sexos, travesties, locos, flapers, apuntaban hacia dos direcciones bien marcadas: una el niños disfuncionales y famosos del arte y del espectácuNeoexpresionismo en sus múltiples variaciones (des- lo. Un guiño involuntario a los ochenta y aquella cultura de Benmayor a Pinto D’Aguiar, del under poblada por ídolos afortunadamente, en los es decir, desde una pintura del en alto contraste: de Morrison chorreo y la crónica vivencial a a Lennon. Calderón continúa últimos años calderón ha una metafísica semi-rural, como con otros medios esa devoción impuesto mayor contención Chirico en Colchagua); y la otra adolescente. «Andy y Mick», por ruta (de fuerte presencia en los ejemplo, presenta a Andy Wary síntesis a su imaginario talleres de la U.C.) era un Pos hol y al veterano vocalista de y surgen algunas de las Conceptualismo que ahondaba los Rolling Stones enfrentando o renovaba problemas que hace al espectador. Warhol aparece composiciones más potentes menos de una década ocupaban enseñando las cicatrices que le de esta Retrospectiva. a los actores de la Escena de dejó el ataque de Valerie Solanas. Avanzada: la fotografía, el cuerpo, Luce un echarpe que se fusiona los nuevos lenguajes y la muerte de la pintura. Nada que con su torso, en un giro recargado de pliegues que se expodamos relacionar con Calderón, salvo el cuerpo, por- tienden por su chaquetón hasta la extraña-indescifrable que lo que marcaba a las obras del Calderón ochentero casi-vestimenta de Mick Jagger. Lo rodean tres personaera su afán porno; sexo explícito que seguía las pautas jes: una mujer regordeta de los veinte, un Keith Richards del deseo y de la “academia under” de Juan Domingo cuarentón, Marcel Duchamp y ¡¿Le Corbusier?! DesentraDávila. Institución de pocos y díscolos alumnos. Calderón ñar el por qué de este cónclave me resulta imposible. En quizás sea uno de ellos. Cambió los pinceles del maestro la narrativa visual no todo suma. Esta y otras obras son por lápices y el gesto y los accidentes de la materia por ejemplo de ello. Al contrario, las obras ganan en densiun férreo control de la superficie. dad narrativa y visualidad cuando el casting es anónimo Tito Calderón instala una paradoja que ya estaba en y reducido: «Sector 3. Avenida La Paz», «Anxiety and Ciuno de sus ídolos de antaño: Aubrey Beardsley. Anun- garette» o «Máscaras en Toronto». Aún así no encuentro ciar el deseo sexual y derramarlo por los pasillos de sus justificación en mantener siempre a sus personajes en-

Por césar gabler

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«Arcángel», 2005 - 2007. Lápiz sobre tela, 100x80 cms. frentados al espectador. Están ahí, casi siempre sin hacer nada, como actores a la espera del aplauso final. Afortunadamente, en los últimos años Calderón ha impuesto mayor contención y síntesis a su imaginario y surgen, a mi juicio, algunas de las composiciones más potentes de esta Retrospectiva: «Appartment Clark» y «Georgian Style». En la primera, los rostros de cinco chicas enmascaradas, muy top models ellas, ocupan la zona inferior de la tela. La zona restante es, como en muchas de las obras expuestas, el frontis de un edificio. El extenso plano blanco, el preciso cableado que enmarca los rostros, las puertas y ventanas descritas con líneas y tonos oscuros, son más sugerentes que los personajes y nos llevan a una conclusión algo apresurada: la gran protagonista de la narrativa de Calderón no es la mujer ni los artistas, es la arquitectura.


Colectiva de artistas contemporáneos «EFEMÉRIDES: FRAGMENTOS SELECTOS DE LA HISTORIA RECIENTE DE CHILE» Museo Histórico Nacional (Plaza de Armas 951, Santiago. Teléfono: 2411-7010). Todo marzo. Por césar gabler

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l Museo Histórico Nacional (MHN) es una institución cuyo trabajo consiste en disponer, para la comprensión de un vasto público, un relato histórico. Para ello se vale de las mismas herramientas que cualquier artista de hoy: los lenguajes del arte, textos, videos, objetos. En esta exhibición vemos más de 120 obras de numerosos artistas que se apropian de distintos lugares del recinto. Son casi siempre medianas o pequeñas. Están infiltradas, colándose casi, en vitrinas o muros. Imitan, parodian o compiten con otros objetos, a veces bellos además de patrimoniales. Objetos que no son arte, la exposición, imagino, no podía alterar ni interrumpir junto a obras que abandonan su hábitat natural. Verlas el funcionamiento normal del espacio. lo que hay, todas puede ser una manera entonces, es el cauce –abrumador en todo sentido– de interesante y, digámoslo, “lúdica”, de recorrer el museo información histórica y un riachuelo artístico. que con una motivación nueva. la cruza o acompaña. una ilustración, involuntaria Un “Buscando A Wally” para quizás, de la relación artista y sociedad en chile. amantes del arte. Este es un ejercicio que aborda la historia reciente de Chile y lo patrimonial. A veces lo histórico es secundario frente al propio lenguaje expositivo, el mundo de la museografía. Exponer argumentos con objetos. Aquí se cuenta la Historia, así con mayúsculas, a partir de retratos académicos, muebles, pipas, sables. Y también las palabras de rigor, las que pueden explicar una reunión heteróclita y casi nunca armónica de cosas en vitrina. Difícil no ahogarse en medio de esa enorme casa de anticuario que es nuestro Museo Histórico Nacional. La operación, entonces, es que las distintas obras expuestas (algunas muy anteriores a la convocatoria, otras hechas ex profeso) logren dar nuevo sentido a la colección y probablemente mutar en el intento. Los libros troquelados de Alicia Villarreal, por ejemplo, no son los mismos que en la Galería Patricia Ready. Rodeados de otros objetos de la historia pedagógica chilena, operan de una manera más crítica y menos estética que en el contexto impoluto de una sala blanca. Asistimos, entonces, a un ejercicio que ilustra de manera muy clara –y ampliamente ejemplificada– los alcances del arte objetual. Porque sí, hay pintura (Paz Castañeda, Ignacio Gumucio, Alejandra Wolff) pero prima lo objetual. Cristián Silva, curador de la muestra, es un artista de ya larga trayectoria en la vanguardia local. Su obra se articula con muchos –si es que no todos– los ingreAsistimos a un ejercicio dientes de esta exhibición: las técnicas tradicionales y que ilustra de manera los objetos chocan, se funden o colisionan en asociamuy clara –y ampliamente ciones inesperadas, casi siempre con una visión en que ejemplificada– los alcances la experiencia personal enfrenta a la experiencia colecdel arte objetual. Porque sí tiva. En ocasiones, a lo largo de la muestra, el resultado hay pintura, pero prima lo aparece rotundo, como una declaración bien formulaobjetual. da; en otras, parece extraño y a veces nos quedamos con la sensación de estar ante un chiste visual. Sin pretender realizar una categorización exhaustiva, hay obras pre-existentes, cuya visualidad o discurso

dialoga con el tema de la sala o de los objetos vecinos (Patricia Israel o Nury González en su interesante contrapunto entre Historia familiar y colectiva), otras que se articulan a partir de la repetición de un objeto –igual o similar– en distintos puntos del museo (Oyarzún y su ataque de flechas, las banderolas de Duclós, las construcciones de Mujica), otras que se mimetizan o infiltran en la colección (Livia Marin, Alicia Villarreal, Víctor Pavez). Las obras objetuales se confrontan con objetos reales y abandonan la seguridad institucional –y a estas alturas predecible– de las galerías y museos de arte. Articulan sentido, o no, a partir de su propia identidad como objeto artístico y de la relación que tienen con un contexto inmediato. Sin conocer detalles, resulta evidente que una de las condiciones era entrar en el lugar sin casi hacer cambios sustanciales. La exposición, imagino, no podía alterar ni interrumpir el funcionamiento normal del espacio. Lo que hay, entonces, es el cauce –abrumador en todo sentido– de información histórica y un riachuelo artístico que la cruza o acompaña. Una ilustración, involuntaria quizás, de la relación artista y sociedad en Chile. La Panera I 17


Artes Visuales

Por Victoria Jiménez

Desde Londres.

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Fotos: Gentileza Museo Británico de Londres

Pectoral,Tolima, aleación de oro, 1 BC – AD 700. © Museo del Oro – Banco de la República, Colombia.

Pectoral, Tolima, aleación de oro, 1 BC – AD 700. © Museo del Oro – Banco de la República, Colombia. 18 I La Panera

l Dorado es un antiguo reino legendario, evocador de aventuras fantásticas en torno a las exuberantes riquezas minerales existentes en la Colombia prehispánica (el antiguo Virreinato de Nueva Granada). En esa zona existían abundantes minas de oro y de otros metales preciosos. El escritor neogranadino Juan Rodríguez de Freyle escribió en 1636 el primer relato sobre esta leyenda. En una de sus crónicas, Rodríguez de Freyle (cuyas fuentes serían testigos y rumores) narra que los habitantes de la laguna Guatavita tomaron a su nuevo Zipa (Cacique) cubierto con polvo de oro y lo subieron a una balsa que llegó al centro de este lago. Mientras el hombre navegaba por las aguas sagradas, tanto él como los asistentes al rito lanzaban piezas de oro y “tunjos” (pequeños ídolos del metal dorado) a las profundidades lacustres; todas ellas ofrendas votivas que ayudaban al flamante Zipa a adquirir el rango de divinidad cuando volviese otra vez a tierra firme. Si bien esta leyenda del hombre dorado es la original, hay muchos otros relatos, como aquel de un hombre cubierto de polvo de oro que se habría hundido para siempre en el centro del Guatavita, o aquella historia, que inspiró a tantos conquistadores, acerca de una ciudad completamente cubierta de oro perdida en las montañas o en el Amazonas. La supuesta existencia de un reino completamente dorado motivó numerosas expediciones y se mantuvo vigente durante algunos siglos más, aunque su localización se fue trasladando desde Colombia hacia las Guayanas, a medida que avanzaba el proceso de conquista y colonización del territorio sudamericano. Incluso, ecos de estos relatos cristalizaron en Chile a través de la leyenda de la Ciudad de los Césares. En la muestra «Más allá de El Dorado: poder y oro en la antigua Colombia» del Museo Británico, en Londres, la sólida museografía de la curadora Elisenda Vila Llonch inicia el recorrido en una oscuridad que contrasta con focos dirigidos a cientos de objetos que van revelando su resplandor, acompañados de muy buenas lecturas explicativas, videos y sonidos de fondo, los cuales contextualizan de manera más holística el entorno en el cual estas piezas fueron elaboradas. Según sostienen los textos, el oro se trabajó en América desde

El otro valor

del oro Hasta el 23 de marzo estará la exposición «Más allá de El Dorado: poder y oro en la antigua Colombia» en el Museo Británico, que descubre fascinantes hallazgos detrás de los diversos mitos en torno a esta leyenda.

Máscara funeraria, Calima-Malagana, aleación de oro, 100BCAD400. © Museo del Oro – Banco de la República, Colombia.


Pectoral antropomórfico, Tairona, aleación de oro, AD900-1600. © Museo del Oro – Banco de la República, Colombia.

Collar de piedras rojas y cuentas en forma de garras, Tairona, aleación de oro, AD900-1600. © Museo del Oro – Banco de la República, Colombia.

hace unos cuatro mil años, y en Colombia los artesanos crearon piezas más sofisticadas que en el resto de América, lo cual hace justicia a la riqueza técnica de los antiguos colombianos, que suele verse un tanto opacada por otras grandes civilizaciones, como la maya, la inca o la azteca.

Para los habitantes de la Colombia anterior a la conquista española, el Cosmos era un ser vivo, dentro del cual los seres humanos podían moverse entre distintos roles en las distintas dimensiones en que se involucrasen: cazador, presa, guerrero o ancestro. Si bien el oro tenía un status simbólico especial, éste era sólo uno de los materiales valorados. También resplandecían los ricos tocados de plumas, las cerámicas, ornamentos de madera, conchas y huesos, usados junto con el oro en rituales. Sin embargo, a diferencia del metal dorado, muchos de estos otros objetos fueron destruidos por los españoles por ser considerados obra del demonio y por carecer de la equivalencia económica de la mentalidad europea. Por ello, en la muestra del Museo Británico se exhiben además trabajos realizados en otros materiales, que sobrevivieron a la iconoclastia hispana en momias y que hoy podemos observar gracias a los hallazgos arqueológicos.

VALOR DEL ORO

El oro era extraído desde ríos o rocas y luego era trabajado por orfebres, quienes fabricaban adornos corporales para las elites, a través de aleaciones con cobre llamadas “tumbagas”, en las cuales los artesanos jugaban con la mezcla para alterar el brillo, olor e incluso el sabor del oro. Si bien en las diversas mesas redondas organizadas por el Museo se ha reiterado el hecho de que los estudiosos todavía desconocen el valor preciso que los habitantes del lago Guatavita dieron al oro, hay suficientes indicios para sostener que éste claramente no era un valor económico, al menos no bajo los criterios del hombre europeo moderno, basado en el sistema monetario o en la acumulación de este metal. Interesantemente, en la antigua Colombia, el oro también estaba asociado a las elites, pero estas elites lo empleaban especialmente en prácticas espirituales, donde su fuerte valor simbólico guardaba relación con el brillo y resplandor, el cual se asociaba con el sol, su calor, su valor energético y su fiel permanencia, todas cualidades que se consideraban indispensables para el orden cósmico. Así, el oro era utilizado no sólo para marcar altos cargos dentro de la comunidad, sino también era ocupado por líderes espirituales en rituales relacionados con el sol, en ceremonias vinculadas a la comunicación con los ancestros y con los espíritus para mantener el bienestar de la comunidad, para proteger de la enfermedad y de la muerte, o para potenciar la fertilidad y el éxito en la caza. Se exhiben también cascos de oro que no protegían en batalla, pero que confundían a los enemigos gracias a su brillo y que además hacían a los guerreros más fuertes gracias al poder del sol. Los objetos incluyen máscaras hechas para las momias de los antepasados, y adornos que muestran cómo, en estados espirituales superiores, los hombres podían transformarse en murciélagos, jaguares o águilas. A estos objetos se agregan recipientes

La muestra reúne 300 objetos procedentes del Museo del Oro de Bogotá (una de las mejores y más grandes colecciones de oro prehispánico en el mundo) y de las colecciones del Museo Británico. Las obras revelan un prolongado período aún por descubrir –del 1600 a.C. al 1700 d.C.–, en el que florecieron las culturas muisca, quimbaya, calima, tairona, tolima y zenú.

elaborados para almacenar sustancias alucinógenas, como la coca y el peyote. Toda esta decoración era una especie de segunda naturaleza que servía para definir y transformar al usuario. Diversos sombreros, pendientes, aros nasales y de oreja modificaban el cuerpo, pero no solamente como un acto de vanidad. El uso de estos metales alumbrados por el sol o por el fuego, sumados a coloridos tocados de plumas, a la música y al consumo de drogas, permitían a los miembros de la comunidad –cubiertos de pieles de animal– empoderarse de las cualidades de distintos animales, no sólo para ejercer control sobre otros seres vivos, sino, sobre todo, para descubrir y dominar al entorno de un modo distinto, accediendo a nuevas formas de percibir el mundo que creaban una realidad que trascendía la existencia cotidiana.

Broche en forma de cocodrilo, etnia Quimbaya, aleación de oro, 700 BC – AD 1600. © Museo del Oro – Banco de la República, Colombia.

CONTRASTES ESTÉTICOS

La visión primitivista con que normalmente se aborda esta cultura no tiene nada que ver con su realidad, mucho más compleja y altamente rica en simbología, como las ceremonias realizadas en el Lago Guatavita, que demuestran el espeso acopio cultural de estas sociedades. La exposición se centra en seis regiones arqueológicas. Y como gracias a la cerámica se puede saber más sobre datas, la muestra incluye varias piezas de este material. Ciertamente, a diferencia de culturas desaparecidas –como la egipcia, maya o inca–, en ésta, la falta de una estética dominante hace difícil definir un concepto al respecto. Por ejemplo, una placa pectoral en forma de círculo, decorada con un repujado esquemático extremadamente sencillo que representa un lagarto, contrasta notablemente con el refinamiento de otras piezas, como una máscara de trabajo altamente sofisticado, o como las exquisitas miniaturas de jaguares, monos y aves. Muchas generaciones de exploradores, incluyendo a ingleses como Sir Walter Raleigh, se unieron a la búsqueda del tesoro perdido, y muchos perdieron la vida en el intento. Sin embargo, el estudio tras esta muestra revela que los aventureros nunca podrían haber encontrado a El Dorado, porque éste no era un lugar, sino un hombre.

“El oro es la cosa más exquisita. En verdad, gracias al oro un hombre puede ganar para su alma la entrada al Paraíso”, Cristóbal Colón en 1503.

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Cómic

Por César Gabler

E

l vecindario de Charles Burns (1955) es como su propio estilo gráfico: tenebroso. Y es que tras cada viñeta del historietista e ilustrador estadounidense emerge una oscuridad opresiva y tan pesada como los trazos que describen a sus personajes. El suyo es un estilo construido para el blanco y negro, sin medias tintas; profundo, absoluto. Escenas trazadas con la plasticidad del pincel, pero –a diferencia de aquellos dibujantes clásicos, como Milton Caniff o Noel Sickles– Burns evita el acabado suelto y pictórico. No es, ni semeja, un impresionista. Al contrario, cada trazo suyo parece tallado sobre la hoja. Como si su pincel fuese una tijera, o un estilete aguzado. Lejano a la espontaneidad del virtuoso, Burns eligió para sus historias un estilo más cercano al diseño: cada trazo, hasta el más pequeño, está donde corresponde. Escenarios de arquitectura precisa, objetos reconocibles, vestuarios específicos, una puesta en escena que recuerda en su rigor a la de Hergé, papá de Tin-Tin y la más insospechada de las influencias de Burns. Resultado pulcro y sólido para unos relatos donde todo es, sin embargo, infinitamente monstruoso e inestable. 20 I La Panera

Terror Pop

en la novela gráfica Charles Burns es una estrella de la escena alternativa, cuya luz hace tiempo ilumina el mundo comercial ilustrando revistas («Time», «New Yorker», «Rolling Stone») o publicidad. Con una carrera iniciada en «Raw», la publicación de Art Spiegelmann y señora, ha levantado una obra compacta: gráfica y narrativa unidas a fuego. Su dibujo no sólo narra, sino marca el tono y la interpretación de la obra. Con títulos como «El Borbah», «Big Baby» y la que quizá sea su obra maestra –«Agujero Negro»- el historietista e ilustrador se levanta como una de las figuras más sólidas de la escena estadounidense surgida después de los ochenta.


«Black Hole», «Skin Deep», «El Borbah», los dibujos de Burns tienen la impronta densa y rotunda del grabado en xilografía o en linóleo. Sobresalen los grandes planos de negro, las tramas gruesas y las sombras afiladas.

unidense era satirizado con ingenio, insidia y más de alguna escena triple X. Crumb, además, se instalaba en medio de algunas de sus historias, hasta ser él y su discurso el centro de muchas entregas, como la clásica «Mis Problemas con las Mujeres». Algo de esa sangre corre por las venas de Burns, pero pese a que se sitúe en el mundo cotidiano, tal como aprendió de los citados maestros, no tarda en convertir sus historias en extrañas pesadillas. BURNS EN FORMATO BREVE

El dibujo de Burns tiene la impronta densa y rotunda del grabado en xilografía o linóleo. Grandes planos de negro, tramas gruesas, sombras afiladas. Podemos reconocer a los grabadores alemanes del Expresionismo: Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), Max Pechstein (1881-1955) o a Karl SchmidtRottluff (1884-1976). Pero están, sobre todo, los viejos cómics de la EC, ese arsenal de historias de terror de serie B, dibujadas por artistas como Bill Elder (1921-2008), Jack Davis (1924) o Wally Wood (1927-1981). Un universo visual cuya ausencia de medias tintas prefigura la narrativa y la moral de los relatos. EL SUEÑO AMERICANO VA A TERAPIA

Burns puede apuntarse entre los cronistas del “sueño americano”, o más bien de su reverso. Como un negativo del mundo feliz de Norman Rockwell, Burns y su tribu se han empeñado en mostrar que las navidades no son tan blancas, ni las familias tan risueñas. En fin, una historia que ya se ha vuelto cliché. La decadencia, el mal y los zombies están de moda. La familia perfecta de los cincuenta sólo vende en calidad de caricatura, deshaciéndose como lo hacía en los noventa en el video «Black Hole Sun», de Sound Garden. La perfección idílica de la posguerra, cuando los Ford y los Chevrolet rugían en la cochera parece tan remota como el pleistoceno. Pero el valor de Burns no radica en mostrar la contracara de un sueño americano que sólo respira en las guías de compra. La afirmación contracultural tuvo su auge durante los 70, de la mano de autores como Robert Crumb (1943) o Gilbert Shelton (1940). Ambos desarrollaban historias donde el modelo estado-

LAS OBRAS MAESTRAS Mientras Burns va por la segunda entrega de su aclamada y bizarra trilogía, abierta con «Tóxico», es bueno recordar –a diez años de su conclusión– la que quizás sea su obra capital: «Agujero Negro». Publicada entre 1993 y 2004, la historia transcurre a fines de los 70. Un grupo de adolescentes descubre el sexo y las drogas. Se pelean con sus padres, huyen, se alcoholizan en el campo. Todo muy normal, pero una enfermedad contagiosa comienza a enlodarlo todo. Historia de iniciación en tiempos del SIDA, «Agujero Negro» puede ser una pesada alegoría del fracaso y del pecado. Si en decenas de películas de terror el sexo juvenil es castigado por asesinos de máscara y motosierra, en «Agujero Negro» el castigo se cocina a fuego lento y toma la forma de una enfermedad que ataca de forma impredecible a sus víctimas: pieles desgarradas, deformidad o nuevos e indeseables miembros. Burns construyó aquí un potente relato coral, una generación entera toma forma en una historia que debe tanto a David Lynch como a Sigmund Freud. Cerremos con un cliché: «Agujero Negro» es una obra cumbre de la novela gráfica estadounidense.

La recopilación «Skin Deep», realizada entre 1988 y 1992, puede ser una buena puerta de entrada a las creaciones de Burns. Las tres historias que integran el volumen, además de mostrar el estilo y las obsesiones del novelista gráfico, tienen la curiosa peculiaridad de conectar entre sí. «Dog Days» narra las desventuras de un chico que, cirugía mediante, lleva corazón de perro y actúa como tal. Los huesos y los gatos son su perdición. En «Marriage Made In Hell» vemos la extraña relación de un ex combatiente con su joven esposa. Hábil parodia de los cómics románticos, la historia exacerba las referencias a la década del cincuenta y a la perfecta ama de casa. Eso sí, instala una trama lésbica y transexual que de seguro no habrían protagonizado ni Doris Day ni Lucille Ball. Pero es en las 46 páginas que integran esa extraña historia religiosa titulada «Burn Again» (Arde de Nuevo) donde aterrizamos de lleno en “mondo” Burns. Valiéndose de dos raccontos y de una singular galería de personajes, relata la historia de Bliss Blister, un niño que por milagro salvó de un incendio luciendo la imagen de Jesús grabada a fuego sobre su pecho. Hijo de un timador que ha urdido una delirante historia religiosa, el chico pronto se gana la fama con las curas milagrosas que procura el contacto con el Cristo grabado en su piel. Convertido en celebridad nacional, decide huir cuando descubre que aquellos que crean milagros no son más que un fraude. Bliss logra convertirse en un ser anónimo hasta que años más tarde lo reconoce la que será su esposa, una mujer tan guapa, como ambiciosa. De ahí en adelante estalla una historia que tiene como centro a un dios de sólo un ojo que obliga a Bliss a construir un enorme complejo tecnológico en las montañas. Ciencia Ficción, sectas, telepredicadores, engaños y lujuria, comprimidos en una narración bien engrasada que juega con los tiempos narrativos para rematar con una masacre de final inquietante.

“El secreto de permanecer joven es vivir honestamente, comer despacio y mentir acerca de tu edad”, Lucille Ball (1911-1989), actriz y comediante estadounidense.

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Cine

La menos probable de las posibilidades ha dado al cine algunas de sus más bellas escenas.

Resucitó… y lo filmaron

Por Vera-Meiggs

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“Q

1. 2.

camente subrayaba la falta de esperanzas de toda la historia. Es curioso comprobar que la mayor cantidad de resurrecciones cinematográficas coincidan con el período más mortífero del siglo XX, el de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias. Mientras la Primera dejó instalada la muerte como un hecho radical y definitivo, la siguiente versión, corregida y aumentada, parece haber producido una respuesta revitalizadora de la que poco se habla. Al menos en el cine. LA RESURRECCIÓN ES MUJER

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uedó como si estuviera durmiendo”, es uno de los tópicos para confortar a un deudo realmente apenado. ¿Y si fuera cierto que estaba durmiendo?, se habrá preguntado después del funeral más de algún lector de Edgar Allan Poe. Y es que lo definitivamente definitivo repulsa a nuestra continua experiencia de vivir continuamente… al menos hasta que nos toque el turno de la interrupción definitiva. La más improbable de las probabilidades es la de volver de la muerte. Es cierto que ha habido casos que la ciencia ha comprobado con un cierto grado de certidumbre. “No estaba muerto, andaba de parranda”, se canta rítmicamente en fiestas que se prolongan demasiado. “Y al tercer día resucitó…” se afirma religiosamente. Desde antiguo que la idea del regreso desde el Más Allá es un consuelo de la imaginación más que un hecho real. ¿Pero qué es real? ¿Lo que aceptamos como tal? ¿Lo que la subjetividad consensuada define? El cine, que parece privilegiar la contundencia del mundo físico, no se ha restado de registrar, con voluntad poética más que documental, un acotado y bello repertorio de resurrecciones, cuya verosimilitud se aloja en el recuerdo con la fuerza de las imágenes que confortan de las durezas de la existencia. La Primera Guerra Mundial y sus diez millones de víctimas, seguidas por los veinte millones que cobró la gripe española, no hicieron sino reforzar la muerte como un acontecimiento implacable que no admite excepciones. La confirmación de la regla está en la cinematográficamente descollante «La última carcajada» (1924), del genial cineasta alemán F.W. Murnau (1888-1931), en la que Emil Jannings (el primer actor ganador del Oscar) moría después de una escalada de humillaciones similar a las que sufría Alemania en aquel entonces. La película muda carecía de intertítulos explicativos como exigía la época, excepto uno después de la muerte del personaje y era para narrar la improbable aparición de un millonario estadounidense que dejaba su fortuna a Jannings. Acto seguido lo veíamos vivo nuevamente y disfrutando de sus millones. Imposición productiva para suavizar el tremendo drama, pero que iróni-

En «Laura» (1941), de Otto Preminger, un detective intenta descubrir al asesino de la chica del título, pero con una dosis de obsesión personal que permite suponer algo más que una investigación de rutina. En una de esas escenas que no se olvidan, el detective se queda dormido en el departamento de la occisa y… Laura de impermeable blanco entra por la puerta principal. ¿Materialización del deseo? ¿Auténtica resurrección con ajuste de cuentas? ¿O un error garrafal de la investigación? La película se guarda bien de optar por una sola posibilidad y por eso sigue siendo adorada por los cinéfilos.


es fácil resucitar gente, ni siquiera en el cine. «Cuentos de la luna pálida de agosto» (1953) es el bello título de una joya de Kenji Mizoguchi, también conocida como «Ugetsu monogatari». La sufriente heroína regresa al hogar con su hijo en medio de la guerra y es asesinada en el camino. El marido, que había sido atrapado por una princesa fantasma resucitada por amor a él, se libera de tan peligrosa seducción, vuelve a casa y encuentra a su esposa que amorosamente lo espera y le prepara la comida, sin que él sepa que en realidad ella está muerta. La fina y elegante poesía que envuelve a esta historia de nostalgias es de lo mejor que haya producido el cine japonés.

3. 4.

IMITADORES DE LÁZARO

Guido, el protagonista de «Ocho y medio» (1963), de Federico Fellini, es un cineasta en crisis que opta por el suicidio durante una conferencia de prensa, aunque a esa altura de la película todo puede ser reversible y efectivamente lo es. Guido aparece vivo de nuevo, pero se une a los personajes de su fantasía y desaparece con ellos.

Una cárcel del pasado

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Hitchcock volvió a la carga en «Vértigo» (1958), hoy considerada la mejor película de la historia del cine. El ex detective Scottie se obsesiona con una rubia depresiva que termina lanzándose al vacío, que a él le aterroriza. Pero esto ocurre a la mitad de la película. Al igual que el detective de «Laura», Scottie la hace resucitar, pero con otra mujer similar, a la que comienza a vestir y a peinar como la muerta y lo logra. Dice Neruda: “No es bueno mirar demasiado hacia atrás porque a veces es una cárcel el pasado”, y la resucitada y Scottie repiten el error de Orfeo y Eurídice: miran hacia atrás. Debe ser la intriga más imposible que se haya filmado, pero puede ser una pelíCon menos misterio y altas cuotas de ero- cula definitiva en la vida. tismo, Alfred Hitchcock rescata de la muerLa cumbre resurreccional del cine es sin te a Ingrid Bergman en la antológica escena duda la más explícita y emocionante «La final de «Tuyo es mi corazón» (1946), en la palabra» (1955), del danés Carl Theodor que Cary Grant, cual príncipe heroico, pe- Dreyer. Centrada en la familia de un viejo netra en el “castillo” del granjero danés, en un nazi Claude Rains para hermético mundo de Desde antiguo que la idea rescatar a su “princesa” inamovible temor de de un paulatino enveDios, es la esposa de del regreso desde el Más nenamiento. El amor uno de los hijos del paAllá es un consuelo de la es capaz de levantarla triarca el alma auténdel lecho mortuorio y, tica del hogar, la única imaginación más que un juntos, los amantes baque lima asperezas enjan la escalera cuando se hecho real. ¿Pero qué es real? tre los hermanos y la encuentran con el “draúnica capaz de someter ¿Lo que aceptamos como gón” nazi y su madre al dominante anciano. tal? ¿Lo que la subjetividad envenenadora. Debe ser Está embarazada y en de los mejores finales el parto sucede lo peor. consensuada define? de todo Hitchcock. Es Como en toda pelícucierto que ella físicala realmente grande, la mente aún respiraba, sería por lo tanto una descripción argumental es un frágil remedo resurrección simbólica, pero, en estricto rigor, de lo que contiene. La escena cumbre no es todas lo son. reducible a palabras, porque las acciones que De los años cincuenta provienen los me- la componen van más allá de los dominios jores ejemplos de este curioso tema. Todos racionales a los que estamos atados. Lo mese relacionan entre sí por un elemento prin- jor logrado es la sabia combinación entre cipal: el amor es el que produce el milagro. erotismo y religión, algo muy poco frecuente Otro nexo es que se trata de obras mayores de en el arte moderno, que prefiere oponerlos grandes maestros, lo que demuestra que no como enemigos eternos.

1 y 2. Alfred Hitchcock. «Vértigo» (1958), considerada la mejor película de la historia del cine, y «Tuyo es mi corazón» (1946). 3. «Cuentos de la luna pálida de agosto» (1953), una joya de Kenji Mizoguchi. 4. «Laura» (1941), de Otto Preminger.

Una suerte de suplantación de un personaje por otro para darle nueva vida está en el final sensacional de «Atrapado sin salida» (1975), de Milos Forman. Randal, el alocado protagonista, es sometido a electro-shock y reducido a estado vegetativo. Para liberarlo, su amigo indio lo asfixia y acto seguido cumple con la acción que Randal tanto soñó. Se entiende el enorme éxito que la película tuvo. «El color del paraíso» (1999), del iraní Majid Majidi, tiene una escena final que puede ser entendida como una tragedia atroz o un milagro luminoso. Al encantador protagonista, un niño ciego, su padre lo guía por un bosque. Al cruzar un río, el niño cae al agua y muere ahogado, aparentemente, porque la imagen final sugiere, desde un nivel cenital, la intervención divina. Es decir, es el amor el que puede traspasar el umbral de la vida y devolvernos a la carcasa física que tanto apreciamos. Así ha sido en los mitos del origen de la humanidad y así es para nuestros sucedáneos mecanizados, como «Wall E» (2006), a quien el amor de Eva, la robot en forma de huevo, lo recupera para una nueva vida.

En el cine latinoamericano, el único resucitado, por así decir, es Vadinho, el juerguista primer esposo de la cinta brasileña «Doña Flor y sus dos maridos», de Bruno Barreto (1976).

“Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja”, proverbio italiano.

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Andrés Lagos Marín

Música

Por Antonio Voland

L

a casa estaba en calle Violeta Parra, en la comuna de La Reina, justo en la frontera con Ñuñoa, a unas cuadras de Plaza Egaña. Allí vivieron desde fines de los años 80 Sergio Tilo González y Mariela González, una pareja de músicos chilenos. Él es el principal referente y compositor del grupo Congreso, y ella, una cantante y autora de canciones de corte urbano y raíz latinoamericana. Esa casa contaba con un pequeño patio trasero. Su hijo, Simón González González, sabe que ése era su lugar, el mismo que está representado en la canción de Congreso «En el patio de Simón», que Sergio y Mariela escribieron para él. Pero también sabe que esa canción fue la inspiración de dos padres jóvenes y primerizos. “La cantaba Joe Vasconcellos. Es la época en que Pancho Sazo se fue del grupo para estudiar en Europa, y a Congreso llegó Joe. ‘En el patio de Simón’ apareció en el disco ‘Ha llegado carta’, que es del año 83, y yo nací en mayo de 1984. Mis papás me tenían en proyecto. Y escribieron juntos esa melodía”, dice Simón. La herencia en él no es sólo sanguínea: también es musical. Hoy, Simón González es uno de los solistas más interesantes del amplio frente popular del credo latinoamericanista, una música que se ha sometido a diversas fusiones y transformaciones desde los primeros tiempos de Congreso, de Sergio Tilo González y de Mariela González. A fines de 2013, Simón presentó «Pieza de música», su primer disco bajo su nombre, otro ejemplo de estas mutaciones con una mirada contemporánea. “Estuve buscando una apertura de la música en este repertorio. Una fusión con jazz. Viví en Francia entre 2004 y 2011. Allá me contacté con el contrabajista Marcelo Córdova y después, de vuelta en Chile, ese tratamiento

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En el cuarto

de Simón Hijo de dos nombres relevantes dentro de la fusión del canto popular y de la música instrumental de avanzada, en 2013 el joven guitarrista inició un rumbo propio después de años siendo aporte para otros proyectos. «Pieza de música» reúne sus primeros trabajos, en un disco hecho para renovar el compromiso con la composición latinoamericana impostergable e inagotable. me hizo mucho sentido. Las ideas germinaron solas. Yo tenía claro que no iba a llevar la música hacia el lado de lo que hace Inti-Illimani, por ejemplo, que está más basado en el folclor. Por eso reuní a un grupo de características distintas”, explica el guitarrista, que en París se adiestró entre la guitarra clásica y la jazzística, y la composición para ensambles, de modo que sus herramientas se multiplicaron. un refugio para perderse

El cuarteto de Simón González está formado por una dotación de músicos de jazz contemporáneo. La base rítmica la integran Marcelo Córdova (contrabajo) y Carlos Cortés (batería), y el ensamble se completa con Andrés Pérez como solista (saxo tenor y clarinete). En algunos pasajes de «Pieza de música» también se une Sebastián Almarza, el pianista de Congreso. Es una reorganización de la mú-

sica latinoamericana con una mirada propia. Desde la inspiración andina de «Nortinohuay», una pieza escrita en el lago Titicaca con un requinto boliviano y que obtuvo el primer lugar en el Concurso de Composición Luis Advis de 2012, hasta el gran despliegue jazzístico que ostenta «Viaje al sur». Entre la composición y la improvisación, «Pieza de música» viene a exhibir esa paleta de colores y muestrario de sabores sudamericanos que dieron pie al primer catálogo de Simón. “En ‘Flor de India’ hay un aire de tonada, y ‘Nuevo día’ la pensé primero como landó peruano pero fue transformándose en el camino. En Brasil compuse ‘Baiao’, con un toque nordestino, mientras que ‘Milonga gris’ es una creación del compositor argentino Carlos Aguirre. También hago mi propia versión de ‘La jardinera’, de Violeta Parra”, dice Simón. “La composición más compleja rítmicamente es ‘Pa’ que jueguen los niños’. Mon-


Caras y carátulas

Canto de mujer: su guitarra en los discos Con Mariela González «En privado», una composición incluida en el compilado de autores chilenos «Música de este lado del sur» (2002), se convirtió al año siguiente en la principal canción del disco debut de la cantautora Mariela González. Titulado justamente «En privado» (Sello Azul), tiene en la guitarra a Simón González, quien se había iniciado musicalmente a los 17 años tocando en el conjunto de su madre. “Grabé dos canciones de ese disco. Una fue ‘En privado’. Mi mamá vive en Francia y ahora está preparando su segundo disco allá. Diez años después, volveré a tocar y a grabar con ella, ahora como director musical de su nuevo proyecto”, dice el músico. Con Daniela Conejero Fue el preestreno en Chile del disco «Pasajero» (2012), una pequeña actuación realizada en el living de una casa de Ñuñoa ante cincuenta espectadores, durante el ciclo de conciertos privados «Mi casa su casa». Allí, entre presentaciones de figuras del pop independiente, Simón González dio una demostración de cómo se toca hoy la guitarra latinoamericana, acompañando a Daniela Conejero en el canto: “Ese trabajo representa un poco la condición de inmigrantes que teníamos en París: éramos dos pasajeros. Nos contactamos estando allá, armamos el dúo y salimos a tocar. Hubo harta recepción. Los africanos se volvían locos con esta música sudamericana, tangos, cuecas argentinas y otros ritmos que a ellos les llamaban la atención”, recuerda Simón. Con Magdalena Matthey Antes de su mudanza a París, Simón González se integró a la grabación del disco que marcó el gran ascenso de la cantautora Magdalena Matthey, tras «Latidos del alma» y «Del otro lado», sus primeros trabajos publicados en los 90. En «Mañana será otro día» (2004), editado por el sello Machi, se escuchan las límpidas guitarras de este músico de 20 años. “Después grabé en Francia las guitarras para ‘Afuera’ (2007), su siguiente disco. Con ella y mi papá fuimos a tocar como trío –con guitarra, percusión y canto– a distintos lugares de Europa. Ese grupo reducido nos permitía presentar otros arreglos de las canciones que Magdalena tocaba con su banda completa en Chile”.

tarla con los chicos fue bastante difícil. Tiene partes en 5/8 y otras en 7/8, que son métricas irregulares, pero además hay algo como entre venezolano y peruano. Es como un resumen de esta fusión”, agrega. –«Pa’ que jueguen los niños» podría significar lo mismo que «En el patio de Simón». Y ese patio existió. ¿Existe también la habitación del disco? “No existe, es una pieza imaginaria. Tiene todo lo que me ha acompañado desde pequeño, durante la vida, con mis instrumentos, como en la foto del disco. La habitación de música es un modo de existir, la instancia donde las ideas florecen libremente y sin ningún tipo de prejuicio, donde los rituales son parte fundamental para que esto suceda. Un refugio para perderse, para armar y desarmar lo establecido y así poder encontrar lo auténtico y lo propio”.

Federico Dannemann Tiempos recobrados

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uy atrás quedó el solo de guitarra jazzística de «Blues a dos mujeres» (La Rue Morgue,1997), que presentó en sociedad a Federico Dannemann (34). Claro que él ya venía demostrando sus habilidades en jam sessions del Club de Jazz. Son recorridos creativos los que otra vez lo traen y lo representan como gran figura del jazz chileno desde que en 2003 publicara «Federico Dannemann Trío», su único disco, y desde que se centrara en la composición y arreglismo para el Ensamble Quintessence.Todos esos caminos parecen conducir a «Zelig», donde demuestra que es posible escribir una música de marcado carácter conceptual sin abandonar las simplezas del jazz. Durante 2013 trabajó con Raimundo Barría (piano), Milton Russell (contrabajo) y Daniel Rodríguez (batería), para ajustar este verdadero recuento de trayectos e influencias. Combina adaptaciones para cuarteto, en el caso de temas anteriores («Cyber blues»), y dedica piezas especiales para este inusual formato con guitarra y piano, dos instrumentos armónicos que no se estorban: «Niña 7», «Zelig» o «Blonde journey», con su cadencia de cuatro acordes, su desarrollo extendido sobre ese motivo musical, y el bellísimo arpegio como coda. Felicia Morales Bordado por su propia dueña

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s la chica de pelo largo y cuidado flequillo que suele verse en conciertos de algunas de las figuras más visibles del pop independiente. Allí es habitual que Felicia Morales esté sentada a un costado del escenario, tocando el cello en un ambiente de instrumental electrónico, teclados y guitarras. Lo que ha hecho Felicia es tender un puente entre el pop intuitivo y la música académica. Por eso su presencia nunca se omite entre ese público no habituado a la música de cámara. A fin de año se desmarcó de la categoría de “infiltrada del pop” que le dio la prensa para describir su intenso aporte musical. Se encaminó en un rumbo propio, como compositora de piezas para cuarteto de cello y piano, editadas en el EP «Felicia». Son cuatro obras breves, ocho minutos en total de paisajes narrativos –«A1», «A2», «B1» y «B2»–, donde está a cargo de todo el instrumental. Dobla sus bellas melodías con arco y las acompaña por cuerdas pulsadas, que se mezclan con un piano melancólico, como ocurre con esta serie musical próxima a la estética de la música para imágenes. Morales tuvo un activo 2013 y ya proyecta 2014 con la versatilidad acostumbrada: toca el cello, compone, acompaña canciones, corta el cabello y borda a mano las portadas de 30 de sus discos en vinilo.

[ por Antonio Voland ]

Varios cantores El alma busca su sitio

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or quebradas, campos y contrafuertes cordilleranos, desde el Valle de Quilimarí a la República de Pirque, por Chincolco y Petorca, a través de Longotoma y Casablanca, Cabildo y Puchuncaví se desparraman los cantores a lo divino que mantienen viva la tradición del «velorio del angelito», rito campesino que precede al funeral de un niño fallecido antes de cumplir tres años. Lo llaman «angelito» y así sus padres, amigos y deudos lo preparan con alas para su viaje final. Los investigadores Danilo Petrovich y Daniel González realizaron un estudio de carácter antropológico sobre esta ceremonia tan cargada de energías, que puede durar tres o más días. Registraron en terreno, aunque no en una situación de velorio real, a 22 cantores: desde el maestro Arnoldo Madariaga en «Cartagena» y Hermindo Oyanedel en «La Canela», hasta Manuel Fierro en «El Guangalí» y Alfonso Rubio en «El Principal». Todo quedó registrado en el disco doble «No es permitido de Dios que esa flor permanezca», serie que sigue el orden de los momentos de uno de estos velorios: la salutación del angelito, los versos por nacimiento, por la madre, por las flores, por la muerte y por la gloria, hasta el desenlace con el despedimiento del angelito y la rueda por despedida. León Schidlowsky El joven compositor

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a serie «Archivos exclusivos» ya ha editado cuatro registros con obras de compositores clave en la historia de la música académica del siglo XX. Gustavo Becerra (1925-2010) y Juan Orrego Salas (1919) iniciaron esta colección del sello SVR. Les siguió el fantástico Acario Cotapos (1889-1969), y ahora es el turno de León Schidlowsky (1931), un músico (y pintor) surgido con particular identidad de la generación de 1950 que exploró e impulsó nuevos lenguajes en la composición. Este «Obras sinfónicas» viene a describir un interesante capítulo en su biografía pues ha rescatado su material temprano desde el Archivo Sonoro de la U. de Chile. Son siete obras para gran orquesta, cinco de ellas con la Sinfónica de Chile, en una etapa creativa que va de 1955 a 1968. Allí están su «Tríptico» (1959), en memoria de Roberto Falabella, fallecido a los 32 años; la sinfonía «La noche de cristal» (1961), a los mártires de la kristallnacht de 1938; o «Nueva York» (1965), comisionada por el Festival Interamericano de Música de Washington, donde él vuelve a inspirarse en una minoría: “A mis hermanos negros de Harlem”. En otras obras se vislumbra al joven Schidlowsky que hace sus aportes en el uso de la dodecafonía y sus contribuciones a la nueva problemática del ritmo.

Nombres propios Juan Azúa (1938-2006)

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a historia podrá decir que muy pocos partieron de este mundo haciendo lo que su pasión les dictaba. Esa noche del 14 de diciembre de 2006, el músico, director de orquesta y arreglador no se encontraba precisamente al frente de su big band. Esa noche, Juan Azúa vestía de corto y defendía los colores de la selección Diamante de la Liga Unida de Fútbol. Un infarto lo sorprendió en pleno juego a sus 67 años. Después de la música, el balompié fue su gran pasión, y eso lo pueden verificar los registros del club Small Star, del barrio Purísima, y las innumerables fotografías de la revista «Ritmo de la Juventud», donde se ve al joven músico integrando equipos de baby fútbol junto a estrellas de la Nueva Ola. Pero tan remarcable como la muerte en una cancha es también el impulso que sus sobrevivientes tomaron para perpetuar el trabajo de Azúa, uno de los mejores representantes de la música orquestada, el menor en una cronología donde brillan Vicente Bianchi, Pedro Mesías y Valentín Trujillo. Desde su muerte, la The Universal Orchestra –que Azúa fundó el 2000 para recuperar el antiguo formato de la orquesta de Broadway– ha seguido actuando en vivo con la gestión de Gloria Beltrami, su viuda, y la dirección de distintos hombres de confianza: desde su hermano Kiko Azúa y el pianista Pancho Aranda, al popular trombonista “Parquímetro” Briceño. Este último es el actual director de la nueva Universal Orchestra, y trabaja en la puesta en marcha de un proyecto que pretende recuperar el salón bailable de los años 30 y 40, con swing, tango, bolero y chachachá en vivo en la Confitería Torres.

“Quiero emplear todo lo que la naturaleza da y usarlo tal como de ella nace”, Violeta Parra (1917-1967), folclorista chilena.

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Ballet

Logros Entre los logros obtenidos gracias a la gestión de Nagy, destacan cuatro puntos: •Refundación de la compañía, que alcanza nivel internacional, convirtiéndose por muchos años en el mejor conjunto de ballet de Sudamérica y uno de los que tiene un repertorio más amplio y variado del mundo. •A principios de los 80, para crear intérpretes que se adapten al nuevo repertorio y en la certeza de que la identidad de la compañía sólo puede nacer en la escuela de ballet, Ivan Nagy reestructura este plantel junto a Luz Lorca. Se trabaja entonces en la aplicación de un método que por primera vez toma en cuenta la anatomía del niño chileno, su cultura y su idiosincrasia, rescatando de los diferentes sistemas (ruso, francés, inglés, italiano) lo que mejor se adapte a estas características. Además, junto con la técnica académica, al programa de estudios se agregan disciplinas como la danza de carácter e histórica, el pas de deux, las puntas, el vocabulario técnico, y también canto, teatro, música, tap y kinesiología. Esta intensa preparación busca que en el futuro los alumnos puedan integrar cualquier compañía profesional.

Breve historia

de una estrella sin ego El sábado 22 de febrero, Ivan Nagy, refundador del ballet del Teatro Municipal de Santiago, falleció durante el sueño a raíz de un aneurisma cerebral.

•Se intensifican al máximo las giras del conjunto por todo el territorio, llevando no sólo obras claves con las que conmueven a miles de personas de Arica a Punta Arenas, sino también inspirando el desarrollo de escuelas artísticas y a muchos jóvenes talentos, varios de los cuales han llegado a ser primeros bailarines del Ballet de Santiago. •Sus exitosas giras a gran parte de Latinoamérica y a Nueva York bajo su dirección, y luego (gracias a su legado) a Sevilla, Budapest, Stuttgart, Venecia y varias ciudades de China, permiten al conjunto ser considerado una de las mejores embajadas culturales de nuestro país, una potente Selección Nacional del Arte.

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El artista húngaro regresó en varias ocasiones para montar su versión de las obras más emblemáticas del ballet. En la foto, en 2008, junto a Marcela Goicoechea durante un ensayo de «La Sylphide».


Por Susana Ponce de León G.

Fotos: Patricio Melo y archivos

E

l artista húngaro Ivan Nagy, uno de los bailarines clásicos más importantes de su generación y estrella por más de una década del American Ballet Theatre de Nueva York, falleció el sábado 22 de febrero durante el sueño a causa de un aneurisma cerebral. Residía en Palma de Mallorca y había viajado a Budapest para remontar «La Sylphide» en la Ópera Nacional de Hungría, donde ejercía como asesor artístico de la compañía de ballet. Luego, tenía planeado volver a Chile para hacerse cargo de la producción de «Giselle» para el Ballet de Santiago junto a su esposa Marilyn Burr, quien vendrá en mayo para realizar este trabajo y participar en las actividades que el Teatro Municipal dedicará a quien fuera el gran refundador de su compañía. Según confirma Andrés Rodríguez, director general del coliseo capitalino, el estreno tendrá lugar el 17 de junio y se hará una gala en homenaje al artista. Recordemos que desde su llegada, en 1982, Nagy fue una figura fundamental para el ballet local y uno de los creadores extranjeros que más ha hecho para desarrollar la cultura en Chile y poner a nuestro país en el mapa artístico internacional. como un ídolo del rock

Ivan Nagy nació el 28 de abril de 1943 en Debrecen, Hungría, e inició sus estudios de danza con su madre. En su talento, los padres encontraron el camino para que el más pequeño de sus tres hijos no pasara hambre. Así, a los siete años, Ivan entró a la escuela del Ballet de la Ópera Nacional de Hungría, donde debutó en 1960. Totalmente dedicado a los estudios y lejos de su familia, creció retraído y solitario. Hasta los 22 años, cuando con su actuación en el concurso internacional de Varna, Bulgaria, obtuvo una medalla de bronce y la entrada a Occidente gracias a la invitación de Frederic Franklin –entonces director del Ballet Nacional de Washington– a integrarse a esa compañía por una temporada. Cumplido este compromiso, Nagy quiso regresar a su país, pero cuando el director del ballet pretendió rebajarlo al status de aprendiz, decidió aceptar, en 1965, el contrato indefinido que le ofrecía Franklin. Se separó de su primera esposa, volvió a Washington y se unió a la bailarina australiana Marilyn Burr, con quien aprendió inglés y tuvo dos hijas. Su carrera en Estados Unidos fue meteórica. Luego de una temporada en la capital federal, tuvo el honor de ser invitado por el mundialmente idolatrado George Balanchine para unirse al New York City Ballet. Aunque su trabajo con este conjunto fue un éxito, Nagy no se sintió a gusto con el repertorio y

muy pronto renunció, temiendo que esta opción lo dejara cesante. Pero Lucía Chase, directora del American Ballet Theatre (ABT), le ofreció rápidamente contrato como solista y sin darse casi cuenta, en 1968 Nagy ya era el compañero de escenario favorito de figuras como Cynthia Gregory, Margot Fonteyn, Natalia Makarova o Carla Fracci, al tiempo que recibía el beneplácito del público, de la crítica y de todo el ámbito artístico. En poco tiempo se convirtió en una de las grandes estrellas del ABT, paradigma del danseur noble, con miles de seguidores. Por ello, cuando en 1978 decidió dejar la danza, nadie entendió nada. En una entrevista él explicó esta inesperada decisión: “Mis metas eran siempre más altas que mis posibilidades físicas y eso me hacía muy desgraciado. Por otro lado, no me gusta1. ba mucho mi cuerpo... La verdad es que como bailarín nunca tuve mucho ego, por eso decidí retirarme a los 35 en 1985, Nagy organizó años. Según decían, estaba en la una gala para los cima de mi carrera, además ganaba mucho dinero y todos querían damnificados del que siguiera. Pero yo sentí que había llegado al máximo de lo terremoto, a la que invitó que podía dar y no quise ofrecer a famosos bailarines, el triste espectáculo de un bailaquienes actuaron rín marchando a la decadencia. El público no se merece eso”. gratuitamente. por El anuncio de su retiro conmoinsistencia de Ivan, esta vió profundamente a sus admiradores y a los balletómanos en gala fue retransmitida general, lo que pudo constatarse por tv para que todo el cuando la Metropolitan Opera House puso a la venta las entrapueblo chileno pudiera das para la gala de su despedida: disfrutar de ella. el 6 de septiembre de 1980, el día anterior a la función, comenzó a formarse una larguísima cola y los diarios mostraron fotos de la gente durmiendo en la calle, esperando que abriera la boletería. “No podía creer que me siguieran como a una estrella del rock”, señalaba Nagy, totalmente sobrepasado por este fenómeno. Haciendo honor a su fama de excelente cocinero, su próximo paso fue abrir un restaurante, pero pronto las pérdidas económicas lo hicieron cambiar la gastronomía por la enseñanza de ballet. En eso estaba cuando su 5. gran amiga Margot Fonteyn le aconsejó dedicarse a la dirección. Como por arte de magia comenzaron a llegarle ofrecimientos para hacerse cargo de compañías en varios países, entre ellos Chile. AMOR A PRIMERA VISTA

En 1981 vino a Santiago por una semana, encabezando una comisión para reestructurar la compañía de danza del Teatro Municipal, creada en 1958 por Octavio Cintolesi bajo el nombre de Ballet de Arte Moderno (BAM) y que en ese momento estaba pasando por una severa crisis.

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1. En julio de 1975, la prestigiosa «Dancemagazine» dedica al bailarín húngaro su portada y una extensa entrevista. 2 y 3. Programa del Ballet de Santiago para su debut en el City Center de Nueva York. Y la guía neoyorkina «Key», que recomienda los mejores panoramas de esa semana, destaca en portada a la compañía chilena. 4. Junto a su esposa Marilyn Burr, en 2008, al recibir la medalla que el Teatro Municipal les otorgó por su labor. 5. Nagy baila con la Princesa Diana en una gala del English National Ballet.

“La vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia”. Anónimo.

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Ballet

2. 1.

1. Con Marilyn Burr, Luis Ortigoza y varias bailarinas de la compañía chilena luego del estreno de su versión de «El lago de los cisnes», en 2007. 2. Asomado a una de las ventanas de su casa en Valldemossa. 3. Con Luis Ortigoza y Marcia Haydée, actual directora del Ballet de Santiago. 4. Natalia Makarova, la gran diva de la danza, no sólo vino a estrenar «Rosalinda», sino también montó en Chile su versión de «La Bayadera». 5. La kufiyya o pañoleta palestina caracterizó el look del artista húngaro en su primer periodo. 6. Junto a Luz Lorca, su gran colaboradora durante su gestión en nuestro país.

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Según solía decir, su encuentro con Chile fue amor a primera vista: amó la ciudad y se enamoró del teatro, que le recordaba fuertemente al de Budapest. Decidió, entonces, que aquí se iniciaría como director. En febrero de 1982, Nagy asume su cargo. Sus ambiciosas metas, sustentadas en su sólida experiencia y en la fuerza de sus convicciones, coinciden con los objetivos fundacionales del BAM, cuyo espíritu sigue vivo gracias a Luz Lorca, gestora cultural y ex bailarina, que se hace cargo de la compañía en más de una oportunidad y colabora estrechamente con sus directores, especialmente con Ivan Nagy y Marcia Haydée. Secundado por Lorca y por su esposa, Nagy inicia una profunda reestructuración del conjunto, incorporando bailarines de distintas partes de América y del mundo e implantando una férrea disciplina. Invita a importantes coreógrafos y maestros para desarrollar y fortalecer el nivel técnico e interpretativo de la agrupación, y también a famosas estrellas, como Fernando Bujones, Marcia Haydée, Natalia Makarova, Richard Cragun, Li Cunxin o Julie Kent, que no sólo vienen a bailar, sino además comparten su arte y sus conocimientos con la compañía. Gracias a un excepcional grupo de primeras figuras y a un cuerpo de baile de notable riqueza expresiva, el conjunto, puede responder al aporte de creadores como John Cranko, Vicente Nebrada, Ben Stevenson, Ronald Hynd, Jack Carter, Kenneth MacMillan, George Balanchine, André Prokovsky y muchos más. Esto lo prueba no sólo en Chile, sino también

en Uruguay, Argentina, Perú o Estados Unidos, donde en enero de 1986 obtiene un impresionante triunfo de crítica y de público nada menos que en el City Center de Nueva York, centro de la danza internacional por excelencia. Al regresar de esta histórica gira, la compañía cambia su nombre a Ballet de Santiago. “Ese viaje es un hito decisivo. Dada nuestra idiosincrasia, Ivan estaba convencido que la compañía debía primero obtener éxito afuera para ser valorada en Chile. Y tenía toda la razón. Cuando volvimos de Nueva York, el ballet afianzó su prestigio acá”, recuerda Luz Lorca. También esa gira sirve para constatar el impacto que el artista húngaro ha producido en la comunidad con sus contundentes críticas a la inercia chilena frente a la cultura y sus demandas para que todos tengan acceso al arte. Es en gran parte gracias a su carisma y desbordante energía que la campaña para ir a Nueva York tiene un éxito inusitado. Empresarios, el mundo del arte, aficionados y mucha gente anónima entregan su aporte para reunir el dinero que hace posible este viaje. Luego de esta triunfal actuación en Estados Unidos, Ivan y Marilyn realizan un balance de su gestión y, comprobando que en cuatro años han logrado lo que parecía imposible (ver recuadro), deciden que es hora de partir.

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ACOMPAÑADO POR LADY DI

Aunque le ofrecen la dirección del American Ballet Theatre (cargo que finalmente ocupa Mikhail Baryshnikov), Nagy prefiere seguir su carrera en Cincinnati, pensando que allí tendrá mayores desafíos que en el ABT. Como

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no es así, al poco tiempo acepta el liderazgo del English National Ballet de Londres. Recuerda el artista húngaro en una entrevista: “Fue una experiencia increíble: teníamos 250 presentaciones al año. Me advirtieron que si no lográbamos financiarnos, la compañía se acababa. Era una tremenda responsabilidad, pero nuestra ‘madrina’ era la Princesa Diana, alguien realmente excepcional. Ella amaba el ballet y me dio todo el apoyo que necesitaba. Incluso, organizó una gran cena, con una pequeña función en el palacio de Kensington, con el fin de reunir fondos para la gira que hicimos con el ballet a Hungría. Cuando ella supo que era mi primer regreso oficial a mi país, no sólo consiguió el dinero para el viaje, sino que nos acompañó”. Cumplida su gestión en Inglaterra, piensa que es oportuno dejar la dirección y disfrutar más plenamente de Palma de Mallorca y de su preciosa casa en Valldemossa, que tiene más de 500 años. Allí está en 1995 cuando una nueva invitación para regresar a Chile lo entusiasma. En 1996 retoma la dirección del Ballet de Santiago, trayendo muchos planes extraordinarios, como montar «Amor sin barreras» con su gran amiga Chita Rivera; estrenar «Peter Pan», de Ben Stevenson; encargar un estreno mundial con «El árbol», de Luisa Bombal; celebrar los 40 años de la compañía con Cleo Laine, la gran dama del jazz... “Pero no creyeron en mí y aunque hemos trabajado muy duro y los bailarines han alcanzado un nivel excepcional, la temporada de ballet que la Corporación Cultural dejó para el 2000 ofrece muy pocas oportunidades de seguir evolucionando. Por ello me voy.


Confesiones Su inclaudicable honestidad “Creo que este amor por la verdad me lo inculcó mi maravillosa abuela, que fue la persona que más influenció mi vida. Me marcó a fuego su certeza de que si eres honesto, lo tienes todo, y si eres un mentiroso, no tienes nada. Tarde o temprano la mentira sale a la superficie y entonces no sólo pierdes la confianza de la gente, sino –lo que es peor– puedes provocar daños irreparables. Para mí la verdad es la cosa más sagrada y, como padre, la única regla que realmente impuse a mis hijas fue la de ser honestas”. Después de la Segunda Guerra Mundial, un tío de Nagy que había sido condenado a muerte por el régimen comunista en Hungría, se escondió varios años en casa de la familia. “La policía secreta aparecía de repente durante la noche, nos sacaba de la cama, y nos interrogaba sin descanso. Yo era muy pequeño y esto me aterraba hasta el paroxismo, pues sabía que si delataba a mi tío ponía en peligro no sólo su vida, sino la de todos mis seres queridos. Tenía pesadillas por esta tremenda responsabilidad. Entonces juré que nunca más nada ni nadie me obligaría a mentir”. Su madre y el amor por la belleza y por las cosas positivas “Durante la guerra, mi padre perdió su trabajo y vivíamos muy precariamente, pero mi madre nunca permitió que esto nublara nuestra sensibilidad y siempre se las arregló para fortalecer nuestro espíritu. Recuerdo un día que quedaban unas pocas monedas y ella salió a comprar pan, pero en lugar de pan trajo flores. Para muchos esto puede parecer una aberración, pero para nosotros fue un maravilloso rayo de luz. El pedazo de pan que nos habría tocado a cada uno era insignificante, en cambio la alegría que nos dio la belleza de las flores fue inolvidable”.

Siento una gran frustración porque la compañía está mejor que nunca y sé que nuestro proyecto es muy bueno”, explica al partir en 1999, antes de que se cumpla su contrato. En ese momento, Osvaldo Ovsejevich, entonces director del Colón de Buenos Aires, lo invita a reorganizar la compañía de ballet del famoso teatro argentino. Ovsejevich explica que ha llamado a Nagy no sólo por su enorme la compañía chilena tuvo prestigio internacional, el privilegio de incorporar sino también por sus reconocidas integridad obras de ballet teatro tan y coherencia. Virtudes importantes como «Romeo que normalmente le han traído a Ivan más sinsay julieta» y «la fierecilla bores que facilidades. domada», de John cranko; “Me entusiasma el sincero deseo de Osvaly «manon», de kenneth do de hacer un cambio macmillan. radical y admiro su gran visión de futuro. Y creo en su promesa de tener todo su apoyo para llevar a cabo mi proyecto”, explica Nagy. Pero ante la renuncia de Ovsejevich, prefiere volver a su retiro, del cual sólo logra sacarlo el episodio más feliz de sus últimos años, que es poder cerrar el único gran capítulo que le causa dolor: no haber sido reconocido por su país y que el teatro donde inició su carrera no lo hubiera vuelto a llamar. En 2011 recibe en Budapest un homenaje por su trayectoria y la compañía de danza solicita su colaboración como asesor artístico. Desde entonces inicia un entusiasta trabajo con el Ballet de la Ópera Nacional de Hungría que lo mantiene ocupado hasta el momento de su partida.


afp

Literatura

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Octavio Paz

Por Víctor Barrera Enderle

Desde Monterrey

H

an pasado ya varios años desde la muerte de Octavio Paz (19141998). Su presencia física se ha disipado entre esa nube de polvo que es la literatura mexicana actual. A cien años de su nacimiento, quedan devotos, herederos autoproclamados y enemigos. Pero, entre la apología desaforada y el denuesto automático, ¿cuánto espacio resta para la reflexión? Ese objeto cuidadosamente elaborado por él, esa imagen mítica (histórica e histérica) que definía como México (otorgándole una esencia peculiar), hace mucho que dejó de existir. Los mitos resultaron inciertos y el peso de la historia cayó sin miramientos. El mundo literario en el cual reinó tampoco pervive: permanecen algunas resonancias, inercias y ciertas conductas afectadas. Hoy, Octavio Paz es sólo su obra y ése es un gran beneficio. Paz asumió la mayoría de edad en el ambiente todavía infantilizado de letras mexicanas, fue un gesto desafiante y riesgoso. Apostó y ganó. Gran lector de su tiempo, supo mirar el bosque y las hojas. Entendió el devenir de las letras mexicanas (e hispanoamericanas) y el momento peculiar que experimentaba la literatura occidental. Supo establecer las debidas correspondencias entre esos dos procesos. Esclareció las dinámicas de las vanguardias y rescató lo rescatable de cada una de ellas: tal vez lo principal fue la actitud ante la tradición: el gesto de ruptura, que le venía de maravilla a un escritor latinoamericano que intentaba ingresar en el canon sin pedirle permiso a nadie. El comienzo de su formación como escritor, en la década de los treinta, se dio bajo la estela de las reformas culturales emanadas de la Revolución Mexicana. Fue “discípulo” de los “Contemporáneos”: el “grupo sin grupo” que buscó con ansias –a finales de los años veinte y principios de los treinta– la modernización de la literatura mexicana, y que, a través de las conductas públicas y estéticas de varios de sus miembros, como Salvador Novo y Xavier Villaurrutia, representó una forma de heterodoxia ética ante las imposiciones del poder a los intelectuales. Y lector agudo de Alfonso Reyes y su larga reflexión sobre el fenómeno poético. Paz supo interpretar muy bien las contradicciones de los anhelos de modernidad en el México postrevolucionario. En contraparte, Occidente se desgastaba en la Segunda Guerra Mundial, y los totalitarismos mostraban sus garras. Ante tal panorama, no quedaba sino la inmersión en el universo de la escritura, y desde ahí tratar de confeccionar una nueva ética: “En México los que teníamos veinticinco años en 1940 oponíamos mentalmente las figuras de nuestros poetas a la de los tiranos…”.

La poética como política y la política como poética Víctor Barrera Enderle (Monterrey, México, 1972). Ensayista y crítico literario. En 2005 obtuvo el Premio Nacional de Ensayo «Alfonso Reyes» (México). Ha publicado, entre otros, «La mudanza incesante» (2002), «La otra invención» (2005), «De la amistad literaria» (2006), «Literatura y globalización» (2008) y «Lectores insurgentes» (2010). Actualmente dirige la revista cultural «Armas y Letras».

Dentro del ámbito occidental, es el Surrea- morónica que fusiona los opuestos. La poelismo el movimiento que deja mayor huella sía moderna, en la lectura de Paz, posee dos en el joven Octavio. A diferencia de otras gestos que la definen y, en buena medida, la vanguardias, que se basaban en una “ortodo- determinan: la analogía y la ironía. Busca la xia creativa”, es decir, en un reglamento pre- asimilación con el mundo, con la realidad, y, vio, generalmente expuesto en los manifiestos, al mismo tiempo, se percata de la imposibiliel Surrealismo partía de un principio sencillo dad (e inutilidad) de esa búsqueda. De nueva y radical: la principal fuente para la escritura cuenta aparece el oxímoron: la figura retórica reside en el propio inconsciente. Esta aseve- predilecta de Paz (la cual consiste en la unión, ración se vuelve revolucionaria para Paz, pues en una misma oración, de dos palabras o conle permite sacarse de encima el peso (de las ceptos opuestos). angustias) de las influencias. El ‘yo’ es el material básico, En un gesto desafiante y riesgoso, apostó y el resto es accesorio. ganó. Gran lector de su tiempo, supo mirar el Las primeras obras de Octavio Paz, las que van de bosque y las hojas. Entendió el devenir de las «Luna silvestre» (1933) hasletras mexicanas y el momento peculiar que ta el libro recopilatorio «A la orilla del mundo» (1942), experimentaba la literatura occidental. Supo con todo y sus inclinaciones por lo social, crecen bajo la establecer las debidas correspondencias entre sombra de las grandes poéesos dos procesos. ticas del posmodernismo lírico hispanoamericano: Neruda, Vallejo, López Velarde. Ellos fueBuena parte del resto de su obra poética conron los puentes entre el dominio del lenguaje firma este sendero con bifurcaciones infinitas, propio y el diálogo con otras voces. La con- principalmente en títulos como «Salamandra» creción de su voz poética llega con «Libertad (1962), «Ladera este» (1969) y «Pasado en clabajo palabra» (1949); con este libro Paz no ro» (1975). A la belleza de las imágenes que sólo se consolida como poeta, sino como un evoca, la poesía de Paz opone, con una gran crítico de su propio oficio. Para él, el poeta fuerza lírica, una creciente sensación de soledeja de ser el vate, la figura pública y excéntri- dad existencial, de angustia ante el peso del ca que se consagrara en el Modernismo, y se tiempo y nuestra imposibilidad de escapar de convierte en un transeúnte de la modernidad, él, incluso en las creaciones donde el erotismo o mejor dicho, de las modernidades, pues ex- ocupa el centro –como «Blanco» (1966)–, esa perimenta en su propia vida las contradiccio- flama doble termina por consumirse a sí misnes de su tiempo; y a partir de ahí, sólo puede ma: la pasión se inflama y se alimenta con la explicar la realidad a través de una visión oxi- ausencia del objeto amoroso.

“Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo, del miedo al cambio”, Octavio Paz.

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Literatura

Paz parte de la confesión y del testimonio para elaborar su teoría de la literatura, la cual es, básicamente, esencialista: reinstala lo literario, sin definirlo, en el centro de su reflexión y de su conducta pública. Su visión de la literatura le permite crear un código de conducta ante la inestabilidad de la realidad (política y social) del tiempo que le tocó vivir. DESDE SUS INICIOS, Su teoría parte de una sensación sustentada en dos conceptos que podríamos denominar el placer textual y la pasión crítica.

La tradición de la ruptura (otro oxímoron) funda la estirpe de su escritura no sólo como poeta, sino principalmente como ensayista y como teórico de la literatura. A través de esa lectura, Paz se enfrenta a las contradicciones de la historia mexicana (y de la latinoamericana). El “matrimonio” difícil, casi imposible, entre mito e historia (la “divina pareja”) le permite la inmersión en el amplio campo de la interpretación ensayística. En «El laberinto de la soledad» (1950) y en «Posdata» (1969) revisa el legado de las obsesiones (ese repertorio de máscaras) del mexicano, y replantea con ello el cuestionamiento por la identidad nacional, un tema, por cierto, nada ajeno al ensayismo hispanoamericano y a las reflexiones de Bolívar, Sarmiento, Martí y Rodó, entre muchos otros. Aunque Paz no desea caer en la inercia de instalar un rasgo esencial y trata de cambiar el enfoque, el resultado final es una reinvención de lo mexicano, una nueva apuesta por la modernización, a pesar del regodeo en los rasgos distintivos y “bárbaros” (no occidentales) de los mexicanos. la realidad se deletrea

Algo parecido sucede con su concepción de lo literario. Paz parte de la confesión y del testimonio para elaborar su teoría de la literatura, la cual es, básicamente, esencialista: reinstala lo literario, sin definirlo, en el centro de su reflexión y de su conducta pública. Su visión de la literatura le permite crear un código de conducta ante la inestabilidad de la realidad (política y social) del tiempo que le tocó vivir. Desde sus ensayos iniciales –«El arco y la lira» (1956) y «Las peras del olmo» (1957)– hasta sus trabajos más tardíos, como «Los hijos del limo» (1974) y «El ogro filantrópico» (1979), Octavio Paz lleva el universo autorreferencial de la literatura al mundo exterior: la realidad se deletrea, solía decir. Su teoría parte de una sensación sustentada en dos conceptos que podríamos denominar el placer textual y la pasión crítica. Como buen transeúnte de la modernidad, sabe que las contradicciones son también una forma de crear sentido a lo que no lo tiene. Al rememorar la elaboración de la antología poética «Laurel», hecha por él en 1943, Paz explica 32 I La Panera

su poética, que también será su política: “En época de tribulaciones, la poesía se presenta al espíritu como un desagravio. La realidad del poema, evanescente y sin consistencia física, nos parece una refutación de la realidad incoherente que vivimos, hecha de palabras rotas y pensamientos dispersos; saber que pertenecemos por la lengua a un mundo más vasto, rico y hondo que el cotidiano, nos ayuda a soportar con un poco de entereza los descalabros”. Poética como política: el traslado de la realidad al universo de los signos y a la concreción del poema; este gesto, en apariencia idealista, es sumamente ideológico. A la arenga, Paz contrapone la persuasión; a la acción, el acto creativo. Para la concreción de esta peculiar ideología es necesario ver el trayecto político de Paz, que –al igual que su obra literaria– partió de la filiación, o del intento de filiación, a diversos grupos socialistas hacia la “soledad” del espacio propio (no desprovisto de seguidores, por cierto). Su temprana militancia en la izquierda, que lo llevó a participar si no activa, al menos sí discursivamente contra el fascismo, primero en la Guerra Civil Española, luego en la Segunda Guerra Mundial, fue pronto abandonada ante la polarización de intereses de sus mismos partidarios. Mucho se ha hablado de sus virajes políticos, desde su breve y ya referido paso por el comunismo hasta su progresiva inclinación hacia la derecha. Lo cierto es que Octavio Paz siempre buscó, independientemente de las

ideologías, el centro: el lugar más visible del campo literario. Su lucha era por el poder de la representación. Los años que pasó fuera de México, en el Servicio Exterior, lo alejaron de las disputas y forcejeos que se daban al interior de la vida literaria y cultural mexicana. En cuanto volvió definitivamente al país en 1969, concentró sus fuerzas en recuperar ese lugar protagónico en la opinión pública. La fundación de las revistas «Plural» (1971) y «Vuelta» (1976) no tuvieron otro fin que ése. Cuando la figura del intelectual comienza a perder terreno en el campo de la política, Paz se construye una presencia mediática para equilibrar las fuerzas. Y si en un momento atacó al poder, en otro lo respaldará, tratando con ello de consolidar una agenda particular y relativamente independiente a los agentes políticos, no siempre lo logró: su defensa al príismo neoliberal, por ejemplo, fue muy cuestionable. Y política como poética: su pasión por el poder de la representación lo llevó a luchar incansablemente por el control de la circulación de valores y juicios en el campo literario mexicano. Paz tomó el cetro y pocos se atrevieron a disputárselo: la escena, en «Los detectives salvajes», de Roberto Bolaño, donde los poetas real visceralistas intentan secuestrarlo, resulta sumamente ilustrativa de esta detentación del poder. Muchas de las características en cuanto al habitus, es decir, en cuanto a las conductas públicas que presenta la literatura mexicana actual, tienen sus raíces en la política literaria de Octavio Paz. En una carta al poeta Tomás Segovia, fechada en Nueva Delhi el 29 de mayo de 1967, el autor de «El laberinto de la soledad» se quejaba de los dimes y diretes del mundillo literario de su patria y de las concentraciones del poder simbólico en unos pocos: “La actitud de ahora es una consecuencia fatal de la actitud de ayer: cuando tenían en su poder los órganos de publicidad, también incurrieron en la política de pandilla –algo muy distinto a la acción de un grupo unido por ideas, gustos e intereses intelectuales y estéticos semejantes. Así, todo es lucha de intereses y de personas…”. En los otros, la ambición era una simple querella política; en él, una aspiración intelectual. Su intransigencia ante la disidencia estética e ideológica fue siempre total. Hoy, estos escarceos y obsesiones nos parecen muy lejanos. Tal vez porque el poeta y el intelectual son figuras que ahora pertenecen a la excentricidad; tal vez porque el mundo de las letras es en este momento mucho más pequeño de lo que fue ayer. Paz ha dejado de ser el “padrino” que controlaba la “mafia literaria” en México, y es ahora un autor con una obra monumental en espera de infinidad de lecturas y de múltiples interpretaciones. Mucho mejor así, creo yo.


Ferias y furias pocos de los contemporáneos que los preceden) han habitado un escenario muy restringido hasta hace muy poco. ace algunos años, cuando Regreso entonces a la crítica recelosa por el aparente exceso empezaron a cundir pequeños emprendimientos actual de libros como si se tratara de una operación de reproduceditoriales en los países del continente, alguien (un ción mimética de la lógica del mercado. Y digo: sí. Digo cierto. Sin escritor ya consagrado) me comentó, de manera duda es la desesperada demanda la que ha posibilitado tanta oferta tentativa, pero sin duda recelosa y crítica, que tanto sello chico, de libros editados repentinamente por tanta enana editorial. Es esa tanta impresión de libros, no hacía sino confirmar la urgencia demanda la que ha posibilitado la vertiginosa creación de sellos de capitalista de producción de novedades para consumo inmedia- nombres tan sugerentes como Cuneta, Calabaza del Diablo, Sangría, to. Novedades sin contenido, sin valor literario, pura mercancía, Alquimia, Mandrágora, Ceibo, Lumbre, Hueders, Ocho Libros, Lolita, sospecho que quiso decir en esa velada acusación que era a Montacerdos y tantos otros que ahora, lamentablemente, se me todos pero también a mí, porque escapan. Sólo que esa oferta que yo también había fundado un sesuple a esa demanda es por un llo minúsculo. Me sorprendió ese objeto cultural, un objeto con un comentario porque provenía de contenido literario, y es una oferta un escritor que había empezado que no responde al imperativo del a publicar en una pequeña casa lucro. En la mayoría de los casos ni que desapareció en los tiempos siquiera produce pequeñas ganande declive de la dictadura y siguió cias. No es el impulso del beneficio publicando, después, en una gran económico el que ha puesto a co- Lina Meruane casa editorial española en los años laborar productivamente a tantos es autora de de la transición. Hay que reconoeditores recién estrenados, a escri- «Fruta Podrida» cer que en esa época los grandes tores de gusto formado, a diseña- y «Sangre en el sellos todavía pensaban su emdores que viven de otros trabajos. Ojo», entre otras prendimiento local como parte No. Es la necesidad de abrir de obras de ficción, y de un necesario despertar cultural. nuevo el campo cultural. De ha- «Viajes Virales» es Apostaban por autores mayores y cer reingresar a la discusión textos su reciente libro por autores menores que nunca a medio olvidar o textos raros o de ensayo. Es necesario sostener la conversación llegarían a ser masivos, pero que completamente desconocidos que Ha recibido los aportaban miradas frescas y sobre se salen de la apuesta habitual de premios literaalrededor del libro, sigue importando todo críticas sobre el pasado inlas editoriales grandes. El deseo rios Sor Juana sustentar una sociabilidad literaria, mediato y el presente. El espacio furioso de atraer nuevos lectores Inés de la Cruz literario de los noventa, dominacon nuevas propuestas. No es el (México) y Anna sigue siendo crucial mantener una do por grandes grupos, se la jugó lucro capitalista sino un deseo de Seghers (Berlín). sorprendentemente por abrir el participación ciudadana desde las letras. proponer nuevos diálogos. Porque Enseña literatura campo literario, por proveer de no lo olvidemos: sigue siendo ne- universal y cultura literatura diversa a unos lectores que venían saliendo de la anemia. cesario sostener la conversación alrededor del libro, que no es más latinoamericana en Pero ese proyecto se acabó demasiado rápido. Para los escritores que una reflexión sobre el presente y el pasado; sigue importando la Universidad de emergentes de esos años que no habían funcionado en los gran- sustentar una sociabilidad literaria, sigue siendo crucial mantener Nueva York. des Planetas y las Alfaguaras globales se cerraron las puertas. Al- una participación ciudadana desde las letras. Estas pequeñas ediguien decidió desde España que el modelo editorial debía regirse toriales están realizando, a su manera, solas pero sobre todo en por la eficiencia de la fábrica de zapatos. No valía la pena, o el ries- conjunto, una importante intervención en el campo de la cultura.Y go, publicar los libros no comerciales de autores poco conocidos esto que podría aparecer como una idealización o una abstracción, o simplemente menos complacientes con las supuestas demandas es lo que vislumbré en aquella feria que reniega de su nombre y lo de supuestos lectores. Se impuso la lógica del capitalismo a la edi- trueca sintomáticamente por otro, por la Furia, la del Libro, a la que ción de libros. Las librerías se llenaron del fast food de la literatura este año se sumaron nada menos que 70 pequeñas y hasta ínfimas (los best sellers) y se le dejó a las empresas extranjeras la misión de pero heroicas editoriales. traer, a altísimos precios (en un país donde los libros siguen siendo prohibitivos), obras de autores más propositivos pero siempre Parte de la declaración de principios de la Furia del Libro, una iniciativa imprescindible extranjeros. Quedó vacío el espacio para la apuesta por la renovación literaria local, por la educación estética y crítica de los lectores “La Furia del Libro apela a la indignación que nos produce estar insertos en un sistema que prien su propia tradición. Quedó vacío el lugar de una edición más vilegia el olvido. Bajo una legislación que disminuye las horas dedicadas al arte en la educación arriesgada, y ese hoyo negro fue creciendo dramáticamente hasta básica. Donde cientos de miles de personas salen a la calle a pedir una educación de calidad y que ni las escasas editoriales independientes chilenas, que a pulso a cambio reciben bombas. (…) Tal vez como una respuesta a ese llamado es que en distintos se habían mantenido vigentes, dieron abasto. Cuarto Propio por puntos del país han surgido iniciativas que buscan reivindicar la lectura y la producción editorial. ejemplo, Pehuén por poner otro, y Lom, por mencionar un tercer Estas son las llamadas editoriales independientes. Si los chilenos no leen, todo un país se acosaporte independiente pero insuficiente para hacerse cargo de la tumbra a olvidar. Nosotros creemos que la literatura es la memoria de un pueblo. recuperación de textos patrimoniales, de los géneros menores (la Y por eso nuestra lucha está en reunirnos aquí, distintas iniciativas editoriales que comparten un poesía, la dramaturgia, el ensayo, el cómic incluso) y del recambio mismo interés en difundir la literatura, el arte, el diseño, la memoria y presentarlos al público como una literario de los muchos escritores y escritoras del ahora. Ellos (y no extensión de nuestro trabajo artístico”.

Por Lina Meruane

H

“Lee y conducirás, no leas y serás conducido”, Santa Teresa de Jesús (1515-1582), religiosa española.

La Panera I 33


Literatura

Andrea Jeftanovic se encuentra este año en plena actividad literaria: ediciones, traducciones, residencias en el extranjero… Pero quizá lo más desafiante será la creación del «Archivo Isidora Aguirre», proyecto ganador de un Fondart que permitirá digitalizar textos póstumos de la gran dramaturga chilena.

Por Nicolás Poblete Pardo.

A

oportunidad para ser otro” 34 I La Panera

JULIA TORO

“La literatura es una

ndrea Jeftanovic (Santiago, 1970), socióloga titulada de la Universidad Católica y doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Berkeley, ha venido volcando su energía hacia la producción literaria y ensayística con sumo éxito desde hace casi quince años. En 2000, su novela «Escenario de guerra» ganó el Premio Nacional de la Cultura y las Artes a la mejor obra editada, luego reeditada en España y Costa Rica. «Geografía de la lengua», su segunda novela, apareció en 2007, y el conjunto de testimonios «Conversaciones con Isidora Aguirre», donde Jeftanovic documenta sus encuentros con la destacada dramaturga, vió la luz en 2009. El 2011 fue especialmente fructífero para la escritora, pues vio la publicación de dos volúmenes: «Hablan los hijos. Estéticas y discursos en la perspectiva infantil en la literatura contemporánea», una serie de ensayos en torno a protagonistas y voces infantiles, y el volumen de cuentos «No aceptes caramelos de extraños», que obtuvo el Premio Círculo de Críticos de Arte de Chile como la Mejor Obra Literaria 2011. Además de estas publicaciones, Jeftanovic, quien trabaja tiempo completo como profesora de literatura en la Universidad de Santiago, ha sido antologada en un sinnúmero


de compilaciones nacionales y extranjeras y algunos de sus cuentos han sido traducidos al francés, inglés y húngaro. En 2013 la narradora presentó sus libros en Lisboa y Berlín, y próximamente la reedición de «No aceptes caramelos de extraños» se concretará en la Casa de las Américas (Cuba), y también en Argentina, a cargo de Seix Barral. Asimismo, su novela «Geografía de la lengua» tendrá una nueva versión, «Amar numa língua estraingeira», reescrita especialmente para el sello portugués Teorema, donde, entre otros, publica nada menos que Antonio Lobo-Antunes, el recurrente candidato al Nobel. Este año encuentra a Jeftanovic participando en la residencia iberoamericana de escritores «De. escribir» en Montevideo, y en un programa de intercambio en la Universidad de Konstanz, Alemania. En 2014 verá la publicación de su libro de crónicas de viaje y, como si fuera poco, Andrea acaba de ganar un Fondart para, junto a un equipo multidisciplinario, crear el «Archivo Isidora Aguirre»,

trabajo de otros. En otras palabras, combino la escritura mía, más autorreferente, con la escritura que me ‘provocan’ los textos de otros”.

-¿Y cómo funciona la escritura de viajes de tu próximo libro? “Quizás por eso ahora estoy en esto de las crónicas de viajes, porque quizás la escritura de viajes es un género que contiene a los otros géneros, hay algo de ensayo, ficción, autobiografía, historia. No son reportajes de viajes sino cómo a partir de ciertos desplazamientos -que he definido como fronterizos en su amplio sentido- he registrado esa experiencia externa/interna de extrañamiento, de epifanía personal. Me gusta la idea de ‘pensar viajando’, ‘pensar caminando’ y la tensión que produce con tu bagaje, con tu propia historia, orígenes y genealogías. También he querido trazar el vector que se dispara en esas oportunidades, y configurar algo como una ‘narrativa visual’, porque hay texto escrito pero también se incluyen archivos como cartas, mapas, fotos. El elemento viEn 2000, su novela «Escenario de guerra» ganó sual lo estoy elaborando con el cineasta José Luis el Premio Nacional de la Cultura y las Artes a la Torres Leiva y con el mejor obra editada, luego reeditada en España y bibliotecólogo Marcelo Costa Rica. ha sido antologada en un sinnúmero Gómez. Cada vez me interesa trabajar más en de compilaciones nacionales y extranjeras. equipo e interdisciplinaalgunos de sus cuentos ya están traducidos al riamente”. francés, inglés y húngaro.

que permitirá digitalizar e instalar en la red documentos póstumos de la destacada dramaturga nacional. -Narradora, ensayista, cronista… ¿Cómo trabajas estos distintos registros? ¿Qué exigencias ves en cada uno de ellos y cuál está más cerca de tu impulso creativo? “Sin duda, mi primer impulso es con la ficción, soy una lectora voraz de novelas, cuentos, poesía, teatro. El territorio es más libre y más peligroso, la exploración infinita; pero también hay ensayos como los de Foucault, Freud, Barthes, que me parecen deslumbrantes y casi no los distingo de la escritura de ficción. En cuanto a la mezcla de registros, ocurre que como autora me ha resultado saludable alternar ficción y no ficción, o bien alternar escritura personal, más subjetiva, con la escritura dedicada al

-En tu novela «Escenario de guerra» se aborda el tema de la inmigración y de la adaptación a un nuevo territorio. A casi 14 años de su publicación, ¿cómo ves este fenómeno hoy? ¿Es Chile un país de inmigrantes? “Muy distinto. Antes, el inmigrante estaba más en una categoría del ‘raro’, y también era una inmigración que se asociaba a la ‘europea’. Ahora hay una población latinoamericana nueva que está armando un tejido de diversos tonos, comidas, léxicos, referentes culturales. Me interesa mucho este actual escenario multicultural, le temo a la ‘pureza’, a la homogeneidad; celebro la mezcla. Ahora, no hay que ser inocente, y esta nueva inmigración nos pone a prueba como ciudadanos, con nuestra idea de identidad-nación, pertenencia, derechos laborales y fronteras geográficas. Hace un tiempo vi en las noticias una marcha contra los colombianos y me pareció patético y alarmante”.

«Geografía de la lengua» Novela Uqbar Editores Santiago, 2007

«No aceptes caramelos de extraños» Cuentos Uqbar editores Santiago, 2011 Premio Círculo de Críticos de Arte 2011

-Un tema que caracteriza a tus narraciones es la preocupación por el “otro”. En «Geografía de la Lengua» vemos esto en la dificultad (o incluso en la imposibilidad) de empatizar con ese otro que nos resulta ajeno y distante. “Sí, me inquieta mucho eso del ‘otro’ como punto ciego. En la pareja y en la familia es curioso, pese a la intensa convivencia e intimidad, el otro es siempre alguien del que desconoces zonas, alguien que guarda secretos, áreas insondables que despiertan miedos, proyecciones, fantasías. De algún modo, ese ‘otro’ es un texto por escribir, por terminar”. -Contrario a otras escrituras que centran sus narraciones en experiencias autobiográficas o autoficcionales, en tus relatos vemos que hay verdadera creación de personajes: niños, adultos mayores, mujeres, hombres. ¿Cómo te posicionas para dar voz a protagonistas tan dispares? “Siempre me he dicho que una de las cosas más cautivantes de la literatura es la libertad, las infinitas posibilidades de ser otro: un hombre de edad, un niño, una mujer mayor que sufre anorexia, un criminal, etc. Y también alguien de otro tiempo, pasado o futuro. Quizás como he trabajado con mundos algo perturbadores, memorias duras, porque he rondado disquisiciones morales, se me ha hecho más soportable instalar esos dilemas en personajes distantes a mi biografía más evidente. Pero siempre se filtran elementos autobiográficos, aunque en una ecuación más amplia que incluye lo vivido, lo leído, lo imaginado, lo soñado, lo temido, lo deseado”. –Tu trabajo con Isidora Aguirre se concretó en un libro, y en el reciente Fondart. ¿Es un homenaje a esta importante dramaturga (a quien nunca se le otorgó el Premio Nacional)? “Sí, y lo lindo es que sigue con este Fondo documental. Hay mucho material, cerca de cuatro mil documentos, que trabajaremos y analizaremos en equipo junto a las investigadoras Fabiola Neira y Pía Gutiérrez. La idea es recuperar documentos inéditos, además de cuarenta obras de teatro, imágenes, cartas, libros y borradores de novelas, para que sean parte de una página virtual de acceso público. En mi caso, me dedicaré a hacer una edición crítica de algunos de sus diarios de vida, enfocándome especialmente en el cruce entre vivencias personales y proceso creativo”.

“No he sufrido nunca una pena que una hora de lectura no me haya quitado”, Charles de Montesquieu (1689-1755), cronista y pensador francés.

La Panera I 35


Literatura

Por Carolina Andonie Dracos

E

n 2012, una teleserie realizada por Telemundo y escrita por el chileno José Ignacio Valenzuela ganó el Miami Life Awards. Lo interesante es que Valenzuela, antes que guionista fue autor de cuentos y novelas publicados en Chile, Puerto Rico y México. Un caso del éxito que está teniendo la literatura en la industria del entretenimiento, donde el mercado internacional, incluso, da para que los guionistas tengan agentes. En ese contexto, parece justo considerarlo dado las exiguas entradas que históricamente recibe un autor por la edición de su obra narrativa. Ya grandes padecieron el dilema, como Faulkner o Bradbury. Hoy, en Chile se ha hecho habitual que varios nombres cohabiten ambos formatos, como Larissa Contreras («Romané») o Malú Urriola («El Reemplazante»). Una experta en el tema es Nona Fernández que, junto a su pareja, Marcelo Leonart (escritores, dramaturgos, creadores de la compañía La Fusa), ha logrado el perfecto equilibrio entre una producción narrativa potente y una trayectoria de aciertos televisivos. La también actriz, que ya tiene puesta su mirada en la escritura de las obras de teatro «Trabajo sucio» (que se estrenará el segundo semestre, bajo la dirección de Marcos Guzmán), y «Liceo de señoritas», para 2015, con La Fusa y la dirección de Leonart, explica este maridaje: “El trabajo de guión de una teleserie exige expertices sobre temas como la estructura, los diálogos, la creación y el despliegue de una historia de largo aliento. En los 80 ya escribían Alejandro Sieveking, Egon Wolff, María Elena Gertner o Jorge Marchant Lazcano, todos dramaturgos o novelistas. Entonces no existían escuelas o seminarios, por lo que se buscaba complementar el genio intuitivo de algunos con la experiencia literaria o teatral de otros. Creo que así se fue armando este mix de escritores que vienen de la literatura, del periodismo o de la pedagogía. Con Marcelo llegamos a fines de los 90, porque en TVN se abrió un taller para preparar gente joven que pudiera escribir. Nos llamó Jorge Marchant, que había visto una obra de teatro nuestra. Desde entonces, intermitentemente, hemos estado trabajando para la televisión y viendo cómo se han ido sumando escritores

36 I La Panera

La creación como libreto

Todos los ríos convergen en el gran mar de la entretención. Por ello encontramos la pluma de destacados escritores tras grandes éxitos televisivos. Como en «Secretos en el Jardín», sobre los psicópatas de Viña del Mar, que sigue los acertijos de la dupla de Nona Fernández y Marcelo Leonart, figuras de primera fila en la escena literaria. ¿Asombrado? No lo esté. Ya es tendencia.


notables, como Alejandro Cabrera, Luis López Aliaga, Larissa Contreras, Malú Urriola, Pablo Paredes, Ximena Carrera, Simón Soto o Pablo Toro”. –Es interesante que incluya a autores cuyo trabajo literario dista de la mera entretención. ¿Descrees del oficio? “Al comienzo sí, porque, tal como funcionaba la televisión cuando partimos, nuestro trabajo era sólo un encargo hecho por los directores. Poco podíamos decir sobre las historias o los temas que se decidían tratar. Era un trabajo entretenido, pero que autoralmente nos convocaba poco, porque las autorías televisivas siempre son difusas y diluidas. Sin embargo, con el tiempo y con mayor oficio en el cuerpo, hemos podido involucrarnos más, ejercer mayor punto de vista sobre los trabajos que se nos encargan y así poder escribir series o teleseries un poco más innovadoras temática y formalmente, y más aproximadas a nuestros propios imaginarios y preocupaciones. Atendiendo siempre al género y a la industria, intentamos ir un poquito más allá. Así es cómo con Josefina Fernández hicimos ‘Los archivos del Cardenal’, pese a todas las veces en que connotados productores y directores nos dijeron que la televisión no estaba preparada para eso, o ‘El laberinto de Alicia’, que anticipó macabramente una ola feroz de destape de casos de abuso sexual infantil, o ahora ‘Secretos en el jardín’, que es el primer culebrón (no serie) que asume la época de los 80 con todo el discurso de impunidad y violencia al que estuvimos sometidos”. –¿Todavía existe en los escritores un prejuicio al respecto? “No siento los prejuicios de mis colegas. Al contrario. Hay cierto interés freak por esta pega. A estas alturas, todos sabemos que debemos aprender a ganarnos la vida con un oficio que no sea la literatura. Para poder escribir libremente, sin tener que pensar qué impacto comercial va a tener nuestra obra, es necesario buscar otra entrada. Se hacen clases, talleres, periodismo, guiones. Y no creo que un guionista de culebrones gane más que un autor de best seller, que sería su equivalente”.

–Hay géneros, como la novela policial, donde las reglas se respetan, si no, el lector se siente estafado. ¿Cómo aplican esa lógica a la teleserie sobre los psicópatas de Viña? La también actriz, “Es cierto que el género policial requiere de Nona Fernández, un control distinto a la hora de plantearse una ya tiene puesta su historia que durará 100 capítulos. En el caso mirada en la escri- de ‘Secretos en el jardín’, trabajamos como una tura de las obras verdadera oficina de investigaciones, con pizade teatro «Trabajo rra, apuntes, mapas de los sitios del suceso, el sucio», y «Liceo de detalle de cada uno de los crímenes, con la inseñoritas». formación detallada de lo que entregaríamos o no al espectador. Se trata de unir piezas, de hacerlas calzar, de encontrar pistas que desplieguen un hilo investigativo que además haga sentido con la verdadera historia que estás contando, en este caso, de impunidad. Conducir una investigación y hacer que el espectador se haga partícipe de ella, llegando finalmente a la verdad. Pero el gran secreto es hacer trampa, jugar con las cartas porque, a diferencia de lo que pasa en una investigación policíaca real, el escritor es a la vez investigador y asesino, por lo tanto debe mantener al minotauro escondido en el centro del laberinto todo “El trabajo de guión de una el tiempo que sea necesario y correr teleserie exige expertices los velos para ver sobre temas como la al monstruo sólo estructura, los diálogos, y cuando quieras que se vea. Es un trabael despliegue de una historia jo más sofisticado y de largo aliento. trabajamos delicado y requiere también de un púcomo una verdadera oficina blico más concende investigaciones”. trado y dispuesto a esa sofisticación”. –¿Cuánto de vuestra observación literaria aparece aquí? “Si lo entiendo como mirada autoral, creo que en esta teleserie nos internamos por primera vez en la tele en una historia que convoca el imaginario de los 80, algo que cruza toda mi obra literaria. Años extraños, oscuros, alucinados y alucinógenos, como dice Alejandro Cabrera en su novela ‘Soldados perdidos’. Retratarlos aquí, internarse en esa atmósfera frívola de la Viña de los 80, la postal del Chile de la Dictadura, con su Festival y su picantería, intentando hacer oídos sordos a lo que realmente ocurría, fue un desafío bastante gozoso. Esta historia es un reflejo de esos años, es una metáfora perfecta, y difícilmente podríamos encontrar otra que nos permitiera hablar tan crudamente de esa época sin hacerlo nunca de militares ni de crímenes políticos. El caso de los sicópatas es una sombra de lo que ocurría en el Chile de ese tiempo. Muertes, impunidad, abuso de poder, miedo, tortura. Esos materiales han estado presentes de manera casi obsesiva en mi mirada literaria y ahora logro hacerlos coincidir en este culebrón”.

[ Retweet] 1. @JessicaEltit: Lista y tranquila para leer el libro de una gran primera dama. Doña Lucía pic.twitter. com/oG8SddVJG6 2. @panchomarbus: «Doña Lucía» ¡entretenido libro ¡Haciendo realidad el mito de esta señora! @alejandramatus pic.twitter.com/jclg6dT3Gz 3. @su_celis: Esquizofrenia o bipolaridad lectora. De «Doña Lucía» a «Yo, Violeta». 4. @alejandramatus: «Doña Lucía», según El Correo, de Bilbao, España. La cruel viuda de Pinochet. El Correo http://www.elcorreo.com/ vizcaya/20140105/gente/cruel-viuda-pinochet-201401021822.html … via @elcorreo_com 5. @jorgebrecho: Para entender el poder lean este libro de la periodista Alejandra Matus. Es genial, verdaderamente genial. http://fb.me/6smCTCtL8 6. @jaimeyefi: Resumen: lo mejor de la TV a esta hora, es apagarla. Voy a retomar la lectura de «Doña Lucía», de Alejandra Matus :) 7. @SitaJoc: Estoy leyendo el libro de la Alejandra Matus, «Doña Lucía», la biografía no autorizada. 8. @alvarobisama: Un gran momento de «Doña Lucía», la bio que escribió Alejandra Matus sobre los Pinochet. http://instagram.com/p/iwtuzOlX7f/ 9. @hmcfstilorock: La cruel viuda de Pinochet, por Alejandra Matus: http://www.elcorreo.com/vizcaya/20140105/gente/ cruel-viuda-pinochet-201401021822.html … 10. @manolosancheze: Entrevista a Alejandra Matus por su libro «DoñaLucía» | Ediciones B http://www.edicionesb.cl/tienda/prensa/nacional/18dona_lucia.html … 11. @SantitoTorres: “Lucía es una doña que tiene su carácter. Parece una botija tierna, pero tiene su personalidad (...)”, señaló Mujica. ¿Parece tierna? PFFFF 12. @CamaradelLibro: Y fue lanzado en #FILSA: «Doña Lucía», de Alejandra Matus, que encabeza el ranking semanal del género literario de No Ficción http://rbb.cl/7qym 13. @terraChile: http://noticias.terra.cl/ximenatorrescautivo/blog/2013/11/25/dona-lucia-poralejandra-matus/ … Un buen retrato de Lucía Hiriart de Pinochet. 14. @stgoestaleyendo: Retrato de la mujer que “eternizó” a Pinochet en el poder, frívola y tirana http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/LuciaHiriart-Pinochet-Chile-Alejandra-Matus-biografia_0_1028297535.html …

“Todos los escritores, incluso los más falsos, los peores del mundo, han sentido la sombra de ese éxtasis de la creación”, Roberto Bolaño (1953-2003), escritor chileno.

La Panera I 37


brújula literaria

[ por carolina andonie dracos ]

El averno de Dan Brown

E

n rigor, best seller es el libro que más viaje imaginario del poeta italiano al averno. Su te, clave para contener una catástrofe mundial. vende, aunque para efectos del sentir editorial, Doubleday, lanzó una primera edición Un viaje a través de códigos, símbolos y pasapopular designa a aquel sub género del de cuatro millones de ejemplares, además de las dizos secretos, al que ya está acostumbrado el organigrama literario integrado por un amplio versiones electrónica y de audio. lector de Brown, que seguirá disfrutando de essegmento de novelas cuya premisa fundacional Ésta es la cuarta entrega de Dan Brown pro- tas visitas guiadas que tan bien se le dan al autor. es que el lector disfrute. Para lo cual hay códigos tagonizada por Robert Langdon, el tímido y El escritor más vendido, traducido y probablecon los que captar su atención, como la intriga, la elegante profesor de simbología religiosa que mente rico de todos los tiempos tiene una fóracción y los escenarios internacionales. conocimos en «Ángeles y demonios», donde mula que le funciona a la perfección. Detrás de En Estados Unidos, que concentra la fauna más debía impedir por toda Roma el asesinato de los cada obra suya hay un prolijo trabajo documendiversa de best sellers, las grantal. De ahí que pertenezca a ese des superficies y los aeropuertipo de novelas con las que el Un viaje a través de códigos, símbolos y pasadizos tos están tapizados con versiolector siente que se entretiene nes pocket o de bolsillo, quizá el y además aprende. El espectro secretos, al que ya está acostumbrado el lector de formato que mejor identifica a donde fijar la atención es amBrown, que seguirá disfrutando de estas visitas guiadas «Inferno», la más reciente enplio: está la historia del arte con que tan bien se le dan al autor. trega de Dan Brown, el capo Dante, «La divina comedia» y del sub género que cumple a todos esos artistas que se han “los lugares más oscuros del infierno están reservados cabalidad todos sus precepinspirado en ella. Está la perpara aquellos que mantienen su neutralidad en épocas tos, por lo que sus libros, gorsecución, que no para durante dos, con dibujos y mapas, están toda la trama y que incluye a la de crisis moral”, nos advierte el novelista al comenzar. concebidos para entretener al clásica chica que lo acompaña. receptor mientras dura el freEstá el enigma, los acertijos, los nético viaje de la lectura. Esta continuación lógica candidatos a nuevo Papa. Otro atentado lo llevó archienemigos de la paz global, los complots y el del folletín francés decimonónico puede alcanzar a París en busca del Santo Grial en «El código Da suspense. Lo único que quizá extrañarán los fans grandes cotas, pero la excelencia literaria no es Vinci»; y también a Washington, en «El símbolo es el reloj Mickey Mouse de Langdon, quien, deprioridad. De ahí que la novela, tal como su ver- perdido», donde evitó que uno de los mayores bido a un olvido temporal, inicia el tour sin saber, sión impresa, puede ser reciclada una vez leída. secretos de la humanidad cayera en manos equi- al igual que el lector, a qué sabrá la nueva avenNo hay dolo en ello. vocadas. tura de la cual se nos advierte al comienzo: “Los «Inferno» toma prestado el título y tema de Ahora es Florencia el marco donde Langdon lugares más oscuros del infierno están reserva«Infierno», el primero de los tres cantos de «La despliega sus encantos y el móvil será un suicidio dos para aquellos que mantienen su neutralidad divina comedia», de Dante Alighieri, que relata el y un enigma relacionado con el poema de Dan- en épocas de crisis moral”.

«Inferno» Dan Brown Planeta 560 páginas $15.900

El chico sin color de Murakami

E

l problema de reservar la última novela qué le segregaron. Esto, después de la depresión ces de predecir la muerte ajena, manos de seis de Haruki Murakami para las vacacio- que padeció y del largo período que vivió obse- dedos y sueños perturbadores, todo pauteado nes es que el escritor japonés no es sionado con su propia muerte. por música, como es habitual en el melómano de para playa y aceite de coco. O quizá sí. Quién A diferencia de sus amigos, él abandonó las Murakami. En este caso, Franz Liszt y sus «Años sabe. Lo concreto es que siempre será un au- comodidades de la ciudad de su infancia para de Peregrinación», un conjunto de tres suites téntico Murakami y el lector experimentará en diseñar estaciones de ferrocarril en Tokio. Otro para piano solo que le llevó 40 años componer. cada novela la misma experiencia estética. Su rasgo diferenciador: él es el único cuyo nombre Del primer libro, «Première année: Suisse», Mumarca. Su letra escarlata. rakami toma «Le mal du pays», en esta obra, publicada en 2013 y de la que se ha vendido Como autor de culto, sus que es la nostalgia, como señala obras pueden hacer discrepar al uno de los personajes de la nomás de un millón de ejemplares en japón, público a la hora de los afectos, vela, pero también “tristeza, sin el escritor juega con la lógica, con lo onírico, con lo pero nadie queda indiferente razón aparente, que la contema su lectura. Libros con alma, plación de un paisaje bucólico improbable en una escritura impecable y personal, cuyo como «Los años de peregridespierta en el alma”. final es, antes que un cierre, una incógnita precedida de nación del chico sin color», su «Los años de peregrinación más reciente entrega, donde del chico sin color» es como una certeza: el autoconocimiento es el primer paso para deja en segunda fila la alegoría esa pieza de Liszt, un paisaje romper con la soledad. de la serie «1Q84» para volbucólico, filigrana nipona en su carse al Japón actual, que sufre máxima expresión, cuya concomo cualquier otra sociedad industrial avanza- no denota un color, como el resto: Aka (rojo), templación nos pone melancólicos. da, pero con un plus: no haber perdido el sentido Ao (azul), Shiro (blanco) y Kuro (negro). El que Su protagonista nos muestra su vida como un de comunidad ni el miedo a la vergüenza. Tsukuru signifique “crear” o “construir” no borra, lienzo que, tal como los trenes que le gusta ver En un escenario que ve el suicidio como algo en la novela, la percepción social de un apellido pasar, es solitaria y, en lo posible, sin sobresalhonorable, abre los fuegos Tsukuru Tazaki, el sin color. Lo que transforma a este ingeniero en tos. Murakami juega con la lógica, con lo onírico quinto integrante de un grupo de colegiales cu- un recipiente vacío, del que huye todo el que se y lo improbable en una escritura impecable y yos mejores momentos los vivieron juntos, hasta le acerca. Hasta que conoce a Sara, una mujer personal, cuyo final es, antes que un cierre, una que algo se rompió y el protagonista fue expul- por la que siente un amor adulto que lo lleva a incógnita precedida de una certeza: el autocosado, sin ninguna explicación, de la pandilla. Dieci- averiguar qué sucedió exactamente en su pasa- nocimiento es el primer paso para romper con séis años más tarde,Tsukuru aún se pregunta por do. Un viaje donde interactúan pianistas capa- la soledad.

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«Los años de peregrinación del chico sin color» Haruki Murakami Tusquets 320 páginas $18.900


Tecnología

Comunicación, tiempo y distancia Por Edison Otero

E

l ingenioso y ocurrente

Marshall McLuhan (1911-1980) sostuvo, allá por los años 60, que el teléfono significaba la abolición del tiempo y del espacio. En más de un sentido, eso es dramáticamente cierto. El teléfono fijo permitió hablar con quienquiera en tiempo real sin importar dónde se hallara físicamente, y sin importar cuán alejado estuviera geográficamente. Eso lo sufrió en carne propia el oficio de los vendedores viajeros. En los tiempos de nuestros abuelos y de nuestros padres, estos señores –provistos de su maleta y de sus muestras– recorrían enormes distancias ofreciendo sus productos y tomando encargos. A su regreso a la capital transmitían los pedidos y éstos eran enviados a los interesados habitualmente por ferrocarril. Todo este proceso tomaba su tiempo, el que se redujo sensiblemente con la disponibilidad del nuevo aparato. Los pedidos telefónicos de mercadería le quitaron el piso a estos vendedores itinerantes, cuyos viajes ya no fueron necesarios. La historia de los medios de comunicación también puede contarse, en consecuencia, como el progresivo triunfo contra las barreras del tiempo y del espacio. Es cosa de comparar. Crónicas disponibles cuentan que con el fin de poner a sus pares en conocimiento de la muerte de Wilfredo, Conde de Cerdeña –su benefactor–, un monje1 del25-02-14 norte de17:28 Barcelona se demoró aviso la panadera.pdf más de un año en visitar iglesias y monasterios. Esto

ocurría en el siglo XI d.C. En impactante contraste con ese evento, podemos aludir a la muerte del Papa Juan Pablo II, cuya espera y desenlace fueron seguidos simultáneamente por muchos millones de personas durante 2005, gracias a las transmisiones televisivas. Todos ellos estuvieron al tanto de lo que estaba sucediendo en Roma en el instante mismo de su ocurrencia. En la biografía de Omar Khayyam (la de Hazhir Teimourian, 2007, se considera definitiva actualmente) se cuenta de un par de viajes que hizo en su vida el poeta, matemático y astrónomo persa y que cambiaron su residencia por algunas décadas. Esos viajes ocurrieron entre los territorios que hoy conocemos como Uzbekistán,Turkmenistán e Irán. Según consignan crónicas de la época –siglo XII– estas travesías tomaban meses y se hacían por medio de caravanas que podían implicar a varios miles de personas y una logística simplemente sorprendente. Una de ellas le tomó a Khayyam siete meses. En nuestros días, la distancia entre esas zonas es cubierta por avión en una hora, como máximo. Pero hay mucho más. Sabemos hoy que el asesinato del Presidente estadounidense Abraham Lincoln, en 1865, fue conocido en Europa unos ocho días después, lapso que parece enorme si lo comparamos con los atentados a las Torres Gemelas en New York. En esa ocasión, muchos telespectadores del mundo asistieron en vivo y en directo al impacto de un segundo avión contra la torre que aún no había sido dañada. Ver y oír lo que acontece en el instante mismo en que está sucediendo proporciona una sensación de partici-

pación emocional y de compromiso; entre otras cosas, porque las fronteras y las barreras desaparecen y todos compartimos la misma información. No necesitamos que nadie venga a decirnos qué ocurre. Lo sabemos por nosotros mismos y directamente. Todo lo que estaba distante y lejano, se vuelve cercano, próximo y a la mano, accesible y simultáneo, disponible e instantáneo. Pongámoslo en términos cuantitativos: se calcula que la transmisión televisiva de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing fue seguida desde sus hogares por unos cuatro mil 500 millones de personas. Más de la mitad de los habitantes de la Tierra. Por otra parte, algunas fuentes cifran en 800 millones la cantidad de personas que siguieron la transmisión televisiva en vivo y en directo del rescate de los mineros en el norte de Chile. El sociólogo estadounidense Elihu Katz (1926) y el cientista social francés Daniel Dayan (1943) han dado un paso audaz, considerando estas transmisiones como las expresiones actuales de los ritos de pasaje de las comunidades del pasado, ahora a nivel planetario. Sus rasgos centrales son la instantaneidad de la información, la inmediatez de las emociones y la participación colectiva global, una verdadera semilla de cosmopolitismo. Decididamente, hoy ya no es posible ponerle a un libro el título de “El mundo es ancho y ajeno”. Edison Otero Bello es Licenciado en Filosofía y profesor titular por la Universidad de Chile. Se ha especializado en las áreas de la epistemología, el desarrollo del pensamiento crítico y la teoría de la comunicación.


Gestión Cultural

Pensar global, jugar local Una pareja dispareja Derivada del japonés dochaku, “el que vive en su tierra”, por ley de gravedad la “Glocalización” llega para quedarse y ayudarnos a saber dónde estamos parados.

G

oing Glocal es la nueva regla del juego. El término es hoy acuñado por el ámbito de la gestión para orientar la definición de las políticas de descentralización y de acceso a la cultura. En 1992, el sociólogo Robert Robertson la describió como la peculiar relación entre “pensar global y vivir local”. Los desafíos de esta nueva manera de ver el mundo parecen ser enormes y ambiciosos, mientras sus consecuencias estarían siendo adelantadas por los técnicos de las Industrias Creativas para marcar un nuevo paradigma. Concepto utilizado en los ámbitos culturales, medioambiental y, sobre todo, económico, la “Glocalización” marca el inicio de una corriente que también abarca a las empresas para modificar su maneras de afrontar los negocios. Si antes las compañías con presencia en otros países dirigían las acciones de sus filiales desde la sede central, cada vez se toman más decisiones basadas en las necesidades de una demanda local. Desarrollado inicialmente en 1980 dentro de las prácticas comerciales del Japón, el término procede de la palabra dochakuka, derivada de dochaku: “el que vive en su propia tierra”. En 2012, la crisis económica europea terminó por convencer a los analistas de trasladarse de andén para pasar de una interconectada pero descontrolada Globalización, a un orientado enfoque “glocalizador”. La lógica llevó entonces a concentrar los esfuerzos económicos regionales en el “impulso de la generación de empleos en casa, en lugar de depender de los mercados globales para salir adelante”. “La Globalización solía ser una calle de una sola vía que conducía fuera de los Estados Unidos. Ahora, los altos precios de la energía, el riesgo político y los cambios tec40 I La Panera

nológicos traen las oportunidades de regreso a casa. Bienvenidos a la Era de la LOCALNOMICS (local+economía)”, adelantó en agosto de ese mismo año la revista «Time». LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

Para la poeta y articulista María Antonieta Mendívil, el término “glocal” implica mucho más que la unión directa entre lo global y local: “Verlo así sería definirlo de manera simplista como las dos caras de una moneda, o las fuerzas opositoras que por equilibrio se conjuntan. No son fuerzas opuestas ni enemigas, sino hermanadas, relacionadas y necesarias una de la otra, como la fuerza centrípeta y las leyes de gravedad que nos explican dónde estamos de pie”, argumenta la escritora desde México. –¿Qué fecha marca el inicio de ese cambio? “Los actos terroristas del 11 de septiembre pusieron de manifiesto la enorme complejidad de la realidad global y la dimensión de lo GLOCAL. En una táctica de defensa, Estados Unidos buscó controlar la información y los medios de comunicación masivos tradicionales con el pretexto de hacer frente al terrorismo. Pero la red escapó a este control. La información generada y en circulación aumentó en un 40% desde la década de los 90 al incipiente 2000; en ella se mostraban las torturas de los ejércitos aliados a los solMaría Antonieta Mendívil En poesía ha publicado «Cuenta Regresiva» (Instituto Sonorense de Cultura, 1992) y «Llama» (Libros del Umbral, 2008); en novela, «Otros Tiempos» (Equilibrio Editores, 1999) y «Duelo de noche»(Almuzara, 2006). Autora de la radionovela «La espera de Ofelia», producida por el Instituto Mexicano de la Radio para motivar a la alfabetización, su novela «A ras de vuelo» (colección Andanzas de Tusquets Editores) salió entre los 10 mejores libros del 2011 en México.

jaime soler

Por Pilar Entrala V.

dados iraquíes, la quema de la Biblioteca de Bagdad, los ataques contra la sociedad civil, la confusión y desánimo de los soldados estadounidenses y aliados por una guerra que percibían sin sentido. Los usuarios generaron una ola de opinión pública alterna al poder, que minaron el nivel de aceptación de la política exterior del Presidente Bush. La presunta homogeneización de la visión del mundo impuesta por la Globalización, no fue tal”. –O sea, los usuarios “conquistaron” la red. “Desde la red saltaron las opiniones diversas, con total libertad y agilidad, y llevaron a grupos numerosos alrededor del mundo a ser un contrapeso necesario a Estados Unidos como centro globalizante dentro y fuera de la red: listas de correos, blogs, que dieron su cara no anónima en concentraciones humanas localizadas en puntos concretos del mundo. Estas reacciones nos demostraron que la Globalización tiene más voces críticas que


otra lengua. Esta misma situación modifica los productos de los medios de comunicación. Los medios tienen que mirar hacia ese ‘espectador’, ya no como un ente pasivo, sino activo y protagónico. La abundancia de programas televisivos bajo el corte reality show, es señal clara de este giro”. –Eso suena a una suerte de soberanía compartida, por un lado Estados Unidos y por otro, los usuarios dominando la red. “No podemos ver con ingenuidad la expansión de la red. Estados Unidos marca una nueva forma de imperio, reflejando al mundo una identidad y un modelo económico y sociopolítico que amenaza con estandarizar a las naciones bajo una identidad global. De igual manera, sería ingenuo ver esta amenaza con una visión catastrofista y unilateral. La ‘Red’ no el sector de la creación es uno de los puede ser un nuevo poder centralizado, aún bajo esa grandes protagonistas de esta nueva estructura anárquica. Debe forma de mirar, Y las estrategias en ser un elemento más dencultura vuelcan su diseño hacia “ese tro del reciente paradigma multipolar, horizontal, inpatio trasero tan particular del que nos teractivo, dinámico. Los habíamos olvidado y del que a lo mejor estados deben aprovechar este nuevo poder ciudadanunca llegamos a salir del todo”. no, dándole nuevas vías de participación, para que el usuario, como ente de información, actúe en su comunidad de manera local y real, fortaleciendo el tejido social, la vinculación comunitaria y los valores de la identidad común”.

alfredo cáceres

ATURDIDO Y CONFUSO

los propios grupos de resistencia conocidos como ‘globalofóbicos’; que hay muchos más ciudadanos que piensan, interactúan y responden con cierta autonomía. Descubrieron que la persona poseedora de información es agente de poder, y la mejor manera de poner en acción ese poder es en lo local. La persona inserta en un sistema transversal dialoga con el poder político, participa más en la generación de opinión pública e influye en la toma de decisiones. La persona que dentro de los nuevos sistemas de información es tan emisora como receptora, conoce más su identidad y la hace más consciente al momento de contrastarla con la identidad de los otros”. –Entonces, ¿en manos de quién está el poder de internet? “En 1990, ArpaNet se convirtió en internet, un instrumento puesto en manos del libre mercado y de la gente, y éste siguió el camino que estamos atestiguando hasta hoy.

El mundo dejó de ser bipolar. El poder de la información llegó a manos de los ciudadanos. La visión global que nos había dado el mercado y la comunicación se transformó en elementos de cercanía: es la persona quien interactúa con la información; es su cerebro el que se pone en red con otros cerebros, de manera directa e interactiva; es el usuario, antes visto como receptor, quien recibe pero también genera información. El impacto en el individuo es profundo. La persona frente al ordenador genera información sobre sí, su visión del mundo, su opinión ante los problemas que compartimos con otros seres humanos que conviven en la red más allá de cualquier frontera”. –¿A qué fronteras se refiere? “Las únicas fronteras que realmente persisten son probablemente la falta de acceso a la tecnología y el idioma, que deja de ser frontera en cuanto se tiene el pasaporte de

En la línea de María Antonieta Mendívil, algunos especialistas, como el antropólogo y crítico cultural argentino Néstor García Canclini (1939), opinan que la Globalización ha sido el “último rostro de un capitalismo que apuntó a realizar la hegemonía de las majors del Cine, la Televisión, la Música y la Informática, para apropiarse de los recursos naturales y culturales, del trabajo, del ocio y del dinero de los países pobres, subordinándolos a la explotación concentrada con que esos actores reordenaron el mundo en la segunda mitad del siglo XX”. Al dar vuelta la página, con aires esperanzadores hacia el fin del Milenio marcado para los inicios de 2015, y conscientes de que el sector de la creación será uno de los grandes protagonistas de esta nueva forma “glocal” de mirar el futuro, las estrategias en cultura a nivel internacional apuestan a un cambio transformador y vuelcan su diseño hacia “ese patio trasero tan particular del que nos habíamos olvidado y del que a lo mejor nunca llegamos a salir del todo”, como difunde a través de las redes sociales uno de los tantos “aturdidos y confusos” blogueros que circulan hoy por el ciberespacio.

“No sacas nada con correr si vas por el andén equivocado”, Proverbio japonés.

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©Tate Photography

Destinos

Well done, Mister Tate

El coleccionista y filántropo británico, nacido en familia modesta de Lancashire, nunca imaginó el inmenso regalo de cultura que haría a Inglaterra y al mundo. Ni a los 13 años, cuando era sólo un ayudante de almacenero en Liverpool, ni cuando pudo abrir su propia tienda en 42 Hamilton Street, Birkenhead. Por María Teresa Herreros A.

Desde Londres

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los veinte años, Henry Tate (1819-1899) logró iniciar su propio negocio, cambiando el curso de su vida gracias a su esfuerzo y tenacidad. Luego de establecer una cadena de seis almacenes, a los 40 años viró radicalmente de rumbo, asociándose a una compañía de refinería de azúcar, a cuyo desarrollo aportó en una importante escala. Ahí inventó los famosos cubitos blancos de azúcar que los ingleses adoptaron masivamente y que, bajo el nombre de Cubos de Azúcar Tate, fueron conocidos en todo el mundo. Así llegó a acumular una enorme fortuna y se convirtió en filántropo, realizando notables

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donaciones, en especial a entidades educacionales y de salud, siempre discretamente y a menudo en forma anónima. También pudo disfrutar de su fino gusto por el arte, al punto de formar una de las mejores colecciones privadas de pintura moderna inglesa. Entre sus telas, él destacaba la valiosa «Ophelia» de su amigo, el pintor Sir John Everett Millais. Pero, naturalmente, le preocupaba el destino que todas tendrían después de su muerte y siempre tuvo la intención de donarlas a la nación “para estimular el desarrollo del arte británico y como una ofrenda de gratitud por una próspera trayectoria empresarial de sesenta años”. El 23 de octubre de 1889, Tate escribió una carta al Director y a los miembros del Consejo de la National Gallery de Londres, pro-

poniendo una donación de 65 de sus obras y especificando que ellas deberían ser exhibidas en conjunto y bajo el título «La Colección Tate». Aduciendo falta de espacio adecuado, la National Gallery declinó el obsequio. Tate lo ofreció entonces al Gobierno a condición de que le encontrara una ubicación apropiada. Y para ayudar a este propósito, anunció la entrega de £80.000 para financiar la edificación de una nueva Galería. Tras avances y tropiezos, rechazos y aplausos, campañas de la prensa y clamor de la opinión pública en momentos en que bullía un creciente interés por el arte británico que remeció la vida cultural de esa nación durante el siglo XIX, se logró un acuerdo. El nuevo Gobierno que asumió en 1892 facilitó la concreción del proyecto, ofreciendo para su construcción los terrenos de la ex Penitenciaría de Millbank. Así, la historia de las Galerías Tate de Inglaterra comienza en 1893 con el inicio de la construcción de un “nuevo palacio de arte británico” (en estilo clásico con pórtico de columnas y una cúpula en la parte central), que se completa en 1897. Conocida inicialmente como National Gallery of British Art, la inaugura solemnemente el 21 de julio de ese año el Príncipe de Gales –futuro Rey Eduardo VII– en presencia de Henry Tate, a quien un año más tarde la Reina Victoria otorga la baronía de Park Hill. De inmediato esta Galería –que da cabida a otro grupo de importantes obras inglesas– resulta inmensamente popular con más de 3.000 visitantes contabilizados en los primeros seis domingos desde su apertura, doblando la concurrencia de la National Gallery en ese mismo período. Sir Henry Tate fallece el 5 de diciembre de 1899, a la edad de 80 años.


LA TATE BRITAIN

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contemporáneo británico. Es el más famoso de Gran Bretaña, uno de los más importantes del mundo y, sin duda, uno de los más polémicos. La lista de los finalistas, de los premiados, la composición del jurado (que cambia cada año), son índice de las tendencias de la creación visual actual, y son motivo de debate sobre lo que ellos consideran “arte”. Baste mencionar algunos de los galardonados: «The Physical Imposibility of Death in the Mind of Someone Living» (1955), de Damien Hirst, un tanque de acrílico conteniendo un tiburón muerto conservado en formol. O «My Bed» (1999), de Tracey Emin, archiconocida obra en la que la artista presenta su propia

cama en el estado en que quedó durante una depresión suicida luego de un rompimiento sentimental: sábanas manchadas por fluidos corporales, ropa interior usada, preservativos… Al mismo tiempo, el Premio Turner distingue y nomina a artistas consagrados como Lucien Freud (1988), Paula Rego (1989) o Anish Kapoor (1991). Año a año, cuando muchos catalogan al Turner de crap o bullshit o se reúnen en manifestaciones hostiles frente a la Galería, a contar del mes de mayo surge el progresivo interés por presentar candidatos; la expectativa por conocer los finalistas en julio, y el impacto al saberse el nombre del galardonado, a principios de diciembre.

y recibe obras traídas de lo mejor del patrimonio Tate, que exhibe en muestras temporales, como lo fue «Chagall: Modern Master», a fines del año pasado, y las de Turner y de Monet el año anterior. Muy reconocida es la tienda de la Tate Liverpool, de luminoso y atractivo entorno, donde se encuentra una inigualable variedad de productos, muchos de ellos creados en exclusividad para la galería por conocidos artistas y diseñadores. El ex-Ministro, Lord Michael Heseltine, quien apoyó con decisión la instalación de esta pinacoteca, declaró premonito-

riamente que ella ayudaría a hacer renacer la ciudad después de años de decadencia. St. Ives, un pequeño balneario en la costa sudoeste de Inglaterra, no parecía un lugar adecuado para instalar una galería de arte de categoría. Sin embargo, se encontraba allí la impronta de numerosos artistas que llegaban atraídos principalmente por las especiales características de la luminosidad del lugar. Entre ellos, Naum Gabo, Ben Nicholson, Mark Rothko y Barbara Hepworth. Esta última se estableció y vivió largos años en su taller «Trewyn Studio» (actual «Museo Barbara Hepworth», hoy administrado por la Tate), en cuyo jardín instaló sus esculturas, creando un museo al aire libre. La Tate inició una importante relación con este enclave y en la década de 1980 decidió erigir la que se denominaría Tate St. Ives Gallery, para exhibir la obra de esos artistas que habían vivido y trabajado en esa bella ciudad. Para ello se eligió el edificio de una antigua fábrica de gas, ubicado junto al mar con espléndida vista a la playa Porthmeor y al océano Atlántico. Los arquitectos a cargo imitaron las formas de la planta, incluyendo la rotonda, que se convirtió en el corazón de la galería. Ésta se inauguró en junio de 1993 y en seis meses recibió más de 120.000 visitas, 50.000 más que la meta esperada para todo el año. Desde entonces, Tate St. Ives goza de un éxito sobresaliente y es destino obligado para los miles de veraneantes de distintas procedencias que repletan este encantador y muy entretenido balneario.

©Tate Photography

esde su inauguración en 1897, la Galería ha experimentado sucesivas ampliaciones, modificaciones, reparaciones. Después de la muerte de Sir Henry, Lady Amy, su viuda, hizo entrega de otras pinturas y del retrato «Sir Henry Tate», realizado en 1897 por Sir Hubert von Herkomer. A ellas se fueron agregando casi todas las obras inglesas de la National Gallery pintadas en los 80 años previos, y otras que había adquirido la Royal Academy. Además, la Galería Clore (1987), diseñada por James Stirling, que posee una importante colección de pinturas de Joseph Mallord William Turner, también forma parte de la Tate. Algunos de los problemas que ha sufrido durante su existencia incluyen inundaciones debido a unas obras en el Támesis y los daños ocasionados por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, aun cuando la mayor parte de la colección estaba a salvo en otros lugares. A contar de marzo de 2000 (luego de la inauguración de la Tate Modern Gallery) se la denominó Tate Britain y expone únicamente arte británico histórico y contemporáneo. Desde su señorial entrada se la recorre a través de escaleras, principalmente para llegar al segundo piso, donde se instalan y exhiben las grandes retrospectivas como fue el año pasado la del pintor L.S. Lowry. A fines de 2013 capturó la atención y el interés al inaugurar su flamante remodelación, comenzada en 2007, en la que reina, en medio del luminoso vestíbulo y bajo la cúpula, una nueva y espectacular escalera en espiral festoneada con motivos Art Deco. Las escalinatas descienden como en un alegre remolino desde el nivel de la entrada hasta el elegante restaurante Whistler y el amplio nuevo café con resplandecientes puertas en forma de cripta que se abren a la terraza del piso inferior. La nueva iluminación refleja agudo ingenio y el toque de refinado estilo de sus creadores, los arquitectos Peter St John y Adam Caruso. La Tate Britain instauró en 1984 el Premio Turner, que anualmente destaca el impacto más relevante de un artista

DOS NUEVAS GALERÍAS

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omo una forma de compartir las obras de arte con el norte de Inglaterra, en 1988 abrió sus puertas la Tate Liverpool, una de las más importantes galerías de artes visuales modernas y contemporáneas situadas fuera de Londres. Ubicada a corta distancia de la ciudad, en los antiguos almacenes del Albert Dock, su imagen mantiene el estilo original de ladrillos rojos diseñado en 1840, cuando fue parte central de la industria portuaria de Liverpool. En su edificio de cuatro pisos alberga una interesante colección permanente

“Los museos deben cambiar a fin de evitar convertirse en una institución muerta”, Jessica Morgan, curadora de la Tate Modern, Londres.

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©Tate Photography

Destinos

LA TATE MODERN GALLERY

Actualmente, la Tate Britain y la Tate Modern están conectadas a través del Támesis por un barco que circula cada 40 minutos, entre los embarcaderos de Millbank y Millenium, ubicados próximos a ambas galerías.

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ctualmente, la estrella de esta familia es la Tate Modern. Transcurrido más de un siglo desde la apertura de la primera Galería Tate, se consideró necesario abrir un nuevo espacio para acoger y exhibir el arte contemporáneo internacional. Como en el caso de sus antecesoras, esta vez se decidió aprovechar las instalaciones de una antigua planta de energía en la ribera sur del Támesis. El proyecto de los arquitectos suizos Herzog & De Meuron mantuvo gran parte del diseño original de la planta, lo que fue factor clave en la adjudicación de la obra. Ésta abarcó una superficie total de 29.000 m2, convirtiéndose en la galería de arte más grande del mundo. La antigua Sala de las Turbinas (de 35 metros de alto por 152 metros de largo) es la impresionante entrada hacia lo que fueron enormes calderas convertidas en diferentes salas de exposición en varios pisos de fácil acceso. La Tate Modern fue inaugurada en 2000 y su imagen con estilizada chimenea de 99 mts. de alto es parte icónica del paisaje fluvial de Londres. Para su apertura se pidió a la gran escultora francesa Louise Bourgeois (1911-2010) una obra monumental, que se instaló en la Sala de las Turbinas: su famosa «Maman 1999», gigantesca araña hembra de nueve metros de alto, en acero y mármol, emocionante oda a su madre, que alude a su fuerza con metáforas de hilado y tejido, de alimento y de protección. Los cálculos más optimistas proyectaban un flujo anual de unos dos millones de personas, sin embargo, el primer año alcanzó a cuatro millones, llegando a superar los cinco millones en el primer decenio (65% británicos, 60% menores de 35 años), ubicando a la Tate Modern en el tercer lugar de los museos más visitados del mundo, después del Louvre y del Pompidou, de París. La retrospectiva más popular ofrecida hasta el momento ha sido «Matisse/Picasso», en 2002, que atrajo a 4.500 visitantes diariamente, lo que significó mantener la galería abierta ininterrumpidamente cada fin de semana, de viernes a domingo. Ya está en marcha una inmensa ampliación en la parte trasera de la galería, también ejecutada por Herzog & De Meuron, la que se espera terminar en 2016.

©Tate Photography

©Hayes Davidson and Herzog & De Meuron

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Cultura de Vida

Felicidad, mucho más cerca

de lo que parece M Por Violeta Güiraldes

FUENTES DE ALEGRÍA

i amiga, la escritora Elisa Paut, un ejemplo de pensamiento positivo, me dijo pocos días antes de morir de leucemia: “Cómo no va a ser bueno lo que me está pasando. Por la enfermedad tuve que deshacerme de todas mis cosas para vivir en esta casa de reposo. Ahora no tengo nada de qué preocuparme. Si necesito algo, lo pido y me lo traen”. Sólo le hacía falta su libreta de direcciones, extraviada en la mudanza, porque quería despedirse de algunos amigos. Mirando así la vida, ella me enseñó a apreciar el lado bueno de las cosas y, también, mi entorno: el verde de los árboles, el canto de los pájaros, el aroma de las flores. Buscar la felicidad es un derecho y un deber. No es tan fácil como parece, pero vale la pena intentarlo. Alguna vez oí decir que la sociedad es como una gran alfombra y cada uno de nosotros tiene a cargo su nudo. Es importante mantenerlo bien atado para que no se rompa el tejido. Ese puede ser nuestro aporte. Ser feliz es una forma de contribuir a que todos los que están alrededor lo sean y por eso es necesario dar vuelta a positivo nuestros pensamientos y tratar de sentirnos bien. Así seremos más atractivos para los demás y a muchos les gustará compartir su tiempo y alegría con nosotros.

Respirar profundo durante diez minutos, sentados en un sillón, puede hacernos muy felices, sin necesidad de endeudarnos para tener cosas. Darnos el tiempo para descansar un rato cada día, priorizando la comunicación tranquila con los demás también ayuda. En los tiempos que vivimos, buscar la felicidad está de moda. Algunas empresas hacen esfuerzos para los especialistas la miden lograr un buen clima laboral y asociándola al desarrollo crean hasta gerencias dedicadas al tema. Los organismos internaeconómico de las naciones. cionales miden el bienestar de los Buscarla es un derecho y un deber. países para resguardar la paz del mundo. Los escritos sobre la feNo es tan fácil como parece, pero licidad aumentan tanto como la vale la pena intentarlo. insatisfacción que se manifiesta masivamente a nivel planetario. ¿Qué hacer para vivir en armonía personal y general? Los especialistas han medido la felicidad asociándola al desarrollo económico de las naciones. Suponen que el avance material va

CARMEN CARDEMIL

UN TEMA DE MODA

de la mano con la satisfacción de las personas. Sin embargo, en muchos países desarrollados subsiste el descontento. Gobiernos que han tenido un buen desempeño financiero, no logran satisfacer a su gente. La felicidad requiere de un esfuerzo individual y social. Y sobre todo, de un cambio cultural que privilegie el desarrollo del espíritu sobre lo material. Que reemplace el tener por el ser. Por otra parte, es difícil constatar los avances en esta materia. ¿Cómo se puede medir un sentimiento? “¿Cómo puedo medir tu amor? –pregunta una enamorada. ¿Por el largo y frecuencia de tus cartas? ¿Por lo que expresan tus palabras…?”.

“Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. Y el que tenga esas tres cosas que le dé gracias a Dios”, decía una antigua canción. En la sociedad moderna vemos a tantas personas que poseen todo en abundancia, pero igual refugian su insatisfacción en el alcohol o en las drogas. Las recetas otorgadas por los especialistas van desde disfrutar el ahora hasta ver películas tristes para valorar lo que se tiene. Además, practicar todo tipo de actividades que generen endorfinas. Algunos estudiosos del sentir humano recomiendan ser fieles a la propia naturaleza, a aquello para lo cual fuimos creados y éste parece ser un camino con resultados más estables. Pero se requiere un poco de trabajo. Es necesario descubrir quiénes somos, conocer nuestros talentos y debilidades. El eneagrama puede ser una buena instancia de autoconocimiento y existen cursos y libros sobre este antiguo método que permiten descubrir nuestras fortalezas y también lo que nos falta desarrollar. Pensemos qué nos hacía felices en la infancia, antes que la sociedad o la familia nos moldeara de acuerdo a sus conveniencias. Descubramos cuál es la fuente de nuestra alegría para contrarrestar nuestros malos momentos. Démosle prioridad a esas actividades, porque si nos sentimos contentos proyectaremos buenas energías a quienes nos rodean. Frente a los problemas busquemos soluciones, ocupémonos en vez de preocuparnos por lo que tal vez nunca ocurra. Y no nos olvidemos de dar vuelta a positivo nuestros pensamientos. La fuerza de éstos es capaz de conducirnos a la felicidad que deseamos. Mantengamos bien atado el nudo que tenemos a cargo para que la alfombra social se conserve bien.

“La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante”, Antonio Gala (1930), escritor español.

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Fundación El Observatorio

La diosa de dos caras Por Miguel Laborde

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o femenino toma hoy

como ama la vida no le quita los ojos a la muerte, atento a ella y, sensato, comienza aquí a habitar en el Más Allá. Hasta Mistral y Neruda parecen de pronto profetas del Antiguo Testamento, que nos hablan asomados desde allá, desde el oscuro misterio, hacia esta realidad asoleada. El otro, pagano, no sabe de misterios o prefiere no saberlo, y entonces se vuelca a vivir el día; no sabe si habrá un mañana y prefiere tocar, saborear, respirar, cuando aún hay tiempo. Su pavor es ancestral, como el que vivió la primera tribu que asistió a un eclipse: ¿Y si la oscuridad es eterna, y la luz ya no vuelve?

una forma cada vez más definida. Postergada por siglos, en los años 60 comenzó lo que el psicoanalista Edward Whitmont llamó “el retorno de la diosa”. Si en un principio fue un símbolo de paz asociado a hacer el amor y no la guerra, y llegó acompañada de un redescubrimiento de la naturaleza, con el tiempo se recordó que las antiguas deidades (Ishtar, Palas, Kali…) también eran invocadas para destruir al enemigo. Tenían dos caras. No es fácil vivir aquí en medio de lo insonLas dos se dan en la naturaleza de Chile de dable, lo desmesurado, lo inabordable. Chúpamanera extrema: la pureza prístina y virginal te el desierto ilimitado, esta cordillera que no de paisajes que parecen no haber sido jamás se agota en tanta montaña –el país de más cehollados por pisada humana, y las fuerzas desrros per cápita–, el frío laberinto despedazado tructoras de algunos de los peores tsunamis y de islas y aguas heladas, y el océano más ancho terremotos que ha conocido la humanidad. La y oscuro del planeta: ¿Qué pensabas, Dios mío, Madre Tierra también tiene dos rostros. cuando aquí nos dejaste? Más temprano que tarde, tendremos que acudir al llamado de la selva. Porque la natuSe nos mete el miedo en los huesos, la espalraleza chilena está en peligro. Sus conmovedoda se comba y la voz apenas emerge de la boca, res ambientes, algunos de los más dotados de de seguro temerosa porque un grito puede ¿Cómo amarla, si le tememos? ¿Sabemos asumir su lo que el escritor y político británico Edmund provocar otra catástrofe. Burke llamó “lo sublime”, están acá. No son los ¿Conoces el nombre de esos cerros? ¿De capacidad de destruirnos? ¿Cómo entenderla dulces rincones de la Provenza francesa, ni la esos árboles? ¿De esos pájaros?... No, no sabesi de pronto nos deja a-terrados? No es amor, armonía extrema de la Toscana italiana. Aquí mos nada, no nos atrevemos a mirar, contemestán desnudas las fuerzas naturales. Es la diosa plamos a la distancia a esta naturaleza, como si en el fondo es miedo. Admiración, pero con empoderada, la hembra. fuéramos –y tal vez lo somos– indignos de ella. ¿Cómo amarla, si le tememos? ¿Sabemos resentimiento. Mala mezcla. El femicidio es lo mismo. A lo menos, desadaptados. asumir su capacidad de destruirnos? ¿Cómo Nos gusta viajar, cada vez que estamos en entenderla si de pronto nos deja a-terrados, sin tierra? no la amamos; es por eso que ya no están los oasis otra tierra respiramos con alivio, es un descanso. Pero Por algo es que la sabia Gabriela Mistral, mujer de lineales en el norte ni los bosques nativos en el sur. La volvemos siempre, porque esta diosa de dos rostros es, intuiciones esenciales, dijo que el símbolo de Chile era hemos castigado. Vamos a los ríos, a refrescarnos en después de todo, la que realmente amamos. Sólo nos falun volcán. Por fuera su solemne poder, la belleza pura sus aguas, pero no olvidamos vengarnos: basuras en las ta descubrir cómo hacerlo; que no seas un cariño malo. de su nieve, y por dentro las furias volcánicas ardiendo riberas, colillas encendidas que hacen arder miles de Aquí se pueden encontrar lo que Alejo Carpentier hectáreas cada verano. en lo oculto. llamó “la noche de las edades” y “los pasos perdidos”. No es amor, en el fondo es miedo. Admiración, pero Es aquí –y por eso volvemos– donde se respira este Las naciones se retratan en sus símbolos. No alcanzaron las imágenes a estar listas para el 18 de 1812 –en el con resentimiento. Mala mezcla. El femicidio es lo mismo, viento que parece venir de otro mundo. Nos acercasegundo aniversario de la Independencia–, por lo que en el fondo. Nuestras diosas humanas pagan por estar mos a la Patagonia y entendemos a esos indígenas que se inauguraron el 30 de septiembre, desde el amanecer más cerca, son inmoladas en atávico sacrificio, en una se sentían ser los guardianes de la inmensidad. con cañonazos y con gran fiesta en La Moneda al ano- ofrenda impura, la que se cobra la mano ante el poder Es la tierra más incierta, es cierto, la más áspera en su checer, la que duró hasta las seis de la mañana, cuando destructor y a-terrador, de lo femenino en esta tierra. geología, pero, ¿no está teñido de incertidumbre todo La gran pregunta: ¿Alcanzaremos a adaptarnos antes lo que nos importa, desde el origen del mundo cósmivolvió a brillar la luz, poniendo fin a la oscuridad. El palacio tenía en lo alto un monte que irradiaba rayos de que sea tarde? ¿Descubriremos cómo amarla, antes co hasta la fecha final del amor humano? luminosos, simulando un volcán en erupción, imagen de destruirla? Esta condición “movediza” de Chile, de territorio en que aparecería en la medalla conmemorativa. construcción, en formación, todavía díscolo como todo Los ojos de la diosa son portales abiertos a la inmen- adolescente, obliga a tener el tesón, la capacidad de reEl mapuche logró adaptarse a la “bipolaridad” de esta naturaleza. Aprendió a vivir de cara al riesgo, sin pesta- sidad. Ante ellos desaparecen las miserias cotidianas, las siliencia, la paciencia de Job. Hay que partir una y otra ñear. La vida es un misterio, un milagro, de pronto se fatigas del día, y resplandecen la armonía del cosmos y vez, estar síquicamente preparado para ello, y no esperar apaga y ya no estamos; la tierra se mueve y de pronto el resplandor del primer amanecer, el del Génesis. La tanto de nada. Las fuerzas naturales nunca duermen, hay desaparece. Todo es así, tema recurrente en la poesía vida, ahí, cobra sentido. que estar con el oído atento y mirarlas sin pestañear, amorosa: eres un milagro, y de pronto ya no estás… como aprendió a hacerlo el indígena en un proceso larEs curiosa, por perfecta, la frase que ostenta el es- go, de varios siglos, pero finalmente exitoso. El concepto es simple, estar disponible ante la muercudo familiar de Pedro de Valdivia. “La muerte menos te: del mundo, de lo amado y de uno mismo. Los guerreros españoles, que habían estado en Flandes, temida da más vida”. Miguel Laborde es Director Cultural de la Fundación El También él, como el mapuche –y de ahí que fueran tan Observatorio (Centro de Estudios Geopoéticos de Chile), Milán, México, se sorprendían, con cierto pavor incluso: ¿Cómo es que seres de carne y hueso enfrentan así a la parejos y dignos rivales–, andaba por el mundo entregado director de la Revista Universitaria de la UC, profesor de a la vida y disponible para la muerte, sin pestañear. muerte?... Estaban preparados para entregarse a ella. Urbanismo (Ciudades y Territorios de Chile) en Arquitectura de Tenemos dos clases de poetas, y los dos son hijos de la UDP, miembro del directorio de la Fundación Imagen de Chile, Nosotros, los republicanos, no nos hemos adaptado a esta naturaleza. Hay un amor burdo por ella, a la dis- esta diosa: el místico y el pagano. El primero se abre a la miembro honorario del Colegio de Arquitectos y de la Sociedad tancia, irreal, algo beato. Pero en el plano de la realidad, inmensidad, se entrega a la incertidumbre y al misterio; Chilena de Historia y Geografía, y autor de varios libros. 46 I La Panera


Agenda Santiago / marzo Agenda Agenda

Teatro Universidad de Chile

Providencia 043. Plaza Italia - Teléfonos: 2978 24 80 - 2978 24 81 - ceacuchile.com

Teatro Nescafé de las Artes Manuel Montt 032, Providencia - Teléfono: 2236 3333, anexo 109 www.teatro-nescafe-delasartes.cl - www.ticketmaster.cl

CONCIERTO N° 2. 21 y 22 de marzo, a las 19:40 horas. Público general: desde $6.000. Estudiantes: desde $2.000.

Ópera «werther», de Jules Massenet

Bajo la dirección de Leonid Grin, el programa contempla «Sinfonía Sacra», del compositor ruso Andrzej Panufnik; «Scherzo Capriccioso», de Antonín Dvorak; y la Quinta Sinfonía de Alexander Glazunov.

15 de marzo, a las 13:00 horas. Entradas: $25.000 y $30.000.

CONCIERTO N° 3 28 y 29 de marzo, a las 19:40 horas. Público general: desde $6.000. Estudiantes: desde $2.000.

CONCIERTO N° 1 14 y 15 de marzo, a las 19:40 horas. Público general: desde $6.000. Estudiantes: desde $2.000.

Bajo la dirección del maestro ruso Leonid Grin, la Orquesta Sinfónica de Chile da inicio a su temporada de Conciertos 2014 con la Obertura «Light Cavalry», de Franz Von Suppé; el Concierto para piano N° 2, de Serguéi Prokofiev, junto a Alexander Markovich, solista israelita de origen ruso; finalizando con la Quinta Sinfonía de P. I. Tchaikovsky.

Roberto Díaz, radicado en Estados Unidos y considerado uno de los más destacados solistas en viola de ese país, actúa con la Sinfónica de Chile interpretando el Concierto para viola del compositor ruso Alfred Schnittken (1934-1998). El programa incluye una nueva versión de la Sinfonía N°9, de Franz Schubert. Compuesta en Do mayor, esta última es conocida como «La Grande» para diferenciarla de la N° 6, escrita en el mismo registro. Fue estrenada el 21 de marzo de 1839, bajo la dirección de Félix Mendelssohn, once años después de la muerte de Schubert. En los países de habla germánica se la numera como la Sinfonía Nº 7.

Universidad Andrés Bello

Centro Cultural Las Condes

Centro de eventos Patrimonio Casona de Las Condes (Las Condes, alt 13.350).

Apoquindo 6570. Teléfono: 2896 9800.

CONgreso educación especial 27 y 28 de marzo, de 09:00 a 18.30 horas. Teléfono: 9-2993263 Con la participación de expertos e invitados especiales, la Fundación Red Apoyos realiza el !er Congreso internacional «Transición de Vida Activa en Educación Especial», enfocado hacia la integración comunitaria, la inserción laboral, y el mejoramiento de la calidad de vida de personas con déficit y/o capacidades diferentes. Inscripciones: www.redapoyos.cl; contacto@redapoyos.cl

Con la participación del reconocido tenor alemán Jonas Kaufmann (Werther), junto a la mezzosoprano Shophie Koch (Sophie), se transmite este trágico romance en cuatro actos, basado en la novela epistolar «Los sufrimientos del joven Werther», de Goethe. Dirige: Richard Eyre.

Teatro Municipal Agustinas 794, Metro Santa Lucía - Fono Venta: 800 471000 - Boulevard P. Arauco, Local 352-A Teléfono: 2432 9696 - municipal.cl

CONCIERTO 1 12 y 13 de marzo, a las 19:00 horas. Entradas: desde $3.000.

La Orquesta Filarmónica de Santiago, a cargo de José Luis Domínguez, presenta la Sinfonía N°1 en Do mayor, Op. 21, y la Sinfonía Nº 9 en Re menor, Op. 125, «Coral», de Ludwig van Beethoven. Con el Coro del Teatro Municipal, dirigido por Jorge Klastornick. El elenco está compuesto por los solistas Patricia Cifuentes (soprano), Evelyn Ramírez (mezzosoprano), José Azócar (tenor), Christian Peregrino (bajo). CONCIERTO 2 18 y 19 de marzo, a las 19:00 horas. Entradas: desde $3.000.

La Orquesta Filarmónica de Santiago presenta «Alto en el desierto», de Juan Manuel Quinteros (estreno mundial); Concierto para oboe en Re mayor, AV 144, de Richard Strauss, con la solista Lillian Copeland; Sinfonía Nº 3 en Mi bemol mayor, Op. 55, «Heroica», de Ludwig Van Beethoven. Dirige José Luis Domínguez.

Museo Histórico Nacional Plaza de Armas 951 – Teléfono: 2411 7010 www.museohistoriconacional.cl

CONCIERTO 3 EXPOSICIÓN Hasta el 30 de marzo. Martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. Adultos: $600. Tercera edad y estudiantes: $300. Domingo y escolares: entrada liberada.

«Tierra de oportunidades: California & Chile» resalta las conexiones que han unido a ambos territorios, desde la fiebre del oro de mediados del siglo XIX hasta la actualidad. El recorrido repasa los procesos históricos que han marcado el desarrollo de nuestro país en relación con California, Estados Unidos, para invitar a los visitantes a reconocer un relato común sobre la base de objetos, documentos, fotografías y testimonios. La muestra está dividida por secciones: la fiebre del oro, la modernización agrícola, la innovación científica y tecnológica, la colaboración académica, las influencias culturales, así como la inmigración.

25 y 26 de marzo, a las 19:00 horas. Entradas: desde $3.000.

«DURERO, MAESTRO DEL RENACIMIENTO» 19 de marzo al 25 de mayo. Centro Cultural Las Condes, martes a domingo, 10:30 a 19:30 horas. Espacio ArteAbierto, Fundación Itaú (Apoquindo 3457), lunes a viernes, 09:00 a 14:00 horas.

Una selección de 113 grabados de Durero (1471-1528), uno de los más importantes artistas del Renacimiento, se presenta paralelamente en el Centro Cultural Las Condes y en el Espacio ArteAbierto de la Fundación Itaú. Incluye desde las primeras obras del maestro alemán en su taller en Núremberg hasta sus grandes creaciones, como el «Carro triunfal». Sobresalen su búsqueda de la belleza absoluta con obras como «La misericordia». La serie finaliza con sus trabajos en torno a la Virgen y La Pasión.

Con la destacada soprano Verónica Villarroel y la mezzosoprano Evelyn Ramírez, Sinfonía N° 2 en Do menor, «Resurrección», de Gustav Mahler. Coro del Teatro Municipal, dirigido por Jorge Klastornick; y la Orquesta Filarmónica de Santiago, a cargo de Rani Calderón. GRANDES PIANISTAS 29 de marzo, a las 19:00 horas. Entradas: desde $2.000.

El ciclo de Grandes Pianistas presenta al maestro francés Jean-Efflam Bavouzet (1962). Programa: Sonata N° 33 en Do menor, Hob. XVI: 20, de Joseph Haydn; Sonata Nº 21 en Do mayor, Op. 53, «Waldstein», de Ludwig van Beethoven; Preludios Libro 1 (selecciones), de Calude Debussy; y Sonata, Sz. 80, de Bela Bartok. La Panera I 47


Agenda internacional / marzo Agenda

FONDATION CARTIER París Hasta el 6 de abril Fondation.cartier.com

RETRATO DE UNA ÉPOCA «América Latina 1960-2013», en la Fundación Cartier de Arte Contemporáneo de París, es una coproducción con el Museo Amparo de Puebla, México, e incluye imágenes, instalaciones y collages de 72 artistas de 11 países. Dividida en cuatro secciones temáticas («Territorios», «Ciudades», «Informar-Denunciar», «Memoria e Identidad»), la muestra refleja la diversidad de Sudamérica a través de su historia, recreada mediante la recolección de mapas, objetos, publicidad de tiendas, nombres de calles, centros comerciales, retratos y fotografías de época. El recorrido concluye con «Revuelta (s)», una película del cineasta paraguayo Fredi Casco, con el perfil humano de 30 artistas provenientes de ocho países. Se abordan temas como la identidad, el medio ambiente, la libertad o la dictadura. La intención es dar testimonio de un período que representó un desequilibrio para los países de esta parte del continente desde los años 60, con la Revolución Cubana como punto de partida, hasta nuestros días. Se trata de un tiempo marcado por la inestabilidad política y económica, que vio nacer movimientos revolucionarios y regímenes militares, y en donde el arte se transformó en un vehículo de expresión y repudio. Entre los autores chilenos invitados están Carlos Altamirano, Eugenio Dittborn, Alejandro Jodorowsky, Marcelo Montecino, Lotty Rosenfeld, Elías Adasme, Guillermo Deisler y Leonora Vicuña.

NATIONAL GALLERY Londres Hasta el 15 de junio www.nationalgallery.org.uk

MANIERISMO VENECIANO La National Gallery de Londres presenta la obra de Paolo Caliari (1528-1588), más conocido como Il Veronese o Veronés en España. Considerada como la más importante de las exposiciones dedicadas a resaltar el trabajo del artista renacentista en el Reino Unido, a las 50 piezas expuestas se une una serie de obras que han sido prestadas para la ocasión por coleccionistas y otros importantes museos internacionales. Esta es la figura central del denominado manierismo veneciano, sus cuadros se caracterizan por el lujo, la arquitectura clásica que enmarca sus escenas y el rico aunque suave colorido. Asimismo, las figuras suelen aparecer ostentosamente vestidas.

GALERÍA SAATCHI Londres Hasta el 23 de marzo www.saatchigallery.com

ANTIMONUMENTOS La muestra dedicada a resaltar el lenguaje del cuerpo humano, que se exhibe en la Galería Saatchi de Londres, está a cargo de 19 talentos emergentes, en su mayoría estadounidenses. En las imágenes sobresalen los gestos y las expresiones de los personajes captados en actividades cotidianas, plasmados a través de diversos soportes como la pintura, la escultura y la fotografía. La neoyorquina Marianne Vitale sorprende con una obra que incluye un lote de maderas junto a una serie de fotografías de cementerios, mientras Justin Matherly exhibe tres esculturas hechas con cemento reforzado para representar las distintas partes del cuerpo. Llaman la atención los retratos tallados a mano en jamón ibérico y expuestos como los “antimonumentos” por Kasper Kovitz, artista austríaco residente en Estados Unidos, en homenaje al padre del nacionalismo vasco Sabino Arana (1865-1903) y al novelista español Miguel de Unamuno (1864-1936). Por su parte, Henry Taylor presenta «Caminando con Vito», un cuadro de dos jóvenes paseando que delata el realismo de la vida, mientras Dana Schutz expone su creación impresionista «Reformadores». Un recorrido que va de lo grotesco y misterioso hasta lo conmovedor y satírico, para examinar a través del arte figurativo las formas innovadoras con que se puede comunicar desde la diversidad social a los temas políticos a través del lenguaje corporal.

MUSEO NACIONAL EUGÈNE DELACROIX París Hasta el 17 de marzo www.musee-delacroix.fr

entusiasta coleccionista Con una serie de dibujos y pinturas rara vez expuestos a público debido a su estado de conservación, el Museo Nacional Eugène Delacroix presenta el trabajo de recopilación de Étienne Moreau-Mélaton (18591927), un entusiasta amante y coleccionista de arte que también se dedicó al mundo de la pintura, la cerámica y la litografía. Autor de las monografías más importantes de su época en torno a la obra de Delacroix (1798-1863), fue, junto a su abuelo Adolphe Moreau el Viejo (18001859), uno de los grandes coleccionistas de ese pintor. Ambos reconocían "cualidades sobresalientes del genial y perspicaz dibujante". En 1906, el propio Étienne Moreau-Mélaton donó al Museo del Louvre un centenar de importantes cuadros del artista e hizo entrar en el patrimonio público francés obras como «Le Déjeuner sur l'hèrbe», de Manet; «L'Église de Marissel», de Corot, y «Les Coquelicots», de Monet. En 1927 cedió al Museo del Louvre y a la Bibliothèque Nationale de París la totalidad de su documentación como historiador y una serie invaluable de varios miles de dibujos, autógrafos y grabados de los más grandes maestros del siglo XIX. 48 I La Panera

GALERÍA BERLINISCHE Berlín Hasta el 31 de marzo www.berlinischegalerie.de

VIAJES Y MAPAS La intervención de Franz Ackermann (Neumarkt St. Veit, Alemania, 1963) invade el hall central de la Galería Berlinische para resaltar la relación que, según el artista, se puede establecer entre el mural, la pintura y la fotografía. Desde principios de los 90, Ackermann realiza pinturas de gran tamaño, gouaches y murales, que combina con fotografías, maquetas, posters y dibujos, dando lugar a instalaciones de gran colorido e intensidad. Construye sus obras a base de bandas abstractas de colores vivos y vibrantes, que se enlazan con formas y signos reconocibles. La muestra «Hills and doubts» incluye un enorme mural junto a una serie de monumentales paneles pintados y ubicados por el autor, simulando un inmenso caleidoscopio, para invitar a los visitantes a reflexionar en torno a los conceptos de lugar y espacio. En 1991 recibió la beca DAAD y decidió recorrer Asia. A partir de ahí, los viajes y los mapas se han transformado en la piedra fundamental de su proceso creativo.


MUSEO HAMBURGER BAHNHOF Berlín Hasta el 30 de marzo www.hamburgerbahnhof.de

MUSEO LEOPOLD Viena Hasta el 1 de septiembre www.leopoldmuseum.org

MUSEO ALBRIGHT-KNOX Buffalo «Cubos y Rectángulos», hasta el 20 de abril. «Más allá del paisaje», hasta el 2 de noviembre. www.albrightknox.org

FIN DEL ARTE «El fin del Siglo XX, lo mejor está por venir», en el Museo de Arte Contemporáneo Hamburger Bahnhof de Berlín, aborda las nuevas perspectivas y los cambios sociales de este período, a partir de la mirada de Cy Twombly (1928-2011), Andy Warhol (1928-1987), Robert Rauschenberg (1925-2008), Isa Genzken (1948) y Joseph Beuys (1921-1986), entre otros. La pieza central de la muestra la constituye la polémica instalación «Fin del arte del Siglo XX», elaborada por este último con la finalidad de revelar la falta de respeto del ser humano por la naturaleza. La propuesta está diseñada con piedras de unos 150 centímetros cada una, ubicadas en el suelo en forma de espiral para transmitir inquietud, recordar escenarios de guerra y desolación. El recorrido se divide en 10 secciones, con piezas de la Colección Marx junto a numerosas obras prestadas por otras instituciones internacionales. Se incluyen las creaciones de una serie de artistas jóvenes que plantean sus inquietudes sobre el futuro del planeta, a la vez que abren nuevas interrogantes en torno a algunos acontecimientos emblemáticos como la caída del muro de Berlín.

MUSEO NACIONAL DE ARTE ANTIGUO Lisboa Hasta el 30 de marzo www.museudearteantiga.pt

paisaje nórdico

EXPRESIONISMO AUSTRÍACO El Museo Leopold de Viena alberga la mayor colección del mundo de obras de Egon Schiele (1890-1918), uno de los grandes artistas figurativos de principios del siglo XX. Discípulo de Gustav Klimt (1862-1918), fue junto a Oscar Kokoschka (1886-1980) el promotor del denominado Expresionismo austríaco. «Schiele rediscovered» incluye por primera vez la totalidad de los cuadros del autor. El recinto ubicado cerca del Palacio Imperial reúne más de 40 pinturas junto a 180 acuarelas y dibujos, 200 cartas, así como numerosas fotografías y autógrafos. A diferencia de Klimt, que solía adornar sus escenas eróticas con arabescos y hermosos colores, Schiele muestra en sus pinturas una realidad descarnada, sobre fondos vacíos que suelen aislar las figuras. Durante el recorrido, el visitante tiene la sensación de no haber sido invitado sino de estar espiando momentos íntimos retratados por el joven creador durante su corta pero intensa trayectoria.

El Museo del Prado y el Museu Nacional de Arte Antiguo presentan en Lisboa, «Rubens, Brueghel, Lorrain. El paisaje nórdico del Museo del Prado». Es la primera exposición compuesta íntegramente por fondos del Prado que se realiza en Portugal. Incluye 57 obras representativas, entre las que figuran «Paisaje alpino», de Tobias Verhaecht, uno de los maestros de Rubens; «La vida campesina y boda campestre», de Jan Brueghel el Viejo; además de «La abundancia y los cuatro elementos», pintada por este último en colaboración con Hendrick van Balen. Sobresale «Mercado y lavadero en Flandes», también de Brueghel el Viejo, esta vez junto a Joos de Momper el Joven. La exposición concluye con algunos de los paisajes encargados por el rey Felipe IV a Claudio de Lorena y a Jan Both para decorar el palacio del Buen Retiro de Madrid. Ambos, jóvenes pintores nórdicos que iniciaron en Roma el llamado “paisaje italianizante”. Es una cita de gran importancia, tanto por la calidad de las obras, como por la aproximación que plantea en torno a las diferentes tipologías del paisaje a lo largo del siglo XVII, en Flandes y Holanda.

CAJAS Y contenedores Desde cubos luminosos hasta contenedores diseñados por un grupo de artistas de vanguardia para orientar la mirada del espectador hacia los materiales y las técnicas empleadas, expone el Museo Albright-Knox de Buffalo, Estados Unidos. Se podrá apreciar desde la caja cubierta de zinc de Joseph Beuys (1921-1986), hasta la misteriosa cajuela de madera de Louise Nevelson (1899-1988), para luego descubrir el cubículo elaborado por Marcel Duchamp (1887-1968), en el que introduce pequeños cubos blancos para invitar a repensar la definición del arte. También en ese museo ubicado en el estado de Nueva York y hasta el 2 de noviembre, se exhibe «Más allá del paisaje», de Anselm Kiefer (1945). Flores secas, sembradíos, vientos y ríos representados en gran formato son parte de esta propuesta del creador alemán, conocido como el “alquimista del trabajo” por su utilización de los materiales y por la manera en que los exhibe en sus imponentes instalaciones.

ARTE POVERA Michelangelo Pistoletto (1933), considerado uno de los fundadores del Arte Povera, expone «The Minus Objects 1965-1966» en la Galería Luhring Augustine de Nueva York. En la selección se impone una enorme rosa en cartón corrugado y pintura en aerosol, diseñada a partir de la materialización de un objeto visto en un sueño. Por su parte, «Strutture GALERÍA LUHRING AUGUSTINE por parlare in piedi» (Estructura para Nueva York Hasta el 3 de mayo hablar mientras estás de pie), una pieza www.luhringaugustine.com de hierro minimalista, se inspira en las marcas de los zapatos dejadas por unos visitantes durante un descanso en una galería de arte. Ciertos objetos, como «Lámpara de Mercurio» y «Espejo», han sido elaborados con elementos de uso industrial, mientras «Paesaggio», «Ti amo» y «Quadro da Pranzo», hacen referencia a la historia de la pintura. Cada objeto parece un absurdo, pero sobresale por sus gigantescas dimensiones y por su razón innata de ser. La Panera I 49


[ notascul | por pamela marfil ]

> jacket + bookmark

I

gor “Rogix” Udushlivy se autodeclara un diseñador que ama crear íconos. Y, consecuente con sus preferencias, desarrolló un entretenido proyecto llamado Jacket + Bookmark para una dupla que desde su perspectiva es inseparable: un marcador de libro que está en completa correlación a la portada del mismo, a la cual denomina “chaqueta”. Para conocer otros proyectos de este amante del “menos es más”, visite www.icoeye.com.

>UN ARTE PERDIDO

E

l universo de internet nos abre puertas a los más insólitos lugares, conocimientos y costumbres, permitiéndonos compartir el presente, proyectar el futuro y también visitar el pasado lejano y cercano. Y otro plus innegable es que nos permite encontrar conexiones increíbles con personas de todo el mundo. Un melancólico ejemplo es la selección de casetes que el entusiasta internauta Steve Vistaunet publicó en la red

> UN TUAREG EN LA CIUDAD

U

n momento conmovedor es el que nos regala Moussa Ag Assarid en la entrevista realizada por el español Víctor M. Amela. En ella conocemos la historia del nómade tuareg que llegó a estudiar a Francia. Pero lo que más conmueve es su descripción de nuestro mundo, que surge de la natural comparación y de la extraña añoranza que nos provoca su experiencia en el desierto. Moussa plasmó toda su fascinación y perplejidad por Occidente en su libro «En el desierto no hay atascos: un tuareg en la ciudad». A continuación, extractos de esta entrevista imperdible (que se puede leer completa en http://www.ilusionporviajar.es/index.php/entrevista-a-un-tuareg.html):

social Pinterest. Cualquiera que escuchó música en los 90 –y antes– valorará este «The Lost Art of Cassette Design» (El arte perdido del diseño de casetes) justo cuando este dispositivo de memoria cumplió 50 años y hoy prácticamente nadie lo utiliza. Ver más en http://www.pinterest.com/stevevistaunet/random-steve-stuff/

–Entonces, este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no? “Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!”.

–¿Qué le parece lo peor de aquí? “Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!”.

–¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa? “Ver correr a la gente por el aeropuerto... ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...”.

–Reláteme un momento de felicidad. “Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...”.

–Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja... “Sí, era eso.También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar”. –Qué abundancia, qué derroche, ¿no? “¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...”.

–Fascinante, desde luego... “Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...”. –Qué paz. “Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo”.




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